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HISTORIA MUNDIAL II (La Antigüedad Clásica y el Medioevo)

PLANIFICACIÓN 2015-2016

Prof. Abelardo de Almeida

FUNDAMENTACIÓN

Tradicionalmente –y en sentido amplio- se considera antigüedad clásica al período de desarrollo


global de la civilización grecorromana; aunque resulta más adecuado otorgar tal denominación a la
época de esplendor que dichas sociedades vivieron entre los siglos V a. C. y II d. C. De todas maneras,
cualquiera sea la decisión que se tome en cuanto a la periodización, surgirán severos elementos
conceptuales que cuestionen –con razones de peso- los límites establecidos. La fijación de períodos
rígidos ha perdido desde hace ya mucho tiempo las cualidades organizadoras que se le adjudicaban.
Se han reemplazado –entonces- los límites fijos por “momentos” de duración variable, e incluso
difusa, a los que en general se denominan “transiciones”. Claro está que estas transiciones no están
exentas de problemas, pero aún así permiten analizar con mayor fluidez tanto los procesos
formativos como la trascendencia de las realizaciones culturales alcanzadas por las “edades”
consideradas.

Desde el punto de vista teórico, y sin la pretensión de incorporar los debates entre diferentes
tradiciones historiográficas, considero importante analizar algunos de los conceptos que con mayor
frecuencia son utilizados en la Historia de la Antigüedad Clásica. De manera preliminar pueden
destacarse los siguientes: Sinecismo, Pólis, Imperialismo, Helenización, Modo de producción
esclavista, Colonato, Relaciones de producción, lucha de clases, Modo de producción tributario,
Servidumbre, sincretismo religioso, Romanización. Todos ellos serán analizados con un criterio de
rigor teórico combinado con aplicación a los testimonios que brindan los sistemas culturales
abordados; sin academicismos, pero con un grado de profundización que consistentemente vaya
más allá de la simple difusión masiva. Desde esta óptica, resulta necesario reexaminar el período
clásico sin caer en los lugares comunes que superficialmente se le adjudican; ni imperio de la razón
y la organización institucional, ni oscurantismo esclavista o sociedad regida por el terror. El mundo
clásico grecorromano conforma un momento extraordinario de la civilización occidental, pero
incluso en su grandeza, está lejos de la perfección modélica que algunos –todavía hoy- pretenden
atribuirle.

La crisis del Imperio Romano provocó una ruptura en muchos aspectos, si bien las continuidades
basadas en la impronta del “Imperium Romanum Cristianum” se proyectaron durante siglos con el
desarrollo de la denominada “Edad Media”; cuyos límites temporales se establecen
tradicionalmente entre los siglos V y XV de la “era cristiana”. Como en el caso del mundo clásico,
estos límites no dan cuenta de las características generales que fundamentan un cambio de época,
tratándose sólo de la selección de determinados acontecimientos (caída de Roma en 476 y toma de
Constantinopla por los Turcos en 1453) que individualmente tienen una capacidad absolutamente
nula en cuanto a explicación o representación de las transformaciones socioeconómicas, políticas y
culturales que en cada uno de esos momentos se estaban desarrollando.

También tradicional es la consideración de la Edad Media como un período trágico y violento; de


decadencia moral, institucional y económica, en el cual la población vivió abrumada por las
continuas guerras, las hambrunas y las pestes. Ciertamente, la época fue escenario de numerosas
catástrofes, tanto materiales como humanas; las economías regionales –sobre todo en Europa
occidental- sufrieron un evidente retroceso en el período altomedieval, y la mayoría de las ciudades
se despoblaron, llegando algunas de ellas a su total abandono. Cierto es también que la imagen
oscurantista del Medioevo se ha visto alimentada por el accionar de la Iglesia Cristiana, la rigidez y
sectarismo de la vida monacal, la persecución a las herejías y un instrumental fatalismo. Pero aún
aceptando que estas tragedias, e incluso otras mayores, efectivamente ocurrieron, ¿estamos en
condiciones de afirmar que la Edad Media fue un período más violento, decadente y ominoso que
otras “edades” de la Historia?, ¿las guerras, las persecuciones y el exterminio son patrimonio
exclusivo de las sociedades medievales?, ¿lo son, acaso, el fundamentalismo religioso y la
explotación social?

