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Colegio: INCO

Grado: Quinto Bachillerato Por Madurez


Materia: Estudios Sociales

Tema:
Descubrimiento de América

Alumna: Sandoval Barreno Griselda Carlota


Fecha de Entrega: 17 de marzo de 2018

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Índice
1. Introducción………….........……………………………………….….……...….....…. 3
2. Descubrimiento de América………….…….……….....…………………...………… 4
2.1 Los avances portugueses
2.2 El proyecto colombino
2.3 Las capitulaciones de Santa Fe
3. Los viajes de Colón………....……………………………………………………….… 8
3.1 Primer Viaje de Colón
3.1.2 El descubrimiento de América
3.1.3 La nueva división del mundo
3.2 Segundo Viaje de Colón
3.3 Tercer Viaje de Colón
3.4 Cuarto Viaje de Colón
4. Descubrimiento y conquista de Centroamérica……………......………..……….. 13
4.1 La Conquista de Honduras
4.2 La conquista de Nicaragua
4.3 La conquista de Guatemala (1524) y El Salvador (1525)
4.4 La Conquista de Costa Rica
4.5 La Conquista de Panamá
5. Conquista de Guatemala……………………………………………………….…… 15
6. Pedro de Alvarado……………………………………………………………………. 17
6.1 Llegada a América y conquista de Cuba (1509-1511)
6.2 Expedición de Grijalva
6.3 Conquista de México (1519-1521)
6.4 La matanza del Templo Mayor
6.5 Conquista de Guatemala y El Salvador
7. Conclusión……………………………………………………………….…………… 20
8. E grafía…………………………………………………………………….……...….. 21

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1. Introducción
El descubrimiento de América fue condicionado por diferentes causas o factores.
Por un lado, se desarrollaron los instrumentos de navegación y se mejoraron los
navíos, apareciendo la carabela y la nao. Por otro lado, también pesaron las causas
económicas: debido al crecimiento comercial se pudo invertir en navegación.
Además hubo necesidad de buscar una nueva ruta más rápida y menos costosa
hacia las Indias, después de la interrupción del comercio por los turcos. Por último,
en el plano político, los reinos peninsulares estaban en plena expansión y ello dio
lugar a rivalidad y competencia entre Portugal y Castilla que se lanzaron a las
expediciones.
Cristóbal Colón era un marinero genovés con mucha experiencia. En 1482 presentó
en Lisboa su proyecto de viajar a las Indias por Occidente, pero los monarcas
portugueses no lo aceptaron. Entonces se dirigió a Castilla y en 1485 es recibido
por los RRCC que rechazaron su propuesta debido a que su teoría era frágil. De
nuevo, Colón lo intentó, y el 27 de abril de 1492, se firmaron las Capitulaciones de
Santa Fe, donde Colón sería virrey, gobernador y almirante de las tierras y mares
que descubriese, y además el 10% de los beneficios de todo lo que lograse.
En el puerto de Palos se armaron tres barcos: dos carabelas, la Pinta y la Niña y
una nao, la Santa María, comandadas por Martín Alonso Pinzón, Vicente Yañez
Pinzón y Colón respectivamente. El 3 de agosto partieron, aunque hicieron escala
en Canarias para reparar una de las carabelas. Llegaron el 12 de octubre de 1492
a la isla de Guanahaní (Las Bahamas). Exploraron la isla y costearon otras islas
como Santo Domingo donde la nao encalló. El 16 de enero volvieron en las
carabelas y el 15 de abril Colón se presentó a los reyes en Barcelona.
Colón murió en 1506, después de haber realizado cuatro viajes y convencido de
haber encontrado una nueve ruta hacia las Indias.
Centroamérica fue conquistada a través de varias expediciones, con varios
personajes que actuaron como líderes, los aborígenes defendieron valientemente
su territorio y tuvieron como aliados a la selva y enfermedades tropicales que
diezmaron a los españoles. La conquista de Centroamérica fue cruel contra los
indígenas y generó luchas entre los conquistadores por alcanzar riquezas y
situaciones de privilegios como gobernaciones; sin embargo la conquista de estos
territorios no generó riquezas como en México.
La conquista de Guatemala y El Salvador fue realizada por Pedro de Alvarado en
1524, quien actuó con mucha crueldad al igual que en México, fundó las ciudades
de Santiago de Caballeros y Guatemala la Antigua. Jorge de Alvarado realizó la
conquista de El Salvador y fundó la ciudad de San Salvador (1528).

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2. Descubrimiento de América
En tanto que «encuentro entre dos mundos», el descubrimiento de América es
probablemente el más espectacular de los acontecimientos historiográficos. Hasta
ese momento, y desde los orígenes de la humanidad, el devenir histórico de las
civilizaciones americanas y euroasiáticas se había desarrollado de forma totalmente
independiente; con la llegada a las Antillas de Cristóbal Colón, entraron en contacto
dos universos paralelos que se hallaban en puntos evolutivos muy distintos.
El impacto sería enorme. España, Portugal y otras potencias europeas se lanzaron
a la colonización del nuevo continente; el gran impulso económico llevaría a la larga
a la ascensión de la burguesía y al desarrollo del capitalismo. Para América, en
cambio, las consecuencias inmediatas fueron devastadoras: extinción de las
culturas precolombinas, exterminio o explotación de los nativos y saqueo de sus
recursos naturales.
Desde la perspectiva de las circunstancias que condujeron al mismo, el
descubrimiento de América ha de entenderse como la culminación del
expansionismo que caracterizó a la Europa de la Baja Edad Media y que tuvo entre
sus puntos de partida las exploraciones atlánticas protagonizadas por los
navegantes portugueses. A principios del siglo XV, los Estados europeos
medievales habían alcanzado su máximo desarrollo y se abrían a nuevas y
complejas fórmulas de organización y gobierno. La acción expansionista de la
industria y el comercio y el nacimiento de la burguesía en el seno del feudalismo
suscitaron un afán por descubrir nuevas rutas comerciales.
Europa y Asia habían mantenido contactos comerciales desde tiempos remotos; los
principales productos asiáticos (especias, piedras preciosas, tejidos de seda y
algodón) eran transportados por caravanas a través de desiertos hasta las costas
del Mediterráneo y, desde allí, las flotas venecianas y genovesas los distribuían por
el resto de Europa. Las especias eran un producto fundamental para la
conservación y condimentación de los alimentos, especialmente la carne de los
animales que era necesario sacrificar ante la carencia de pastos invernales. Otros
productos suntuarios orientales, como sedas, ungüentos, tintes y drogas, eran
demandados por una sociedad que aspiraba a una vida más cómoda y lujosa.
Cuando Constantinopla (en 1453) y otros puertos del Mediterráneo cayeron en
poder de los turcos otomanos, los mercaderes cristianos hubieron de buscar otras
rutas para continuar su extremadamente lucrativo comercio con Oriente.
Portugueses y españoles eran los mejor situados para intentarlo por la vía marítima.
En Portugal se había creado una escuela náutica bajo el patrocinio del infante
Enrique el Navegante, y en la ciudad española de Cádiz, en la costa atlántica, un
colegio de pilotos. Ambos organismos presentaban las mismas características: se
daban enseñanzas prácticas de navegación y se formaba a los pilotos,

