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CUANDO LA CARNE

ES DEBIL

El tli';t ¿tnit¡ie¡tlt: rottt'-'ktttt i .fi t:itfe t itL !¡u¡¡t.ul¡trt::,.


' l .r .l . t
Cuando la Carne c: débiL
AMEDEO CENCINI

ffi.",

Cuando la carne es débil...


EI .l is c el n ¡m i e nto vo cac i ona I
fi"ente a Ia inrnadurez )t patologías del
desarrollo aJzctivo - sexual

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Avdá co omlr a 7643 - La F ór¡dá
fe éfo¡o:2554742 - Fax:2550704
casrriá 3429 Sant¿gó Chie

Presentación
Paulinas hditodal deChileme haofrecido la opor
iunidad dc prcsentarun escrito del P Amedeo Cc cini, ro-
ligioso canosiano, cuyo aporte a la rcfleaión acc¡ca de la
Vida Consagrada y, e¡ especial, de la form¿ción, constifu-
ye unsignilic¿tivo servicio eclesial- (hmplo 1¡ tarca como
una expresión dc fiatema gratitud por el valioso scrvicio
que h¿ significado su prcsencia en Chile, con ocasión dcl
Cürso ' Seminario sobre <el acompañamiento espiritual),
que e1 año pasado ha rcunido en Santi¿go, a sacerdotes,
religiosas, religiosos y diáconos perm¿Dentes de nuchas
Diócesis y Congrcgaciones de Chile ytembiá1del crtran
j*.

Cu¿¡nrlo la carne es d¿bil...


Ya a partil del ti lor(Cuandolaca1r1eesdóbil...).
el áu1or nos inlrodüce en un tema complejo, delicado, que
h¿ ocupado y siguc ocupando un espacio significativo en
Tituoorcnar : Ouañdóra cáméé débó]e el proceso del disccmimiento y de la formación a la vida
Traduccón : Caud¡ Peña y Lllo FSP
Daqram¿ción EquipóEdloriárPáúid¿s consagr¿d¿ y sacerdotal. Un tema, adernás, que, en las ac
Propiedld nleleclua N' 140.134
tuales circunstancias. a níz de las denuncias de casos d.3
abusos conlctidos por algunos sacerdoles y consagrados"
ha adquirido un relieve significativo y h¿ llaÍndo la aten-
de comunic?c ón s a (PAcEPAc)
ción de la opinión pírbl ica. No es el caso, aquí, dc recordar
Avdá co óñb á 7643 LaFofid!(stso).chre las nunerosas inte¡venciones de Episcopados o de Confe-
rcncias Nacionales de Religiosos acerca de eslc último as-
ISBN: 956-290'059 2 pecto. Para las prcblemáticas más graves, es suficicnte re-
cordar cl Mcnsajo do Juan Pablo Il a los Cardenales do los
mpreso en chie - Frnted n ch e Eslados Unidos, del23 de abil de 2002. Sin duda, pode-
mos dccit que las denuncias heohas públicas se han con- liempos, 1a fragilidad aconrpaña lavida de los elegidos. Y
vertido cn Lrn nuevo estinlülo ¿ mantener dcspic a la con- 5e¡ lq-.rnto. q.rene.. de maner¡ eclec ¡1. rienen concien-
ciencia y buscar los caminos más lÍrcidos y nayormente cia de esta ¡ealidad.
Jrsccrn.do. (n el p.occ.o de din ellI nie .o ) acomfrñ:r-
mj.3nto vocacional dc las ¡uevas generaciones. Cono síntesis, pode¡ros cita¡ al Autor de la Car-ra
a los Heb¡eos que recue¡da que todo sumo sacerdote está
A mi manera de ver, y más allá de las circunstan- (también él envuelto en tlaqLrezar, Y(a causa de esarnis-
cias punluales, el estudio del P Amedeo, pucde estirnular ma flaqueTa debe ofrecer por los pecados propios igual
la reflcxión fomlativa cn varios órdenes dc cosas. Destaco que por los del pueblo). Afirnatambién que (laLey insti-
algunos de ellos que considero los más rclcvanles. tuye Sumos Sacerdotes a hombres flágiles.)

1. <Cuanlo la curna es débil...l La (ftagilidad de la came>, conviene decirlo des-


de el comienzo. ¡o se reduce simplemente al ámbito afec-
El1ítulo deltrabajo, recuerda la condición concre- tivo sexual de la persona. de ref¿rirse a ese ámbito
ta en la cual cadavocación está llamada a desarollarse, es ^ntesque abarca la totalidad de
específico. revela la condición
decir,la l¡agiliclad humana. La Sagrada Escritura 10 desta- la €xpeiencja humana. yes en ella, ('asrja de gredD, don-
ca con claddad meridiana. Desde los comicvos de la His- de encuenha suespacio lavocación, donprecioso de Dios.
toria dc la Salvació, Dios haquerido scrvit.Se Lle personas La concieocia de Ia (fragilidad, invita, entonces, a la hl't-
fiágilcs y con histo¡ias personales lnuy concret¿s para co, mildad, a la confianzay a la vigilancia. En efecto, el Señor
munjcarsc coD los honbrcs y las mujeres a t¡uieles quer.ia llama a hombres y mLúeres frágiles y los invita a recorrer
manifesta$e e involucral e¡ su plan dl3 amor y de comu- el lascinanie camino del discipulado. Es un llamado que
nror. L a c¡me rie \bralran r¡:'rece tragilpor .u anrrrrnr- nace del amor de Dios y se conflgura como una tarea de
dad. la de Moisés por sü lartamudez y, sobretodo, por la amor, un (offciuln amoris)), Con asombrosa claridad, Je-
vehemcnciade su carácler; l¿ de Davidpor la ll¿gilidad de sús ha adye¡fido qu.3 para segui¡lo en esa aventura, se debe
los sentimientosy lainfidelid¿d personal. También los pro- tomar la cruz de todos los días y saber perde¡ la vida pal?
1'etas cscogidos, en divcrsas circunstancjas de la his¡oria, encontrarla. La parábola del constructor de latolre. es una
para ser pollador€s del mcnsaje de Dios, no escapan de Iección: el haber iniciado el camino, no es garantia de lle-
esta condición. Isaías con¡esal.á que (es un honbrc de la- grr r ra met,... I r prr,bola de 1,. diez r rrgene.. crnc., tn.-
bios inpuros> y Jeremías dirá que no <sabe cxpresarse) y dentes y cinco necias, €s una terrible posibilidad: se puede
que sólo cs (un muchacho)- Conocemos la ambici(rn de acabar el aceite y las lámparas se apagan... El enemigo no
los hijos dc Zebecleo, el la¡atismo de Judas y la lragilidad deja de sembrar cizañaen el canpo de trigo, y la experien-
de Pedro. Pablo no deja bajo silencio la <cspino clavada cia diaria nos dice que no fáltan quienes habieoclo puesto
en su carnc, experiencia quc 1(] atormenta, En bdos los la mano en el arado. vuelven la vist:l atrás-

ó
Sin embargo, al intc¡ior de esta frágilid¿d conna- Discernir¡ien¡o dice relación con descubir 1a au-
tLral a la persona humana! se constala qlre 1a
badurez o la lenticidad de la llamada divina, en personas Íiági1es, pero
lragilid¿d en el ámbito del dcsarollo afectivo sexual" tie- al mismo tiempo idóneas: personas dispuestas a empren-
nen una gravitación del todo pallicülar y que ella a1¡cta der un largo y esforzado c¿mino de fon¡ación que condü-
posiliva o negativamente la vida religiosa o sacerdotal. Se ce lücia personalidades maduras y equilibradas; hombres
trata, por lo tanto, de un ámbíto que requiere atención par- y mujercs capaces de establecerrelaciones humanas y pas-
licular. por el peso cspccíIico que ejerce sobre la estructu- torales prollrndas; pelsonas con equilibrio emocion¿], con
ra de la personalidad y la expcriencia glob¿l de lavida con- capacidad de opciones libres, abieÍtas al don de sí a los de-
sagrada. más, capaces de verdadero amor person¿l y sostenidas por
motivaciones auténticas.
L¿ lectura del prcscnte estudio del P Cencini es
una invit¿ción seria y rcsponsable p¿ra conocer, disce¡nir El autor se detiene a consider4 especíñcamerte,
y acompañar a los candidatos a 1a vida religiosay sacerdo Ia alellciol que .c debe pre\lJr a. dr{rer n rr r rcnlú \ Lrcr(ro-
tal de nuestro contexto cultural, sin silenci¿r sus liagilida, nal, <en lo que lespecta a la madurez af¡c1ivo sexu¿1)), ta-
des, y desde alli, acompaña¡los, con ¿decuados procesos roa que! muchas veces! se vuelve complejay necesilada de
edücalivos a acoge¡ la posible vocación como un don y paficular y cuidadosa atención. Y esto, en primer lugar.
üna responsabilidad pucstas en sus manos. En el diálogo como un servicio de incalculable valol pam la peNon¿ que
vocacional" que constitüye la experiencia central del pro experimenta un posible llamado a la vida cons¿grada, en
ceso formativo, no puede laltar la conciencia de la prcpia el contexto concrcto de la propia historia personal. En efec-
reali{lad (ftágil)) Llamada a confoml¿rse, cada vez más lu io, se hata dehacerluz sobre algo que no esperiléricopal-a
cidamente, con eL proyecto de Dios, a trar'és del p¡oceso la auténtica realización de la propia vida. Equivocar 1¿
dc fon¡¿ción que se desa¡¡olla a lo l¿ryo de toda la vida. oricntación de la vida, es un daño iDeparable, cuyas con-
secuencias son dcmasiado dolorosas. Por eso, l.l primer¡
2.- El roldel discelnimiento. intercsada ür rcalizar Lrn oportuno discernimiento voc¿cio-
nal debe ser la pcrsona que se siente llamada, a fin de que,
El autor dedica, con justa rnzón, un amplio espa- con la inteligentc y oportuna a]'uda de sus formadores,
cio de su reflexión al tena del discemimiento, aplicando, pueda verificar la autenticidad del don vocacional,
succsivame¡te, este criterio fündamental a los "casos difí discemicndo la presencia de sus signos y las condiciones
ciles" (las p¿tologías, la i¡madürez afectivo-sexual y la pr o hunanas y espirituales que la pueden sustentar.
blcmálica homosexual). Sc lrala de una tarea esencial. so
brc la cual el P Amedeo vuelve ¿l final de su estudio. ha 3.- kt mediación eclesidl.
blando de "evaluación y discemimiento".
Sin duda el diálogo vocacional toca la intimidad
de cada persona y se realiza en el secreto dcl comzón: es
diálogo entre el Señorque llamay el discipulo que respon- ponsabilidad compartida cntre quienes lbrman el equipo
de. Sin embargo, en slr tlama, aparece cl rcl espiritual de de fonnadores, quienes. además, sabrán recuüir sab iamente
alguien que tiene la nisión de ser <nediador) entre la vo- a la colabo¡ación de prcl¡rsiolales de ]as ciencias huma-
lunlad de Dios que llama y 1a obediencia del discipulo que nas, en todas aquellas materias para las cuales no cuentan
rcsponde. Más aún, se vuelve crite¡io de autenticidad vo- con la prcpamción adccuada o no son. científicamente, corl1-
cacional. Me rel:iero a la mediación eclesi¿], ejercida por petenles. (Los casos dificiles), dc los cuales habla el auto¡
los fonnadores, que reprcsentan al Obispo, (el primer re e11 la obru qüe prcsenlo, collstituyen un campo en el cual
presenta¡te de Cristo en laformación sacerdolalD (cñ. pDV los pIofcsionales d.3 las ciencias psicológicas y pedagógi-
n.65). El Obispo (o el Superior), los formadores, especjal- cas pucdcn y debcn aportar luces e indicaciones oportu-
mcnle el director espi¡itu¿l son quiencs, en nombre de la nas, a pafiir dc su propia experiencia cristiana.
Iglesi¿, tienen la misión de autentiñcar la verncidad de la
vocación y la idoneidad del candidalo y, al rnismo tieüpo, J unto con agradecer cl valioso apoÍe del P Amedeo
qoienes han recibido la responsabilidad eclesial de acol¡ Cencini y la iniciativa (Lc Paulinas Editorial de Cbile para
pañarlo en el proceso de maduración y en la respuesta de püblicarlo, cxpleso la esperanza que el contenido de este
finiliva al Señor estüdio ayude a los fomadorcs y formadoras en su dificil
misión eclesial- Lanucva cvaluclización y los desaiios cul-
De ahi que 1os formadores deban ser personas ca turale\ de la l_ori prc\cn,c. rcquicrcn una lonracióI Ir,r.
paces de discemir y de acompañar el proceso locacional, düra y equilibradD, que tendrá como fruto los y las consa-
en medio de las il1evitables tensiones y pruebas de lavida. grada\ que necesira el in ic io dJl ü ,c' o milcnio cri.ri;no
Sú misión no es fácil; en muchas ocasiones ll€r'ará el sig
no dolnro\o dc la cruz. pero .rr medtaitun e\ un scr\ icio
indispensable y dc incalculable valor, sea para 1a persona
llamada, como para 1a comunidad eclesi¿1. Por eso, la m!
sión de lbrmadot¿ debe recae¡ cn penon¿Ls! hlnn¿ma y es- + Ricardo ETzati A..sdb
piritualm ente ma duras, capacitadas para desempeffar su ta- Obispo Auxiliar de Santiago
rea meciiadora, ccrca¡as al lLamado c intérprete del quere¡ Presidente de la Comisión
de Dios; penonas corlocedoras del corazón humano y del Episcopal de Seminarios de la CECH
Corazón de Cdsto; expertas en las dilersas diDensiones
que rcquiere la conpleja tarea formativa. NatLralmente,
cs imposible que una sóla persona posea todas las cualida-
des y todas las especializacioncs que requiere una buena
fomación. Deahíque la responsabilidad del discemimienlo
y del acompañamiento vocacional, sea un hecho de rcs-

IL
Cu¿ncJo la carne es débi|...

Introducción
Dios cuando arn¿ yjustanente po¡que ama, ll¿ma.
La vocación es expresión de amor, írnicamenle notivnda
de la intención amante d€ Dios y nalTa tal amor, lo narra
como lamás secrcta identidad de Dios, y al misrno tiempo
corno la naLur¿le/r inrmr de la r ocación rni"ma. su origen
y su destino.

La \ ocación, csr r'oncebida, es contccuencia rner r-


table de la natü a1eza de Dios y del Dios amante, el cu¿l no
puede haccr a menos de llamar. porque el a¡1or tiende a
comulicane, a ser comparlido y pa¡ticipado a los de]nás.
Y vocación, todi:r voc¿ción, es.justancnte eso: llamada a
tomar parte en el amor de Dios, en la ñesta etema de la
Trinidad santísima, del Padre que amaal FIijo en el Espíri-
tu Santo, en un inlercar¡bio ininte¡rumpido qüe liende a
expa¡dirse también fuera de la ininterrumpida datzatrini-
taria.

En consecüencia, existe una sola vocación, la de1


amor, a dejarse amar y a ana1, a anunciar el amor y a tla
ducirlo, casi declinándolo, en gestos correspondientes, dc
acogida, perdón, gratitud, gratuidad, ben€volencia, señi-
oio, sacdficio de sí, pasión, paz, solidaridad, marti¡io...

Cualquiera sea la vocación específica de cada uno


o el camino que luego será llamado a recorer, no canbia
gldeslino final de suexistencia: rccíbi¡ el ¿morvdaramor

12
Poniendo al sef icio del arnor todo Lo quc el ser hlunano He aqui por qre es importante disce¡nir con finu¡a
ha recibido con la vida (y dc Dios, e¡ última instanci¿): on el
tiempo de la lon¡ación injcial cl nivel de consisten
menle y corazón, scntidos cxtc ros e internos. sensibili- ciay de libeÍad afccliva del llamado al p¡esbi¡erado o a la
dad e inteligcncia, cucrpo y alma. sexualidad y emotivi- vidaconsagndr. oaqrrcllocue ¡emircr l¡ pcrn,na percr
dd,l. rcJrrrso. ) pro)ccro.. clcccio rc. ) rer'u rcia.... bir 1a llamada como signo exqujsito dc anor que suscita
q amor. Y, al üismo tiempo. ¿l interior dc esta ¿tención, es
Tanto la pcrsona célibe/virgen como la casada son irdispensabte identil:ica1., desde el inicio, los posibles sig
a alcanzar el mismo objetivo, si bien
llalr1ados, por lo tanto, nos de inmadurez y las cventuales patologías del desarro-
por caminos diversos. El Djsmo objetivo .luiere decir la llo afectivo-sexual. En cl na¡co de un cuadro normativo
madurez del amor,lalibertaddeldon de sí.1¿capacidad de que fija los criterios, idcntific¿r desde el inicio los posi-
tcstimo iar el amor como úDica razón de existir, con obe- bles signos de inmadurcz y las eventuales patologías del
diencia a aquella nolma que el Creador mismo ha puesto desanollo afectivo-sexual. En el ma¡co de un cuirdr.o nor-
cn la n¿turaleza humana, huella nisteriosa y evidente. al mativo que ñja los critcrios del crccimiento de la madurez
mismo tjerrpo, de la semejanza con El; que es el Ainor. ¡rfectir a ge rcr¿1. nero.Jmbiell. rtellto i a.c\ie(ncrr\fro-
pias del canino sacerdotal y religioso en tal scntido.
Y si única es la vocación, existirá tlrmbién una úni
ca infidelidad: la del no amor o del amor débil. o de la 1es Y no por una cuestión o una finalidad útica y ex-
pLresta que Do sabe decir y reexpresar el amor del Dios clusivamente de tipo selcctiva (con la ga¡antía de una
llamante, lo hace opaco, casi sofocándolo dentro de sí, lo inerrncntc .Llcnoridad d. 1a... e,lrecrer. ..no por r¡n¡ err-
anula y lo aborta. inclLrso! en el caso en que la peron¡ no gencia dc \,erd¿d y de caridad hacia la persona direc¡a-
es completamente consoiente y responsable. Todas cstas nlente intercsad¿y su necesidad de ser ayLrdada a conocer'-
\rrL¡crone\ enrenderno\ r'olL enrrrr l:t. cn la e\presión.on se, inclLrso cn sus aspectos tcnos positi\.os en vislas de
la cual se iitula nüestro estudio: (Cuando la carne es dé unr elección po ,iirada..ino rarnbien. prra quicn un.n¿-
bil...) Título que tiene una resonalci¿ bíblica, que aludc a ñanr, en JlgünJ lo Iu. elllr.rr; cn iunlJcto con 5lt dccio.
una debilidad - conro bien lo sabemos - no sólo dc natura ministerial, y co¡ ¿quel amor del cu:rl ésta es signo y del
leza al'ectiva y sexual - sino qlre precisamenle por cslo nos cu¿l cada vivienle tien€ necesidad-
permrte r npliar cl tirna. rná. a-n. ) poncr la in(o¡si-.en-
cia afectiva al inledor del más amplio y compleio mundo Ln reflexión que continúa quierc ofrecer algin elc
de la debilidad humaral como es dc hccho. mento de apoyo a este discernimicnto. Y 1() hace propo-
niendo concretamenle los crite¡ios, tatto para evaluar l¡
C¡co que h¡ymucha sabidu¡ia cn aquel dichopopLr- 0lrteniicidad del canino evolutivo cn la nradurez a1-ectiva.
lar .egúr' el curl no .c corsdora bicn quicn no 'e ca-ariJ como f:rra didg orric¡ \I oliue5lo cn lú. t.,\ene, quc p.
bien, ni se casa bien quierl no sc consagraría bienr, den irlgresar en nüestras institLrciones Normativas, por lo
tonto,para un primü discernimiento. Pcto no sólo. En rea

