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Pareja de jamaiquinos huye de discriminación sexual e

inicia una nueva vida en Argentina

Mientras que en Jamaica la homosexualidad masculina es ilegal, Argentina


se convirtió en refugio para estas parejas. John y Richard se mudaron a
Buenos Aires hace ocho meses para huir de las persecuciones en
Kingston. Su testimonio en France24.
En Jamaica, el código penal prohíbe el sexo entre hombres. El artículo 76 de la Ley de Delitos contra la
Persona, bajo el título de “Ofensas antinaturales”, estipula penas que ascienden hasta los diez años en
prisión y equipara la relación entre dos hombres con la de un hombre y un animal.
La Carta Magna además estipula condenas de hasta siete años de cárcel por “intento de sodomía” en el
artículo 77 y prohíbe actos "de escándalo público" entre hombres. Si bien el “escándalo público” no está
definido, se interpreta como cualquier conducta homosexual entre adultos varones en privado, incluso
simplemente tomarse de la mano.

Richard dice que en Jamaica “ver a dos hombres de la mano o besándose es una abominación” mientras que
ver a dos chicas es completamente aceptable.

John sufrió agresiones verbales y asegura que toda su vida en Jamaica vivió atemorizado, ya que conoció a
personas que fueron golpeadas e incluso asesinadas por su condición sexual. Para él, la persecución empezó
en la escuela: un compañero lo acusó y el abuso lo obligó a abandonar la secundaria.

En septiembre de 2017, el diseñador Dexter Pottinger, conocido por reflejar con su estilo la lucha por los
derechos LGBT, fue asesinado con un arma blanca en su propia casa y para muchos, la muerte podía guardar
relación con su activismo en favor de los derechos de los homosexuales.

Ni siquiera la "posible" orientación sexual no está protegida en Jamaica


Según el informe de Amnistía Internacional 2016/2017, durante este período, en Jamaica, continuaron la
violencia y la discriminación contra lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI).
De acuerdo con el reporte, no existe ningún tipo de protección jurídica frente a la discriminación basada en la
orientación sexual mientras que quienes hacen parte de esta comunidad enfrentaban la intimidación y el
hostigamiento debido a la falta de protección legal ya que las relaciones sexuales consentidas entre hombres
siguieron estando penalizadas.

La J-FLAG (una ONG de defensa de los derechos de las personas LGBTI) recibió decenas de denuncias de
personas que habían sufrido agresiones por su orientación sexual o identidad de género o incluso por su
presunta orientación sexual o identidad de género.
Además, la J-FLAG elaboró una encuesta en la que concluyó que en la sociedad jamaiquina había actitudes
homofóbicas firmemente arraigadas. Por ejemplo, sólo el 36% de la población encuestada afirmó que
permitiría a un hijo gay seguir viviendo en casa. Casi el 60% de las personas encuestadas dijeron que harían
daño a una persona LGBTI si se les acercara.

Y es que se trata de un país en el que incluso, la fiscal general de Jamaica, Marlene Malahoo, criticó en redes
sociales que la embajada estadounidense izara la bandera del Orgullo Gay tras la masacre en una discoteca
gay de Orlando, Estados Unidos, en junio de 2016.

Argentina: refugio para la comunidad LGBTI


Argentina se convirtió en 2010 en el primer país de América Latina en reconocer el derecho al matrimonio
entre personas del mismo sexo. Fue el décimo país en legalizar este tipo de unión a nivel mundial.

Gracias a este respaldo legal, Argentina es un país considerado “gay friendly”, en el que es común ver
personas del mismo sexo caminando de la mano por la calle y hasta hay publicidades en las que aparecen
parejas homosexuales.

A medida que su relación avanzaba, John y Richard comenzaron a pensar en la posibilidad de emigrar y allí
fue cuando una organización canadiense les sugirió elegir Argentina para hacer una nueva vida.

El Estado Argentino, a través de la Comisión Nacional para los Refugiados, se encarga de analizar y otorgar el
reconocimiento del estatus de refugiado a personas como John y Richard. EL organismo les otorgó el asilo.

Además del refugio, John y Richard reciben ayuda económica mientras encuentran empleo y beneficios para
el estudio del castellano. También apoyo y asesoramiento de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays,
Bisexuales y Trans (FALGBT), donde encuentran un espacio de pertenencia y pueden socializar con otras
personas en su misma condición.

Desde 2013, la FALGBT, mediante su Secretaría de Relaciones Internacionales y la Defensoría LGBT (de la
Defensoría del Pueblo de CABA) realiza acompañamiento y brinda asesoramiento a solicitantes de refugio y
refugiados, que en su mayoría provienen de Jamaica y otros países como Rusia, Turquía, Egipto, Albania, Siria
y Ghana.

En el último año, las consultas de solicitantes de refugio en esa organización se incrementaron en un 100% y,
desde 2013, se brindó asesoramiento a más 70 personas de todo el mundo (Rusia, Ucrania, Venezuela,
Yemen, Egipto, Siria, Jamaica, Albania, Pakistán, Qatar, Camerún, Honduras, Turquía y Haití) quienes
solicitaron ayuda e información.

Según la FALGB, son numerosos los desafíos que estas personas enfrentan ante la ausencia de políticas
públicas que promuevan la integración social y cultural y la falta de recursos económicos destinados a
programas de reasentamiento.
Y según detallan, aunque estas personas acceden a documentación que las habilita a residir en Argentina
legalmente (residencia precaria) y a acceder a derechos laborales, salud pública y educación, el acceso al
empleo (y por ende, la falta de acceso a una vivienda y a alimentos) es la situación que mayor gravedad
reviste.

Sin embargo, John y Richard atraviesan su situación actual con alegría de poder llevar adelante su identidad
sexual sin mayores consecuencias, con el deseo de prosperar en Argentina y con la esperanza de, juntos,
abrir su propio restaurante de comida jamaico-argentina.

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