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adiestrándolos en el manejo de la cartografía y los instrumentos de navegación, que
en los últimos tiempos habían conocido un notable refinamiento. La brújula fue
usada ya por los navegantes italianos en el siglo XIII y montada en la rosa de los
vientos en el siglo XIV. La latitud se averiguaba por medio del astrolabio,
instrumento destinado a medir la altura de la estrella Polar sobre el horizonte del
hemisferio norte.

2.1 Los avances portugueses


Los navegantes debían también aprender a regir los nuevos tipos de barcos que
sustituían a la antigua galera mediterránea: la carabela castellana y el barinel
portugués. Estas embarcaciones, mucho más ligeras y equipadas con los modernos
instrumentos de navegación, podían aprovechar cualquier viento y resistían mejor
los embates de las mareas y los vendavales, siendo especialmente aptos para
largos trayectos. Con todo ello, los marinos podían alejarse considerablemente de
la costa, hasta perderla de vista, sin desconocer su situación; sin embargo, se
precisaba una dosis adicional de arrojo y de intuición para alejarse de las
inexploradas costas africanas, y más aún para aventurarse por el ignoto Atlántico.
Los portugueses, más adelantados que los españoles, fueron los primeros y
principales impulsores de la expansión europea. Enrique el Navegante estableció
un centro de estudios náuticos en el cabo San Vicente, donde reunió a los más
destacados geógrafos, cosmógrafos y marinos. Allí se examinaron todas las teorías
geográficas en boga, con la esperanza de alcanzar, por mar, territorios lejanos para
difundir la religión católica, ensanchar los territorios del reino y aumentar sus
recursos. Sus esfuerzos se vieron recompensados con numerosos descubrimientos
y con el establecimiento de prósperas colonias en los archipiélagos atlánticos y en
las costas de África, y culminarían, casi cuarenta años después de su muerte, con
la expedición de Vasco da Gama (1497-1499), quien, al alcanzar la India bordeando
el continente africano, abrió para los portugueses una nueva ruta comercial entre
Europa y Asia.
Los éxitos de Portugal debieron mucho a la aplicación de las últimas innovaciones
en materia de cartografía, instrumentos de navegación y diseño de naves, y también
a la reintroducción en Europa de las antiguas concepciones geográficas de
Ptolomeo sobre la esfericidad de la Tierra. Ciertamente, la viabilidad del proyecto
colombino es históricamente incomprensible si se olvida que hay todo un ciclo de
navegaciones previas y de mejoras técnicas que crearon las condiciones para que
el logro fuera posible. De la llamada Media Luna Fértil de los descubrimientos
geográficos (la región comprendida entre el Algarve portugués y la costa de Huelva),
habían partido desde comienzos del siglo XV innumerables embarcaciones que
recorrían la costa africana, adentrándose cada vez más hacia el sur y hacia el oeste,
ya que en su camino de regreso debían practicar la llamada "Vuelta de Guinea", es
decir, navegar hacia el oeste en busca de los vientos alisios para poder tomar
entonces el rumbo a la península.

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2.2 El proyecto colombino
La idea de alcanzar la India a través del océano Atlántico no era en modo alguno
novedosa; había sido formulada por geógrafos y cartógrafos desde el siglo XIV, y
también era conocida (aunque habitualmente rechazada por su temeridad) entre los
navegantes. Ciertamente, los nuevos medios técnicos y el ánimo lucrativo hubiesen
tarde o temprano empujado a alguien a emprender la travesía. Experto marinero,
influido por el ambiente de Portugal y por las lecturas de Ptolomeo, Estrabón, Marco
Polo y otros, Cristóbal Colón reunía ya en aquel momento las virtudes necesarias
para el triunfo de la empresa: la determinación, la audacia y la experiencia. Un
famoso humanista, Toscanelli, influyó decisivamente en él y le indujo a cometer
importantes errores de cálculo, que le llevaron a pensar que la Tierra era más
pequeña y Asia mayor; eso suponía que las distancias se acortaban
considerablemente, por lo que estaba convencido de que podía realizar el viaje en
carabelas sin necesidad de hacer escalas. Su objetivo era el mismo que el de los
portugueses: abrir una «ruta de las especias» que, por no tener que bordear toda
África, había de resultar mucho más rápida, fácil y rentable.
En 1484 Colón presentó su proyecto a Juan II de Portugal y le pidió apoyo
económico para llevarlo a la práctica. Pero una junta de expertos consideró que el
plan era descabellado, y el rey, más preocupado por las exploraciones africanas, no
quiso prestarle su ayuda. Decepcionado, se trasladó a Castilla para exponer sus
ideas a los Reyes Católicos, puesto que necesitaba el apoyo de un monarca o un
noble poderoso que corriera con los gastos.
Acompañado de su hijo Diego, se instaló en Palos de la Frontera (Huelva), donde
entró en contacto con algunas personas que le ayudaron y que más tarde tuvieron
un papel destacado en la realización de la empresa. Estas personas eran los frailes
franciscanos de La Rábida, que le pusieron en contacto con los reyes; los hermanos
Pinzón, que llegado el momento ofrecerían a Colón sus pertrechos, conocimientos
e influencias; y los marineros andaluces que, acostumbrados a navegar por el
Atlántico, formarían la tripulación del viaje colombino. Los monarcas castellanos
tardaron un tiempo en aceptar los proyectos de Colón; durante siete años se
hicieron frecuentes contactos con personas influyentes de la corte, pero los reyes
demostraban estar más interesados en la conquista de Granada.

