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La primera descripción sobre este proceso data de 1609, en Francia, cuando una partera
informó sobre el nacimiento de unos gemelos, un varón y una niña. Esta última estaba
tumefacta (hidropesía) y murió rápidamente. El niño, por su parte, cursó con ictericia,
que aumentó progresivamente, y falleció días después.
Sistema RH
El sistema Rh está constituido por una serie de antígenos presentes en la superficie del
eritrocito. Los más significativos son los D, E, C, c, e y Du. De todos ellos, el D es el
más importante y la causa más frecuente.
Los individuos Rh+ con genotipo DD son homocigotos y, por tanto, todos sus
descendientes van a ser Rh+. Por otra par- te, las personas con genotipo Dd
(heterocigotas) transmitirán el factor D a 50% de sus hijos, que serán Rh+, y el factor d
al 50% restante, que serán Rh–. Casi 40% de los individuos Rh positivos son
heterocigotos.
Existe un alelo del antígeno D, llamado Du, que se caracteriza por reaccionar sólo con
algunos sueros antiD.3
un proceso o una enfermedad de carácter activo, en que por una incompatibilidad tras el
estímulo antihigiénico, el sistema inmunológico dará comienzo a la formación de
anticuerpos específicos.
El problema de una posible eritroblastosis se presenta con un padre Rh+, una madre
Rh– y un feto Rh+. La incompatibilidad entre los factores Rh materno y fetal
posibilitaría el desarrollo de la enfermedad.
La incidencia de la incompatibilidad Rh se aproxima a 10% de todos los embarazos. La
isoinmunización anti D se presenta en 0.15 a 0.4% de los nacimientos.
Patogenia
Fisiopatología de la EHP
Mecanismos de hemólisis
II. Eritrofagocitosis.
III. Fragmentacióndeeritrocitos.
La anemia fetal grave provoca hipoxia tisular, que lesiona la pared capilar y facilita la
extravasación de líquidos y proteínas. Esto, aunado a la disminución de la presión
oncótica intravascular, contribuye a la formación de edemas.
Si el proceso continúa sin tratamiento, se produce final- mente falla cardiaca fetal por
insuficiencia congestiva. Esto, junto con la hipoxia y acidosis, conduce a la muerte fetal
o neonatal.
En pocas ocasiones, algunos fetos no desarrollan esta forma hidrópica, aun con anemia
severa. No existe una explicación razonable que aclare este comportamiento
Kernícterus
Cuando hay hemólisis se libera hemoglobina, que se divide en un grupo globina y otro
hem, que es neurotóxico; más adelante, este último grupo es convertido en bilirrubina
indirecta, que también es neurotóxica (soluble en lípidos). Los niveles de ésta aumentan
de manera importante, y resulta imposible metabolizarla de forma adecuada. Esto se
debe a la inmadurez hepática, y a la proteína de transporte Y y la enzima glucuronil
transferasa, que impiden su transformación en bilirrubina directa (soluble en agua y no
tóxica). Por último, los niveles altos de bilirrubina indirecta condicionan que ésta se
difunda hacia tejidos con lípidos, depositándose, entre otros, en piel y membrana
neuronal, provocando tumefacción y redondea- miento de las mitocondrias, además de
muerte celular; también adquiere color amarillo.
Diagnóstico
Debe abordar la alteración hemolítica, además del estado de salud y el compromiso fetal
derivado de ésta:
• Historia clínica completa, que debe ser detallada en cuanto al historial obstétrico,
poniendo especial atención en abortos, partos prematuros, fetos afectados por la en-
fermedad, óbitos y mortalidad o morbilidad neonatal.
Leve
45 a 50%
Cuanto más alto sea el valor obtenido del delta 450 mu, más grave será la situación. Las
zonas I, II y III de Liley corresponden, a los casos de: no afectación a afectación ligera,
afectación moderada a grave y afectación grave, respectivamente.
En caso de Rh positivo y Coombs directo con títulos > 1/16, se debe efectuar la prueba
de Kleihauer Betke, que permite reconocer y cuantificar la cantidad de hemorragia
fetomaterna, determinando la cantidad de inmunoglobulina anti-D que se habrá de
aplicar (300 μs con 1 a 25 ml, 600 μg con 26 a 50 ml y 900 μg con 51 a 75 ml),
debiendo aplicarse en las primeras 72 horas después del parto.
Repercusión perinatal
El feto con esta problemática, además de nacer prematura- mente, tiene una más alta
incidencia de síndrome disneico, además de estar pálido, asfíctico y edematoso.
Requiere vigilancia respiratoria, control de la volemia, de la hipoalbuminemia, muestras
sanguíneas para cuantificación de gases y pH, proteínas totales, hematócrito,
hemoglobina y bilirrubina.7,8
I. Padecimiento degrado leve a moderado. (Coombsindi- recto < 1/16, ELAT < 0.5 a
0.8 mcg/ml, delta de 450 mu en zona I o IIB de Liley.) Conducta expectante basada en
vigilancia periódica, con determinaciones hematológicas, revisiones ultrasonográficas y
registros cardiotocográficos cada 3 a 4 semanas, hasta el parto. En general se debe pro-
curar una conducta conservadora, logrando así que el parto se realice lo más cercano al
término del embarazo.
II. Padecimientos grave y severo. (Coombs > 1/16, ELAT > 0.8 mcg/ml o delta de 450
mu en zona IIA o III de Liley, funiculocentesis con anemia severa e
hiperbilirrubinemia.) Se realiza una transfusión fetal intrauterina a través del cordón
umbilical, en asa libre o con abordaje intrahepático. Se puede efectuar a partir de las 24
semanas de gestación. Ya canalizada la vena umbilical por USG, se transfunde sangre O
Rh–. Si el embarazo es de 24 semanas, se aplican 40 ml, añadiendo 10 ml por cada
semana más, a una velocidad de 1 ml por minuto. El abordaje en placenta corporal
anterior es técnicamente más fácil. La repetición de este proceso depende de las
necesidades fe- tales. Debido a que es una técnica invasiva, con posibles dificultades o
riesgos, se debe limitar su práctica, cuando no sea necesaria.
Conducta obstétrica
La resolución del embarazo y la vía de interrupción dependen del estado fetal y la edad
gestacional, preferentemente arriba de las 34 semanas.
Con manejo a base de TFI, el nacimiento suele anticipar- se por motivos técnicos, para
evitar una nueva transfusión que implica un nuevo riesgo fetal.
Para el manejo de estos casos, es recomendable contar con personal médico altamente
especializado y capacitado, integrado por médicos maternofetales, hematólogos y
neonatólogos, considerando a los centros que cuentan con estos recursos como centros
de referencia.
Profilaxis de la isoinmunización Rh
I. Durante el embarazo:
1. A todas las pacientes Rh negativas no sensibilizadas, posterior a aborto, gestación
intrauterina o enfermedad trofoblástica gestacional.
Por lo general, se utilizan 300 mcg por vía intramuscular. En casos de sospecha de
mayor hemorragia fetomaterna se aplica mayor dosis, utilizando la vía endovenosa.
II. En el posparto:
En paciente Rh– no sensibilizada, con recién nacido Rh+, se aplican 300 mcg
intramuscular, dentro de las siguientes 72 horas posteriores al nacimiento. En
situaciones que incluyen he- morragia fetomaterna importante, la dosis dependerá del
resultado de la prueba de Kleihauer-Betke.
La profilaxis ejerce un efecto adecuado en 96% de los casos; sin embargo, puede haber
fallas en los resultados:
La profilaxis aplicada posterior al nacimiento, con dosis de 300 mcg, presenta 0.85% de
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