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Este documento describe las responsabilidades de la dirección de los bancos, los supervisores bancarios y los auditores externos. Explica que la dirección de los bancos es responsable de la gestión del banco, la preparación de estados financieros precisos y el cumplimiento de las normas. Los supervisores bancarios supervisan la solvencia financiera de los bancos, mientras que los auditores externos examinan los estados financieros. El documento sugiere una mejor coordinación entre estas partes para promover la confianza y estabilidad del
Este documento describe las responsabilidades de la dirección de los bancos, los supervisores bancarios y los auditores externos. Explica que la dirección de los bancos es responsable de la gestión del banco, la preparación de estados financieros precisos y el cumplimiento de las normas. Los supervisores bancarios supervisan la solvencia financiera de los bancos, mientras que los auditores externos examinan los estados financieros. El documento sugiere una mejor coordinación entre estas partes para promover la confianza y estabilidad del
Este documento describe las responsabilidades de la dirección de los bancos, los supervisores bancarios y los auditores externos. Explica que la dirección de los bancos es responsable de la gestión del banco, la preparación de estados financieros precisos y el cumplimiento de las normas. Los supervisores bancarios supervisan la solvencia financiera de los bancos, mientras que los auditores externos examinan los estados financieros. El documento sugiere una mejor coordinación entre estas partes para promover la confianza y estabilidad del
Los bancos desempeñan un papel básico en la economía. Reciben los
ahorros del público, suministran medios de pago de bienes y servicios y financian el desarrollo del comercio y de la industria. Para llevar a cabo estas funciones de manera segura y eficiente, deben contar con la confianza del público y de aquellos con los que realiza las operaciones.
La estabilidad del sistema bancario, nacional e internacional, se considera
actualmente como una cuestión de interés público. que se refleja en la manera en que los bancos en todos los países, a diferencia de otras grandes empresas comerciales, están sujetos a supervisión de su saneamiento financiero por los bancos centrales y por otras instituciones financieras.
En la medida en que las operaciones de los bancos aumentan en
complejidad, tanto en el ámbito nacional como en el internacional, la función de las autoridades responsables de la supervisión bancaria y de los auditores externos resulta cada vez más demandada. En ciertos aspectos ambos cumplen funciones similares y el incremento de su actuación se percibe como complementario.
Los supervisores bancarios no solo confían en buena medida en los
resultados de del trabajo de los auditores, sino que solicitan de manera creciente de la profesión contable la realización de tareas adicionales que puedan contribuir al ejercicio de sus responsabilidades de supervisión. Al mismo tiempo, los auditores, al llevar a cabo sus funciones, requieren de los supervisores información que pueda ayudarles en el despeño más eficaz de sus funciones. LA RELACIÓN ENTRE SUPERVISORES BANCARIOS Y AUDITORES EXTERNOS
En la prudente actuación en el negocio bancario están implicadas, con las
correspondientes funciones y responsabilidades, tres diferentes áreas: la propia dirección de los bancos, los auditores externos y las autoridades responsables de la supervisión.
Las funciones y responsabilidades de cada una de estas áreas en los
diferentes países derivan de la legislación vigente y de las prácticas habituales en cada uno de ellos. Esta Declaración no pretende exigir o cambiar tales funciones o responsabilidades. Por el contrario, se pretenden favorecer un mejor conocimiento de su naturaleza en el caso de los auditores y de los supervisores, en la medida en que una interpretación errónea de tales cuestiones puede afectar negativamente a la confianza que cada uno de estos estamentos pone en el trabajo del otro.
Las normas internacionales de auditoria y específicamente en la declaración
1004, pretenden aclarar esas posibles interpretaciones erróneas y sugerir la manera en que cada una de estas áreas puede hacer una utilización más efectiva del trabajo realizado por la otra.
De acuerdo con ello, esta Declaración:
Define las responsabilidades principales de la dirección (párrafos 7 a 10);
Examina los rasgos esenciales de las funciones de los supervisores y de los auditores (párrafos 11 a 13); Comprueba los extremos en los que tales funciones son coincidentes Sugiere mecanismos para una más eficaz coordinación entre los supervisores y los auditores en el cumplimiento de sus funciones propias Esta Declaración ha sido redactada teniendo presentes las diferencias que pueden existir al respecto en los ordenamientos nacionales, especialmente en normas contables, en técnicas de supervisión y en la medida en que, en algunos países, los auditores realizan actualmente tareas de requerimiento de las autoridades responsables de la supervisón de los bancos.
La Declaración reconoce que en algunos países las autoridades
responsables de la supervisión y los auditores externos ya tienen establecidas la estrechas relaciones que se pretenden en la misma. Los acuerdos previstos en la declaración deben considerarse como complementarios y no como sustitutivos en relación con las existentes.
1. RESPONSABILIDADES DE LA DIRECCIÓN DE LOS BANCOS
La principal responsabilidad en relación con la gestión de la actividad
bancaria descansa en el consejo de administración y en los directivos nombrados por la entidad.
Tal responsabilidad incluye asegurar que:
Todos los implicados en las actividades del banco son profesionales
competentes y que existe el adecuado personal con experiencia en las funciones de importancia; Existen y están en funcionamiento los adecuados sistemas de control; Las operaciones del banco se realizan con la adecuada prudencia, incluida la oportuna dotación de provisiones en relación con las posibles pérdidas; Se observan las normas legales o administrativas, incluidas las relativas a la solvencia y liquidez; y Se protege adecuadamente el interés no solo de los accionistas, sino también de los depositantes y de otros acreedores.
La dirección es responsable de la preparación de los estados financieros de
acuerdo con la legislación nacional; tales estados financieros deben presentar una "imagen fiel de" (o presentar adecuadamente) la situación financiera y los resultados de sus operaciones de acuerdo con los principios contables aceptados en el país en cuestión, en la medida en que sean aplicables a los bancos.
Esta responsabilidad incluye asegurar que el auditor que examina tales
estados financieros e informa sobre ellos ha tenido a su disposición toda la información que pueda afectarles significativamente y, en consecuencia, a su opinión sobre ellos.
La dirección tiene también la responsabilidad de suministrar a los encargados
de la supervisión la información prevista por la ley o por la regulación. Esta información normalmente incluye los estados financieros, que suelen utilizarse por los supervisores en su evaluación de la situación financiera del banco.
La dirección es responsable del establecimiento y de la actuación efectiva de
una función de auditaría interna, adecuada a su tamaño y a la naturaleza de sus operaciones. Tal función constituye un componente separado del control interno, desempeñado por personal especializado, designado por el banco, con el objetivo de determinar si, entre otras cosas, los controles internos están correctamente diseñados y actúan adecuadamente.
La dirección es responsable del establecimiento y de la actuación efectiva de
una función de auditoría interna, se desarrolla adecuadamente por personas con los necesarios conocimientos y competencia técnica, libres de responsabilidades operativas y que dependen de la alta dirección, y que emprenden actuaciones adecuadas en relación con las conclusiones que puedan obtener.
Estas responsabilidades de la dirección no se ven en ningún modo
disminuidas por la existencia de un sistema de supervisión por el banco central o por cualquier otra institución oficial, ni por la obligación de someter a auditoría independiente los estados financieros del banco.