Otro de los preconceptos con los que frecuentemente se “juzga” a la Edad Media, es la pretendida
decadencia cultural que habría caracterizado al período. En efecto, la “desaparición” de la cultura
grecorromana clásica con las invasiones “bárbaras” es –desde esta óptica- una realidad palpable
que arrastró a las sociedades medievales a una transición de diez siglos de oscuridad artística y
científica, finalmente interrumpidos por las luces del Renacimiento moderno. Sin pretender abordar
la definición y alcances del concepto de “Cultura” (debate que excede en mucho el marco de esta
fundamentación), nadie pone en duda que muchas de las realizaciones culturales de la civilización
grecorromana desaparecieron transitoria o definitivamente durante la Edad Media; pero
constituiría un serio error considerar que el caótico reordenamiento de Europa -a partir de las
invasiones- generó un estado de decadencia intelectual y artística que se mantendría inmutable
durante un milenio. El Medioevo europeo estuvo, por el contrario, bastante alejado de esta
inmovilidad y monotonía social y cultural que frecuentemente se le asigna. A lo largo del período
puede apreciarse el proceso de afirmación de las lenguas nacionales y el surgimiento de nuevos
géneros literarios (crónicas, cantares de gesta, trovas, exempla, romances, etc.); se desarrollaron
diferentes estilos arquitectónicos a partir de la fuerte influencia religiosa y el contacto con el mundo
árabe (Arte Bizantino, Mudéjar, Románico, Gótico); la revolucionaria aparición de la Burguesía en la
sociedad medieval no sólo forzó el reordenamiento de la misma, sino que sentó las bases para el
posterior desarrollo del Capitalismo; la presión del crecimiento demográfico y el debilitamiento de
las relaciones señoriales, dieron origen a un acelerado proceso de ocupación y puesta en producción
de nuevas tierras a través de las “roturaciones”; se impulsaron mecanismos jurídicos destinados a
poner límites a las monarquías (como la charter of liberties y la Carta Magna en Inglaterra o los
Juramentos de Coronación en Castilla) que siglos más tarde fueron tomados como antecedente en
constituciones nacionales europeas. En síntesis, estos ejemplos –y muchos más que sin demasiado
esfuerzo se podrían enumerar- demuestran que la Edad Media no puede caracterizarse a partir de
la oscura inmutabilidad cultural arriba mencionada; sin que ello signifique negar que tales
condiciones fueron las dominantes en determinados momentos.

Por fortuna, los estudios de las corrientes historiográficas modernas han arrojado nueva luz sobre
estos problemas, lo cual no implica unanimidad o ausencia de debate sino, fundamentalmente, la
reformulación de muchas categorías de análisis tradicionales (el concepto de universalidad, la
caracterización de los esquemas productivos, la dinámica de las estructuras sociales, la valoración
institucional y espiritual de la Iglesia Cristiana, etc.) y el desarrollo de nuevos ámbitos de estudio
antes minimizados o directamente dejados de lado desde el punto de vista académico. Ejemplo de
ello son las polémicas entre representantes de la historiografía marxista inglesa en relación al
funcionamiento del modo de producción feudal y el rol que cumplen al interior del mismo las
relaciones de producción y la lucha de clases; la definición y alcances de la Historia Social, y el análisis
de las transiciones Antigüedad – Medioevo y, sobre todo, Medioevo – Edad Moderna. Más
trascendentes aún –por el grado de difusión que alcanzaron entre los lectores no especializados-
resultan los desarrollos de las distintas generaciones de la Escuela de los Annales, incorporando el
estudio de la espiritualidad y la vida cotidiana, las cuestiones de género, la percepción y organización
de los espacios urbanos y rurales, los sistemas rentísticos, la demografía histórica, etc.; siempre
desde una metodología interdisciplinaria y especial relación con la Antropología. Por lo demás, y
pese a no contar con demasiados exponentes en temas medievales, la Microhistoria ha introducido
nuevas perspectivas en cuanto a la selección y tratamiento de los problemas y la revalorización de
la narrativa.

Tomando en consideración lo expresado, he realizado una selección de contenidos y bibliografía


que apunta a brindar un panorama completo (hasta donde lo permite el tiempo disponible) sobre
el estado actual de los conocimientos en la asignatura y la identificación de las principales
problemáticas planteadas desde diferentes corrientes académicas. Esta decisión no esconde falta
de compromiso ni constituye un nuevo intento de insostenible “neutralidad ideológica”; por el
contrario, pretende introducir a los estudiantes de profesorado -desde los comienzos mismos de su
formación- en el análisis del variado abanico de alternativas metodológicas e ideológicas que ofrece
la Historiografía moderna, con una actitud crítica hacia adentro y hacia afuera de las propias ideas,
y con el convencimiento de que aún quedan muchos problemas por resolver y variados
instrumentos para intentarlo.

