Sunteți pe pagina 1din 7

LA TELEVISION Y LA CULTURA

Este es un claro ejemplo de lo que para nosotros le sucede a los peruanos, ya que

se ven en constante conflicto entre conservar su cultura y tradiciones, y adquirir

nuevas modas que vienen de otros países. Todo esto se da gracias a los medios de

comunicación que día a día se encargan de transmitir, como se mencionó

anteriormente, estereotipos que las personas desean imitar.

La televisión es una fábrica de estereotipos para que directa o indirectamente

creen en el destinatario sensaciones de autoestima, reconocimiento o distinción

social, pero no hay que olvidar que también puede causar el efecto inverso en caso

de que el receptor no se ajuste a esos modelos preestablecidos.

Desde 1965, cuando se observaban los inicios de la televisión muchos han sido los

cambios operados en este medio hasta el punto en que en la actualidad ha llegado a


convertirse en la única fuente informativa y cultural, como lo muestra una

encuesta realizada por el Centro de Investigaciones Sociológicas en el año 2000, en

el que el medio que contaba con mayor audiencia era la televisión con un 86,6 %,

seguido de la radio con un 48,6% y por último la prensa escrita con un 32% del

porcentaje total.

Haciendo un poco de historia diremos que la radio tardó 35 años en conseguir 50

millones de oyentes, la televisión 13 e Internet los ha alcanzado en apenas 3 años.

Hoy en día, los medios de comunicación constituyen una herramienta persuasiva

que nos permiten mantenernos en continua comunicación con los distintos

sucesos sociales, políticos y económicos tanto a escala nacional como

internacional. La importancia que se le da a los medios masivos de comunicación,

en especial a la televisión, es cada vez mayor y aún más en las sociedades

contemporáneas ya es una fuerte influencia en la forma de actuar y pensar de las

personas. No le quitemos importancia al Internet que cada vez llega con más fuerza

y no sería de extrañar que acabase por desbancar a la televisión, debido a que se

está convirtiendo en una herramienta cada vez más potente que nos permite estar

informados de las noticias que ocurren en el lugar más recóndito o en la otra punta

del mundo prácticamente, en tiempo real.

La opinión pública en ocasiones recibe tal cantidad de información que se es

incapaz de reconocer cual es errónea y cual no, cual está manipulada y cual no.

Precisamente esta hiperinformación sitúa al individuo en el punto inverso en el

que creía estar ubicado, es decir, el receptor de ese enorme flujo informativo no

tiene capacidad suficiente como para asimilar y procesar ese ingente material1.
El receptor del flujo informativo es soberano en cuanto a su libertad de elección de

medios de comunicación y se ha inclinado por la prensa escrita, la cual tiene

niveles de prestigio mayores que los obtenidos por los medios audiovisuales,

debido a que la información tratada se somete a un proceso de análisis más

profundo y distinto al que puede aplicarse en los audiovisuales, quizá por

encontrarnos en la era de la noticia express en la que predomina la instantaneidad

informativa. El impacto producido por una noticia en el espectador cobra mayor

relevancia si es emitida de forma inmediata, incluso es necesario optar entre la

inmediatez con el consiguiente riesgo de faltar a la verdad o conseguir un relevante

impacto visual en la audiencia del medio.

NUEVAS EXPECTATIVAS CULTURALES

El notable avance que representa la historización de la recepción televisiva no es

suficiente, sin embargo, para dar cuenta cabal de la influencia cultural de la TV.

Incluso este avance podría ser frivolizado y bagatelizado al ser reducido a alguna

variante de la "Hipótesis Mínima". Es preciso, además, hacerse cargo de la

condición histórica industrial de la tecnología televisiva. Asumir la condición

histórica industrial de la empresa televisiva significa, en primer lugar, que no es


más aceptable la concepción demonizadora de la industria cultural "per se" ni de la

industria televisiva específicamente. En segundo lugar, significa que es preciso

concretizar aún más la Comunicación Televisiva de modo que los elementos de]

proceso de comunicación tengan que ser considerados a la luz de los procesos

productivos industriales y de las condiciones del valor e intercambio económico.