2.3 Las capitulaciones de Santa Fe


Eran varios los motivos por los que los Reyes Católicos no se decidían a prestar su
apoyo al proyecto colombino. Aparte de la guerra de Granada, las contrapartidas
exigidas por Colón resultaban exageradas, y los expertos que analizaron el proyecto
determinaron que era muy arriesgado. Algunos cortesanos, como Luis de Santángel
y Francisco de Pinelo, convencieron a los reyes de la necesidad de transigir.
Cuando la guerra de Granada tocaba a su fin, Colón fue recibido en Santa Fe

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(Granada) por los monarcas, quienes le manifestaron su intención de autorizar la
empresa.
El resultado de la negociación fue recogido en las capitulaciones de Santa Fe,
firmadas en abril de 1492. En ellas se hacían una serie de concesiones a Colón,
pero todas condicionadas al hecho del descubrimiento. Los puntos fundamentales
de este contrato otorgaban a Cristóbal Colón considerables privilegios, como el título
de Almirante y Gobernador General de las tierras por descubrir. También se le
concedía el diez por ciento de los beneficios comerciales, aparte de otras ventajas
económicas.
Con unas cartas para el Gran Kan y las instrucciones para organizar la armada,
Colón se marchó al puerto de Palos de la Frontera, enclave que fue elegido como
punto de partida por contar con una buena flota y con marineros experimentados en
navegaciones atlánticas.
Un grupo de 40 hombres se quedó en el fuerte La Navidad en Haití, construido con
los restos de la embarcación Santa María, que había chocado contra unas rocas.
Este lugar fue el primer pueblo europeo en el ‘Nuevo Mundo’, destruido unos meses
después por los nativos.
El 15 de marzo de 1493 Colón llegó a España con la noticia de que
había descubierto nuevas tierras más allá del océano. Llevó a los Reyes Católicos
oro, plantas y animales desconocidos en Europa, y varios indios.
El marino italiano realizó otros tres viajes más a América, en 1493, 1498 y 1502,
acompañado por muchos más hombres y barcos. En ellos descubrió nuevas tierras
como las islas del Caribe Puerto Rico, Jamaica y las Antillas, la costa
de Venezuela en Sudamérica y la costa este de Centroamérica.
Colón regresó enfermo de su último viaje y falleció en 1506 en Valladolid (Castilla y
León) pensando que había llegado a Asia y sin saber que había descubierto un
nuevo continente.
Fue Américo Vespucio, un navegante de Florencia (Italia), el primero que dijo que
esas tierras pertenecían a un nuevo continente, al que le puso en 1507 su nombre:
América.

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3. Los viajes de Colon
3.1 El primer viaje de Colón
Cuando terminaron los preparativos, unos noventa hombres se embarcaron en tres
naves. Dos carabelas, la Pinta y la Niña, eran capitaneadas respectivamente por los
hermanos Martín Alonso Pinzón y Vicente Yáñez Pinzón; Cristóbal Colón
comandaba la nao Santa María. La mayoría de la tripulación era de Palos; sólo
quince expedicionarios no eran andaluces: diez vascos y cinco extranjeros. No se
embarcaron mujeres, frailes ni soldados, pero sí oficiales reales para velar por los
intereses económicos de los monarcas, y un intérprete de lenguas orientales.
El 3 de agosto de 1492 la flota zarpó con rumbo a las Canarias y con un objetivo
claro: alcanzar la costa asiática atravesando el Atlántico. Todos los pormenores del
viaje se encuentran recogidos en un documento excepcional, el diario de a bordo
que escribió el propio Cristóbal Colón, conocido por la copia que hizo fray Bartolomé
de Las Casas.
En la travesía se presentaron algunos problemas. El más importante fue el
descontento de la tripulación por el alejamiento de las costas y la presencia continua
de vientos alisios que los llevaban directamente hacia el oeste, lo cual alimentaba
el temor de no encontrar vientos favorables para volver a la península. Pero antes
de acabar el mes de agosto aparecieron vientos contrarios, gracias a lo cual se
sosegaron los ánimos.
Los problemas reaparecieron al entrar en la zona de calmas, hecho que, unido a la
ausencia de señales de tierra, desencadenó de nuevo la inquietud de los marineros.
Colón llegó a pensar que había sobrepasado el Japón, y sus problemas se
acrecentaron cuando estalló un motín general, que sólo pudo contener tras lograr
convencer a sus hombres de que en unos pocos días más encontrarían tierra.
Pronto los vientos arreciaron, se avivó la velocidad de navegación y comenzaron a
aparecer indicios de hallarse cerca de la costa: algunas bandadas de pájaros y
maderas que flotaban en el mar.

3.1.2 El descubrimiento de América


Cuando, por fin, el 12 de octubre se divisó tierra, la alegría de los expedicionarios
fue inmensa. Habían llegado a una isla de las Bahamas, a la que Colón dio el
nombre de San Salvador y que los indígenas llamaban Guanahaní. Siglos después,
cuando los ingleses colonizaron las Bahamas, pasó a llamarse isla Watling.
Colón desembarcó y tomó posesión de ella en nombre de los Reyes Católicos.
Todos quedaron maravillados de las tierras y de los hombres, que Colón comenzó
a llamar indios (por creer que había llegado a las costas asiáticas) y que le
recordaban a los guanches de las Canarias. Tales hombres eran pacíficos, pero
carecían de las riquezas que los descubridores esperaban encontrar.

