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Protocolo Teoría Política

Clase lunes 05 de junio de 2017


Nombres: Diego Cerda – Pablo Neupert
Sección: C
Fecha de entrega: jueves 08 de junio de 2017

Durante el semestre, hemos venido desarrollando el tema de la representación política. En


este marco, primero conocimos las teorías, luego la importancia de la opinión pública y por
consiguiente, ahora nos toca ver la última parte de esta materia que corresponde a los
partidos políticos.

En primer lugar, ¿qué son los partidos políticos?. Los partidos políticos son agrupaciones de
personas que se congregan en virtud de un derecho que es el llamado derecho de asociación,
por lo que podemos decir que son una manifestación del ejercicio del derecho de asociación.

Por lo mismo, si miramos la regulación de este derecho, uno de los pilares en los cuales
descansa es, el pluralismo político. Así, para lograr acercarnos a los partidos políticos, lo
primero que debemos hacer es encasillarlos dentro del ejercicio del derecho de asociación.

Los partidos políticos pueden entenderse también como una congregación de personas para
ejercer una determinada vocación. Cuando se habla de una determinada vocación, nos
referimos al pilar de los partidos políticos. Éstos no son cualquier asociación, son una con un
fin determinado, un objetivo que dice relación con la presentación de una propuesta
ideológica con vocación de poder.

Siguiendo la línea, los partidos políticos son entonces agrupaciones de personas con una
propuesta ideológica, pero con vocación de ejercer poder. Si bien los partidos políticos pueden
existir en regímenes autoritarios o democráticos, lo propio de ellos son los regímenes
democráticos.

Esto se debe a que en los regímenes autoritarios, tiende a existir un sistema de partido único y
esto resiente el pluralismo político, puesto que el principio de asociación se funda en el
pluralismo político, donde surgen varios partidos. No así en un régimen de partido único,
donde no hay pluralismo. Por lo tanto, el lugar propio del despliegue del partido político es la
democracia.

Los partidos políticos, al tener una vocación de poder, descansan en una determinada
propuesta ideológica, lo que es su característica fundamental. Esta propuesta entra a disputar
con otras propuestas ideológicas, lo que permite que en una sociedad determinada, al existir
partidos políticos diversos, la ciudadanía pueda adscribir o abrazar las diferentes
cosmovisiones ideológicas representadas por estos partidos. De esta manera, los partidos a su
vez, ofrecen sus propuestas a una comunidad, la que puede acogerlas o rechazarlas.
Tan importante es la organización de los partidos políticos, que en algunos regímenes, como
el parlamentario, la máxima autoridad del Estado es el líder de aquel partido político que
resulta vencedor de un proceso electoral. En el caso de nuestro país, el apoyo de un partido
político supone poder omitir el proceso de recolectar firmas para presentar candidatos, de
esta manera se da reconocimiento a los partidos teórica y normativamente.

Ahora, en un régimen democrático también es necesario que los partidos políticos cumplan
ciertos requisitos. Un ejemplo de esto es la organización interna, que debe ser democrática,
sus autoridades han de ser electas y su contabilidad debe ser pública, al igual que su
patrimonio.

Este último punto es de vital importancia, ya que permite la transparencia de un partido. Al


poseer vocación de ejercicio del poder, es muy fácil que los partidos caigan en la tentación del
dinero. Entonces, para prevenir la corrupción es necesario que los partidos políticos tengan
una contabilidad y patrimonio públicos. En Chile por ejemplo, los últimos años se ha
progresado, a punta de escándalos y la aparición de problemas relacionando política con
dinero. Estos episodios permitieron que la regulación se volviera más estricta en esta materia.

Por ultimo, los partidos políticos no tienen el monopolio de la representación política, ya que
teóricamente cualquier ciudadano puede ser representante, incluso los independientes. Sin
embargo, en cualquier sistema democrático, participar de un proceso electoral supone un
trabajo territorial durísimo.

Tan importante es este trabajo territorial de los partidos políticos, en la búsqueda del poder
que, en cualquier democracia del mundo, la mayor representatividad en los parlamentos o en
las autoridades locales electas, surgen a partir de la representación de ellos. En su mayoría,
salvo algunas excepciones, es muy complicado que independientes surjan de las bases y
tengan representación política, sin un amplio trabajo territorial, lo cual además supone
mucho dinero.

