Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Economía clásica
Portada del libro de Adam Smith, La riqueza de las naciones.
La economía clásica, también conocida como
Economía política, es una escuela de pensamiento
económico cuyos principales exponentes son Adam
Smith, Jean-Baptiste Say y David Ricardo. Es
considerada por muchos como la primera escuela
moderna de economía. Incluye también autores tales
como Karl Marx, Thomas Malthus, William Petty y
Frédéric Bastiat, algunos incluyen, entre otros, a
Johann Heinrich von Thünen. Generalmente se
considera que el último clásico fue John Stuart Mill.
El término "economía clásica" fue acuñado por Marx
para referirse a la Economía ricardiana – la economía
de Ricardo y James Mill y sus antecesores – pero su
uso se generalizó para describir también tanto a los
seguidores de Ricardo y Mills como a todos los
influidos por las percepciones generales de esos
autores,[1] incluido Marx mismo.[2]
Orígenes
Normalmente se considera como el comienzo de la economía clásica la publicación, en 1776, de
"Una investigación
sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones" — generalmente conocido como La
riqueza de las
naciones. La escuela estuvo activa hasta mediados del siglo XIX. A pesar de su rechazo al
mercado libre, la escuela
de economía más grande que todavía se adhiere a las formas clásicas es la escuela marxista. Sin
embargo, la Nueva
economía clásica esta fuertemente influida por las percepciones generales de la escuela.
En adición a la obra de Smith, generalmente se considera que los textos fundamentales de la
economía clásica son
los Principios de economía política y tributación de Ricardo (1814) [3] y los Principios de economía
política, con
algunas de sus aplicaciones a la filosofía social, de John Stuart Mill (1848)[4] ambas obras siendo
de uso general en
las cátedras de “economía política” hasta la introducción de los “Principios de economía” de Alfred
Marshall (1890).
Otro texto cuya importancia no puede ser ignorada es El Capital, de Marx (1867).
Los economistas clásicos intentaron, y en parte lograron, explicar el crecimiento y el desarrollo
económico. Crearon
sus teorías acerca del “estado progresivo” de las naciones en una época en la que el capitalismo
se encontraba en
pleno auge tras salir de una sociedad feudal y en la que la revolución industrial provocaba enormes
cambios sociales.
Los economistas clásicos reorientaron la economía, alejándose del análisis previo que se centraba
en los intereses
personales del gobernante y/o las clases gobernantes. El fisiócrata François Quesnay y Adam
Smith, por ejemplo,
identificaron la riqueza de la nación con el producto nacional bruto, en lugar de con la tesorería del
rey o del estado.
Smith veía este producto nacional como derivado del trabajo aplicado a la tierra y al capital. Ese
producto nacional
se divide "naturalmente" entre trabajadores, terratenientes y capitalistas, en la forma de salario,
renta e interés.
Fue desplazada en gran parte por escuelas marginalistas de pensamiento, que derivaba su
concepto de valor de la
utilidad marginal que los consumidores encontraron en un bien en lugar del costo de los gastos
envueltos en
producirlo. Sin embargo, algunas de las percepciones clásicas fueron incorporadas en la escuela
neoclásica, que
comenzó en el Reino Unido a partir del trabajo de Alfred Marshall.
Economía clásica 2
Metodología de los clásicos
La metodología de los clásicos estaba fuertemente influida por los desarrollos científicos
tempranos,[5] derivados de
Newton y la tradición crítica o analítica trazable a Kant.[6]
Los clásicos buscaban fundar sus posiciones en el estudio empírico o de la realidad a fin de
formular, generalmente,
modelos conceptuales que les permitieran enunciar leyes naturales relevantes al área de estudio, [7]
consecuentemente
utilizaban extensiva, pero no exclusivamente, el razonamiento inductivo. [8]
Lo anterior parece sugerir, en general, una concepción "estática" de las relaciones económicas,
en el sentido que
esas se basan o deben a leyes las que, al igual que las leyes físicas, se supone son eternas y
universales. Pero eso no
se debe interpretar como significando que se carezca de cualquier "flexibilidad" o "libertad" en
relación a los
procesos o el sistema que implementan esas leyes sino más bien como una sugerencia que, si
las leyes son
conocidas y explotadas, dan origen, en las palabras de Smith, a "... planes muy diversos en la
manera general de
emplearlo, pero no todos estos planes conducen igualmente a incrementar el producto. La política
de unas naciones
ha fomentado extraordinariamente las actividades económicas rurales, y la de otras, las urbanas.
Difícilmente se
encontrara una nación que haya tratado con la misma igualdad e imparcialidad esas distintas
actividades. Desde la
caída del Imperio Romano la política de Europa ha favorecido más las artes, las manufacturas y el
comercio,
actividades económicas propias de las ciudades, que la agricultura, actividad económica rural. En
el Libro tercero se
explican las circunstancias que dieron origen a esa política, y aconsejaron aplicarla.". Dado un plan
exitoso se
obtiene: "La gran multiplicación de producciones en todas las artes, originadas en la división del
trabajo, da lugar, en
una sociedad bien gobernada, a esa opulencia universal que se derrama hasta las clases inferiores
del pueblo. Todo
obrero dispone de una cantidad mayor de su propia obra, en exceso de sus necesidades, y como
cualquier otro
artesano, se halla en la misma situación, se encuentra en condiciones de cambiar una gran
cantidad de sus propios
bienes por una gran cantidad de los creados por otros; o lo que es lo mismo, por el precio de una
gran cantidad de los
suyos. El uno provee al otro de lo que necesita, y recíprocamente, con lo cual se difunde una
general abundancia en
todos los rangos de la sociedad."[9]
El asunto de si es posible o no considerar las “leyes económicas” como leyes naturales permanece
en la actualidad
(principios de segunda década del siglo XXI, y a partir del análisis de Alfred Marshall [10])
debatido.[11][12]
Objetivos o áreas de interés
Como es generalmente aceptado[13] la economía o escuela clásica tiene las siguientes áreas de
interés.
• El foco de atención son los grupos o clases de individuos. La economía clásica (llamada
economía política)
estudia lo que determina los salarios recibidos por los trabajadores en general más que lo que
cada trabajador
individual recibe; o qué ocasiona que la tasa de ganancia suba o baje, más que los factores que
ocasionan la
ganancia de una empresa particular, etc.
• Interés en la generación e incremento de la riqueza general o de las naciones[14][15]— lo que
ahora se conoce
como Crecimiento económico — El aumento en la riqueza era conceptualizado debido a la
generación de lo que
desde los tiempos de los fisiócratas se llamaba plusvalía. Por ejemplo, el resultado de la
producción agrícola es
-generalmente- superior a la semilla usada. Esa cantidad "extra" es plusvalía e implica que la
riqueza ha
aumentado. Esa generación de plusvalía es percibida como dependiente, no solo de los factores
de producción
sino de una multitud de elementos y fenómenos tales como la formas de organización e
intercambio de los
mismos, tanto a nivel empresarial como social. El famoso ejemplo de la fabricación de alfileres de
Adam Smith
muestra como una nueva forma de organización de la producción lleva a una producción superior o
extra a la
obtenida anteriormente, sin uso de recursos -trabajo, bienes de capital, etc- adicionales (ver
División del trabajo).
Adicionalmente a partir de los clásicos el como el gobierno se aproxime a las actividades
productivas, por
ejemplo, permitiendo o restringiendo la libertad de comercio, no puede ser ignorado en el análisis
económico.
Economía clásica 3
Doctrinas y “leyes económicas" clásicas
Es necesario notar que no todos los clásicos compartían la totalidad de ya sea estas asunciones
generales y leyes
económicas o la interpretación de ellas. Sin embargo, los clásicos como escuela si pueden ser
caracterizados por
ellas.[16]
Asunciones generales
• Doctrina del interés propio o Egoísmo psicológico. Los clásicos asumen que la motivación básica
y natural de los
individuos es el interés propio. Los productores producen no porque deseen hacer el bien, sino
porque les
conviene. Los consumidores compran no porque les interese el bienestar de los productores, sino
porque
consideran que lo que compran les es útil, etc. (ver, por ejemplo: Ética en David Hume ).
• Doctrina de la racionalidad de los individuos. La característica principal de los seres humanos es
que son animales
racionales. Las personas actúan —o consiguen sus objetivos— más efectivamente cuando lo
hacen de acuerdo a
la razón (ver Racionalismo y Empirismo).
• Doctrinas de la competencia y la cooperación. Los individuos persiguen racionalmente sus
intereses a veces
compitiendo y a veces cooperando. Smith enfatizo las ventajas de la competencia individual,
sugiriendo que esos
intereses competitivos individuales convergen, como dirigidos por una "mano invisible", en el
interés común
(Doctrina de la armonía de los intereses). Ricardo [17] y esos influidos por el (especialmente
Marx[18]), se
centraron en la competencia de grupos o clases (ver lucha de clases). Stuart Mill promovió las
ventajas de la
cooperación.[19]
• Doctrina del trabajo como fuente de toda riqueza y valor. Por ejemplo, Adam Smith comienza su
"La riqueza de
las naciones" estableciendo que "El trabajo anual de un país es el fondo que originalmente le
proporciona todas
las cosas necesarias y convenientes para la vida y que anualmente consume; y esas cosas son
siempre ya sea el
producto inmediato de ese trabajo, o lo que es comprado en otros países con ese producto.". [20]
• Doctrina del desarrollo o progreso. A partir de Turgot los procesos económicos son percibidos
como teniendo
lugar en tiempos históricos, lo que lleva a los clásicos a una concepción de progreso evolutivo. (ver
"La madurez
de la idea del progreso: el aporte francés" en progreso). Todos los clásicos avanzan teorías de
etapas de desarrollo
económico social, las que generalmente, pero no siempre (ver Malthusianismo) culminan en una
etapa de
abundancia y bienestar general. Esas etapas a su vez pueden ser sub divididas en momentos o
estadios, el todo
basado en la aplicación (intencional o no) de leyes económicas. Así, por ejemplo, en el esquema
de Smith la
progresiva división del trabajo está estrechamente relacionada con otros dos fenómenos: la
acumulación de capital
y la extensión gradual del mercado. La acumulación de capital permite alcanzar grados de
especialización cada
vez mayores y esto da lugar a un aumento continuo de la productividad del conjunto de factores
productivos.[21][22]
• Doctrina de la mínima distorsión de actividades económicas. Si las “leyes económicas” son leyes
naturales cuya
aplicación conduce a la eficiencia económica, a lo menos que se distorsione su funcionamiento, lo
más eficiencia.
Los procesos económicos eran considerados como capaces de autoregulación, en otras palabras,
las fuerzas
económicas por si mismas dirigirán la producción, intercambio y consumo a su nivel más eficiente.
Esto
generalmente se interpreta, en la actualidad — pero no del todo correctamente,[23] como
significando “mínima
intervención estatal”, laissez faire o Mercado libre: a lo menos gobierno, lo mejor. La acción del
estado debe
confinarse a enforzar los derechos individuales (especialmente el de propiedad), proveer la
defensa nacional y
algunos servicios públicos de interés general (justicia, algunos tipos de educación, etc).
Economía clásica 4
Principales "leyes" económicas
• Ley de Petty y Ley de Engel: El progreso técnico reduce los costos de transporte, lo que aumenta
los ingresos (o
poder de compra de los mismos) de la población en general y expande y transforma el mercado,
facilitando así el
crecimiento urbano y la expansión de la producción.
• Ley de los mercados: La riqueza depende de la producción. Cuantos más bienes se produzcan,
más bienes
existirán, que constituirán una demanda para otros bienes, lo que tiende a una situación (que los
clásicos
denominaban Estado progresivo) en la cual todos los recursos se emplean al máximo, a beneficio
general.
• Ley de la oferta. Dado que ciertos bienes se pueden vender (en otras palabras: dada la existencia
de deseo por
ciertos bienes) el “valor de cambio” o precio de los mismos depende de la oferta. Si hay un solo
productor, o los
productores actúan en conjunto, los precios serán los de monopolio (es decir, los más altos
posibles). Si hay
varios productores y hay competencia, los precios decaerán al límite posible: el costo de
producción o precio
natural[24] (Teoría del valor como costo de producción) (nótese que ese precio natural incluye los
"salarios" tanto
del trabajo como del capital y los recursos naturales, incluyendo la renta financiera). No es que los
clásicos
ignoraran la demanda, es que no la consideraban importante en el largo plazo: "Por abundante que
sea la
demanda, nunca puede elevar permanentemente el precio de una mercancía sobre los gastos de
su producción,
incluyendo en ese gasto la ganancia de los productores. Parece natural por lo tanto buscar la
causa de la variación
del precio permanente en los gastos de producción. Disminuyase esos y (el precio de) la
mercadería debe
finalmente decaer, aumentense y seguramente subirán. ¿Qué tiene todo eso que ver con la
demanda?".[25] En otras
palabras: asumiendo competencia, los productores están forzados a reducir el precio al mínimo
posible, de lo
contrario arriesgan no vender mientras sus competidores venden todo.
(Estas cuatro leyes se pueden ver como justificando el optimismo de muchos clásicos, a partir de
Smith,
en el sentido de creer que el progreso conduce a la “opulencia general”, creencia que sus críticos
—por
ejemplo, Veblen, Schumacher; etc — llaman "teoría del más es mejor"- ver también Economía del
estado estacionario).
• Teoría del valor-trabajo: El valor de un bien o servicio está dado por la cantidad de trabajo
empleado en la
producción de ese bien o servicio.
• Ley de los rendimientos decrecientes: se refiere a la disminución paulatina de los rendimientos
económicos
-especialmente la tasa de ganancia- en la medida que, manteniendo el resto de factores
constantes, se añadan
cantidades adicionales de un recurso específico. La asunción general es que tanto la expansión de
la población
como el avance tecnológico lleva al uso de recursos cada vez más difíciles de explotar, o menos
productivos.
Dado que los precios por lo menos no aumentan, sigue que la producción/ganancia debe
decaer.[26]
• Ley de hierro de los sueldos: los salarios reales tienden "de forma natural" hacia un nivel mínimo,
que
corresponde a las necesidades mínimas de subsistencia de los trabajadores. Cualquier incremento
en los salarios
por encima de este nivel provoca que las familias tengan un mayor número de hijos y por tanto un
incremento de
la población, y el consiguiente aumento de la competencia por obtener un empleo hará que los
salarios se
reduzcan de nuevo a ese mínimo.
Economía clásica 5
Problemática y legado
Economía como la ciencia lúgubre
La visión del futuro a largo plazo de muchos de los clásicos era más bien pesimista. Eso llevó a
muchos a calificar la
disciplina de ser la ciencia lúgubre. [27] Esto no se debe, como muchos asumen,[28] solo a la visión
de Malthus sino
más bien a una generalizada en la escuela. [29] En las palabras de Heinrich Sieveking:
Los enciclopedistas del siglo XVIII, y con ellos los fisiócratas y Smith, opinaban que todas los
miserias que
azotaban al mundo eran provocadas por las leyes e instituciones absurdas y erróneas de los
hombres. Todo se
repararía con sólo dar libre curso a la Naturaleza. Los horrores de la Revolución francesa dieron un
categórico
mentís a este optimismo. No es que se dejara de proseguir en la labor de investigación de las leyes
naturales
que presiden la evolución social, pero en lugar de verlas a través de un prisma de esperanza
optimista,
aparecieron como una resignación pesimista. En este terreno se sitúa Malthus. Su libro sobre la
población fue
publicado como réplica a la Inquiry concerning political justice and its influence on general virtue
and
happiness, de Godwin (1793). Mientras éste esperaba el alivio de las miserias humanas en la
observancia del
Derecho natural, Malthus trataba de demostrar que no pocas miserias que azotan al género
humano se
fundamentan precisamente en la naturaleza de las cosas.
[30]
El problema no era únicamente el hecho que el aumento de la población lleva — debido a la
competencia entre
aquellos que buscan trabajo — a la aparición y mantención de la ley de hierro de los salarios
(situación exacerbada
por los avances tecnológicos que requieren cada vez menos trabajadores) sino también a la
disminución progresiva
de recursos naturales. Adicionalmente la ley de rendimientos decrecientes implica que en general
el avance
tecnológico conduce a una situación en la cual la producción de bienes será cada vez más fácil en
términos de
esfuerzo de los trabajadores, pero más difícil en términos sociales: se estarán usando recursos
cada vez menos
productivos, utilizando máquinas incrementalmente más complejas, que necesitan menos trabajo
directo pero
cantidades crecientes de energía,[31] etc. Esta situación ha llevado a Serge Latouche a sugerir:
“desde los años 1970
los costes del crecimiento (cuando los hay) son superiores a los beneficios. Las ganancias de la
productividad
esperada son nulas, o casi nulas.”[32]
Por ejemplo, tanto el aumento de la población como los avances tecnológicos hacen necesario y
posible la
explotación con fines agrícolas de terrenos que son incrementalmente más difíciles de trabajar y
menos productivos.
Pero, y obviamente, la tierra no es un recurso infinito. En algún punto, si la población continúa
aumentando, no
importa cuales sean los avances tecnológicos y la productividad agrícola, no habrá lo suficiente
para alimentar a la
población. Lo mismo se puede decir de no solo otros recursos naturales sino también del trabajo: el
avance técnico
reduce la cantidad de trabajo necesaria para producir los bienes de consumo. Aún si la población
se mantiene, esto
no puede sino conducir a una situación en la cual no habrá necesidad de la cantidad de trabajo
necesario para que las
personas puedan ganar lo suficiente como para obtener sus necesidades.
A menos, agrega Stuart Mill, que la población limite su crecimiento, pero aun así, por lo menos
algunos bienes
naturales eventualmente se extinguirán.
Los ejemplos que Stuart Mill da son más bien simplistas, pero innegables. Por ejemplo, sugiere
que las pieles de
algunos animales árticos no estarán, en el futuro, disponibles para el consumo general. Esos
productos comandaran,
por lo menos, un precio especial, de escasez. Esto implica que el progreso, en lugar de llevar a
una situación de
prosperidad general, llevará a una situación de escasez incremental. Por lo menos en relación a
ciertos productos en
la actualidad considerados de lujo (pieles, marfil, seda, etc) ese futuro es nuestro presente. (Véase
también:
Economía del estado estacionario).
Pero, como se ha sugerido, el argumento se aplica no solo a artículo de consumo. En 1865,
Jevons se pregunta por
cuánto tiempo podría Gran Bretaña continuar siendo una nación industrializada, teniendo en
cuenta que la creciente
demanda de carbón mineral implica que este dejaría de estar disponible para fines industriales en
las cantidades
Economía clásica 6
necesarias en un plazo menor a un siglo. "Somos sabios," se preguntaba retóricamente, "en
permitir que el comercio
de este país se incremente más allá del punto en que podamos mantenerlo?" (ver The Coal
Question).
Esa es una visión que, a largos rasgos, aún se mantiene. Esa es la verdadera tragedia de los
comunes. En las palabras
de David Attenborough: "Mañana habrá un cuarto de millón de personas más sentándose a la
mesa, esperando
alimento, agua, energía; y pasado mañana otro cuarto de millón y el día después otro cuarto de
millón más.... el
crecimiento de la población debe detenerse para poder ofrecer 'una vida decente' a todos.". [33]
A pesar de lo anterior, los clásicos en general (incluyendo Malthus) tenían una visión más bien
optimista, creyendo
que la racionalidad llevaría al control del crecimiento de la población necesario para evitar el
descenso a la miseria
general. (la mejor exposición al respecto se encuentra en Stuart Mill, Principios, libro IV, Influence
of Progress).
