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Marie-France Hirigoyen “yy s,s fF rOLY A f i. ” 4a LWAS OWNS n,n acorT? i La? A | IVAN JYAALAS El maltrato psicologico en la vida cotidiana EL ACOSO MORAL PAIDOS CONTEXTOS Ultima titos pubticados: P. Zimbardo, 1 efecto Lucifer £1 porque de la maldad J. Muiioz Redon, £7 libro de fas preguntas desconcertantes. Ser y no ser 8, Serrano, Comprender la comunicacion, El libro del sexo, la poesta ‘y la empresa E, Fromm, £1 miedo a fa libertad RP. Droit, Vivir hoy: Con Sécrates, Eplcuro, Séneca y todos las demas A, Zuazua, Pelicidad sostemble, Claves para un nuevo prayecto de vida en el siglo xu M, Caralty F Casal, La historia del arte explicada a fos jévenes G. Nardone y G- De Santis, Pienso, nego sufio. Cuando pensar demasiado nos hace dao N. Rodriguez, Helucar mos y adolescentes ent la era digital. Hl reto de ta educacion en el siglo XX J. Lloyd y J. Mitchinson, £1 mevo pegnelio gran libro de la ignorancta J. Mutioz Redon, £1 arte dela extstencia Z, Bauman, Huo 10 es wn diario U. Bock E. Beck-Gornsheim, Amor @ distancia, Nuevas formas de vida en la era global J. Baggini, La queja. De fos pequefios lamenios a las respuestas renondicativas MF. Hirigoyen, E¥ abuso de debriidad. ¥ otras manipulaciones A. Comte-Sponville, Ni ef sexo m1 la muerte. Tres ensayos sobre ef amor la sexuatidad L Gareia Urota, Lo que fa nmiverstdad no ensera L. Feny, Sobre el wmor. Una filocofta para ef siglo XX MF. Hrigoyen, Las rmevas soledades G, Nardone, A. Montano y G. Sitovich, Resurgir-y vencer Vina historia de talento, wéenica y estrategias mentales 1, Geflrotin, Lo mistca eldsica en 100 polabros A. Billaull, La Grecia anngua en 100 palabras B. B, Burger y M. Starbird, Los 5 elementos del pensamiento efeciivo MARIE-FRANCE HIRIGOYEN EL ACOSO MORAL El maltrato psicolégico en la vida cotidiana ‘Titulo original: Le harcélement moral, de Marie-France Hirigoyen Publicado en franeés por Editions La Decouverte y Syros, Pais, Traduccin de Enrique Folch Gonzalez Cubiesta de Judit G. Barcina Pedierin 1999 Pediciin om esta presentacion junio 2018 ‘No se permite la reproducsin total o parcial de este Mixon su incorporeion 9 un sstems infemstco, nau ieansmison en cualquier Coma o por eslguie medio, sea éxteelesienies, recinieo, por Ftoeopia, por grabscionw ores metodo, sine pesmiso previo ¥ por eserito el editor Ls inraccon dels derechos meneionndos pede ser consittiva de delito conta a propiedad iniclectual (Ar. 270y siguientes de} Cidgo Penal). Ditijse a CEDRO (Centro Espaol de Derechos Reprogrtces) i necesita Iotocopiar 0 exeaneae agin fragments de sts ob, Puede sontacar con CEDRO a través dela web wu comloeneia com ‘por teléfono ene! 91 702 19 70/93 2720447 © 1998 Edition La Découverte y Syros Sumario Introduce 1, La VIOLENCIA PERVERSA EN LA VIDA COTIDIANA 1, La violencia privada La violencia perversa en la pareja . E] dominio La violencia La separacién jolencia perversa en las familias La violencia indisecta Le La violencia directa Elincesto latente 2, Blacoso en la empresa Ein qué consiste? eA quién apunta? Quin agrede a quién? 19 19 20 B 31 36 37 at 46 47 48 50. 51 8 EL ACOSO MOMAL Un compafiero agrede a otro compafero Un superior es agredido por sus subordinados Un superior ageede a un subordinado Cémo imapedir que una victima reaccione Rechazar la comunicacidn directa Desealificar Desacreditar Aislar Las novatadas Inducir a error El acoso sexual El punto de partida del acoso El abuso de poder Las maniobras perversas La empresa indulgente La empresa que fomenta los métodos perversos TL, La RELACION PERVERSA Y SUS PROTAGONISTAS 3. La seduccisn perversa 4. La comunicacién perversa Rechazar ta comunicacién directa Deformar el lenguaje Mentir Unilizar el sareasmno, la Burlay el desprecio Utiltzar la paradoja Deseulificar Divide y vencerds Inponer autoridad 5. La violencia perversa Elodia se muestra La violencia actia La victima esté acorvalada 6, Elagresor La perversiin narcisista El narcisisme 51 4 35 5 56 36 57 38 58 59 59 60. 6 68. 