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El tema de diseño y optimización de redes plantea un problema que se debe abordar desde un punto
de vista integral que interrelacione aspectos técnicos, físicos, socio - económicos y culturales.
La presente nota técnica se propone ocuparse en describir un breve marco teórico, necesario, para
emprender el diseño e implementación de redes hidrológicas, sin perder de vista la necesidad que
existe en la práctica de formular criterios tangibles para el diseño de redes, y las directrices
necesarias para su correcta aplicación.
Este juego de preguntas, que aparenta ser sencillo, es la clave para el desarrollo del diseño teórico
y preliminar de la red. Las respuestas de estos interrogantes no son nada triviales y en un proceso
de planificación normal deben tomar un buen porcentaje de tiempo de proyecto para ser finalmente
respondidas.
En realidad no existe un manual paso a paso para realizar el diseño de redes y si bien el objetivo de
la red resulta ser clave importante en su diseño, se puede decir que cada diseño debe ser observado
como particular.
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La presente nota técnica no pretende desarrollar en su totalidad todo el tema, pero si puede ofrecer
respuesta a algunas de las preguntas planteadas.
En parte este cuestionario se responde al poner en juicio la importancia del recurso que se quiere
administrar. A su vez la precisión con que se quiere administrar nos señala a que nivel protocolario
se debe ascender el programa de observaciones y con cual estándar de mediciones trabajar.
No se puede olvidar que la forma como se mide depende del nivel de conocimiento que se tenga del
medio físico y de los procesos que en el ocurren y que los medios económicos disponibles son el
factor que obliga a limitar la cantidad de puntos y la frecuencia de medición en cada uno de ellos,
sin olvidar que el fondo la necesidad de medir es reproducir un proceso que es continuo y dinámico.
Todos estos factores permiten formular el diseño de la red hidrológica como una pirámide en la cual
interactúan los elementos necesarios para obtener un diseño que permita implementar una red de
observaciones que permita cumplir los objetivos planteados al comienzo del diseño y que permita
lograrlo con la disponibilidad económica y en el entorno social existente. Estos planteamientos nos
permiten entrelazar los componentes del diseño de la red en una pirámide del siguiente tipo:
TEORIA DE DESICIONES
TEORIA DE OPTIMIZACION
ANALISIS
BAYESIANO
MUESTREO
CORRELACION
TEORIA DE
Y REGRESION
ECONOMICO
ANALISIS
SOCIO
PROBABILIDAD
HIDROLOGIA
Tomado de WMO
Gráfico 2.1
La parte superior, "teoría de decisión", representa un mecanismo formal para la integración de todos
los componentes subyacentes, aunque en la mayoría de los casos es imposible aplicar todo el
conocimiento de esta teoría en el diseño de redes.
Es importante subrayar, que dada la complejidad del tema, los conceptos que se presentan a
continuación no pueden abarcar todo el contexto de la pirámide, sin embargo si reflejan una parte
importante de ella (hidrología, probabilidad, teoría de optimización, correlación y regresión), los
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elementos restantes se pueden añadir para cada caso particular de diseño de redes y no se tocan
en este documento debido a que es imposible generalizar los criterios aquí presentados hacia todas
las necesidades de diseño que pueden existir.
Reseña Histórica del Desarrollo de las Redes de Observación en el Ambito Mundial y Nacional,
presentado en el documento (Pabón J.D. García, M, Collantes E.)
Antes de entrar en detalle a hablar de una red básica nacional, es conveniente conocer como se
desarrollaron las redes a nivel nacional y mundial, que criterios se tomaron en cuenta en cada
época.
El inicio de las redes de observaciones y mediciones sobre los procesos atmosféricos está
relacionado con la invención de instrumentos como el termómetro, el barómetro, el higrómetro y el
anemómetro entre mediados del siglo XVII y mediados del XVIII. Según Daley (1991) observatorios
como el Observatorio de París comenzaron las observaciones regulares a finales del siglo XVII;
redes de observaciones meteorológicas de corta duración existieron en Gran Bretaña (Royal
Society, 1724-1735) y en Rusia (La Gran Expedición al Norte, 1730-1745); la Academia Palatina de
Ciencias y Letras de Manheim, Alemania organizó la primera red internacional de observaciones
regulares que obtuvo información en el periodo de los 80s y 90s del siglo XVIII desde los Urales
hasta Cambridge. Desde un comienzo, se buscaba tener información necesaria para analizar y
predecir el estado del tiempo describir el clima de las localidades y regiones para atender las
necesidades del sector de la defensa de los países de esa época.
