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¡Si tuviese coherencia, la Iglesia tendría que dejar de construir templos y dar ese dinero a

los pobres! Esta es una de las frases más comunes que como católicos escuchamos a
diario, frase que no sólo demuestra cierto grado de incomprensión religiosa sino incluso
desconocimiento antropológico: ningún hombre vive sólo de satisfacer sus necesidades
materiales.
Como fuera, no es este el espacio para dar cuenta de las miles de actividades que la iglesia
hace por los pobres -que de hecho son parte misma de la Iglesia- sino mostrar cómo a lo
largo de la historia, la construcción de templos fue una de las formas en que los seres
humanos expresaron su Fe, sus creencias, sus más hondas necesidades y aspiraciones
espirituales.
Más allá del sentido estético, la arquitectura religiosa tuvo -y continúa teniendo- un
sentido devocional, y constituye una lícita expresión de piedad popular. Como creaturas
ofrecemos amorosamente a Dios algo de lo mejor que hacemos: el arte.

Conozcamos los distintos estilos arquitectónicos con que se construyeron las Iglesias y
veamos qué nos dicen de la religiosidad de nuestros antepasados cristianos.

IGLESIA PALEOCRISTIANA

Exterior de la Iglesia de San Pablo Extramuros, Italia. ( https://s-media-cache-


ak0.pinimg.com/originals/a6/62/8e/a6628e03899b5f3f7e89084264eae03e.jpg )
Interior de la Iglesia de San Pablo Extramuros, Italia.
(https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/5/57/Rom%2C_Sankt_Paul_
vor_den_Mauern_%28San_Paolo_fuori_le_mura%29%2C_Innenansicht_1.jpg/1055px-
Rom%2C_Sankt_Paul_vor_den_Mauern_%28San_Paolo_fuori_le_mura%29%2C_Inne
nansicht_1.jpg)
Los primeros cristianos, que tras el Edicto de Milán (313 dc) pudieron practicar la religión
sin temor a ser perseguidos, salieron de las catacumbas y tuvieron que idear una
arquitectura que se adaptara a las necesidades del culto. Para ello, partieron de los
edificios que les eran conocidos y los reformaron según los principios litúrgicos
cristianos. La construcción que se tomó como modelo fue la basílica romana, una
edificación de planta rectangular que tenía las puertas en los lados mayores y un ábside
(estructura semicircular) en cada lado menor, y que en el mundo romano eran utilizada
para la vida social (comercio y transacciones varias).
Como sabemos, el elemento más importante de la liturgia católica es la Eucaristía. Para
destacar la centralidad de este sacramento, los arquitectos cristianos modificaron la
estructura de la basílica romana, suprimiendo las entradas laterales y un ábside. Allí, en
uno de los lados menores, ubicaron la entrada. Frente al otro ábside, lugar reservado para
el obispo y el clero mayor, ubicaron el altar, elevado sobre tres escalones en honor a la
Santísima Trinidad. De este modo, crearon un espacio tensión, un camino que unía la
puerta con el centro sacrificial donde acontecía el milagro eucarístico, reforzado por la
alternancia rítmica de columnas y arcos que guiaban la atención en sentido horizontal.
Ese lugar central se denominó nave central. A ambos lados se extendían las naves
laterales.
IGLESIA BIZANTINA

(http://4.bp.blogspot.com/-
Exterior de la Iglesia de Santa Sofía, Turquía.
Sr3hrNiCM3Q/VmV7LKdqtzI/AAAAAAAAAF0/J42P7V1XdX8/s1600/santa-
sofia%252C-estambul%252C-turquia-170135.jpg)

Interior de la Iglesia de Santa Sofía, Turquía.


(http://c1.tacdn.com/img2/langs/ja/press/overseaattr2015/40.jpg)
Si el templo paleocristiano introdujo un cambio en el espacio generando una tensión
horizontal hacia el altar, el bizantino logró un dimensión vertical al agregar la gran cúpula
que simbolizaba la divinidad, el Reino de los Cielos. Así generó dos focos de atención:
hacia adelante, desde donde se oficiaba la misa, y hacia arriba, donde se representaba el
más allá.
Además, la abundante decoración con colores dorados y brillantes creaban una atmósfera
luminosa y sacra que se complementaba con la ornamentación de mosaicos. El templo
transmitía todo el esplendor de una Iglesia que era el corazón espiritual del Imperio
Bizantino. La Edad de Oro esta arquitectura se extendió entre los siglos VI al VIII.
IGLESIA ROMÁNICA

Exterior de la Catedral de Santiago de Compostela, España. La fachada tiene trabajos posteriores


de estilo barroco.
(https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/c/cd/Catedral_de_Santiago_de_Com
postela_10.jpg)

Interior de la Catedral de Santiago de Compostela, España.


