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MONITOREO QUE REALIZA EL DOCENTE DEL TRABAJO DE LOS

ESTUDIANTES Y DE SUS AVANCES DURANTE LA SESIÓN

Texto elaborado a partir de las ideas contenidas en los siguientes textos:

LA EVALUACIÓN DEL PROCESO DE ENSEÑANZA APRENDIZAJE. FUNDAMENTOS BÁSICOS.


Miguel Ángel González Halcones (Dpto de Didáctica de la Expresión Musical, Plástica y Corporal.
Área de Educación Física. UCLM.
https://ruidera.uclm.es/xmlui/bitstream/handle/10578/7951/La_evaluaci_n_del_proceso_de_ense_anza-
aprendizaje.pdf?sequence=1
http://sgpwe.izt.uam.mx/files/users/virtuami/file/int/enfoqpedago_relacion_actv_elprofesorcomomediador.pdf

La evaluación formativa ocurre durante el proceso de aprendizaje, mientras el estudiante trabaja en


actividades o tareas que ejemplifican directamente el propósito que se ha pensado lograr en la sesión. El
primer aspecto de este desempeño docente se denomina monitoreo y es entendido como un proceso
sistemático de recolectar y analizar información para usarla en una retroalimentación posterior y/o
adecuación de la enseñanza. El monitoreo es activo cuando el docente se encuentra atento al desempeño
del estudiante durante la sesión y en las diversas actividades que propone; es decir, mantiene disposición
para informarse y recoger las evidencias sobre sus niveles de comprensión, avances y/o dificultades.

El monitoreo puede llevarse a cabo cuando el docente por iniciativa propia recoge las evidencias a través
de preguntas, diálogos, instrumentos, etc., pero también cuando se muestra receptivo ante las preguntas
o solicitudes de apoyo pedagógico de los estudiantes durante la sesión de aprendizaje.

a. El docente recoge evidencias por iniciativa propia:


En este caso, lo puede hacer de diversas formas, algunas de ellas son:

 Preguntas
Las preguntas deben estar planteadas a partir de la tarea que viene ejecutando el estudiante, para lo cual
el docente debe previamente informarse de lo avanzado; además, la pregunta debe ser dirigida y
específica para explorar el grado de comprensión de la actividad, despertar la curiosidad de los
estudiantes por continuar con la actividad, motivarlos a corregir el error (en caso lo hubiera) e invitarlos
al análisis para llegar al logro del propósito de la actividad encomendada. Así se tendrá
mayor probabilidad de comprometer a los estudiantes en la búsqueda de respuestas abiertas para
promover el dialogo, el debate o la reflexión.

 Diálogos
Es necesario formular preguntas abiertas cuando se desee iniciar un dialogo, debate o reflexión; estas
generalmente comienzan con "qué" "cómo", "por qué". Los diálogos, discusiones, comentarios y lluvia de
ideas (Alvermann, et al. 1987) constituyen procedimientos interactivos que permiten evaluar los
conocimientos previos de los alumnos, dado que sus respuestas e interacciones revelarán sus
conocimientos, sus desconocimientos y sus concepciones equivocadas.

 Instrumentos
Otro de los mecanismos para el recojo de la información sobre el avance y/o dificultades de los
estudiantes durante el proceso de aprendizaje lo constituye la aplicación de instrumentos de evaluación.
Estos no necesitan ser exámenes rigurosos, extensos o formales, sin embargo, ofrecen resultados
parciales y oportunos que pueden utilizarse para un diagnóstico de la enseñanza durante el desarrollo de
las actividades, además, aportan información para decidir qué partes de estas necesitan más análisis y
trabajo y sobre cuáles se hará una posterior retroalimentación.