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Pronto pasaron a reconocer la costa de la isla y, creyéndose en Extremo Oriente,
zarparon de nuevo en busca de Cipango (Japón). Recorrieron las costas de varias
islas del archipiélago de las Bahamas, de Cuba y de la isla de Haití o de Santo
Domingo, que recibió el nombre de La Española. Al mismo tiempo que seguían
manteniendo relaciones con los indígenas, los españoles buscaban vanamente
especias; en lugar de ello, vieron por primera vez plantas y objetos desconocidos,
como el maíz, las canoas, las hamacas y el tabaco.
En la Nochebuena de 1492 naufragó la nao Santa María en la costa norte de La
Española. El cargamento se pudo salvar gracias a la ayuda de los indígenas, y con
los restos de la nao Colón resolvió construir un fuerte, llamado La Navidad, que fue
el primer establecimiento español en América. Allí quedaron treinta y nueve
hombres con el fin de mantener las relaciones amistosas con los isleños y buscar
minas de oro. A mediados de enero, el Almirante dio la orden de volver. Junto a los
españoles se embarcaron algunos indígenas, así como una variada carga de
papagayos, pavos, productos de la tierra y objetos exóticos. En los primeros días
de navegación, Colón escribió una famosa carta que, tras ser impresa poco después
de su llegada a España, difundió rápidamente por toda Europa la noticia de su
fabuloso descubrimiento.
Las dificultades del viaje de regreso fueron enormes, pero en todo momento Colón
demostró sus magníficas cualidades marineras. Los vientos y las tormentas
separaron las dos embarcaciones, y Colón, al mando de la Niña, se vio obligado a
poner rumbo hacia Lisboa, siendo recibido por Juan II, que fue el primero en
escuchar el relato de su aventura. El rey portugués reclamó sus derechos sobre las
tierras descubiertas, en base al pacto de Alcaçovas, pero Colón le demostró que no
había ido a Guinea, sino a las Indias. Ante el temor de represalias de los Reyes
Católicos, el monarca le dejó partir rumbo a Palos.
Martín Alonso Pinzón, al mando de la Pinta, se había perdido en una tormenta y
arribó a las costas de Galicia, y de allí tomó rumbo a Palos, donde llegó al mismo
tiempo que Colón, a mediados de marzo. El Almirante se puso en camino para ver
a los reyes, que se encontraban en Barcelona. Atravesó la península despertando
la curiosidad de todos con el sorprendente espectáculo del exótico cargamento que
llevaba a los monarcas, dejando a los españoles impresionados y admirados.

3.1.3 La nueva división del mundo


El recibimiento que tuvo Colón en Barcelona fue grandioso, y los reyes le
confirmaron todos los privilegios pactados en Santa Fe. Enseguida se iniciaron
contactos diplomáticos con el Papa para conseguir la concesión sobre las tierras
descubiertas y por descubrir, y con Portugal para establecer una frontera en los
descubrimientos, tema que provocó tensión entre ambos reinos.
El punto de partida fueron dos bulas otorgadas por Alejandro VI. La primera
anexionaba las nuevas tierras a la Corona de Castilla, y la segunda delimitaba las

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zonas de expansión de portugueses y castellanos a partir de un meridiano situado
a cien leguas al oeste de las Azores. Las negociaciones fueron muy duras y los
portugueses no quedaron conformes con la sanción papal, pues, aunque estaban
de acuerdo en que debían repartirse el mundo, preferían que la línea divisoria fuera
un paralelo, ya que así se adueñaban del hemisferio sur.
Finalmente, en junio de 1494, el problema se consideró zanjado con el tratado de
Tordesillas, según el cual ambas partes aceptaron que la línea de demarcación
fuera el meridiano situado a 370 leguas al oeste de Cabo Verde. De ello derivaría la
posterior y desigual configuración de los imperios coloniales: a Portugal solamente
le correspondía el área de Brasil. Pero las imprecisiones del acuerdo y las
dificultades para determinar la longitud (sólo se pudo establecer con precisión en el
siglo XVIII) hicieron que no acabaran los problemas jurisdiccionales; la expansión
de los portugueses en Brasil y de los españoles en el Sudeste Asiático, con la
conquista de las islas Filipinas, suscitarían problemas diplomáticos entre los
monarcas de la Península Ibérica, que se resolverían con políticas de fuerza y de
hechos consumados.

3.2 Segundo viaje


En septiembre de 1493 se hacía a la mar una Armada formada por diecisiete barcos
y una formidable contingente, cercano a los mil quinientos hombres. Sus objetivos
eran socorrer a los españoles que habían quedado en América durante el primer
viaje (en el fuerte La Navidad), continuar los descubrimientos tratando de alcanzar
las tierras del Gran Kan y colonizar las islas halladas anteriormente. Tras una escala
en Canarias, que con el tiempo se convertiría en algo habitual en la Carrera de
Indias, Cristóbal Colón ordenó poner rumbo más al sur que en el primer viaje,
pensando que de esta manera llegaría a Cipango (Japón) más fácilmente.
Lo que Colón halló en este segundo viaje fue, en realidad, la ruta más rápida y
segura para navegar a América. En sólo veintiún días consiguieron llegar a las islas
Deseada y Dominica, y descubrir a continuación Guadalupe, Monserrat y Puerto
Rico. En la costa norte de Haití, donde se hallaba el fuerte La Navidad, Colón supo
que los treinta y nueve hombres que había dejado en el primer viaje habían sido
asesinados, según le dijeron, por el cacique Caonabó y sus compañeros. El 6 de
enero de 1494 Colón fundó en ese lugar La Isabela, primera población española en
América. Desde ella mandó algunas expediciones en busca de oro, del que remitió
algunas muestras a España, y propuso a la corona que autorizara el intercambio de
ganado y vituallas por esclavos indios caribes. En abril se trasladó a Cuba y poco
después a Jamaica.
A su regreso a La Isabela, Colón encontró que muchos descontentos se habían
marchado, mientras las enfermedades hacían presa en los pobladores que
quedaban y los indígenas se rebelaban. Tras una corta lucha, Colón impuso a los
vencidos la esclavitud y el pago de un tributo en oro y algodón. Sabedores de la