Con el tiempo se fue consolidando una red meteorológica internacional en superficie aunque una
distribución arbitraria solo sobre los continentes La OMI, que posteriormente se transformó en la
Organización Meteorológica Mundial (OMM) desempeñó un papel importante en el establecimiento
de redes de estaciones meteorológicas en diferentes partes del mundo. La OMM continuó esta tarea
y actualmente coordina los sistemas globales de mediciones y observaciones COMO la Vigilancia
Meteorológica Mundial (VMM), la Vigilancia de la Atmósfera Global (VAG), el Sistema Mundial de
Observación del Clima (SMOC), el Sistema Mundial de Observación del Ciclo Hidrológico
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Cada país con base en sus características y circunstancias específicas ha desarrollado su propio
esquema de observación y muestreo, teniendo siempre como referencia las guías y las experiencias
de los otros países transmitidas a través de la OMM y otros organismos internacionales.
Aunque no todas las redes de observación han tenido una forma sistemática de diseño e
implementación la mayoría se han basado en las recomendaciones de la OMM para la organización
de redes hidrometeorológicas: mínimas básicas y óptima nacional.
Una revisión histórica del desarrollo de la red hidrometeorológica en el país la presenta Pabón y
otros (1996). En resumen, esta red comenzó a desarrollarse por necesidades de diferentes sectores
como el de suministro de agua, de energía y por el sector agrícola. Si se analiza desde el punto de
vista de una red básica nacional, este desarrollo inicial fue un tanto aleatorio. En 1969, con la
organización del Servicio Colombiano de Meteorología e Hidrología, se inició el proceso de
establecer en forma sistemática la red de observación hidrometeorológica, con el diseño de una red
mínima básica y de empezar la red óptima necesaria. Aparecen algunos criterios, como los de la
OMM, para la definición de la densidad de la red y la instalación de nuevas estaciones. Así, se logra
establecer una red que podía representar procesos de escala sinóptica y el clima en diferentes
regiones del territorio nacional. Posteriormente, aunque se continuó incrementando el número de
estaciones en el territorio colombiano, principalmente en la región andina, no se ha logrado la red
que represente satisfactoriamente los procesos menores de la escala sinóptica.
En el caso de la conformación de la red hidrométrica nacional los objetivos iniciales fueron los de
suministrar información para:
La red mínima consideró además de las recomendaciones de la OMM sobre densidad mínima de
redes: la variación de las características físico geográficas del país; la distribución territorial de las
estaciones de manera que conformen redes locales representativas que permitieran determinar
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Con base en esto se estableció inicialmente que en Colombia se requería una red optima de
aproximadamente 1700 estaciones hidrométricas y de una mínima de 700 estaciones, estas últimas
distribuidas de la siguiente forma: 390 en la Cuenca Magdalena Cauca, 100 en las cuencas de la
Orinoquia, 80 en las de la Amazonia, 50 en el Pacífico y 60 en el Atrato, Sinú y resto de ríos que
drenan al Caribe.
Progresivamente desde entonces se inició el diseño de las redes para las diferentes cuencas
específicas, diseños consignados en publicaciones técnicas aperiódicas. Se estableció la red
mínima básica hasta tener actualmente 581 estaciones. Adicionalmente, se fueron conformando
redes para satisfacer necesidades específicas de sectores como el hidroenergético y agrícola, entre
otros. Completando así una red hidrométrica de estaciones.
Recientemente se realizó una evaluación técnica destinada a detectar las estaciones de muy poco
rendimiento dentro de la red de referencia del IDEAM. En esta análisis, para catalogar una estación
como poco eficiente se tomaron en cuenta las siguientes características:
• Estabilidad de la sección;
• Descontinuidad del programa de mediciones debido a problemas de orden público;
• Estaciones que ya cumplieron los programas de medición y los objetivos para los cuales estas
se plantearon necesarias;
También se planteó la necesidad de instalar nuevas estaciones teniendo en cuenta los siguientes
factores:
Como es de esperar, el proceso de evaluación continua y es una tarea dinámica donde se da mucha
importancia al factor de retroalimentación en el proceso de evaluación del recurso hídrico nacional.
