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La profundización sobre qué es la persona humana es un asunto muy relevante para la ética.
Subyacente a este concepto está la pregunta de cual es el respeto que se merecen los individuos de
la especie humana. En última instancia la pregunta por la realidad de la Persona busca responder a
si unos seres humanos pueden utilizar a otros individuos, como medios para fines que no sea la
realización de éstos. En ese sentido surgen numerosas cuestiones que merecen ser abordadas:
Sin lugar a dudas, con este tema nos introducimos en el más importante problema
antropológico y ético que se haya planteado la humanidad. De ahí que pretendemos exponer en
primer lugar cómo se ha planteado el concepto de persona a lo largo de la historia y luego
examinaremos cómo podemos enfocarlo en la actualidad.
PERSONA: SIGNIFICADO HISTORICO – FILOSOFICO
LA PERSPECTIVA HISTORICA
No se puede aplicar nada del sistema jurídico occidental sin entender el concepto persona. La
Convención americana de derechos humanos (ley uruguaya 15.737) lo define de la siguiente
manera: “Persona, a los efectos de esta Convención, es todo ser humano” Esta Convención de
Derechos Humanos ratificada por todos los países de América es el punto final de un largo proceso
intelectual que se origina en los griegos, pasa por los teólogos cristianos y finaliza con la
Ilustración.
NOCION GRIEGA
El término latino tiene, entre sus significados, el mismo que el vocablo griego prosopon: máscara.
Era la máscara que cubría el rostro de un actor al desempeñar su papel en el teatro . Persona era
pues, el "personaje". También parece originarse este concepto persona del verbo "personare": sonar
a través de algo que tenga un orificio o concavidad o amplificar la voz a través de una máscara. Se
discute si los griegos tuvieron una clara idea de la persona. No obstante, el concepto -al menos-, fue
usado por ellos en su sentido jurídico, como "sujeto legal". Algunos dicen que Sócrates tiene una
cierta "intuición" del hombre como personalidad que trasciende su ser "parte del cosmos" o
miembro del Estado. Platón, que tenía una visión dualista del ser humano, considera que lo propio
de éste, es decir, lo que lo hacía ser tal, era su principio espiritual, su alma, sus "ideas", su
racionalidad espiritual e inmaterial, pero no denomina como "persona" a tal realidad espiritual.
NOCION CRISTIANA
Los primeros en elaborar la noción de persona fueron los teólogos cristianos, que en el Concilio de
Nicea del 325 tuvieron la necesidad de distinguir como diferentes en Cristo, a su “naturaleza” (lo
que lo hace igual a otros individuos de su misma especie) y a su “persona” (lo propio y exclusivo
suyo). Contra los que le atribuían a Cristo una sola "naturaleza" (la divina o la humana) y contra los
que negaban su "naturaleza humana", los Padres del Concilio de Nicea expusieron que Cristo tenía
una doble naturaleza (la divina y la humana) pero una sola persona indivisible (Jesucristo, el
hombre concreto e individual). La categoría persona fue para los teólogos lo que permitió unir en un
individuo, lo humano y lo divino, lo inmanente y lo trascendente, lo material y lo espiritual. S.
Agustín aporta un nuevo elemento que enriquece el concepto. El obispo de Hipona afirma que las
personas no pueden ser consideradas como simples substancias (tal como puede ser un ropero o un
león) sino que cada “persona” es un núcleo único de relaciones espirituales, culturales, intelectivas,
físicas, sociales, que constituye su "experiencia" intransferible e íntima. La idea de persona en
Agustín deja de tener la connotación de "exterioridad" para enfocarse a la "intimidad". Desde esa
"intimidad" –absolutamente propia de cada individuo-, éste se relaciona experiencialmente con las
demás -y especialmente con Dios-, de una forma tal que constituye su "modo propio" e
instransferible de ser. Para S.Agustín, la persona es aquella dimensión exclusiva e irrepetible que
tiene cada miembro del género humano. c. Boecio. Su definición es la más célebre que jamás se
haya formulado en la historia del pensamiento occidental. Fue tomada como base por casi todos los
pensadores medievales: naturae rationalis individua substantia ("la persona es una sustancia
individual de naturaleza racional"). Es decir, una sustancia, un ser, que existe por derecho propio
("sui juris"), que es incognoscible en su totalidad y que tiene algo "de suyo" que le es propio y
últimamente intrasferible. d. Santo Tomás de Aquino. Entre los individuos que son racionales, -es
decir los que poseen el dominio de sus propios actos y la capacidad de actuar por sí mismos- la
característica de ser "persona" es lo que los distingue de todas las otras "sustancias individuales",
sean humanas, o animales. Para Tomás de Aquino, "persona es lo que hace que ciertos individuos
dotados de libertad, se mantengan en la existencia como un todo independiente frente al mundo y
frente a Dios. El define a la persona como “subsistente individual de naturaleza racional”3 e.