72 79 85 89 87 89 90 93 96 7 98 101 101 103 105 109 10 ut El paso a la perversion La megalomania El vampirismo La irresponsabilidad La paranoia 7. Lavictima cee La wictima como objeto ¢Se trata de masoguismo? Sus escrsipedas Su vitalidad Su transparencia . TI, CoNsECUENCIAS PARA LA VICTIMA Y AYUDA PSICOLOGICA 8. Las consecuencias de la fase de dominio La renuncia La confusion La duda Elestrés El miedo Elaislamiento 9. Las consecuencias a largo plazo El cboque El desequilibrio La separacién La evolucién 10, Consejos pricticos para la pareja y la familia Identificar Actuar Resistir psicotigicamente Hacer gue inservenga la justicia 11, Consejos prieticos para la empresa Identifiear : Encontrar ayuda en el seno de la empresa Resist psicolégicamente 113 113 113 117 118, 121 12 123 125 128 128 13 133 134 135 136 17 137 139 139 140 142 143 147 147 149 149 149 193 153 194 1935 10 EL ACOSO MOMAL Actuar Hacer que intervenga la justicia El acoso moral Bl acoso sexual Orgunizar la prevenciin 12, La ayuda psicoldgica Cine curarse La eleccién del psicoterapeuta Nombrar la perversin Liberarse Desembarazarse de la culpabilidad Sustractse al sufsimiento Curarse Las distintas psicoterapéas Las psicoterapias cognitivo-conductistas La hipnosis Las psicoterapias sistémicas El psicoandlisis, Conclusion . Bibliogralia 136 158. 18. 159 160 163 163 163 169 166 166 168. 169) 170 170 71 172 174 Introducci6n One he hecho yo pare merecer senrefante castigo? Una palabra a tiempo puede mater 0 bumillar sin que wa se manche las manos Una de las grandes alegrias de la vida es bumillar a nuestros semejantes Prennt: Desexoces A lo largo de la vida, mantenemos relaciones estimulantes que nos inci tan a dar lo mejor de nosotros mismos, pero también mantenemos relaciones que nos desgastan y que pueden terminar por destrozarnos. Mediante un proceso de acoso moral, o de malteato psicolégico, wn individuo puede con. seguir hacer pedazos a otro. El ensafamiento puede conducir inchiso a un verdadero asesinato psiquico, Todos hemos sido testigas de ataques perver sos en uno u otro nivel, ya sea en la pareja, en la familia, en la empresa, 0 €n la vida politica y social. Sin embargo, parece como si nu percibiera esa forma de violencia indirecta, Con el pretexto de la tolerancia, ra sociedad no nos volvemos indulgentes. Los perjuicios de la perversidn moral constituyen excelentes temas de fil mes (Las diabilicas, de Henri-Georges Clouzot, 1954), 0 de novelas negras En estos casos, la mente del piblico tiene claro que se trata de manipulacio nes perversas, Sin embargo, en la vida cotidiana, no nos atrevemos a hablar de perversidad. En el filme Tatte Daniéle, de Etienne Chatiliez (1990), nos divierten las torturas morales que una anciana inflige a su cfreulo de allegadas. Empieza por martirizar a su vieja asistenta, husta el punto que la hace morir «acciden talmente>. El espectador piensa: «Le esti bien empleado; era demasiado su 12 EL ACOSO NORA isa», Luego, vieste su maldad sobre la familia de su sobrino, que la ha aco- gido en su casa. El sobrino y su esposa hacen todo Jo que pueden para satis facesla, pero cuanto mas le dan, mas vengativa se vuelve. Para ello, utiliza un cierto nfimero de técnicas de desestabilizacién que son habituales entre los perversos: las insinuaciones, las alusiones malinten Gionadas, la mentira y las humillaciones. Uno se sorprende enando ve que sus victimas no se dan cuenta de esa manipulacién malévola, Intentan compren der y se sienten responsables: «¢Qué hemos hecho pata que nos deteste tan to?», Tia Danigle no se pica istitadamente, Es jinicamente fria y malvada; pero no de una forma ostensible que pudiera acarrearle la enemistad de al guien, sino, simplemente, cuando hace uso de pequefios toques desestabili cs de idemtificar. Tia Danidle es muy fuerte: le da ha zadores que son dil vuelta a la sitmacidn, pues se sitvia como victima al tiempo que coloca a los miembros de su familia en una posicidn de perseguidores, amparindose en el hecho de que han dejado sola a una mujer anciana de ochenta y dos afios, en cerrada en un piso, con cl tinico alimento de la comida para perros. En este ejemplo cinematogrifico cargado de humor, las victimas no reac cionan con una accién violenta como podria ocurrir en la vida corriente ereen que sn amabilidad terminaré por encontear un eco y que la agresora se volveni mis dulee. Siempre se produce todo lo contrario, pues un exceso de amabilidad es como una provocacién insoportable. Finalmente, la tinica per- sona que goza del favor de tia Daniéle es una recién Hegada que la «mete en cintura». Por fin ha encontrado una compafiera que esti a su altura, y asi em- pieza una relacién casi amorosa Si esta anciana nos divierte y nos conmueve tanto, es porque sentimos claramente que tanta maldad sélo puede provenir de un gran suftimiento, La compadecemos igual que la compadece su familia y, por eso mismo, nos