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Dicha norma fue violada, en relación con el artículo 170 N°4 del Código de
Procedimiento Civil, el que dispone:
“Art. 170 (193). Las sentencias definitivas de primera o de única instancia y
las de segunda que modifiquen o revoquen en su parte dispositiva las de otros
tribunales, contendrán:
4°. Las consideraciones de hecho o de derecho que sirven de fundamento a
la sentencia;”
Y la infracción se produce de la siguiente forma: La resolución recurrida
carece de las suficientes consideraciones de hecho y de Derecho que sirven de
fundamento a la Sentencia. Ya explicamos que esta sentencia recurrida suprimió el
considerando sexto de la sentencia de primera instancia, pero más aún, las
consideraciones restantes de dicha sentencia definitiva de primera instancia que da
por reproducida a su vez la sentencia recurrida, lo hacen en sentido de fundamentar
la condena de defendido por la supuesta comisión del delito de fraude al fisco, no
malversación de caudales públicos, produciendo una innecesaria confusión al
momento de tratar de entender las consideraciones y fundamentaciones que sirven
de basamento a la condena que se impone a esta parte.
LEY QUE CONCEDE EL RECURSO.
Tal como se ha expuesto más arriba, en esta propia presentación, la ley que
concede el recurso, por la causal invocada, es el art. 541 Nº 9. del Código de
Procedimiento Penal, en relación con el artículo 170 N° 4 del Código de
Procedimiento Civil.
Perjuicio producido por el vicio que motiva el recurso. Como este perjuicio
sólo puede repararse con la invalidación del fallo y como el vicio ha influido en lo
dispositivo de la sentencia.
El perjuicio producido por el vicio que motiva el recurso ha consistido en la
subsecuente indefensión en que queda el condenado, pues no se comprende como
es debido por qué razón se condena a esta parte por malversación de caudales
públicos, habiéndose recurrido en su oportunidad contra una sentencia que
condenaba a Fraude al Fisco.
Ello sólo puede repararse mediante la invalidación del fallo de V.S.I., referido
dado que es imprescindible que se dicte una nueva sentencia, que fundamente
como es debido, conforme lo establece la ley procesal civil en el número 4 del
artículo 170 del Código de Procedimiento Civil ya citado, su decisión.
El vicio señalado ha influido, decisivamente, en lo dispositivo del fallo, debido
a que, de no haber incurrido el Tribunal en él, habría concluido que dados llos
elementos de juicio mi patrocinado no ha cometido delito alguno. Efectivamente, de
manera antojadiza en su limitado fundamento contenido en el ordinal tercero, señala
que mi patrocinado era un inmediato asesor en procedimientos contables y de
ejecución financiera, y que, así las cosas, no puede discutirse que mi defendido
haya “tenido a su cargo” los fondos defraudados. Pero esto es completamente
contradictorio en un razonamiento de elevada abstracción intelectual como lo es
una sentencia condenatoria. Un asesor no puede tener nada a su cargo, un asesor
aconseja, indica, señala, pero no se hacer cargo de nada; luego “fondos
defraudados”, al parecer si bien la sentencia en su parte
En consecuencia, la I. Corte de Apelaciones habría fallado que
...................................; y no habría resuelto como dije al comienzo, que
.........................., como ha ocurrido.
Acompaño consignación por la suma de $ ..........., en la cuenta corriente de V.S.I.,
según lo disponen los arts. 797 y 801 del Código Adjetivo Civil.
POR TANTO,
y de acuerdo con lo expuesto y lo dispuesto en los arts. 764, 765, 766, 768 Nº ....ª,
769 y 770 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, en relación con los arts.
............... de .........,
RUEGO A US. I.: se sirva, previa consignación que acompaño, tener por deducido
recurso de casación en la forma en contra de la sentencia de V.S.I. de fecha .... de
.............. de 199.. y concederlo, para ante la Excma. Corte Suprema, a fin de que
dicho Tribunal invalide ese fallo viciado y determine que el proceso quede en estado
de .............., para su conocimiento y resolución, por el Tribunal no inhabilitado que
corresponda, con costas de la contraria.
