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Se trata del recurso de casación interpuesto por el demandado Luis Alberto Medina Vega, contra la
sentencia de segunda instancia que declara judicialmente a Joel Eduardo Vilca Flores padre de la
menor Fiorella Medina Sánchez hija concebida con Olivia Sánchez Medina.
Joel Eduardo Vilca Flores es adre biológico de la menor quien ha nacido como producto de las
relaciones de convivencia con Olivia Sánchez Medina, con quien mantuvo tales relaciones de manera
interrumpida hasta la fecha de su fallecimiento, durante el tiempo de esta relación extramatrimonial la
menor vivió con el demandante y su madre como verdaderos padres y al fallecer esta estuvo en
cuidado de su abuela materna, posteriormente el demandado acudió a la DEMUNA asumiendo que la
menor se encontraba en abandono solicitando la tenencia. Por lo que ante tales circunstancias resulta
imperativo la realización de prueba de ADN para aclarar quién es el verdadero padre de la menor.
El derecho a la identidad debe ser entendido como el derecho que tiene todo ser humano a ser uno
mismo, y a ser reconocido como tal; en éste sentido, el derecho a la identidad personal debe ser
protegido en sus dos aspectos: el estático que está restringido a la identificación (fecha de nacimiento,
nombre, apellido y aún estado civil) y el dinámico, más amplio y más importante ya que está referido
a que la persona conozca cuál es su específica verdad personal, pues el ser humano, en tanto unidad
psicosomática, es complejo y contiene múltiples aspectos vinculados entre sí, de carácter espiritual,
psicológico o somático, que lo definen e identifican, así como existen aspectos de índole cultural,
ideológicos, religiosos o políticos, las relaciones familiares, las que se instituyen inmediatamente que
se conocen quienes son los padres que también contribuyen a delimitar la personalidad de cada sujeto;
así, el conjunto de éstos múltiples elementos caracterizan y perfilan el ser uno mismo, diferente a los
demás; en consecuencia, la protección jurídica del derecho a la identidad personal, en su calidad de
derecho humano esencial debe ser integral, para comprender los múltiples y complejos aspectos de
la personalidad de un ser humano. Por estos fundamentos y de conformidad con el artículo 396 del
Código Procesal Civil: Declararon FUNDADO el recurso de casación interpuesto por el demandado
Luis Alberto Medina.
Casación 18-2015 /Lambayeque
Lima, treinta y uno de agosto de dos mil quince. –
Recurso de casación interpuesto por Víctor Andrés Castro Chávez contra el auto de vista de fecha
cinco de noviembre de dos mil catorce, que revoca la Resolución número cuatro de fojas ciento
ochenta y uno, de fecha catorce de julio de dos mil catorce, que declara infundada la excepción de
prescripción extintiva; y reformándola declararon fundada la excepción de prescripción deducida; en
consecuencia, nulo todo lo actuado y por concluido el proceso.
Víctor Andrés Castro Chávez demanda a Myriam del Rosario Baca Odar, la Anulabilidad del Acto
Jurídico de la Partida de Nacimiento de fecha diecinueve de setiembre de dos mil tres, asentada el
seis de octubre de dicho año, correspondiente a la menor Nicole Castro Baca; alegando como
fundamento de su demanda, que mantuvo relaciones extramatrimoniales con la demandada a inicios
del año dos mil, habiendo tomado conocimiento, por expresión de la propia emplazada después de un
mes de haber terminado su relación, que iba a ser padre, asumiendo desde ese entonces dicha
paternidad; y si bien no se estabilizaron como pareja, siempre se preocupó por el bienestar de la
demandada, así como de la menor; siendo el caso que, por rumores de los vecinos, se enteró que la
niña no era su hija y al tener altercados con la madre de la niña, esta le refirió que no era el padre; por
lo que, si bien ha firmado la partida de nacimiento de la menor, sin embargo no le une ningún vinculo
moral con la niña.
Myriam del Rosario Baca Odar se apersona al proceso y propone la Excepción de Prescripción,
señalando que la demanda resulta improcedente al encontrarse prescrita, y si bien su relación
matrimonial se inició en el año dos mil; no obstante, mantuvieron una relación convivencial sujeta a
una Unión de Hecho, habiendo procreado a su hija, resultando inconcebible que por el comentario de
los vecinos pretenda desconocer la paternidad de la menor debiendo considerarse, además, que no
quiere asumir la paternidad debido a la denuncia que formuló en su contra por tocamientos indebidos
contra la menor.
Trata del recurso de casación interpuesto por el demandando Richard Reyes Quintana, contra el auto
que declaró infundada la Excepción de Caducidad deducida sobre impugnación de paternidad
interpuesta por Sandra Guisilla Fasanando Gonzáles.
