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ETAPAS DE LA SEXUALIDAD

De 0 a 1 años: La sexualidad en un niño recién nacido, está muy vinculado a la


relación con sus padres. Su vivencia a través de los cuidados y las caricias de sus
progenitores. A través de ellos se crean lazos afectivos que serán necesarios para
el desarrollo social y sexual de estos niños.
De 1 a 3 años y medio: En la segunda etapa, el niño tiene un estrecho vínculo con
su familia, esto hace que su pensamiento se vaya enriqueciendo. En esta etapa se
oponen a las reglas que imponen sus padres, como una forma de afianzar su
independencia. En esta etapa se experimentan más sensaciones de placer al
controlar los esfínteres y a evacuar, con lo que empiezan a conocer su cuerpo, lo
que necesitan y lo que le produce placer.

De 3 años y medio a 6 años: En la tercera etapa, se caracteriza por la


exploración del mundo, tanto a nivel físico, como social, con lo que refuerzan los
vínculos con su familia y amigos. Por ello, comienzan a descubrir su sexualidad y
nos encontramos con el periodo de enamoramiento del padre del sexo opuesto o
en algunos casos hasta del mismo sexo "complejo de Edipo" y "complejo de
Electra". Por otro lado se aprenden a relacionarse con otros y a ensayar sus roles
sociales así como a identificar su propio sexo. Es importante que los padres no
coaccionen las conductas que puedan ser del sexo opuesto.

De 6 a 9 años: En la etapa cuarta, comienzan el crecimiento físico va


equilibrándose con el desarrollo afectivo, permitiendo que surja el interés de
conocer y saber sobre el mundo y sus fenómenos. De la misma manera, es
fundamental el reconocimiento de las personas de su entorno hacia ellos, y cómo
afecta esto a la concepción de su propia imagen. El interés sexual se centra en el
conocimiento del cuerpo y de los órganos sexuales. Los juegos sexuales, mixtos o
entre miembros del mismo sexo, forman parte de esta etapa y son un elemento
clave para la formación de la identidad sexual. Los valores de la sociedad y de la
familia sobre la sexualidad influyen mucho en esta etapa.

De los 10-14 años(pubertad): Las hormonas sexuales se activan en esta etapa,


estas son las que determinaran los cambios físicos y psicológicos. Al principio el
cuerpo sufre un crecimiento acelerado. Después surgen una serie de cambios de
forma: a las chicas le crecen las caderas, los pechos, les sale vello en la pelvis y a
los
chicos: les cambia la voz, les crecen los genitales y les sale vello en el pubis.

Hay cambios en la apariencia pero psicológicamente aún no han madurado. Las


niñas se desarrollan
antes que los niños. Es la etapa de la rebeldía con los padres.

Preadolescencia
E n esta etapa se alcanza la madurez biológica, psicológica y social. En este
periodo el preadolescente experimenta emociones contradictorias. Por una parte
aún no ha abandonado su parte de niño, pero experimenta a su vez sensaciones
propias de adulto.

Adolescencia

En la adolescencia la búsqueda de una identidad propia es la tarea central. Se


crean conflictos e inseguridades. Los conflictos con los padres son numerosos, ya
que suelen presionarle y empujarle a tomar decisiones según sus definiciones. Los
jóvenes hacen duras críticas a la sociedad y a sus padres. Se crean amistades
sólidas.
En este momento los jóvenes comienzan a establecer relaciones de pareja. Los
padres deben establecer una serie normas de forma consensuada con sus hijos. A
partir de ahí los jóvenes pueden tomar sus propias decisiones siempre que
respeten los valores y normas de las personas.

EN LA EDAD ADULTA

podemos dividir esta etapa en dos periodos, de acuerdo a las dos décadas que
abarca: la que va de los 20 a los 30 años, y la que llega a los 40. en la primera, la
persona sufre multitud de cambios, sobre todo en el plano psicológico. es un
tiempo en el que se toman decisiones que van a marcar el resto de la vida
(modelo de vida, trabajo, matrimonio, responsabilidades). en el plano de la
sexualidad es un tiempo de experimentar, conocer, buscar y profundizar en la
propia expresión sexual. conviven la incertidumbre con la completa satisfacción, y
está presente todavía la preocupación adolescente sobre la destreza en la práctica
del sexo. si en cualquier aspecto de la vida las creencias y la educación moldean
la conducta, en la sexualidad ocurre lo mismo. en la medida en que se logra
madurez para preguntarse sobre principios y normas relativas a la sexualidad,
cada persona adquiere la posibilidad de desarrollar su esfera sexual con total
libertad y de vivir de un modo pleno su orientación sexual (heterosexual,
homosexual o bisexual). en la segunda etapa se culmina, al menos se espera
culminar, la orientación del deseo, el tipo de vida, el estado civil y la estabilidad
con la pareja, o, si se prefiere, en solitario. todos ellos son aspectos que tienen su
repercusión en el comportamiento sexual, aunque no desaparecen las condiciones
anatómicas, psicológicas y emocionales, y siguen presentes los recuerdos de
etapas pretéritas, las fantasías, las asociaciones y expectativas que conforman el
entramado del que surge la conducta sexual.
EN LA EDAD MADURA