De esta manera, han quedado violadas las normas referidas, con las
consecuencias que paso a decir:
I. Por sentencia de primera instancia, de fecha 31 de mayo de 2017, dictada
por el Señor Juez Militar, General de Brigada, don Oscar Ignacio Rojas Aris,
Juez Militar Titular del Segundo Juzgado Militar de Santiago, se condenó a
mi representado don Asher Gustavo Gruen Risopatrón como autor del delito
de Fraude al Fisco, a la pena de tres años de presidio menor en su grado
medio, multa a favor fiscal, accesorias legales y costas. Se apela, por esta
parte contra esta resolución, dado que, entre otros fundamentos de la
apelación, la conducta de mi patrocinado no se encuadra en la tipicidad del
delito de Fraude al Fisco.
II. Dicha Sentencia fue confirmada por la Ilustrísima Corte Marcial, con
declaración, condenado en definitiva a esta parte como autora del delito de
malversación de caudales públicos, a la pena de 5 años de presidio mayor
en su grado mínimo, multa, accesorias legales y costas.
III. Que respecto de mi representado, la sentencia recurrida, hace una
calificación equivocada del delito y aplica una pena equivocada en
conformidad a esa calificación.
IV. Que fijar las acciones de mi patrocinado, en el tipo penal malversación de
caudales públicos como lo hace sentencia recurrida, constituye una errónea
aplicación del artículo 233 del Código Penal, y demás normas ya citadas.
Incluso se infringen normas contenidas en Tratado Internacionales, según se
detalla a continuación, arriesgando al Estado de Chile a incurrir en un ilícito
internacional.
En efecto, los considerandos octavo y noveno, de la sentencia de primera
instancia, considerandos que se dan por reproducidos en la sentencia de segunda
instancia recurrida; son particularmente interesantes pues contienen la confesión de
mi patrocinado en orden a haber recibido viáticos por concepto de comisiones de
servicio no realizadas.
Hay un error de Derecho al aplicar el artículo 233 del Código Penal en la
sentencia recurrida, en el considerando segundo y por cierto en la resolutiva, pues
estamos frente a una inexistencia del delito de malversación de caudales públicos
respecto del procesado Asher Gustavo Gruen Risopatrón.
a) Análisis del tipo penal. El art. 233 del Código Penal tipifica el delito
denominado “Malversación de Caudales Públicos”, en los siguientes términos:
“El empleado público que, teniendo a su cargo, caudales o efectos públicos o de
particulares en depósito, consignación o secuestro, los sustrajere o consintiere que
otro los substraiga, será castigado…”
Por consiguiente, el delito requiere el cumplimiento de varios requisitos para
configurarlo, en primer lugar que la acción delictiva sea ejecutada por un empleado
público, cuestión que no se debate por esta parte, puesto que mi defendido, tenía
esa categoría al momento de ocurrencia de los hechos de marras.
Luego, se requiere que dicho empleado público, haya tenido a su cargo caudales
o efectos públicos o privados, en depósito, consignación o secuestro, es decir que
ejerciere un cargo o función administrativa establecida formalmente, para asumir
personalmente la responsabilidad del uso de esos caudales o efectos públicos. Este
elemento típico en la especie litigiosa no se da. En efecto, resulta indispensable que
dicho funcionario, en este caso, el ex Teniente Asher Gustavo Gruen Risopatrón,
haya tenido a su cargo los bienes públicos en razón de su cargo. Así las cosas, son
las reglas de Derecho Público o Derecho Administrativo, las que determinen cuando
ciertos bienes o caudales de carácter público, estén a cargo de determinado
funcionario. En esta materia, siguiendo al Profesor Etcheberry, ( Derecho Penal,
tomo IV, págs.. 212-213, Edición 1976, Editorial Nacional Gabriel Mistral) el
distinguido Penalista señala lo siguiente:
“Será preciso que el funcionario (Carabinero) desempeñe el cargo en una de
las calidades que el Derecho Administrativo contempla, en virtud de una disposición
legal o de formal nombramiento, y también que el cargo, dentro de las disposiciones
legales o reglamentarias vigentes, lleve consigo la custodia de los fondos
malversados” Agrega lo siguiente:
“….Si el empleado público sustrae fondos que no están a su cargo o que lo
están , pero no en razón de sus funciones, sino por un encargo temporal o
accidental, o simplemente de hecho…..cometerá una apropiación indebida o un
abuso de confianza…..”
