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SALUD
1. DEMOGRAFÍA SANITARIA:
1.1. CONCEPTOS GENERALES:
Demografía. Según la ONU la demografía se puede definir como la “ciencia cuyo objeto es el
estudio de las poblaciones humanas en relación a su tamaño, estructura, evolución y
caracteres generales, considerados principalmente desde un punto de vista cuantitativo”.
Además, para una población interesa conocer su evolución con el tiempo, que vendrá
determinada por la natalidad, la mortalidad y los movimientos migratorios.
Demografía Dinámica. Investiga los cambios que operan a lo largo del tiempo en la dimensión
y estructura de las poblaciones humanas, así como las razones de dichos cambios. Es una
imagen dinámica de la población.
Si vemos el número de muertes por DM2 en España, vemos que por ejemplo Málaga tiene un
número muy bajo de casos. Sin embargo, hemos de tener en cuenta que en Andalucía hay más
gente joven que en el norte, por tanto podemos calcular la mortalidad ajustada a la edad de la
población, hecho lo cual la provincia de Málaga ya no aparecería como bajo riesgo.
Otras encuestas específicas son, por ejemplo, las Encuestas de Población Activa, las de
migraciones, las de discapacidad, etc. La información obtenida a partir de estas fuentes está
disponible en la web del INE.
Hay más varones que mujeres, pero desde el comienzo de su vida las complicaciones son más
frecuentes en varones.
1.4.2. ÍNDICES. Permiten caracterizar la estructura de las poblaciones. Los más utilizados son
los referidos a su composición por edades. La población suele dividirse en tres grandes grupos:
jóvenes (individuos que no han cumplido aún 15 años), adultos (de 15 a 64 años) y viejos (65 o
más años). La proporción de cada grupo respecto a la población total es útil para valorar la
composición de la población de una forma sintética. Por ejemplo:
Crecimiento (C) = N – D + I – E
Pt = Po + C
La tasa anual de crecimiento por cada 1000 habitantes es el resultado de dividir el crecimiento
entre la población total y multiplicar el resultado por mil.
La diferencia entre el número de nacimientos y defunciones es lo que se conoce como
crecimiento o saldo vegetativo. Si se divide por la población media (total) y se multiplica por
mil se obtiene la tasa anual de crecimiento vegetativo o de saldo vegetativo.
La diferencia entre el número de efectivos que se incorporan por procesos inmigratorios y los
que salen por procesos emigratorios es lo que se conoce como crecimiento o saldo
migratorio. De forma semejante a la anterior se define la tasa de crecimiento migratorio. En
España estamos perdiendo población por los movimientos migratorios. El crecimiento
vegetativo actual en España es casi 0. El saldo vegetativo disminuyó hasta el año 1998,
posteriormente se invirtió la tendencia y comenzó a aumentar, hasta el año 2007 que alcanzó
un máximo y de nuevo comenzó a descender.
a) Tasa Bruta de Natalidad (TBN). Es igual al número de nacidos vivos durante el periodo
de un año dividido por la población total a mitad de año.
Puesto que son tasas anuales, la población a mitad de año corresponde al número
estimado de habitantes a 1 de julio del año correspondiente.
b) Tasa de Fecundidad General (TFG). Hace referencia a la relación entre los recién
nacidos vivos y la población femenina en edad fértil, es decir, las mujeres en edad
entre 15 y 49 años.
La TFG mide el nivel reproductivo de un grupo o población. Es decir, analiza los
nacimientos desde el punto de vista de la concepción.
NOTA: falta una diapositiva de cómo comparar la mortalidad, pero no las ha subido el
profesor.
Una tasa específica de especial interés sanitario es la tasa de mortalidad infantil, que
mide la mortalidad en el primer año de vida. El denominador de esta tasa lo
constituyen el total de nacidos vivos del año correspondiente.
- Mortalidad postneonatal. Entre los días 29 y el año de vida, por mil nacidos
vivos. Infecciones, malnutrición, etc.