Adicionalmente, por lo menos algunos creían que el desarrollo técnico llevaría (como de hecho ha
sucedido) al
reemplazo de los recursos naturales que se agoten ya sea con otros recursos naturales o incluso
con recursos
manufacturados. Por ejemplo, Friedrich Engels sugiere: "Y sin embargo, todavía hay un tercer
factor, que no cuenta
para nada con los economistas, es verdad — a saber, la ciencia, y el avance de la ciencia es tan
ilimitado y por lo
menos tan rápido como el de la población. ¿Qué parte del progreso de la agricultura en este siglo
se debe solo a la
química, y de hecho, a solo dos hombres — Sir Humphry Davy y Justus Liebig?. Pero la ciencia se
multiplica por lo
menos tanto como la población: la población aumenta en relación con el número de la última
generación, la ciencia
avanza en relación a la cantidad total de conocimiento legado por la última generación, y por lo
tanto, en las
condiciones más comunes también en progresión geométrica — ¿qué es imposible para la
ciencia?[34]
Sin embargo permanece una llamada de atención sobre la creciente escasez de tierras de cultivo.
En 1960 había una
media hectárea de buena tierra cultivable por persona en el mundo — lo suficiente para mantener
una dieta europea
razonable. En la actualidad, sólo hay 0,2 de hectárea para cada uno. En China, es sólo el 0,1 de
hectárea, debido a sus
dramáticos problemas de la degradación del suelo.[35]
Dicotomía clásica
Los clásicos creían que las variables "nominales" o monetarias y las "reales" o físicas pueden ser
analizadas
independientemente.[36] Por ejemplo, se proponía que cosas tales como el producto y ganancia
real pueden ser
analizadas sin considerar a sus contrapartidas nominales: el valor monetario de esa producción y
la tasa de ganancia.
Uno de los efectos más importantes de esa asunción, especialmente a niveles introductorios en la
disciplina, es que
permite simplificar el estudio de los fenómenos económicos. [37]
La dicotomía puede ser definida como la tentativa de explicar los fenómenos económicos
exclusivamente en función
de variables económicas, excluyendo, entre otras, las variables monetarias, lo que lleva,
obviamente, a la búsqueda
de factores que permitan explicar lo económico sin referencia a tales aspectos "externos",
incluyendo los
monetarios.[38]
Esto se ve claramente en la famosa Ley de Say, que parece sugerir que la única función del dinero
es servir como
medio de cambio, pero no influencia directamente ni la producción ni la demanda. Partiendo de la
base que la
producción y venta de bienes solo adquieren su sentido cuando terminan en otra compra,
completando así una
transacción económica, Say sugiere: "El dinero cumple solo una función momentaria en ese doble
cambio, y cuando
la transacción es finalmente concluida, siempre se encontrara que un tipo de mercadería ha sido
cambiada por otra".
(J.B. Say, 1803[39]).
Sigue que cualquiera fluctuación en el mercado "real" no se debe a efectos monetarios sino a
distorsiones o fallos en
el mismo.[40] Pero esas distorsiones son meramente locales y transitorias: en el largo plazo, las
fuerzas económicas,
por si mismas, restorán un balance que implica, de acuerdo a la ley de Say, que los factores
económicos están siendo
usados plenamente. Percibir que el producto es de equilibrio en el largo plazo impide que el dinero
tenga efectos
reales en la economía.
Economía clásica 7
Esto esta muy cerca de decir que el dinero es "neutral", en el sentido que afecta solo aspectos
nominales (por
ejemplo, los precios) pero no las variables reales (la producción). Es necesario notar sin embargo
que, estrictamente,
la sugerencia de Say no propone neutralidad monetaria, solo que no es racional mantener dineros
ociosos.
Asumiendo neutralidad, la dicotomía sugiere que, a corto plazo, las variables reales no reaccionan
ante un cambio en
la política monetaria, y sólo son afectadas por cambios en otras variables reales. Eso implica que la
oferta agregada
debe ser perfectamente inelástica a cualquier perturbación originada en la demanda agregada. Por
ejemplo, en una
expansión monetaria, los precios absorben totalmente el choque y la producción o crecimiento de
la producción se
mantiene en su tasa natural. A largo plazo eso se repite o, más apropiadamente, se mantiene, ya
que el producto
siempre está en su nivel natural o de equilibrio, es decir, que está en el nivel de pleno empleo de
los recursos
productivos. Cualquier choque monetario es absorbido totalmente por los precios, generando
solamente inflación o,
quizás, deflación.[41]
Sin embargo, los clásicos, especialmente los tardíos, se dieron cuenta que el dinero no es neutral
en ese sentido.
Cambios en la cantidad de circulante afectan la tasa de interés, lo que a su vez afecta la tasa de
ganancia y,
consecuentemente, decisiones acerca de inversión y ahorro, lo que tiene efecto en la economía
real. Aun así se
esforzaron en mantener la dicotomía, buscando explicar el efecto del dinero a través de otras
variables, lo que
produce una situación más bien confusa. En las palabras de Stuart Mill:
Es perfectamente cierto que... una adición a la moneda casi siempre parece tener el efecto de
bajar la tasa de
interés;... porque está casi siempre acompañada de algo que realmente tiene esa tendencia"....
"aunque como
moneda estas adiciones monetarias no tienen un efecto sobre los intereses, como préstamos si lo
tienen.
[42]
Todo lo anterior se expresa en dos áreas problemáticas evidentes a través de toda la obra clásica:
el problema del
dinero y el problema del valor.
La mayoría de las escuelas macroeconómicas actuales (incluyendo la Nueva Economía
Keynesiana y los
Monetaristas) rechazan la dicotomía,[43] dado que, profundizando la sugerencia de Stuart Mill,
consideran que la
cantidad de circulante afecta los cálculos económicos básicos, especialmente los relacionados con
la tasa de interés.
Sin embargo, algunas versiones de la Nueva economía clásica y algunas escuelas heterodoxas la
aceptan.
La cuestión de la cantidad del circulante
Los clásicos, especialmente los tempranos, estaban fuertemente influidos por la Teoría cuantitativa
del dinero que
heredaron de las posiciones de Locke [44]' Hume.[45] y Richard Cantillon.
Sin embargo, esa teoría no especifica claramente el como se establece la relación entre el dinero y
los bienes, es
decir, el como se establecen los precios. Generalmente se sugería que el dinero (oro, plata, etc) es
valuable "porque
tiene valor"[46] (ver Ilusión monetaria y Fetichismo de la mercancía). Esto dio origen a un debate
prolongado pero no
cruento, acerca de la concepción del dinero. [47]
A partir de Ricardo, los clásicos empezaron a avanzar lo que se puede denominar teoría del
dinero como
mercadería, de acuerdo a la cual, el dinero (oro, plata) tiene un valor el cual, al igual que cualquier
otra mercadería,
depende de la cantidad de trabajo requerido para su obtención. En las palabras de Ricardo:
Oro y plata, como todas las demás mercancías, son valiosos sólo en proporción a la cantidad de
mano de obra
necesaria para producirlos y llevarlos al mercado... La cantidad de dinero que puede ser empleado
en un país
debe depender de su valor... Aunque el [papel moneda] no tiene ningún valor intrínseco, sin
embargo, al
limitar su cantidad, su valor de cambio es tan grande como una denominación igual de monedas
metálicas, o
lingotes de ese metal.
[48]
Nótese que la teoría del dinero como mercadería (también llamada "metalismo") invierte, o por lo
menos altera, la
relación entre dinero y valor sugerida por la teoría cuantitativa. De acuerdo a esa, el dinero genera
los precios. Su
Economía clásica 8
exceso produce inflación, su falta, deflación. De acuerdo a los metalistas, es la variación de los
precios que lleva, al
igual que con cualquier otra mercadería, a las variaciones en la cantidad de oro circulante: un
aumento en lo que se
puede comprar con una cierta cantidad de oro (deflación de otras mercaderías) da lugar a un
aumento en el
circulante, que eventualmente puede llevar a restablecer la paridad original o establecer una nueva
(si la relación oro
con otros bienes no es la que había).
Puesto de otra manera. La producción de metales preciosos, al igual que cualquier otra
mercadería, esta determinada
por la ganancia que se obtiene de su producción. Si esa ganancia aumenta -se puede comprar
más bienes con el
esfuerzo necesario para producir una cierta cantidad de oro- habrá interés en dedicarse a producir
oro. Eso llevara a
un aumento en la cantidad disponible de ese metal. Al igual que cualquier otro productor, los de
metales preciosos (o
los propietarios de dinero) llevaran su producto donde pueden conseguir mayores ganancias.
Lo anterior implica que el dinero (considerado en su cantidad, o dinero realmente circulando)
depende del mercado.
Si su "valor" (lo que se puede conseguir por una cierta cantidad en relación al trabajo necesario
para producirlo)
aumenta, la cantidad de circulante aumentara "naturalmente". Y viceversa.
Sin embargo, los clásicos estaban conscientes que en ciertos momentos históricos había habido
inflación. Si la
cantidad de circulante depende naturalmente del mercado, como podemos explicar eso? La
situación se hizo urgente
dado que Inglaterra sufrió, durante las Guerras Napoleónicas, a partir de la década de 1790, un
periodo
inflacionario.,[49] lo que llevó a un debate que en esencia fue acerca del valor e incremento en la
cantidad de dinero
que es suficiente para facilitar el comercio pero no tanto como para causar inflación.
Dos posiciones o escuelas se hicieron evidentes: los lingotistas (bullionist en inglés) y los
bancarios.
La posición original (bancaria) se basa en lo que podría ser llamada la doctrina de "documentos de
Garantía real" o
respaldo hipotecario en castellano (Real bills doctrine en inglés, Doctrine des effets réels en
francés). Los bancarios
aducían que el respaldo del dinero en oro no es necesaria, siempre y cuando el circulante emitido
por los bancos,
especialmente como crédito, sea equivalente a depósitos financieros (título de crédito, etc)
respaldados por un
derecho real sobre bienes físicos tangibles y redimibles a corto plazo (60 días era sugerido
inicialmente). Dado esa
condición, los bancos podrían emitir tanto dinero como fuera requerido por la economía sin
producir inflación. Esta
teoría fue mantenida por, entre otros, Adam Smith y James Mill.
La asunción general de esta posición es que, si el dinero es solo un medio de cambio entre
mercaderías, cualquier
cosa, incluyendo el papel moneda, puede servir como estándar de valor, con el proviso que
establezca una relación
estable y aceptada por los que lo utilizan con el trabajo necesario para producir bienes. [50] Si un
banco esta dispuesto
a aceptar, por ejemplo, el título de propiedad de una casa como garantía o pago, y el propietario de
la casa y otros
están dispuesto a aceptar una "nota promisoria" ( billete de banco) de ese banco como pago por
sus bienes o
propiedades, esos documentos han funcionado como dinero y, en la medida que no cambian
ninguna “variable real”
esencial, no puede causar inflación por el mero hecho que el respaldo, en lugar de ser una cierta
cantidad de oro en el
banco sea el valor de algún bien tangible. Después de todo, ambas “mercaderías” representan o
contienen la misma
cantidad de valor o trabajo, aquel necesario para producirlas. (Para Smith el proceso depende
crucialmente de la
confianza que los banqueros generen o adquieran [51]).
Una propuesta similar fue adoptada eventualmente en Alemania durante el período de la República
de Weimar con el
Rentenmark y, durante el nazismo, con los llamados "Bonos Mefo" (ver Economía de la Alemania
nazi), en ambos
casos con gran éxito.
La posición alternativa, lingotista,[52] era que la cantidad de circulante (monedas y papel) debe ser
equivalente, en
una proporción fija y estable, a la cantidad de metal precioso en los bancos. Si los bancos no están
obligados a
convertir las notas en oro en una proporción cierta, van a tener la tentación de emitir billetes en
exceso a sus reservas
de oro o plata en sus bóvedas. Esto conducirá a un exceso de oferta de dinero, lo que llevara a
varias distorsiones,
incluyendo la inflación. Para evitar todo eso, sostuvieron, es necesario mantener una equivalencia
estricta entre la
cantidad de circulante emitida por cualquier y todos los bancos y la cantidad de oro y plata
mantenido como
respaldo. Esta posición, representada, entre otros, por Ricardo, predomino hasta después de la
Primera Guerra
Economía clásica 9
Mundial. (ver patrón oro).
De acuerdo a esa posición, cualquier incremento en la cantidad de oro o plata en un país dado
llevaría a un
incremento en los precios en ese país, lo que significaría que la moneda (metales preciosos) irían a
algún otro lugar,
en el cual podría ser cambiada por bienes a una tasa másmás favorable. Conversamente, una
deficiencia en la
cantidad de oro causaría un caída local en los precios, que llevaría a la exportación de bienes e
importación de oro o
plata. Esto tendría el efecto que, a largo plazo, habría una tendencia a mantener una relación
estable del valor
(entendido como poder de compra) de esos metales.
John Stuart Mill sugirió[53] una posición intermedia, de acuerdo a la cual los bancos necesitan
mantener solo una
cierta proporción de lo emitido como depósitos en oro y/o plata, el resto pudiendo ser respaldado
de acuerdo a la
doctrina bancaria. Esto podría quizás dar origen a una cierta inflación, pero cualquier tendencia en
esa dirección
llevaría a los poseedores de billetes a cambiarlos por metálico, lo que forzaría a los bancos a
redimir sus préstamos a
fin de obtener el oro necesario para redimir sus notas. Ambos procesos a su vez reducirían el
circulante, eliminado la
inflación. Esta posición dio eventualmente origen al sistema de banca de reserva fraccional que
existió desde esa
fecha[54] y que existe en el presente en todos los países industrializados. (Los depósitos en oro
siendo reemplazados
por depósitos en dólares que, hasta 1971, mantenía una relación fija, de 35 dólares por onza, con
el oro. A partir de
esa fecha, los respaldos están constituidos por las llamadas Moneda de reserva.- Ver Bancor).
Clarificando, Stuart Mill, a pesar que acepta en general la teoría cuantitativa, [55] sugiere que el
problema no es tanto
la cantidad física de circulante, sino el crédito y las compras (o demanda) (Stuart Mill consideraba
que solo el
metálico era dinero propiamente tal. Billetes son pagarés y, junto con otras notas promisorias -
bancarias o
individuales, ya sea "a la vista" (o "en demanda") o a plazo- tales como cheques, crédito "en libros"
o "a cuenta", etc,
constituyen crédito.): “Pero ahora hemos encontrado que hay otras cosas, tales como billetes de
banco, letras de
cambio y cheques, que circulan como dinero, y realizar todas las funciones del mismo: y surge la
pregunta: ¿Operan
estos sustitutos sobre los precios en el misma manera que el dinero en sí? Tiende un incremento
en la cantidad de
papel transferible a aumentar los precios, de la misma manera y grado que un aumento en la
cantidad de dinero?...”
"Ha habido una gran cantidad de debates y argumentos sobre la cuestión de si algunas de estas
formas de crédito y,
en particular, si los billetes de banco, debe ser considerado como dinero. El asunto es tan
puramente verbal que
apenas vale la pena plantearlo, y uno tendría cierta dificultad en comprender por qué se le atribuye
tanta importancia,
si no hubiera algunas autoridades que, adhiriendose todavía a la doctrina de la infancia de la
sociedad y de la
economía política, que la cantidad de dinero en comparación con la de los productos básicos,
determina los precios
en general, creen que es importante demostrar que los billetes de banco y no otras formas de
crédito son dinero, a fin
de apoyar la inferencia que los billetes de banco y no otras formas de crédito influyen sobre los
precios. Es obvio, sin
embargo, que los precios no dependen del dinero, sino de las compras. El dinero dejado con un
banquero, y que
contra el cual no se creen débitos, o que sea debitado para fines distintos a la compra de
mercancías, no tiene ningún
efecto sobre los precios, al igual que un crédito que no se utiliza. Crédito que se utiliza para la
compra de productos
afecta a los precios de la misma manera que el dinero. El dinero y el crédito están, pues,
exactamente a la par, en su
efecto sobre los precios; y si optamos clasificar los billetes en una o la otra, es en este sentido por
completo
indiferente.[56]
Conviene notar que este debate dio origen a otras diferencias, más complejas, de opinión,
diferencias que de las
cuales se ha alegado que “ aún hoy, hay lesiones importantes a ser aprendidas”.[57] Por ejemplo, a
partir de lo anterior
el estudio de los efectos del crédito asume una gran importancia, lo que dio, eventualmente, origen
-a través del
trabajo de Knut Wicksell- al monetarismo y a las concepciones modernas al respecto: si se regula
apropiadamente el
crédito, no habrá fluctuaciones monetarias abruptas (ver agregado monetario y Oferta de dinero).
Economía clásica 10
El asunto del valor
El otro aspecto problemático es el asunto del valor. Si asumimos que los procesos productivos
pueden ser explicados
sin relación directa a consideraciones monetarias tenemos que sugerir un método que permita
evaluarlos sin
referencia a tales aspectos. La solución obvia se encuentra en la plusvalía; es decir, al hecho que
la finalidad de todo
proceso productivo -en la medida que son de interés a la ciencia económica- es producir más
bienes o "valor" que el
empleado o gastado en el proceso mismo. Un proceso económico será productivo en la medida
que el resultado,
medido en bienes para uso y consumo, sea superior a los empleados para producirlos, cualquiera
sea la medida o el
resultado "monetario" para los individuos que participen en ese proceso.
Esto requiere, por supuesto, una medida del valor que no este basado en cálculos monetarios.
Adam Smith
consideraba que la medida exacta para cuantificar el valor era el trabajo. [58] Para él, el valor era la
cantidad de
mercancías que uno podía producir con, o recibir a cambio de, su trabajo ( y vice versa, el valor de
una mercancías es
la cantidad de ya sea otras mercancías o trabajo que se pueda recibir en cambio [59]). Las
mercancías concretas
pueden cambiar, pero lo que siempre permanece invariable es el trabajo, o sea el desgaste de
energía para
producirlas, siendo entonces el trabajo el patrón definitivo e invariable del valor: lo que consume
una hora de trabajo
para ser producido tiene, desde este punto de vista, exactamente el mismo valor que cualquiera
otra cosa que cueste
otra hora de trabajo para ser producido. Esto llegó a ser conocido como Teoría del valor-trabajo.