En el mismo sentido, el Profesor Gustavo Labatut Glena ( Derecho Penal,
Tomo II, pág. 87 y 88, Edición 1977, Editorial Jurídica de Chile) coincide plenamente
con el Profesor Etcheberry, al señalar, lo siguiente:
“….la calidad de empleado público no es suficiente por sí sola para configurar
el delito; se requiere además que el empleado público tenga los caudales o efectos
por razón de su oficio o, en ciertos casos, de un encargo…….En cambio, el
empleado que los tiene , no en razón , sino con ocasión de la función o por mero
accidente , si los substrae podrá cometer una apropiación indebida……”
Por consiguiente, debemos distinguir que el tipo penal establecido por el
legislador en el art. 233 del Código Penal, requiere de una exigencia necesaria para
configurar el delito, cual es que el empleado público, detente los caudales o fondos
públicos en virtud de un cargo o función propia asignada por alguna disposición
legal o acto administrativo reglamentario, que formalmente lo designe como
administrador de dichos fondos o caudales públicos. En definitiva, no basta que
accidentalmente o de hecho tenga la tenencia material de los mismos. La I. Corte
de Apelaciones de Santiago, en la causa rol N° 6.176 – 2007, de fecha 26 de octubre
de 2007, señala al respecto:
“ La malversación de caudales públicos es un delito especial propio, que
exige, en su faz objetiva, a) un sujeto activo calificado, funcionario público, b) que
tenga a su cargo caudales o efectos públicos en depósito, consignación o secuestro,
un título de mera tenencia que confiere la cualidad de administración…….”
Cotejo del tipo penal, malversación de caudales públicos, con los hechos
atribuidos al procesado. En los hechos investigados en este proceso, debemos
necesariamente concluir que el procesado don Asher Gustavo Gruen Risopatrón,
no puede ser condenado como autor del delito de Malversación de Caudales
Públicos, en los términos que señala la resolución de fecha 15 de Febrero de 2018,
debido a que los hechos consignados en el proceso no se encuadran en la
configuración de este tipo penal. La tipicidad es una garantía para los ajusticiables
que debe ser debidamente cautelada por los Tribunales de Justicia.
En efecto, como se señaló anteriormente, el funcionario público que comete
este delito debe necesariamente detentar la tenencia material de los caudales
públicos en virtud de una función o cargo asignado. La ley señala que el sujeto
activo, debe tener a su cargo, los fondos o caudales, en depósito, consignación o
secuestro. Esto significa que dicho funcionario accede a la tenencia de ellos, por un
nombramiento formal para el ejercicio de esa función, no bastando que por
accidente o mera situación de hecho disponga de la tenencia de dichos bienes o
efectos públicos.
Analizado el contenido de los autos, concluimos que el procesado Gruen
Risopatrón, no dispuso jamás de la tenencia material de los fondos asignados a la
cuenta corriente única fiscal N° 23909061814 de la Prefectura de Carabineros de
Valparaíso, correspondiente al Banco del Estado, sucursal Valparaíso. Lo anterior
debido a las siguientes circunstancias:
A) Según el Reglamento de Servicio para Jefes y Oficiales de Orden
y Seguridad de Carabineros N°7, aprobado por el Decreto Supremo N° 639, del
Ministerio del Interior Título III “ De los funcionarios , deberes y atribuciones”,
Capítulo III, sobre las Prefecturas, Prefectos Generales e Independientes, y
especialmente en el art. 16°, numeral 5) sobre deberes y atribuciones relativos a la
Administración, señala que cargo o función dentro de cada Prefectura de
Carabineros, tiene la responsabilidad sobre los fondos públicos que se asignan a
cada prefectura. Así, se indica en la letra b) del art. 16° que es un deber del Prefecto
Jefe, velar por la correcta administración de los fondos puestos a disposición de la
Prefectura.