Pero más allá de la estructura formal y las precisiones conceptuales, ¿por qué abordar el estudio de
la antigüedad clásica y los tiempos medievales en la formación docente para el nivel secundario?
Un recorrido por las últimas reelaboraciones de los diseños curriculares de Historia en nivel medio
de nuestro país, parece indicar que dichos espacios han perdido la centralidad que alguna vez se les
adjudicó (no es éste el lugar para discutir las razones de ello). Sin embargo, la educación superior
sigue reservándoles un sitial importante en la formación profesional: ¿se debe esto a una falta de
coherencia o de comunidad de objetivos entre niveles?, ¿o acaso –simplemente- al sostenimiento
de un esquema que aún promueve la “cultura general” como un soporte que garantice el
cumplimiento de ciertas funciones y formas sociales? Sin pretender avanzar en la respuesta a este
tipo de cuestiones –y evitando, asimismo, argumentaciones simplificadoras que nos remitan a
lugares comunes como “las raíces clásicas de la civilización occidental”- la situación puede inscribirse
en la problemática más amplia sobre el sentido de la enseñanza de la Historia en el nivel medio, que
ha hecho correr ríos de tinta desde hace varias décadas. En tal sentido, siguen pareciéndome
vigentes las palabras de Josep Fontana:

“…Sabemos lo que la vieja historia tradicional, que se nos enseñó a nosotros, tiene de malo, y
la hemos sometido a una crítica despiadada y convincente. Pero no resulta tan fácil decidir
cómo ha de ser la “nueva”, que ocupe su lugar… Construir esa “nueva” historia es algo que no
se logrará como resultado inmediato de una conversión, moral o metodológica, a nuevas y más
progresivas concepciones, sino que exigirá un largo trabajo colectivo de elaboración, tanteo,
rectificación y enriquecimiento. La tarea es dura, pero merece la pena hacerla. Porque sólo así
se podrá conseguir que la enseñanza de la historia se convierta en instrumento de reflexión
crítica que ayude al estudiante a comprender mejor la sociedad en que vive…” 1

El trabajo histórico adquiere, así, una importancia decisiva sobre nuestro presente, conforma un
compromiso con la sociedad y con nosotros mismos, que debe liberarse tanto de la intransigencia
como de la ingenuidad, a fin de cuentas

“… No podemos evitar el pasado, este conforma, es un componente base de nuestros


esquemas de conocimiento e interpretación de la realidad presente (conceptos, fenómenos
particulares, valores) (…) no podemos evitar recibir versiones del pasado, por consiguiente,
nuestros marcos interpretativos pueden resultar gravemente mediatizados, cuando no
manipulados claramente. Aquí radica a mi juicio una de las razones principales que justifican
la necesidad de una educación histórica…” 2

¿Puede contribuir en estas arduas tareas la inclusión de la Historia de la Antigüedad Clásica y


Medieval en la formación del profesorado? La respuesta positiva a esta pregunta constituye –sin
duda- el principal fundamento de la presente propuesta.

PROPÓSITOS

Analizar críticamente los planteos teóricos de diferentes corrientes de las ciencias sociales, de
manera que los alumnos se familiaricen gradualmente con los conceptos y metodología de las
mismas, para estar en condiciones de desarrollar instancias de aprendizaje autónomas.

1
Fontana, Josep; Para una renovación de la enseñanza de la historia. Cuadernos de Pedagogía, N° 11,
noviembre de 1975, citado por Gojman, Silvia; La Historia: una reflexión sobre el pasado. Un compromiso
con el fututro en Aisenberg, Beatriz y Alderoqui, Silvia (coord.); Didáctica de las ciencias sociales. Aportes y
reflexiones. Editorial Paidós, Buenos Aires, 1995.

2
Domínguez, Jesús; El lugar de la Historia en el currículum 11-16. Un marco general de referencia, en
Carretero, Mario, Pozo, Juan Ignacio y Asensio, Mikel (comp.); La enseñanza de las Ciencias Sociales.
Editorial Visor. Madrid, 1989.
Construir una visión abarcativa de la Historia Clásica y Medieval a partir del análisis de bibliografía
general y fuentes de diverso origen, con el objeto de reconocer las interrelaciones entre las unidades
políticas y las formaciones sociales que la caracterizan.

Identificar los componentes de las formaciones sociales definidas y su dinámica específica, a fin de
resaltar los cambios y continuidades operados en el tiempo y precisar su importancia en el
funcionamiento de la Sociedad.