No existe un patrón estándar de clasificación de las redes, éstas se clasifican siguiendo diversos
sistemas, ya sea de acuerdo al periodo de operación, al tipo de parámetros observados o al uso que
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Los criterios de optimización para una red de referencia de régimen general y otra de régimen
especifico difieren y por ende siempre es necesario definir con claridad el propósito de la
optimización. Es necesario aclarar que los dos tipos de estaciones no discrepan entre sí y que en la
mayoría de los casos una red de administración integral del recurso hídrico debe contener los dos
tipos de estaciones.
De acuerdo a lo expuesto, una red integral debe contener estaciones de régimen general y de
régimen específico, a continuación se formulan los criterios para determinar la densidad y ubicación
para ambos tipos de estaciones.
La respuesta unívoca a la pregunta sobre las dimensiones óptimas de la red de referencia sólo se
puede obtener a través de criterios físico - económicos que incorporen el margen de error con el cual
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se quiera reflejar la realidad. Este reflejo debe describir el campo de variación de la variable
hidroclimática y su relación con los factores físico geográficos.
Cualquier campo físico tiene como características principales su potencial y su tensión; el potencial
representa la capacidad para trasladar masa o energía de un punto a otro y la tensión es un índice
del desequilibrio existente entre las fuerzas externas que influyen sobre el campo físico. Dado que el
potencial varía de un punto a otro en el espacio y además está relacionado con la tensión del
campo, se produce un gradiente variable en el espacio.
Una variable definida a través de la noción de campo físico se puede describir como un funcional del
siguiente tipo:
Y = f (ξ , Cv , gradY , r (l ), σ ) (2.1)
Donde:
Y: Variable en estudio
grad Y: Gradiente de Y
ξ: Dirección del gradiente
Cv: Coeficiente de variación de Y
r (l): Correlograma espacial de Y
σ: Error de definición de la norma de Y
Teniendo en cuenta que la descripción del campo "Y" se formula en función de su variación
espacial, el proceso en estudio se puede representar a través de la conjugación de dos
componentes uno de cambio suave (deriva) y otro de cambio rápido (componente estocástico), por
ende la optimización de la red de referencia debe considerar estos dos elementos. La deriva
representa el cambio suave por gradiente y la componente estocástica el cambio rápido o variación
local (instantánea) del proceso; además la deriva corresponde a la esperanza matemática de "Y"
(Norma del proceso) mientras que la componente estocástica se refleja en el coeficiente de
variación.
Apoyándose en lo expuesto, se establece la base conceptual para definir los dos primeros criterios
para optimizar la red: el criterio del gradiente y el criterio correlativo.
Como en el desarrollo de todo proceso existen anomalías de génesis que marcan diferencias locales
en su evolución es necesario definir umbrales críticos que limitan la zona representativa del marco
general del proceso; esta es la premisa que permite formular el criterio de representatividad.
Los tres criterios mencionados, de gradiente, correlativo y de representatividad son la base para
calcular la densidad optima de estaciones de régimen general a continuación se expone, sin entrar
en detalles de demostración analítica, su formulación matemática
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Las mediciones que se realizan para reflejar el régimen general de un proceso natural, capturan en
realidad el gradiente de la magnitud en estudio; este precepto es el axioma base del criterio de
gradiente.
Al fijar una red de referencia se cuenta con una número discreto de nodos de observación separados
unos de otros por una distancia "l" o por una diferencia de áreas de cobertura "∆A". Teniendo en
cuenta que ningún método de observación (medición, estimación) está libre de error sistemático, es
necesario que los nodos de observación estén distanciados de una forma tal que el gradiente
capturado por las mediciones en nodos vecinos supere en magnitud el margen de error de las
mediciones.
