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'A[ final de[ arcoíris

ilrlari Fnrrer

Ilustraciones
de Karina Cocq

La imaginacién no
tiene límites. Puede
llegar a donde desees.
Incluso, al flnal del
arcoíris.

1 75835

lsBN 978-956-363-1 1 5-9


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Le ¡unñeNe Dn ESE DONTTNGo estaba ii

particularlr-relrte oscLrr¿t. Ilabía llovido


toda 1a noche y parccía qLrc no iba a pa-
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rar nlulca. Bl:rnca rniraba por la ventalra r*lo,rwuuu*ip,i*r,,,i i;i.* r\$,a,,Ni*;*.\^&,

círmo sc n'rojaba su coltrrnpio cn el jardín, ,'i

hasta que notó qLre sLl respiración elnpa- T.


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ír¿iba el vic{rio.
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Dibujó dos parcs dc líneas par:rlci:rs i 1P

cruzad:rs con slr declo ír-rdice, lucgo ur-ra


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cquis en Llno de los casilleros, un círcu-
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1o, dcspués otra equis, otro círclrkr, v otr¿r
equis, h¿lsta que vio que las trcs h¿tbían
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formado una línc¿l diagonal.
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cielo, hasta hace unos minutos cubierto de
L aO-sedijoasímisma, nubes, se abría, dando paso a destellos lumi-
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mientras tachaba con el dedo la "'t '-1 nosos que terminaban en un arco de colores,
fila de equis. 1

que abarcaba desde las colinas hasta e1 inicio


t,
En ese momento, entre línea y iínea, del bosque de alerces.
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vio aparecer un rayo de sol que se coló por la arcoíris! Blanca emociona-
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ventana como si lo hubieran invitado. Blancá
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-¡U, -grlt6
da con la nariz pegada a la ventana.
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1.1
borró el iuego con frla manga de su chaleco y
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::li: ii ' '"ji pudo observar que seguía lloviendo, pero el

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Se ernpin6 para tratar de mirar los extremd§*Uli,,,
pero solo lograba empañar más y más el vi''''r '

drio. Como la distancia, los árboles y los


montes no la dejaban ver bien qué había en
las puntas del arcoíris, decidtí fu apreguntar-
le a su mamá.
El olor a sopaipilla, que inundaba toda la
casa,lahtzo adivinar que estaba en la cocina.
dijo tirando su de-
-¡Mamá! ¡Mamá! -le
lantal.
un poco, Blanca, que estoy frien-
-Aléjate
do contestó.
-le
W Blanca dio dos pasos hacia atrás.

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1.7
-¡Mamá!
necesitas, mi amor?
-¿Qlé
¿tú sabes qué hay al final del arco-
-Mamá,
íris?

t^ - Alfinal del arcoíris? Mira,no estoy tan


segura, pero'hace mucho tiempo, cuando era
pequeña y el día estaba igualito a este, yo le
hice a tu abuela la misma pregunta. ¿Y sabes
qué me contestó?
¿QU'é te dijo? Blanca
-¡No!
dando saltitos.
-exclamó
contó que los arcoíris los hacían unos
-Me
duendes muy glotones que viven en el
bosque y usan gorros tan verdes como
las copas de los alerces después de
"iltr i.i ,-
un día de lluvia. Los hacen para
r. li ., avisar que tienen hambre, por-
que la lluvia nos da hambre a
todos, ¿cierto?
Dan ganas de comer
-¡Sí!
cosas dulces y calientitas.

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los duendes hacen el arcoíris
-Entonces,
para que nosorros hagamos doble porción de
sopaipillas y se las llevemos.
al final del arcoíris hay...
-O sea...fuenres y fuentes de masas fritas,
-¡Hay
brillantes y anaranjadas como si el mismo ar-
coíris les hubiera regalado uno de sus colores!
interrumpió su mamá-. ¡Así que a co-
-la
cinar más se ha dicho! Ahora, aléjateun poco

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que te puedes quemar con el aceite caliente. W


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Como la respuesta de su mamá no la con-
venció, decidió ir a preguntarle a su papá. El
olor a grasa de motor que se sentía por la en-
tradalahízo adivinar que estaba en el garaje.
Y ahí 1o encontró, arreglando nuevamente su
motoneta vieja.

-¡Papá!
- ¿Qé necesitas, preciosa ?