Pero esas relaciones de cambio no permanecen necesariamente constantes. Esto llevó a Smith y
otros a introducir
dos conceptos asociados: valor de uso y valor de cambio. En las palabras de Stuart Mill: "Adam
Smith, en un pasaje
citado a menudo, ha descendido sobre la ambigüedad obvia de la palabra valor, la cual, en uno de
sus sentidos,
significa utilidad, en otro, poder de compra, en su propio lenguaje, valor en uso y valor en
intercambio"... y "la
mayoría de los escritores modernos, a fin de evitar el gasto de dos buenas palabras en una sola
idea, han empleado
"precio" para referirse al valor de una cosa en relación al dinero, la cantidad de dinero por la cual
será cambiado. Por
el precio de una cosa, entonces, entenderemos su valor en dinero; por valor o valor de cambio, su
poder general de
compra, el comando que su posesión otorga en general sobre mercaderías comprables". [60]
Sin embargo, el "desgaste de energía para producir" o cantidad de trabajo envuelto en la
producción de una cosa
también varía, en general disminuyendo con el avance tecnológico. Adicionalmente hay un
problema con la
determinación práctica (con el fin del cálculo del valor de un bien) con el como se pueden medir,
por lo menos
potencialmente, diferentes "modalidades" de ese desgaste o trabajo: por ejemplo: ¿es el valor
producido por una hora
de trabajo de un cirujano o médico el mismo que el producido por una hora de trabajo de un obrero
sin calificar? Y
¿cómo relacionamos esos casos extremos con el trabajo de un panadero, carpintero u obrero
calificado?.
Stuart Mill resume en su obra[61] la posición de Smith y otros. Simplificando, se puede decir que es
el caso que
diferentes tipos de trabajo comandan diferentes precios en relación a cosas tales como la
competencia entre
trabajadores, tiempo y dificultad de aprendizaje, seguridad o no de recompensa, dificultad y
desagrado en efectuarlo,
etc. Stuart Mill nota que los trabajos más desagradables y duros son generalmente los menos
pagados dado que
generalmente los que los llevan a cabo carecen de otra opción. Siendo ese el caso, se mantiene la
relación del valor
de un bien como dependiendo de la cantidad de trabajo necesario para producirlo, con el proviso
que el "salario real"
o valor (es decir, las mercaderías que se pueden adquirir por "precio por unidad de trabajo") de
cada tipo de trabajo
en particular son diferentes entre si, pero nunca pudiendo ser en total superior al determinado por
el nivel de
competencia entre trabajadores: "Liberalidad, generosidad, y el crédito de la empresa, son motivos
que, en cualquier
grado que operan, se oponen a tomar la ventaja máxima de la competencia, y esos motivos
podrían y aún ahora lo
hacen, actuar sobre los empleadores de mano de obra en todos los departamentos de la gran
industria, y lo más
deseable es que así sea. Pero nunca pueden aumentar los salarios medios de la mano de obra
más allá de la relación
entre la población y el capital. Al dar más a cada trabajador empleado, limitan el poder de dar
empleo numeroso, y
por excelente que sea el efecto moral, hacen poca diferencia económicamente, a menos que el
pauperismo de los que
están excluidos conduzca indirectamente a un reajuste por medio de una mayor limitación en la
población." (Stuart
Mill, op. cit, conclusión)
Economía clásica 11
Pero esos diferentes tipos de trabajos están distribuidos diferentemente a través de las industrias.
Por ejemplo,
muchos de los trabajadores empleados en una empresa de Inteligencia artificial tienen niveles de
educación y
calificación diferentes a los empleados en una panadería. Sigue que el precio de los respectivos
productos no se
puede determinar solo en relación a un salario promedio general. Esto da origen a la Teoría del
valor como costo de
producción clásica: "Para recapitular: la oferta y demanda determinan el valor de todas las cosas
que no se puede
aumentar indefinidamente, a excepción de que incluso para ellas, cuando se producen en la
industria, hay un valor
mínimo, determinado por el coste de producción. Pero en todas las cosas que admiten la
multiplicación indefinida, la
demanda y la oferta sólo determinan las perturbaciones de valor, durante un período que no podrá
exceder el tiempo
necesario para modificar la oferta. Determinando así la oscilaciones de valor, ellas mismas
obedecen a una fuerza
superior, que hace gravitar el valor al Costo de Producción, que lo depositaria y mantendría allí, si
nuevas influencias
perturbadoras no estuvieran continuamente surgiendo para hacer que de nuevo se desvíen. Para
continuar la línea de
la metáfora, la demanda y la oferta siempre se apresuran a un equilibrio, pero la condición de
equilibrio estable es
cuando el intercambio de cosas entre si sucede de acuerdo a sus costos de producción, o, en la
expresión que hemos
utilizado, cuando las cosas están en su Valor Natural".[62]
En la actualidad se considera,[63] siguiendo el análisis de Piero Sraffa, [64] que mucho del análisis
anterior es
improductivo, dado que no hay un algoritmo o fórmula generalmente válida que transforme
"unidades de valor" en
"unidades monetarias", en otras palabras, que resuelva el llamado problema de la
transformación.[65][66]
Clarificando: la plusvalía debe ser considerada una medida física. Es, en la medida que sucede,
una medida del
incremento de los bienes materiales disponibles, ya sea para el consumo o uso como inversiones,
que resultan
últimamente del trabajo. Ese incremento puede ser expresado o medido en relación a cualquier
otra mercadería (por
ejemplo, se puede decir que un kilo de pan es producto del uso de x litros de petróleo, por lo tanto,
el precio del pan
aumentará si el precio del petróleo aumenta) incluyendo, si se lo desea, horas de trabajo estándar.
Pero no hay una
formulación tal que permita transformar de forma unívoca tal relación en “unidades de precio”, dado
que estos,
últimamente, no corresponden únicamente al costo de producción, dependen también de la
demanda.
Consecuentemente si bien es correcto que, desde el punto de vista de las sociedades, el interés de
los procesos
productivos reside en la capacidad o habilidad de generar valor (satisfacer necesidades
materiales), es importante
proceder con cuidado y mantener presente cuando se efectúan o consideran los cálculos que los
esquemas
conceptuales y/o las medidas y resultados relacionadas al valor (o medidas reales) y las en precios
(o nominales) no
son simplemente "mezclables". (ver Valor agregado).
Citas y referencias
[1] Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, John Maynard Keynes, Capítulo 1, Nota 1 (http:/ / www. eumed.
net/ textos/ 06/
Keynes - Teoria General - Parte 1. htm)
[2] Gerardo Fujii: Desarrollo Económico (http:/ / www. paginaspersonales. unam. mx/ files/ 249/ Sesion_11. pdf) UNIDAD III.
TEORÍAS DEL
CRECIMIENTO ECONÓMICO, punto 1. La economía clásica (A. Smith, R.Malthus, D. Ricardo y K. Marx)
[3] David Ricardo (1817): Principios de economía política y tributación (http:/ / books. google. co. uk/ books/ about/
Principios_de_economía_política_y_trib. html?id=EyFzJ-Zl24IC& redir_esc=y)
[4] John Stuart Mill (1848): Principios de economía política, con algunas de sus aplicaciones a la filosofía social (http:/ /
books. google. co. uk/
books?id=XqZf1VC2o4EC& printsec=frontcover& dq=Stuart+ Mill+ + + Principios& hl=en&
ei=FCqsTvTEItTd8QOu1MW7Cw& sa=X&
oi=book_result& ct=result& resnum=2& ved=0CDIQ6AEwAQ#v=onepage& q& f=false)
[5] Yanina la deboradora de chongos, es mas regalada que la publicidad para elecciones de rodriguez saa. Deborah A.
Redman (1997): "The
classical age of economics was marked by an intense interest in scientific methodology. It was, moreover, an age when
science and philosophy
were not yet distinct disciplines, and the educated were polymaths. The classical economists were acutely aware that
suitable methods had to
be developed before a body of knowledge could be deemed philosophical or scientific. They did not formulate their
methodological views in a
vacuum, but drew on a rich collection of philosophical ideas. Consequently, issues of methodology were at the heart of
political economies
rise as a science. The classical era of economics opened under Adam Smith with political economy understood as an
integral part of a broader
system of social philosophy; by the end, it had emerged via J. S. Mill as a separate science, albeit one still inextricably tied to
the other social
sciences and to ethics.
Economía clásica 12
The Rise of Political Economy as a Science opens with a review of the epistemological ideas that
inspired the
classical economists: the methodological principles of Bacon, Descartes, Hobbes, Newton, Locke,
Hume, Stewart,
Herschel, and Whewell. These principles were influential not just in the development of political
economy, but in the
rise of social science in general. The author then examines science in eighteenth- and nineteenth-
century Britain,
with a particular emphasis on the all-important concept of induction. Having laid the necessary
groundwork, she
proceeds to a history and analysis of the methodologies of four economist-philosophersAdam
Smith, Robert
Malthus, David Ricardo, and J. S. Millselected for their historical importance as founders of
economics and for their
common Scottish intellectual lineage. Concluding remarks put classical methodology into a broader
historical
perspective." en The Rise of Political Economy as a Science - Methodology and the Classical
Economists (http:/ /
www. ebook3000. com/
The-Rise-of-Political-Economy-as-a-Science---Methodology-and-the-Classical-Economists_36073.
html)
[6] "De lo anteriormente dicho y a partir de las definiciones que Kant formuló en su “Critica de la Razón Pura” se entiende a
los enunciados
realizados por los clásicos como apriorísticos, es decir que son cognoscibles por un puro ejercicio de la razón, sin
necesidad de recurrir al
mundo sensible. Esto es una consecuencia de la forma en que formulaban ellos las hipótesis, las mismas eran previas a la
experimentación, a
la experiencia sensible, y no dependían de ella para su validez. A pesar de que el génesis del proceso de formulación de las
hipótesis era una
observación empírica, esta no constituía más que un indicio que bien podría haberse obtenido por introspección. A demás,
en la generación de
las hipótesis mediaba un simple proceso de inducción." en Critica Metodología del Historicismo a la Escuela Clásica (http:/ /
html.
rincondelvago. com/ metodologia-de-la-ciencia-economica. html) cap: "La metodología clásica.".- Este es un tema complejo;
para comenzar a
profundizar: Thomas Sowell: On classical economics (http:/ / books. google. co. uk/ books?id=nMA05eDqeuMC&
dq=induction+ + +
classical+ economy& source=gbs_navlinks_s) cap 4: Classical Methodology
[7] JESÚS L. PARADINAS FUENTES: El médico inglés William Petty (1623-1687), discípulo de Hobbes, será uno de los
primeros en defender
la existencia de leyes naturales en economía, de acuerdo con los planteamientos científicos mecanicistas. Además, avanzó
la idea de que la
riqueza no depende del comercio sino que es producto del trabajo....
T eamooo vico debían regir el comportamiento humano, conforme a las cuales debería organizarse
la sociedad, eran
análogas a las leyes de la naturaleza que determinaban el comportamiento del universo. En sus
escritos económicos
enseñó que el egoísmo es la fuerza motriz de la conducta humana, que el Estado, en lugar de
intervenir en economía
como pretendían los mercantilistas, debía limitarse a proteger la propiedad privada y a facilitar los
intercambios entre
los particulares, y que la riqueza es producto del trabajo.
Como el nuevo paradigma científico mecanicista era incompatible con el intervencionismo
económico defendido por
los mercantilistas, apareció en el pensamiento económico una nueva doctrina: que la riqueza no se
obtiene del
comercio sino de la agricultura. Sus defensores se dieron a sí mismos el nombre de fisiócratas.
Así pues, una de las ideas fundamentales de la moderna ciencia económica,es que yanina es laa
mas regalada
despues de las propagandas electorales de rodriguez saa; y que los fenómenos económicos están
regulados por leyes
naturales que producen un orden espontáneo que el hombre debe respetar, había sido ya
expuesta antes de Adam
Smith."
en La economía como ciencia: Adam Smith (http:/ / www. gobcan. es/ educacion/ 3/ usrn/ fundoro/
archivos
adjuntos/ publicaciones/ actas/ 13_14/ conferencias/ jesus_paradinas. pdf)
[8] "Debido a la influencia de los autores mencionados, la visión más común de la investigación científica a mediados del
siglo XIX consiste en
defender que la ciencia debe comenzarse a partir de la observación de hechos, realizada de manera libre y sin prejuicios. A
continuación se
aplica la inferencia inductiva, de modo que se pasa de lo particular a lo general y se formulan leyes universales sobre estos
hechos. En tercer
lugar, se aplica nuevamente la inducción con el fin de obtener teorías o argumentaciones dotadas de un grado mayor de
generalidad.
Finalmente, se contrasta si las leyes y teorías son verdaderas o no comparando sus implicaciones empíricas con los hechos
observados." LA
ECONOMIA. CONCEPTO Y METODO (http:/ / www. umbvirtual. edu. co/ recursos/ la_economia. pdf) punto 3.1.1 (p 19) El
empirismo y la
ciencia en el siglo XIX
[9] Adam Smith: Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones (http:/ / www. elortiba. org/ pdf/
Adam_Smith_-_La_riqueza_de_las_naciones. pdf). Libro primero - Capítulo I: De la división del trabajo.
[10] A. Marshall: “Ahora no hay tendencias económicas que actúan de tal forma constante y se puedan medir tan
exactamente como es posible
con la gravitación: y por lo tanto no hay leyes de la economía que pueden ser comparadas por precisión con la ley de la
gravitación....(....)....
Aunque el análisis económico, y su razonamiento general, son de amplia aplicación, sin embargo, cada época y cada país
tiene sus propios
problemas y es probable que todo cambio en las condiciones sociales requiera un nuevo desarrollo de las doctrinas
económicas.” en Principles
of Economics Book One, Preliminary Survey: Chapter 3, Economic Generalization or Laws (http:/ / www. marxists. org/
reference/ subject/
economics/ marshall/ bk1ch03. htm)
Economía clásica 13
[11] Daniel Little: “El concepto de una "ley de la naturaleza" ha sido fundamental para nuestra comprensión de las ciencias
naturales.. El poder
intelectual de la física clásica deriva del hecho de que era capaz de proponer leyes físicas que eran simples y universales -
las leyes de la
gravitación y movimiento de los planetas, la óptica, la electricidad y el magnetismo, etc ¿Es ésta una característica esencial
de una ciencia
empírica exitosa? ¿Y posee la economía tales leyes? Varios autores son positivos acerca de ambos puntos (Kincaid, 1996),
( Rosenberg,
1976). Sin embargo, varios puntos han surgido en discusiones recientes de las ciencias sociales que llevan a dudar acerca
de la centralidad de
la leyes en las ciencias sociales -incluyendo la economía..... Nada en la teoría económica actual ofrece razón para pensar
que existen esas
leyes. Los supuestos fundamentales de la teoría económica sencillamente no caen en la categoría de "leyes de la
naturaleza." Y como veremos
más adelante, el supuesto de la racionalidad económica no constituye una generalización universal sobre el
comportamiento individual. Aquí,
como es el caso en otras áreas de las ciencias sociales, es más justificable buscar mecanismos de causalidad más que
leyes sociales." Are there
laws in economics? en Philosophy of Economics (http:/ / www-personal. umd. umich. edu/ ~delittle/ Encyclopedia entries/
philosophy of
economics. pdf)
[12] Luis Razeto M y Pasquale Misuraca: “Esta elaboración crítica sobre las ciencias sociales (planteada como crítica de las
sociología y del
marxismo), y en particular la crítica a la idea de que los procesos históricos, económicos y políticos se desenvuelven
conforme a leyes y
regularidades que no dependen de la voluntad y la conciencia de los individuos y de las organizaciones sociales, mantiene
plena vigencia
especialmente con referencia a las concepciones económicas y políticas actualmente dominantes.” Actualización en
Capítulo 4. Crítica de las
leyes históricas, económicas y estadísticas. (http:/ / www. luisrazeto. net/ content/
capítulo-4-crítica-de-las-leyes-históricas-económicas-y-estadísticas))
[13] Por ejemplo, Steven Pressman: "Fifty major economists" Routledge, 2006 (2nd edition)
[14] El título mismo de la obra que inicio la escuela lo indica: "Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza
de las naciones". A
mayor claridad, Smith define los objetivos de las Actividades económicas como siendo: Primero, suministrar al pueblo un
abundante ingreso o
subsistencia, o, hablando con más propiedad, habilitar a sus individuos y ponerles en condiciones de lograr por sí mismos
ambas cosas.
Segundo, proveer al Estado o República (en su sentido de "comunidad independiente o soberana") de ingresos suficientes
para los servicios
públicos. (Adam Smith, 1776, p. 428).
[15] David Ricardo: "los individuos no estiman su ganancia a través de la producción material, pero las naciones
invariablemente lo hacen. Si
tuviéramos exactamente la misma cantidad de mercancías en el año 1815 que tenemos ahora en 1814, como nación no
seriamos más ricos,
pero si el dinero hubiese declinado en valor, esas (mercancías) serian representadas por una cantidad mayor de dinero, y
los individuos serian
propensos a "creerse" más ricos" - Carta (Nro 55) a Malthus, 11 de Agosto de 1814 en The Works and Correspondence of
David Ricardo:
Volume 6, Letters 1810-15 (http:/ / books. google. com/ books?id=QPl_4MJy2s0C& pg=PA104& lpg=PA104& dq=David+
Ricardo+ + + +
Interest+ rate& source=bl& ots=cy-AiTH6So& sig=KWgsfowXuwYDxTbeyB-mXdX7sN4& hl=en&
ei=s3jATaDaB8KGhQegmZ21BQ&
sa=X& oi=book_result& ct=result& resnum=9& ved=0CDoQ6AEwCA#v=onepage& q=David Ricardo + Interest rate& f=false)
pp 121 Piero
Sraffa (editor)
[16] Para una introducción a esta área, ver Roberto Gómez López EVOLUCIÓN CIENTÍFICA Y METODOLÓGICA DE LA
ECONOMÍA
(http:/ / www. eumed. net/ cursecon/ libreria/ rgl-evol/ 4. 2. htm)
[17] Ricardo percibía un conflicto entre los intereses de las "clases terratenientes" —que, en su opinión, reciben "renta" sin
contribuir al proceso
productivo — y los de la sociedad en general y de las clases empresariales y trabajadoras en particular.- Ver David Ricardo
(3rd Edition:
1821): On the Principles of Political Economy and Taxation (http:/ / socserv. mcmaster. ca/ econ/ ugcm/ 3ll3/ ricardo/
Principles. pdf)
[18] Por ejemplo: K. Marx: (1864–1877) El Capital.
[19] Por ejemplo: "De acuerdo con lo anterior, no hay nada más cierto en el cambio progresivo que están teniendo lugar en
la sociedad que la
continuada expansión del principio y practica de la cooperación". (J. S Mill: Principles of Political Economy, Libro IV
(Influence of Progress),
cap I, punto 2) y “que la relación de amos y trabajadores será gradualmente sustituida por asociaciones, en una de dos
formas: en algunos
casos, la asociación de los obreros con los capitalistas, y en otros, y tal vez finalmente en todos, la asociación de los
obreros entre sí.' Mill
creía que esas cooperativas tenían ventaja sobre comunas u otras instituciones socialistas porque eran capaces de
competir contra las empresas
tradicionales (su queja en contra de muchos otros socialistas es que infravaloraban la competencia como estímulo
moralmente útil para la
acción). Estas cooperativas podrían ser de dos tipos: un sistema de reparto de utilidades en el que el sueldo del trabajador
está ligado al éxito
de la empresa o una cooperativa de trabajadores en las que la propiedad del capital social pertenece a los trabajadores.