La innovación en los recursos técnicos de producción televisiva -los cuales son

determinantemente influyentes en la organización de la empresa y en los

operadores humanos- introduce dinamismos históricos, en nuestra opinión, de

gran trascendencia cultural. Una concepción televisiva a -industrial o meramente

limitada a los elementos comunicacionales genéricos no sería capaz de dar cuenta

de esta Influencia Cultural- Industrial y macro social de la TV. Tampoco se trata de

reeditar una nueva versión de "el medio es el mensaje", aún cuando de McLuhan se

rescata la idea que la TV tiene influencias culturales más amplias e irreductibles a

los mensajes específicos. Pero, McLuhan negaba, justamente, el carácter social del

medio, lo veía como una tecnología abstracta, ahistórica y sin una organización

social determinada. Acá, por el contrario, destacaremos que la tecnología se

organiza socialmente, que se concretiza históricamente y puede evolucionar hacia

otras formas de organización social, posibilitadas por las nuevas condiciones que

ofrece la cambiante tecnología, pero posibilidades sometidas también a las

tensiones de las voluntades y proyectos sociales. La tecnología televisiva y su

potencial influencia cultural esta traspasada por la conflictividad social. De esta

forma, nos parece, es posible recuperar la influencia cultural macrosocial de la

tecnología, intuida por McLuhan, pero superando también su optimismo

determinista ingenuo. Desde la década del 70 en adelante, la industria fabricante

de equipamiento para televisión ha miniaturizado progresivamente el hardware y


ha bajado sustancialmente el costo de las máquinas de producción y transmisión

de TV; y éste es un proceso que continúa. Previamente a estos cambios, las

voluminosas dimensiones físicas de las máquinas, los enormes espacios requeridos

para su instalación, los numerosos recursos humanos para su operación, todo ello

contribuía convergentemente a elevar el costo de una estación de TV; como

resultado de estas condiciones tecnológicas, la TV se organizó centralizando el

equipamiento y muy a menudo realizando las tareas de programar y transmitir

conjuntamente con la tarea de producir programas.

La cultura en la televisión.

La cultura de masas es el producto privilegiado y más difundido de la mediación

tecnológica, del mismo modo que la T.V es el medio hegemónico de esa cultura

masiva, transformada ya hoy en cultura visual. La televisión, por su presencia

masiva, su lenguaje, especialmente motivado en lo cotidiano y por el modo

espectacular en que presenta y produce cada acontecimiento social, se ha tornado

punto modal de nuestra cultura permeando toda la sociedad en su conjunto.

La mayoría de los recursos y las técnicas de las que se vale la cultura visual tienen

un antecedente cercano en las vanguardias de principios de siglo. Lo que para ellas

significaba la posibilidad de romper con los viejos códigos de representación, al

igual que con las tradiciones estéticas de cada una de las artes fueron retomadas y

adaptadas por nuestra cultura visual. Antes de ser tomadas por la T.V, estas

técnicas transitaron un largo camino que las fue incorporando, debido

fundamentalmente a las nuevas generaciones y, a partir de la segunda postguerra,

a toda la sociedad, de modo que al aparecer en la T.V estas ya estaban difundidas y

normalizadas.
TELEVISIÓN CULTURAL

La televisión cultural es entendida por nosotros como un conjunto de procesos y

productos televisivos dados como resultado natural de dinámicas culturales, no

estrictamente comerciales, o como manifestación de temas específicamente ligados

al ámbito cultural. Dicha televisión no es institucional, sino que aprovecha y

explora las propiedades expresivas del lenguaje televisivo, y aborda a las

audiencias desde las potencias emotiva, comunicativa y lúdica propias de la

televisión.
BIBLIOGRAFIA

https://mediosfera.wordpress.com/2009/08/30/httpwp-mepc5vv-8c/

http://dialogosfelafacs.net/wp-content/uploads/2012/01/17-revista-dialogos-la-

influencia-cultural-de-la-television.pdf

http://www.monografias.com/trabajos16/efectos-television/efectos-

television.shtml#CULTURA

S-ar putea să vă placă și