Evaluar la gravitación de las estructuras económicas y espirituales en las sociedades clásicas y


medievales a través de análisis institucionales y aproximaciones a la vida cotidiana, con el fin de
determinar su incidencia en los procesos de reproducción social y material.

Comprender el funcionamiento de las estructuras burocráticas y de control social en el mundo


grecorromano y medieval europeo en base al análisis de sus instituciones jurídico-políticas, para
establecer su relación con los grandes procesos de crisis/estabilidad que se identifican en la región.

CONTENIDOS

Unidad I:
El espacio de la cuenca del Mediterráneo. Condiciones físicas del territorio. El Mediterráneo como
ámbito de comunicación interregional. Las áreas periféricas.
El poblamiento primitivo. Las culturas del bronce y el hierro en el área perimediterránea.
Movimientos de pueblos y centros de irradiación cultural. Incursiones en las áreas griega e itálica.
El mediterráneo preclásico. Realizaciones culturales y políticas del período primitivo. Entre la
realidad y la leyenda: la cultura minoica, el mundo micénico, y la “Edad Oscura”.
El proceso de poblamiento en la península itálica. La Grecia arcaica: la formación de la Polis. La
colonización griega. Las reformas sociales e institucionales.

Bibliografía obligatoria para el alumno:

 ALBALADEJO VIVERO, Manuel; Los Hiperbóreos, “benefactores” de Grecia. POLIS Nº 10,


1998.
 BRAVO, Gonzalo; Poder político y desarrollo social en la Roma antigua. Taurus. Madrid,
1989. Cap. I-III (pp. 21-58)
 Bronce antiguo y medio en Europa. UNED (ficha de cátedra)
 CRESPO, Emilio; Textos sobre el paisaje de Grecia en la antigüedad. Estudios Clásicos N°
110, 1996.
 DOMÍNGUEZ MONEDERO, Adolfo J.; La Pólis y la expansión colonial griega (siglos VIII-VI).
Editorial Síntesis. Madrid, 1991. Cap. III y IV (pp. 61-134)
 GALLEGO, Julián; Campesinos en la ciudad. Bases agrarias de la pólis griega y la infantería
hoplita. Ediciones del Signo. Buenos Aires, 2005. Cap. I-IV (pp.21-159)
 GRAS, Michel; El Mediterráneo arcaico. Alderabán ediciones. Madrid, 1999. Cap. I, pp. 19-
46.
 La Edad del Bronce en Grecia. La época micénica. (ficha de cátedra)
 La Edad del Hierro I. UNED (ficha de cátedra)
 La Edad del Hierro II. UNED (ficha de cátedra)
 Panorama general del Bronce final. UNED (ficha de cátedra)
 POMEROY, Sarah B. y otros; La Antigua Grecia. Historia política, social y cultural. Editorial
Crítica. Barcelona, 2011. Cap. I-IV (pp. 29-188).
 VALDÉS GUÍA, Miriam; El proceso de sinecismo del Ática: cultos, mitos y rituales en la
“primera pólis” de Atenas. Gerión, N° 19, 2001.

Unidad II:
La formación de la Grecia Clásica. Características sociales, económicas y culturales del mundo griego
en el siglo V a.C. La rivalidad con Persia. Desarrollo y consecuencias de las Guerras Médicas.
Afianzamiento de Atenas y Esparta. El “Siglo de Pericles”. El imperialismo ateniense y la Liga del
Peloponeso. La “Guerra del Peloponeso” y sus consecuencias.
El surgimiento de Macedonia como potencia regional. Alejandro y la conquista del Imperio Persa.
Muerte de Alejandro y reestructuración de su Imperio: los “Reinos Helenísticos”. La síntesis cultural
greco-oriental: el Helenismo.

Bibliografía obligatoria para el alumno:

 OSBORNE, Robin (editor); La Grecia clásica (500-323 a.C.). Editorial Crítica. Barcelona, 2002.
Cap. III (pp. 63-94) y Cap. V-VII (pp. 128-219).
 POMEROY, Sarah B. y otros; La Antigua Grecia. Historia política, social y cultural. Editorial
Crítica. Barcelona, 2011. Cap. V-XII (pp. 189-496)
Unidad III:
Desarrollo y crisis de la monarquía romana. El inicio de la expansión territorial. Estructura social y
política romana en los comienzos de la República. Conflicto entre Patricios y Plebeyos. Dominio de
la península itálica: comienzos del imperialismo romano. La lucha por el control del Mediterráneo
occidental: las Guerras Púnicas. Estructura económica de la República. Reestructuración social y
política. Roma en el Mediterráneo oriental. La última fase de la República: las guerras civiles. La
Roma de Julio César. Octavio y el comienzo del Principado.