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situación problemática de sus nuevos dominios, los Reyes Católicos tomaron la
decisión de enviar a Juan de Aguado para que les informase de lo que estaba
sucediendo. En marzo de 1496 regresaba Aguado a España, acompañado por
Colón, que no quería perder el favor de la corte para su empresa descubridora.
Dejaba construidas seis fortalezas, y el mando de los territorios en manos de su
hermano, Bartolomé Colón. En la entrevista mantenida con los reyes el otoño
siguiente, Colón hubo de encajar las críticas por la conflictividad y la falta de
rentabilidad de sus empresas, que justificó con el fin evangelizador.

3.3 Tercer viaje


Tres años tardó Colón en conseguir organizar su siguiente viaje, mientras su
prestigio y el de la propia empresa americana, que parecía ya un negocio ruinoso,
decaía por momentos. De las ocho naves que componían esta vez la flotilla
colombina, que partió de la península en enero de 1498, cinco pasaron a reforzar
los establecimientos de La Española, y tres se dedicaron a nuevos descubrimientos.
A finales de julio desembarcaba Colón en la isla de Trinidad, y poco después
exploraba la costa venezolana de Paria y la desembocadura del gran río Orinoco,
región que, por su belleza, juzgó como la ubicación del antiguo paraíso terrenal. En
agosto de 1498 estaba de vuelta en La Española.
En adelante, los conflictos políticos y administrativos absorberían por completo a
Colón, impidiéndole continuar con las exploraciones. Primero tuvo que hacer frente
a una sublevación indígena y, más tarde, se rebelaron los propios españoles,
acaudillados por Francisco Roldán. Sólo la autorización del reparto de las tierras de
los indígenas y la concesión del servicio personal de los mismos a los españoles,
junto a algunas medidas de fuerza, consiguió detener la revuelta.
En 1500 llegó a La Española un enviado real, Francisco de Bobadilla, en calidad de
juez pesquisidor con plenos poderes para poner orden en la colonia. Bobadilla halló
culpable a Colón de todos los males, se apoderó de su casa, papeles y bienes, le
abrió un proceso y lo remitió a España cargado de grilletes junto a sus hermanos
Diego y Bartolomé. A continuación dio libertad para coger oro, vendió tierras y
repartió indios. Acababa así la etapa de gobierno personalista del Nuevo Mundo y
empezaba un nuevo orden. Colón llegó a España en noviembre de 1500. Aunque
los reyes mandaron ponerlo en libertad de inmediato, sus enormes privilegios se
habían esfumado. Colón había triunfado como marino y descubridor, pero había
fracasado como gobernante.

3.4 Cuarto viaje


A pesar de todo, en marzo de 1502 fue autorizado para emprender un cuarto y
último viaje, cuyo objetivo debía ser hallar el estrecho que se creía que separaba
las tierras firmes del norte y del sur para lograr paso franco al continente asiático.
Colón tenía prohibido el desembarco en La Española para evitar conflictos, así como
el prendimiento de esclavos. Se prepararon cuatro carabelas con ciento cuarenta

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hombres, entre los cuales figuró el hijo del descubridor, Hernando Colón, que nos
legó un relato del viaje.
En mayo de 1502 partieron de la península; el periplo los llevó a las islas de
Martinica, Dominica, La Española (pese a la prohibición), Jamaica y Cuba. De allí
navegó Colón hacia la costa de Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, donde
logró rescatar (comerciar) cierta cantidad de oro. En noviembre fundaron Portobelo
y poco después, también en la costa panameña, Nombre de Dios. Tras sufrir un
ataque indígena hubieron de poner rumbo a Cuba, pero naufragaron a la altura de
Jamaica. Hasta ese momento, el cuarto viaje colombino había servido para probar
que desde Brasil a Honduras no existía paso alguno hacia el oriente. Desde
Jamaica, Colón despachó a siete de sus hombres para que pidiesen socorro en La
Española (Santo Domingo). Por fin, en julio de 1504, los náufragos fueron
rescatados. En noviembre de aquel año Colón llegaba, ya muy enfermo, a España;
falleció en mayo de 1506, convencido de que su logro era haber abierto una nueva
ruta hacia las indias. Correspondería a Américo Vespucio señalar que un nuevo
continente había sido descubierto.
Algunos historiadores opinan que para la realización de este viaje Colón debió
prometer a los reyes de España la llegada a Tierra Santa. Cierto es que en obras
escritas en esta etapa de su vida, como la Lettera raríssima y el Libro de las
profecías, da enorme importancia a este factor cristiano. Sin embargo, muchos
autores dicen que realmente Colón hizo este viaje porque los reyes insistieron en
ello dados los avances que realizaba Portugal hacia la India.2 El objetivo final de
este viaje sería llegar a las islas de las especias o Molucas con el fin de adelantarse
a sus rivales portugueses y conquistar las riquezas del Índico. Colón pensaba que
las tierras descubiertas no estaban unidas, sino que debía existir una comunicación
con el Índico y que ese paso debía estar entre Veragua y Nombre de Dios, y que
encontrar ese paso era fundamental para llegar a las islas de las especias
directamente. El porqué de la prisa se podría encontrar en los avances de los
portugueses. La expedición de Vasco de Gama (1497-1499) había llegado ya a la
India de verdad bordeando África.