Leibnitz. Para este autor la palabra persona trae consigo la idea de "un ser pensante e inteligente,
capaz de razón y de reflexión que puede considerarse a sí mismo como él mismo; como la misma
cosa que piensa en distintos tiempos y en diferentes lugares. Esto lo hace únicamente por medio del
sentimiento que posee de sus propias acciones" 4 f. Kant. Se es "individuo" humano, para Kant, en
tanto se está "determinado" "pre-fijado" en el ser. La persona en cambio, es "lo" libre; y su ser
consiste precisamente en esa libertad. Mientras que el "individuo" sería lo prefijado, la “persona”
sería lo capaz de obrar éticamente. Kant la definió como "la libertad e independencia frente al
mecanismo de la Naturaleza entera consideradas a la vez como la facultad de un ser sometido a
leyes propias, es decir, a leyes puras prácticas establecidas por su propia razón"(id.). "Es la libertad
de un ser racional (de ponerse) bajo leyes morales"5 por el mismo hecho de ser racional. Para Kant,
la persona es lo que hace que un individuo humano deba ser considerado fin en sí mismos y que no
pueda ser jamás utilizado como medio...6 La “persona” es el fundamento de la ética o el valor
supremo de la ética. g. Max Scheler y el personalismo. Para este autor la persona es un centro
dinámico de actos y la que da unidad a esos actos que son a la vez exteriores e íntimos, racionales y
emocionales. No existe persona que no se trascienda, es decir que no salga de sí hacia los valores.
Esos valores pueden ser divinos (Dios) o humanos. Ese salir hacia los valores de un modo propio es
lo que le da a la persona su característica individual y su trascendencia. h. Feinberg. 7 . La tendencia
a ir reduciendo el concepto persona a sus potencialidades intelectuales es particularmente claro en
este autor contemporáneo, que define a la “persona” como el individuo que tiene: 1.conciencia, 2.
posesión de un concepto de sí mismo, 3. Autoconciencia, 4.capacidad de razonar y adquirir
conocimiento. 5. capacidad de planificación, 6.capacidad de actuar según lo propuesto, 7. capacidad
de sentir emociones, 8. Capacidad de sentir placer o dolor. Fletchner8 va más allá que Feinberg al
poer ciertos criterios tales como: 1. tener una inteligencia mínima (no menor de 40 en el Test de
Inteligencia Standard), tener capacidad de comunicación, tener curiosidad, un sentido de identidad,
autocontrol, preocupación por los demás, Con Leibnitz y Kant, la categoría “persona” queda
asimilada, o se considera equivalente, a capacidad de racionalidad de un individuo. El pensamiento
de la Ilustración –en general- lleva a restringir el concepto persona a uso de razón y capacidad de
ejercer la libertad.
NOCION CONTEMPORANEA
Una vez fecundado el óvulo (23 cromosomas) por el espermatozoide (23 cromosomas) y producida
la singamia o primera división celular (unas 36 hs., después de la relación sexual fecundante), las
dos células iniciales ya cuentan con 46 cromosomas. La primera división celular es la que
propiamente debería llamarse “concepción” del cigoto humano, puesto que recién ahí está
completamente organizado, como un todo, el nuevo cuerpo embrional de 46 cromosomas
articulados con sus respectivos genes. Lo extraordinario de esta primera división celular es que
aquel lugar o sector de la membrana del óvulo que fue penetrada por el espermatozoide, marca la
célula que será ubicada en la línea cabeza-pies del embrión humano. Ese sector de la membrana del
óvulo conformará la célula 1ª, la que en el futuro se diferenciará para formar el cuerpo del embrión.
