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Introducción
Sin embargo, y pese a que es un deber expreso de las provincias asegurar la autonomía
de sus municipios, no todas actuaron en consecuencia. Tal es el caso de la Provincia de
Buenos Aires, que pareció directamente ignorar el claro mandato dado por el Artículo
123 de la Constitución reformada, siendo una de las que no profundizó los mecanismos
de traspaso de poder político desde el Estado provincial a los municipios y a la sociedad
y tampoco incorporó, de manera expresa, el concepto de "autonomía" municipal.
El objeto del presente trabajo es determinar si, con la estructuración jurídica actual del
régimen municipal bonaerense, es factible iniciar y ahondar procesos de
descentralización política y profundización de la participación ciudadana desde los
mismos municipios, mediante la sanción de normas locales (ordenanzas) que
estructuren legalmente dichos procesos.
1
Hernández, Antonio María (h). Federalismo, autonomía municipal y Ciudad de Buenos Aires. Depalma.
p. 145 y otras.
2
Bidart Campos, Germán J. Manual de la Constitución Reformada. Tomo I. EDIAR. p. 438.
3
Losa, Néstor Osvaldo. Derecho municipal, público provincial y contravencional. Ediciones Jurídicas
Cuyo. 1999. p. 70 y otras.
En relación a los municipios, se ha sostenido claramente que “tienen naturaleza
Estatal” y son “la base de la descentralización política”4.
4
Hernández, Antonio María (h). Federalismo, autonomía municipal y Ciudad de Buenos Aires. Depalma.
p. 140.
5
Perdigó, Joan en Manual de Gestión Municipal Democrática. IEAL. Madrid-Barcelona. 1987. p. 77.
6
Cfr. Casás, José Osvaldo en Derecho Tributario Municipal. Ad-Hoc. 2001. p. 14.
7
Vanossi, Jorge R. y otros. El Municipio. Ciudad Argentina. 1996. Vanossi. p. 29.
8
Cfr. Parejo, Alfonso L. Garantía institucional y autonomías locales. IEAL. 1981. Madrid. p. 145.
En cuanto al tipo de régimen municipal que deben garantizar, el nuevo Artículo 123 de
la Constitución nacional parece saldar una vieja discusión, tanto doctrinaria como
jurisprudencial, al imponer el deber a las provincias de asegurar la autonomía
municipal. Con la nueva redacción resulta claro que los municipios en toda la Nación
deben ser autónomos, aunque las provincias se hayan reservado la potestad de reglar el
alcance y contenido de dicha autonomía en el orden institucional, político,
administrativo, económico y financiero, conforme a lo señalado en la segunda parte
del artículo mencionado. Volveremos sobre esta cuestión a efectos de indicar lo que
para nosotros significa "reglar el alcance y contenido", adelantando en principio que
dicha expresión nunca debe ser interpretada como una licuación de los caracteres que le
son propios, pues esto importaría una violación al principio de razonabilidad consagrado
constitucionalmente en nuestro ordenamiento normativo.
9
Zuccherino, Ricardo Miguel. Tratado de Derecho Estadual y Municipal. Tomo III. Teoría y Práctica del
Derecho Municipal. Depalma. 1991. p. 25.
10
La definición de los conceptos de “autonomía” y “autarquía” efectuada se realiza al sólo efecto de
precisar el alcance dado a los mismos en el presente trabajo. Tratándose de definiciones muy importantes
en el marco del Derecho Público en general y del Derecho Administrativo en particular, preferimos evitar
la realización de un exhaustivo estudio de las diferentes aproximaciones a sus definiciones y optamos por
subrayar los elementos que, a nuestro criterio, resultan más útiles para la comprensión de la temática
planteada.
11
Linares Quintana, Segundo V. Gobierno y administración de la República Argentina. Bs. As., 1959, t. I,
p. 42.
1) el reconocimiento del poder normativo de los municipios;
2) la potestad de libre decisión en el ejercicio de sus competencias; y
3) la reserva de un ámbito de competencias sustantivas no susceptibles de
limitación por el legislador12.
Marienhoff define como entidad autárquica a “toda persona pública estatal que, con
actitud legal para administrarse a sí misma, cumple fines públicos específicos”13
especificando que pertenece a los cuadros de la Administración Pública e integra los
mismos, cumpliendo fines propios del Estado. Su competencia o capacidad jurídica es
esencialmente la de “administrarse” en el marco, con el alcance dado por la ley que le
dio origen. Sostiene el excelso tratadista que “autonomía” (al igual que “soberanía”)
importa un concepto político, mientras que “autarquía” traduce un concepto
administrativo. La “autonomía” denota siempre un poder de legislación, que ha de
ejercitarse dentro de lo permitido por el ente soberano, mientras que la “autarquía” es la
atribución para administrarse, pero de acuerdo a una norma que le es impuesta,
reafirmando en otro tramo que “la autonomía es comprensiva, por definición, de la
autarquía como el género y la especie. Integran aquella los elementos de ésta, más la
diferencia. Toda institución autonómica es autárquica, pero a la inversa la autonomía
es sólo una autonomía parcial y limitada a determinadas materias”. En la temática que
nos convoca, se ubica claramente entre los publicistas que sostienen el carácter
autárquico de los municipios, definiéndolos como “entes autárquicos territoriales” 14.