.1
i5
lidad taLes critcrios pueden constitlrir también 1as indica' cn el semina]io sobre<El acompañam iento pcrsonal, corno
crones de loxdo robrc los cualci oriclr.ar cl succsi\ o.alm mediación 1¡rmativa vocacional)), re:rlizado en Santiago
no lbrmativo, o las atcncioncs a lencrprcsentcs constanlc dc Chile del 22 al 28 de Junio del 2003.
menre en cl misnro irincrrrio. pxra ll(3dr. progrcs.\ dmcnrr
a un djscerniniento prcciso, y no co er eL csgo dc cn El texto que ahora se presenta ha sido nucvanente
contrarse al final, cn Ia prcximídad de las elecciones deli- rcvisado y eDriquecido, l¿mbién. ¿ causa de la cxperienci¿
nitivas, sin puntos dc rcfcrencia para 1a elección o con las hccha en el misnro seminado y gr¿cias alapofic construc-
ideas aún confusas al respecto (como muchas vcccs toda tivo de los participantes, y en los limires de lo posiblc, he-
cho pcrlinenre ¡ urJ \rrJ.rcrón hisróricJ oren p.ecr.a corno
ld chilcna.
En sint€sis, no sólo criterios como items, lrente a
los cuales se pone la alternativa írnica en cl momento del La inte¡ción que ahora se propone la publicacióu,
ingreso (para acoger o rechazar), sino iti crarios dc fonDa (lcspues del rnle é, mo.rrado drtrdnte el
'errin¡rio ntisrno.
ción. a lo largo de los cuales se desalTolla, tanto la fonna cs sólo la de ofrecera los educ¡dores de la Iglesia de Chilc
ción como el discerninrie¡rto. o -dicho de otra for¡na- ihnto trna a)'uda cn su no fácil trabajo de discemimiento y dc
le t'ase de conocimiento del sujeto corno aquella de su for lbrmación. Sinningunapretensióndedelirrir:rlgoenmodo
mación lerddera y propja. Y no limitada a la fase de la pcrentorio, porque no ex isten inmadürez o palologías afec
lonnrr un rnrcr:rl. . o .¡rrbicl .l ld dc la lonllacton pcflId livo-sexualcs. sino seres humanos con heddns e inconsis
lcncias vaias al respecto; con el náximo respeto y com
prcnsión hacia los limites y los problemas de cada uno. y
Por e1 mismo motivo tales indicaciones tienen vr- rccordando, muy bien, que en este campo todos est¿rmos
lor no sólo paú los ádolescentes y los jóvenes, sino tam- cn un camino de crccimiento f'atigoso.
bién para los adultos. Y si es verdad clLanto hemos recor-
dado a¡tes, acercade l:r yocación unire$al al amor, como Finalncntc, una última clarificación que considero
exprcsión de la¡ismaraiz deproveniencia. entonces cullnto nlllJ irrrporlanlc. I rcrib eIJ,' ¡obre eslas cor¿\. \tetnfre .e
ahora cslamos exponiendo poclría sel aplicado, por lo me- hace un discu¡so tcódco, se procede con argul¡entos un
nos, cn süs líneas generales. no só1o a los aspirantes al sa- poco técnicos, se habla dc (casos). aveces, hasla de casos
cerdocio y consagrados/as, sino a quienquiera perinanecer clinicos, cuando las pemtrbaci ones son serjas o incluso pa-
fiel aaquellaruíz, paÍaque dé frutosbuenos y sabrosos, en lológicas- Más aÍrn. hasta sc puede dar la impresión de lra-
cualquier contcxto vocacional. Iru éslos (c¿sos) con certczas absolutas, como si sólo se
lr¿rtara de aplicar una teoria. En realid:d nada de eso: de,
Se recucrda, Flnalnenle al leclor, que la presente
trás de éstos análisis hay ¡ostros, pe$onas, con sufrimien-
reflexión ha nacido cn el contexlo de un Convenio para
los c incerle/r\.:r nrenudo. con drar¿. o -iernprc Lom-
aninadores y formadores vocacionalcs italianos, y ha sido
prcndidos exteriormente.
propuestar con opomrnas Ínodirlcaciones y adaplacioncs,

ó t1
Por lo que a mi se reflere, en todas las 1'ases que me guslo ¿ dr.po5icion Lle In publico ma\ a Inipr11r-
"rnplro )
culamrcnre querido .'omo el .hileno, de lo. eJrcadorcs \
h¿n llevado al desarrollo de este tema. desde la reflexiól1
hñta la elaboración fina1, coniieso que nunca he podido l'onnddore.dee..d tier.¡¡ dcc.r:r iglesia. rarr ricadevocr-
prescindirde aquellas personas reales que el tl¿bajo de es- ciones, pero tanbién ella marcad¿ por las herjdas de dis-
tos ¿ños, tanto de formador como de psicó1ogo clínico, me cernimientos 0o suFlcientemcnte ¿tentos a 1a complcjidad
ha llevado a encontrar, y con las cu¿les, ¿ menudo he esta- del nisterio humano, y por 1o talto, cotrscierte de lá exi-
blecido una relación mucho más allá de lo puramenle pro- gencia de aprendet siempre mejor e1 ate de discernir
fesional, un¿ relación hur¡a¡a, en la cual el lécnico de la
psiquis habitu¿lmente em sobrcpasado por el creyente que Mi esperanza es que, en lo pequeño, tal reflexión
buscahumildemenlecomprcndery ayudar¡entenderpaü pueda ayudtu a quien está en canino hacia la elección de
hacer una elección precisa. la vida y a quien acompnña el camino de la elecció[Lo
impor-fante es que el camino y el deseo de c¡ccimiento no
lilaciendo lal lrabajo se toc¿m con la mano los mu- te¡minen nlrnc¿, porque El, el Dios amante, no termina dc
chos lí111ites de nuestros conocimientos y se advierte todo llanar a aquellos quc arna.
el peso del discernimiento que se rcfiere a la vida y al futu-
rc de una persona, pe¡o que también debe ser hecho y no
puede ser cargado sob¡e las espaldas del oüo, especialne¡te
e ciertos casos,

Si hoy puedo realizar esta latiga y puedo proponer,


sin ninguna pretensión, quede claro, estos citerios para el
discernimiento vocacional,1() debo también ¿ ellos, a estas El Autor
personas que en diversos modos he seguido, a las cuales
he tr¿tdo de indicar lLn posible camino p¿r¿recorery que
he ayudado ¿ elegir tal camino. Con algunas de estas per-
sonas la rel¿ción toda\'í¿ está en curso. Más o menos, de
todas es¡as persoDas he tenido y tengo la posibilidad de
obscrvar cl resultado llnal de la elección hecha o el rcco
Íido rcalizado sucesivamente, alcanza¡do a verificar. tam
bién la bondad, más o 111cnos dc los c¡itcrios adoptados, de
la netodología seguida, dc las indicaciones olrecidas.

Jusramenre c.ra opomrnid"d de e\.rluación effique


ce la experiencia y me pemite, al presente, formular las
indicaciones coDtenidas eLr esta reflexión. La pongo con

lri I9
E I discern inTi ento vocacion al
J'rente a la inrnadurez y patologías del
desarrollo ctJ¿ctivo - sexlral

El tema que tenemos delante es intrjgante y com-


plejo. Lo es por su natLfaleza y lo es en manera pa¡ticula]'
en la iglesia de hoy: Ya sea con motivo de una cie¡ta evi-
dencia actual histó¡ica, que nos ha vuelto a propone¡ en
términos crudos la distancia existente entre la sublimidad
de la llanada y la debilidad de la respuesta; Ya sea porque
nos movemos en uLr sector que, por ciefos aspectos (verla
homosexualidad), escapa todavía a una delin ición diagnós-
tico-proro-'rco precisd. -obre la cual e\i\la con\erge_cra
por pane de lo- e-rud oso-.

Sin ernbargo, es un tema fascinante, que h¿rbla del


misterio del serhurnano llamado avivir. en ladebilidad de
locar¡e, unavocación que implica e1máximo de amor, de1
don de sí, de la liberlad de querer bien. A Dios y a los
hombres. Yde dejarse quererbien. Yque por lo tanto, exi-
99, además, el máximo de la aiención en el discernimiento
vocacional-

Dividiremos eslelrabaio en cuatlo pades. Enlap¡i-


fnerabuscarcmos cladFlca¡ el ámbilo y los clitedosdel dis-
cernimiento vocacional; luego, daremos algunas indicacio-
nes generales sobre la diferencia entre palologia e inmadu-
!oz; en la tercera parle afrontaremos explícitamenle e1 tema
dg las patologías y la inmadrrez afectivo - scxual, y en la
l¡ltimapaÍe diremos algo sobre la homoscxualidad, dcsde

2l
laperspectiva explicira dcl primer discemilnienn) vocacio Esto exliende de otm lnanera elámbito de ln inves-
¡al, pero con una mirad¡ que sc proyecla más ¿11á de estc lil¡[ción y el obicto malcdal dc] disccmimienlo- No basta
primer nlomento del car¡ino instilücioüal, como hemos es- td unr simplc atcnción a los cor11pofi¿micntos. ni la adop
pecificado en la hrtroducción. 0l(t1 dc un crilclio püramcntc ncgativo ((dado qüc no tic
tlc t¡n cicrto tipo de compor¡amicnlos no hay problcn1as),
I.- AMBITO Y CRTTERIO DEL DISCIRNIMIENTO (u0n1o está lünqüilo puede seguil adelante)) o la inler-
ptcLrción dcl silencio sobrc cl lcma como signo dc mad
Enpimer lugar es irnpo¡tantc dcfinir coÍeclameD- tcr,
tc cl ár¡bilo y el criterio de la irrvcsligación, cs decir, cl
objcto, y luego el criterjo de la invcstig¿ción nisnra, lo El título de este tr¿bajo" nos invita a volver la aten-
quc olrece la posibilidad concrcta dc una conlronlación chllr iL los (casos diliciles)). los que presentan inmadlLrez e
con l¿ persona y stL nivel dl3 madurcz. En 01üs pal¿b¡as, se ¡noluso, patologíff en el árer al¿ctivo - sexual. Aquellos,
tralaria de definir el objeto matcrial y lonnal del discemi- qL¡c c0 el discernimiento vocacional se vuelve complejo a
miento vocacional en lo quc ¡cspccta a la m¡durez afecti- luusd de estosproblemas, que contaninarán. en modo más
vo scru¿1. o [)onos deDso l misna opción vocacional y la posibili-
(l¡r(l de vivir una autéutica consagración a Dios en la vida
LI Objarj natetí111 írcodot¿l o rcligiosa.

Es el ¿mplio armbito del arca afcctivo - sexual. con Paradeñnir con n:'Ls precisión éstos casos clificiles,
sus dcrivados, ligado a los p¡oblcnas normalcs del des¿- 9¡ nocesario definir el tipo de i/¿dl que aqui está en cues-
rollo y a un nivel más serio- a patologías pafiicularcs. ll(tn (cl ideal sacerdotal - religioso así como es concebido
Dor la lglesia) y la n¿l,r/d1ezd de la sexü¡lid¡d - áfeclivi-
Pcro cs lambiéD el irea que estí en el centro dc mrcs t[r(1. En otras pal¡bras, se debe respetarla]ey de laintegra-
tra geografi¿ iftrapsiqLrica (r), y qLre, a menlrdo, ftnciona riún cntre la perspectiv¿ arquitectónica y hemrenéulica,
corno caja de resonanciirde proble¡1as nacidos c oüapar- r,t último a¡álisis, eútre, el conponenle leológico y el psi-
te, o más cor¡o sínlom¿l que síndrome. en todo caso, como coll)gico de la elección que el sujelo se presla a h¿cer.
parte que llcva a1 todo; se esconde (púdicarrente) deüás
de otros problcmas, a nenudo, detrás del miedo, la ve¡ Será p¡ecisamcntc ósta cla¡ificación la quc nospcr
güenza de alguna lalsa pre - comprensión de la persona. ,Iiliri c"pldr cl ob cro formal dcl di\ccnrirnicnro \ ocac.o
llrll sobre la afectividad sexrnlidad.

1.2- Objeto lomdl


rL)T¡¡brén trn docur¡enro cclcsial.orno Aar,.¿J J¿¡, r,bi:r l¡)r¿cúerdr: !1.)
¡r¡d0mción alccll!a súp.ne lr concicncin de l¿ uentml addel¡i¡orcnLacrl* El criterio para el discemimiento de una llamada al
trrinisterio sacerdotal o a la consagración religiosa es por

)2 2l
naturaleza propia cor¡plejo. No consiste en urra lisla dc Iheden ser admitidos .r l¿s i)rdenes y a los \iotos
requisitos. conectamente definidos (tanto en el plano lco n{r¡cllos que, ademirs de lener oÍ¿s clralicl¿dcs rcquefidas
1ógico como psicológico), pala evalual e¡ forma lrí¡ c |l0r In lglesia (r). haD adquirido (o eslán cll gracLo dc adqui
rrnpe ionrl. c"n .l ern¡'le,.,lc rn.r uminlo' ré(ni!'Lr.. comu ri0 cn su desrrollo psicosexu¡l:
si se tratase de conshtar l:r coincidenci¿ o no con una sueltc
de identikit del sacerdote, del religioso o de ]e religios¡ L ¡tna sólida id¿ntiddd r¿-radl, biel lipilicad¿ por cl pro
que no admite excepciones. Al contr¿rio -este tipo de dis ¡rio soxo de peúeDeDcia, que pe ril¿ ¡claciona¡sc con la
cernrmiento- es gesto profundamenle hum¿no, dc ¡yuda tlt0ridad y h di,rersid¡d (sexual y no sólo) cn lorma con-
oirt, i,I r r ¡tn"nrr ¡.r:r qu. \i rúnú,/ci ) erigr. urr pr" plo,nertaria y l'ecunda. Una coÍccla idcntjdad sexual su-
lirndo conocimiento del individuo porparte de quicn oftc lore normall¡enle un scnlido dclyo slrficientemente fler-
ce la ¿yuda. un gran seDtido del misterio de la persona hu to y positivo- que hagá a la pclsona libre de diversos
m¿na, n notable conocimienlo de los dos elemcnlos qúc condicio-namientos rcsPcclo a uno y al ot¡o sexo (miedos,
eDhan corstitutivameDte enjuego en la ouestión, los cspi rcoh¡zos, deperdencr¿s alcclivas, con o sin connotaciones
rituales y los psicológicos, corno ya henos dicho y col11o ori)lic¿s (1);
ahora explicilareños r¡ás alnplial¡entc.
:, l"r posibilidad y capacidad de vjvir plenamente en el ce-
1.2.1- Elemeníos nomotiror y espit ihtdles libtrlo <signiliurdo esporr¿r, del cuerpo humano, (gr:r-
el,
ri{s al clral la pcrsona sc da ¡ la ofra y la acoge, o) en el
Nos rcfcrimos a las normas rndicadas por la Iglesia tct,¡icio (letinteresa¿a po¡ el biell espiritua] de /od¿r los
par¿ la admisión a las órdcncs y a la consagración religio- liclcs, sin prclercncias o cxclusiones con el otro. con liber-
sa. fomando los irltinros documentos eclesiales i2) pode- lllrl dc i teracción con el otroi
mos sintetizar y p¡ecisar en los siglLientes términos y en
estos puntos,

rL] ( ll cú 1029 (r.¡r ¡,rnn^'idos x L$ órdcrcs solaüctrlc ¡qfcLlos quc por


l¡rtr¡cDtc iui.io dcL OtrisDo. dcl Su|rurlor nr¡!or c¡r¡rctento. c¡n\n]¡rxr'!i¡ l¡
sor
rlls liN cn.u¡$rn.,$. tictrc¡ lü inr.gfu. o!rlos por ilct¡ ii]lerción. po
r,ri h cicnci¿ d¡bi.x. !oz.¡ dcbfe¡¡f¡¡r¡ r¡r dc irnqras cortrmhrcs y ¡¿
t, lt,.r \" . ,,,1, , J'l
r¡' r3r'cú1cs.oú.lord.tr qúc dcLc sdr.cibido
Lrr ffli.ulnúe¡lo Crntjtuur.ióú ¡xr¡ los hrslnuN dc liJa cons¿emd¡ y l¿s
socicdadcs.lc!i¡x aDoslólic¡.l,olhsiDrn ¡lnulioni. Dúclrive nrll:i fonn¡zio¡r )( ll Pofs$n r¡ i{rdr'ri.:19. N o!. \rc¡/nni ¡.r ütrx r.r!a Lrrop¡.
¡c3li isliluLi religiosi, Ro'¡¡ 1990. l9 10; Giov!n¡i P&l! ¡1, Prrorc! ¡xbo
vrbú. Romn 1992,.14: C.n!rcgx/nDe ndrl o¡luc¡rioncd¿lrilica. La pr+anziotrc
úd¡c.lori rci súmnrxrl Di.tti!c, r3-rii Cio\a.ni P¡olo ll, rf)lr0slorer ¡rbo, r!h,\.,1.1. cll s¡br¡ rL¡rguúcrlo ¡1.la csp.nsxlidad dcl scr
dce¡i
\ ' .. _ Ronra
lrru. 4
191)4.
tnr r. \', \. [trn¡r.,lainb]¿r lúai Palrlo ll. v¡gnrid¡d o cclib¡1o (porel
.e. J' .I -,., !i[, ¡c los cic]o$, V !iclo dc rxrcqtre\i: d¡ JLLrn Prbl. ll c lxs ¡udicn.ias
Erropa, Rorna 199?. l7b). cu (comflission. rpkcop¡lc pcr il cLcro), Lnrec
comuni rcr la \it¡ dei nosri scmin.ri NoL¡.ltom¿ 1r9r. t 22.