(https://hdma03.files.wordpress.com/2012/08/dscn7846.jpg)

El estilo románico surge en el siglo XI en Francia y se extiende hasta el siglo XIII. Las
órdenes religiosas de Cluny y Cister lo utilizaron en la construcción de sus iglesias y
colaboraron en su difusión por todo Europa.
Por este tiempo, los templos comenzaron a edificarse con piedra. La iglesia cubierta por
una bóveda era un alto homenaje a Dios, pero a causa de su peso, los muros debían tener
pocas y pequeñas aberturas para soportar la estructura, lo que determinaban una
arquitectura de poca luz. Así, con ese ambiente lúgubremente iluminado, el edificio
románico generaba quietud en el creyente, transmitía mansedumbre de espíritu, y permitía
un mejor acercamiento a Dios. Al ser sombrío y macizo era especialmente apto para la
meditación.
El románico tuvo una importante función pedagógica. A través de capiteles historiados -
segmento superior de las columnas que representaban escenas del cielo, del infierno, o
del Antiguo y Nuevo Testamento- se buscó educar a los creyentes en las verdades de Fe.

IGLESIA GÓTICA
(http://destinosa1.com/wp-
Exterior de la Catedral de Colonia, Alemania.
content/uploads/2015/05/p1060853-p1060856.jpg)
(http://www.aloina.net/wp-
Interior de la Catedral de Colonia, Alemania.
content/uploads/2014/02/VacacionesS2013-309.jpg)
La arquitectura gótica se desarrolló durante los siglos XII, XIII, XIV y hasta el XV. Es
un estilo que erigió construcciones monumentales pensadas para mostrar la pequeñez del
hombre frente a la grandeza de Dios, un espacio que buscó la antítesis con la escala
humana y generar un ánimo de desequilibrio. Paralelamente, el catolicismo empezó a ser
sentido de un modo nuevo, el hombre comenzó a concebirse no sólo como un espíritu
proyectado hacia la vida ultraterrena sino como un conjunto de cuerpo y espíritu que
también en esta vida debía conquistar la felicidad.
Las innovaciones en materia arquitectónica tales como el arco apuntado o las bóvedas de
crucería, permitieron trabajar mejor con el peso de las piedras, afinar los muros y abrir
ventanas mayores que se decoraron con bellísimos vitrales qué representaban escenas
bíblicas. La luz gótica resultó así policromática, óptima para un clima de meditación.

IGLESIA RENACENTISTA
Exterior de Basílica de Santa María Novella, Italia.
(http://www.culturaitalianaarezzo.it/immagini/posts1/20160225100610_201602251010
48_basic.jpg)
Interior de la Basílica Santa María Novella. Transición del gótico italiano al estilo renacentista.
(https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/0/0e/Santa_Maria_Novella_2.jpg)
El complejo movimiento artístico del Renacimiento surgió en Italia en el siglo XV, se
prolongó al siglo XVI, y estuvo influenciado por el humanismo.
La arquitectura fue en parte una continuidad del gótico, pero se buscó una disciplina
contra la inconmensurabilidad y la infinitud de aquel espacio. La innovación radical se
encuentra en el punto de vista psicológico y espiritual: ya no era el edificio el que poseía
al hombre sino el hombre poseía el secreto del edificio, había un control intelectual del
hombre sobre el espacio arquitectónico.
La creciente centralidad del hombre que se expresaba en la filosofía de la época se
trasladó a una arquitectura pensada a escala humana. La forma devocional ya no estaba
ligada a la monumentalidad sino a la búsqueda de la belleza a través del equilibrio y la
armonía en las construcciones. Existía una concepción del espacio único, abarcable de
una sola mirada. Como expresión del antropocentrismo, las fachadas de las Iglesias
utilizaban volutas, especie de rulos decorativos que hacían parecer más bajos a los
edificios de lo que eran en realidad.
IGLESIA BARROCA

(https://s-media-cache-
Exterior del Templo de San Francisco Javier, México.
ak0.pinimg.com/originals/02/ad/b6/02adb6d7c7e1c4d42f941b39542d65c9.jpg)
Interior del Templo de San Francisco Javier, México.
(https://c1.staticflickr.com/5/4119/4817232510_197ddc2582_b.jpg)

El Barroco, más que un estilo, fue una manifestación cultural que envolvió la sociedad de
los siglos XVI, XVII y XVIII, en sus aspectos artísticos, literarios y religiosos.
En cuanto arte religioso católico, el Barroco estuvo influenciado por la Contrarreforma,
y tradujo la voluntad de la Iglesia de recobrar a quienes habían sido alejados de la fe
romana por la Reforma. La reafirmación del valor de las imágenes tras el Concilio de
Trento alimentó a este estilo que, a través de la riqueza y profusión decorativa, pretendía
dar homenaje y magnificencia a Dios, a la vez que ponía de manifiesto la humildad y la
sencillez del alma.
Si hay algo que caracteriza a la iglesia barroca es su movimiento, y su ornamentación
recargada. El elemento destacado del interior fue el retablo, una estructura de tipo
escultórica y pictórica que se ubica detrás del altar y presenta un trabajo recargado de
elementos decorativos. Las columnas salomónicas -helicoidales-, los estípites -columnas
adosadas al retablo o a un muro y de ancho variable-, la abundante utilización de los
dorados, las esculturas de gran expresividad; son todos recursos empleados en el barroco
y que generaban un sentimiento de admiración y de conmoción en el fiel.

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