Un desarrollo histórico de los fallos más relevantes dictados por el Supremo Tribunal
permite esbozar un agrupamiento medianamente armónico en virtud de una regla
común16:
12
Alarcón García, Gloria. Autonomía municipal, autonomía financiera. Civitas. Madrid. 1995. p. 33.
13
Marienhoff, Miguel S. Tratado de Derecho Administrativo. Abeledo Perrot. 1990. Cuarta edición
actualizada. Bs. As. 1990. Tomo I. p. 384 y sigs.
14
Op. cit., pp. 387 y sigs.
15
Zuccherino, Ricardo Miguel. Tratado de Derecho Estadual y Municipal. Tomo III. Teoría y Práctica
del Derecho Municipal. Depalma. 1991. p. 11.
16
Se sigue parcialmente lo planteado por Naveira de Casanova, Gustavo J. en “Competencias Tributarias
de los Municipios”, “Derecho Tributario Municipal”. Ad-Hoc. p. 93 y sigs.
se pueden superar, que la constitución ha previsto como entidades del régimen
provincial y sujetas a su propia legislación. (Fallos: 114:282; 123:313; 308:403).
b) Un segundo grupo señala que las municipalidades son organismos de carácter
esencial (Fallos: 154:25), que tienen una serie de materias que conciernen
únicamente a los habitantes de un distrito o lugar particular sin que afecte
directamente a la Nación en su conjunto y, por lo tanto, investidos de la capacidad
de fijar las normas necesarias (Fallos: 156:323).
c) En tercer lugar, una serie de fallos opinan que la Constitución Nacional no ha
prefijado el sistema económico administrativo al cual deben sujetar las provincias su
organización comunal, por ser ello del resorte propio de los gobiernos locales, con la
sola reserva del Artículo 5. Concretamente las disposiciones constitucionales
relativas al régimen municipal que las provincias deben asegurar se reduce a ordenar
su establecimiento, más sin prefijar el sistema económico-financiero al que deberá
sujetarse la organización comunal. (Fallos: 199:42317; 249:99; 259:166).
17
En este Fallo la Corte sostuvo que “el alcance y límites de las facultades municipales surgen de la
constitución y las leyes provinciales cuya correlación, interdependencia y conformidad entre sí, no
incumbe decidir a la nación en tanto ellas no violen los principios, derechos y garantías establecidos por
la carta fundamental de la república, las leyes de la nación o los tratados con las naciones extranjeras”.
18
Este pronunciamiento suscitó el profundo estudio de Alberto B. Bianchi: “La Corte Suprema ha
extendido carta de autonomía a las municipalidades”, publicado en LL, t. 1989-C, pp. 47 y sigs.
19
Tal vuelco jurisprudencial es expresamente reconocido por la Corte en la primera parte del
considerando 8° al señalar que “un nuevo y más detenido examen de la cuestión aconseja, en el momento
actual, revisar esa doctrina (la referida a la autarquía municipal) que se ha mantenido casi
invariablemente en la jurisprudencia de esta Corte”.
h) La elección popular de sus autoridades.
Para algún sector de la doctrina, esta nueva posición sólo importó un cambio aparente20,
pues en el año 1991, en la causa “Municipalidad de la Ciudad de Rosario c/ Provincia
de Santa Fe” (Fallos: 314:495), la Corte, con una nueva composición, retomó una de
sus líneas jurisprudenciales tradicionales en la materia, que resultó coincidente
asimismo con los argumentos planteados por la Procuradora Fiscal en el extenso y
fundado dictamen de Rivademar, argumentando que “en lo relativo al alcance y límites
de las facultades municipales, ha señalado esta Corte que éstas surgen de la
Constitución y las leyes provinciales, cuya correlación, interdependencia y
conformidad entre sí, no incumbe decidir a la Nación, en tanto ellas no violen los
principios, derechos y garantías establecidos en la Constitución Nacional, las leyes de
la Nación o los tratados con las potencias extranjeras […] La Constitución Nacional se
limita a ordenar el establecimientos del régimen municipal, como requisito esencial
para la efectividad de la autonomía de las provincias (Artículo 5), pero en manera
alguna les ha prefijado un sistema económico – financiero al cual deban ajustar la
organización comunal, cuestión que se encuentra dentro de la órbita de las facultades
propias locales […]”21.
20
Naveira de Casanova, Gustavo J. en “Competencias Tributarias de los Municipios”, “Derecho
Tributario Municipal”. Ad-Hoc. p. 93 y sigs.
21
Se debe destacar que en el mencionado fallo el voto en disidencia de los Doctores Fayt, Belluscio y
Petracchi, sostuvo y profundizó el concepto de municipios autónomos esbozado en Rivademar.
22
Zuccherino, Ricardo Miguel. Tratado de Derecho Estadual y Municipal. Tomo III. Teoría y Práctica
del Derecho Municipal. Depalma. 1991. p. 99.