21 25
3. (ün gran amor, vivo y pcr.sonal, a prolon- misión, y por corlh?ste, de los casos en que ésta adnisión
"aes??¿rirto....
gado en una enüega universab)16) en una vida de ¡e madu no es posible cuando y porque cl objctivo no parece pru
ra; dentemcntc alcanzable.

4. suñciente y progresiva libertdcl r üadn?z afectiva, q.ue .2.2 Ll¿n utu: n¡ p5;¿lu\i.¿5
los haga hombrcs de relación, cap¿ces de verd¿dera patc¡-
1 h, n,t'tti, u\ )
nidad pastoral y hechos conlo¡mes a los sentimienfos dcl Los elementos hemrcnóuticos y psicológicos. como
Hiio. Sicr \ o ) CordcrLr',. Pastor ) I .116.¡,s., 6¡¡¡e i¡, ¡¡ lo dice lapalabra, nos penniten p¡ecisar mejor el ideal pro-
bres paü amar intcnsamente y para deja¡se amar en modo puesto por la nonna eclesial, ypor lo tauto, tamlrjén poner
r'ecto ypuificado, sin ligar a ningxno a si, capaces de una de ¡elieve los colrrponentes de este ideal o las condiciones
¿tención oblativa al ouo y de comprensión íntima de sus humanas que hacen posible la actuación de la norma. En
problcnas con una lú cida pe¡cepción de su verdaderc bien, este se¡rtido nos puede a''udar mucho la psicología, como
ricos de c¿lorhumanoy capaces de educarenlos demás en ciencia he¡menéutica, capaz, de explicar el íntimo meca-
unr alccri\ iJad latnbién ohl¿ti\ a . . : nismo intrapsíquico del hornbre, conlo ser sexuado y lla-
mrdo a ímar. ldmb en en el c¿¡o que elU¿ .er r irgen. r,
5. la ceúezd norul da pacler v¡t¡/ el celíbato t) Ia Lastiddd capaz de conducjrnos, al umbraldel misterio de la sexrLali-
sdcedolal, aftonta]fldo con determinación y prudencia la dad, del amor. de la virginidad por e1 reino, de hacernos
fatiga dc Ia rcnuncia al ejercicio cle un instinio profunda- comprendercó¡ro (ñrncion:D o cómo deberia funcionar el
rnenle crüai/:rJo en .odo hornbrc ¡ lrujer'. .in recunrI a todo.
estilos de relaciones defensivos o selectivos respecto de
urlo u otro sexo (r0). Es import¿nte, entonces, recor-dar que exisle un or-
den (uDaregla) relativo a estas h€s renlidades (sexualidad,
Estos criterios indican el camino y constituyen el amor, virginidad), y que. lá psicologíá, o uüa cierta psico-
puDto de lleg¿cln de la lonnacióo sacerdotal y religios:r, logla en diirlogo con la perspectiva espiritu¿1, o con la re-
bajo el perlil de 1a madurez afectivo - sexual. Pe¡o, de al- flexión filosófico teológic¿, puede ayud¿mos a comp¡en-
guna mancrr. rn.l can también el pr n.o dc reterencid o Ia.- der 1a estructura intrínseca a la sexualidad, clel amor y de
londo genclal de1 discemi\iento ¡nicial,delap nera la misma eleccióI virginal por cua¡to está vinculada
^d- estructüralnente con las otras dos rcalidades,

Si cxiste un ,'-¿7¿r, o cstructum illÍínseca. será de


iocl P¡roNsdxb¡ !obis,44 interés para el hombrc, que más que un debe¡, obedecer a
r?rClv,taconsccrar¡ 65 69 tal ordcn o dal. prccedencia a la objelividad de la norma
(er L¿IEparacióD ¡e loseducaJorcs c¡ los semina¡os,l5 sobrc la subjetividad. En todo caso. cs la idea del o¡de, la
(LO Cl Prslores dabo v.bis, ¡¡l quenos puede hacer colllprender la idea deldesorden. Para

26
21
los tincs de nuestra reflexión seiá desarollar rápidameDte . espirifiMlidad: la scxualidad cs también espíritu, coino
en punto\ mu) e-luemático. las tre. rn,lrcJcronc-. sintcsis dc los cxtrcmos y capacidad de lectura de estos
colllponcntcs pafa captar ü[a misle/¡o9a t ft1ad,la vefdad
o) El otden de la sexuul¡ddd brdo serJ,út¡t¡s) de la vida humana, que se hace pa¡ticularmente evidente
en ella. cstá inscrita elr cl cuelpo (]r). El cuelpo sexudo,
Lr sc'.rlrl o¡d ticlc sl cL;rip,, tnlerno und cspecic cn cuanto <tcstigo del arror como de un don fundamen-
de ADN qüe manifiesta su nalumlezr y sus lincioncs. Se- tal))r(l),
gún el anátisis psicológico, particulannente elegido para
esla investigación, la sexualidad es: a) manjfiesta al honlbre. su proceder de otro y su ir
hacra or.o. .u nuclco r'¿drcrlI ellle dr:rlog'.'':
L dindü¡stl1o,Ío es sólo un dato, biológico o psicológico,
que se imponc o impone necesariamente un cie¡1o ejcrci b) ayuda a compreoder el tentida de la v¡da, do'r tecí-
cio del instinto geni¡al. sino qüc es larlbién, y sobre todo, bido quc liurdc. ¡or.u tirot,rJ nirurile/:r. ¿ con\ en ir'e
u11doÍo paru llacerse, es decir-, una realiclad educabLc que cn bien cntrcgado;
llama inmediat¿mcnle rL la libertad y responsabilidad del
holnbre, o una parle que es integrada al lodo o puesta a sü c) (contribuye a revelar a Dio.r .r' .r?l dnor creatk¡r>
que ha anrado alhombre hasta hacerlo capaz de un
(11),
a or dador de vida, que lo hace seme.JaDte a Sí.
2. pero ella misma es una realidad..rr?p/@" liuto de di
vclsos componcnles, (hecha) de:
. gen¡lcllidad: de óryanos ptedispuesros a ialclación y a la
relación lecunda, que hablan de la capacidad receptiv¿ y
oblativa del ser humano, además de la unitiva - relacidralt rrr)Td dnlin0ió¡ de4 co'¡poncnlcs de ln so\tr¡lid¡d ttrrna cn suratrcia los l
riveles¿slru.lur¡lcsqtrcclgcrcl¡la^.S.rr.rcconocccncl qo.hunr¡no:cL
. (at?arci¿ad: cada cüerpo cs sexu¡do en cada uno de sus ivcl ¡ol¿rjr., (coDo crru.ntrn y¡ ¡¿dx. diversn dc ni¿lo a sijeti, qtrc \c
rorú!grudualorenlc),cl fivel¡rlt!ú)(.omoilund¡ inmcnsodcscnsxciotrcs. '
cúnrfu|eIlc\ \ dot¡J,, de r lra Je gé rcro pr{..a
idrrrIr"J Dc cop.loncs. iDá!.tr.s. i¡.Dorias ..,lnc sc crrctu¡ cn uD nrodo ¿it¿nre¡1e
(lnasculinr o t¡mcnina); tal pertencncia está en la base dc loxible. cof(¡ru¿nrente nr ulable y plasn¡bld. y prrlo l¡r1.. úúcclr,.cnl¡
o0$cle¡hlico dcl lndi\ldro). cl rivcl,,,tul (como uilcK) de nrruicio0es.
la alücciúl de un sero h cia el olro, pel'o rarübién de la i(lc¿s. pcns¡micnLos .quc seen¡qucceslndesc *o ¿ tr¿v¿s¡o l¡obso rr
n
y l0 Eilexiú¡)] clnivel¡,r,,t/a,/(..¡ l¿ tun.n. dc sc¡c u.lLrú portx¡or¡,
capacid¿d de relación con el otfo:
lrc d¡ un so.lld¡ ¡ bd¡ cl'¡r¡. p¡nc ún rcl¡ción yrincuh ¡ L¡r pcron0 con lo
lrusccndcnl.). ct A S.rrx, Scrrxlnl¿¡: cienci¿. s¡bldurjr s.¡ieli¿d, eú .Lr
. a/ect^,idad: la sexualidad a¡:lquiere verdadel? cualidad ( iviltá C0tóljc¿,. 1687 (2004),2l 222
humana sólo cuando cs orienrada, ele\¡ada e inlegrrda por r )lu.D ¡¡blo ll.Audiencjasene¡nl 9/ r1980, e¡ Jn\cg¡¡úrcnli di (;io!'a¡ii
el amor; clece y se realiza sólo en la libcrtad de acoger el l,¡bloll,Ill I,1930, | 90. ú.4
amor y dc don¿Ne. I r)Cona¡eA¿uione |t, I-'o¡u.x1nrne C¡l1óli.¡ Orioikmcnli cducxli\i
srll 0more üi¡ano. J i.orDüri,h educrr',¡ sessml¿. Roin. l98l.2l

2E 29
3. Es evidente, entonces, la naturalez¿ Dlisteñosd de la 6.-Entonccs. cuando la identidad entl-¿l en diálogo con la
scxualidad, no sólo porque escapa a cüalquier lectlrra ba- ulte¡idad, la relacjón interpersonal esf¿¿¡rr¿, y es una 1e-
nal y superficial, sino en el seotido más prolundo de la oundidad cn djversas direcciones. A nivel dcl yo y del tú,
idcadcl zr.rrerio, como punto de encucntro o lLrgarde conl- del nosohos y del otro. Ante todo, porquc sc afi¡ma y se
posición c inlegración de polaridades ap¿rcnlemente con- reiucza cada vez nlás, ei mismo senlido dc lap¡opja iden-
tradictodas. al iDterior y al exterior dcl individuo; tidad y de la alte¡idad, porque crece la dimc sión relacio-
nal dcl sü humano como constilutive del hombre. y flnrl-
4.- Ia sexualidad, de bech{r. e: memoriu. irlscrila cn cl ser mente, porque la relaciiD. ¿si livida, no se cierra en dos.
humano. incluso en su cuerpo, de su provcnir dc otro y. al sino que se abre regul¿rnrente en vcntaia de n tercero.
lrismo ti.3lnpo cnergia que abre a otros, por lo tanto, es conlo pueden ser los hrjos en el nalrimonio, o el bien de
simultáocamcnle. necesidad (déficit) y potcncialidad (re- los demás, de muchos otros. de quien cn palticular es mís
cu¡so), bien rccibido y bien donado, invcnción divin¿ y tentado de no sentirse am¿ble y es, sn ca bio, alcmz o
realidad hümanísiinr. autonomia )¡ pcrtcncncia. au- por u amor qLre lo acoge-
totrasce dcncia y en¡morrmiento, espo tancidad exhu-
berante yley¡adicada elr el ser, grrtitudy r¡ratuidad, dcslc- A esle punlo 1a scxuatidad haalcanzado su obictivo
llo p¿scual e instinlo humano...: la sexualidad pcüritc ar natur¿l y quizás elmás caliñcadot Ld /¿c undiddd p lena.
monizar estas tensiones sin cxcluir ninguno dc los dos po
los;justamente por csro es rica de energí¡. 7.- ED conclusión, cntonces. tener unrL sólida idcntidad
scxual qLrierc dccir:
5.- La sexualidad. cn paflicular, es el lugardc latipificación . inlegrar l^s cratro conponentes y las var¡as polutida¿¿s
del género de pertcncncia. donlle la l¿¿rlld¿l¿/ encücnÍa
dc la sexualidad. en torno a la verdad lündanlental iDscrit¿
Lnl preciso punto dc rcIcrencia (incluso firndamcntado
cn la sexualidad r¡ism¿: la vida huna¡a es un bien recibi-
biológi-camente), y cnclclral la xlieridad alcanza supr.tnto do que tiende, por su natutalez¡, a convcrtilse en uD bien
rlonado,

Ladif'erencia dc los sexos irdicala ctiversidadradi . para salir dc sí y scr capaces de relación con cl ot¡o, con
cal, y es el símbolo po¡ cxcclcncia dc las dil-erencias hu llr diversidad cn cüanto tal.
ma as, como l¿ escuela pa¡a aprcnder a respettr y valori .y de rel¿ción fccurda a tres niveles: del yo y dcl tú. del
za¡ al tú, c¿rl¿ tú, en su divc¡sidad, unicidacl y belleza, su- nosotros. del olro-
perandoloda tentacióndehoüologaralotroodees{rblecer
relación sólo con el semeianic a sí. La ideDtidad sexual es h) El t¡nlen del anar (Ordo anoris)
fiuto dc csl¿ com plem entaricda d relacional, y es tanto más
filmc y segura cuánto más está abiclla incondicionalmen Es San Agustin el primcrc cn hablar de un .r,¿
te hacia el otro. distinto de sí. r///?ofit, de uDa eslrlrclurir inerna o de un orden objctivo al
cll¡rl el allror-<obedeco) o dcberia obedecer-
1 .- TaI orden recalca la estuctura j erárquica del ser (y del y dejarse am¿r; la afectividad es un área en la qüe se
bien) por la cual cada ser es amable cn rclación con laple- auna cierta inquietud existencial, una ambivalencia
nilud y cudlidad de scr po\erüo Por t¿l r¿,/on. por cjem- fondo, una atracción coítraria, ú\a ciefta cupidilas (de
plo, unapiedra es menos amable queunanimal, el que a su , que hace sólo aparente el movimiento hacia el ot¡o,
vez,lo se¡ámenos queun serhulnano. mientras en la cüm- o (usadon prcdominantemente p¿ra rcsponder a la
bre de estajerarquía estáDios, el Ser sumamente amable v necesidad de senti$e amado. Por lo tanto, es indis-
de.eable. el únrco \ erdadero ue.eo dcl cor¡zón hurnano. e' l€ una cierta drc¿r¡r /isc¡plína del conzón y de
I
cual es muchas veces inconsciente, Sentimientos.

2.- Esta estructu¡ajerárquica del ser no indica sólo, en /i Punto de llegada de €ste camino de püificación y cre-
nea pragresi.ta, el objeto mater.ial del amor del hombre. es 1^ libelldd dfeclivLi. Esta nace d.'dos certezas:
sino que da cLrenta y manifiesta la posibilidad y 1a capaci, de ser amado, desde siempre y para siempre, y la de ser
dad de l:r naluralc,,¡ h.Itdna. de hacer e\periencri dc un az de amar, para siempre. Estas pemiten a la persona
anor, el divino, que no se linita a la simple benevolencia- totalmente a otra y acogerla también incondi-
sino que llegahasta el punto de hacer a Ia criatura c4pd; de le (=enamoramienlo); y por Ia fue¡za de t¿l con-
amat a ld manela del Creador. Este es el pünto central y de amor, adema., le perm.tc cxpre.ar er .u mári-
culminante del orden del amol. grado la propia capacidad afecliva, amando m c¡o ] a
:¡os, especialmente a quien es más tentado de s€ntirse
3.- En tal sentido la dile ctio adendda, (el dfiar ordenado) amable.
por esta potencialid¿d divinapresente en cada corazón hu
mano, establece un orden a la realidad, orden creativo y El orden de la virgin,dad (OIdo I iry¡nircti.t
disciplinado, que nace exactamente de 1¿ cefieza del amor
de Dios (<infundido en nuestros corazones)), y q e con- Aquí el aná1isis se hace mucho más inter - discipli-
siste en esencia, en amar con el corazóll de Dios: en for.ma y abierto a lo espidtual;como un camino que mientras
desinte¡esada y gratuita, acogiendo al otro incondicional- las indicaciones precedentes se abre a un rccoffido
mente y alca¡zándolo en 1¿ positividad radical de su yo
para querer su bien, aprcndiendo a recibir, no sólo a dar, a
hacer las cosas por amo¡y a observar la 1ey no po¡ obliga- La virginidad es actuación peculiat j mísler¡osd del
ción sino lib¡emenre. a amar a Dios con todo el co¡azón del amor o de la estructur¿ jerárquica del ser, en la
para al¡ar con el corazón de Dios a cada criatura, Dios está en el vértic€ de la tensión amante, ya que
laposibilidaddequeDios seconvierta, enel obje-
4.- Pero, al mismo tiempo,la dilectio ordendda (el rLmot oxclusivo y totalizante del amorhumano, que no exclu-
o¡denado) también es consla¡temonte atacada por su con- los otros amores, sino por el contrario, exalta la capaci-
Irarlo, el desorden, el caos, o 1ap¡etensión ingenua de c¡cer afectiva do 1a persona virgen.
que el corazón siga espontiineamente un cietto orden al a-

