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NOTAS GENERALES:
Se organiza una mesa larga en el centro del salón o lugar de presentación y los
estudiantes se ubican alrededor de la mesa. Se tiene listo el mantel, el pan, los vasos
y la gaseosa que se va a repartir a los estudiantes, dentro de la mesa ya arreglada,
un letrero que diga: “Compartamos con alegría el pan del amor” .

MONICIÓN:

Compañeros nos hemos reunido con el fin de estrechar los lazos que deben unirnos
como hermanos, como comunidad fraterna.
Sintamos la presencia de Cristo que ha prometido: "donde dos o más estén reunidos
en mi nombre allí estoy yo en medio de ellos. Es esta una bella ocasión para
recordar a Cristo que en una noche del Jueves Santo, se nos dio como alimento y
nos entrego el supremo Mandamiento "Amaos los unos a los otros como Yo os he
amado".

CANTO DONDE HAY CARIDAD Y AMOR (Procesión de símbolos / se arregla la


mesa con el mantel, los cirios, y un letrero que diga: “COMPARTAMOS CON
ALEGRIA EL PAN DEL AMOR”

Donde hay caridad y amor


allí está el señor allí está el señor (bis)

Una sala y una mesa, una copa, vino y pan,


los hermanos compartiendo en amor y en unidad.
Nos reúne la presencia y el recuerdo del Señor,
celebramos su memoria y la entrega de su amor.

Invitados a la mesa del banquete del Señor,


recordamos su mandato de vivir en el amor.
Comulgamos en el Cuerpo y en la Sangre que Él nos da
y también en el hermano, si lo amamos de verdad.

Este pan que da la vida y este cáliz de salud,


nos reúne a los hermanos en el nombre de Jesús.
Anunciamos su memoria, celebramos su pasión,
el misterio de su muerte y de su resurrección.

CANTO O VIDEO: TIENES QUE ENCENDER UNA LUZ AUNQUE SEA PEQUEÑA

ORACIÓN: profesor que dirige o hermana

Señor, Jesucristo, de la oscuridad y de la muerte que hiciste surgir la luz. En el


abismo de la soledad mas profunda habita, de ahora en adelante y para siempre, la
protección poderosa de tu amor; desde el rincón oscuro ya podemos cantar el
aleluya de los que salvan.
Concédenos la humilde simplicidad, en que, en derredor de uno se traba una lucha
mortal, la luz suficiente para no perderte de vista;
suficiente luz para poder entregarla a los que de ella necesitan más que nosotros.

Estudiante
Haz brillar sobre nosotros el misterio de tu alegría pascual como aurora de la
mañana. Concédenos ser personas verdaderamente pascuales en medio del sábado
Santo de la historia. Concédenos que a través de los días luminosos y oscuros del
tiempo en que vivimos, podamos siempre con ánimo alegre, caminar hacia la gloria
futura.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN

LECTOR 1: Antes de llegar la fiesta de Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la
hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en
el mundo, los amó hasta el extremo. Estaban cenando (ya el diablo le había metido
en la cabeza a Judas Iscariote, el de Simón, que lo entregara) y Jesús, sabiendo que
el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se
levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa
agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la
toalla que se había ceñido. Llegó Simón Pedro y éste le dijo:

LECTOR 3: -Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más


tarde.

LECTOR 1: Pedro le dijo:

LECTOR 2: -No me lavarás los pies jamás.

LECTOR 1: Jesús le contestó:

LECTOR 3: -Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo.

LECTOR 1: Simón Pedro le dijo:

LECTOR 2: -Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza.

LECTOR 1: Jesús le dijo:

LECTOR 3: -Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque
todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos. (Porque
sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: "No todos estáis limpios.")

LECTOR 1: Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y
les dijo:

LECTOR 3: -¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis "El


Maestro" y "El Señor", y decís bien, porque lo soy Pues si yo, el Maestro y el Señor,
os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros: os he
dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo
hagáis.

LECTOR 1: PALABRA DE DIOS

REFLEXION
El lavatorio de los pies, ubicado por Juan dentro del marco de la última cena, más
que un comportamiento protocolario, fue un signo del despojo y anonadamiento
del Señor ante su criatura, aun cuando se salía de los rituales de la época; pues era
costumbre que al llegar alguien de visita, como prueba de la buena acogida, eran los
criados los encargados de lavarles los pies. También lo hacían los esclavos y súbditos
a sus amos y a los más poderosos. El gesto era pues, una muestra de hospitalidad y
una señal de servidumbre. No se podía pensar que alguien con dignidad lavara los
pies a otro...