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4. Descubrimiento y conquista de Centroamérica
Con cuatro navíos y 150 hombres partió de Cádiz el 11 de mayo de 1502. Atravesó
el Caribe hasta el cabo de Honduras; siguió hasta el de Gracias a Dios y recorrió la
costa de Panamá. Regresó a España, llegando a Sanlúcar de Barrameda el 7 de
noviembre de 1504, fracasado y enfermo, siguió hasta la corte y reclamó
infructuosamente sus derechos. El 20 de mayo de 1506, murió en Valladolid.
La conquista de Centroamérica se produjo desde dos puntos principales: México,
con el envío de Hernán Cortés de distintas expediciones conquistadoras a partir de
1523, y Panamá por iniciativa del gobernador Pedrarias que fue el primero en enviar
varias expediciones de exploración desde 1516 aunque de conquista no llegaron
hasta 1524.

4.1 La Conquista de Honduras


Fue iniciada por Gil González Dávila. Hernán Cortés, sabedor de las riquezas que
había en Honduras, envió a Cristóbal de Olid a quitarle el botín a Dávila. Olid fundó
la Villa del Triunfo de la Cruz. Se encontró con Dávila, a quien capturó. Resulta que
Olid, quiso adueñarse de las riquezas, al darse cuenta Cortés, decidió enviar a
Francisco de las Casas, quien también fue capturado por Olid. De manera que la
conquista de Honduras fue finalizada por Cristóbal de Olid (1523). Se opuso a la
conquista el cacique Lempira, a quien por supuesto, asesinó el conquistador.

4.2 La conquista de Nicaragua


Realizada por Gil González Dávila (1522). Quien exploró el interior del país y
sometió a los caciques Nicoya, Nicarao y Diriagen; este último ofreció tenaz
resistencia dando muerte a muchos soldados de González. Francisco Hernández
de Córdova fundó las ciudades de Granada y León, las dos primeras ciudades de
Nicaragua.

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4.3 La conquista de Guatemala (1524) y El Salvador (1525)
Realizada por Pedro de Alvarado, enviado de Cortés. En tierra salvadoreña el
conquistador resultó herido de una pierna. Cuscatlán era la capital de los Pipiles y
su cacique era Atlacatl, quien fue condenado a muerte por Alvarado.

4.4 La Conquista de Costa Rica


Se inició en 1519 y concluyó en 1573. Fueron muchos los conquistadores que
participaron; pero fue Juan de Cavallón, el primero en realizar un intento sistemático
de conquista; por tanto, a él se le atribuye la conquista de ese hermano país.

4.5 La Conquista de Panamá


Su descubrimiento se atribuye a Rodrigo de Batidas, pero la conquista la realizó
Pedrarias Dávila, muy a pesar de la resistencia que ofreció el cacique Urraca.

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5. Conquista de Guatemala
El 6 de diciembre de 1523 y por orden de Cortés, el conquistador Pedro de Alvarado
sale de México para conquistar los confines más meridionales. Los territorios
habitados por los mayas comprendían extensas regiones cubiertas de selva tropical,
muy difíciles de penetrar. En la expedición participaron grupos de indígenas amigos,
convertidos en auxiliares de los 300 hombres que acompañaban a Alvarado.
Guatemala estaba habitada por muchos grupos indígenas. Los reyes Quichés
habían intentado unir a todos los grupos por la fuerza, sin conseguirlo. Los mayas
se enfrentaron a los españoles divididos entre sí. El primer combate tuvo lugar a
orillas del Río Tilapa. Fue una batalla sangrienta, el ejército español era poderoso,
poseía caballería y armas de fuego, pero los indígenas eran valientes, grandes
arqueros y expertos en la lucha cuerpo a cuerpo. A Alvarado y sus hombres les
costó vencerlos.
Después de su primera victoria, Alvarado y su ejército se dirigieron a Zapotitlán,
donde se libraron encarnizadas batallas. La ciudad cayó finalmente en poder de los
invasores. Continuaron su avance hacia Xelajú, en Quetzaltenango, pero en el
camino se encontraron con tropas indígenas comandadas por el principe
Azumanché, pariente de Tecún Umán. Se produjo una batalla en las faldas del
volcán Santa María en la que murieron muchísimos guerreros, hasta el punto de
que las aguas del río Olintepeque se tiñeron de sangre. Desde entonces los nativos
llamaron al río Xequijel, que quiere decir "río de sangre". En esta batalla perdió la
vida el príncipe Azumanché.
El mando del ejército Quiché pasó a manos de Tecún Umán, que se enfrentó a los
invasores en las llanuras de Quetzaltenango. Fue un duro combate en el que se
luchó cuerpo a cuerpo. En esta sangrienta batalla murió heroicamente Tecún Umán
y los mayas fueron vencidos.
Después de la muerte de Tecún Umán, los reyes Quichés Oxib Quej y Belejeb Tzii
intentaron engañar a los españoles, instándoles a trasladarse a Gumarcaaj, su
capital. Desde el principio, los castellanos sospecharon que el propósito de los reyes
mayas era atraerlos a la ciudad para quemarlos en ella. Alvarado mostró
desconfianza y decidió acampar en unos llanos de las afueras en lugar de instalarse
en la capital. A pesar de la insistencia de los reyes, el conquistador se negó a entrar
y a su vez los invitó a su campamento. Alvarado tomó prisioneros a los reyes
Quichés, los acusó de traición y los mandó quemar vivos. También ordenó incendiar
la ciudad de Gumarcaaj.
Los reyes cakchiqueles Belejep-Qat y Cahi-Imox al saber de la derrota de los
Quichés, recibieron a Alvarado en la ciudad de Iximché con toda clase de atenciones
y le pidieron que los ayudara a combatir a sus enemigos los Tzutujiles. Estos vivían
a orillas del lago de Atitlán, su capital era Chitinamit y su rey Tepepul. Alvarado
aceptó gustosamente y envió mensajes a los tzutujiles ordenándoles que se