.12 33
2.- La persona virgen por el ¡eilo elige amar a rios ¿o,? sabe rcnunciar rrl¿lig¿rtemefite al ejelcicio lisi
toda el ¡:orazón, la mente y las luenas, o con todo el ser /a¿ pe¡o que busca y encuenha, con creativi¿lad
(más allá de todo amor, incluso de aquel natual y deseado mil formas expresivas del verdadero amor;
po¡ una müjer, hasta el punto de renunciar a él), para amar
con todo el corazón de Dios a las cdaturas (=amando a et díce na al roslro m6 bello y alrayenle, pero
todos inlensamente, sin vincularse a nadie ni excluir a na- a quien, humanamente no es at¡ayente (como
die). besado por San Francisco o el moribundo abm-
madre Teresa) y es más tentado de no senti¡se
3.- En la medida en la cual Dios se convierre en el objeto (15)
-cx, Iu,ivo- del ¿mor. el amor dir ino llega a ser alrn mác t
el modo de ama4 delapersona virgen (el amor hace seme- Ob\iameÍle este olde no puede ser desatendido y
jante al amado, o el objeto material se convierte también ¡ rcspetado en sus implicancias de fondo y conse-
en el objeto fomal). específicas en las dive¡sas etapas vocacionales,
hablat. Ei gene"al. de inrnadurez y patologias.
4.- La elección viryinal nunca puede ser privatiz¿da o in- que la persona parece no estar en condiciones de
te¡pretada pa¡a la prcpia perfección personal, sino que es y rcalizar en sr¡ vida un camino de madulación en
iurdamentalmente ¿r rncio de la verdad del corazón hu- idad-afectividad y virginidad (en el caso que haya
rrar¿, creado por Dios y, odenlaalo hacia É1, dlamado) a el dony elección como sr¡ vocación) en linea con
encontr¿r sólo en EI la satisfacción plena, cualquiera sea
su eslado de vida. (r4)

5.- Llega a ser entonces fundamental en el orden de la vir-


glnidad el estilo relacioral yilgrrl¿rl, como modo de expre- omo hemos dicho en la Introducción el objetivo
sar el modo de amar de Dios. Y al mismo tiempo, la cen- licación es of¡ecer c¡iterios útiles para el drs-
halidad de Dios en el amor huma¡o. Es el modo. vocacional, ante todo, de quien es llam¡do a
virginal en el ministe o prcsbiteral o en la consa-
' ds quiet no se pone nunca al centrc de la rclación, pot religiosa, desde el punto de vista de la madurez
que el centlo le conesponde a Dios; - sexual.
. de quien (desflorD a/ ottl sin inyad¡lo, porqBe no es el
cuerpo el lugarni elmotivo del encuentro intelpersonal en
la vida del célibe;

(!) SobE csta intoretaciónde b vnsinidad como vocació¡ u¡ivesal. ct r\ .lerló.¿fló,JrJ.l.'gc' c \ cé'1{ lo en ñc o.dp
Ce¡cini,UnDiosp a amor
Siguene,Salananca,200l.pp.245-268
La vocació¡ para Lodos ¡ l.rirginidad. Paühras, Pcni,200l

34
Estos criterios pueden constituir un punto de refe- Niy¿t pro b lemátic o ti ¡;)
rencia inmediato en el primer discemimiento, aqüel, en el
que, se decide el inicio o no del camino fomativo e¡ la Es impofiante que el educador sepa, ante todo, dis'
institución educativa. En tales casos se hará referencia ex- eidentificar la natüaleza del prcblema p¡esentado
plícita a este uso del criterio. Pero, cuando ésta ¡efercncia joven. QDe puede ser debido a:
directa no esté, tales criterios pueden acompañar todo el
reco¡¡ido sr¡cesivo, alin como puntos de evaluación del re- de psico-patología (lúente o maniñesta, más
corido mismo, ya sea con una finalidad exclusivamente g¡ave), es decir, derivadas de peftulbaciones o
de diagnóstico (controlar la prcsencia de eventuales sig- psiquicos ?\/¡r./, /r¡alcl ) de ndrurale¿a clinlca.
nos de inmaduez o de patologías), ya sea con una finali- pueden ser, por eiemplo, lapedofilia y Ia efebofilia,
dad fomativa propiamente tal (pa¡a evaluar el camino efec- obsesivas de dependencia afectivo-sexual, o una
tivo en la maduración afectiva). o menos sistemática de cont¡ol del instinto sexual.
u homosexual, O7)
Por este motivo, como hemos recorilado en la In-
troducción, cuanto hemos dicho en las páginas preceden- de desarrollo: son manifestaciones y fí¿gili-
tes (acerca de los elementos espirituales y psicológicos) y vinculadas al ¡eftaso o a una insuficieBte solución
tarnbién 10 que diremos ahora, puede representar un conte- lemáticas evolutivas, como en el caso de una ado-
nido fomativo, o constituir un consta¡te criterio general y ia pe$istente (cf <Adultescentes)) o de una 1nse-
paflicular de evaluación a lo largo del camino que lleva a en el área de la identificación sexual con dil'iculta-
la elección de consag¡a¡se paü siempre al Amor Etemo, d\a.. con posible presencra de \inlomas. ¡ vece\.
en la debilidad de la came. a los psico - patológicos, pero aislados y poco
s, o de actos ligados a un residuo impulsivo que,
2.- CASOS DIFICILES
es esporádico y, por 10 tanto, conholable;
Vamos ahora a defini¡ más en concreto el objeto
material de nuesta investigación, es decir, de los casos
en este !áÍsfo las i¡dicacio¡es óliecidaspor la nota. de laCci, Lince
difi ciles para el discemimiento vocacional; nos referimos, la vita dei¡osln señi¡ari. l5
ler
sobre todo, al p¡ime¡ discemimiento vocacional, el qu€ se que, la cvaluaciór conpleja, en estos o.sos, no es ¿utoná¡c¿,
refiere a laadmisiónal camino de fomación, (pero tenien- nnchos elcmcnlos qne enta¡ en jueso sesú¡ ¡D ciero orden
do muy presente las :ucesivas fases de ecte camj.1o con loc ón. Cieltmente ¡o se podrí ignord, que estmos.lie¡te a u¡problo
respectivos momentos del discemimiento).
todo psiquico (¡ loces psiquiáftico). t só¡o succsirancrlc con un
¡ de ide¡tidad locacional, luego co¡ ¡eflejos iDevitablenente tanbién
hecho aún g¡.ve por inplicd a otras peronas (especialme¡te
En primer lugar debemos dar algunas indicaciones, '¡ás L¡ lte¡ción global alacorplejidad de la situación,
y adolescentes).
casos, es res¡eclo al nftteiio del ser ünmano, tanbié¡ si herido o
como premisa, sobre el tipo de problemas independiente- lodo. cundo os hdido, elser lunaro remite ¿l nGierio o aN¿
mente de su contenido, que no¡malmente un educador tie- n histedos¿ que nopuede ser redlcida siñplemente a los compoft-
ne que afrontar conjóvenes en el camino evolütivo. ni es desnsrida por é¡tos.
c) problemas de incansistencia e integración t,ocacional en fofma adecuada. si son remediados opoL
denota¡ dificultad muy común, por lo demás, ligadas a la - Es indispensable, en todo caso, captár, lo antes
p¡esencia de necesidades inconscientes, que resultan pre- tal realidad en el joven y proceder a elaboftr un
domina¡tes y absorben las energías deljoven, de tal fo¡ma de su situación intra-psíquica, también con la a1'uda
que 10 detienen dentro de un ho¡izonte de búsqüeda de gÉ- fesionales que se mue!an denlro del horizonte
tificación de sí, impidiéndole move¡se segirn dinámicas de ló-gico cristiano.
donaciólr de sí motjvadas por la caridad, como puede ser,
una tendencia al aislamiento con consiguiente tendencia El problema se¡á como procederpara distinguirlos,
masturbatoria, o un cierto egocentlismo en las relaciones,,,; enffe los tles primeros tipos de problemas.

d) problemas de carácter espíritual, refeildos a1 átea de Patologías releranles


los valores, el modo concreto de vivirlos o, incluso. la vi,
sión clara del camino vocacional pe¡sonal. Tales diñculta- Veamos aho¡a como identificar correctamente la pre-
des, normalmente se dan aun nivel consciente, pero amo de patologras. ya que hay grado. inlermedio. ) 5i-
nudo este tipo, además, convive con el precedente (proble- ones no siempre totalmente claras. En todo caso, la
ma espidtual y también de inconsistencia vocacional) (18). o laspatologías sexuales siempre deben serjuz-
, como tales, a la luz de criterios generales, como 1os
Esta simple subdivisión nos permite ubica¡ una lí- vamos a ver aho¡a. Las verdadeús desviaciones pato-
nea de conducta para discernil los problemas vinculados e\ DÍ continuum de gra.' edad, nomalmente tienen
a la psico -patología constjtuyen una verdade¡a y auténti- ienle. componenre5 a ni\el de la e\lructum de Ia
ca conrmindicacioi para la ad;i\ión d la e.rrucrura forma-
tiva: también porque algunos de ellos son, por su natulale-
za, reincidentes (por ejemplo la pedofilia y la efebofllia). de úna perturbación más o ñefios ptoJinda de 1a
A diferencia de los offos tipos de p¡oblemas que pueden con raices ba\tanle remoLas en el tiempo. \rn
i¡dividuo pueda reconocer su origen y función psico-
ica (es decir, la necesidad psiquica que busca satis-
), y su vinclrlaciór eventual con el area afectivo-
,09)
3 O r¡ ¡.rnc o0 po. ó é e' e cdr.o Je o. d."o.oere" p.rqri-o.
'e ¿era:p .o!,' peroid,oerloora.o.olt¿ e,tiord \ '. ,g,o e, ,n
nul¡o.ubJeu\o. ap..o b.e riporer
'qree
.t, oru.a¿ ba.er-,,d, f¿.¿
, o r b"rr"' neL o.É r-p " I b,..ó'ene.ór.J.ro-or
"o (sxeab.olu'oe' lo.uqe .or co' ep .Er e . ¡ \o, po ro.' ¿ .j nerro-
rrlo ó eüe co ba'i.h¿ne r - ero!' o.r ,e ro. . , no, tu h.o, c.. 01.
.F e\ ¿.le) ' Dice a so ¿e \erdao k b oñ. ¡esi0 ';,, ¿te¡.r!o. co * el c6o de aquel r€lisioso, ya de uDa ciefa edad con hde¡ci¿s
!o iruJe.-, ' ¡o. er rler.e. icr t. rto !o,1oto.t¿b.Jetp.lo,ogoocl s aclivas. t¡ri¡icadas ro¡é1 c¡ ¡¿zó¡ dc um (enelgía unificante, que
'
psiqui¿rtr cobru el adcndo ' llev.r a dm nüeva conciencia y a ura nu€v! conunló¡)
' perturban la lelación co la realídad, distotsio[and.o la signos, apa¡entemente no gnves, a ni\,,e|r¡lás dinámi-
percepción de la propia vocación (de su naturaleza y d€ fenoncnolóe¡co. que pueden hacer pensar en una si.
sus tarcas), creando expectativas ireales sobre el propio ión palológica subyacente o en uüa situación que po-
futuro, sin que el sujeto se dé cuenta del contraste entre estallar en esa dirccción:
ello y la vocación misma (y, po¡ lo tanto, de lapropia iden-
tidad); inestabilidad en la fida: es el caso de quien
es inseguro y no se decide nunca en las
' especl^lrnet\te perrurban la lelacíón con el otro, incl:u:so ione.. en lo. compromiso\. en el trabaJo. en lo. idea-
larclación con Dios y con su palabra, pero sin que el indi- en las relaciones;
\ rduopueda conlrol¿r.rnaso menos- \u\ senrirnienloc y com-
po¡tamientos ni advefiir la ¡o correspondencia de su mür- idad de intuir y luego respetar los sent¡mientos
do interior con la realidad: demás )1 los prapios pro¿lem ¿¡s, falta de senrido de
(y aún más, de la conciencia de pecado) respecto a
no obstante, remitan a una ftagilidad eshuctural impor- rnes moralc5 objeli\ atncnle gra\ es y d¿ñrna5 pdra el
'
ta¡te y difusa, no necesariamente se muestran en fomas aurojusrifi cación ) egosinLonia. sin.,sulrimieDto-, ni
psicótícas maniliestds, o no necesariamente ttTes expre- ni motivación para cambiar ((no le he hecho nada
siones son constantes, Aveces,la persona afectadapor este ..), (pero ¿qué tiene de malo?), (es ella quien
tipo de perhrbacióÍ tiene un aspecto exterior no¡mal, tie- 3 el problema, o que tiene ciertos sentimientos hacia
ne la capacidad intelectual y creativa o parece capaz de .)));
desarrollar deteminados trabajos.
impulsiras de carócter s¿raal (y agesivo) con
Ensíntesis, y en términos más técnicos,los elemen- conhol, como si 1a persona no pudiese tomar dis-
tos eshucturales en tomo a los cuales se configu¡a esta ia del impulso ((es más fuerte que yo)); a menudo,
pe$onalidad son: la pérdida de contacta con la rcalidad individuos tienen, además, mucha dificultad de con-
(con rclativa pérdida de control de la situación) y /¿/aúio- :ación y reflexión porque constantemente (en lo¡ma
nes objeluales parciales (que impiden al sujeto captar y siva) están tomados de su p¡oblema;
acoger todos los aspectos de la realjdad, especialmente el
cd¡nbíos del estado de ánimo. con ahemanüa
intelpersonal y con distolsión relativa) (20). Pero hay algu-
,¡saciones de exaltación ireal a oÍas de desi¡teg¡a-
y crltica total a situaciones ypersonas, e incapacidad
lo: a<pectos posirir o. y negativo\ de la reali-
(= relaciones objetuales parciales).

e¡) He an¡liz¡do este lipo c enlc dc relaciones e¡ relació¡ oo¡ el canino d€l La presencia relativamente regular y lrecuente de
célibe e¡ la ldloeia. Por a¡or, con unor en el morEdiciones Siguene,
Salañlnca, Espal¡. 2001 de estos signos o sintomas pide que sean tomados

40 4t
seriamente en considención antes de una decisión voca- os selia caridad y ve¡dad proponer una ayuda pertinen-
cional: no pa¡ece, que una pe$ona, con esle tipo de pro- En estos casos, po¡ lo tanto, es preciso proponer a/? dcor?-
blemas pueda abmz¿r un comprcmiso de vida célibe con clínico indispensable antes de cualqu¡er elec-
sus gozos y dolores, especialmente si ya ha habido episo-
a tiem-
dios desviados. Es un gran acto de caridad detectarlo
po y ayuda¡ ¿ la persona a ¡ealizar
un camino terapéutico .- Desórdenes de la personalidad (ímnadtrez)
adecuado, inclDso cüa¡do hay simples dudas al respecto
(justamente pa.a u¡ apropiado discemimiento). A un nirel menos grare. en cambio. hablamos de
iaciones que nacen d€ un desorden de la personalidad
A \eces. cu¿ndo Ia sinración inrr¿psíquica aún no consecuencios en el área afectivo-sexual, pero que
se ha conflgrrado en sentido pafológico, tales t¡aumas pue- eslar, más o menos controladas por el individuo,
den ser integrados y resueltos, e incluso llegar a ser una lo menos teóricamente y, sobre todo, en 1as fases ini-
rica expe¡iencia de vida, qr¡e vaya también enbeneficio de s de un camino. Es el caso de las inconsistencias psi,
los demás. Pero, cuando esto no es posible (o porque el lógicas, de las cuales derivan varias fomas de inmadu-
sujeto no ha sido ayudado en fonr, a adecuaila o porque el
trauma se ha manifestado demasiado pesado) seía cruel
poner sobre las espaldas de estos individuos unpeso exce- En tales casos la situación es menos grave pues el
siro como seria la opción celibararia. e ingenuo ignorar de la pe$onalidad)
que no ÉÉmente los ideales religiosos y vocacionales pue-
Do es en sí figüa psico - patológica ni pe¡flr¡baciód psí-
den seÍi¡ paÉ (cub¡ir, además, patologías o insuficien-
estructural, sino que es un desorden leve y modem-
cias psíquicas> (2D.
que crea un problema sobre todo de narejo de cie¡tos
s y se manifiesta ¿r? ¿r a progresiNa úgi-
Definitivamente debe an haber pasado los tiempos
o en un funcionamiento ,nplopia (más qne en la pérdi^
€n los que se creía por descontado que el tiempo o la gra-
del control propiamente tal) de los procesos normales
cia a¡reglaban todo, clue bastaba en todo unpoco de buena
adaptación de laperuona (en los modos de sentirypen-
voluntad y las ganas de i¡ adelante, o que fuera suficiente
poner a la per>ona en cieno' ambrentes luna panoquia en ; evaluar, y actuar, advertir y gratificar las propias nece-
.);
el campo...) o permitirle tener üna dete¡minada experien-
cia. La caridad sin verdad, simplemente es falsa. En estos
elimina en el sujeto la sensibílidad y la conciencia
, por lo cual tal sujeto es ante todo consciente de su
lema, está en condjcjones de (suftil'r su situació¡, de

ci) CEl, Llnee educative per ta ril¡ del norn seftinari, R¡na 1999. l3

42
percibirla como contra-ria a sts ideales (ego al ienante), de En todo caso, el sujeto continúa siendo una pe¡sona
desear cambi¿rla, de ser motivado a luchar conha ella (al ialmente responsable de sus propios gestos; su li-
menos en las fases iniciales); esta¡á disminuída, perc no anulada, y 10 es¡ará en la
icla en que comience a ceder progresivamente a la ten-
. normalmente no tiene su odgen en un pasado remoto de ia que no cont¡ola (pero que pod a aprender o
Ia pelsona, sino en tiempos re[atiyamente recientes; a conlrOl¿r,. como en un circulo \ icioso que sc
cula en 4 etapas:
. el prcblema se reflere l7 rr? s¿clo/de lape4o¡a, no a toda
la personalidad; y no siempre estri presente hasta el punto y lígeras gratl¡caciones reniales, t^n lt1eras
de pefi[bar sus actilidades normales o iúpedir laposjbi- para pasar inadvefidas, (por ejemplo, buscar una per-
lidad de concenüarse o dedicarse a alguna cosa con iodas o un contacto en momentos de soledad)r pero crca¡-
sus fuerzas; siempre más