Siguiendo con la ultima parte de la Teoría del Gobierno, entramos a la “democracia”. Si bien no
vimos profundamente este concepto, lo hemos mencionado anteriormente cuando revisamos
los postulados de Aristóteles.

La palabra “democracia” viene del griego “demos kratos” que, etimológicamente se asocia al
gobierno del pueblo. A partir de esto, es necesario hacer una primera distinción: cuando
hablamos hoy de régimen democrático, ni se nos ocurra pensar que es un renacer de lo clásico
o los griegos, puesto que la democracia de los griegos no es el antecedente de la democracia
moderna.

Situándonos en los albores de la modernidad, cuando ésta comienza, el período recibe un


nombre específico: Renacimiento. Un Renacimiento en Europa luego de un gran período
oscuro, teocéntrico y pobre. Pero, ¿qué renace?... Renace el espíritu antiguo de los griegos y
los romanos, en otras palabras, es un renacer de las ideas clásicas. En este renacer, tratándose
de democracia uno podría decir que este régimen es un renacer de la democracia griega pero
no es así, ya que existen grandes diferencias con la democracia moderna por varias razones.

Por de pronto, el régimen democrático griego no era propiamente del pueblo, se asemejaba
más a una aristocracia, por lo que difiere de la democracia moderna. Así también, la
democracia griega provocaba exclusiones a ciertos grupos, específicamente a las mujeres y a
los esclavos, aunque este último punto es discutible.

Primero, la democracia moderna no es el renacer de la democracia griega y segundo, el


concepto de democracia que vamos a abrazar en este curso es una propuesta procedimental
de la democracia, no sustantiva ni material. Tercero, los antecedentes de la democracia se
encuentran en la reforma protestante y para comprender este tercer punto es necesario ir a
los pilares de la reforma protestante, los cuales fueron estudiados anteriormente en clases.

Los pilares principales de la reforma son la universalización de las escrituras sagradas, que
antes estaban en latín o griego y eran patrimonio únicamente de los expertos. De esta manera
se vulgariza la escritura y la hacen de acceso a todos los que sabían leer.

Otro pilar nace de la reacción de Lutero contra la Iglesia Católica, específicamente con su
régimen monárquico absoluto. Esto se da ya que Lutero, al traducir la biblia y leerla,
encuentra algo que lo impacta: el mensaje que encuentra es distinto al ejercicio práctico del
catolicismo. En otras palabras, en la práctica existe un divorcio entre las enseñanzas de Jesús
de Nazaret y la práctica de la Iglesia.

A diferencia de ellos, los protestantes se organizan políticamente como asamblea, de esa


forma no existen pilares jerárquicos, ya que según la palabra del Señor somos todos iguales,
por lo que no debería haber distinción.

Esto se verifica tras la muerte de Jesús, específicamente en Hechos 2, 44-45:

“Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus
propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno.”

Aquí se muestra cómo vivían en comunidad, todo lo compartían y se reunían para la fracción
del pan, lo que hoy en día entendemos como la eucaristía. De esta manera, el ejercicio del
poder al interior de la comunidad protestante es un ejercicio horizontal.

El régimen democrático surge en el siglo XVI, pero se profundiza y materializa en el siglo


XVIII. Las primeros ejemplos se encuentran en Estados Unidos, fundándose a través de la
experiencia del anglicanismo, de la mano de inmigrantes provenientes de Inglaterra. Los
antecedentes del régimen democrático entonces, están en el puritanismo anglicano, creyentes
que llegan a América y ven la posibilidad de desplegar el ejercicio del poder político conforme
a sus creencias. Aquí se presenta la relación entre fe y vida, o mejor dicho, hacer de la fe vida.

Entonces, las primeras experiencias o antecedentes del régimen democrático moderno se


encuentran en Estados Unidos, influenciadas por las ideas protestantes en el ejercicio del
poder político horizontal, luego en las Revoluciones Burguesas Americanas y Francesas.

Ahora bien, este régimen inicial es uno que tiene teóricamente apariencia de popular, pero
bien sabemos que está al servicio de una determinada clase que resulta triunfadora de los
procesos revolucionarios del siglo XVIII. Esta clase económica es la burguesa.