Esto es lo que ocurre cuando se pretenden comparar las TBM de países envejecidos
(como Suecia o la propia España), con países jóvenes (como la mayoría de países en
vías de desarrollo). Incluso dentro de un mismo país puede no ser posible comparar las
TBM de sus distintas regiones, si la distribución etaria es desigual entre ellas. Es lo que
ocurre en España cuando comparamos las TBM de CC.AA. con poblaciones envejecidas
(como Castilla-León), con las de CC.AA. con población predominantemente joven
(como Andalucía). Ante esta situación, cabe preguntarse si es posible la comparación
de tasas de mortalidad eliminando el efecto distorsionante o confusor de factores
como la edad. La respuesta es afirmativa y consiste en la aplicación de procedimientos
conocidos como de “Ajuste o Estandarización de Tasas”. Hay dos métodos de ajuste: 1)
El método directo o de la población tipo; y 2) El método indirecto o de las tasas tipo. El
método directo (el más válido) se basa en analizar cómo se comportaría la mortalidad
en cada una de las poblaciones que se quieren comparar bajo el supuesto de que
todas ellas tuviesen la misma composición por edades.
2. INDICADORES DE SALUD:
Uno de los elementos clave en política sanitaria es el diagnóstico de salud de una población:
cuantificar cual es el nivel de salud de dicha población y cuáles son sus problemas de salud
prioritarios a los que, lógicamente, habrá que conceder una atención preferente. Para medir el
estado de salud de una población, es necesario utilizar los llamados Indicadores de Salud:
variables cuantitativas (mensurables) que ofrecen una estimación objetiva del estado de salud
de una colectividad, así como de los factores potencialmente relacionados con dicho estado.
Las características de un indicador de salud ideal deberían ser las siguientes:
- Mensurable (cuantificables).
- Válido: Mide lo que pretenden medir. La validez de un indicador depende tanto de su
sensibilidad como de su especificidad:
- Sensibilidad: Capacidad para detectar pequeños cambios en el fenómeno que tratan
de medir.
- Especificidad: Variabilidad dependiente sólo de la del fenómeno que tratan de medir,
y no de otros.
- Reproducible (estandarizable): Su diseño y aplicación debe ser homologable y, por
tanto, puede usarse con igual validez independientemente de las variables de persona,
espacio o tiempo.
- Comprensible: Su resultado debe ser fácilmente interpretables.
- Fácil de obtener: Que su obtención y aplicación no sea costosa ni requiera excesivo
tiempo.
Los indicadores de salud se suelen construir en forma de cocientes, en los que el numerador
mide el fenómeno concreto relacionado con la salud que se pretende medir, y el denominador
hace referencia al conjunto de personas o entidades sobre las que se mide ese fenómeno.
Según la forma de construirlos, se habla de indicadores simples, cuando el indicador sólo mide
un fenómeno particular, y complejos, que se construyen combinando dos o más indicadores
simples. A los indicadores complejos se les suele llamar índices. Un ejemplo sería el índice de
desarrollo humano (IDH), que combina cuatro indicadores simples: la esperanza de vida al
nacer, la tasa de alfabetización de adultos, la tasa de matriculación en la enseñanza, y el
producto interior bruto per capita. Según la dimensión de la salud que midan, los indicadores
pueden clasificarse de la siguiente forma:
De los determinantes sanitarios: Hay de muchos tipos. Por ejemplo, la relación entre
población y recursos sanitarios (nº de habitantes/médico, camas hospitalarias/1000
habitantes); indicadores de la calidad de la asistencia (mortalidad por apendicitis, tasa de
readmisiones hospitalarias, etc.); indicadores de provisión de servicios (tasa de investigaciones
radiodiagnósticas/1000 habitantes año, etc.); indicadores de cobertura asistencial (% de niños
de un año de edad correctamente vacunados), etc.