. no implica la pérdida de la libeftad o el estado incons- costumbre y ]uÍE ambtgüedad en el compoftamien-


ciente con distomión de la relación con la realidad, sino que hace al individuo menos libre y menos capaz de
que, más bien es una /iüitación de Ia propia líberlad, so- larse; (por ejemplo,la tendencia a evitar cuidadosa-
b¡e todo, de la libertad afectiva, que hace cad¿ vez más todo momento y situación de soledad afectiva o a
pesado (hasta el punto de 1{) insopofiable) el compromiso la inmediatamente de presencias gratificantes);
cellbalario con todas sus e\igencias ) renuncia).
a costumbre galificanle y gratificada se conviefie, poco
Tendremos así una persona que advierte una fuerte
co, en un automatismo cad,a yez más exigente y
necesidad, por ejemplo, de ser el cent¡o de la atención, de
fente, por el cual la gratificación de aye¡ no bastaiá
tener relaciones especiales con alguien que le asegure ser
hoy, (y 1a exigencia de contacto con el otro/a tenderá
amado y amable, y por lo tanlo, tendrá también necesidad
vetirse, cadavezmás, enuna exigencia a nivel flsico
de signos de afecto. Si hay una ciefa gratificación y el
individuo no es a)'udado a tomar conciencia de la situa- ), mientlas laconci€nciase irá aalaptando cada vez
al comportamiento, juzgá¡dolo cada vez con mayor
ción y distancia de la necesidad, ésta se volve¡á cada vez
hasta justifLcarlo (2r;
más exigente y prcpotente, pretenderá un aumento progre-
sivo de ladosis (porejemplo signos de alecto tambiénfisi
cos...) hasta conducir al sujeto a asumir poco a poco, un
estilo relacional que se alejará progresivament€ de la acti-
hrd de vida tlpica del virgen por el reino de los cielos, con
implicancias morales (q:e podran. incluso llegar a una cier-
lonoaquellos dos religiosos que vivla¡ des'je hace Bn ri€ñDo utu.elación
ta gravedad) involucrando además, ¿ otras pe$onas. Por poco" óo.u. :e lúbna.ore'r'do e0.o D' g,t J ..r.u,r.abal 0,. e.oJ
10 menos no se podrá excluir un resultado semejante. ros,ra¡r¿b¿ ¿ v'\ r nrejor su !onelf¿c ¡n.
4.-perc, sobre todo, el automatismo p€rmite a lanecesi¿lad \ubpttva de la rc^lidad y miedo a ld dtu€l.t-
gratificada pone$e en el centro de lapersonalidady desde inmedútamcnrc ¡:o n/l ¡ctuo hzada;
allí (nandaD) las acciones como motívación inconscienle
cansta te (yano sólo ligada disponibilidad al cam¡no asc¿tico, latgo y pacjeÍte,
, a los momentos de soledad).
pretensión de resolver rápidamente los problemas;
Ectamo. enronce. ¿nre una po¡ible de.\ iacion /re-
,¿.r g/al,¿ desde el punio de vistapsíquico y menos negati-
notable habilidad p¿lla recuÍi a formas de
(.24),
va en cuanto al pronóstico y a la posible rccuperación (y
obviamente, en el plano moral, habrá mayor responsabili-
Aquí, co1¡o se ve, el prcblema es padecido en for-
dad). Pe¡o, es ñrndamental que el prcblema sea identifica-
psicológica (no psiqüáÍica) y mora1, conjuntamente
do, lo antes posible, y que el individüo sea ayudado a no
iáentidai y de voóaciin, se táá áe ta trictra ironnat que
ent¡a¡ en ese cfuculo vicioso que lo conduce lentamente a
IaunodenosoÍos,combatecadadíaconlaspropiasde-
desviar su libeflad y a si mismo. Jüstamente por esto, se
idades, y que está vinculada a la (in)consisienóia pro-
puede afima¡ que este proceso se conviefle en un desor-
; lucha que decide luego el grado de nuesÍa virtud y de
dende lapersonalidad, cadavezmás gmve, incluso en tér-
'ualidad y eficacir de-nuesl;o leslilnonio. L ucha I ien-
m no5 inúa - psiquicos. casi como una célula ca¡cerigena
que sonpafte del misterio de lavidahumana, y que
que contamina a las demás,
an bi€n su dimensión dramática.
También aqui, hay sigrios a nivel fenomenológico,
que pueden ser indicativos en tal sentido y, por lo tanto, Lapresenciade estos o de análogos slntomas es u¡a
útiles para este tipo de djscemimiento (pérdida de conüol que debe ser seguida con atención y t(atada con
del propio mundo interior, uso defensivo e instrumental de rffulnentos adecuados, capaces de hacer emerger la par-
las rclaciones, afectivamente no lib¡e). En general las per- inconsciente del problema y pone¡ al sujeto en condi-
sonas con este tipo de problemas subyacentes tienen un de manerar rnejor la 5ilu¿ción o de recufer,rr el con-
estilo defensí,¡o, cor. eslas caracteísticas fenomenológicas: de ¡a pate que ahorr se le escapa. OpoÍunatnenle,
tadas estas incomodidades intra - psíquicas no impe-
.lel,denciapvitar la. e/¿, .iorp). a no erponer.e ni com-
a el camino fo¡mativo. Después hab¡ia que evaluar aón-
paometene con elecciones definitivas, Lente los signos de un cambio efectivo antes de llegar a
isiones clefinitivas.
. diñcultad para desvincularse de los estilos de1 pasado o
inclinación a ¡epetir y a ¡€petiase para asegulame, una vez Es muy i¡¡portante, en todo caso, saber distinguir
más, una identidad vacilante y positiva del yo; estos do. rrpos fundamenlaleq de problemálicas, re-
. inlenlo de domestícar /a realidad mitigando sus exigen-
cias más costosas;
cuüiendo. incloso, a la ayuda profesional, tanto pala eva- llos en que pueden crearse bloqueos y fijaciones. Lo hace-
luar la sitüación, como pa¡a encontrar las coÍecciones ade- de modo mü] esquemáLieo.

3.1.I -Fase iúa ril


3.- PAIOLOGIAS E INMADUREZ AFECTIVO.
SEXUAL fn l¡ reor.ap.ico nalt.:ca lae\olución de laafecti-
vidad - sexualidad se da a t¡avós de fases especificas (oruI.
De por si, el área alectivo - sexual rie p¡e deberia anal, fálica) en los primeros años de vidaaseguidos des-
merecer cierta atención, especialmente cuando el sujeto s por la fase de latencia (de los 5 a t0 años de vida) y
niega tener cualquier tipo de problema al ¡especto ((un spué5 dc la genit¿lidad. Y¿ en laq rc\ l'a5es primordiales
joven que no ti€ne problemas en esta fuea es un proble- algo ertremadamente rele\arte para e¡ de.arrollo
ma)). ico ¿lecli! o se\ucJ: la relación con las fiALrr. de lo"
debería trasmilil ¿1 pequeño una conlianza básica
\ deben,i merecer uno alencion con\t¡nte. lenien- que es el fundamelto de ]a autoestima v de la libertad afec-
do en cuenta lo que hemos dicho al inicio, aprcpósito de la tiva, y que consiste .:n rlos certezas (iaber sido amailo v
centralidad del amor (y de la sexualidad): reforzardo tal ama¡). T¿les cefiezas le pemitirán cada vez más al
posición,la energía afectivo - sexual se comunica con todo continuar en la vída a amar y a dejarse al¡ar cada
aspecto de la vida psíquica humana. Por eso su lenguaje es
complejo y dificil de entender ise trata del misterio de la
afectividad - sexualiilad humana! Cuando y en la medida que esto no oclure se'pue-
crea¡ bloqueos o resistencias a clecer, po¡ exceso o
Obviamente, muchas de las cosas que ya hemos di- defecto de gmtificación de necesidades específicas (de
cho pueden ser aplicadas también en el contexto afectivo- tipot de fijaciones o perver-
sexüal deljoven convocación. Por 10 ta¡to, no nos repeti- i:*X;.d"'i"*tt "specíficos
remos- Agreguemos más bi€n algunos elementos que nos
ayuden a abordar la especificidad de este mistedo. Es de especial imporla¡cia pam nosotros lo qüe su-
Cede en la fasc fálica, particularmente en el momenlo del
En grandes lineas, veremos el desarrollo psico- [amado (complejo de Edipo>, en el que ocune el proceso
sexual, y dentro del discurso evolutivo, individualizaremos le la t¡pílicac¡ón sexual. a t¡avés de la identificación con
los posibles bloqueos de este desaÍollo o las posibles pa- progenitor del mismo sexo (visto como modelo pa¡a la
tologías, tratando de dar algunas indicacio¡res. coDquisr¡ Jel progcnIor del se\o opuesror. ( uando e.ro
3.1- Desaffolla afectír'o - sexudl ío sucede, po¡ los r¡ás variados motivos (pero fundamen-
te por la falla de i dentificaciól1 con el progenitor de]
No podemos tratar extensamente todo el tema, sim- smo sexo), es posible una identificación con el sexo
plemente pretendemos tomar los momentos considerádos opueslo. o lo que 5e podlla llamar nomoserualid:rd estruc-
1nás importantes de la evolución afectivo - sexual, o aque-

48 19
tural, la que se inse¡ta en la estructura autoidentiflcatona suficiente dentro de sí ante el esfuerzo de algunas relacio-
de la pe¡sona y, que por tanto, tiende ¿pemanecer, alme- nes, como búsqueda de gratificación, o como intento de
nos, en el ámbito de tendencia. En o¡ras palabras,lamíz de ¡eaccionar a un fracaso, como expresión del p¡opio poder
la homosexualidad es[uctura] parece ser, sobre todo, un sobre su cue¡po. Como se ve, pueden ser, y son en efecto,
cie o tipo de relaciones cruzadas a1 interior d.3l núcleo fa- tantas las motivaciones del gesto mastürbato¡io, y ni si-
miliar de origen I mas que lacrores genél ico' rn;s o menos quiera conectadas con labúsquedadelplacer genital-sexual,
bereditarios). c5) ¡nás aún, el acto es muchas veces seguido por un n1al gusto
doloroso, y cierlamente no rcsuelve ningún problema. Aún
3.1.2 Fdse de la pre-ado[escenci a y de la adolescencia así tal gesto puede convertirse en hábito y resisti¡ eno¡me-
nente a los intentos del sujeto de libelalse. Al cont¡ario,
Después de la fase de latencia se inicia un periodo instaüra en el suj eto una tendencia a ce¡rarse ensímismo v
muy impo¡tante para el desarrollo psicosexual, $re l¡eud bu.ca¡ solucione- lnás adulas a los problemas de lo.
llama de la genitalidad. Estaúos en tomo al tiempo de la que nace el impulso mastulbatorio.
preadolescencia, y la afectividad - sexualidad del preado-
lescente está en gÉn efervescencia, mient¡as atavies¿ un Justamente en tal sentido se pod a hablar de mas-
periodo marcado por tres fases. ión de modo impropio, como de todo lo que, pooo a
poco, cierm y enciena a la pelsona denho de sí, y la hace
. Auloerotismo (y narcisismo) Cada vez ma. auto.ufi. tente. no la hace sentúse le-ponsa,
ble del otro, y le impid€ ¡econocer lo que ha recibido y
Amore interés están totalmente replegados sobre sí continúa recibiendo de los otros... En sintesis. no existe
mismo, en una actitud en gran parte narcisista. LaateÍción sólo la ma\lurba.ión firica, sino tarnbien la inreleclual o
en el propio cuerpo y en sus cambios, un cierto (egocen- moml o incluso religiosa, como exprcsión de una actitud
trismo intelectual, co1no 1I) llama Piaget, y las primeras egocéntríca o narcisíúa, conun yo que gira perdidamente
experi€ncias afectivas son el signo de un nu€vo modo de en tomo así mismo, sirl enconffarse nunca, porque la iden
ponerse ante l¿ vida, caracterizado por un interés inédilo nace de larelación,lo positivo del yo viene del amo¡
en la propi¿ persona, siempre más al centro de lasitu¿ción. recibido. P¡ecisamente, este es el problema del narcisista,
quien, como Narciso en el mito griego que no se dejaque-
Probablemente por este motivo, es posible que en rer por Eco, en realidadno es un individr¡o privado de afec-
tal periodo, el joven inici,e cterla práctica marturbatol¡a, to, sino
como inrenlo dc e\plorar el propio cuerpo ) .us reaccio
a) uno que ten¡ina po¡ rechazar el afecto, no lo apre-
nes, como ¡eacción a ciefia tensión, como cen zón auto-
. cia,lo considera pe¡ecible, porque lo queníaperfecto t
,in üancha. o gui,rctd pnreb¿. ) conllrmacrone5 5ieñ-
€t Sabenos qüe al rcsrectope¡sisto u¡anolable discusión ertre los e$udiosos
ple nuevas, y por tanto /?o /¿ ód51d, quiere siempre más,
acerca de laDosible raiz o componente t¡nbién biológjca de la ¡oñoscxuali-
dad(callyaciradodticulodeA.Si€ra,Sexualidad.230-232) no cree, no se fia...,

50
b) o quizás no ¡econoce ni aprecia ese afecto porque il . Hómoerotísmo (y rechazo del atro, divefio de sí)
es... totdlmente gratuito,élr.o ha hecho nada para me- it
/ec¿l/o, no fruto de sus fatigas o conquistas, de algo
es En un segundo momento de su desarrollo el
que él ba merecido, y ésta es como una ofensa para uno preadolescente entra en una fase en 1a que asume un enor-
que piensa haberse hecho por sí mismo, para uno que me relieve el grupo de coetáneos pefenecientes al mismo
no tiene que agradeceranadie y en realidad le teme ala \exo: por rdrios moti\o. que le permitan una mejor inser.
intimidad.. . ción socialypu¡tos de referenciamás p¡ecisos para la pro-
pia identidad. Elriesgo es, qüe el sujeto se bloquee en esta
c)dehecho al narcisista lefalta la libertad afeLtfiapra identiñcación y aprenda a rclacionarse sólo con aquellos
amar y dejarse amar, porque le faltan esas dos certezas que pien.an como él y que pennane/ca para .iempre pega-
anteriores (de habersido amado y de estar en condicio- do a una cie¡fa relació'n (incestuosan o aun cierto (cordón
nes de amar); umbilical) (grupo, raza, clase social, grupo o movimiento
eclesial, pa¡tido politico...), conflictualizando la diversi
d) por lo tanto, la vocación del narcisista, es a menudo dad y pretendiendo homologar todo y todos a sí. Según
engañadora,justamente por estas caractedsticas de apa- Fromm la pe6ona orientada en sentido incestuoso (a cual-
renre auronomla respec¡o al otro y de heroismo ) quier nivel) no es capaz de amor auténtico. sino sólo de
protagonismo respecto a la elección de la vocación. La ¿fecro ¿nin_al. de dquel que él llama. con e\pre.ión uF poco
auténtica vocación está hecha, sobre todo, de agradeci- colorida y quizás excesiva, (Calorcito del establon.
mrenro por el amor recibido. como una elección que no
está ligada a los propios máitos. De porsi no ha) ningún inlerés derifio homoqe\ual.
po lo menos como motivación originaria, pero el íiecuen-
Prccisamente por esto es fundamental que el jovm pueda tar constantemente este tipo do relaciónpuede suscitar fan-
recorer sü histoda con la ayuda del educador, pa¡a reen- tasías, deseos y dudas en este sentido, Pero no se puede
connar en ella. cualquiera haya sido Ia experiencia en exclu totalmente una salida en tal sentido. sobre todo. en
lafamili¿ de origen y ju¡to con los inevitables momen- el caso de una eventual experiencia, a lo mejor súbitay re-
tos y componentes negalivos, los sig¡os de Dt amor petida, de este tipo, yal interiorde una cultu¡a, como la ac-
/e¿t¿ido, de pe¡sonas sin duda imperfectas, pero en todo tual, quehaasumido respecto a la homosexualidad una ac-
caso mediaciones miste¡iosas del amor del Eterno. Un titud muy pemisiva.
¿lmor que es tanto más gra¡de cuanto más acepta las
mediaciones imperlectas e inadecuadat para comuni- Es evidente que las experiencias repetidas deposi-
cane con la criatula. Un amor que, en último análisis, tan en la psiquis una memoria afectiva que hace cada vez
es la fuente de aquellas dos cefiezas estratégicas que más sensible al sujeto a un cierto reclamo, pero en este
fundan la libeÍad afectiva. caso, no se podría hablar de homosexualidad estructu¡al
que caracteriza siempre, en la práctica, el sentirdel indivi-

5?
duo, sino sólo de ünahomosexualidad inte¡,/enida más ade- enahorarse) y lo hace incapaz de tener bajo cont¡ol el pro-
la¡te en el desanollo y por tanto con un pronósiico mejor pio impulso afectivo - sexual.