La emergencia de la cuestión social y la irrupción del marxismo como teoría política impactan
la democracia, ya que nace una crítica al sistema, en este caso diciendo que está al servicio de
una clase, la opresora y logrando que la democracia moderna se comience a ajustar,
permitiendo que ésta madure.

Signos de su madurez tienen que ver con su masificación, el llamado fenómeno de


masificación de la democracia. Uno de los más claros ejemplos de esto lo podemos encontrar
en el voto universal. Inicialmente, el derecho de sufragio, uno de los pilares fundamentales del
sistema democrático, era censitario, esto quiere decir que votaban solo algunos: hombres,
blancos, con patrimonio y alfabetizados.

A partir de la critica que recibe este ejercicio del poder político, se comienza a dar lugar a una
democracia de masas, la cual tiene tres consecuencias: En primer lugar, se ensancha la
democracia, todos pueden votar y desaparece la diferencia entre hombres y mujeres. En
segundo lugar, se atenúa la importancia del patrimonio, pero aún se asocia al proceso de
manera indirecta, ya que poseer patrimonio podía implicar que el individuo estaba
alfabetizado, no debía trabajar y podía estar estudiando. Esto pesa hasta el día de hoy ya que,
generalmente, la gente que tiene acceso a la educación es quien posee el dinero para hacerlo.

Por lo mismo, las mejoras en las tasas de alfabetización en el mundo, coinciden con la
eliminación de las restricciones para poder efectuar el derecho a sufragio. Incluso siendo
analfabeto es posible votar, lo que implica una ampliación del padrón electoral.

De esta manera, se ve una democracia ensanchada o democracia social, pero la democracia


también tiene dificultades y ellas provocan críticas, principalmente sobre el relativismo que
genera.

Los grandes críticos del régimen democrático serán los conservadores, ya que no hay certezas
en un régimen democrático, todas las ideas pueden ser disputadas. Por tanto, desde la
perspectiva de un conservador, el peligro de la democracia es la desaparición o dilución de
instituciones básicas, en las cuales descansa un partido político.

Estas instituciones básicas pueden ser disputadas, por tanto en un régimen democrático, toda
clase de ideas pueden ser puestas en tensión. En consecuencia, un conservador se siente
amenazado ante la inexistencia de una certeza clara. De este modo entonces, lo que
pretenderá el conservador será establecer ciertos mecanismos que rigidicen la democracia,
para así evitar disputas políticas.

Por tanto, es posible encontrarse con ventajas, como es que todo puede ser disputado, lo que a
su vez puede generar una amenaza de inestabilidad política, que sería la desventaja de la
democracia. A causa de esto, los regímenes democráticos establecen ciertas reglas para evitar
la inestabilidad que es provocada por la emergencia de mayorías que son meramente
contingentes. Aún así, el conservador siempre verá en la democracia una amenaza por el
relativismo que ella implica.

Una visión más republicana se puede encontrar en la dimensión procedimental de la


democracia, lo que significa que ésta más que un fin, es simplemente un método para ejercer
el poder. Ese método descansa en la deliberación, esto es la intercomunicación o diálogo que
existe entre las diferentes fuerzas políticas que conviven dentro de una determinada
comunidad, pero sucede una vez terminado el diálogo, cuando las decisiones se toman por
mayoría.
En este método democrático, el sufragio es momento o manifestación del régimen
democrático, sobre todo porque los ciudadanos o ciudadanas optan por elegir a su
representante, pero limitar el régimen democrático al hecho de que podamos votar o elegir un
representante, es una manera muy tosca de valorar el régimen democrático.

Es sabido que cuando se ejerce el derecho a sufragio, la mayoría no vota por proyectos
políticos, se vota por eslóganes. Aquí reside la importancia de los financiamientos de las
campañas, que logran instalar una marca a través de una campaña publicitaria realizada por
un partido político. Generalmente, sin saber la adscripción política de los carteles, se nos
queda el cartel mayoritario, resultando electas en ocasiones las campañas más toscas.

Por tanto, el derecho a sufragio sólo revela un momento del régimen democrático, el de
autorización. Pero no hay que agotar el régimen en el simple ejercicio del derecho a sufragio,
también hay que suponer un momento de deliberación política que no surge del sufragio
como por ejemplo, la generación de estadios de opinión pública asociadas a la libertad de
expresión y reunión.