Tomando como ejemplo la escorrentía, si en un primer nodo de observación se mide una magnitud
Y1, el nodo vecino debe ubicarse de manera que las mediciones capturen un incremento ∆Y(ξ) con
σ" de la medición de la escorrentía.
magnitud superior al error sistemático "σ
En el gráfico 2.2 se observa una red de referencia donde se aplica una tecnología de medición con
un error sistemático σ = ± 15 %; teniendo en cuenta los principios del criterio de gradiente se puede
concluir que el segundo nodo es innecesario porque el incremento de "Y" a esa distancia es de 10
mm y está dentro del margen de error de la medición (±15%). De esta manera el nodo 2 captura la
misma información que el nodo 1 y por ende lo está duplicando.
Nodo 1
Y=100 m m
σ = ±15 %
Nodo 2
Y=110 m m
σ = ±15 %
Nodo 3
Y=130 m m
σ = ±15 %
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G ráfico 2.2
La formulación matemática del criterio del gradiente se desprende de la definición de este mismo
(formula 1.1) y tiene en cuenta que para dos nodos vecinos el incremento de "Y" debe superar dos
veces el error sistemático de su medición; así, el incremento "∆Y" entre dos nodos de observación
separados por una distancia "l" (entre centroides) debe ser:
∆Y (l ) = l grad Y ≥ 2σ (2.3)
N: Número de observaciones
Cv: Coeficiente de variación
Teniendo en cuenta lo anterior se obtiene que el área de gradiente debe ser:
8σ o 2Yo 2
Agrad ≥ (2.4)
(gradY )2
Donde:
Yo - Norma de Escorrentía
Agrad - Area aferente necesaria para que el incremento de "Y" garantice que el gradiente esta fuera
del margen de error de la medición
gradY - gradiente de Y
Hasta el momento se ha definido la distancia (área) mínima que debe existir entre dos nodos de
observación, pero es necesario determinar, también, que tanto se pueden alejar los puntos de
observación uno del otro para mantener gradualmente y en forma discreta la continuidad del
proceso. Es la aplicación del criterio correlativo la que define la distancia máxima que puede existir
entre nodos de observación para que no se pierda la memoria (continuidad) del proceso.
El criterio correlativo se apoya en el correlograma, del cual se obtiene el radio correlativo “Lo” que
representa la distancia a la cual se pierde todo tipo de comunicación entre las estaciones y también
considera el error máximo de interpolación entre dos puntos de observación. Teniendo en cuenta
esos dos factores la expresión para el cálculo del área correlativa es la siguiente:
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σ4
Acoorrelativa ≤ 0 (2.5)
a 2Cv4
Donde:
Acorrelativa - Area correlativa después de la cual se pierde la conexión estadística entre estaciones
a=1/Lo; Lo- Radio Correlativo (distancia a la cual la correlación entre estaciones tiende a "0")
La estaciones de régimen general se ocupan de el seguimiento de variables que dependen solo del
régimen hidroclimático y que no se ven afectados por factores locales; la escorrentía de cuencas
pequeñas, por lo regular presenta anomalías locales debido a la falta de una profundidad de
disección completa que les permita drenar completamente el acuífero subyacente y a otros factores
microclimáticos y orográficos.
Gráfico 2.3
En este gráfico se establece un umbral de A1 hasta A2, en esta zona se ubican los nodos de
medición que realmente están reflejando el régimen general, las estaciones que tienen áreas
aferentes menores que A1 reflejan realmente anomalías locales y por lo tanto para la representación
del régimen general no son de utilidad. Esto nos indica que el área representativa debe ser mayor
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que A1, pero no basta con este análisis, es necesario, convocar el conocimiento a priori de las
condiciones hidroclimáticas, geológicas, hidrogeologicas, de cobertura vegetal y suelos para corregir
este umbral. Como vemos establecer el área representativa se convierte en una tarea que exige un
buen conocimiento de campo y donde resulta muy conveniente vincular profesionales locales que
realmente conozcan las particularidades de su región.
Después de obtener el desarrollo criterial es necesario establecer las reglas para la designación del
área optima, con su correspondiente densidad de estaciones de régimen general.