Se debe estar muy atento al respecto, porque a me- Es necesaria una cierta atención en el discemimiento
nudojóvenesque se encuentran en esta las€ se sienten ho- vocacional, po¡que no está excluido que personas que no
mosexuales o temen serlo y son invitados por alguno opor saben ir más allá de lasatracciones sexuales indiferenciadas
el clima cultural amalifestarse de acu€¡do a lo que sienten y temen, de hecho, la entrega de sí a otro, puedan nut¡ir
y a gratiñcar una cierta exigeÍcia de relación, te¡mina¡do veleidades vocacionales, quizás para no admitir ante sí
por llegar a ser verdaderamente homosexuales, Quizás mismos (y ante los ohos) tal incapacidad. Más raro, pero
cuantos homosexuales, no lo son verdaderamente o hab¡ia¡ no imposible, es el caso del (don Juan( que para resguar-
podido haber sido ayudados a tiempo a clarificary clarifi- dar su exuberante instinfo sexual se le pone la idea de lle-
carse (26) ¡Creo sincemmente que 1¿ primera caridad es la gar a se¡...don Juan. Sobre todo, no es imposible que la
de la ve¡dadl eventual motivación vocacional esté, en pa¡ter e incons-
cientemente condicionada por esra jnquietud interior y de
. Heterosexaalidad la consiguiente pretensión ingenua.
6) acagida del otro -diverso de sí)

Cua¡do el individuo es ayudado a reconer sere¡a- Otras formas de inmadurez, que tocan de alguna
mente estas dos primeras fases sin detene$e ante las nue- manera la párologia. son Ias acrirudes defensi\a. re"pecto
vas tareas evolutivas, entra progresivamente en la lase del a la sexualidad y a involucr¡rse en relaciones interperso-
encuentro heterosexual. En tal fase. ubicadahacia el ñn de nales que llevan al individuo a alcanzar fonnas indirectas
la preadolescencia y al inicio de la adolescencia, el indivi- de gratificación de un incontrolado instinto sexual, y se
duo pasa de la affacción sexual indife¡enciada a la prefe- manifiestan bajo varias fomas de gratilicación compensa-
rencia por un tipo particular y, finalmente a la elección de toria (o vicaria), no através de larclación inte¡penonal, en
una Pe$ona determinada, otras palabms, através de objetos e instrumentos sustituti-
vos (pomografía, voyeurismo, fantasla desen¡renada, ln-
lnmaduro, de este punto de vista, seda, en cambio, tefiet,...), todas formas, a travós de las cuales, nohay rela-
quien parece no saber ir más allá de la fase de una vaga ción con Ia persona con crcta o la rclacióI;, es sólo ol)jetual
ahacción sexual indiferenciada y no logra nunca involu-
cralse en una ¡elación con una dependencia a¡ectiva con
una pe¡sona particular, o que multiplica relaciones indefi- En esfe sentido podría ser útil el llamado (análisis
nidamente, desarollando una dependencia afectivo - s€xual de la miradD, como primera señal del tipo de relaciones
que le impide enÍegalse para siemprc a una persona (=de interpe$onales o del fenómeno tan frecuente en la cultura
actual, de la separación entre sexo y amot con las conse-
c6) Étomaremos más xdelanteere lñporr¡nie pu¡ to. a)etTtes percepciofies pdlciales. La mi¡ada parcial es:
- 7n mirada etólíca, mirada parcial que ve sólo las (partes - la m]]ada pornográli.d, mir¿da mezquina de quien no
interesantes) del otro/4, y lo faena o 1o (hace pedazos> liene el valor de vivir la relación con la persona re¿l y vi-
como si fuese un objeto (no import¿ si es sólo en l¿ mente viente. teme al encuentro o se avergüenza de la transgre-
o en el sueño), tomando y llevándose cuanto le place y sión, y entonces reduce a lapenona a unpedazo de papel,
botándolo, después de haberlo exprimidol de alguna manera en su poder, y la viftüd se transa entre
leyy observa¡cia, y se contenta y se compensa así, enÍe 1o

- la ñirada .üpeú.úl que re unicamente Ia apariencia. ¡ escüálido y lo míse¡o... (28)


en base a ellajuzga y condena, rcchMa o ata a sí, sin saber
tener alguna amabilidad intrínseca (27); 4.- PROBLEMATICA HOMOSEXUAL

- 1^ mirada mirón-consrm¡sld que se afera y ((robD del El tema es muy complejo y merece una atención
otro sólo lo que 1e siñepara satisfacer la prop ia curiosidad particula¡, ya sea por los hechos recientes que han involu-
adolescente, o llenar el propio vacío, lo consume y quema crado a co 'ulsionado la opi-
muchos hombres de lglesia y
al instante, para volve¡se después a otro lado, a otra cosa nión pública, como por la temátjca en sí, hoy objeto de
que robar-consumir, siempte con Ia misma mirada fu¡tiva; mucha atención en la opinión pública.

- la miradr' nalcís ista, lip ica de qrien en el otro pretende La Iglesia misma se está interrogando al respecto,
rcflejarse y ve sólo y siempre a sí mismo, e incluso, fioge particularmente turbada por los episodios, no sólo norte-
querer y enamoaa¡se! pero en realidad no sabe amar a na- ame¡icanos, que en algún modo la impr san a rcvisarlos
die, ni menos a sí mismo; prcpios criterios de discemimiento vocacional de perso-
nas con este tipo de problemas. Y es muy comprcnsible
- la Í\irada a.lúhera, de quien sueña y oonsuma, en el se- Hay que decirlo sin reticencias, que la actifud de lalglesia,
creto del corazón, amores pmhibidos y engañosos, y pre- hoy sea mucho más cautelosa, y tienda a restringir crite-
tende ser fiel sólo porque su adulte¡io está oculto, no con- rios de admisión adoptados en elpasado que se han revela-
fesado y sólo en el deseo (frustrado.); do no adecuados (como ha sucedido en la iglesia norte-
americana).

No pretendo aquí resolver ningún problema, ade-


'ná\. porque hasLa ho). no e¡t\le loda\ la una con\ crgencla
entre los estudiosos sobre el diagnóstico de lahomosexua-
¡)?r Como los escnbas y fafteos que llevd a Jesús a larnujer<so¡p'lndida en
flaEr¡.te adultcrior (es decir. ¡ ia visl¿ de ¡odos y es hatada cono adúltera.
' oñoobte o apoe¡ o', r 'eñoa , cooden..l. de ¡ rc po
ror. oo ;t."',"o..re.i. . ¿.co, e¿! ..,,de ¿r r re\e
,raoo.aiia. eoe'u ,I ror', "o'E,ooJ,.ei
"".o rdn'¡r rr) A. Cenci¡i, Por Ano¡, con Amor. en eLañor Edicio¡es Sigucne,
', '...'.
lanpoco le co¡deno. anda y no peque\frát Fsp¡ña,SalaDanca,200l,4'Edició¡,páCs l59$


lidad, con todo io que le sigue a nivel de significado de la 2o I-a segunda condición es que eljoven si¿n1d rr d¿biá-
tendencia, de su o¡igeD y del €ventual camino terapéutico. dad coma un cuerpo extraño o la propia personalidad.
Me limitaré a presentar cuanto hoy está indjcado en los como algo queno quisierayque choca con su ideal, y con-
documenlos a, respecro ) a un inlenlo de profundi,/acion tra lo cual lucha con todas sus energías.
dc lo\ crilerio. propueslo\. con el maximo re\pelo hacia
las per.ona. que no han elegido. en Ia gran mayor¡a. la 3' Finalmente, es impofiante constatar si el sujeto está en
oflenración se\ual que d! tenen denlro de si. tta, condiciones de conlrolar estas debilidades, en vistas de
una superación, ya sea por el hecho de qr¡e cae cada vez
1.1.- Ind¡caciones del Magistelio menos, ya sea porque tales inclinaciones perturban cada
menos su vida (también psíquica) y le permiten desarrolla¡
Las más específicas para nosotros, es decir, lasque sus debercc normale<. sin cre¿ulc tcnsiones crcesi\as ni
serefiercn almomento de la admisión vocacional de jóve- ocupa¡ indebidanente su atención. Estos tres critedos de-
nes con inconsistencias en el área afectivo - sexual lde la ben estar todos presentes para pemitirie un discemimien-
dependenc¡a alecli\a a la lendencia homose\ual. pero e\- to positivo) (30)
cluyendo, ya desde pa¡tida,las patologías por cuanto pare-
ce), son de1 documento Nueyas yacacíones oara una nuc El hecho de que el documento piense también en la
u¿ fr¡dpa. que e. el documenro linal del iongre.o .obre problemádca homosexual está demostrado, además de las
las Vocaciones al Sacerdocio y a la Vida Coniagrada en declaraciones explícitas de los expefos, tambiénpor lare-
Europa, que se ha tenido en Roma desde el5 al l0 de Mayo ferencia que eldocumento hace,justamente en este punto,
de lSg7. firmado por las Congregacione. para Ia lduia- del documento Poti,t.rlr?um Institutíoni (Directinas sobre
cion Cdrólica.pot la5 lglesiasOrienlale..porl05 ln\¡ ul05 la formación en los Institutos religiosos), en el cual se re-
de Vida Consagrada ¡ tas sociedades de Vida Aposlólica. comienda <descartar, acerca de la hornosexualidad, no
y publicado en 1998. aquellos quetienen tales tendencias, sino (aquellos que no
llegaran a dominar tales tendencias) (31), también si este
Enesetexto se dice que losjóvenes con estetipo de (dom¡r?rlD se entiende -según el documento sobre las vo-
problemas podrá¡ ser acogidos con la condición (q;¿ s¿ caciones- en sentido pleno, no sólo como esfueEo volitivo,
encuenlren conjuntamente eslos trcs requisitos, sino como libertadprogresiva respecto a las tendencias mis-
mas, en el corazón y en la mente, en la voluntad y en los
lo que el joven sea conscienfe de la raíz de su problema,
deseosD (32)
que mr¡y a menudo, en su origen no
es sexual - genital.

oo) Nuevls voc aoi ones pm u¡a nueva luropa, l7b


Or) rorisslnun l¡rirurioni, l9
c! CfCateci$¡o de la lglesi!Carólicq Ronr! 1992,2358 (r2) Nuevas voca.iones,3l b notall2

5E
Son indicaciones muy precisas y útiles, quecomen- 4.2. l. Ld tendencia e sí
taremos y precisaremos posterio¡mente, Ahoü, quedando
claro que el diagnóstico de homosexualidad ciertamente Lo primem que hay que considerar atentamente es
¡o es fácil, ni puede ser inmediato o automático. agregue- la naturaleza de las teÍdencias homosexuales (fantasías,
mos que no puede tampoco tomar como punlo de referen- atracciones, pensamiento recuÍente, etc.), a ffavés de un
cia, simplemente, e1 comportamiento exterior. Es necesa- análisis múltiple, de va¡ios componentes.
rio, eri cambio, considerar el problema, en la persona, en
su globalidad. y connucha atención también a lo que no
a) Orígen ps íc oge nét ic o

aparece a primera visla o de lo cual el sujelo mismo no e.. A parlir del origen psicogenético de la tendencia
en todo, o en gran paÍe - consciente,
misma, como ya hemos visto en parte. Es necesario saber,
en la medjda de 10 posible, si se trata de algo que tiene sus
En último análisis, se debe verifica¡ cuánto la ten-
raíces en lap¡imer¿ infancia y en larelación de una ausen-
denci¿ forme paÍe de una estructura bomosexual de pe¡-
te identificación con el progenitor del mismo sexo (=ho_
sonalidad (es decir, ¿omosexualidad ettructutal\, o cnan-
to seai en cambio, un impulso no central en la economía mosexualidad esüLlctural), o también si la tendencia está
int¡apsíquicay esté bajo el control de lapersona. Depolr/ ligada a una descompensación o a un bloqueo (ret¡aso)
la rerdadera homasexualidad es estructural. Para asegrr- evolutivo en el paso de la preadoJescencia a la adolescen-
mr est¡ importante distinción proponemos ull análisis en cia (y en tal caso, sería homosexualidad no estrúclur¡1|,
con meio¡ pronóstico). Mi€nhas más la ráíz es remota,más
tres niveles o ámbitos de atención.
Iatendencia es persistente, no¡malmente, y ¿ menudo, tam_
1.2.- Tres ámbitos del anólisís bién p¡etencio-sa. Pero sobre todo, como ya hemos men_
cionado,Ta homosexualídad estructural seria aqu.ella q're
Un buen discernimiento debería concentrarse en ahonda sus raíces en la prrnera in|bncia de la pelsona.
tomo a estos tles puntos (que en el fondo recalcan los tres Enel caso que el origen, encambio, seamásrecien-
c¡ite¡ios ya vistos): la tendencia homosexual en sí (eí el
te debe ser verificado el evenio precipitante. Podria tratar-
contexto más general de la perconalidad), la relación sub-
se de un¡ violenciaj¡ry'rdd o de actos y expe¡iencias en las
jelfua que la persona misma establece con estas tendefi
cuales la pc¡sona hajugado un ro1 pasivo, o de una at¡ac-
cías sutas,y linalmente, el tipo y la cualídad del control
ción(con fantasias corespondientes) vinculada con la cul-
que ejerce sobre ellas. Estas t¡es realidades pueden llegar
í¡ra circundante o provocada por presiones extemas, pero
a. ser ulterio¡¡nente tres correspondientes ámbitos de análi-
también pod¡ia ser el efecto de una permanenciaprolonga_
sts,
da en ambientes monosexuales: en tal caso, sería una ho-
mosexualialad en algún modo ir?¿/¿,¿ild, pero que de por sí,
no es verdadera homosexualidad, no obstante, pueda crear
o haber c¡eado en el sujeto el miedo o ladudade serhomo-
sexual,

ól
¡No bastahaber vivido una aventura homosexual o b) Signifcado psícodínámico
enconlrar\e con lantasias ) de\eo5 de e.re lipo para const-
demrse o ser considerados homosexuales, como a menudo A esta altrrla es necesario a alizat el signiJicado
ocune hoy dia!. Tal situación, con el miedo y la duda que psícodinámico de las Iendencias, y captar su rol al interio¡
crea, puede y debe ser tratada en un ámbito psicoterapéuti- de la personalidad. Muy a menudo, como sabemos, la vida
co, o en un camino de acompañamiento, en el cual clarifi- y pulsiones sexuales esconden problemas y conflictos no
car al sujeto ésta impofiante distinción, pala llegar des- rcsuellos que se desahogan en esta área estratégica, y que
pués a un¿ clarificación más general de tipo diagnóstico. no necesa¡iamente tienen que ver con la sexualidad (po¡
(33) ejemplo, sensaciones de inferioridad, miedo al sexo opues-
to, temor de la diversidad...) En cada caso hay que obser-
Caúbia la situación si el individuo. tal vez. condi- var, con mucha atención el objetivo de estas tendencias:
cionado por un cierto clima socio - cultural, como el actual, ¿es de natualeza explicjtamente sexual - genital o la ten-
muy accesible al respecto, se abandona a un cieúo tipo de dencia homosexual bu\c¿. \obre lodo. relación. compren-
experiencias o las suñepasando siemprc más au]lrol dc¡! sión, segu¡idad, ce¡canía {isica y mor¿I, etc.?
ro; obviamente el eventual ejercicio repetido de la expe-
La ayuda más impoÍante e inmedia¡a que se puede
riencia homosexual no es inocuo, y puede converti en per-
dar aljoven, en estos casos, es educativo, es decir, pemi-
sistente y resistente la tendencia misma, casi haciendo es-
tirle al mismo tiempo, de hacer la verdad o de descubrir y
t¡uchrral aquello que antes y de po¡ sí no 1() era.
sacar a luz la verdad (-educerc) acerca de su tendencia
homosexual. La experiencia enseña que, a veces ha sido
Es la histo¡ia, creo, de muchosjóvenes, hoy, no de-
suficiente esta clariñcación paú modificar o dar inicio a
bida y opofiunamente awdados a hacer Ia ve¡dad dentro
un proceso d emodificación en profundidad, de la actitLtd
de ti. ) por lo t¿nto. a no repelir crenas expcriencia5. o
del sujeto en ¡elación de su tendencia homosexual.
demasiado rápidamente considerados homosexuales e in-
genuamenle animados a -acepl¿rcer. J a seguir un cieto La hano,exual¡dad e\trr./rr"¿/. una \ ez má5. pare-
estilo de vida, hecho de compañlas, experiencias, etc... ce vinculada en fo¡ma p¡edominante con un co¡respondien-
Tengo presente casos reales. te y explícito deseo genital - sexual, a diferencia del otro
tipo de homosexualidad que tiene a la raíz otro tipo de ne-
cesidades psiquicas, más ligadas a una carente id€ntidad o
a una cierfa necesidad de relación. En cada caso. identiñ-
car el impulso que está a la base de la fendencia, es de
'''I ¿ ¿rL¡1,' á. i, por 3r ee' eLl a coeo¿' ¿ extraordinaria impofiancia plrla af¡ontar en forma inteli-
cFo.. c. ¿ "dL.ir\-.e\a'.' a. ¿qle "q.e.cf,
J.re pe n re ¿l n.
r¡lo e' .'e.eJ gente el problema, En muchos casos, se ha revelado ser
a dscubú la vúdad (=educ¿rc) ac;la de
ve¡d¡de¡o e¡ cl se¡lido de ¿yudúlo
,r eldr .¿t¡' ,o.e\rJ 1".\pe' eris no,c,,ctJqde" una est¡ategia victoriosa para resolver, incluso el caso y
!renree.u c,.il.¿ ió' ora dtr ri.ox n o', re ode Tod i.". o.er¡. descubrir que la persona verdadeÉmente ¡ro era homo-
'
r úd di ue l- * rud del - r.,'e.pe.ro ¡.1'c'0.r. . l-unJ.e\'. I