Bibliografía obligatoria para el alumno:

 ALFӦLDY, Géza; Historia social de Roma. Alianza editorial. Madrid, 1996. Cap. I-IV (pp. 8-
74)
 BRAVO, Gonzalo; Historia de la Roma antigua. Alianza editorial. Madrid, 1998. Cap. I y II
(pp. 9-62)
 CABRERO PIQUERO, Javier y otros; Historia Antigua Universal III. Historia de Roma. UNED.
Madrid, 2009. Cap. II y III (pp. 85-209)

Unidad IV:
El Alto Imperio y la Pax Romana: condiciones políticas y socioeconómicas del período de mayor
esplendor de Roma. La vida cotidiana en el mundo romano. Los límites de la expansión y la
acentuación de la conflictividad interna: la “Crisis del siglo III”. Diocleciano y el final de la crisis. El
“Dominado”. Constantino y un nuevo periodo de prosperidad. Afirmación del Cristianismo en la
Sociedad y el Estado romanos. Teodosio y la división del Imperio. El siglo V y la decadencia del
mundo romano. Las “Invasiones”.
La “transición”: ¿Antigüedad Tardía o Temprana Edad Media? Los debates sobre la crisis y caída del
imperio de occidente: estancamiento económico del occidente romano. Cristianismo y deterioro de
los “valores tradicionales”. Crisis política y social. El rol de los pueblos “bárbaros” y la desintegración
política de Europa occidental.

Bibliografía obligatoria para el alumno:

 ALFӦLDY, Géza; Historia social de Roma. Alianza editorial. Madrid, 1996. Cap. V-VII (pp.75-
167).
 da MOTTA BASTOS, Mario Jorge; “La religión en la transición de la antigüedad tardía a la
Edad Media: una nueva mirada”. Anales de Historia Antigua, Medieval y Moderna, vol. 37-
38. Instituto de Historia Antigua y Medieval. Facultad de Filosofía y Letras. UBA. Buenos
Aires, 2004-2005.
 ESPINÓS, Josefa y otros; Así vivían los romanos. Anaya. Madrid, 1987.
 FERNÁNDEZ UBIÑA, José; El Imperio Romano como sistema de dominación. POLIS, Revista
de ideas y formas políticas de la Antigüedad Clásica, N° 18, 2006.
 PIERROTTI, Nelson; El paso de la antigüedad a la Edad Media. ¿Ruptura o continuidad? Un
análisis historiográfico. CLÍO, N° 34, 2008.
 RÉMONDON, Roger; La crisis del Imperio Romano. De Marco Aurelio a Anastasio. Editorial
Labor. Barcelona, 1967. Primera parte, cap. I-VIII (pp. 3-131).
 ROMERO GABELLA, Pablo; “Los Bagaudas: ¿primeros revolucionarios de la Historia?”. CLIO
N° 32, 2006.
 SALRACH MARES, Josep María; Europa en la transición de la antigüedad al Feudalismo: el
marco general de la historia y la panorámica de la historiografía relativa al período. VII
Semana del Estudios medievales. Nájera, 1996.
 WICKHAM, Chris; La otra transición: del mundo antiguo al Feudalismo. Traducción al
castellano del artículo publicado en Revista “Past and Present” N° 103. Oxford, 1984.

Unidad V: La formación de los Reinos Germánicos y el reordenamiento político del Mediterráneo.


Conformación de la sociedad germano-romana. Las ciudades y el paisaje agrario altomedieval.
Campesinos y Guerreros. Fortalecimiento político y patrimonial de la Iglesia. El Imperio Bizantino:
conflictos religiosos y reestructuración administrativa. Procesos de crisis y reconstrucción del
Imperio Oriental. La sociedad árabe preislámica. Surgimiento y expansión del Islam. El Mundo
Islámico y su influencia en el Mediterráneo: aspectos políticos, económicos y culturales. Carlomagno
y la formación del Nuevo Imperio de Occidente. Las debilidades del Imperio Carolingio y la segunda
oleada de invasiones bárbaras. Reestructuración fiscal y del régimen de tierras. Comercio y
urbanismo en el occidente altomedieval. La relación entre Iglesia y Estado Imperial. Las reformas
eclesiásticas. El régimen dominical. La vida cotidiana y el desarrollo tecnológico. Comercio y
desarrollo económico en los siglos VIII y IX