El área optima que debe cubrir cada estación de régimen general, en la mayoría de los casos se
determina por la siguiente relación:
Área de la cuenca
Nnodos = (2.7)
Aoptima
En la práctica también pueden presentarse los siguientes casos:
a) Caso 1
Acorrelativa>Agradiente>Arepresentativa
Agradiente>Acorrelativa>Arepresentativa
Acorrelativa>Arepresentativa>Agradiente
Agradiente>Arepresentativa>Acorrelativa
Aoptima=(Acorrelativa+Agradiente)/2
b) Caso 2
Arepresentativa>Acorrelativa>Agradiente
Arepresentetiva>Agradiente>Acorrelativa
Una red integral debe contener estaciones de régimen especifico, orientadas a suministrar
información de régimen particular de alta resolución. Esto plantea la necesidad de un seguimiento
espacial más denso. La particularidad de los objetivos que se persigue alcanzar con una red de
referencia específica obliga a diseñar, para cada caso en especial, una estrategia de optimización
muy puntual y dependiente de la investigación en curso.
n=2.2log(Qn)+6.35 (2.8)
donde:
Dado que sería imposible ubicar estaciones en absolutamente todos los afluentes de un río es
necesario limitar las estaciones a aquellas corrientes que aportan al cauce principal de la cuenca un
determinado porcentaje de su caudal. Usualmente ese porcentaje debe ser mayor que el porcentaje
de error sistemático de la tecnología de aforo. Para este efecto es necesario combinar la primera ley
de Horton con su segunda ley que se define por la expresión:
Donde Sk es el número de afluentes de orden “k” que aportan un flujo al cauce principal mayor que
el error de medición del caudal y rb es la relación de bifurcación
Como se puede observar, este par de formulaciones nos señalan cuantos afluentes de orden "k" que
aportan al río principal un porcentaje de caudal mayor que el porcentaje de error sistemático σ con
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que se realizan los aforos. Realmente estos indicadores no nos señalan en cual corriente colocar o
no la estación, pero esa decisión depende de la importancia de una u otra corriente en el consumo
de los asentamientos aledaños.
Si observamos el numero total de puestos de medición en la red como compuesto por estaciones de
régimen general y de régimen específico entonces tendremos que el numero total de estaciones
"NT" debe ser igual a:
Donde:
La decisión final sobre cual punto físico escoger para la instalación de estaciones hidrológicas debe
tomarse teniendo en cuenta:
El primer item es intuitivo, el puesto de la estación debe ser adecuado para el programa de
mediciones diseñado y para cumplir los objetivos planteados por la organización que instala la
estación. Los factores siguientes son obvia consecuencia del primero, a su vez, el cumplimiento del
segundo es de alta prioridad ya que de este depende que los hidrogramas anuales, construidos con
base en la información de la estación sean lo suficientemente exactos para cumplir los objetivos de
este punto de medición y su programa.
Para darle cumplimiento al segundo item es necesario que el punto de medición cumpla con las
siguientes especificaciones:
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• El régimen de niveles del punto de medición debe ser característico para el tramo en que se
ubicará la estación;
• El tramo de río, donde se ubicará la estación, debe ser recto. La longitud del tramo debe ser
equivalente a cinco veces el ancho de la sección en periodo de estiaje, el ancho de la
sección, y en lo posible su forma, deben ser uniformes a lo largo del trayecto seleccionado;
• El tramo y la sección donde se ubicara la estación deben ser estables;
• En lo posible la sección debe ser de forma regular, sin planicie de inundación (o que el flujo
de la corriente no se salga del lecho principal) y estar libre de vegetación acuática;
• El punto de medición no puede estar afectado por fenómenos de remanso;
• En el trayecto donde se ubicará la estación no deben existir bocatomas ni vertimientos (a
menos que el objetivo de la estación sea controlar a la magnitud de los mismos);
• En zonas montañosas es necesario, además, que la estación se ubique en el sector con
menor turbulencia y donde no exista la presencia o transporte de rocas o fragmentos de
rocas grandes.
• Si aguas abajo del tramo seleccionado para la instalación de una estación existe una obra
hidráulica o circunstancias naturales que generen remanso es necesario verificar que la
ubicación del punto de medición se encuentre fuera del radio de influencia del remanso.
Si se incumple con alguna o algunas de estas condiciones, es necesario tener en cuenta cual/cuales
y tomarlas en consideración al elegir los métodos de construcción de las curvas H=f(Q) y de su
respectiva metodología de generación de caudales.