Por lo anterior, según disposición del Decreto Supremo N° 639, del Ministerio
del Interior, de 25 de abril de 1968, que establece el Reglamento para Oficiales y
Jefes de Servicio, de Carabineros, designa como función o cargo de administrador
de los fondos dispuestos para cada Prefectura, al Prefecto Jefe de cada una de
ellas. Ello en concordancia con el art. 233 del Código Penal, podemos concluir
claramente que el empleado público que tiene a cargo caudales públicos en
depósito, consignación o secuestro, en la Prefectura de Carabineros de Valparaíso,
es quién detenta el cargo de Prefecto y no otro. Para acreditar ello, basta comprobar
que la investigación hecha en estos autos, discurre sobre la base que todos los
cheques girados desde la cuenta corriente N° 23909061814 del Banco del Estado,
sucursal Valparaíso, conocida como Cuenta Única Fiscal Subsidiaria ( fojas Uno,
Cuaderno 2, Informe Pericial Contable Carabineros, de fecha 22 de agosto de
2011), eran firmados por el Prefecto de Valparaíso, o quien le subrogase.
B) Que por otra parte, el teniente Asher Gruen Risopatrón , solo era un
funcionario subalterno, un bisoño Teniente, que cumplía funciones en la Unidad de
Contabilidad y Finanzas de la Prefectura de Carabineros de Valparaíso, como se
reconoce explícitamente en la acusación de fojas 5.878, Considerando Segundo.
Por lo demás allí, se señala que el procesado Gruen Risopatrón, firmaba cheques
de la referida cuenta única fiscal gastos operacionales, junto a otros oficiales. Ello,
nos lleva a afirmar que el procesado, no tiene especial nombramiento administrativo
ni legal para entender que él era la persona que ejercía el cargo de administrador
de los fondos asignados a la Prefectura de Valparaíso.
Esto es ratificado por declaraciones prestadas en autos, por el testigo don
Samuel Eugenio Merino Castro, a fojas 63 del expediente al declarar que :
“ Que llegó a la Prefectura de Valparaíso en Enero de 2006, y que en dicha
Prefectura ocupó el cargo de Subprefecto Administrativo , cargo que se ocupa de
……........a todo lo anterior era de una de las firmas autorizadas para visar
documentos valorados, solo en el caso que no estuvieran los titulares….”
Por su parte, el testigo Héctor Ricardo Barriga Vidal, que declara a fojas 64
de autos ( 13 de abril de 2007) señala en calidad de Subprefecto de los Servicios,
lo siguiente:
“ Dentro de mis obligaciones de esta Plana Mayor, es que soy una de las
firmas autorizadas para firmar documentos valorados de la Prefectura. Entendiendo
que soy una de las firmas autorizadas, firmé en la ausencia de mi Coronel Llevenes,
Prefecto de Valparaíso, varios documentos valorados, cheques con cancelaciones
por distintos ítems, los cuales siempre tenían un respaldo, el cual revisaba estando
de acorde….”
A su vez el Prefecto de Carabineros de Valparaíso, a la fecha de los hechos,
don Miguel Angel Llevenes Rebolledo, declara a fojas 335 de autos, señalando lo
siguiente:
“ Que asumió como Prefecto de Valparaíso el 26 de diciembre de 2005, y que
dentro de sus funciones, está bajo mi subordinación la Unidad Contable y de
Finanzas de la Prefectura a su cargo….” Agrega lo siguiente: “ Mi relación con el
Mayor Insunza de la Unidad Contable y Financiera dependiente de mi Prefectura
era de confianza , entendiendo que trabajo con personal idóneo y honorable. El
mayor me pasaba la documentación respectiva para la firma y dentro de mis
conocimientos, la revisaba y la firmaba…..”