Bibliografía obligatoria para el alumno:

 BOTERO BERNAL, Andrés; “Al Andaluz, una experiencia ius-histórica de convivencia entre
diferentes”. Urbe et Luz, Nº 22.
 BROWN, Peter; “El primer milenio de la cristiandad occidental”. Editorial Crítica. Barcelona,
1997. (capítulos 6 al 12).
 DUBY, Georges; “Guerreros y campesinos. Desarrollo inicial de la economía europea (500-
1200)”. Siglo XXI editores. México, 1999. Partes I y II (pp. 7-206)
 La ROCCA, María Cristina; “El espacio urbano entre los siglos VI y VIII”. Anales de Historia
Antigua, Medieval y Moderna, vol. 37-38. Instituto de Historia Antigua y Medieval. Facultad
de Filosofía y Letras. UBA. Buenos Aires, 2004-2005.
 Le GOFF, Jacques; “La civilización del occidente medieval”. Ediciones Paidós ibérica.
Barcelona, 2002. Parte I, Cap. I y II (pp. 21-54)
 McKITTERICK, Rosamond (edit.); “La Alta Edad Media”. Editorial Crítica. Barcelona, 2002.
 UNED; “El Imperio de Oriente: Bizancio”. Ficha de síntesis
 VALLVÉ, Joaquín y otros; “La invasión árabe de España”. Información e Historia, S. L.,
Historia 16, 1995.
 WINKLER, Gerhard; “Monacato y órdenes religiosas”, en Lenzenweger, Josef y otros (Dir.);
“Historia de la Iglesia Católica”. Editorial Herder. Barcelona, 1989.

Unidad VI:
El cambio feudal (siglos X al XIII): aspectos económicos y sociales. ¿Qué es el Feudalismo?.
Afianzamiento y expansión del sistema feudal. La debilidad del poder real y el fin de las instituciones
públicas. Los tres órdenes de la sociedad feudal: bellatores, oratores, laboratores. Fidelidad y
Vasallaje. Libertad y Servidumbre. Expansión económica de Europa occidental: la vida agraria y las
grandes roturaciones. Los límites del crecimiento agrario. Resurgimiento urbano y formación de la
mentalidad burguesa. Organización del trabajo urbano: Gremios, Artesanos y Banqueros. El
Comercio internacional y las nuevas rutas mercantiles. Consecuencias religiosas y económicas de las
Cruzadas. El Arte Románico. El Arte Gótico. La vida intelectual y espiritual. Las herejías medievales.
Las realizaciones políticas. Conflictos entre el Papado y el Imperio. La Burguesía y el gobierno
comunal. Recuperación del poder Real. Las monarquías francesa e inglesa. Reconquista cristiana y
afianzamiento de las monarquías hispánicas. Decadencia del Imperio Bizantino y expansión y
fragmentación del Islam. La organización política de Europa Central: expansión alemana hacia el
Este.

Bibliografía obligatoria para el alumno:

 ALVIRA CABRER, Martín; “Herejes medievales. ¿Rebeldes con causa?”. Revista CLÍO, N° 1,
2009.
 BARTLETT, Robert; “La formación de Europa. Conquista, colonización y cambio cultural,
950-1350”. Universitat de Valencia / Universidad de Granada, 2003. Cap. I, III, V, VI y VII.
 CRESPO ÁLVAREZ, Macarena; “Judíos, préstamos y usuras en la Castilla medieval. De
Alfonso X a Enrique III”. Edad Media. Revista de Historia, N° 5, 2002.
 DOMÍNGUEZ GONZÁLEZ, David Jorge; “Los poderes feudales. Las maneras de la extracción
del excedente en la economía medieval”. Nómadas. Revista crítica de Ciencias Sociales y
Jurídicas. N° 17, 2008.
 DUBY, Georges; “Guerreros y campesinos. Desarrollo inicial de la economía europea (500-
1200)”. Siglo XXI editores. México, 1999. Parte III (pp. 207-352)
 Le GOFF, Jacques; “La civilización del occidente medieval”. Ediciones Paidós ibérica.
Barcelona, 2002. Parte I, cap. III y IV (pp. 55-96) y Parte II, cap. I y II (pp. 111-230) y cap. IV
(pp. 291-324)
 Le GOFF, Jacques; “Mercaderes y banqueros de la Edad Media”. EUDEBA. Buenos Aires,
1984.
 MITRE FERNÁNDEZ, Emilio y otros; “Las herejías medievales”. Cuadernos Historia 16 N° 66.
 MOLINA MONTERO, Ángel; “El origen de los estados modernos en la Europa occidental.
Una cuestión en debate”. Medievo. Revista de Historia N° 6, 2010.
 SÁENZ BADILLOS, Ángel; “El pensamiento económico judío durante la Edad Media”.
Colección Mediterráneo Económico N° 9, 2006.