Blanca se alej6 caminand"o en reversa,


mienrras pensaba en lo que le había dicho
su mamá. ¿Sería cierta la historia de la abue_
1a7 Su mamá nunca mentía, pero
¿cómo po_
drian haber cosas ricas al firal del arcoírii
si
la comida mojada no es rica? Es cierto que
Ias sopaipillas pasadas en chancaca son
muy
buenas, pero
¿mojadas con lluvia? No, no lo
creia.

L6
17
sabes qué hay al final del arco-
-Papá, ¿tú
íris?
final del arcoíris? Por supuesto que 1o
-él
sé. Recuerda que tu padre todo 1o sabe y todo
lo arregla.
quéhay? a preguntar Blanca
-¿Y -volvió
con los ojos redondos de tan abiertos que los rctrla.
final del arcoíris hay una motoneta.
-Al la que estás re-
-¿Unamotoneta? ¿Como
parando?
Blanca, cómo se te ocurre. Es una
-No,
motoneta mágica, más mágica que la magia
misma. Funciona con un mecanismo de tur-
binas que, al hacerla partir,expulsa
un fuego tan rojo como si el ar-
coíris le hubiera regalado uno
de sus colores.

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Y eso la hace tan ráprda


que puede llegar al lugar que te
imagines en Pocos minutos.
verdad? ¿Estás seguro?
-¿De mi amor, si yo mismo rcpaté
-Segurísimo,
esa moto mágica. La vi con mis propios ojos y
la arrcglé con mis propias manos, cuando to-
dos pensaban que habíadejado de funcionar'
Ahora, aléiate un Poco que voy a encender
esta joyita.
run rún y el raatáde la motoneta,
Y entre el
Blanca se fue pensando en 1o que le habia
dicho su papá. Podía ser cierto, pero ¿cómo
es que la moto mágica seguía funcionando
si las máquinas se oxidan bajo la lluvia? ¿Y
cómo podría expulsar fuego sin que la lluvia
1o apagase?

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tan fuerte

desde la radio que estaba al interior de lapieza,,


que Blanca tuvo que golpear de nuevo.
pasar?
-¡Angela! ¿Puedola hermana desde el in-
-¡Entra! -gritó
terior.
que quiero hacerte una pregunta!
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-¡EsBlanca a toda voz mientras entraba.
::.:-7.':?"
j-{:;' -dijo
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Ángela escondió rápidamente algo debajo
del cojín y Blanca alcanz6 a ver que era su
diario de vida. Luego, su hermana se paró de
la cama parabalar el volumen de la radio y se
volvió a acostar.
quieres?
-¿Qé
¿tú sabes qué hay al final del ar-
-Angela,
coíris?
final del arcoíris? Mmm, la verdad
-¿Al
es que no. Pero me imagino que al final de
algo tan lindo solamente puede haber alguien
igual de lindo.

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eso tan lindo sería... alguien cuando se cae en el patio del c egio,
-Y príncipe azul, tan azul como si el perdón, cuando hay alguien en apuros Y'
-¡U,
arcoíris le hubiera regalado uno de sus colo- huele siempre como si estuviera reiiénrb-aña',
res, obvio! entre suspiros continuó-: El dito, aunque haya jugado fútbol, ay, Perdón,
-Y
amarillo del arcoíris ilumina su dorado pelo aunque hayacabalgado todo el día.
y sus ojos parecen dos gotas del más precioso príncipe azul? ¿Estás segura?
-¿Un
color violeta, sobre todo cuando mira direc- ya te drie ya, que al final de algo
-Obvio,solo puede haber alguien igual de
tamente al sol. Y tiene espalda ancha y levan- tan lindo
ta una ceja cuando le hablo, perdón, cuando lindo. Y ahora te pido que me deies sola, que
le habla una princesa. Y que es de corazín esta es la parte que más me gusta de la canción
noble, tan noble, elr€ es capaz de ayudar a después de subir el volumen de la radio,
-y
sacó su diario de vida de abajo del cojín y se
puso a dibujar corazones rojo intenso, como
el sendero rojo del arcoíris, mientras entona-
ba el coro de la canción a grito pelado.
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Ninguna respuesta convencía a Blanca. ¡To-
dos le contestaban algo distinto! Pero el olor
a tabaco que venía de la sala le abrió una nue-
va esperanza.El domingo era el día en que
el abuelo los visitaba y le saltó el corazón de
alegríaal percatarse de que ya estaba ahí.8a16
corriendo las escaleras, brincando los escalo-
nes de a dos en dos. Estaba muy ansiosa por
escuchar la respuesta que élle daría. Era muy
sabio y siempre decía la verdad.