Por su parte, declara a fojas 337, de autos, el testigo don Bernardo Isaac Insunza
Bustamante, en calidad de Contador Jefe de la Unidad Contable de la Prefectura de
Carabineros de Valparaíso, y señala:
“Que el suscrito, asumió el cargo de Contador Jefe de la Unidad Contable de la
Prefectura de Carabineros de Valparaíso en Enero de 2006, ……y como Jefe de
esta Unidad me correspondía dentro de mis funciones fiscalizar a los encargos de
las cuentas corrientes de la Repartición y fiscalizar las cancelaciones de viáticos
En definitiva. Consta de los antecedentes expuestos y argumentados, que el
procesado don Asher Gustavo Gruen Risopatrón, no reunía los requisitos del tipo
penal del art. 233 del Código, en el sentido que nunca tuvo a su cargo los fondos
públicos contenidos en la cuenta corriente del Banco del Estado, sucursal
Valparaíso, denominada cuenta única fiscal N° 23909061814, puesto que tales
fondos públicos eran administrados por el Prefecto de Carabineros de la Prefectura
de Valparaíso, quién debía firmar los cheques obligatoriamente y en su ausencia el
Sub Prefecto. Mi defendido, a esa época un oficial con grado de Teniente, que solo
tenía la obligación de contribuir con su firma en los cheques que se giraban de esa
cuenta corriente, sin tener mando ni rango suficiente para determinar el destino de
esos fondos. Por lo anterior, resulta errado de Derecho condenar al referido de
cometer el delito de malversación de caudales públicos, establecido y sancionado
por el art. 233, por no existir el requisito de que los fondos objeto de sustracción o
distracción, deben estar a cargo del empleado público que comete el delito, sea en
depósito, consignación o secuestro, o en alguna forma o cualidad de administración,
como lo señala la jurisprudencia ya comentada.
A mayor abundamiento falta participación dolosa del procesado. La ley
penal, discurre sobre la base para configurar un delito, que exista una participación
culpable del sujeto activo, que se manifiesta con el dolo con que actúa en el
desarrollo de los hechos ilícitos. El art. 456 bis del Código de Procedimiento Penal,
dispone lo siguiente:
“Nadie puede ser condenado por delito sino cuando el tribunal que lo juzgue
haya adquirido por los medios de prueba legal, la convicción de que realmente se
ha cometido un hecho punible y que en él ha correspondido al procesado una
participación culpable y penada por la ley”
En consecuencia, corresponde al tribunal determinar a través de los medios
de prueba legales, que al acusado cometió un hecho, típico, antijurídico y culpable.
En estos autos, se condena a mi representado, por haber teóricamente incurrido en
una conducta típica, consistente en la apropiación, substracción de ciertos fondos
públicos que habría tenido a su cargo. Esta manera de sustracción correspondería
a la obtención de ciertos beneficios remuneratorios, conocidos como viáticos, y que
realmente no le correspondía percibirlos. Este razonamiento se contiene en el
considerando tercero de la sentencia recurrida:
PRIMER OTROSÍ: Ruego a US., Iltma., tener presente que conforme lo establece
el artículo 772 del Código de Procedimiento Civil, patrocina el presente recurso el
infrascrito, Samuel Tomás Saavedra Avilés, Abogado habilitado para el ejercicio de
la Profesión, inscripción número 15.993-2 del Colegio de Abogados de Chile,
domiciliado en Calle Antonio Varas número 687, Torre Sinergia, piso 12, oficina
1206, ciudad y comuna de Temuco. Hago presente que este Abogado Patrocinante
no es Procurador del Número.