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Por otro lado, es necesario precisar que recoger y seleccionar información sobre los avances exige una
reflexión previa sobre los instrumentos que mejor se adecúan a la naturaleza de las actividades. Estos
deben cumplir algunos requisitos: Ser variados, ofrecer información concreta sobre lo que se pretende
monitorear, utilizar distintos códigos de modo que se adecúen a los estilos de aprendizaje de los alumnos
(orales, verbales, escritos, gráficos, etc.), que se puedan aplicar a situaciones propias de la actividad en
curso; y también funcionales, que permitan la transferencia y faciliten la calidad de la retroalimentación.
Algunos instrumentos pueden ser: lista de cotejo, pruebas breves de desarrollo, registros, cuestionarios,
escalas de valoración, etc.

 Revisión de tareas
La enseñanza en clase debe ocupar a los estudiantes en actividades de aprendizaje (o tareas), las cuales
deben estar lo más directamente relacionadas con productos reales que evidencien el aprendizaje
esperado de la sesión. Si queremos que los estudiantes sean capaces de leer libros, periódicos y poemas,
ellos deben en realidad hacerlo con las consignas e indicaciones claras, sean escritas u orales, de parte del
docente; en ese sentido, es conveniente brindar espacios para comprobar que realmente se
comprendieron (a través de preguntas y repreguntas dirigidas).

A la vez, para que el docente haga el monitoreo de esas tareas es recomendable primero leer o escuchar
el trabajo de comienzo a fin sin comentar los errores. La idea es generar una apreciación global antes de
decidir el área o tópico prioritario para entregar la posterior retroalimentación.
Algunas tareas pueden ser: resúmenes, cuadernos de clase, resolución de ejercicios y problemas, pruebas
orales, motrices, plásticas, musicales, etc.

 Recorriendo los grupos


Una estrategia importante dentro del desarrollo de las sesiones de aprendizaje está referida a las
actividades en grupo; para estas, el docente organiza a los estudiantes para compartir el desarrollo de
tareas relacionadas con el propósito de la sesión. La estrategia no tendría valor por sí misma si el docente
no implementa acciones para el recojo de información sobre el avance y/o dificultades que experimentan
los grupos. Para ello, es recomendable el desplazamiento del docente por todos los grupos, dosificando
el mayor tiempo para aquellos grupos que evidencien mayores dificultades. Es necesario que el docente
agudice su capacidad de observación y uso pertinente de las preguntas; asimismo, que apoye su
observación con algún instrumento que permita registrar la información que se usará en la
retroalimentación.

En ese sentido, se requiere de un profesor concebido como un “trabajador del conocimiento” (Marcelo,
2001), centrado en el aprendizaje y en la enseñanza, diseñador de ambientes de aprendizaje, con
capacidad para optimizar los diferentes espacios en donde este se produce, atendiendo particularmente
la organización y disposición de las actividades de aprendizaje, con un seguimiento permanente de los
estudiantes de manera individual, pero sin descuidar el trabajo grupal.

b. El docente es receptivo a las preguntas o solicitudes de apoyo pedagógico de los estudiantes


El que los estudiantes aprendan a formular buenas preguntas durante la sesión debe ser una prioridad
para los docentes. Un primer paso en ese sentido consiste en no matar la curiosidad de los niños cuando
están en la edad “en que todo lo quieren saber”. La curiosidad intelectual es una cualidad innata del ser
humano que se activa cuando encontramos espacios vacíos de información. Es entonces cuando se genera
la motivación para formular las preguntas que permitan abrir un camino hacia la adquisición de la
información que posibilite llenar ese vacío. En tal sentido, es crucial evitar frases como “¡Ya deja la
preguntar!” “¿Es que usted no se cansa de preguntar?” “¡Eso fue lo mismo que me preguntó ayer!”.
En ese sentido, durante la sesión un docente es receptivo cuando acoge las diversas inquietudes que
surjan de los estudiantes considerando que:

 Las preguntas se relacionen con el propósito de la sesión.


 Pueden ser conocimientos previos (básicos o tratados anteriormente).

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