La selección del punto de medición debe estar documentada con los criterios que se tomen en
consideración para su elección así como con los materiales de la prospección de campo para la
selección del punto más adecuado. Entre los materiales de campo se debe contar con:
Los factores tres y cuatro garantizan la continuidad del registro y de las acciones de operación y
mantenimiento de la nueva estación. En caso de que estos no se cumplan, pero aún así la estación
sea necesaria, se debe buscar alternativas como la instalación de estaciones automáticas con
sistema de almacenamiento de datos y/o transmisión de los mismos por canales de comunicación
no convencionales (vía satélite, Telemetría terrestre (VHF), Transmisión radial por reflexión en la
ionosfera, radio, etc.) a la central de acopio de datos más cercana.
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8σ 02
A gradiente ≥ (
(gradY)
)Y
2 0
2
σ0 =
Cv
N
= 0.3/ 20 = 0 . 10
Aplicación:
8σ 02 8 * (0.10) 2
Agradiente ≥ ( )Y02 ≥( )(1200)2 = 1006kms2
(gradY)2 (10.7)2
Resultado:
b) Criterio correlativo
Expresión de cálculo:
σ4
Acoorrelativa ≤ 0
a 2Cv4
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σ4 (0.10) 4
Acoorrelativa ≤ 0 ≤ = 310 kms2
a 2 C v4 (0.0063) 2 (0.3) 4
Resultado:
c) Criterio de Representatividad
El área representativa según la la relación Y=f(A) es igual a 700 Kms2
Pero según las características fisiográficas de la cuenca se puede considerar que esta es en
realidad de 500 kms2
Arepresentativa=500 Kms2
Agradiente>Arepresentativa>Acorrelativa
Area de la cuenca
Nnodos =
Aoptima
Para nuestro caso:
5176
Nnodos = ≅ 8 Nodos
658
2.5.2 ESTACIONES DE RÉGIMEN ESPECÍFICO
El objetivo directo de esta parte del ejercicio es determinar el número optimo de nodos de
observación para establecer una red de referencia para estudios de alta resolución.
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El primer paso consiste en definir el número de orden de la cuenca para la zona en estudio; para
lograr este objetivo utilizamos la primera ley de Horton:
n = 2.2log(Qn)+6.35
Para este ejemplo el caudal promedio multianual Qn es igual 200 m3/s; de esta manera aplicando la
primera ley de Horton se obtiene:
n = 2.2log(200)+6.35 ≈12
n ≈ 12
Utilizando ahora la segunda ley de Horton se establece el número de orden de los afluentes que
presentan interés para el análisis en curso. Para estudios de alta resolución, es necesario considerar
aquellos afluentes que aportan al cauce principal caudales de magnitud mayor que el error de
medición sistemático. Para nuestro ejemplo se supone que la tecnología de medición cuenta con
una precisión " " del ±10 %. Esto quiere decir que se debe tener en cuenta afluentes que aporten
más de 20 m3/s al cause principal. De lo contrario obtendremos una red sobredimensionada, costosa
y poco eficiente.
k = 2.2log(Qσ)+6.35 =2.2log(20)+6.35 = 9
k=9
Resultado final:
NRG = Nnodos= 8
NRE=SK=18
α=0.15
NT=(8+18)(1+0.15) ≈ 30
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2.6 CONCLUSIONES
El diseño de redes hidrológicas es una tarea integral donde se combinan muchos elementos del
conocimiento teorico y práctico. Cada diseño tiene sus particularidades y por ende es imposible
generar un manual de diseño para todos los posibles casos.
El primer ladrillo para el diseño de redes hidrológicas es el conocimiento del medio físico en que se
desarrollan los procesos que nos interesa estudiar, lo que inevitablemente debe ir ligado al entorno
socio económico en el que se quiere desarrollar el diseño.
Las bases criteriales presentadas son tangibles y cuentan con la base informática necesaria para ser
aplicados en el territorio colombiano, usando como base la red de referencia del IDEAM, se puede
emprender el diseño de redes regionales que generen información de alta resolución para una
administración detallada del recurso hídrico.
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BIBLIOGRAFIA
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Optimizacion de la Red de Referencia. Santa Fe de Bogotá: IDEAM, 1998.
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