Richard Reyes Quintana, formuló excepción de caducidad alegando que en mérito a lo normado por
el artículo 401 del Código Civil, el plazo de caducidad del referido derecho o pretensión debe desde
que adquiere su mayoría o cese de su incapacidad; Sandra Fasanando fue reconocida siendo menor
de edad en enero de mil novecientos setenta y siete, cumpliendo dieciocho años el once de enero de
mil novecientos ochenta y nueve (nació el once de enero de mil novecientos setenta y uno) según
consta de su partida de nacimiento, la norma nos dice que el plazo para que ella pueda negar el
reconocimiento se computa dentro del año siguiente a su mayoría de edad. Esto es que el plazo de
un año se computará a partir del once de enero de mil novecientos noventa, caducando su derecho a
negar o impugnar su reconocimiento el once de enero de mil novecientos noventa y uno.
Es en ese contexto, que el pedido del recurrente no puede admitirse teniendo en cuenta que desde la
fecha que la demandante tuvo conocimiento (octubre de dos mil diez) a la fecha de interposición de la
demanda (enero de dos mil once) no ha pasado el año que la normatividad exige para impugnar la
paternidad, más aun si tenemos en cuenta que la normatividad de la Carta Magna, en su artículo 2
inciso 1), que consagra el derecho de toda persona a su identidad, así como el de los padres a que
se le reconozca y ejerzan su paternidad, concordante con el artículo 18 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos que prevé que toda persona tiene persona tiene derecho a un nombre
propio y a los apellidos de sus padres, o el de uno de ellos.
Para casos como éstos resulta de aplicación el artículo 399 del Código Civil, dado que interesa tanto
al Estado (que necesita saber con certeza la identidad de una persona) como al particular (que ha
labrado su identidad dinámica) de conocer con certeza a su padre.
Que, siendo ello así a criterio de este Tribunal Supremo cuando se objeta la identidad de una persona
se tiene que valorar tanto el cariz estático como el dinámico del referido derecho fundamental. Más
allá de los datos fijos, es la propia historia del individuo lo que lo hace idéntico a sí mismo. Por estos
fundamentos y de conformidad al artículo 397 del Código Procesal Civil: Declararon INFUNDADO el
recurso de casación interpuesto por el demandado Richard Reyes Quintana.
Recurso de casación interpuesto por Ytalo Verastegui Valenzuela contra la sentencia sobre
impugnación de Reconocimiento de Paternidad Extramatrimonial.
Se trata del recurso de casación interpuesto por Nolberto Hugo Roca Maza, que revoca la sentencia
que declaró fundada la demanda. Nolberto Hugo Roca Maza interpone demanda sobre impugnación
de reconocimiento de paternidad contra Teodoro Arturo Guerrero Alvarado y Eva Elvira Cárdenas
Rosales, solicitando como pretensión principal impugnar el reconocimiento de paternidad efectuado
por Teodoro Arturo Guerrero Alvarado como pretensiones accesorias peticiona, primero: se deje sin
efecto el reconocimiento efectuado por Teodoro Arturo Guerrero Alvarado a favor de la menor de
iniciales M.L.G.C; y segundo: se declare la paternidad de la menor indicada a favor del recurrente en
calidad de padre biológico, ordenándose su inscripción en la correspondiente Partida de Nacimiento,
alegando que producto de una relación extramatrimonial existente entre el recurrente y la
codemandada Eva Elvira Cárdenas Rosales, procrearon a la menor siendo reconocida por el
codemandado Teodoro Arturo Guerrero Alvarado, cónyuge en ese entonces de la codemandada.
Practicada la prueba de ADN se concluye en un 99.9999999845% que el recurrente es el padre
biológico, siendo necesario que la menor de iniciales M.L.G.C. goce del derecho de su verdadera
filiación e identidad, derechos consagrados en el artículo 2, inciso 1 de la Constitución Política del
Estado, ya que lo contrario importaría una grave afectación de los derechos sustanciales de la menor.
En consecuencia se declara inaplicable para el proceso lo previsto en los artículos 396 y 404 del
Código Civil, por lo dispuesto en el artículo 2 inciso 1 de la Constitución Política del Estado; por
consiguiente, se deja sin efecto el reconocimiento realizado por Teodoro Arturo Guerrero Alvarado a
favor de la menor de iniciales M.L.G.C., y declara la paternidad de Nolberto Hugo Roca Maza a favor
de la menor indicada, ordenando a la Municipalidad Provincial de Huarmey extender nueva partida de
nacimiento en sustitución de la anterior. Por los fundamentos expuestos, declararon: FUNDADO el
recurso de casación interpuesto por Nolberto Hugo Roca Maza.