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Área IV
Universidad Panamericana Preparatoria
Introducción
Hacia finales del Siglo XIX se tenía un extenso catálogo y un gran antecedente de creación
literaria. Las letras, para poder convertirse en arte, han acuñado distintas formas y técnicas
estilísticas. Desde los cantos populares medievales hasta los majestuosos poemas románticos, el
estilo literario ha respondido a una serie de normas técnicas y estéticas dependiendo de la época.
La poesía, género que será objetivo del presente tratado, es una de las constantes en los distintos
periodos de la literatura. Tan sólo el Neoclasicismo prescinde de él; sin embargo, es claro que,
desde entonces, surgió de entre los escombros del alma la poesía como culmen de la literatura.
En la obra de Rilke —Cartas a un joven poeta— observaremos que el quehacer poético, más allá
de eufonía y armonía, necesita de la propia esencia del poeta. La obra surge del individualismo
del autor y no por sí misma, opuesto al “…podrá no haber poetas; pero siempre
habrá poesía” (Becquér, ¿1871?). Además, podremos ver que, para Rilke, no hay un método
técnico para crear poesía, sino que ésta es fruto de la búsqueda interior y la confrontación con
el pasado.
La primera sentencia de Rilke respecto el oficio del poeta, es la razón por la cual alguien debería
dedicar su vida a ello. El oficio de escribir es legítimo sólo si no puede vivir sin escribir. En pocas
palabras, para que alguien se convierta en poeta, debe lograr que sus intenciones trasciendan su
Una vez que se encuentra el oficio del poeta, es menester comprender ciertos aspectos respecto
al arte de la poesía, los cuales intentaré desarrollar con lo dicho por Rilke.
Como lo expreso en el título de la sección, el arte debe estar alejado de la razón. Puede ser una
sentencia simple, pero es fundamental para la definición de Rilke. Por eso dice que el amor –
Las obras de arte son soledades infinitas y con nada son menos alcanzables que con la crítica.
Solo el amor puede comprenderlas, celebrarlas y ser justo con ellas.2
Por tanto, la poesía debe mantenerse alejada de las críticas, ya que son parte de la razón que,
según Rilke, no puede comprender al arte. En su lugar, el amor y los sentimientos son los
Y es ahí donde comienza la idea fundamental de Rilke: el poeta romántico. Una poesía alejada
de la razón sólo puede producirse cuando uno es capaz de mirar hacia sí mismo. Por eso es tan
importante evitar la crítica, ya que, al buscar opiniones externas, uno deja de lado la
individualidad y no es capaz de ver su propia creación como algo íntimo. Rilke dice:
Nada puede estorbarlo con mayor violencia que mirar hacia fuera y de allí esperar una
respuesta a preguntas que quizás solo su más íntimo sentimiento, en los momentos más
silenciosos, puede acaso responder.3
Tal como lo muestra mi epígrafe, la creación poética, desde el punto de vista de Rilke, es
producto de ver hacia uno mismo –que posteriormente hablaré más del tema– y de ver hacia la
1 RILKE, Rainer, Cartas a un joven poeta, Cuba: Editorial Gente Nueva, 2004, p. 8.
2 Ibíd., p. 16
3 Ibíd., p. 10
naturaleza. Sin embargo, hay algunas otras recomendaciones que Rilke le da a Kappus, aunque
Uno de los aspectos en los que más se hace énfasis en las epístolas, es en la soledad. Para Rilke,
siendo precisos, sólo la soledad puede sumir al poeta en sí mismo y, por tanto, llevarlo a la
Además, la soledad duele, por lo que soportar el dolor y expresarlo es camino a una auténtica
obra. Por lo dicho en las epístolas podemos saber que Rilke tenía un estilo de vida solitario. La
soledad debe ser amada y aprovechada por el poeta, por lo que Rilke insiste e invita
La soledad descrita por Rilke, que incluso llega a comparar con la soledad vivida por los infantes,
es una muestra del ideal romántico que se sostiene en la forma de hacer poesía. De hecho, llega
a ser una idealización, pues pretende ver a la soledad como un motor de las relaciones
interpersonales. Con la sentencia Somos soledad5 podemos observar esa idealización por la soledad
La forma que Rilke recomienda para poder adentrarse en uno mismo, siendo partícipe de la
Finalmente, Rilke pone en la mesa otra fuente imprescindible para la inspiración y la creación
poética: la Naturaleza. Rilke entiende por Naturaleza todo lo que rodea al ser humano, que es
creador de la poesía.
…si atiende a la Naturaleza, a lo sencillo que hay en ella, a lo pequeño, a lo que casi nadie ve y
que sin previo aviso puede transformarse en algo grande y sin medida; si usted ama lo menudo,
y con toda sencillez busca como un servidor ganarse la confianza de lo que parece pobre, todo
se le volverá más fácil, más unificado, tal vez no en el entendimiento, que siempre retrocede
sorprendido…7
Conclusión
Bibliografía
RILKE, Rainer, Cartas a un joven poeta, Cuba: Editorial Gente Nueva, 2004
7 Ibíd., p. 21