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32
no más, monito del monte. Yo le
-¡Abuelo! -Dígame
coneiita! abuelo siempre le contestaré todo 1o que usted quiera saber.
invenaba
-elde animales.
-¡Hola,sobrenombres
¿ri sabes qué hay al final del
-Abuelito,
arcoíris?
bueno que llegaste! Necesito ha-
-¡Qé
certe una pregunta.
El abuelo se acomodó en elsillón, aspiró su
pip" y botó una gran bocanada de humo. A
Blanca le dieron ganas de toser, Pero se trag6
la tos.
que 1o sé, mi chinchilla bonita.
-Sí
-¿Qé? ¿Qé hay?
frnal del arcoíris? No haY nada.
-¿Al no va a haber nada?
-¿.Nada? ¿Cómo
Blanca a medida que sus hombros se en-
-dijo
cogían haciéndola parecer aun más pequeña.
es, osita polar, nada de nada.
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-Así
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¿rbuelito !
¿Cómo
no va a haber nada? ¿Y qué hay
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de las fuentes llenas de sopaipi-
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llas ¿rnarar-rjadas para los duendes
glotones, l¿r moto mágica que ex-
pulsa fuego rojo, que rcparó papá,y i
cl príncipc ¿rzul de cabcllo dorado, ,,# $,
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ojos violetrl y noble corazírn, qtte
ayuda a todo qr-ricn esté en apuros?
Blanca mientras bajaba cada
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vez más la voz,la cabeza y su ánimo.
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veo que no te gustó mi respuesta
-Mmm,
el abuelo acariciando su barba espesa.
-dijo
Blanca movió lacabezade un lado a otro.
que me expresé muy mal, pequeño
-Es
puercoespín, perdóname, es la edad... Ven,
siéntate aquí subiéndola a sus rodillas
-y
prosiguió-: Lo que este viejo tonto quiso de-
cir, es que AHORA no hay nada. ¿Y sabes por
qué no hay nada?
qué? Blanca con el brillo de
-¿Por -dijo
vuelta en sus ojos.
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'\, ,j hacc mucho, mucho tictn-
-i"d,*. -Porquc
po, tu ¿rbuel¿r, qLlc cocin¿rb¿r las sopaipillas
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!'' más cleliciosas del planeta, mt: pidió que
le llevara una fltente a los duendes gloto-
nes que vivíat-r al frnal del arcoíris.

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Pero como a veces me falla la memoria, me
olvidé de llevar paraguas ¡y se moiaron todas!
Los duendes se enoiaron muchísimo conml-
go, porque tú sabrás que las sopaipillas mo-
jadas de lluvia no saben bien, y me salieron
persiguiendo enfurecidos.
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Como no soy muy rápido para corr er, agarré


la moto mágica que reparó tu papá para huir
de ahí, pero mi pierna mala no me permirió
hacerla parrir.

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Entonces, aparccií un príncipe de noble
corazín,que ayuda a todo quien esté en apu-
ros, se subió a la moto y se hizo pasar por mí.
Los duendes, engañados, partieron corriendo
tras él para darle su merecido.
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Loúltimo que supe de ellos es que lamotonera
les falló porque no había quedado reparada
del todo y continúan buscando a alguien
que la arregle para poder volver.

Entonces, si ahora vas al final del arcoíris,


seguramente no vas a encontrar nada, pero
antes sí que habian cosas, muchas, muchas
cosas.
Blanca 1orodeó con sus brazos y le dijo'
¿Y todo eso pasó en verdad? ¿No
le
-
estarás poniendo color ?
supuesto que todo pasó en
-Por
verdad, Blanca. Nunca nadie. de esta
familia te inventaría una historia
que no fuera cierta.

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Laníñasonrió,y mientras el arcoíris
ha- se
cíacadavezmástenue hasta desaparecer en el tu barba, abuelito? '' ,ffi 'rr
cielo, nuevas dudas llegaron a su cabeza. -¿Como
tu nombre, mi Blanca.
-Como
¿y también es verdad que si jun-
-Abuelo,
tamos todos los colores del arcoíris se forma
unaLuzblanca?

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