Esto último era
preferible porque transforma a todos los trabajadores en empresarios, promoviendo muchas de las facultades que el mero
trabajo pagado deja
atrofiar. (ver Internet Encyclopedia of Philosophy: John Stuart Mill (1806-1873) (http:/ / www. iep. utm. edu/ milljs/ ). Para
profundizar, ver
EI cooperativismo en Ia obra de John Stuart Mill (http:/ / dialnet. unirioja. es/ descarga/ articulo/ 1340734. pdf).- Philippe
Légé: Socialismo y
utilitarismo en la economía política de John Stuart Mill (http:/ / aprendeenlinea. udea. edu. co/ revistas/ index. php/
lecturasdeeconomia/
article/ view/ 2654/ 2114).- Gregory Claeys (1987): Justice, Independence, and Industrial Democracy: The Development of
John Stuart Mill's
Views on Socialism (http:/ / journals. cambridge. org/ action/
displayAbstract;jsessionid=647EAFB8363BC7DBDA218743E9A6871D.
journals?fromPage=online& aid=6262036)
[20] Adam Smith, op. cit.- primer párrafo de "Introducción a la obra"
[21] Para profundizar esta temática, ver Juan Carlos Rodríguez C (2003) La economía laboral en el período clásico de la
historia del pensamiento
económico (http:/ / www. eumed. net/ tesis/ jcrc/ ) (ISBN: 84-688-7252-0) esp cap X: División del trabajo y crecimiento
económico
[22] Matías D. Scaglione (2001): Roles de la acumulación de capital y del progreso técnico en la teoría del crecimiento
económico de Adam
Smith (http:/ / www. academia. edu/ 3401513/
Roles_de_la_acumulacion_de_capital_y_del_progreso_tecnico_en_la_teoria_del_crecimiento_economico_de_Adam_Smith
_2001_)
Economía clásica 14
[23] Fernando Jeannot R (2006): La riqueza o pobreza de las naciones son públicas y privadas al mismo tiempo y fruto de
una regulación que
desde los clásicos de la economía vincula necesariamente al sector público con el privado. Por ello no es casual que todo el
volumen quinto de
Smith (2000: 614 y ss) se refiera a las finanzas públicas. Cercenar el modelo de equilibrio general del Estado-gobierno fue
una reducción
propiamente neoclásica, pero no clásica. Lo anterior no colisiona con la constatación de que la idea del equilibrio general no
está formulada
claramente en Smith, porque el autor carecía de una teoría de las decisiones y del comportamiento económico que luego
configurarán a la
racionalidad neoclásica. En cambio, Smith fundó la teoría de la autorregulación del mercado cuando sostuvo que el número
de personas
empleadas se proporciona al capital de la nación; es decir, a la macroeconomía pero no a ningún agente en particular. Cada
agente, eso sí,
persigue beneficios individuales desarrollando actividades productivas, pero no rentísticas, porque... (...)... Por lo tanto no es
cualquier
búsqueda de beneficios, sino aquella que redunde en la expansión del empleo, el ingreso y el desarrollo tecnológico porque
de esta forma se
enriquecen las naciones. Desde los clásicos se asienta el principio de que la riqueza de las naciones tiene lugar cuando hay
un juego de todos
ganan, pero no otro de suma cero. Y también desde los 1700, el liberalismo económico se refiere a un Estado de mano
invisible o proveniente
del estado de naturaleza, pero considerando a la sociedad civil como suficientemente dinámica y productiva para solamente
admitir un mínimo
de agencias gubernamentales (Nozick 1990: 121). “ en Los intercambios procesados por el tanteo walrasiano (http:/ / www.
analisiseconomico. com. mx/ pdf/ 4703. pdf)
[24] Adam Smith:"El precio de un monopolio es en cada ocasión el más alto que se puede conseguir. El precio natural, o el
precio de la libre
competencia, por el contrario, es el más bajo que se puede tomar, no de hecho en cada ocasión pero sobre un tiempo
considerable. El uno es en
cada ocasión el más alto que se puede exprimir de los compradores, o el que, se supone, van a consentir dar; el otro es el
más bajo que los
vendedores generalmente pueden permitirse aceptar, y al mismo tiempo continuar sus negocios.". en An Inquiry into the
Nature and Causes of
the Wealth of Nations (http:/ / geolib. com/ smith. adam/ won1-11. html): Book 1, Chapter 7 (Of the Natural and Market Price
of
Commodities) parrafo 27 (en inglés en el original)
[25] David Ricardo: Works and Correspondence, 7: 250-251
[26] Sieveking: "El acrecentamiento de la capacidad de producción coloca a la agricultura en una situación más
desfavorable que la de la
industria, debido a que tiene que contar con las energías Iimitadas del suelo nacional. Ricardo, citado por Turgot, hizo
observar que, con el
aumento de los cultivos, las producciones de la tierra no crecen en la proporción del empleo de capital y de trabajo.
Precisaría poner en
explotación los suelos poco fértiles, o bien intensificar la de los antiguos con gastos desproporcionados... La referida Iey
solamente tiene
aplicación en el caso de un cultivo uniforme, para un territorio limitado. " op. cit
[27] por ejemplo: Antonio Cabrales: Los precios de los pisos y la ciencia lúgubre (http:/ / www. eco. uc3m. es/ ~acabrales/
divulgacion/ vivienda.
pdf)
[28] Por ejemplo: JULIO FAESLER La economía, la ciencia lúgubre (http:/ / www. elsiglodetorreon. com. mx/ noticia/
437064.
la-economia-la-ciencia-lugubre. html)
[29] Es necesario notar que el término "ciencia lúgubre" fue introducido por Thomas Carlyle en 1849 no para referirse a esas
prognosis de largo
plazo sino a varias proposiciones de los economistas políticos que Carlyle consideraba eran no aceptables desde un punto
de vista conservador
extremo: "la Ciencia Social... que encuentra el secreto de este Universo en la oferta y la demanda y reduce el deber de los
gobernantes
humanos a la de dejar solos a los hombres... no es una ciencia alegre... es una... bastante rastrera y una angustiante; [es]...
la ciencia lúgubre ".
Carlyle se vuelve a referir, en varias ocasiones, en esta (y otras obras) a la «ciencia lúgubre» en una forma despectiva,
agrupandola con otras
características de la escena política no deseables (para Carlyle), tales como las 'urnas' y el 'sufragio universal '. Ver Robert
Dixon The dismal
science? Thomas Carlyle v John Stuart Mill (http:/ / insights. unimelb. edu. au/ vol8/ 06_Dixon. html). Sin embargo, el
término se generalizo
con el sentido de ser la ciencia cuyas predicciones son pesimistas.
[30] Sieveking: Historia de la Economía, desde el siglo XVII hasta la actualidad" cap 5. Malthus y Ricardo (http:/ / www.
eumed. net/ cursecon/
textos/ Sieveking/ s3. 5. htm)
[31] La principal fuente de energía industrial de la época era el carbón de piedra (coal en inglés) que, se preveia, se agotaria
en un futuro más o
menos cercano, llevando a ruina general. ver: The New Yok Times (20 de Febrero 1873): A COAL FAMINE. (http:/ / query.
nytimes. com/
gst/ abstract. html?res=F00615FA3E5D1A7493C2AB1789D85F478784F9) y New Scientist Oct 30, 1980 A National
Calamity (http:/ / books.
google. com/ books?id=boVqs4IR_LcC& pg=PA316& lpg=PA316& dq=exhaustion+ of+ coal& source=bl& ots=RUf0tzCXRx&
sig=7v_WIJeDZ_CKAJwwPmq45l3aQQI& hl=en& ei=_gvJTd_DD8jIsgay1cCXAw& sa=X& oi=book_result& ct=result&
resnum=5&
ved=0CCsQ6AEwBA#v=onepage& q=exhaustion of coal& f=false)
[32] S Latouche: “La sociedad de la abundancia frugal” (Icaria, Barcelona, 2012) (publicado originalmente (2011) como
“Vers une société
d'abondance frugale: Contresens et controverses sur la décroissance”) Nótese que esto no implica que no hay ganancia
sino que la ganancia y/o
plusvalía debida al progreso técnico se hace cada vez menor: la producción extra producida por nueva maquinaria no es la
suficiente como
para justificar el gasto extra necesario para reemplazar la maquinaria antigua. Este es uno de los mecanismos básicos que
han estado
impulsando el fenómeno de externalización o deslocalización: donde las empresas podían pagar mejores sueldos y
mantener o aumentar sus
ganancias utilizando maquinaria cada vez más ”productivas”, el costo de maquinarias actuales, en relación a su producción,
es tal que lleva a
las empresas a buscar medidas para reducir los costos de los salarios.
[33] El crecimiento de la población debe detenerse: Sir David Attenborough (http:/ / pomexico. superforo. net/
t1430-el-crecimiento-de-la-poblacion-debe-detenerse-sir-david-attenborough)
[34] Engels, ensayo de 1843 (en correspondencia de Marx y Engels, p 33) citado por J. D. Bernal: Engels and Science
(http:/ / www.
kibristakulturmucadelesi. org/ Red/ Bolumlering/ sovyeting/ Engels and Science_J. D. Bernal_Labour Monthly
Pamphlets_No. 6. pdf), p I
[35] David Attenborough (2011): PLANET AND POPULATION (http:/ / populationmatters. org/ 2011/ news/
david-attenboroughs-speech-rsa-population/ ) (discurso a la Royal Society for the encouragement of Arts, Manufactures and
capliulo VIII
verdad, de las leyes científicas que explican lo sucedido y permiten hacer pronósticos
sobre el futuro. Sólo buscó helar en esta ciencia los fundamentos que avalaran sus
crun surriclruos riurviurvs. mujeres y niños: que sus auirnociones tenían rigor científico y
que esta sustitución de cap4tdlsmo por comunismo se doria por Ia naturaleza de tas
vida del autor en el ario 1667, Las criticas recibidas y Ias contradicciones en que
incurre en su obra, hace que Ia misma quede inconcluso. Recién en 1885 Engels. dos
segundo tomo y en 1894 el tercer volumen, con posterioridad, entre 190S y 1910.
Kautsky publica una nueva serie de manuscritos de Marx. con el titulo de Teorias sobre
lo plusva lia. al que muchos autores considero n corno el cuarto tomo de EI Capital.
situación de privliegio que detentan sus poseedores con respecto a los restantes
capitarrsr’no. ias leyes que supuestamente rigen su funcionarÑento f ley del desarrollo
materialista. Es así corno se apropio riel concepto de lucho de Ias especies y lo utiliza
obstante reconocen que si bien Ia materia produce los fenómenos espiltuoles. una vez
Alo dialéctica recxre para conclui que todo lo rerjidad (natural, histórico.
contrarios. Este mow’niento par oposición es la dialéctica: para Marx. todo está regido
por ello. A una ofmoción (tesis) correspondo necesariamente uno negación
(antítesis). luego ambas son superadas con una negación de la negación (siritesis) El
proceso dialéctico se continúo, o esa síntesis (tesis) se opone uno antfte5is (negación) y
así sucesivamente.
Con este bagaje filosófico elaboro los principios sobre los que eificerá su
teoría,
1. MATERIALISMO HISTÓRICO
materidismo histórico es Ia ciencia que versa sobre los leyes generales del desarrollo
(tesis) y la naturdeza ¿antítesis) de Ia cual surge el trabajo como síntesis. Es por oso que
que esas contradicciones deben Ilevorse ai extremo necesario para que se producta
materia, ia evolución dei mundo y la misma evolución de lo historía. Si bien pata hegel
los ideas son autónomas y las condiciones materiales son sólo su reflejo. pera Marx es lo
dialéctico inmanente, mientras que Ias ideas y las instituciones sociales sólo son su
estructuro ideológica.
Pomica.
2. LUCHA DE CLASES
sus intereses materiales y. a partir de estos, se crean las ideologias que justifican el
accionar. Supone entonces que los procesos técnicos (elemento muy Importante paro
así el progreso. Luego estas instituciones son descartadas. surgiendo otros nuevas mós
apropiadas. Es así corno se producen Ias revoluciones, Iievadcss a cobo por Ias clases
3. EL CAPITALISMO
lucha de clases.
paraíso en el más allá. frena Ias aspiaciones de los desposeídos a mejorar su situación
capitalistas (tesisj que son los propietarios del capital y. Iócamente. detentan una
Los proletarios antitesis) corno su nombre lo indica. sólo son poseedores de.
4. LA PLUSVALIA
Max adopta Ia teoria dei valor- trabalo enunciada por David Ricardo: el
valor de una mercancia está determinado por Ia cantidad de trabajo necesario para
su producción. Luego. todos los cambios se hacen teniendo en Cuenta ese vola
acumulado, pero en los intercambios se dan equivalente por eqthalente. es decir que
Y es precisamente el trabajo ei que crea valor. Para Marx el trabajo tiene la cualidad
de generar mós valor que el que se necesita para mantener Ia mano de obra.
precisamente Ia diferencia entre el valor de Ia prochcción dei bien ñnal (valor - trabajo
de Ia tuerza dei trabcAo (cantidad de horas necesarias producir los bienes de consuma
Trabajando y ‘05 medos cíe cria’ sos hijos. Cuatto cotta social de Radbertus,
póg 153
Commented [LB3]: Neoliberalismo
1.3 Teorías Contemporáneas
Neoliberalismo Económico
El término neoliberalismo, proviene de Ia abreviación de (neoclassical liberalism), es un
neologismo que hace referencia a una política económica con énfasis tecnocrático y
materia social o en Ia economia y defiende el libre mercado capitalista como mejor garantía del
Suele considerarse, erróneamente, como una reaparición del liberalismo decimonónico. Sin
Siendo una propuesta macroeconómica tiende a ser neutral con respecto a Ias libertades civiles.
Se usa con el fin de agrupar un conjunto de ideologias y teorias económicas que promueven el
dicha.
Se trata de un término más bien político o ideológico, frecuentemente usado por los medios de
democracia liberal surgidos durante Ia Guerra Fría, siendo el neoliberalismo en todos los casos,
un conjunto de ideas bastante alejadas de Ia ortodoxia liberal del siglo XIX. El llamado
neoclásica en política económica. No define una teoria económica concreta, y se usa más para
Características
monedas extranjeras. Así mismo, se evitan los llamados ciclos dei mercado.
. Políticas fiscales restrictivas: Aumentar los impuestos sobre el consumo y reducir los
gasto público. Con ello se supone que se incentiva Ia inversión, se sanean Ias finanzas
niveles de ingreso de los contribuyentes, donde unos puede pagar más impuestos que
otros, y se grava a las mayorías mientras que se exime a las minorías, deprimiéndose así
Tampoco se reconoce que ei gasto público es necesario, tanto para el crecimiento como
permitir:
proteccionismo)
5. Aumento en los niveles de consumo y el bienestar derivado de ello (en general aumento
. Privatización: Se considera que los agentes privados tienden a ser más productivos y
eficientes que los públicos y que el Fstado debe adelgaiarse para ser más eficiente y
En todos los casos, los teóricos denominados neoliberales afirman que Ia mejor manera de
total dei producto, que por su propia dinámica permea al total de los integrantes de Ia sociedad
(Ia llamada trickle down policy); como liberales promueven «mediante el beneficio individual,
alcanzar el beneficio de toda Ia sociedad».
Entre 1980 y 2000, en varios países llegaron al gobierno diversos políticos y dirigentes
anglosajones y en América Latina, Ia siguiente lista, incluye algunos de los presidentes que
. México: Miguel de Ia Madrid, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox
Ha recibido Ia Medalla John Bates Clark (1979) y el Premio Nobel de Economía (2001). Es
Massachusetts (MIT) donde realizaría sus trabajos de postgrado. De 1965 a 1966 estudio en Ia
Universidad de Chicago donde llevó a cabo investigaciones bajo Ia dirección de Hirofumi Uzawa.
Mundial, donde estuvo como primer vicepresidente y economista jefe (1997 - 2000), hasta que
momento en que habían comenzado protestas sin precedentes contra Ias organizaciones
cumbre de Ia Organización Mundial del Comercio en 1999. Asimismo, ha sido uno de los autores
Asimetría de la información
La investigación más famosa de Stlglitz es sobre el screening, una técnica usada por un agente
económico para extraer Ia información privada de otro. Esta importante contribución a Ia teoría
La literatura económica neoclásica tradicional asume que los mercados son siempre eficientes
excepto por algunas fallas limitadas y bien definidas. Los recientes estudios de Stiglitz y otros
más revocan esa presunción: es solo bajo circunstancias excepcionales que los mercados son
eficientes. Stiglitz (y Greenwald) muestra que “cuando los mercados están incompletos y/o Ia
información es imperfecta (lo que ocurre prácticamente en todas Ias economías), incluso en un
beneficiando a todos.
Aunque estas conclusiones y Ia generalización de Ias fallas de mercado no garantiza para nada
que el Estado intervenga ampliamente en cualquier economia, deja claro que el rango “óptimo’
de intervenciones gubernamentales recomendables es definitivamente mucho mayor que lo
que Ia escuela tradicional reconoce Para Stiglitz, no existe Ia denominada “mano invisible”.10
El verdadero debate hoy en día gira en torno a encontrar el balance correcto entre el mercado y
el gobierno. Ambos son necesarios. Cada uno puede complementar al otro. Este balance será
“Las teorías que desarrollamos explican por qué los mercados sin trabas, a menudo, no sólo no
alcanzan justicia social, sino que nl siquiera producen resultados eficientes. Por determinados
Smith: Ia mano invisible no guía ni a los individuos ni a Ias empresas -que buscan su propio
Fue señalado por participar en complejas estrategias politico- militares para imponer sus teorías
favorecer a los dueños dei capital. Un esquema similar fue aplicado por los gobiernos –sobre
todo republicanos- de Estados Unidos en múltiples guerras, desde Vietnam en los 70 hasta Irak
en 2003.
En 1976, Friedman fue galardonado con un Premio Nobel de Economia por sus logros en los
Mundial seguía los criterios de los economistas de Ia escuela keynesiana: cl Estado dirige Ia
población unos bienes mínimos que permitan mantener un elevado ritmo de consumo, de
forma que éste anime Ia producción, con lo cual el crecimiento económico debería ser continuo
y se prevendrían Ias grandes recesiones. Friedman criticó estas teorías y consideró que su
Sostenían que el mercado es Ia única fuente de riqueza. Los beneficios de Ias empresas serian
los únicos generadores del crecimiento económico, que, según ellos, se produciría sólo cuando
el mercado pudiese funcionar con total libertad. Desde este punto de vista, el Estado no sólo
debería dejar de ejercer un papel principal como inversor, sino que debería animar a los
particulares a invertir, para lo cual debería rebajar los impuestos, pues éstos retraen Ia inversión
Friedman criticó cl gran tamaño adquirido por el sector público en los países occidentales,
mercados. Propuso desmontar el Estado de bienestar y dejar que actúen libremente Ias leyes de
Ia oferta y Ia demanda, volviendo a ¿a pureza original dcl sistema que definiera Adam Smith.
