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no
sólo para la prescripción en las condiciones mentales y emocionales; sobre
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es que no importan los síntomas físicos que estén presentes, y es raro
que alguna vez se produzcan en forma aislada en cualquier síntoma mental o emocional.
Ya que, el paciente no puede reconocerlos hasta que se da cuenta de ello, pero siempre lo
hace cuando se realiza esta conexión.
En lo mental el aspecto emocional puede obviarse; por ejemplo, en la ansiedad con asma, o
el delirio con fiebre: El niño en la dentición, se queja o grita; pero no entiende que tiene
que diferenciarlo de los celos, del llanto o de la ira; o bien puede ser enmascarada por la
indignación, la presión arterial alta y crónica. Porque no puede expresarse con la ira o bien
puede ser que en los síntomas físicos aparezca y que no tienen una relación directa con un
á en lo mental o esfera emocional. Entonces se le atribuye a lo mental en aquellos
pacientes de carácter que por lo general presentan por ejemplo: La inflamación benigna
de la próstata sobre todo en un hombre de negocios jubilado y de personalidad
dominante.
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es que, incluso para los pacientes con una clara preponderancia de
síntomas físicos, muchas veces, será el aspecto mental o emocional el que decide cual será
el remedio homeopático. De hecho, es menos probable que el remedio sea homeopático
sin esta información.
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