Por eso, el gesto de Jesús desconcierta a los discípulos e incluso les ofende, pues no
acaban de entender lo que su Maestro tantas veces había querido enseñarles: "El
primero entre vosotros será vuestro servidor".*Se deja un momento de silencio para
la oración. Y con un espacio intercalado se van lanzando las siguientes preguntas:

Para reflexionar…
¿Cuál es mi forma de amar hasta el extremo?
El Padre había puesto todo en manos del Señor. ¿Qué es lo que pone en mis
manos? ¿Qué uso hago de todo eso que él pone?
Jesús se quita el manto y se ciñe una toalla. ¿Qué mantos me tengo que quitar
yo? ¿Qué toallas tengo que ceñirme para poder lavar los pies a los demás?
¿Me dejo lavar por el Señor o hago como Pedro? ¿De qué tengo miedo? ¿Por
qué me interesa que no me laven?
Jesús se pone a lavar los pies como señal de su compromiso con los otros. ¿A
qué me tengo que comprometer yo?
¿Es verdaderamente el Señor mi maestro o no?
¿Estoy dispuesto a que el Señor me lave los pies?
¿Estoy dispuesto a lavar, como él, los pies a otros?
AHORA QUIEN PRECIDE TOMA UNA TOALLA UNA TINAJA Y UNA JARRA Y
LAVA LAS MANOS DE LOS PARTICIPANTES EJEMPLO DE JESÚS DICIENDOLES
COMPARTAMOS JUNTOS LA MESA DEL AMOR Y ELLOS RESPONDEN AMEN
(mientras se escucha un canto de servicio o amor fraterno)

COMENTARIO

Jesús, hace muchos años, enseñó a sus discípulos los gestos que repetiremos en
breves momentos. Sin embargo, el sacramento que queda instituido va mucho más
allá de los ritos. La Eucaristía es epifanía de comunión. Este gesto nos mueve a
sentimientos recíprocos de apertura, afecto compresión y perdón” teniendo ‘un solo
corazón y una sola alma’. La Eucaristía no nació en la última cena, sino que Jesús fue
gestándola y preparándola a lo largo de toda su vida, a través de sus palabras,
gestos, encuentros y actitudes .

BENDICIÓN: A DOS COROS

Señor, hace ya tiempo


Quisiste compartir la cena con tus amigos, los apóstoles
Les enseñaste que todos somos iguales porque somos hijos del mismo Padre y que nos une la fuerza
del amor.
nos hemos reunido para cenar aquí.

Bendice nuestra mesa. quisiéramos que el mundo fuera una gran familia
sin guerras, sin rencores y temores, con algo mas de música y mucha más justicia.
Que al menos esta familia acoja tu palabra de amor y perdón.

Consérvanos unidos. Danos pan y trabajo


durante todo el año. Danos fuerza y ternura
para ser hombres justos que luchen por un mundo,
donde haya buenos días y muchas noches buenas.
como esta, Tu serás bienvenido, Señor, siempre a esta casa,
hasta que nos reúnas en la tuya al final. Amen...

COMPARTIR: El pan

CANTOS

ACCIÓN DE GRACIAS

Queremos darte gracias, Señor, porque nos has elegido y reunido en fraternidad;
por eso, levantamos nuestros brazos en acción de gracias y te alabamos, Padre, por
la unidad que estableces en nosotros, a pesar de nuestras resistencias e impaciencias.
Como un solo cuerpo estamos congregados ante ti porque cuidas de nosotros con
amor. Te damos gracias por tu Hijo, Jesús, que ha sido capaz de amar a los
hermanos más que a sí mismo, hasta ofrecer su vida por todos.
Ante esta muestra de entrega amorosa te pedimos santifiques nuestra Institución y
nuestras familias: haz que nos amemos de verdad; que ninguno de nosotros ahorre
energía en amar; que quien venga a nuestra fraternidad encuentre nuestras manos
extendidas para acoger y abrazar; que aquí nadie se sienta juzgado sino acogido y
comprendido; que nuestra Institución sea fermento de paz y de comunión. Que tu
espíritu, Señor, ayude a transformar nuestro ser en presencia viva de tu amor aquí
donde vivimos.

¡Ojalá se diga de nosotros: Miren cómo se aman!

CANTO FINAL.

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