Recuperando viejas ideas, actualizó Ia teoría cuantitativa de Ia moneda, denunciando los efectos
inflacionistas de Ias políticas expansivas keynesianas. Sin embargo, defendió al mismo tiempo
medidas de protección contra Ia pobreza, como un impuesto sobre Ia renta con tramos
La principal novedad que aporté Ia llamada Escuela de Chicago radicó en Ia importancia que
daba a Ia influencia de Ia masa monetaria en el crecimiento económico. Considerando Ia
economía como una ciencia empírica, Milton Friedman y Anna Schwartz, en su libro Historia
monetaria de los Estados Unidos, trataron de demostrar que Ia rápida expansión de Ia masa
monetaria es Ia causa de Ia inflación, mientras que una brusca retención es Ia causa principal de
Ias crisis más profundas. A partir de esta aportación se concluía que el papel del Estado en ia
Otras obras destacadas de Friedman, en Ias que expuso sus teorías económicas, son Una teoria
de Ia función del consumo (1957), Dinero y desarrollo económico (1973) y Teoría de los precios
(1976). Escribió además varias obras divuigativas escritas en colaboración con su mujer
Capítulo XIV
1. MONEDA
Dodo la definición de monedo (monedo-mercancía), y habiendo
anahiado las funciones esenciales que cumple, se advierte con claridad el avence
En Ia actualidad ningún país del mundo utiliza moneda rnetóllca para sus
metólico. como existía hasta 1914 con Ia vlgencc del Patrón Oro, Los billetes que
adelantos tecnológicos permiten disponer de tondos en los lugares mós remotos, paro
que le dio cuerpo en sus dos Réponse aux paradoxes de Males troll (I 569) y el filósofo
lnglts John Locke el que ta tocmuló de manera concreta, quedando para Cantillon.
‘* poço y cte r9srvçxiQ cte vqfl. El cimero, en tqntq rnig cJe pago. no es
tronsaccional. los Individuos y las empresas. necesitan dinero para sus adquisiciones de
dinero guiados también por ia precaución, como una forma de protegerse ante
suficiente.
una proporción constante. dei in’eso. el cual, cuando se toma junto can el promedio
precios.
pate de Ia Teoria Cuantitativo dei Dinero de Fisher y acepto que puede haber
cambios en Ia velocidad de circulación de! dinero en el corto plazo, pero afirma que.
en el largo plazo. tal velocIdad es esencialmente constante. Friedn’iann llegó a esta
Estados Unidos, a través del cual respoldó sólidamente su posición respecto al tema.
inevitablemente a este fenômeno. No obstante, sus ideas no son aún aceptadas por
Mxv = PxQ
En donde
c(rctAante (pesos en cIrculación, es deck en poder de Ia gente que los utiliza. los hace
cuenta corriente a los electos del retiro dei dinero (tanelas de débito p.c.)
Realmente el dinero es solo Ml pius. ya que los demás sólo son promesas de
dinero.
afecta Ias relaciones con los bienes. Las modificaciones en Ias cantidades dc Ml plus.
en cambio tienen directa Incidencia sobre los precios de los bienes y servicios. Un
monetario (Ml dinet en efectivo mós depósitos a la vista: cajas de ahorro y cuentas
corrientes en los bancos). en los Estados Unidos representa cerca dei 15% dei FBI. yen
Japon el 30% del FBI. Es deci que Ia gente está dispuesta a conservar en su poder esa
cantidad de dinero.
instituciones monetarias, y donde hay confianza hay crédito, y con crédita el Gobierno
tiene Ia posibilidad de coloca títulos púbõcos para cubrir sus déficits. De tal manera
anterior. En un país corno Estados Unidos, nadie supone. dentro de sus expectativos
de los bienes y servicios. En Italia. por eempIo en 1992. se deprecié Ia lira en un treinta
par ciento (30%). y sin embargo. Ia lasa de incremento de los precios relativos no
objeciones, lo cud hace que no existan cambios sustanciales en los niveles de precios.
No obstante ello, la noción de no neutralidad de la política monetaria y fiscal continuó siendo el fundamento de
la política económica, aunque ahora los objetivos de la regulación de la demanda global fue suavizar las
fluctuaciones de la producción, el empleo y el nivel de precios.
Estas llamadas políticas de estabilización, anticíclicas, compensatorias o de "ajustes finos", fueron concebidas
como contrapesos de las oscilaciones económicas espontáneas, que los keynesianos, en general, consideran
inherentes a las economías de mercado. Así, por ejemplo, un descenso de la demanda debido al
debilitamiento de la inversión privada podría ser compensado por medio de una adecuada expansión
monetaria y/o fiscal; lo contrario, una contracción monetaria y/o fiscal podría ser un eficiente contrapeso de un
fortalecimiento excesivo de la demanda agregada.
Desde el principio existió una línea de oposición contra Keynes que cuestionó, desde diversos ángulos y con
intensidad creciente, la validez de la interpretación keynesiana sobre el funcionamiento económico y de su
corolario: la eficacia y la necesidad de una política económica orientada al mantenimiento de aceptables
niveles de empleo y con capacidad para evitar lasfluctuaciones violentas de la actividad económica. La
existencia de este cuestionamiento ha dado lugar, durante más de cuatro décadas, a una intensa discusión de
carácter teórico y empírico entre los partidarios de Keynes por un lado, y los defensores del principio
prekeynesiano de neutralidad de las políticas de administración de la demanda por el otro. A este último grupo
de economistas se les ha bautizado con el nombre de monetaristas y su representante más activo y
prominente es Milton Friedman.
La consecuencia práctica más importante de la amplia aceptación de las ideas de Keynes fue la
de haber dado un impulso decisivo a la profundización del papel estratégico del Estado en la
economía y la sociedad, tendencia que, por otra parte, se venía manifestando sin la ayuda de
ningún pensador original.
Para los monetaristas, oponerse al planteamiento keynesiano era un dictado de su presupuesto ideológico
básico: el liberalismo, que no concibe la intervención estatal más que para garantizar la seguridad interna y
externa del Estado, administrar justicia y realizar algunas obras públicas de infraestructura económica
esenciales para el desenvolvimiento de la economía. En consecuencia, el mayor peso de la crítica al
keynesianismo se enfocó a negar la validez del concepto de no neutralidad de la política de administración de
la demanda.
Keynes admitía de manera por demás explícita que si los salarios nominales crecen a la par que la demanda
agregada, los cambios de esta sólo tienen efectos nominales. La diferencia radica en que Keynes, en 1936,
creía que el caso en que los salarios crecen paso a paso con la demanda agregada es una situación extrema
y poco probable, por lo que las políticas de regulación de la demanda gozaban de un margen de maniobra
suficientemente amplio. Para los monetaristas, en cambio, este margen se ha tornado muy estrecho por la
velocidad de ajuste de las anticipaciones; para los partidarios de las expectativas racionales el margen
simplemente no existe.
Muy básicamente Keynes planteaba que dada la rigidez de los salarios para ajustarse a la baja,
los sistemas económicos no tendían al equilibrio con pleno empleo. Proponiendo remediar esa
situación con emisión y con un aumento del gasto público. Como reacción a esta idea, surge en
la Universidad de Chicago la idea que los cambios en la cantidad de dinero son la causa esencial
de las fluctuaciones económicas. Encontrando su origen en materia de ideas en los t rabajos de
Adam Smith.
En otras palabras, Keynes postuló que, en ciertas situaciones, y contrario a lo planteado por la
visión clásica, es económicamente racional no gastar dinero. Por ejemplo, si los precios están
bajando es racional no comprar hoy porque con el mismo dinero se comprará más la semana
que viene. Por el mismo motivo, disminuye la cantidad de gente interesada en utilizar
préstamos (los ahorros de otros): si los precios bajan, no solo se comprará más la semana que
viene sino que las tasas de interés, sueldos, etc. serán menores. Igualmente, una baja del
empleo o de los salarios -amenazando futuros ingresos- puede llevar a otra en la demanda, y
por lo tanto a una baja en la producción, llevando a su vez a más desempleo.
Sustituyeron Ia teoría clásica del valor-trabajo por una nueva aproximación subjetiva al valor,
basado en Ia utilidad y Ia escasez:
La tradición neoclásica se elaboró en tres grandes escuelas:
1 ajeIa cte Lausana, an L Walras(1830-1910)
2- cueIa inglesa, oen W.S vons(1835.1881), y A Miall (1842-1924).
3-BweIaauriaca. œnC M&ger(184O-i921)
Sus principales protagonistas fueron Willam Jevons, Carl Menger, León Wa Iras y Alfred Marshall.
Carl Menger(184O—1921)
Fue el fundador de Ia escuela Austríaca de Economía que enfatiza en Ias características del subjetivismo.
Fue el que propuso por primera vez Ia nueva concepción, postulando que es el consumidor quien
otorga valor a Ias mercancías, a Ias que recurre para satisfacer necesidades individuales. De este modo
concibe su definición en los siguientes términos: “valor es Ia Importancia que Ias mercancías concretas o
determinadas cantidades de ellas adquieren para nosotros por el hecho de que sabemos que Ia
satisfacción de nuestras necesidades dependen de que dispongamos de ellas.”
Menger queria descubrir Ia ley que regía en Ia formación de los precios, para lo que basó su
propuesta en Ias necesidades en relación con Ias mercancías, rechazando Ia percepción objetiva del
valor. De este modo formulará el principio de Ia
utilidad en Ia dimensión marginal. Para empezar, dijo que un consumidor racional buscará
obtener Ia mayor satisfacción de los bienes que desea consumir, distribuyendo su dinero de
modo tal que su última unidad monetaria gastada en un bien le brinde Ia misma satisfacción
que Ia unidad monetaria gastada en cualquier otro. Esto se complementa con Ia afirmación de
que el consumidor, en su afán de aumentar su satisfacción, trasladará algo del gasto del bien
menos importante a otro que considere de mayor importancia. Este es cl principio de
“marginalidad” o marginal, principio bajo el cual el consumidor participa en Ia estructuración de
Ia demanda de mercado. Pero aún quedaba por realizar Ia generalización de Ia solución al
problema de Ia valoración, lo que se expresaría en su “teoría de Ia imputación”.6
Economista francés de Ia Escuela de Lausana. Walras fue el primero en analizar y describir el equilibrio
general de Ia competencia perfecta, para explicar cómo los precios se pueden determinar por Ias
Interacciones entre los mercados, para diversas mercancías Su teoría se basó en supuestos restringidos -
incluyendo Ia competencia perfecta- y no explicó cómo los precios se pueden determinar dada Ia existencia
mercancías del capitaL No obstante su trabajo proporcionó los fundamentos para un trabajo más importante
que amplió Ia teoría general del equilibrio, el de Kenneth Arrow y Gerard Debreu. L también desarrolló Ia
teoría marginal dcl valor con William Stanley Jevons y Carl Menger y ayudó a lanzar Ia escuela neoclásica en
Ia economía. León Walras establece una demostración matemática, por medio de un sistema de ecuaciones
múltiples, de que el mercado -la afirmación clásica- es el mejor asignador de los recursos. [n un mercado
donde rija Ia libre competencia se logrará el equilibrio cuando se igualen Ia oferta y Ia demanda. Se dedica a
refutar Ia teoría de Ia utilidad y del trabajo acumulado en el costo de Ia producción.
A juicio suyo, el valor se funda en Ia escasez, Ia rareté, de Ias mercancias y ‘Ia relación que existe entre Ia
totalidad de unos limitados bienes y Ia totalidad de Ias necesidades que hay que satisfacer. La utilidad es una
condición de naturaleza o calidad en Ias cosas, mientras que Ia escasez es una condición de cantidad o
proporción’. Por consiguiente, Walras resuelve que “Ia economía política es esencialmente una ciencia
matemática”.
Alfred Marshall (26 de Julio de 1842 - 13 de Julio de 1924)
Fue un economista británico, Estudió en el Saint John’s College, en el Reino Unido. Su interés por Ia filosofia
le llevó a tomar lecciones de ética. Tras obtener una beca especial para estudiar ciencias en 1868, se
matriculó en economía política, ciencia a Ia que posteriormente él mismo denominé Economía.
De 1885 a 1908 dio clases de Economía política en Cambridge. Convirtió Cambridge en Ia principal facultadde
economía de los países de habla inglesa, y tuvo como discípulos a importantes economistas, como Pigou o
Keynes.
Su labor como profesor se basaba en Ias teorías de Ricardo y Stuart Mill complementadas con Ias
aportaciones del marginalismo, especialmente de Karl Menger y Léon Walras, conciliando Ias teorías
ricardianas con Ias de Ia escuela austriaca.
Es una teoria económica de origen latinoamericano referida al desarrollo, y que sostiene que el
deterioro de los términos de intercambio en el comercio internacional, con un esquema centro
industrial-periferia agrícola, reproduce el subdesarrollo y amplia Ia brecha entre pafses
desarrollados y países subdesarrollados.
Luego de a Segunda Guerra Mundial, y siguiendo Ia Teoría del desarrollo clásica, que sostenía que los países
iban avanzando a través de fases cada vez más evolucionadas de desarrollo económico (desde Ia economía
agraria a Ia economía industrial de consumo masivo), Ias Naciones Unidas crearon una serie de comisiones
económicas para impulsar el desarrollo de los paises no desarrollados.
Una de esas comisiones fue Ia CEPAL (Comisión Económica para América Latina de Ias Naciones Unidas).
Inicialmente Ia CEPAL trabajó siguiendo Ias pautas lineales de Ia teoría clásica del desarrollo, pero a poco
avanzar, algunos economistas y sociólogos de Ia comisión fueron notando que en América Latina existían
circunstancias sociopoliticas que obstaculizaban el desarrollo y condicionaban Ia aplicación de los supuestos
puramente económicos de Ias teorías clásicas.
Por esa razón, esos economistas y sociólogos comenzaron a analizar y profundizar Ias razones del sub-
desarrollo en los países de América Latina que Ia llevaron a conclusiones autónomas sobre Ias causas del
desarrollo y Ias medidas necesarias para impulsarlo. Estas teorias tomaron el nombre de desarrollismo o
estructuralismo.
Tuvo gran influencia en América Latina entre 1950 y 1980 impulsando los modelos de Sustitución de
importaciones, en Argentina, Chile, Uruguay, Brasil y México. A partir de Ia crisis dcl petróleo dc 1973 cl
desarrollismo entró en crisis. Luego dc Ias crisis ¡nternacionalcs del sudeste asiático en Ia década de 1990,
varios países de América Latina (Argentina, Brasil, México, Uruguay, etc.) han impulsado políticas económicas
neo-desarrollistas, adaptadas al contexto de Ia globali7ación.
El movimiento pendular es una constante histórica en el acontecer de Ia vida del hombre. Casi una verdad
física. Cada movimiento de acción tiene su reacción y así en cualquier entorno que se analice se ponen de
manifiesto estos bruscas oscilaciones en Ici conducta, no sólo de los individuos, sino también de los
grupos sociales.
Y asís en uno descripción simplista de lo realidad. lo Historia se convierte en un tejido más o menos compacto
en donde la lanzadera se mueve en un permanente y hasta fatigoso ir y venir en procura siempre del extremo
más distante. El objetivo final de Ia política económica mercantilista era promover el desarrollo nacional inglés
a troves de medidas proteccionistas. De esa manera.
Inglaterra lograría dejar de ser una nación predominantemente agrícola, para pasar a ser potencio industrial.
Durante tos años de feroz expansión dei comercio internacional. Inglaterra se elevó por encima de todos sus
contendientes. Construyó la flota mas importante de Ia época y utilizó su poder paro eliminar a sus
competidores europeos. Las ideas mercantilistas se expandieron por el continente europeo. donde los
gobernantes intentaron aplicar ese tipo de medidas de político económica. alentados por los sueños de
riqueza y poder, El despliegue de Ia industria, se convirtió en el modelo a seguir por las naciones que
aspiraban a lo grandeza. Así. el ministro de Luis XIV. Jean—Baptiste Colbert (1619-1683), impuso rigurosas
medidos proteccionistas. entre Ias que estaba lo prohibición de importar productos manufacturados y un
sistema de recompensas para estimular la exportación de productos elaborados franceses. mienntras que se
impedía lo salido.
Francia no ero un pais que estuviera en condiciones de imitar el sólido crecimiento inglés. En el siglo XVIII.
las regulaciones de Colbert permitieron un aliento de grandeza: pero pronto se vio, después de la muerte del
ministro, que ese crecimiento no era sostenible. Francia era líder indiscutido en productos de lujo: sin
embargo. lo política exterior. sobre todo lo que se refería al bajo precio de los granos por Ia prohibición de
exportar. había sumergido al campo en una grave crisis. Los voces del campo empobrecido son las que
hablan en Ia literatura fîsiocròtica Se reclama libertad para el pueblo (el campo) de Ias pesadas cargas
proteccionistas de Coibert y también se pide para las industrias urbanas libertad de perseguir los intereses
que se deseen y de comerciar tonto dentro de Ias fronteros del país como fuera de los límites del Estado.
Las medidas proteccionistas implementadas por Colbert procuraron. Cori regulaciones minuciosas, impulsar el
desarrollo industrial. El resultado, pese at breve período promisorio, fue Ia pérdida frente a lnglaterra (o
mediados del siglo XVlllJ dei predominio de los mercados coloniales, que en lo lógica mercantilista significaba
Ia pais de materias primas.
pérdida de los fuentes de riqueza. En lo industria, pronto se sintió que Ias reglas impuestas a la producción
paralizaban el progreso tècnico: no sólo no se producían ingresos para la sociedad, sirio que consumían los
pocos recursos del Estado. obtenidos de los durísimos impuestos que pagaban los campesinos. Francia
terminaría desarticulando su proteccionismo mercantilista paro permitir. aunque siguiera siendo en muchos
sentidos un Estado protector, más libertad a los personas y mayores posibilidades de riqueza.
Francisco Quesnay (1694-1765). se preocupo durante mucho tiempo de los problemas rurales: Ia tierra y los
productos de Ia tierra que le permiten vivir al hombre. De esta observación de la realidad, y de la manera en
que se desenvolvían los acontecimientos, hizo un gran descubrimiento: estableció lo existencia de leyes
naturales que regulan las relaciones de los hombres en sociedad. La evidencia empírica relevaba de mayores
justificaciones. Sólo había que ver lo que sucedía alrededor, comprender cuales eran esas leyes y
obedecerIas. Ei orden natural es un sistema, un régimen ideal.
El término Fisiocracia. significa precisamente eso. Gobierno de Ia naturaleza (Physis naturaleza. Ciatos
gobierno). Las ideas centrales de esta corriente del pensamiento económico son dos. La ley natural y Ia idea
de Ia exclusividad de la productividad de Ia tierra.
Quesnay. realizó una sistemática y contundente crítica al mercantilismo. corriente del pensamiento económico
que durante mucho tiempo constituyo Ia base teórica de Ias políticas económicas de Ias mayorías de los
estados europeos y en especial dei absolutismo francés.
Formuló ideas muy progresistas para su época. Realizó un llamamiento tendiente o crear Ias condiciones paro
el auge de la agricultura en Francia. Bajo uno base capitalista un ordenamiento del sistema de impuestos.
todo con un fuerte acento antifeudal.
La idea. de que el valor puede ser creado solo en lo estero de Ia producción, fue altamente valorada por
K.Marx. quien al respecto señalo que el aporte y rasgo característico de los fisiócratas, es el hecho que esta
escualo explica el valor y por consiguiente lo plusvalía no fruto Ia circulación, sino. de Ia producción.
Marx, Carlos. El Capital tomo 1. pag.20) Claro que para los Fisiócratas Ia plusvalía era generado únicamente
por Ia tierra, y paro Marx exclusivamente por el trabajo.