manipula como manipula a su familia. Nosotros, los espectadores, no semti- mos ninguna piedad por las pobres victimas, que parecen bien tontas. Coanto mas mala es tfa Daniéle, mis amables se vuelven sus parientes y, por Jo tanto, mas insoportables le resultan a téa Daniéle, pero también a nosotros mismos. No por ello sus ataques dejan de scr pesversos. Estas agresiones se desi van de un proceso inconsciente de desteuceién psicolégica, formado por ac: ciones hostiles evidentes u ocultas, de uno o de varios individuos, hacia un ind iduo determinado, cabeza de turco en el sentido propio del término. Efectivamente, por medio de palabras aparentemente anodinas, de alusiones, de insinuaciones o de cosas que no se dicen, es posible desestabilizar a al- guien, 0 incluso descruirlo, sin que su cireulo de allegados legue a intervenis, Elo los agresores pueden asi engrandecerse a costa de rebsjar a los demas, y evitar cualquier conilicto interior 0 cualquier estado de dnimo al descargar sobre el otro la responsabilidad de lo gue no funciona: «jNo soy yo, sino el otto, el responsable del problemal». Si no hay culpa, no hay sufsimiento. cl sentido de perversién moral. Cada uno de nosotros puede utilizar puntualmente un proceso perverso. Aqui se trata de perversidad en Este slo se vuelve destructor con la frecuencia y la repeticién a lo largo del tiempo, Todo individuo enormalmente nenrStico» presenta comportamien: tos pen rabia—, pero también es capaz de pasar a otros registros de comportamien to thistérico, (Sbico, obsesivo...), sus movimientos perversos dan lugar a un cuestionamiento posterior, Un individuo perverso, en cambio, ¢s permanen -rs0s en determinados momentos —por ejemplo, en un momento de temente perverso; se encuentra fijado a ese modo de relacidn con el otro ¥ no se pone a si mismo en tela de juicio en ningiin momento. Aun cuando su per versidad pase desapercibida durante un tiempo, se expresard en cada situa cid en Ia que tenga que comprometerse y reconocer su parte de responsabi lidad, pues le resulta imposible cuestionarse a sf mismo, Estos individuos slo pueden existir si adesmontany a alguien: necesitan rebajar a los otros para adqnicir una buena autoestima y, mediante ésta, adquicir el poder, pues estin vidos de admiracién y de aprobacién. No tienen ni compasién ni res peto porlos demuis, puesto que su relaci6n con ellos no les aleeta, Respetar all otz0 supondeia considerarlo en tanto que ser humano y reconocer el sult miento que se le infl La perversidn fascina, seduce y da miedo. A veces, envidiamos los indi vidnos perversos, pues imaginamos que son portadares de una fuerza supe sior que les permite ser siempre ganadores. Efectivamente, saben manipular de un modo natural, lo cual parece una buena baza en el mundo de los nego: cios o de la politica, También los tememos, pues sabemos instintivamente que es mejor estar con ellos que contra ellos. Es la ley del mas fuerte. El mas admirado es aquel que sabe dis prestamos poca atencidn a sus victimas, que pasan por ser dbiles 6 poco lis tas, ¥, con el pretexto de respetar la libertad del ot20, podemos vernos con ducidos a no percibir ciertas situaciones graves. En efecto, una manera actual ‘utar mis y suftir menos, En cualquier caso, de entender la tolerancia consiste en absienerse de intervenir en las acciones yen las opiniones de otras personas aun cuando estas opiniones o acciones nos parezcan desagradables o incluso moralmente reprensibles. Manifestamos asimismo una indulgeneia inaudita en relacién con las mentiras y las mani pulaciones que llevan a cabo los hombres poderosos. El fin justifica los me dios, Pero, chasta qué punto es esto aceptable? ¢No corremos con ello el riesgo de erigirnos en cémplices, por indiferencia, y de perder nuestros limi tes o nuestros principios? La tolerancia pasa necesariamente por la instaura: 14 EL ACOSO NORA cida de unos limites claramente definidos, Ahora bien, este tipo de agresién consiste precisamente en una intrusidn en el territorio psiquico del otro. El contexto sociocultural actual permite que la perversidn se desarrolle porque Ja tolera. Nuestra época rechaza el establecimiento de normas. Nombrar la manipulucisn perversa supone establecer un limite, lo que se identifica con una intencisn de censura, Hemos perdido los limites morales o religiosos que constituian una especie de c6digo de civismo y que podian hacernos decir «

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