La 2ª célula, -la que se ubica en el polo opuesto- será la que luego evolucionará para formar las
membranas que envuelven el embrión en la bolsa amniótica. A partir de las dos células iniciales del
embrión humano10 es decir, 48 hs después de la fusión del espermatozoide con el óvulo, comienzan
a expresarse los genes propios del embrión humano, porque ya es posible reconocer los polipéptidos
(proteínas exclusivas) que ellos generan. Aparecen entonces numerosos ARN con proteínas nuevas,
que antes no se encontraban en las trompas de Falopio de la madre. Esas proteínas nuevas y
exclusivas del embrión no son producidas por ninguna célula de la madre sino únicamente por el
nuevo organismo que –por el momento- flota en las trompas de Falopio. El embrión humano tiene
pues, una “fábrica” exclusiva de proteínas que no depende de la programación genética materna,
sino de su propia estructura y sistema informativo. Es decir, la evolución del embrión o individuo
humano ya iniciado sigue desenvolviendo el cronograma de activaciones proteicas que es siempre
igual en la especie humana y que tiene mucha similitud con las demás especies de mamíferos. El
sistema de información genético propio del embrión es imperturbable y coherente: una etapa sucede
a la siguiente de forma concatenada y según un diseño biológico pre-establecido en los genes de las
células iniciales del embrión; éste sólo necesita adquirir los solutos y nutrientes, seleccionando del
ambiente materno aquellos estímulos apropiados para continuar su proceso. Y el sucesivo
“encendido” de ese programa “informático” biológico se da, tanto en el ambiente materno como
fuera de él, con lo cual es evidente que lo único que necesita el embrión humano inicial (sea en el
estado de blastocisto, o gastrocisto) es el de tener los nutrientes y solutos adecuados para ejecutar el
programa contenido en sus genes.
Los datos mencionados indican la cantidad de genes que ya están en funcionamiento en los
primeros 3 días iniciales según un preciso diseño de activación y desactivación contenido en el
“cuerpo” del embrión, cuya codificación está organizada en el genoma de sus células y que no son
programados por la madre. Esta información permite que las células embrionarias formando un
“todo” comanden su proceso de desarrollo en una vinculación, necesaria sí, pero extrínseca con el
medio materno, sin lo cual tal desarrollo no puede ejecutarse. La cantidad de genes activados y
proteínas generadas en la etapa previa a la implantación en las paredes del útero (antes de los 15
primeros días de vida) sugiere que no es biológicamente exacto pensar que el día 14-15 es una fecha
con significado biológico preeminente sobre todas las demás “fechas” del embrión y sobre los otros
fenómenos previos al fin de la implantación, recién mencionados. Lo característico del embrión
humano en sus estadios iniciales es que tiene un “programa de activación de información” que,
como todo sistema de comunicación, está abierto a modificarse por la interacción con el medio
ambiente. Sin embargo, este programa de activación o de adquisición de información es definido y
exclusivo suyo. Rechazará ciertas informaciones y, por el contrario, incorporará determinados
estímulos del medio, según que éstos sean aptos para ajustarse a los mapas o redes de datos que ya
dispone en sí mismo. Este “programa de activación de información” permite dirigir la
embriogénesis y el proceso de diferenciación de las células, en un sentido determinado y no en otros
muchos posibles; así como dirigir el proceso de incorporación de nueva información para el
desarrollo. Y si en la interacción con el medio no puede llevar a cabo dicho programa, sucumbe y
muere. Se ha podido comprobar que si una célula se separa de ese todo (células estaminales) su
evolución se vuelve errática y puede derivar en un comportamiento tumoral. Dicho en otras
palabras el proceso de diferenciación del embrión no está “comandado” por las informaciones que
provienen del ambiente materno sino que los controles de desarrollo normal de este organismo
“nuevo” están gobernados por la información propia del embrión. Los datos científicos antes
expuestos son los que nos permiten saber que, biológicamente, el embrión humano es un individuo
irrepetible (único) de la especie humana que tiene un programa de información genética
concatenado y coherente, distinto del de las restantes células del ambiente materno donde se
desarrolla.