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rindieran, pero éstos se negaron dando muerte a los emisarios. Entonces Alvarado
decidió someterlos por la fuerza, se puso al frente de su ejército y atacó la ciudad.
Los tzutujiles se resistieron, pero terminaron sometiéndose al dominio español.
Desde la ciudad de Iximché los conquistadores emprendieron un ataque contra
Izquintepeque (actualmente Escuintla), en la que resultaron victoriosos.
Continuaron hacia el este a lo largo de la costa sur de Guatemala, entrando en lo
que hoy es conocido como Guazacapán. En varios pueblos no hubo enfrentamiento
ya que los españoles eran recibidos en paz, aunque luego los indígenas dejaban
sus pueblos y huían hacia las montañas. Al llegar a Pasaco, los españoles fueron
recibidos por un ejército desafiante al cual derrotaron con facilidad. Siguieron la
expedición hasta cruzar el Río Paz, penetrando en lo que actualmente es El
Salvador. En Acajutla, sostuvieron una batalla en la cual Alvarado resultó herido en
una pierna quedando cojo para el resto de su vida. De Acajutla se dirigieron a
Tucuxcalco, y de allí a Miguaclán (que encontraron despoblado), luego a Atehúan
(Ateos), y finalmente llegaron a Cuscatlán, donde fueron bien recibidos al principio,
pero debido a los abusos de los españoles, los indígenas terminaron por huir hacia
las montañas, de donde Alvarado ya no los pudo hacer bajar.
De regreso a Iximché el 21 de julio de 1524, el conquistador procedió a fundar una
villa, la que después se convirtió en ciudad con el nombre de Santiago. Poco tiempo
después de la fundación de Santiago se desintegra la alianza entre los españoles y
los cakchiqueles, por el mal trato que éstos últimos recibían de los conquistadores.
Los cakchiqueles estuvieron a punto de vencer a los conquistadores, ya que
estaban militarmente bien organizados. Esta fue una de las rebeliones más
importantes de la conquista. Después de cinco años de tenaz resistencia, finalmente
se rindieron y muchos de ellos fueron hechos prisioneros. Según los "Anales de los
Cakchiqueles", el rey Belejep-Qat pasó sus últimos días lavando oro en los ríos.
Con esto terminó el poderío de los Cakchiqueles y se consumó la conquista de
Guatemala.

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6. Pedro de Alvarado
Pedro de Alvarado y Contreras (Badajoz, Extremadura leonesa, Corona castellana,
1485 - Guadalajara, Virreinato de Nueva España, Imperio español, 4 de julio de
1541) fue un adelantado y conquistador español que participó en la conquista de
Cuba, en la exploración por Juan de Grijalva del golfo de México y de las costas de
Yucatán, y en la conquista del Imperio azteca dirigida por Hernán Cortés. Puede
considerársele como conquistador de gran parte de América Central —Guatemala,
Honduras y El Salvador— y pudo haberlo sido también del Perú, pero renunció a
ello tras enfrentarse primero, y negociar después, con el adelantado Diego de
Almagro.
Prácticamente todas las referencias a Alvarado mencionan como mínimo su
carácter enérgico y la mayoría lo elevan a crueldad. En la actualidad, a veces se
asocia incluso su nombre al genocidio, tanto por su iniciativa en la Matanza de
Tóxcatl, como por su posterior participación en el sitio de Tenochtitlán, y sobre todo
por la violencia extrema de sus acciones en Centroamérica.[cita requerida]
En el virreinato de Nueva España los indígenas lo llamaban Tonatiuh que significa
el Sol, por su aspecto físico ya que al parecer era rubio y de elevada estatura, lo
que lo convertía en caso típico para la deificación, que inicialmente hicieron los
mexicas de los españoles, considerándolos las "gentes rubias y barbadas"
anunciadas como signo del regreso de Quetzalcóatl.

6.1 Llegada a América y conquista de Cuba (1509-1511)


En 1512, con 27 años, desembarcó en La Española, junto a sus hermanos
(Gonzalo, Jorge, Gómez, Hernando y Juan). Formaba parte del séquito del virrey
Diego Colón. Un año después, a las órdenes de su tío Diego Velázquez, participó
en la conquista de Cuba.

6.2 Expedición de Grijalva


En 1518 acompañó a Juan de Grijalva como capitán de un navío en su viaje de
exploración por las costas de Yucatán y el Golfo de México, en el que se produjo el
descubrimiento de Cozumel. Fue el primero en navegar el río Papaloapan, razón
por la cual la población cercana a la desembocadura del río se le bautizó con el
nombre de "Alvarado".

6.3 Conquista de México (1519-1521)


Varios hermanos Alvarado se unieron a Cortés en el puerto de la Trinidad, cuando
iniciaba su viaje, entre ellos Jorge, Gonzalo y Gómez, y Juan, Pedro fue el primer
capitán de Hernán Cortés durante la conquista de México.
Participó en la batalla sostenida contra los tlaxcaltecas dirigidos principalmente por
Xicohténcatl. Una vez que los conquistadores españoles vencieron y pactaron una

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nueva alianza con los tlaxcaltecas, en muestra de paz les regalaron mujeres a los
principales capitanes. Una de ellas fue la propia hija de "Xicohténcatl el viejo" a
quien se le bautizó como doña Luisa y era destinada para Hernán Cortés, quien la
cedió a Pedro de Alvarado. Siendo aún soltero, Pedro de Alvarado tuvo un hijo con
doña Luisa a quien bautizó con su propio nombre y una hija a la cual bautizó con el
nombre de Leonor. Leonor se casó con Francisco de la Cueva primo del duque de
Alburquerque.
Realizó una inspección de avanzada junto con Bernardino Vázquez de Tapia hacia
las inmediaciones de Tenochtitlan con el fin de observar y determinar la mejor ruta;
Vázquez de Tapia cayó enfermo de calenturas en el camino y Alvarado tuvo que
completar la misión, ambos regresaron a Cholula para informar a Cortés los
pormenores. Fue entonces cuando los indígenas le pusieron el apodo de Tonatiuh.