3) La autonomía económico-financiera: impone la facultad del instituto municipal
de obtener su autosuficiencia en el plano de sus recursos y su manejo propio en
punto a erogaciones.
4) La autonomía administrativo-funcional: significa el poder de la institución
municipal de producir sus organigramas organizativos propios y de manejar, por
sí y ante sí, sus incumbencias con relación a la materia municipalista.
En este contexto, y en el punto objeto del presente trabajo, deberíamos analizar la forma
en que el constituyente de la Provincia de Buenos Aires ejerció este mandato-atribución
en la materia municipal, a efectos de delimitar la distribución de competencias entre
provincia y municipio en el ámbito institucional y político. Un simple análisis de la
Constitución bonaerense revela que el articulado referente al régimen municipal
prácticamente no sufrió modificaciones después de la reforma, pese a que el proceso
constituyente provincial culminó un tiempo después que el nacional, por lo que no
incorporó el concepto de autonomía en forma expresa.
De esta manera, podemos concluir que, para el más Alto Tribunal bonaerense, el
régimen municipal en la provincia es autónomo por así reconocerlo la normativa local,
asimilándolo a lo que Zuccherino denomina autonomía relativa o sin poder
constituyente de tercer grado.
Esta postura difiere de lo sostenido por doctrina municipalista conteste que afirma que
municipio autónomo es sinónimo de municipio de convención, es decir, municipio
con potestad de dictar su estatuto, carta o constitución y "si alguna provincia no cumple
con el mandato constitucional, además de la posibilidad de intervención federal... al
existir una inconstitucionalidad por omisión tanto los tribunales provinciales como
federales deben tutelar ese derecho que tienen los municipios”27. “La Convención
Nacional, al incluir en el texto de las reformas la norma del Artículo 123, actuó
conforme a sus atribuciones y facultades, por lo que debe entenderse sin hesitación que,
siendo la constitución de la Provincia de Buenos Aires, cuyo texto ha sido refrendado
por su respectiva Convención, debió inexcusablemente incluir las normas pertinentes al
régimen municipal, conforme lo dispuesto en el ya mencionado Artículo 123 de la
Constitución Nacional”28. De apoyarnos en esta línea argumental, cuya solidez
doctrinal suscribimos, es claro que el campo de acciones posibles a encarar en la
materia municipal bonaerense se circunscribiría exclusivamente a la modificación
de la constitución provincial o a la reforma de la Ley Orgánica de las
Municipalidades.
5. Conclusiones
25
Voto del Doctor Pisano en la causa I. 1305, "Municipalidad de La Plata. Inconstitucionalidad del dec.
ley 9111. Tercero: C.E.A.M. S.E.". En la misma el mencionado municipio solicitó la declaración de
inconstitucionalidad del Decreto Ley 9111 de creación del C.E.A.M.S.E. por regular la mencionada
norma materias propias de los municipios violentando, por lo tanto, el mencionado régimen.
26
Conforme el voto minoritario del Dr. Negri en la causa citada.
27
Hernández, Antonio María (h). Federalismo, autonomía municipal y Ciudad de Buenos Aires.
Depalma. p. 140.
28
Declaración del 4/10/94 de la Asociación Argentina de Estudios Municipales, citada por Di Capua,
Sebastián en Responsabilidad de los funcionarios municipales. Ábaco. 2002. p. 27.
El constituyente bonaerense perdió, en el año 1994, la posibilidad histórica de adecuar
el régimen municipal de la Provincia de Buenos Aires a principios básicos del gobierno
de lo local generalizadamente aceptados como son la autonomía, la descentralización y
la participación ciudadana.
Este “olvido” dejó incluso a la carta magna provincial rezagada con respecto a lo
sancionado por el constituyente nacional en la materia municipal.
Sin necesidad de llegar a tal extremo, y respondiendo la pregunta que encabeza este
escrito, consideramos que, con las herramientas normativas actuales, los Municipios
bonaerenses podrían intentar, respondiendo a palpables demandas sociales y a los
efectos de mejorar la calidad institucional de la democracia, crear y profundizar
mecanismos de descentralización política y participación ciudadana en el ámbito
local. Estos institutos deberían crearse mediante la actividad legislativa de sus
Departamentos Deliberativos con la sanción de Ordenanzas Municipales que, sin
violentar la normativa bonaerense, fuercen su interpretación en el indiscutible
sentido dado por la Constitución federal a la naturaleza del estado y del gobierno
de lo local.
¿Qué pasaría si aplicamos el Artículo 25 de la LOM, que plantea que las ordenanzas
municipales emanadas del Concejo Deliberante deberán responder, entre otras
cuestiones, a las "demás estimaciones encuadradas en su competencia constitucional
que coordinen con las atribuciones provinciales y nacionales" e integramos este punto
con la potestad de crear delegaciones con que cuenta el cuerpo deliberativo en la actual
Ley Orgánica de las Municipalidades (Artículo 29 inc. 6), con la facultad del ejecutivo
de contar, por ejemplo, con comisiones de vecinos como auxiliares (Artículo 178 inc. 3)
y con la competencia de ambos departamentos para crear organismos descentralizados
(Artículo 204 y sigs)?