Unidad VII:
La vida cotidiana en las sociedades medievales. El ejercicio del poder y las relaciones sociales. La
dinámica familiar. El rol de la mujer. Las minorías. Enfermedad, pobreza, pecado. Instrumentos de
control social. La economía doméstica. Dinámica de las comunidades urbanas y rurales.
Distracciones y juegos en diferentes estratos sociales. La relación Sociedad – Naturaleza. Violencia
colectiva e individual. Justicia y castigos.

Bibliografía obligatoria para el alumno:

 BAZÁN, Iñaki; “La construcción del discurso homofóbico en la Europa cristiana medieval”.
Revista En la España medieval, vol. 30, 2007.
 CASTILLO GÓMEZ, Antonio; “Entre la marginación y el silencio: las mujeres en la España
medieval”. Ayuntamiento de Torrejón de Ardoz, 1993.
 GARCÍA DE CORTÁZAR, José Ángel; “El hombre medieval como homo viator: peregrinos y
viajeros”. IV Semana de estudios medievales. Instituto de Estudios Riojanos. Logroño, 1994.
 Le GOFF, Jacques; “La civilización del occidente medieval”. Ediciones Paidós ibérica.
Barcelona, 2002. Parte II, cap. III (pp. 231-290)
 LÓPEZ, Abel Ignacio; “Mujeres y familia en la Edad Media”. Universidad de Los Andes.
Revista Historia Crítica N° 16, 1999.
 MARTÍN ROMERA, María Ángeles; “Mujeres de mercaderes, mujeres mercaderes.
Testimonios de iniciativas femeninas en el ámbito comercial a fines del siglo XV”. Revista
En la España medieval, vol. 32, 2009.
 MONTERO CARTELLE, Emilio; “La sexualidad medieval en sus manifestaciones lingüísticas:
pecado, delito y algo más”. Clío & Crimen, N° 7, 2010.
 VALDEÓN BARUQUE, Julio; “El ritmo del individuo: en las puertas de la pobreza, de la
enfermedad, de la vejez, de la muerte”. Actas de la VIII Semana de Estudios medievales.
Instituto de Estudios Riojanos. Logroño, 1998.
 VERDON, Jean; “Sombras y luces de la Edad Media”. Editorial El Ateneo. Buenos Aires,
2006.

Unidad VIII:
Transición de la Edad Media a la Modernidad (siglos XIV y XV). La crisis del siglo XIV: caída de la
producción agraria, hambrunas, epidemias y despoblamiento urbano. Consecuencias demográficas
y económicas. Rebeliones urbanas y campesinas. Resurgimiento urbano y reactivación comercial.
Organización del sistema urbano europeo. La transformación de los Señoríos. La representación
política: Monarquía, Nobleza, Comunas, nuevos conflictos y nuevas alianzas. La crisis de la Iglesia
Romana y los intentos de reforma. El reordenamiento del espacio político europeo. Transición del
Feudalismo al Capitalismo. Nuevas relaciones de producción: yeomen, villanos y trabajadores
asalariados. El debate Brenner y sus ramificaciones, ¿origen agrario del Capitalismo europeo? Las
realizaciones culturales de la transición.

Bibliografía obligatoria para el alumno:

 ASTARITA, Carlos; “¿Tuvo conciencia de clase el campesinado medieval? Razón y


Revolución N° 8, 2001.
 BOIS, Guy; “La gran depresión medieval: siglos XIV y XV. El precedente de una crisis
sistémica”. (ficha resumen).
 COLOMBO, Octavio; “La naturaleza de los mercados campesinos en la Baja Edad Media”.
Anales de Historia Antigua, Medieval y Moderna. Volumen 37-38, 2004-2005.
 GARCÍA de LOS ARCOS, María Fernanda; “La incidencia del mundo rural en la transición del
Feudalismo al Capitalismo”. Revista Iztapalapa N° 8, 1983.
 HILTON, Rodney; “Transición del Feudalismo al Capitalismo” (introducción). Editorial
Crítica. Barcelona, 1982.
 MACKAY, Angus; “Ciudad y campo en la Europa medieval”. Studia Histórica. Historia
Medieval N° 2, 1984.
 MARTÍN, José Luis; “Conflictos sociales en la Edad Media”. Cuadernos Historia 16, N° 158.
 UNED – TUDELA; “La transformación bajomedieval”, 2008-2009. (ficha de educación a
distancia)