Por eso, la democracia es un método y un diálogo entre fuerzas rivales, que en un momento
dado deben tomar una decisión mediante la aplicación de las reglas de mayoría. Entonces, la
democracia es procedimental ya que lo que importa es el procedimiento para el proceso de
toma de decisiones. Sin embargo, hoy, hay una corriente que amenaza el régimen democrático
debido a decisiones o procesos electorales que han generado autoridades y que son
sumamente cuestionables, como el Brexit, la casi llegada de Le Pen en Francia y la elección de
Trump en Estados Unidos, entre otros.

A raíz de esto han surgido algunas corrientes que cuestionan el carácter procedimental de la
Democracia y señalan más bien que el régimen democrático es material. Esta corriente se
identifica con una escuela que se llama Neo Constitucionalismo, la cual descansa en una idea
de constitución rígida y sobrevalorada, además con una sobrevaloración de los derechos y un
protagonismo desmedido de los tribunales de justicia, o sea enaltece el rol de éstos. Esta
escuela surge durante la década de los 50 bajo la Corte Warren en Estados Unidos.

Texto: La democracia como régimen político: pág.274 – 276 – 277

Este texto sirve para complementar lo mencionado anteriormente y poder explicarlo de mejor
manera.

Pág. 274, como referencia al relativismo que genera la teoría del régimen democrático:
“Estas afirmaciones de Kelsen y Radbrugh que basan la democracia liberal en el relativismo,
fueron aprovechadas por la crítica antiliberal y antidemocrática. Ésta crítica subrayó los
aspectos agnósticos y sus consecuencias disolventes: ¡Democracia hasta el suicidio! En la
medida en que no existen, para el demo liberalismo, afirmaciones y verdades absolutas se
deduce que el parlamentarismo, la democracia discutidora, socavan su propia permanencia y
abocan a su autodestrucción”

Pág. 276, sobre las notas históricas del Protestantismo, demostrando la diferencia entre la
democracia griega y la clásica:
“En efecto, la democracia griega y la república romana mantuvieron un concepto de la libertad
diferente del moderno y contemporáneo, sus bases sociales y económicas (sociedad
esclavista, mercados reducidos, etc.) son también distintas en una democracia moderna y
contemporánea. Insistamos en que el ejemplo democrático clásico puede considerarse
modélico, pero en modo alguno efectivo con la posteridad moderna y contemporánea. La
nomenclatura (politia= democracia; república, elecciones, etc), salvando matices y distancias,
se ha conservado, pero las realizaciones concretas han cambiado profundamente”

Pág. 276-277, los antecedentes acerca del Protestantismo:


“Se ha hablado de la relación del protestantismo con el movimiento democrático, pero este
tema debe examinarse con ponderación.”
“Ante todo conviene advertir con Julian Hatschek que, aunque en los movimientos
reformadores se encuentran elementos democráticos (principio de libre examen de las
sagradas escrituras y sacerdocio universal), tanto el luteranismo con su sumisión a los
principios seculares como el aristocratismo de la teocracia calvinista, frustran la plena
realización democrática “

“El legado puritano es, pues capital para la configuración de la democracia y de los conceptos
básicos de su derecho constitucional: Constitución escrita, resultado de un pacto; poder
constituyente, rigidez constitucional; separación de poderes: garantía de los derechos y
libertades fundamentales” .

Ya entrando a la última parte del semestre comenzaremos con la Teoría de la Constitución. Lo


primero que nos interesa al llegar a este tema son dos palabras: Constitución y política.

La Constitución evoca a lo máximo, lo superior, lo supremo y a lo fundamental, por tanto una


Constitución es algo radical, en el sentido que está en la raíz, algo que constituye y
fundamenta.

Por el otro lado, también hay que abordar la palabra política, que evoca a los griegos, a la
polis, que somos seres sociales (Zoon Politikón). Por tanto, la Constitución política es algo
fundamental o máximo para convivir, relacionada directamente con la sociabilidad humana.
Una Constitución entonces es una norma para convivir y tiene la forma del derecho (normas
jurídicas), pero antes de una norma, es un acuerdo político.

Siguiendo a Pablo Lucas Verdú, basándonos en la visión de Schmitt, una constitución es una
estructura jurídica política de la convivencia, es norma y pacto para convivir.

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