Equipo: Darla Gonzalez, Valeria Bibiloni y Briana Romero
Profesora: Alicia Catalina Valencia Díaz
Universidad de Quintana Roo
22 de febrero del 2018
1. ¿Qué y cómo se reconoce la “personalidad sana”? Una personalidad sana es que un individuo tenga un bienestar fisico, mental y social. Una persona con la personalidad sana es consciente de sus deseos y sus necesidades, piensa por sí mismo, es responsable de sus pensamientos, sentimientos, actitudes, conductas y tiene la capacidad de compromiso. Incluso sabe interactuar equilibrando sus necesidades con las del entorno y razona lógicamente.
2. ¿Que podemos hacer para evitar que la personalidad se problemática?
Al analizar la situación nosotras podemos concluir que ante todo debemos estar en armonía con nuestras emociones y sentimientos, debemos ser lo más pasivos posibles ya que tendemos a enojarnos o estresarnos ante situaciones de nuestra vida cotidiana lo más recomendable sería identificar el problema que nos aqueja, encontrar la mejor manera de solucionarlo con mucha paciencia y tranquilidad para encontrar la mejor alternativa a nuestra problemática, con herramientas como pláticas con personas cercanas o personas especializadas, tratar de ser lo más consiente con nuestra forma de expresar lo que sentimos y sobre todo aprender a tratar con las personas de nuestro entorno ya que, cada persona tiene una personalidad diferente y no tenemos los mismos ideales, creencias e impulsos esto muy importante para llevar una convivencia sana con los demás y estar en paz con nosotros mismos.
3. ¿Que podemos hacer cuando interactuamos con personas que presenten
en sus rasgos de personalidad? Establece unos límites para el tiempo que dedicas a hablar y a estar con esa persona y sé constante a la hora de atenerte a ellos. Alguien que sufra un trastorno límite de la personalidad se aferrará a ti y querrá disponer de tu absoluta atención durante largos períodos de tiempo. Debes establecer unos límites claros y saludables en lo concerniente a este asunto. Elabora unas normas o directrices específicas, dáselas a conocer ponlas en práctica de forma sistemática. Es posible que te sientas incómodo al principio, pero pronto quedará claro por qué tales límites deben ser definidos. Deja a un lado las emociones, manteniéndolo todo siempre en calma. Tratar asuntos de intenso contenido emocional con una persona con trastorno límite de la personalidad únicamente servirá para que recuerde los momentos en que se sintió extremadamente herida, traicionada y triste. Ten en cuenta que puede enfurecerse con facilidad y que es posible que arremeta contra ti con palabras o acusaciones hirientes. Si logras evitar que piense y que hable sobre tales cosas, es posible que se comporte de una forma más sana y que se sienta menos propensa a sentir ira o a caer en la depresión. Cada vez que la conversación parezca derivar al tema de las emociones y los sentimientos, redirige el discurso hacia asuntos más livianos y positivos.