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Desmontando San Valentín: cinco planes de amor

propio que regalarte este día


Con pareja o no, si decides dedicarte ‘la noche más romántica del
año’, aquí tienes algunas ideas.

Un buen libro, un baño relajante... hay muchas maneras de celebrar San Valentín.

1. Empezar un buen libro

Devorar alguna de las novedades de tu estantería siempre apetece. Empezar el manifiesto Mujeres y poder,
de Mary Beard, que acaba de publicar Editorial Crítica, puede ser un planazo. Aunque pueda formar parte de
lo cotidiano, un ratito de esos que te reservas entre la cena y el momento de ir a dormir, bien merece un sitio
en una ocasión (algo más) señalada. Leer ayuda a mejorar nuestras capacidades mentales, a reducir el estrés
y es la mejor manera de mantener en forma el cerebro. Por eso, elegir a conciencia una lectura que nos
permita un rato de reflexión, como estos ensayos de la intelectual británica sobre el lugar de las mujeres en
un mundo de estructuras masculinas, puede hacerlo especial. Es un buen momento también para abrazar
iniciativas comprometidas que vayan más allá, como #UnAñoDeAutoras, que promueve la lectura de firmas
femeninas para romper con la invisibilidad de las mujeres en la literatura. Tras la lectura, puedes compartir
impresiones con el hashtag y usarlo a su vez como recomendador.

2. Salir de casa en busca de cultura

Si te quieres entregar al cultivo del intelecto sin renunciar al vino o a las cañas de después, busca opciones
culturales en tu ciudad. Una sesión de cine es un básico y puedes aprovechar para ponerte al día (si no lo has
hecho ya) con títulos que se posicionan favoritos para los próximos Oscar, como Call me by your name. La
historia de amor entre Elio y Oliver, dirigida por Luca Guadino y adaptada de la novela original de André
Aciman, te hará desear con urgencia unas vacaciones en Italia. No sin antes dejarte “devastado” con su
brutal sinceridad.

Visitar un museo o galería es otra opción. Si estás en Madrid puedes pasar a ver la recién estrenada
exposición Sorolla y la moda, en el Thyssen. Un repaso a través de la obra del pintor a las tendencias de
moda femenina del cambio de siglo (del XIX al XX), reflejo de una mujer que empezaba a liberarse y a
votar. Otra opción es celebrarlo a carcajadas y con un chute de feminismo viendo a Lucía Litjmaer e Isa
Calderón en el Teatro Arlequín con su late night Deforme Semanal. Un análisis de la actualidad política y
cultural que se ríe del ‘machirulismo’. Aunque su próxima actuación es el 16 de febrero, merece el par de
días de espera.

3. Entregarse al (auto)placer

Si has elegido quedarte en casa y te quieres dar el gusto de disfrutar contigo mismo, te proponemos este
plan. Algo de estimulación visual con el porno ético de Erika Lust en su página XConfessions, que combate
los estereotipos propios de su industria buscando una representación real de los cuerpos y contando historias
que tú mismo puedes escribir para que filme (ojo, aquí hay otro plan). Tirando de ilustración, con la erótica
en blanco y negro de Apollonia Saintclair (mujeres que se exploran y dan rienda suelta a la imaginación, sí,
gracias) o dando una vuelta por la cuenta de Instagram Petites Luxures y sus “dibujos de intimidad”.
Para completar la velada, puedes usar algún juguete erótico o disfrutarte con algo de lencería sexy y
relajada.

4. Un intensivo de belleza y relax

Irse a la cama impecable y a gusto. Si eres de los que aún tiene bañera en casa, he ahí un quehacer perfecto.
Un baño relajante, con mucha espuma usando, por ejemplo, las bombas de jabón libres de experimentación
animal de Lush. Acompañado de buena música (Spotify tiene listas para todo, también una para ‘relajarse y
descansar’ ). Y culminarlo con una mascarilla para hidratar y dejar suave cada parte de tu cuerpo. Además
de las clásicas para cabello y cara, prueba con tratamientos de pies y manos.

Un baño relajante siempre es una buena opción. Foto: Getty

5. Retratarte en tu “busto de las curiosidades”

La idea inicial es de la ilustradora Flavita Banana, pero puede sumarse todo el mundo. Un reto para
dedicarse un poco de amor propio, con humor, que quiere normalizar los “aspectos banales o avergonzantes
de uno” a base de recalcarlos. Y lo pide por “El Bien de la Población y la Normalización de los
Influenciadores”. Ella hizo el suyo propio, que incluye “los granos se me acaban convirtiendo en pecas”,
“me lavo el pelo cada cuatro días” o “siempre llevo los labios pintados”. Y después se han sumado hasta 46
ilustradores e ilustradoras, como Moderna de Pueblo, Let’s Pacheco o Monstruo Espagueti, que admitía:
“Me ha costado un pelín, con lo presumida que soy, pero ahora siento que ha sido terapéutico”. Si no sabes
dibujar no te preocupes, esto va precisamente de eso.

Artículo actualizado el 14 febrero, 2018 | 09:26 h

Etiquetas: San Valentín

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