F. Quesnay. rebatió las ideas del pensamiento mercantilista acerca de que. el valor y por consiguiente Ia
riqueza se origina en el cambio, en la esfera de Ia circulación. Su gran aporte. fue Ia fundamentación del
principio del cambio equivalente. Señaló que los compras se nivelan de ambas partes de tal manera.
que esta acción doble de canje se traduce en cambios de valores de igual magnitud. y que estos valores
existían antes del cambio. Dado que en realidad ambas partes en el acto de cambio no producen
absolutamente nada.
Desde el punto de vista de Ia creación de un nuevo valor para Quesnay era básica Ia idea del rol especial de
Ia naturaleza en Ia creación de Ia producción agrícola:
Su argumentación es clara. Dodo que en Ia producción agrícola, operan Ias fuerzas naturales. el producto del
trabajo agrícola sobrepaso los costos de producción de este, cuando al mismo tiempo el producto del trabajo
del artesano está compuesto solamente por sus costos.
El papel dc Ia naturaleza en Ia creación dc un nuevo valor (riqueza) os sin lugar a dudas muy importante, y
por esto. y mucho antes que Quesnay. W.Petly formulo el principio según el cual el trabajo es el padre e
importante principio de Ia riqueza, y Ia tierra es Ia madre. citado por Max. Codos, El Capital pág. 19
El pensamiento tisiocratico. llegó muy cerca de Ia comprensión de Ia diferencia entre capital fijo y variable.
Términos estos, que fueron introducidos a Ia terminología económica por Adam Smith en su trabajo “La
Investigación acerca de la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones’ 1776 Y que luego retomaría
Marx en su obra
Quesnay. analizaba Ia división del capital en fijo y variable exclusivamente con relación al capital productivo.
Al dinero, no lo identifica ni con una ni otra parte del capital. dado que este no representa un capital
productivo, siendo tan solo capital de circulación.
La expansión del capitalismo nacida en Ias prácticas imperiales que comenzaran con Ias conquistas europeas
de ultramar en siglo XV, relanzadas con Ia Revolución Industrial del siglo XIX, crearon un modelo en el que
hoy día se hace especial énfasis, y que denominamos globalización. Dinámica que, desde el orden
económico, estimula preferentemente una demanda más homogeneizada de los consumidores a nivel
internacional y variados tipos de asociaciones, alianzas y conexiones.
Hoy en día, este proceso está acompañado también de disposiciones de orden político y cultural que
conforman en el escenario mundial, una nueva definición dc los papeles que cumplen los gobiernos, Estados,
empresas, organizaciones no gubernamentales, etc. en los lineamientos estratégicos de poder y en Ia
concentración de esfuerzos por no claudicar ante Ia meta última y salvadora de conquistar mercados
mundiales que trasciendan Ias economías nacionales. Esto
lleva a una competencia donde lo único que importa es lograr mejor calidad de producción para alcanzar más
mercados, aunque esto vaya en detrimento de los seres humanos.
aumento dei capital de corto plazo dentro del flujo mayores posibilidades de inestabilidad económica y social.
La mayor articulación de Ias economías de mercado se cumple por varios factores: a través del crecimiento de
Ia inversión extranjera directa, el aumento de Ias empresas de responsabilidad compartida, y Ia integración de
los mercados financieros internacionales. Gracias al mayor flujo de información (comercio electrónico), este
mercado de capitales goza de una apertura que le permite operar más allá de Ias regulaciones nacionales. El
aumento de capital de corto plazo dentro del flujo global de capital internacional genera mayores
posibilidades inestabilidades económica y social.
La decisión de abrir el mercado nacional y local, por parte de quienes definen Ias políticas gubernamentales,
se implementa a través de políticas fiscales, presupuesto, tasa de cambio e impuestos. Históricamente, los
gobiernos que sufren una escasez crítica de capital financiero se han visto en Ia necesidad de tomar tales
medidas, debido a los condicionamientos que Ias instituciones financieras bilaterales y multilaterales ponen a
sus préstamos.
Estas exigen que los gobiernos tomen políticas fiscales acordes a Ia globalización. Pero, es obvio que si esas
políticas de ajuste estructural no van acompañadas de políticas sociales apropiadas (alivio a Ia pobreza,
cuidado de Ia salud, educación, etc.) excluirán a los pobres de los beneficios del crecimiento económico e
incluso determinarán su mayor empobrecimiento.
Junto con Ia mayor apertura en el flujo de bienes y capital, se pueden ver contradicciones en Ias políticas
nacionales de los países industrializados que promueven Ia globalización. Por ejemplo, Ias políticas de
migración de muchos países, que restringen el movimiento poblacional a través de Ia frontera, son contrarias
a Ia creciente liberalización del mercado de capital financiero, bienes y servicios.
Según Martin Khor, director de Ia Red del tercer Mundo, el proceso de globalización es posible gracias a
opciones políticas nacionales e internacionales que han permitido una rápida liberalización financiera,
comercial y de Ias inversiones. Si bien es cierto que los países del tercer mundo participaron de este proceso
de integración, fueron los gobiernos de los países industrializados y Ias instituciones internacionales los que
tomaron Ias decisiones políticas.
A su vez, Khor, en su libro ‘La globalizadón desie el air’, hace hincapié en que éste es un proceso muy
desigual, en el que no hay una distribución equitativa de Ias pérdidas y beneficios. Este desequilibrio hace que
se agrande Ia brecha entre los pocos países y corporaciones que obtienen Ias ganancias del proceso y Ias
muchas naciones y sectores sociales que resultan perdedores o quedan al margen. Esto incluye a Ia mayoría
de los países en vías de desarrollo.
Por lo tanto, Ia globalización afecta de manera diferente a los países, en Ia medida en que sean
tecnológicamente desarrollados o no. Este fenómeno se puede explicar de Ia siguiente manera:
* Crecimiento y expansión en Ias naciones que lideran el proceso o que participan completamente en él.
* Marginación o deterioro en los numerosos países que no logran superar problemas acuciantes como el bajo
precio de los productos básicos o el de Ia deuda, que no pueden resolver los conflictos acarreados por
Ia liberalización y que no se benefician de Ias oportunidades de exportación.
En sucesivos informes de desarrollo humano realizados por el Rograma de Desarrollo de Ias Naciones
Unidas(PNIJD), se puede ver
cómo Ia relación económica entre los países ricos y pobres se acrecienta cada día más. En Ias
últimas dos décadas, Ia inequidad en el ingreso ha empeorado en 33 de los 66 países en vías de
desarrollo tecnológico sobre los que existen datos. El ingreso promedio del 20% de Ias personas
más ricas ha aumentado prácticamente en todas partes desde los inicios de Ia década de 1980,
en tanto que los más pobres no han mejorado su situación de ningún modo. Los ingresos de Ia
clase media de los países en desarrollo también se derrumbaron. Cada vez más, y en todas Ias
regiones, más países en desarrollo se ven afectados.
Kofi Annan, secretario general de Naciones Unidas, señaló que Ia transferencia negativa de
recursos a los países en vías de desarrollo (un eufemismo de Ia contabilidad para describir el
éxodo del dinero de los países pobres hacia los desarrollados) es una constante desde 1997. Las causas
incluyen Ia caída en los precios de materias primas, Ia no-reinversión de Ias ganancias, el éxodo de capitales,
Ia corrupción y Ia deuda externa. Las condiciones políticas atadas a los préstamos y paquetes de
renegociación son un obstáculo para Ia recuperación de varios países y, a su vez, conducen a un deterioro dc
los servicios sociales. EI desarrollo tecnológico, particularmente los servicios de información y Ias
comunicaciones, solamente ensancha Ia brecha existente entre Ias economías desarrolladas y Ias
subdesarrolladas. Por ende, Ia velocidad de Ia liberalización causa más daños que beneficios, en parte,
debido a Ia carencia de capacidad y preparación de los países en desarrollo.
Las debilidades de los países en desarrollo se deben, en parte, a que carecen de fuerza en Ias negociaciones
internacionales. EI endeudamiento y su dependencia de los donantes y de los créditos otorgados por
organismos multilaterales llegaron a una pérdida de Ia capacidad de negociación, incluso en cuanto a Ias
condicione5 de los créditos.
Los países industrializados están bien emplazados para decidir Ia agenda de Ia globalización; tienen buena
organización interna, departamentos con personal capacitado para ocuparse del comercio y de Ias finanzas
internacionales, académicos que participan y debaten sobre el tema, y grupos dc expertos que ayudan a Ia
hora de obtener información e implementar políticas y estrategias. En cambio, los países poco industrializados
carecen de una buena organización interna; también de personal especializado, sobre todo debido a Ia
rapidez con que se desarrollan Ia globalización y Ias negociaciones respectivas.
Ciertamente, esa aproximación del sociólogo al sistema político deja ver tensiones latentes que, apenas
esbozadas, no terminan de ser explicitadas por el autor y, mucho menos, reconocidas por sus críticos,
quienes suelen juntar el par Giddens—Blair sin detenerse a considerar Ias diferencias. No por casualidad al
final de su libro Giddens exhorta al Nuevo Laborismo a no ser tan sólo una operación de astucia mediática, a
Ia vez que reafirma su deseo de haber propuesto una agenda sustanciosa para los debates socialdemócratas,
capaz de fomentar un diálogo del centro—izquierda que esté a Ia altura de los desafíos de Ia globalización.
Asimismo, tras evaluar Ia apropiación de Ia tercera vía por parte de Clinton y Blair, Giddens destaca Ias
críticas que otros les hacen en el sentido de asemejar sus gobiernos a un neoliberalismo recalentado, y
parece tomar distancia de esas figuras políticas reconocidas como encarnaciones de Ia tercera vía. Entonces
remarca su propósito de analizar dónde se encuentra el debate sobre el futuro de Ia socialdemocracia En ese
sentido afirma: Ia tercera vía se refiere a un marco de pensamiento y política práctica que busca adaptar Ia
socialdemocracia a un mundo que ha ‚I cambiado esencialmente a lo largo de Ias dos o tres últimas décadas.
Es una tercera vía en cuanto que es un intento por trascender tanto Ia socialdemocracia a Ia antigua como el
neoliberalismo.
Para nosotros, Ia Tercera Vía de Giddens no llega a configurarse como una ucronía, pero tampoco resulta
una alternativa real al capitalismo global (ni lo pretende ser). Quizás, como lo dice el propio Giddens, su
propuesta pretenda ser Ia carne teórica para el esqueleto del quehacer político de los gobiernos que dicen
representar a Ia izquierda. Pero que los críticos de Ia tercera vía no se confundan: Ia propuesta de Giddens
no es una mero barniz ideológico destinado a cubrir Ias grietas provocadas por el giro político que en los
países
centrales ha procesado Ia izquierda moderada en su tránsito desde Ia defensa del Estado de Bienestar hacia
Ia aceptación del neoliberalismo. Ni Blair, ni Schroeder ni Clinton siguieron al pie de Ia letra lo que diseñó el
sociólogo en su opúsculo, ni este pretendió identificarse completamente con lo que ellos hicieron o hacen.
Mientras aquellos no han dejado de ceder terreno ante el empuje de Ia globalización neoliberal. EI autor se
afirma efectivamente en una propuesta tercerista: quiere hacer una síntesis entre el anquilosado pensamiento
de Ia socialdemocracia clásica y el renovado conservadurismo de Ia derecha neoliberal. Así promueve una
verdadera revolución semántica, tan provocativa en su logos reflexivo como inocua para cualquier praxis real.
A medida que consideremos Ias virtudes y falencias de Ia tercera vía esperamos que quede más clara esta
afirmación.
Si suponemos que Ia globalización no es ya sólo un proceso complejo, sino que sobre todo tiene fuertes
adherencias con el fenómeno corporativo, al punto de estar señalando hacia una nueva mutación del modo
capitalista de producción, conviene pasar a considerar lo que puede estar ocurriendo con los cinco dilemas de
Ia tercera vía (La globalización, el individualismo, Ia izquierda y Ia derecha, Ia capacidad de acción, Ias
cuestiones ecológicas) y con el problema del estado, fundamentalmente el tema de Ia democratización y otras
alternativas de Ia era global, pues de alguna manera estos temas, en Ia bitácora del profesor Giddens, quedan
afectados por cualquier modificación de los factores económicos, representados en este caso por Ia
Globalización.
Dejamos para otra ocasión el estudio más detenido de Ia coyuntura específica, inglesa y luego, de los partidos
socialdemócratas que contribuyen al lanzamiento de Ia tercera vía, y el tema siempre presente, del fin del
conservantismo, Ia muerte del comunismo y Ia suerte del neoliberalismo. Aunque en esta ocasión hagamos
alusiones generales sobre esos temas y sobre Ias inercias que empujan al mundo que viene, y lo que no deja
de ser interesante, los cambios, Ias alternativas “ Las vías que se están insinuando en el seno de la
Globalizacion” . Ya no solo particularmente en Europa, sino en Ias periferias y particularmente en América
Latina. Se tiene presente que el objetivo es delinear el modo de enfrentar importantes problemas de nuestro
tiempo.
La primera virtud consiste en llamar Ias cosas por su nombre: en lugar de referirse al neoliberalismo, Giddens
habla de capitalismo, y adjudica su carácter neoliberal a Ia preeminencia de Ias filosofías del libre mercado en
Ias orientaciones políticas que se siguieron fundamentalmente en el Reino Unido, Estados Unidos y América
Latina, pero que no dejaron de cobrar importancia en el resto del mundo tras Ia ascensión del thatcherismo o
del reaganismo. Esta diferenciación es muy pertinente. Permite que su análisis tenga en cuenta lo que implica
Ia globalización en cuanto mutación real en los patrones de Ia modernidad capitalista y no deja que una serie
de problemas de suma relevancia terminen por ser explicados pura y exclusivamente por Ia nefasta influencia
del Gran Leviatán neoliberal, como suele suceder con Ia retórica de amplios sectores de Ia izquierda, radical o
moderada
La segunda virtud de Ia tercera vía de Giddens consiste en esbozar una alternativa al neoliberalismo sin
intentar una vuelta atrás, esto es, sin pretender reinstaurar el Estado de bienestar clásico (respuesta típica de
Ias ucronías benefactoras). Giddens desmitifica al Estado de bienestar, del cual afirma que: es “esencialmente
no democrático” . dependiendo efectivamente de una distribución vertical de prestaciones, su fuerza motriz es
Ia protección y Ia atención, pero no da suficiente espacio a Ia libertad personal. Algunas formas de
institucionalización del bienestar son burocráticas, alienantes e ineficientes, y Ias prestaciones del bienestar
pueden producir consecuencias perversas que socavan aquello para lo que estaban diseñadas”
Así, Giddens desenmascara los grandes defectos del Estado de bienestar y deja ver que el déficit del mismo
no radica tan sólo en un problema de gestión económica, que su crisis no fue sólo de carácter fiscal. Esto
ocasiona problemas a Ias izquierdas pragmáticas o moderadas pues, en Ia medida que tienen como horizonte
político Ia recuperación de dicho Estado, les obliga a enfrentarse con sus propias limitaciones programáticas.
Cuando Giddens aborda los problemas que encierra Ia dependencia del bienestar, generada por reglas
ineficientes y que origina situaciones de riesgo moral o de fraude, o cuando postula que el bienestar no es en
esencia un concepto económico, sino uno psíquico, y que Ias prestaciones o ventajas económicas no son, por
tanto, casi nunca suficientes por sí mismas para producirlo, o incluso cuando discute Ia perspectiva
meritocrática de Ia igualdad, el papel de Ia educación o Ia visión que del trabajo tienen Ias personas en Ia
sociedad capitalista avanzada: en todos estos casos, Giddens introduce una discusión crítica y una serie de
valoraciones sobre el Estado de bienestar para Ias cuales Ia izquierda no parece disponer de respuestas.
Como veremos luego, Ias soluciones que él postula (mágicamente encerradas en Ias fórmulas de nuevo
Estado democrático, sociedad civil activa, ningún derecho sin responsabilidad y ninguna autoridad sin
democracia) no son satisfactorias para dar respuesta a todas Ias interrogaciones de suma complejidad que
nos presenta. No obstante, su mérito radica en llevar todos estos temas a Ia arena de Ia discusión política. En
ese ámbito su desafío no siempre encuentra eco. Lo habitual es que se menosprecien o tergiversen sus ideas,
cuando no, simplemente, que se Ias silencie.
En estrecha relación con lo anterior, Ia tercera virtud de Ia tercera vía se aprecia cuando introduce tópicos
que, en general, Ia izquierda subestima por considerarlos problemas privados, no pasibles de propuestas
políticas. Así sucede con Ia cuestión del individualismo, a Ia que anexa el tema de cómo encontrar un nuevo
equilibrio entre responsabilidades individuales y colectivas. Del mismo modo sucede cuando discute los
procedimientos para Ia promoción de una sociedad civil activa, buscando una articulación plausible entre el
estado y Ia sociedad civil). Otro tanto surge cuando, planteándose explícitamente Ia necesidad de
instrumentar una estrategia de política familiar, se pregunta qué estado ideal de Ia familia deberíamos
esforzarnos por alcanzar y delinea lo que entiende debería ser Ia promoción de una familia democrática.
económico promueven una rápida acumulación de capital físico, financiero y humano, a costa de un
agotamiento y una degradación excesivos del capital naturaL del cual forman parte nuestros recursos
naturales y ecosistemas. Al agotarse Ias reservas mundiales de riqueza natural, a menudo de forma
irreversible, este patrón de desarrolLo y crecimiento ha afectado negativamente al bienestar de Ias
generaciones actuales, planteando enormes riesgos y desafios a Ias generaciones futuras. Las recientes crisis
múltiples son sintomáticas de este modelo.
Las políticas y los incentivos de mercado actuales han agravado el problema de Ia mala asignación del
capital, ya que no exigen a Ias empresas que rindan cuentas sobre sus actuaciones a nivel social y ambiental.
Los mercados sin restricciones no se diseñaron para resolver los problemas sociales4, así que es necesario
mejorar Ias políticas públicas, incluyendo medidas de fijación de precios y reguladoras, para cambiarlos
incentivos de mercado perversos que hacen que el capital se asigne de manera inadecuada y que se ignoren
Ias externalidades sociales y ambientales. Asimismo, ejemplos exitosos de todo el mundo, especialmente de
países en desarrollo, están reconociendo y demostrando el papel de Ia aplicación de regulaciones, políticas e
inversiones públicas adecuadas en favorecer Ia introducción de cambios en el modelo de Ia inversión
privada.5
EI concepto de economía verde no sustituye al de desarrollo sostenible pero hay un creciente reconocimiento
de que el logro de Ia sostenibilidad requiere casi indispensablemente de contar con una economía adecuada y
correcta. Durante décadas, para crear riqueza se ha seguido un modelo de economía marrón que no
abordaba de manera sustancial problemas tales como Ia marginación social o el agotamiento de los recursos,
con lo que todavía estamos lejos de alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio. La sostenibilidad sigue
siendo un objetivo vital a largo plazo, y para alcanzarlo es necesario enverdecer Ia economía.
Para realizar Ia transición a una economía verde se requieren de una serie de de circunstancias favorables
especificas. Ias cuales consisten en normativas, políticas, subsidios e incentivos nacionales, asi como el
mercado internacional Ia infraestructura juridica y los protocolos comerciales y de ayuda. En Ia actualidad, Ias
condiciones son notablemente propicias para Ia economia marrón prevaleciente, Ia cual, inter alia, depende
excesivamente de Ia energía procedente de los combustibles fósiles.