6.4 La matanza del Templo Mayor


En 1520, en ausencia de Cortés, que había ido al encuentro de Pánfilo de Narváez,
Pedro de Alvarado, que había quedado al mando, ordenó la matanza del patio del
Templo Mayor que precedió a la derrota de los españoles conocida como la Noche
Triste. Recriminado por Cortés, que se vio obligado a volver apresuradamente a
Tenochtitlan a socorrerlo, alegó que los aztecas estaban preparando sacrificios
humanos para la fiesta del Tóxcatl (quinto de los dieciocho meses del calendario
mexica), incumpliendo su promesa de no hacerlo, y que con la fiesta se preparaba
una trampa para atacar a los españoles.
Pero incluso las fuentes más indulgentes con Alvarado coinciden en denunciar que
ordenó sin previo aviso que se atacara a los danzantes de la fiesta, asesinando a
entre trescientas y seiscientas personas desarmadas. Los testimonios aztecas
recogidos por Fray Bernardino de Sahagún describen una cruel carnicería. Este
hecho provocó una fuerte reacción por parte de los ciudadanos temerosos de
mayores barbaridades y el conflicto desembocó en plena batalla campal con
considerables pérdidas para las tropas de ocupación europeas.
Durante la huida de Tenochtitlan se le atribuye haber salvado la vida, pese a estar
rodeado de enemigos, saltando un canal apoyado en su lanza, hincada en el barro;
el gesto ha tomado su nombre, "Salto de Alvarado", nombre también de una céntrica
calle de Ciudad de México (Puente de Alvarado) situada en la zona donde pudo
ocurrir el hecho.
Podría citarse como precedente del salto con pértiga, igual que se hace con Filípides
para la maratón, pero el salto muy probablemente no existió: la referencia procede
de Francisco López de Gómara, que no fue testigo ocular, y es desmentida con gran
rotundidad por Bernal Díaz del Castillo, que sí estuvo allí, y que esgrime
contundentes argumentos: ningún testigo se hubiera percatado del salto, ocupados
como estaban en salvar sus vidas; la profundidad del agua y la anchura del canal
salvado descartan la viabilidad de la acrobacia y, finalmente, el mismo Bernal no

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oyó a nadie mencionar el salto hasta mucho después de la conquista, con ocasión
de la edición de unos libelos laudatorios para Alvarado.
Sin embargo, el hecho pudo haber tomado forma y atribuírsele a Pedro y en tál
ocasión, partiendo de una peculiaridad o particularidad propia a él o de alguno de
sus hermanos conocida por los demás de las tropas a los que debieron de haber
visto practicando su destreza o jugando a éllo; al ser todos ellos miembros de familia
procedente de la Cantabria oriental donde hasta aún hoy se practica el denominado
Salto pasiego, anteriormente más común y usado tanto por hombres como mujeres
desde muy jóvenes, lo cuál debieron aprender los Alvarado en familia en
Extremadura o visitando durante la crianza familiares aún en Cantabria.

6.5 Conquista de Guatemala y El Salvador


Tras la toma de Tenochtitlan en 1521, Cortés lo comisionó para otras expediciones
más al sur, lo que le permitió pasar a la historia también como conquistador de
Guatemala y El Salvador junto a su hermano Gonzalo de Alvarado y, aunque
siguiendo a Cortés, también concluyó la conquista en Honduras.
En 1524, Pedro de Alvarado ordena la fundación de la primera capital colonial de
Guatemala: Santiago de los Caballeros inicialmente en Iximché (Tecpán), luego
refundada en 1527 en el valle de Almolonga (hoy el barrio de San Miguel Escobar
en Ciudad Vieja, Sacatepéquez) tras una revuelta indígena.
En 1525 ordenó a Gonzalo de Alvarado la fundación de una villa con el nombre de
San Salvador en el Señorío de Cuzcatlán, para dominar los naturales de esas
tierras. Ambas localidades llegaron a tener tanta preponderancia en sus respectivas
provincias jurisdiccionales que terminaron por convertirse en capitales de las
repúblicas de Guatemala y El Salvador, respectivamente; aunque ninguna está en
su emplazamiento original hoy en día.
En 1527 viajó a España y se entrevistó con Carlos V. Es este su momento de mayor
gloria, al recibir del emperador los nombramientos de gobernador, capitán general
y adelantado de Guatemala, más de lo que conseguiría nunca Cortés de Nueva
España. Sin embargo, a su vuelta a América, en 1529, el gobernador de la Nueva
España lo encarceló y lo procesó; sólo pudo librarse del cautiverio por la
intervención de Cortés.

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7. Conclusión
La aventura de Cristóbal Colón en pos de una nueva ruta hacia las Indias ocasionó
una conmoción que no habría de detenerse más.
Una vez convencidos de que se habían descubierto tierras desconocidas hasta
entonces, los españoles organizaron rápidamente una forma de hacer valer su
control y dominio. Así nació la idea de las expediciones de conquista, y también la
ambición de otras naciones europeas, por venir a América.
Por lo que los españoles al haber comprobado que las Antillas no ofrecían riquezas
suficientes desarrollaron expediciones que extenderían la conquista al continente
americano.
Así, Hernán Cortés desembarcó en la costa (Veracruz) y se internó en las tierras
del Imperio azteca, que ocupaba buena parte de México, aprovechando las disputas
internas se hizo con el poder en 1521. En 1535, se convirtió en el virreinato de
Nueva España, con capital en Méjico.

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8. E grafía
- www.biografiasyvidas.com/monografia/colon/descubrimiento.htm
- buscabiografias.com
- deGuate.com
- http://www.angelfire.com/ar/guatemala/conquista.html
- http://www7.uc.cl/sw_educ/historia/conquista/parte2/html/h41.html
- Sajcabajá. Muerte y resurrección de un pueblo de Guatemala - Jean Piel, ed.
Centro de estudios mexicanos y centroamericanos. 1997.
- http://educacionvillalta.blogspot.com/p/temas-de-estudios-sociales.html

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