A lo largo de la cursada, los estudiantes deberán presentar y aprobar dos trabajos prácticos
obligatorios con la siguiente temática:

Primer cuatrimestre:

Grecia y Roma, sociedades esclavistas. Fundamentos económicos, jurídicos y sociales del sistema
esclavista. La percepción del “otro” desde la óptica del dominador. Esclavitud y colonato a finales
del Imperio. Estructuras o formaciones sociales características del mundo clásico.

Bibliografía:

 ANDERSON, Perry; “Transiciones de la antigüedad al Feudalismo”. Siglo XXI editores.


México, 2007. Primera parte, cap. I y II (pp.10-143)
 FINLEY, M. I.; “Esclavitud antigua e ideología moderna”. Editorial Crítica. Barcelona, 1982.
Cap. II-IV (pp. 84-194)
 FINLEY, M. I.; “La economía de la antigüedad”. Fondo de Cultura Económica. México, 1986.
Cap. III (pp. 68-112)
 GARCÍA MAC GAW, Carlos G.; “Estado y esclavismo en el Imperio Romano”, en
CAMPAGNO, Marcelo, GALLEGO, Julián y GARCÍA MAC GAW, Carlos G.; “El Estado en el
Mediterráneo antiguo. Egipto. Grecia. Roma”. Miño y Dávila editores. Buenos Aires, 2009
(pp. 325-350).

Fuentes:

 ARISTÓTELES, “Política”. Libro primero, cap. I-III


 MARCO TERENCIO VARRÓN; “De rerum rusticarum”. Libro I, cap. XVII y XVIII.
 SÉNECA; “Sobre la clemencia”. Libro primero, cap. XVIII-XXVI

Segundo cuatrimestre:

¿Fueron capitalistas los mercaderes medievales?


Bibliografía:

 COLOMBO, Octavio; “La naturaleza de los mercados campesinos en la Baja Edad Media”.
Anales de Historia Antigua, Medieval y Moderna. Volumen 37-38, 2004-2005.
 Le GOFF, Jacques; “Mercaderes y banqueros de la Edad Media”. EUDEBA. Buenos Aires,
1984.
 COVARRUBIAS, Isaías M.; “La economía medieval y la emergencia del Capitalismo”.
Eumed.net, 2004
 DEL RÍO, Ramón; “La transición del feudalismo al capitalismo: ¿una transición urbana o
básicamente rural”. MISCEL-LANIA 2010

EVALUACIÓN

La evaluación no puede consistir exclusivamente en la comprobación de la adquisición de


conocimientos en un examen; por ello, considero necesario incorporar un sistema de evaluación
continua que facilite el seguimiento más exhaustivo del proceso de cada alumno y su capacidad de
trabajo autónomo y en grupo. En consecuencia, la evaluación se realizará a través de los siguientes
dispositivos:

1) Dos exámenes parciales que, en conjunto, abarquen los contenidos fundamentales de la


asignatura.

2) Dos trabajos prácticos obligatorios confeccionados tanto a partir de la bibliografía de cada


unidad, como en base a bibliografía accesoria aportada por la cátedra.

3) Un examen final que puede rendirse bajo dos modalidades: completo y restringido.

ACREDITACIÓN

La cursada se acreditará como aprobada con la calificación de 6 (seis) o mayor en cada examen
parcial, la aprobación de los trabajos prácticos obligatorios y un porcentaje de asistencia a clases
del 60%. Los alumnos que cumplan con estos requisitos estarán en condiciones de presentarse a
rendir examen final completo. En caso de desaprobar, cada alumno tendrá derecho a un examen
recuperatorio por parcial desaprobado, en fecha a confirmar y fuera del horario de clases. A los
efectos de la acreditación, los trabajos prácticos no aprobados contarán con instancias de
recuperación.
Los alumnos tendrán la posibilidad de acceder a una instancia de final restringido. Para ello, deberán
cumplir los siguientes requisitos: aprobar los trabajos prácticos obligatorios, obtener una
calificación promedio de 8 (ocho) o mayor en cada uno de los parciales (con la posibilidad de
recuperar un parcial desaprobado) y un porcentaje de asistencia a clases del 70%.

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