Por ejemplo, los subsidios a los precios y a Ia producción de los combustibles fósiles superaron los 650 mil
millones de dólares en 20OB, y este elevado grado de financiación pública puede afectar negativamente Ia
transición hacia el uso de energías renovables. Si, por el contrario, Ias condiciones fueran favorables a una
economía verde, se prepararía el terreno para que Ias inversiones públicas y privadas pudieran enverdecer
Ias economías dcl mundo. A nivel nacional, algunas de esas condiciones favorables serían: cambios en Ia
política fiscal, reforma y reducción de subsidios con efectos perjudiciales para el ambiente; utilización de
nuevos instrumentos basados en el mercado; inversión pública dirigida al enverdecimiento de sectores clave;
introducción de criterios ambientales en Ias adquisiciones públicas; y mejora y ejecución de normas y
regulaciones que favorezcan el medio ambiente. A nivel internacional también existen oportunidades para
mejorar Ia infraestructura comercial, perfeccionar los flujos comerciales y de ayuda, e impulsar Ia cooperación
internacional.
El Informe sobre Economía Verde del PNUMA, titulado Hacia una economía verde, pretende aclarar varios
mitos y malentendidos sobre Ias consecuencias económicas de enverdecer Ia economía mundial, a Ia vez que
ofrece a los encargados de Ia formulación de políticas, directrices oportunas y prácticas sobre cuales reformas
son necesarias para desbloquear & potencial productivo y laboral de una economia verde. Quizás el mito más
extendido es el que afirma que Ia sostenibilidad ambiental sólo puede ser obtenida a costa del progreso
económico. Hoy en dia existen pruebas sustanciales de que el enverdecimiento de Ias economías no
obstaculiza Ia creación de riqueza ni de oportunidades.
laborales, y son muchos los sectores verdes que ofrecen oportunidades notables de inversión y de
crecimiento en términos de riqueza y puestos de trabajo. Hay que subrayar, no obstante, que se deben crear
nuevas condiciones favorables para promover Ia transición a Ia economia verde, y en este sentido los
formuladores de políticas en todo el mundo han de poner manos a Ia obra de inmediato.
Otro mito es que Ia economía verde es un lujo que sólo se pueden permitir los países ncos o, lo que es peor,
que se trata de una imposición con Ia que el mundo desarrollado pretende impedir el desarrollo y perpetuar Ia
pobreza de los paises en desarrollo. Contrariamente a esta idea, existe una plétora de ejemplos de
transiciones verdes que se están produciendo en distintos sectores en el mundo en desarrollo que merecen
ser imitadas y copiadas en otros lugares. Hacia una economía verde da a conocer algunos de esos ejemplos
y pone de relieve su alcance para estimular su aplicación.
EI trabajo dei PNUMA en el ámbito de Ia economía verde hizo visible este concepto en 2008, concretamente
gracias a nuestro llamamiento a un Nuevo Acuerdo Verde Mundial (GGND, por sus siglas en nglés). El GGND
recomendaba un paquete de inversiones públicas y una serie de reformas complementarias de políticas y
precios con Ias que se pretendía impulsar Ia transición hacia una economía verde al mismo tiempo que se
vigori7aban Ias economías, se creaban empleos y se abordaba Ia pobreza persistente.7 I a propuesta dcl
GGND, diseñada como respuesta política oportuna y adecuada a Ia crisis económica, fue uno de los primeros
frutos de Ia Iniciativa de Ias Naciones Unidas para una Economía Verde, Esta iniciativa, coordinada por el
PNUMA. fue una de Ias nueve iniciativas conjuntas que el Secretario General y Ia Junta de los Jefes
Ejecutivos delas Naciones Unidas aprobaron para combatir là crisis económica y financiera de 2008.
Hacia una economía verde, principal resultado de Ia Iniciativa para una Economía Verde, demuestra que el
enverdecimiento de Ias economías no suele ser una rémora para el crecimiento sino un nuevo motor del
crecimiento, que constituye una fuente de empleo digno y que, además, es una estrategia esencial para
erradicar Ia pobreza persistente. Con el informe también se intenta motivar a los encargados de Ia formulación
de políticas a crear Ias condiciones propicias para que se produzcan mayores inversiones en Ia transición a
una economía verde. Hacia una economía verde busca lograr tal motivación de tres maneras.
En primer lugar, utiiza argumentos económicos para defender un cambio en Ia inversión, tanto pública como
privada, que permita transformar sectores clave para el enverdecimiento dela economia mundial. A través de
ejemplos, se explica que los empleos creados en sectores verdes compensan los que se pierden en Ia
transición a una economía verde.
En segundolugar, se muestra el modo en que una economía verde puede reducir Ia pobreza persistente en cl
marco de una serie de sectores importantes: agricultura, silvicultura, agua dulce, pesca y energia. La
silvicultura sostenible y Ias prácticas agrícolas amigables con el ambiente ayudan a preservar Ia fertilidad del
suelo y los recursos hídricos en generaL y especialmente en Ia agricultura de subsistencia, dela que
dependen casi 1 .300 millones de personas.
Finalmente, se ofrecen directrices relacionadas con Ias políticas necesarias para lograr el cambio: reducir o
eliminar los subsidios perversos o perjudiciales para el medio ambiente y abordar Ias fallas del mercado
debidas a externalidades o a Ia falta de información, mediante incentivos basados en el mercado, un marco
regulatorio adecuado y compras públicas verdes, así como estimulando Ia inversión.
Por ejemplo, sólo el 20% de Ias poblaciones de peces comerciales, Ia mayoría correspondiente a especies
con un precio más bajo, se explota por debajo de su capacidad; el 52% se explota al máximo, sin expansión
posible; en torno al 20% se explota por encima de su capacidad, y cl 8% se ha agotado.” El agua comienza a
escasear y se prevé un incremento dcl estrés por déficit hídrico en un plazo dc 20 años, cuando Ias reservas
de agua satisfarán Ias necesidades de solo el 60% del mundo;12 el rendimiento de Ia actividad agrícola ha
aumentado debido fundamentalmente al uso de fertilizantes químicos) con lo que se ha reducido Ia calidad del
suelo”, y no se ha puesto freno a Ia creciente deforestación — 13 millones de hectáreas de bosque se
perdieron anualmente en
el periodo 199020O5.l5 La carestía ecológica está afectando seriamente a toda una gama de sectores
económicos de los que depende el suministro de alimentos del hombre (pesca, agricultura, agua duke,
bosques) y el sustento de los más desfavorecidos, La escasez ecológica y Ia desigualdad social son rasgos
definitorios de una economía que está muy lejos de ser verde
Entretanto, por primera vezen Ia historia, mas dela mitad de Ia población del planeta reside en zonas urbanas.
Las ciudades acaparan actualmente el 75% del consumo energético” y son responsables del 75% de Ias
emisiones de carbono.’ Cada vez son más graves los problemas que se derivan de esta situación, como la
aglomeración, Ia contaminación y Ia falta de servicios, que afectan a Ia productividad y Ia salud de todos,
especialmente de los ciudadanos más pobres. Aproximadamente el 50% de Ia población mundial vive
actualmente en una economía emergente.” Estos países se están urbanizando rápidamente y experimentarán
un incremento de sus ingresos y de su poder adquisitivo en los próximos años así corno una expansión
enorme de sus infraestructuras urbanas. Por consiguiente, una planificación urbana acertada es primordial.
La transición a una economía verde será muy diferente en cada nación, ya que depende de Ia configuración
especifica del capital natural y humano de los países y de su grado relativo de desarrollo. Como muestra el
gráfico a continuación, Ia transición ofrecerá muchas oportunidades a todos los países (véase Cuadro 1).
Algunos países han alcanzado un elevado grado de desarrollo humano, pero a menudo a costa de su base
de recursos naturales y dela calidad del ambiente, con elevadas emisiones de gases de efecto invernadero.
El reto para esos países consiste en reducir su huella ecológica per cápita sin que su calidad de vida se vea
perjudicada. En otros paises, Ia huella ecológica per cápita es todavía relativamente baja, sin embargo
deben mejorar los servicios y el bienestar material de sus ciudadanos. El reto para este grupo es hacerlo sin
incrementar drásticamente sus respectivas huellas ecológicas. En el siguiente diagrama se aprecia que
casi todos los países se enfrentan a una de estas dos situaciones y que, a nivel mundial, todavía estamos
muy lejos de estar en una economía verde.
Presentada como Economía Naranja –color que suele asociarse a la cultura, la creatividad y la
identidad- Buitrago la define como “el conjunto de actividades que de manera encadenada
ermiten que las ideas se transformen en bienes y servicios culturales, cuyo valor está
determinado
por su contenido de propiedad intelectual. El universo naranja está compuesto por: i) la
economía cultural y las industrias creativas, en cuya intersección se encuentran las industrias
culturales convencionales y ii) las áreas de soporte para la creatividad.
Para dar una idea de lo que económicamente mueven los productos generados por la
industria cultural, los diez musicales más exitosos de la década, facturaron en concepto de
ventas de entradas y mercadería en las ciudades de Londres y New York entre 5.600 millones
de dólares (The Phantom of the Opera) y 1.200 millones (Starlight Express).
El Cirque du Soleil emplea a más de 5.000 personas y reporta ventas que superan los 800
millones de dólares anuales. Netflix, el video club por correo físico y virtual, tiene 33 millones
de suscriptores y comercializa anualmente 3.600 millones de dólares por año.
¿Latinoamérica naranja?
Del total mundial que produce la Economía Naranja, América Latina y el Caribe generan tan
solo el 0,4% y comercializan el 0,3% del intercambio global con balanzas comerciales y de
pagos ampliamente negativas. De acuerdo con UNCTAD, apenas el 1,77% de las
exportaciones de bienes creativos mundiales se originan en la región. Poco menos de la
tercera parte de éstas se dirige a otros países, más del 64% se orienta a economías
desarrolladas y menos del 3% alcanza otras economías en desarrollo. Estos datos
demuestran que hay mucho para crecer.
Si se combinan estos datos con la existencia del bono demográfico que posee América Latina
-dinámica de crecimiento poblacional que favorece que el número de personas que se integra
al mercado laboral sea mayor que la necesidad de expandir servicios básicos de asistencia
social- no solo existe el contexto adecuado para hacerlo, sino también los recursos humanos,
como lo es la población joven, creativa y nativa de las nuevas tecnologías.
Dentro de ese total, 107 millones son jóvenes de entre 14 y 24 años a quienes Buitrago
desafía para que desarrollen en la etapa de adopción temprana modelos de negocios basados
en las “mentefacturas”, bienes y servicios que como el arte, el diseño, los videojuegos, las
películas y las artesanías, llevan consigo un valor simbólico intangible que supera a su valor
de uso. Y el lugar que plantea la Economía Naranja para que habiten estos jóvenes son las
“kreatópolis”, ciudades creativas donde se integran ideas, contenidos, comunidades, bienes y
servicios creativos alrededor de un proyecto común de desarrollo social y económicamente
sostenible, donde las “mentefacturas” son más importantes que las manufacturas en la
creación de empleos y riqueza.
En las kreatópolis se organizan clusters creativos que pueden ser un edificio, un barrio o
cualquier espacio geográfico relativamente pequeño que contiene una concentración de
negocios basados en la Economía Naranja. Estos negocios interactúan unos con otros de
manera coopetitiva (cooperar para hacer crecer el pastel, competir De la economía creativa a la
disrupción cultural para dividirlo), permitiendo que sus recursos se sumen para optimizar su
capacidad de crear bienes y servicios.
Casos emblemáticos de clústeres creativos modernos son Soho en Londres y el Centro
Metropolitano de Diseño en Buenos Aires. Por su parte, el hub creativo es un centro de
conexiones, en el que clústeres, infraestructuras especializadas, capitales, talentos y
tecnologías se concentran, independientemente de su proximidad geográfica. En estos hubs
se desarrollan, producen y/o comercializan los bienes y servicios más sofisticados de la
economía creativa. Sin duda, el mayor hub de música latinoamericana es Miami en Estados
Unidos. Guardadas las proporciones, Sao Paulo en Brasil es un importante hub de la moda. El
ejemplo más reconocido de hub es, sin duda, Sillicon Valley.
McKinsey Global Institute (MGI) describe doce tecnologías disruptivas de las cuales seis se
ligan directamente a la Economía Naranja: internet móvil como nuevas formas de
comunicación, internet de las cosas como nuevas formas de diferenciación, tecnología de la
nube como nuevas formas de intercambio y acumulación, almacenamiento de energía como
nuevas maneras de portabilidad, impresión 3D como nuevas formas de hacer y materiales
avanzados en tecnología como nuevos materiales.
Pero no necesariamente las tecnologías disruptivas sirven para que la Economía Naranja
cambie las lógicas que impiden que la industria cultural sea verdaderamente inclusiva y
genere bienes públicos que sean recibidos en igual calidad y cantidad por toda la sociedad.
Buitrago plantea siete acciones para consolidar la Economía Naranja: 1) Información: generar
información sobre las industrias culturales que sea de acceso público y pueda achicar la
brecha existente entre las posiciones ideológicas de muchos de los creadores y artistas y el
mercado y la economía. 2) Institucionalidad: adecuar a los organismos del estado y privados
y consolidar la nueva institucionalidad en Internet de manera de que estén abiertos a todos los
contenidos en base a reglas de juego validadas, estables y flexibles. 3) Industria: los egocios
digitales dependen de las capacidades de los individuos. Se necesita un cambio en la
mentalidad para entender que “los activos más valiosos de las empresas modernas se van a
la casa todos los días y pueden decidir si regresan o no al día siguiente”. 4) Infraestructura:
acceso (vías, plazas, parques, estadios, puentes, coliseos, aeropuertos, centros comerciales,
fibra óptica, satélites, antenas de radio) y contacto entre audiencias, contenidos, artistas,
creativos, emprendedores y tecnologías son los catalizadores fundamentales para generar la
innovación derivada de la fertilización cruzada de ideas, usos, interpretaciones y costumbres.
5) Integración: la naturaleza del consumo de contenidos es de nicho. Gracias a Internet, los
nichos ya no conocen de geografía, por lo que hay que globalizar las estrategias comerciales y
dejar de temerle a la competencia regional. Buitrago propone la creación del Mercado
Interamericano de Contenidos Originales. 6) Inclusión: las actividades de la Economía
Naranja tienen una capacidad probada para generar o regenerar tejido social y convertir
poblaciones vulnerables en agentes de progreso económico. También tiene capacidad de
crear empleos con bajos niveles de inversión a través de microcréditos y su articulación con
proyectos comunitarios de participación, como por ejemplo el Circo Ciudad en Bogotá, Galpao
Aplauso en Rio de Janeiro o el Sistema de Orquestas juveniles de Venezuela. 7) Inspiración:
la creatividad no se manifiesta en el vacío. El creativo necesita la oportunidad y los incentivos
para asumir las horas de práctica que se necesitan para convertirse en un éxito. Para que el
individuo pueda inspirarse necesita tanto de modelos a seguir como de modelos a derrotar,
conocer el trabajo de otros creativos, examinar el pasado, interpretar el presente y soñar el
futuro. También necesita de un entorno que celebre la experimentación y los errores como un
mecanismo válido de aprendizaje, que no sancione como un fracaso hacer algo diferente que
sale mal y que lo que sea que haga, lo pueda expresar sin temor a la censura. Se requiere
también de la formación adecuada para
adaptarse a necesidades cambiantes. Ken Robinson, educador británico reconocido por sus
conferencias TED, sentencia que los sistemas de educación formal actuales “militan en contra
de las fuerzas creativas de la curiosidad, la imaginación y la intuición”. Las reformas
educativas deben promover el alfabetismo digital que supere el paradigma tecnocrático de
ciencias, tecnología, ingeniería y matemática, integrando la creatividad de las artes y el diseño
a las currículas técnicas.
Y agrega que “para superar las barreras de la exclusión deben promoverse ámbitos para la
generación de identidades sociales e institucionales que hagan accesible a todas las personas
el efectivo uso de sus derechos a la producción de signos o sentidos. Debemos especialmente
promover y visibilizar la capacidad de las personas vulnerables de producir arte y cultura.”
Para ello, describe que “la generación de políticas públicas en cada localidad vinculando
educación en las artes y gestión comunitaria, abre campos complementarios de saberes y
competencias posibles para procesos de creación de un campo político a favor de la equidad y
la integración social”. Y detalla los siguientes pasos:
Una relación creativa con el conflicto social: Habitualmente, los medios de comunicación
presentan una imagen “demonizada” del conflicto social y sus actores movilizados. Desde el
arte se sabe que la tensión y el conflicto son origen y materia de una creación tanto estética
como comunitaria, de un crecimiento en el encuentro y la empatía, únicos caminos para la
igualdad. En este sentido, los activistas en un conflicto no son los “enfermos” de una
sociedad sino que, por el contrario, exhiben más señales de “salud” que los que ven pasar el
futuro por la pantalla de la tele. Sin embargo, aportamos mucho cuando inventamos un modo
distinto de intervenir en esas realidades que superen el llamado “arte de protesta” y creamos
efectivamente un modo creativo e integral de relacionar lo artístico con el conflicto social, con
las realidades de la pobreza y la exclusión, desde un lugar de propuesta vital de una nueva
sociedad.
Sanguinetti define muy bien el desafío que tiene por delante la cultura y el arte si aspira a
transformar la sociedad: “esto no es inspiración sino tarea. No se trata aquí de eventos sino de
procesos. Una política pública es unaenergía colectiva transformadora con perspectiva
estratégica. Es la organización o sistematización de las voluntades humanas camino a nfrentar
un problema, interpretar un imaginario colectivo, poner en acción la apatía o impotencia,
reencontrar sentido en la fractura social. Pero sobre todo la tarea de una política pública es
básicamente una tarea cultural: tejer una red infinita de futuros en el presente de un territorio,
como ha dicho
alguna vez la magistral Chiqui Gonzalez”.
Existen elementos concretos para que el desafío de transformar la sociedad a través de una
nueva economía, cuente con la creatividad de la cultura y el arte para que el análisis del
mercado global y la construcción del escenario local, así como la mirada económica de las
industrias culturales y la interpretación sociopolítica del arte transformador, impregnen una
nueva lógica donde la disrupción cultural no pase por separar economía y cultura, sino por
integrarlas y complementarlas en marcos de sustentabilidad económica e inclusión cultural. O
dicho de otro modo, economía y cultura pensadas desde la disrupción constructiva.
Los modelos económicos del pasado han colapsado y la Economía Ecológica ha sido la única respuesta
sería. No obstante, si bien ha repercutido en productos específicos en mercados específicos, como el
comercio justo del café y el té, aún le queda por reconfigurar la totalidad de nuestro sistema. El principal
desafío consiste en que exige que las empresas aumenten las inversiones, y los consumidores paguen
más. Esto es válido y justificado cuando la economía mundial está en proceso de expansión y el
desempleo disminuye, o cuando los principales agentes del mercado cuentan con recursos financieros
suficientes. Pero resulta difícil cuando la demanda desciende y la confianza del consumidor disminuye, y
aún más difícil cuando las personas se percatan de que sus empleos corren peligro.