62

!*
4 Grado de plesenc¡a (hablaremos extensamente de esto más adelante), sinotam-
bién cómo esta última, de hecho, se insefa en el cuadro
Siempre forma pafe del análisis de la función psi- general de lapersonalidad, condicioniindola, en modo más
codinrimica observa¡ el grado de presencía psíquica de ln o menos marcado en su ser y actuar, en aquello que es y en
tendencia homosexual, es decir, su influjo sobre las diver- aquello que quierc realizar, en el modo de definirse y de
sas ifueas de la personalidad y, en conclusión, sobre l¿ li- relaciona$e.
bertad del individuo. Se trata de preguntarse cuánto laten-
dencia misma esté presente y persistente, hasta qué pu¡to A menüdo, hemos observado que la conciencia sub-
pe¡mite a la persona dedicarue a sus actividades nomales jetiva de la propia orientación homosexual determina una
sintener el pensamiento constantemente dominado por una sensación (inconsciente) de inferioridad que en no pocos
especie de obsesión. casos, provoca, a suvez, una rcacción exactamenie contra-
i|z\-cl orgulto hono.c r¿ld1- r. con ine\ rlable\ repercusio-
EsÍechamente vinculado a esta va¡iable está el ni- nes negativas a cargo del senlido de identidad; o también,
.'el de la fuera de prcslór¡ de la tendencia homosexual, por el conlrario, senfim ientos de culpa I de índign lad ge
que resulta de la presencia de ulteriores elementos que ve- ,?erdl que deprimen a la persona y le dan un tono bajo a su
remos. Además, por 10 que se r€fiere al objeto de la ten- aPostolado.
dencia, es necesario evaluar si se trata de una p¡efe¡encia
exclusiva o sólo predominante porlaspersonas del mismo Otra posible consecuencia o componente de la per-
sexo. En el caso de la /?omosexualidad estluctuÍal la len- sonalidad homosexual que hay que conslatar a nivel gene-
dencia está consta¡temente presente, por lo menos, como ral es 7a incapacidad o Ia fatiga para asumfu un rol pater-
telón de fondo, y con not¿ble fuerza de pr€sión (que de no, o de expresar cohe¡entemente la dimcnsión fecunda
hecho se impone), normalmente en sentido exclusivo. Es delministerio, sobrc todo presbiteral, con cuanto está liga-
otra variable muy impoúante para discrjminar entre ve¡- do a este rol y a tal dimensión, Pero, honestamente, no es
dadera y falsa homosexualidad. simple tal tipo de análisis en el momento de la primera
admisión (ni este punto goza de gran aprobación).
d) Persondlidad roral
c) En relación con la elección
El análisis de la tendencia homosexual siempre se
debe h¿cer al interior de un examen más global de ¡oda /.r Foma pa¡te, todavía, de este último análisis en un
personalidad.Por Io tanto, es necesario ver el nivel de ma- contexto más global, considerar larelación enüe lapulsión
dürcz o inmadu¡ez en conjunto (a prescindiendo de lapre- ho¡nosexualy la opciór? voc¿l¿iotdl: la llamadaal sacerdo-
sencia de esta tendencia), especialmente a nivel de madu- cio, en particular, pero también a la vida consagrada, y el
rez afectiva, como lo reqüieren las exigencias de la consa, compromiso que de elladedva, pod¡ía constituir(o ser visto
gración virginal a Dios. En general, es impofta¡te evaluar como) una suefte de ¿/q&t?sd dc la homosexualidad misma,
no sólo cómo el sujeto logÉ controlar latendencia misma Dn modo de sub[inarla o escofiderla,Ial vez eÍcoífrando

t*
un comp¡omiso o un punto de encuentlo entre las preten- 4.2.2.- Reldción del sujeto con [a propia tendencia homo
siones de las tend€ncias y las posibilidades ofrecidas por
el ministerio presbite¡al y religioso.
No ba\la anal;/ar Ia tendencia en .t mi\ma, es ne-
Además, hay que ver ouáoto la atnrcción por las cesario además, indagar sobre el tipo de relación que la
personas del mismo sexo pueda determinar en el pompor- persona ha establecido con su tendencia, Es un problema
tamiento del futuro pastor, que debe ser abiefio a todos, de conocimiento y de integración.
una suelIe de exclusión, en ptáEtica, del otro sexo, o le
impida asumir plenamente el ro1 de patemidad espiritual a) Conc iencia su bj eti, a
que es típico, sobre todo, del sacerdote.
El primer dato para verificar es el grado de can-
fl Problema relacional cieficiasubjet a, Sería provechoso retomff los puntos ana-
lizados en el párafo preoedente y constatar el conocjmiento
Pero quizás, el verdadero problema en el caso de la
que la persona tiene, no sólo, de la propia tendencia, sino
homosexualidad es de ¡ipo rclacional_ La a]JaccióÍ\ pot el
de su oigen, de su significado psico - dinámico, del influ-
mismo sexo, de hecho, podría fo¡ma¡ parte de un proble-
jo ejercido porellaen relación a la propia pe¡sonalidad, de
ma mucho más amplio de intolerancia de la dive¡sidad,
la relación interpersonal, de la libertad de acoger incondi-
hasta convefti$e en un conflicto, o de uJra tendencia más
cionalmente ladivetsidaddel ot¡o. de la relación con Dios,
geneml a hol¡ologa¡ la realidad. al oÍo. sobre todo. o de 1a
co1:ilo e7 Ra.l¡calmenle Or"o, de la propia opción vocacio'
pretensión de acepta¡ larelación sólo con el semejante a sí,
nal. Muchas veces, por lo menos, alglrnos de estos aspec-
o con quien acepta se¡, en algún modo, hecho como tal.
tos no sonvisibles inmediatamente. ni cada camino forma-
No hay que excluir que tal tendencia a homologar condi-
tivo parcce ofrecer concretamente la posibiljdad de desci-
cione, también en fomas va¡iadas y a menudo sutiles, la
frarlos;po¡ lo tanto, no hay que dar por descontado tal co_
¡elación con Dios, e/ Tbtalmente Otro: será significativo
nocimiento.
destaca.lo. Hay una carencia objetiva en la vida relacional
de1 homosexual, que la diferc¡cia sexual es la cifra y el
Darse cuenta de las causas y saber l¿s consecuen-
punto extremo de la dive¡sidad. Por lo menos en el caso de
cias, no quiere decir haber resuelto el problema, sino que
la homosexualidad eshuctual. es la condición, para jntentar rcsolverlo; en tal sentido la
au¡oconciencia en los términos aho¡a explicados es un buen
Me paegunto, a veces, si la homosexualidad es más indicador. lalver. podemo. tatnbién agregar que. curio\a-
unproblema sexual - genital o rclacional. De hecho. debo mente el aüténtico homosexual lhomosexualidad estructu-
deci¡ que, más de alguna vez, el l¡abajo terapéutico sobre ral como la estamos llamado ahora) niega tener aquellos
la relación, para favorecer el crecimiento en la capacidad problemas relacionales que hemos mencionado, niega te-
de ¡elación con la diversid¿d sorp¡endentemente ha resuel-
ner la tendencia a homologar al oÍo.
to, en buena forma, e1 problema,

6ó 61

*''
b) Ego - sintonía esta ¿ctitudcrcaria una grave disocjación ente las exigen-
cias de la vida rcligiosa o sacerdolal y la propia situación
Lo que puede resultar decisivo o, muy importante existencial. Y por lo tanto, constitui a una contraindica-
para los fines del discenimiento vocacional, es el modo ción paü la admisión.
subjetivo con el cual el sujeto vive la conciencia del dato
objetivo. Al rcspecto, podemos distingn dos modalida- c) Ego - alienación
des netamente diversas paraponerse ftente a lapropiaten-
dencia homosexual. Diversa es la modalidad ego alienante, propia de
quien consrdera su lendencia homotexual casr. como un
La p¡imera, podemos llamarla ego - sintónica, y es cuerpo extraño, algo que sufte y no quisiera, y de lo cual
tipica de aquellos sujetos que parecen asumi¡ una actitud, logra ver los aspectos objetivamente carentes y las impli-
más o menos posibilista ante tal tendencia, como de com- cancias negafivas, en sl y en el plano relacional, y no ex-
promiso mental ( aún manteniendo un control sobre el com-
clusivamente a nivel sexual. Por esto busca cada dia de
port¿miento); en algÍrn modo la racionalizan y justifican, contrarrestar, en cuanto puede, esta tendencia, no sólo en
ciertamente no la <sufrenn, dado que la considem¡ como elplano del compofiamiento, sino detoda lapenonalidad,
algo simplemente diverso de lo que prueban los demás, en un camino progtesivo de conversión y de disponibili-
como una variante de géne¡o, sin valencia ética y objetiva; dad a la coniiont¿ción formativa.
algo qüe se refrere exclusivamente a la sexualidad (34); la
sienten como parte de sí, algo que no podrá nunca cambiar L¿ suya e. una acepracion inlelrgenle ) acli\a. re-
ya qüe ellos mismos no ven por qué cambiar, (es la típica ponsable e iluminadaporla fe, pero que pasa a través de la
cultula gay). (35) lucha. Y justamente, ésta actitud inteligente y desafiante
mantiene abiefta la posibilidad de un camino evolutivo, y
Aparentemente, la suya, es unaaceptación de su si, la esperanza de crecer en la liberlad progresiva del condi
tuación, en realidad la sufren, en una ¿ctitud un poco pasi- cionamiento intemo. Pero también en la libefiad interior -
vo - fatalista, y p¡esuntuoso - simplista. Obviamente que por un lado- de un sentido inútil y obsesivo de culpabili-
dad o de opresión psicológica, y por oío, de aquella bana-
lidad y ligereza que impide captar la sericdad do la cosa,
del peligrc y de los iesgos que esfán vinculados a ella (en
relación, no sólo, con la vocación, sino también, con el
,, cor' d¡rellorno.e\rJ{tu..edr' k,,mo..n/'rdodel,e\o- desanollo psíquico y la vida relacional de la persona). Es
-{á.1úoqu" .'rhoyro|\*ior I crbp,¿..Tokr.ntr!r'arerapia
po&á se¡ eficr Quizás lañblén por esto, mur a r¡ürudo, s dice o r.o¡si¡e esta libe¡tad que ahora lo hace, no sólo disponible, sino
a o'e, l o ru,e\ud id"d no !e¿.'mble \'*hr e\De|er. ¡ ) i oc ono.. r o.
oLeqrc ,..o ¿. ro.rne\acrarer.es;c.'ro¿o qf en e.,bo de s lor,o- también, deseoso de recurrir a todos aquelios medios que
.e'rqliJsd e.,rnrú11 l¿ re, dcnr.¿ pLeae pe rrd . tr, p" o ¿ñh'¿r, e. ere puedan, en algún modo ser de a)'uda, comenzando por la
caso, si.nD¡e senuede aladar a la pcBon¿ alenerun meiorconlmlde la te¡-
denci¡, es deci¡ a recuperar su liberl¡d. confrontación formativa.

68 69

*,
d) Anre Díos Es un itiner¿rio nonnalmente largo, pero la dispo-
nibilidad a recorrerlo es un elemento decisivo en cl disce¡-
Existe también una ve¡tiente típicamente creyente nimiento vocacional. Cenffal por lo tanto, llega a ser la
cn e\le camino de inlegracion. l¡
persond que \i\e ¡u docibilidad del individuo, como disponibilidad formativa,
tendencia homosexual según unalógica ego - alienante lo- sabia y operaüte, humilde y creyente. Dado que la docibi-
gra vivirla concienci¿de su debilidad, en última insta¡cia, lidad, es la condición del crecimiento y verdaderamente
anteDios. Sólo ftente al Etemo emerge el misterio delhom- hace superar siluaciones que parecerlan bloqueadas,
b¡e hecho de came: 1a impotcncia humana, poco a poco,
llega a ser morada de 1¿ gracia divina (2 Cor 12,9), la con- Evidentemente, para la finalidad dcl discemimien-
ciencia del limite mantiene a la pe¡sona humilde y libre de to,7a actitud rocacional d¡refid en los dos casos, hace in-
toda presu¡ción, mientras la necesidad de misericordia de dispensable proceder a esta claÍificación.
lo Alto hace el corazón mjse¡icordioso hacia los demás,
especialmenre. hacia el her:rano que ü¿e ) 5e cqui\oc¡. 1. 2. 3.- Cualidatl del contrc I del camportami eúto
Este sería el signo de una actitud nueva respecto de la pro-
pia debilidad, de un camino que conduce a la integración Finalmente, queda por ver cuánto el sujeto logre o
de la misma. (16) Hablaremos de esto más adelanfe. no tenerbajo cont¡ol la tendenci¿homosexual. Enuntiern-
po y al interior de una ciert¿ascética era suticiente el crile-
rio condoctual, hoy ya no es ¿sí, particularmente para este
tipo de análisis y de discernir¡iento.

a) In¡:apaciddd de dominar el impulso

El principio es de no pode¡ admitir a los que des-


pués de la adolescencia se han demostrado incapaces
de dominar el impdso homosexual cayendo en comporta-
micntos homosexuales (o heterosexuales),

G6) Muy bella y Frotund! lc.fimació¡ del docunento sobre ta tonn¿ción cn Poresto, es importante saber, no sólo, si existencoo-
¡uesbos señlnarios: (. .e¡ ele¡cue¡lro con elAñor de Dios rcvetad. er C¡is- ductas de este tipo, sino tambjén el contexto geneül de
''I e' ¡.\p"__nr.Joeel.. e'
éstas conductas. Más p¡ecisamente, si éstas hayan sido rea-
'r'roeLleco'.r'.
¡r\i(q rn \ rni.hrl qn!o.''arnr
o hr !e.a e.,ru.r ¿¡e i r J.' 1 t,a-
caso,puedelleg a serEcueiio de Dios. conu¡ic¡ción deDiós. partcip¡oión lizadas oon menorcs de edad (o pte-púberes); si han sido
{le su PascM' (Li¡eas coDunes. 22) N¡ruFlncnrc aq uj no s hadta de
s'.,.¡erio.¿r.' ixrolo
c. i"d.po -r".e op...'p d., .o,ir,o., repetidasu ocasionales, qué rolhajugado la pe¡sona. Como
dq rcllo q' e. ro nL. p ob.) r . o qre.ca... r.(e J.\oonro c J. t¿ bien se sabe, de hecho, además del componente patológi-
1. b,.qa,,. ¡ . ..0 ". -dnD
.or L oi¡." , co, tanto la pcdofilia homosexual: como la efebofilia es

70 1t

i,,
reiterativa (también si el respectivo cuadro diagnóstico es un¿ posible evolución de la personalidad en éste sentido,
diverso), y por lo tanto, adel¡ás de se¡ más grave en el es suficienle psrx l¿ no admr.ion ,,-,. Alguno\ .igno. en
plano de las consecuencias psicológicas (a parte del aspec- ral dirección podr ian \er ¡nr ejemplo: l:nr¿.ia\ recurren-
to molal) son también indiscütiblemente neoativas sobre tes sobre este tem¿. intentos sistemáticos de gratificación
el plano del pronóstico. indirecta y compensatorio a través de instrumentos jmper-
sonales (pomografía o búsqueda de parliculares sitios de
Lo mismo vale si las caidas han sido repetidas y si inremer). reláüione. po\esi\a.. \i bien. en apariencra
el individuo hajugado un rcl paficularmente activo y de ie\ualmenre inocuo. hacia n rño. as o adole.cenres. curio-
iniciativa, en el sentido de que se lla procurado las ocasio- sidad morbosa e insistencia inmotiv¿da a recoger conñ-
nes o se ha pues¡o en las circunstancias f-avonbles para dencias sexüales y afectiv¿s, abüso de la espontáneá iden-
e1lo, o inclüso ha seducido a alguno. o peor aún, ha tenido tificación del adolescenle con ñguras más ¿dultas... En tal
vínculos, más o menos duladercs, con pe$onas delmismo caso, la simple tendencia se corlveúiía en señal egativa.
sexo, oprácticas,más o mcnos inteDs¿s de tipo homosexual,
especialmente con más penonas.

En el caso de caídas ocasionales en las cualcs el


sujeto no hajügado un ciefio rcl activo se deberá cvaluat
si también ésta ¿ctitud. aparcntemente menos grave, no
c\conda ¿lgo rni\ \erio Ln rooo caso, \era neccsdrio un
camino de acompañamiento clariñcador anfes de lomar
cualqurer decisron, inclu\o con cl fin dr inicrar Un catn.no
vocacional... Quizás. sobre estepunto cuanto dice el docu-
meDto europeo vocacional debc a ser precisado.

b) Tendenc¡a ¡1 Ia pedafil¡ay a la efebofilia

Praicular alenLion ) rigor en el Llr.cenllnienro .c


debe lenercon los que experimentan en sílendencias bacia
la pedoñlia y a la efebofilia, sean homosexuales o hetero,
sexuales. independiente del hecho que hayal determinado
(3¡ \!r t¿lse¡l o el ñmre ll¿m¡do del Sanro Padre en ocasió! del encuen-
en
compoft amientos consiguientes, tio c.¡
los obisNs nórto¡hen.añds a..nlinuació. de los h¿chos por todos
conocidos: (1¡ ecnrc dcbú sabcr qtrc cd cl s¡ccrdoci¡ ! cr la !idarelignr¿ no
hay lus¿r p¡B quien podi¿ da¡ar ¿ Losjóveneyj la pedoñ¡ia en ¿quella.ir-
Si bien homosexualidad y pedofiliano son realida- cmran.ir lhe deli¡ida l.r él (úirnen ¡¡ra la socied¡d pecxdo horendo a hs
des idénticas,la solap¡esencia de Lrna duda consistente de ojos de Dio$ (cfM.Muolo,rAbusos, un pecado nouendo,. en Avlcnncr 14,'

12 13

ü
Particulanncnte dclicada es la situación de quien sí misnlo, Hasta cl punto de co¡vencerse que,,.. no puede
hubiera sido. en su infancia o después, víctima de abusos hacer a menos, Esta tensión no hace crecer, Y es también
sexuales, En este caso.las seffales rccién mencionadas re- muy débil, haciendo poco c¡eible y confiable el compro-
sultarian todavia más elocuentes. Lavíctima, especialmente miso de la persona. Asi. en el caso de la tendencia homo-
si no ha sido aludada a integrar el t¡auma sufrido, tiende a 5e\ual. habria ene ripo de ren'ior cuando la per\on¿ srn-
repetir, con oüos cuanto ha sufrido, p¡oyectiindose cn el tiera. en modo excesivo, el peso de la renuncia a ella, ma-
agresor, Por otra parte, se debe evitar todo fatalislllo inter nifestando asi la cenffalidad en sus dinamismos internos.
pret¿tivo de marca freudiana, por el cual los traumas in- A menudo,la fiustración está vinculada a la ignoia.ncia de
fantiles, deben, forzosamente deteminar lavida adulta (18), la verdadera raiz o del real objetivo de laoientación sexual,
y más bien se debe ponertoda la atención posible para a''u- y por lo tanto, de la impo!ibilidad de intervenir en ella y de
dar a estas personas y no penaliza¡ías ulterio¡men¡e, poderhacer algo para dismi nuir la presión de la necesidad.