Cumplidos los 60 años, la sexualidad sigue desempeñando un papel importante


en la vida, pese a la falta de oportunidades para ejercerla y la marginación que
sufre la población mayor en la sociedad. Si todo lo concerniente a la sexualidad
humana está muy condicionado por una serie de mitos, éstos son especialmente
asumidos en nuestra sociedad cuando nos referimos a los mayores y su vida
sexual. El filósofo M. Huhn incluso los ha enumerado:
Mitos sobre sexualidad en ancianos (M. Kuhn)

- el sexo no es importante en la edad avanzada, se supone que los últimos años


de la vida son asexuales.
- el interés por el sexo es un hecho anormal en la gente de edad.
- los viejos no tienen capacidad fisiológica que les permita tener conductas
sexuales.
- la sexualidad se debilita en la menopausia y desaparece en la tercera edad.
- la sexualidad ha de ser productiva.
- puede ser aceptable la pareja de hombre mayor y mujer joven pero es ridícula la
pareja de una mujer mayor y un hombre joven.
frente a esto, las investigaciones indican que mientras se conserve un buen
estado de salud no hay motivo alguno para que el interés y las prácticas sexuales
desaparezcan. es, por lo tanto, importante ubicar la vida sexual de las personas de
edad dentro de su contexto psicológico y de comportamiento. de esta manera, se
observa que la forma de ejercer la sexualidad durante la vejez está determinada
por la actitud que el sujeto ha tenido ante el sexo durante toda su vida. quienes
viven mal la sexualidad en su etapa de la madurez son las personas que se han
quedado limitadas a un modelo juvenil, o incluso adolescente, de las relaciones
amorosas y sexuales.
Mientras se conserve un buen estado de salud no hay motivo para que el interés y
las prácticas sexuales desaparezcan
la sexualidad en la madurez ofrece experimentadas la riqueza de haber
profundizado en todos los aspectos y posibilidades del encanto amoroso. se
conocen hasta en los detalles más mínimos, propios y de la pareja, cada uno tiene
una experiencia completa del cuerpo del otro, sabe exactamente cómo darle
placer. basta con un gesto, una mirada, una sonrisa para desencadenar la magia
que lleva al máximo gozo.
la desinformación y la creencia de que la práctica de la sexualidad es exclusiva de
la población joven y que desaparece en la senectud (asexuación del mayor)
influyen de modo significativo en la conducta sexual de las personas maduras.
otros factores que también dificultan llevar adelante una buena sexualidad son la
falta de pareja sexual, la historia sexual previa, las dificultades económicas y
sociales, y las condiciones físicas, sin menospreciar los factores de actitudes y las
creencias personales.
sin embargo, los avances médicos y la mayor esperanza de vida, junto con la
instauración de la creencia de que la sexualidad y la afectividad son connaturales
en la persona y sólo deben finalizar con la muerte, confirman que ni el interés ni la
actividad sexual desaparecen en las personas mayores. sí es cierto que la
sexualidad se transforma con la edad, pero según los estudios, más del 85% de
las personas mayores de 60 años disfrutan de sus actividades sexuales.
Los problemas de vivir la sexualidad en la edad madura

los problemas más frecuentes que se encuentran y que limitan o impiden un


desarrollo completo de la vida sexual de las personas maduras son:
- la falta de pareja: la mayoría de las personas de 75 o más años de edad son
viudos o viudas.
- la carencia de privacidad: la mayoría viven en residencias o con familiares.
- la limitación de su autonomía.
- la dependencia del entorno.
- la dificultad física para mantener relaciones sexuales.
Los cambios que produce la edad en relación a la respuestas sexual no hay por
qué verlos desde una perspectiva negativa y sin solución
con la edad hay cambios generales en la respuesta sexual humana, pero no todos
han de considerarse negativos y sin solución. lo que sucede es que la
desinformación y la ignorancia sobre la propia sexualidad son más comunes de lo
que se cree. y no sólo en esta etapa de la vida, aunque es en ésta donde se hace
más necesario cambiar de actitud y rescatar la bondad de la sexualidad de los
mayores y reivindicarla como un derecho que mejora calidad de vida. para ello,
tenemos que favorecer una serie de transformaciones en el plano social y
personal.
desde la perspectiva social es necesario:
- desterrar los mitos que convierten la sexualidad en la edad madura como algo
inexistente, imposible o reprobable.
- aceptar unas actitudes positivas que llevan a ver la sexualidad como algo
inherente al ser humano.
- fomentar que los profesionales y las instituciones desarrollen programas
específicos, organismos públicos y privados que aborden la sexualidad de los
mayores.
desde la perspectiva individual hay que asumir que se producen cambios a nivel
físico y psicológico, pero que hay que trasformar la vivencia de la sexualidad.
las maneras de hacerlo son:
- primar la calidad a cantidad.
- valorar la extensión y variabilidad de la expresión sexual más allá del coito. -
hacer menos hincapié en metas o resultados y dar más importancia al placer, las
caricias y las sensaciones.
- utilizar estímulos adecuados, la práctica y frecuencia que cada situación
requiera.
- convencerse de que no se debe apagar el deseo de vivir y de que se puede
disfrutar con el mismo entusiasmo que antes.
- reivindicar el clítoris como un componente importante para la excitación y el
orgasmo.
- saber que el control eyaculatorio mejorado del hombre de edad permite una
relación más prolongada, antes del orgasmo, lo que puede aumentar el placer de
la mujer.
- conocer que el hombre de edad requiere de un contacto genital directo mayor
para la excitación o el orgasmo.

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