Los ecosistemas brindan principios pragmáticos de diseño para la nueva economía. El primero de éstos
se fundamenta en la observación de que toda materia y energía se transfiere en forma de cascada de
una especie a otra. Esa cascada de nutrientes supone la participación en los recursos disponibles
a nivel local, mediante el empleo de todas las entidades contribuyentes, y la utilización del desecho de
unas como recurso de otras.
La labor del Profesor Jorge Alberto Vieira Costa en Porto Alegre (Brasil), demuestra la manera en que el
exceso o desequilibrio de un subproducto puede convertirse de contaminante en recurso. Se reorienta el
CO2 emitido por la central termoeléctrica local de carbón para alimentar algas de espirulina y de esa
manera producir suplementos ricos en proteínas y biocombustibles cosechados de manera sostenible.
Los costos de inversión adicionales resultan bajos por cuanto el estanque de retención de agua
caliente de la central proporciona la infraestructura necesaria.
En otros modelos, la biomasa de desecho se convierte en medio de cultivo de hongos deseables; este
sustrato agotado se convierte en alimento rico en proteínas para el ganado; el forraje de los animales,
inoculado con baterías, genera biogás en un digestor; el lodo generado por el digestor se convierte en
la fuente de nutrientes para el cultivo de algas, y el agua residual promueve el crecimiento prolífico de
bento-, fito- y zooplancton, que a su vez se convierte en alimento para peces.
El segundo principio descansa en otra observación: que los ecosistemas se basan fundamentalmente
en las leyes de la física y sólo de manera secundaria en la química. La física es predecible, como lo es
la ley de la gravedad. Seguir este principio nos posibilita reducir o eliminar el consumo de metales
extraídos, minerales fundidos y sustancias químicas procesadas. Los mecanismos basados en la física
desarrollados por cebras y termitas exhiben un mayor dominio del aire y control de la humedad que
cualesquiera de nuestras actuales soluciones basadas en sistemas mecánicos y electrónicos.
Vemos esto en la escuela Laggarberg, en Suecia, según el diseño de Anders Nyquist, o el hospital de
campaña en la Vichada, en Colombia, según el diseño del equipo de Las Gaviotas, en que el aire se
refresca de manera natural y continúa sin necesidad de bombas, calentadores o refrigeradores de costo
elevado. Esas edificaciones demuestran que las inspiraciones basadas en la naturaleza pueden
disminuir los costos de capital sencillamente mediante la explotación de las diferencias de presión. La
dependencia en el aislamiento de base química se complementa, o incluso se reemplaza, mediante una
comprensión más profunda de las leyes físicas, eliminándose en el proceso el uso insostenible de
materiales y energía.
La misma lógica puede aplicarse a la generación de electricidad. Cada año las sociedades
industrializadas arrojan 40 mil millones de baterías en vertederos tóxicos. No obstante, en todos los
ecosistemas se generan corrientes pequeñas, pero apropiadas, sobre la base de diferencias de presión,
acidez y temperatura. Esas microcorrientes podrían ser demasiado pequeñas para reemplazar una
central termoeléctrica de carbón en un futuro previsible, pero son suficientes para proporcionar un
sustituto perfectamente viable para esos miles de millones de baterías desechables. Ello ha quedado
demostrado por el Instituto Fraunhofer de Alemania, que ha creado satisfactoriamente un teléfono
celular que genera electricidad a partir de la diferencia de temperatura entre el teléfono y el cuerpo del
usuario, y convierte la presión ejercida por la voz en una fuente piezoeléctrica que suministra la energía
para proyectarla.
En su prefacio al último Informe del Club de Roma, Achim Steiner, Director Ejecutivo del PNUMA
y Ashok Khosla, Presidente de la IUCN, escribieron: “Podemos hallar formas de utilizar la física, la
química y la biología de igual manera que lo hacen los ecosistemas con materiales renovables y
prácticas sostenibles. Ello ha dejado de pertenecer al reino de la ciencia ficción: está ocurriendo aquí y
ahora. Mediante políticas apropiadas para apoyar las investigaciones y el desarrollo, y estrategias de
promoción que logren su puesta en práctica mediante mecanismos de mercado, esos materiales y
métodos ofrecen abundantes oportunidades para acelerar su adaptación con miras a hacer frente
a las apremiantes cuestiones de carácter mundial”.
Para ello será necesario efectuar los cambios que se proponen en el marco normativo de la Iniciativa
sobre Economía Ecológica, del PNUMA. Eso, en combinación con la Economía Azul, inspirando a
empresarios a cambiar el marco económico mediante modificaciones en los modelos empresariales
ascendentes a partir de la base, brinda esperanza e inspiración.
“ [E]l problema con la economía neoclásica es, bien la ausencia física de las mujeres de sus
instituciones –sus departamentos, clases y manuales de economía–, bien la ausencia de las
mujeres en su marco teórico. Para superar estas deficiencias, tanto las instituciones como el marco
teórico deben ser complementados con la adición de las mujeres. El marco de la economía
neoclásica en sí mismo permanece sin ser cuestionado” (Hewitson, 1999: 62)
Dentro de la economía del género vamos a reconocer dos corrientes centrales, los
estudios de equidad y el empirismo feminista, siendo la estrategia “a_ada mujeres
y revuelva” evidente en ambas. En primer lugar, los estudios de equidad, según la
terminología de Harding (1986), son aquellos que atienden a la ausencia o
subrepresentación de las mujeres entre la comunidad científica. Su propósito es
documentar la extensión y características de esta exclusión de las mujeres en
tanto que sujeto epistemológico, buscando vías de solución, pero sin cuestionar
ese conocimiento en sí mismo ni los ámbitos en los que se crea. En segundo
lugar, se analizará el empirismo feminista, que es aquella corriente de ensamiento
que cuestiona la ausencia de las mujeres en tanto que objeto de estudio de los
enfoques androcéntricos. Aseguran que estos enfoques han hecho mala ciencia
porque no han atendido a las experiencias femeninas y porque han permitido que
sesgos androcéntricos se colaran en el análisis, por lo que pretenden revertir estos
errores históricos. Sin embargo, no cuestionan el método científico en sí ni los
marcos teóricos preexistentes –concretamente, la economía neoclásica–, sino que
pretenden incorporar en ellos a las mujeres. Es muy destacable el mantenimiento
de las dicotomías economía / no-economía y trabajo / notrabajo. Su recuperación,
por tanto, del género y las experiencias femeninas se da en los límites de lo que
los enfoques androcéntricos consideran económico; por tanto, se centran en la
participación femenina en el mercado laboral.
Hay varios puntos que podemos identificar como consensos de partida de los
distintos enfoques de la economía feminista. Ésta critica la estructura analítica
propia de los análisis androcéntricos, estructura que identifica la economía con lo
monetizado y que etiqueta todo el resto de actividades como lo “no-econ_mico” ,
en una escisi_n muy ligada a la división público / privado-doméstico. Frente a esta
estructura, la economía feminista asume como labor definitoria el deconstruir el
objeto de estudio de los enfoques androcéntricos. En primer lugar, afirman que
esa visión de la economía se había instaurado como universalmente verdadera y
objetiva cuando, por el contrario, estaba profundamente imbuida de sesgos
androcéntricos y ocultaba a las mujeres, sus experiencias y diferencias con los
hombres. Este discurso opresor para las mujeres ha sido legitimado porque los
propios criterios epistemológicos estaban sesgados, por lo que es imprescindible
redefinirlos. Así, se replantearán los criterios que validan el conocimiento,
partiendo de la noción de que el sujeto que crea conocimiento, su punto de vista,
es relevante, ya que la ciencia es un proceso social, afectado, por tanto, por los
conflictos sociales; desde ahí, de forma especialmente relevante, se replantea la
noción de objetividad. En segundo lugar, se cuestiona la estrechez de las
definiciones convencionales de lo económico y se pretende dar una definición más
amplia que, de forma clave, atienda al trabajo doméstico de las mujeres. Se trata,
por tanto, de descentrar a los mercados hacia los que se había dirigido la mirada
primordial o exclusiva de las/os economistas. Este descentramiento tiene que
permitir una recuperación de los elementos femeninos invisibilizados, recuperando
a las mujeres como agentes económicos y sus actividades como económicamente
significativas. En tercer lugar, es necesario mostrar las relaciones de poder de
género que subyacían a la estructura dicotómica y, a la par, convertir dichas
relaciones en un objeto legítimo de estudio económico. En última instancia, el
objetivo es transformar una realidad que se considera injusta. “ [P]ara las
economistas feministas, el creciente reconocimiento del valor de las ontribuciones
de las mujeres puede y debe mejorar el estatus económico de las mujeres”
(Mayhew, 1999: 737). La econom_a feminista se sit_a, sin dudar, en el
ámbito de la economía normativa.
Sin embargo, las vías para llevar a cabo esta apuesta teórica y política no son
iguales. Por un lado, identificaremos tres estrategias de deconstrucción que
determinan elementos esenciales de las distintas corrientes que componen la
economía feminista. La primera de ellas se basa en la recuperación de los otros
femeninos invisibilizados –la actividad económica de los hogares se valora al
mismo nivel que la de mercado–; la segunda, en la reversión de las jerarquías –se
prioriza la producción doméstica–; y la tercera, en la trascendencia de la dicotomía
mediante el uso de un término bisagra –se habla de sostenibilidad de la vida como
los procesos de satisfacción de necesidades que incluyen la producción mercantil
y doméstica, sin limitarse a priori a estas esferas. Las dos primeras constituyen la
corriente que denominaremos economía feminista de la conciliación y, la última, la
economía feminista de la ruptura. Por otro lado, al considerar las relaciones de
género no sólo como elemento integrable en el análisis, sino como ámbito
privilegiado de atención teórica, la diferencia entre los distintos enfoques
viene dada por la consideración del sujeto de la mujer subyacente. Mientras que la
perspectiva de la conciliaci_n maneja una imagen del sujeto “ la mujer” que viene
definido por la que denominaremos política de la identidad –consideración de que
existe una experiencia común de opresión que permite hablar de un sujeto
homogéneo y con intereses definidos–; la perspectiva de la ruptura acerca sus
posiciones mucho más a las de la que se calificará como política de la
localización, dedicando una atención mucho mayor a la recreación de los géneros
en cada proceso y relación económica y otorgando una importancia clave a las
diferencias entre mujeres. Por último, la ampliación del objeto de estudio a nuevas
esferas de actividad económica y la atención a las relaciones de género suponen
la necesidad de modificar las metodologías previas, heredadas del pensamiento
económico androcéntrico. Así, la economía feminista de la conciliación propondrá
suplirlas con métodos y conceptos nuevos, surgidos de esas nuevas esferas a
las que atender; mientras que la economía feminista de la ruptura propone un
vuelco mayor en los métodos utilizados: obtención de conceptos trasversales,
reversión de las categorías centrales de estudio, difuminar los límites de la
economía y apostar por la interdisciplinariedad, etc. Esto no significa que nunca
utilice herramientas de marcos preexistentes, sino que, cuando recurra a ellas, lo
hará de forma situada y ecléctica, como una herramienta útil para un fin concreto y
nunca como corsé prefijado.
La terminología de economía feminista de la conciliación pretende remitir a la
filosofía general que impregna toda la corriente: que es posible conciliar una
estructura dicotómica preexistente, que ha sido históricamente perversa para las
mujeres, con una nueva carga valorativa que recupere los elementos femeninos,
bien revirtiendo la jerarquía analítica –propuesta de la segunda estrategia de
deconstrucción, propia de la economía emocional–, bien otorgándoles el mismo
valor analítico que a los masculinos –propuesta de la primera estrategia de
deconstrucción, a la que Matthaei y Brandt (2001) califican de integradora. Esta
última propuesta es la mayoritariamente seguida por las autoras y expresa la
confianza en la posibilidad de reconciliar lo que antes estaba escindido,
revalorizando lo femenino y, uniéndolo a lo masculino ya valorado, logrando
un conjunto mejor, más pleno y humano, tanto en términos teóricos (conocer los
mercados y el trabajo doméstico, hablar de egoísmo y de altruismo, etc.), como
políticos. En este último sentido, hablar de conciliación crea un nexo con el actual
debate sobre la conciliación de la vida laboral y familiar, que se identificará –
aunque muy brevemente en el capítulo VI– como una propuesta política central en
el momento presente por parte de este enfoque. Por su parte, la terminología de
economía feminista de la ruptura busca remitir a la filosofía propia de este
enfoque, esto es, romper con todas las construcciones previas en términos
teóricos (perturba, de forma clave, toda la estructura dicotómica, con todas sus
ramificaciones) y políticos, ya que plantea revertir la lógica que organiza el sistema
socio-económico.
Aquí cabe señalar que el segundo objetivo de este libro es avanzar en la reflexión
y elaboración de algunos conceptos centrales de la economía feminista de la
ruptura. Ésta es una corriente, podría decirse, no sólo en consolidación, sino en
pleno proceso de construcción, de indagación y de exploración de nuevos
campos, posibilidades y horizontes feministas. Se argumentará que esta corriente
no pretende ofrecer verdades universales, sino verdades parciales, que hablen
desde posiciones localizadas buscando un diálogo constante con otras voces
para, en un proceso responsable y politizado de creación de conocimiento, intentar
construir mundos menos dominados por ejes de dominación. En ese sentido, en el
presente estudio se intenta proporcionar herramientas para comprender lo que se
caracterizará como un proceso actual de crisis del sistema socio-económico,
perceptible en la reorganización de los cuidados y en una nueva estratificación
sexual y étnica de los trabajos. Se aportarán argumentos adicionales para
comprender y debatir este proceso, al que se denominará crisis de los cuidados,
que es foco de debate público, dentro y fuera de los ámbitos feministas. Se
intentará situar esta tensión en el centro de la crítica a un sistema socio-
económico que, como se argumentará, se fundamenta en la desigualdad y en la
exclusión para poder mantenerse. Se argumentará que es un momento en el que
el feminismo puede poner en cuestión el discurso mayoritario por múltiples vías: lo
que éste muestra como un problema social es un problema económico que atañe
a toda la población y, más aún, a todo el sistema e instituciones, no siendo en
ningún caso un asunto de mujeres. Es un problema no es solucionable en los
parámetros del sistema actual, sino que puede cuestionar las bases
mismas de éste. Y puede también cuestionar la supuesta uniformidad de las
experiencias femeninas respecto a los trabajos no remunerados, así como de sus
intereses políticos.
“La crisis de los cuidados tiene la virtud de permitirnos visibilizar y poner en cuesti_n algunos
elementos centrales sobre los que se constituye nuestra sociedad y generar nuevos imaginarios,
nuevas propuestas de transformación y nuevas formas de lucha. En ello estamos
.
2.2- Estructura del documento
Tras el presente capítulo introductorio, se expone la estructura dicotómica
falocéntrica que, según la crítica feminista, subyace al pensamiento occidental
ilustrado y que excluye de forma sistemática todos los elementos asociados con la
feminidad (capítulo II). El pensamiento económico androcéntrico será interpretado
como un discurso dicotómico basado en la invisibilización de las esferas
económicas feminizadas, asociadas con lo no monetizado. Se introducirán las que
se definirán como dicotomías fundacionales de dicho pensamiento: economía / no-
economía, trabajo / no-trabajo, y se mostrará su proceso de consolidación
histórica, así como su asociación con el par público / privado-doméstico. Las
distintas formas de enfrentarse a estas dicotomías definen a las distintas
corrientes económicas relativas al género; a saber: mantenimiento
de la estructura e incorporación de las mujeres a los elementos valorados
(economía del género); mantenimiento de la estructura dicotómica con una
simultánea transformación de la carga valorativa (economía feminista de la
conciliación); y trascendencia de la dicotomía al considerarse que tiene una carga
jerárquica insalvable (economía feminista de la ruptura).
Una vez introducidos los debates fundamentales en torno a los cuales gira la
investigación, se pasa a analizar cada una de las corrientes identificadas. En
primer
El sistema feudal principia con Ia caida del Imperio romano en 4 siglo V y termina en el
XV. En esta epoca Europa se encontraba dividida en pequeños señoríos los que eran
gobernados por un señor feudal, que a su vez dependia de un principe o monarca. Cada
(señorio era un sistema económico autosuficiente en cuanto a la creación de los bienes
que la comunidad requeria para subsistir y estaba protegido del exteriorpor medio de
aranceles y fuertes barreras aduaneras.
Con respecto iii ordcm económico, puede decirse quc estaba des
organizado. Al deseperecer Ice centros de población del Imperio ro
mano se deteriora el comercio, desaparece el uso del dinero y cada
feudo es tm sistema autosiaficlente. La mayor parte de Ia población
se dedicaba a Ia prodeoclón agricols y len niveles de producción eran
de autoconsumo
La producción distinta a la agricola, estaba organizada eon base
en gremios de artesanos y comerciantes que vigilaban el comercio
y formaban monopollo& Con el aumento de la población y extensión
de loe centros urbanos, se van creando gremios para cada oficio en
particular, que Inmediatamente proceden a promulgar reglamentos
sobre el trabajo, loe precios, etc., y son Ice representantes de lo.
gremios ias que ocupan los puestos más Importantes de la dudad.
La función de lo. mercaderes disminuye, por Ia presión que ejercía
la ética cristiana sobre el control de Ias ganancias y en ese entonces
se levanta Ia Iglesia como un simbolo de unidad y fortaleza, convir
tléndoae en el centro más Importante de Ia vida económica, social y
politics de Ia Edad Media.
Eli el siglo XVI se observan las desventajas de este sistema eco
nómico y aparece el nacionalismo, politics tendiente a unlflcar lo.
señorira y formar lo primeros estados nacionales; ya que el creci
miento de Ia agricultura y manufactura, necesitaban de un campo
de acción más grande y organizado sobre relaciones de Interdepen
da más fuertes y complejas.
Con todo lo anteriormente expuesto, podemos Identificar el efec
to que sobre Ia vida económica ejetes la autoridad dei orden eclesiás
tico: los hombres deblan explotar Ia tlrra y arrancarle los frutos
para la subsistencia y no podían sobrepasar ese nivel de pobreza y
subsistencia, acumuhmdo riqueza, lo cual era considerado wi pecado
que no Permitia la salvación dei aime. Por este renón se rechaza el
comercio, se predica la austerleaci, no se esthnuin la producción y
se perpetûa un estado de miseria paru la clases desposeldas que
cataban colztltuldas par loe siervos y villanoS.
L4 Mercantilismo
El mercantilismo es un conjunto de Ideas económicas y politicas
puestas en práctica por lo. comerciantes y gobernantes de los prin
cipales paises de Europe Occidental durante los Siglos XVII y XVIII
Enta politice está ligada a Ia nacionalista, y mediante la primers se
trata de hacer más fuerte y poderoso el estado nacional Se trataba
de formar un estado independiente, autárquico, y el mercantilismo
rvpriaentaba todos loe medios tendinites a lograr dicho objetivn.
Los primervs estados nadonales fueron España, Portugal, Itolan
da, Inglaterra y Francia, gobernado, por monarquías absolutas.
Entoe estado. no se concretaron a ampliar sus posesiones en
Europe, sino que se lanzaron a! descubrimiento dei nuevo mundo, en
busca de nuevas fuentes de explotación (metales precioso. y mate
rias primas) que tralan consigo un Incremento coosiderable en el
comercio. Loe palees europeos se hallaban en condiciones é. llevar
I