c) Tensión de liuslración Por Jna pane. enlo¡ce'. lr¿bria una renun. ia mane-
jada sólo por 1a voluntad (no suñcientemente ¿yud¿dapor
En el caso de que exist¿ una atracción que no ha otras fuerzas psiquic¿s, corazón y sensibilidad, lodavía de-
llegado nunc¿ a la implioancia genital-sexual puede ser úlil pendienies de aquella gratificación); por oha parte, sería
la conlrontaciór entre dos actitudes diversas. exteriormente un sacrificio (ir?¿i¡ilr y lin a si mismo, porqüe no afionta-
semejanies, perc profundamente diferentes en las motiva- ría el problema real, y de hecho, a menudo, tal renüncia
ciones de fondo, o en la tensión interior La no gratifica- deja inalterada l¿ presión del impulso. Es inevitable, en-
ció11de una tendencia. dehecho, crea inevitablemente ten- tonces,la sensación der4rslr¿¿ión, que debilita la volun-
sión, pc¡o tensión que püede ser de dos tipos: tad de renünci¿ y hace muy dudosa su capacidad de man-
tenerla pala el ñrtu¡o.
aLate s¡ón ¿e frustraLión que es el result¿do de 1¿ renun-
ci.r d dlgunl coca que e' .ujelo adviete comLr Info r¡nle La energía volitiva, de hecho, puede ser luerte y
pam su equilibdo psicológico, de lo cual puede hacer a parlicülan¡ente molivada en el tiempo inicial de laprime-
menos, pero sólo al precio de un sacrificio que siente de- ra formación, pero disminut p¡ogresivamente, Con ama(-
masjado ¡eLevante. casi colno una violencia que se hace a gas sorpresas! como lamentablemente rnuchas historias de
consagÉdos/as nos contl¡man, Podemos decir que la ten-
sión de f¡ust¡ación, siendo renuncia a algo que la persona
siente como cent¡al pa¡a sí, está, de por sí, más frecuente-
mente ligada a la homosexualidad estructural.
ot Según CDdr, que ha erudiado a fondo el problcma, cl l0'/, dc los n¡ios
abusrd.s converiráen pedófik,. Po¡ lo llnlo, da par! penslr que el ¡estante
se
70% lievarú en alsúr nodo por el rcro dc vida cl pcso dcl abuso, si no cs
¿yu¡l¡do (.lFDi Noto, h!pedofilla, Cini\eLtr B 2002)

75

*
d) Tekiión de renuncio ca una cierta tensión. pero es tensión constructiva. que va
más allá de la simple renuncia, para pe¡mitir, incluso, vivir
La tensión de renuncia reprcsenta, la f¿tiga normal Ia conciencia úe la proptd homose\ualidad como (on.ren-
vincLrlada a las nonnales elecciones y renuncias de la vida. cia rcnovada y más auténtica respccto de sí, de Dios y del
Y aquí, en nuestro caso, a la falta de g¡atificación de la
pulsión homosexual, por amor de un valor (slr identidad
contenida en la elección vocacional) que el corazón del Respecto de sí ¡nismo
individuo comienza a gustar, y que la mente descubre, cada
Quien se deja pu¡ificar de la concienci¿ de la impo-
vez más, como la verdad de lapropiavida. Esta tensión es tencia, accede a una nueva toma de concienci¿ del miste-
sanayhace creceren la libe¡tad. Es una renuncia motivada do del propio yo y de la propiapobreza amadapor el Eter-
por la verdad - belleza - bondad del valor elegido, y por lo no; se libera, p¡og¡esivamente de las prcpias ilusiones de
tanto, hecha id€almente, con todo cl comzón, toda la men- autosuficiencia y de sus narcisismos presuntuosos, y se
te y todas las fue¡zas, convielte, cada vez más, en u¡ espacio libre para Dios,
ñnalmente, habitable por Aquel que puede hacer grandes
Justamente este involucÉrse total intrapsiquico hace cosas en quien se va vacjando de su propio yo.
posible la renuncia a la actividad homosexual, sin que la
personalidad sienta excesivamente la carga mortificante, - Respeúo de Dios
Al mismo tiempo, tal renuncia es considemda, el indivi-
duo conoce la causa de la tendencia homosexual o aquello La conciencia de lapropia debilidad hace sentir en
de lo cual ella sena lrn desahogo o caja de resona¡cia. e forma nueva Ia neceridad de Dio.; ca.i enseña a relar, d
interviene sobre esta ¡aíz (a menudo de naturaleza sexual), dirigirse a Dios con aquella or¿ción esencial, tipica del
pam eliminar 1o más posible los ftutos. Y con la sólida pobre y del humilde: (Ky¡ie eleisonD, iseñor ten piedad!
esperanza! poco a poco, de advertir, cada vez menos, la Or¿ción teriblemente verdadera, destinada a ser escucha-
tensión misma de larenuncia. Esta indicación €nffe los dos da por Dios.
tipos de control puede ser muy ífil en el discernimiento
para la admisión. - Respecto del otro

e) Tensión de rransfomación La experiencia específicade estetipo de vulnerabi-


lidad permite a la persona entenderen profundidad (y mu-
Se a una postedor demos¡¿.c16í de integración de cho mejor que los demás) a aquellos que están afligidos
la debilidad, y en este caso, de la tendencia homosexual. por la misma fragilidad y a a',udarlos a no desesperarse.
Ya lo hemos nencionado en el pánafo anteriorj ahora te- Como una vez me confió un sacedote que habíarecorrido
nemos offos elementos para completar este importante con- este camino. doloroso, pero al final, consolador, y que qui
cepto de la integ¡ación. Es siemp¡e una actitud qüe impli- zás,justafiente por esto, se había conveÍido en punto de

71
referencia para otros con el mismo problema: (me siento investigación, ant€s propuestos, una actitud general, no sólo
como el penúltimo al cual los últimos le piden a)uda y conductual, de madurez afectivo - sexual y libeúad pro-
comprensión. Entre los últimos, se entiende...) Entonces gresiva en relación a la tendencia homosexual,
podemos hablar, incluso, de unproceso de transfo¡mación.
Concreramenle. ) .igutendo. el tnismo esquema in-
1. 3. - ENalu¡rc ión y discernímiento drcado h.rsld aqui..e debena poderconstdtar conJunl¿menle
las siguientes condiciones y cualidades. Relomemos bre-
Como se ve,la evaluación es muy compleja, preci- vemenfe los puntos más sobresalientes ya revisados.
samente porque hoy, a nivel científico un diagnóstico de
homosexu¿lid¿d es complejo. Pe¡o, al mismo tiempo, es 1.3. 1.- Autenlic¡dad rocacíonal
justamente po¡ esto, que c¡eemos valga 1a pena profundi-
zar, por el bien de estas pelsonas, y en el respeto de la na-
La primera condición es que 1¿ opción vocacional
no esté más ligada, de algLrna manera a la orjentación sexual,
turaleza y de las exigencias, tanto de la vocación al minis-
como defendiéndose de ésta, o al contrario, en la pelspec,
terio presbiteral como de la consag¡ación a Dios. Nirgl¡na
pretensión, entonces, po¡ pafie nuestra, de haber conclui tiva, tal vez inconsciente, de compromisos ambiguos, sino
que tenga una consistencia motivacional propia, totalmen-
te independiente de la tendencia sexual del sujeto.
Más e1r particular, pienso que seadecisivo aprender
Esto, es tanto o más posible cuánto más la affac-
a distinguir enhe las varias formas de homosexualidad y
ción homosexual no se impone con pafticular fuelza, Es
no segurr pen\ardo. banalmenle. que una experiencra o una
decir, por lo que se refiere al origen psicogenético, su raíz
fantasía o u¡ deseo, ental sentjdo, sea suficiente pam con-
no es remota (en la primera infancia), sino rcciente (en la
siderarse homosexuales. Es po¡ esto, que crco que los ver-
pre - adolescencia o adolescencia). Además, en referencia
daderos homosexuales sean muchos menos, de cuanto se
al significado psicodinám ico, la atracción no ejerce más, o
piensa o de cuantos se consideran tales (o 10 van a demos-
ejerce, cada vez menos presión po¡ invadfulo todo. No se
trar a laplaza). Por esta razón, sjempre hemos buscado de
impone en modo pesado, sino que es limitad¿, controlable
dar algunas indicaciones sobrc ladiferencia entre homose-
ycontrolada en slr influ.jo sobre la personalidad, de tal foF
xualidad est¡uctural y no eslructural. Obviamcnto que lo
ma de consentirle al sujeto dedicarse con el conzón y la
que crea problemas en el discemimiento vocacional es,
mente, no sólo con las manos y lavoluntad, a sus no¡males
sob¡e todo la primera. Ás la hamosexualida.l eslruclural,
intereses y acfividades apostólic¿s y espirituales. La per-
especialmenle si no es descuhierta a tieüPo ! Por lo lanto
sona, en resumen, es siempre más libre respecto a ella.
o lratada adecu¡:tddmenle, la que conslituye ufi¡:r conlra-
ind ic ac ¡ó n vo cac io na l. Finalmente, la tendencia homosexual no debería. en
absoluto, llevar al sujeto a excluir en l¿s relacio¡es a las
Eljuicio de discemimiento podría serlavorable sólo
personas del oru .ero nr a prefcrir ¿ alguien: asicomo no
en el caso qüe el sujeto mostrara en los tres ámbitos de la

78 19
deberia impedir al futuro presbite¡o asumir plenamente el Así también, es deteminante que el sujeto haya
ro1 de patemidad que le espera en Ia comunidad cristiana, aprendido a vivir d¿lar¡¿ d¿ D¡¿.r su pobteza, en una ópti-
y al consagrado, en general, la capacidad de ¡elación con cadefe, abiefa a la espera¡za, que alimentael empeño, d€
el otro, con la alteridad y la diversidad que es co¡rdición hecho, y pe¡mite al fuh¡ro ministro de la misericordia ex-
fundamental para el diálogo y el anuncio de la buena nue- perimentar la potencia de la gracia en su debilidad, y ojalá
poder comprendereficaTmente ) aludara quien seencuen-
he con su mismo problema.
4.3.2.- Capacidad de integración
4. 3. 3. Libertad ínreti¿r
Arite todo la peNona debe tene¡ una conciencia plena
de su orientación sexual, no supe¡ñcial; debería sabe¡ el En elcaso de caídas conmenores o también de sim-
origen y el significado, función y objetivo en la dinámica ple atracción pedófila o efebófiIa, no se puede pensar en
general de supersonalidad, paüpoder intervenir, enmodo admisión alg¡na al camino fo¡mativo. Como también, en
preciso, en el control de la misma. Sobre todo. es decisivo el caso de caídas rcpelidas, conuna cierta fiecuencia, o de
que no tenga una rclación ego - sintónica, sino ego - alie- actitudes sedüctoras. En la evertualid¿d de caidas ocasio-
nante con su tendencia homosexual, y mantenga una dis- nales y con rol subaltemo, es siempre necesaria mucha cau-
ta¡cia c¡itica al respecto, tal d€ percibir lúcidamente las tela. Es indispensable profundjzar en la situación, a havés,
carencias objetivas, especialmente en referencia a la capa- de medios aprcpiados, hasta llegar a una cladficación sa-
cidad de relacióncon la alteridad - diversidad, y €star, cada lislacloria.
\e/ más motiv¿do p¿ra domiDar la lendencia misma, ha
ciendo el esfuerzo de una conversión y lucha continua. Una evaluación vocacional inicial, positiva, i¡npli-
ca! en cada caso, que el sujeto haya dado pruebas por un
Al mismo tiempo, cieúamente no puede asumir un tiempo conveniente, de poder mantener bastante ágilmen-
rcl de guía o de testimonio oficial en la comunid¿d cristja-
te el control de su tendencia homosexual.
na el que no acepta la doctrina moral de la Iglesia sobre la
homosexualidad, como vinculante pa¡a sí en el prcsente o Pero este conüol, se entiende, en pleno sentido, o
en el futuro, o disiente de la visión a¡t¡opológica y moral en la linea de la tensión de renuncia y de ffansfomación y
de la rexualidad propues[a por e¡ Vagrslerio: seria una con- no de fru5lracjon: no sólo en el componamrenlo. .ino l¿m'
tadicción insostenible. bién en la mente y en la fantasía, en el corazón y en los
deseos, hasta el punto de que la persona sea, cada vez más
Es confiable y creíble sólo aquel,libre de todapre- librc respecto a su tendencia homosexual. Ytal capacidad
srmción (pafticularmente ar¡iesgada al respecto), que acepta decontrolno sea simplemente consecuencia, más o menos
I busca la ayuda de una glia. eslá atento a evilar situacio- inconsciente, de prcsiones extemas o miedos intemos, de
nes que podrían serpeligrosas y hace uso de una disciplina violencias que el indi\ iduo se h¿ria a 5i mr.mo. cino que
sapiente. derive siempre más de su madurez humana y vocacional.

80 EI
Confirmamos que estas condiciones deben estar
/oddr globalúente prcsentes paÉ que la evaluaciónpueda
ser positiva a lo la¡go del camino fo¡mativo.

Evidentemente, pueden habe¡ casos de evaluación


dudosa. Si en tal caso, faltara alguno de estos c¡iterios,
mienlra" la .iruación general parece rer de signo posirir o.
y existen fundadas esperanzas de una evolución positiva,
por 10 que se refie¡e al criterio falta¡te, o también uno de
estos elementos no resultam claro y bien definido en su
sig¡ificado dia$óstico, lo mejor es, oftecer al sujeto la
posibilidad de hacer u¡ camino de acompañamiento. Tal
acompañamiento sea hecho a través de instrumentos pro-
fesionales, con profesionales que compartan la antropolo-
gia de base creyenre. o mejor aún. sean ello5 mismos sa-
cerdotes o consagrados/as, para considerar mejo¡ el pro-
blema desde ambospuntos de vista, no sólo elpsicológico,
sino también el propiamente espiritual, y de las exigencias
Iigadas al mini.rerio o a la con.agración. Pero en ningun
caso, nadie sea abandonado a sí mismo, (39)

Amedeo Cencini

(rqPara iencr una visión ñás aúplia ace¡ca de laevolución del M¡gisleio de
lalslesiarespecloa l. lalonció¡de l3s debilidadesaleclilasen loma general.
sereniteal lectoracl Cerci¡i.A., Porsnor, co¡ano¡.enelano¡ !d Sisüene.
Salsmanca 200l,l]l Parte, En elAñor. Cap.3'. ¡ora N" 94, !!e.931 ss.

83
Inclice

5
Cuando la carne os débi1 l3
El discemimiento vocacional frente a 1a nadüez
y patologias del desarollo afectivo-sexual 2t

I.-AMBITO Y CRITERIOS DEL DISCERNIMIENTO 22.

Ll. Objeto material 22


1.2. Obielo fomal 23
1.2. l. Elel¡entos normativos y espirituales 21
1.2.2. Eleme tos hermenéuticos y psicológicos 2',7

a) Orden de la sexualidad 28
b) orden del amor 3l
c) Orden de la virginidad 33
1.3.- El sentido del criterio 35

2.- CASOS DIFICILES 36

2.1. - Nivel problemático 31


2.2- - Patologias rclevantes 39
2.1. - Desórdenes de lapenonalidad (inmadurez) ,13

3, PATOLOGIAS E INMADUREZ
AFECTIVO - SEXUAL .18

3.1. D¡xáñ.llo afectivo - sexu¿l 48


3.Ll. - Fase ini¡ntil 49
:tl2 - Fase dc l¿pre - adolescencia y de láadolescencia 50
. Autoerotisno (y narcisismo) 50
si)
. Homoerotis¡1o (y reclazo del otro. divcrso d€ 53
' Heteroscxualidad ly acogida del ot¡o, si)
dlverso d€ 54

8:l 85
4., PROBLEMATICA HOMOSEXUAL 37

4.1.-lndicaciones del magisierio 58


4.2.- Tres ámbitos del análisis ó0
4.2.1.- La tendencia en sí 61
a) Orisen psicogenético 61
b) Signifi cado psicodinámico 63
c) Grado de presencia 64
d) Personalidad total 64
e) En relación a la elección 65
¡ Problema relacional 66

4.2.2.-Relación d€l sujeto con la propia


tendencia homosexu¿l 6',7

a) Conciencia subjetiva 6',7

b) Ego-sintonia 68
c) ECo-alienación 69
d) Ante Dios 70

4.2.3.- Cualidad del contol del compofamiento 11


a) Incapacidad de doninar el impulso 11
b) Tendencia pedófila y efebófila 12
c) Tensión de fr!¡stración '74
d) Tensión de renuncia '76

e) Te¡sión de transfomación '76

4.3. 'Evaluación y Discemimiento 78


4.3.1.- Autenticidad vocacional 79
4-3.2.- Capacidad de i¡tegración 80
4.3.3. Liberiadint€rior 81

86
f)esarrollo hu¡nnn¡¡ e.\ lo cp; úi,t (Lt.L! lcrtt)¡1.¡, hanrbrc..\:
nujer Ll la ldrya de lu5 di:;littltLn^ etaptt,r dc v t,ila, ctlninculLb
h¿cia !a ¿tnh¿l¿la nc¡¿urctl pletifud, k lietdo ¡ü?scnte que,
cono perloüa, t ive lu realitlad. tlel ¡ist?ria que cLLa ¡11isnla
es. El d¿'urnll¡t dt'l s¿. ltLutüino l)ustl a tt'.tt,és de lu hí.¡tt¡ric¡
[ona:ftla tkl (a¿d pers(üld, l¡ettc \u\ ¡a.]¿\, stt:t díutítili(ur
¿tolLL!it.¡r, príL:o-sa(:íti!tsI espiritu¡.tl.s qüe debt,rí.1ú in1¿tlL¡¡.
ileal¡¡rcnte a la eapa oduitLt. Sit eutbarqo, no \t(.npr( los
ptu&sas ¿( ¿esatrollr) octlf1-r¡1a:onM te e\p.,1.d, Di\-f,t sos.faa
lt)ret i¡tterlienetl pt:L¡tt dl¿ct(¡t el n()rntal ¿L'srtrrol!o tle la per

La (olecc¡ótt 'Dasanollo htttnano" quc Paulürts Etliioriul


l)tes?r¡1.t. t¡e ¿ lú.linLllidutl le o¡iecer divt'tu¡ t)l)rus, .!t\.\
LtLlkltcs.\e lctttl(:411 l)t)r \u espetiLll¡tla¿ e (l (arryo ¿¿ lLtr
cit)¡ciaf lt t11a1nat, pero (oü ur e tlarao por logrtu unu visititt
¡ii1¿ trli\(+)linur.pte ilutn¡t1e Li ] [.] nl1 itlt¿grLlLlora etk' pi ot t,so

Ca1...iút D¿\u¡ nIIo lnanLu|)


L'Cut¡ttb l( uLr't¡a (s Ll¿bil..
toi Arldltu ( Irüti

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