Sunteți pe pagina 1din 9

LA INFLUENCIA DEL ESTOICISMO, PLATONISMO Y

GNOSTICISMO EN LAS IDEAS TEOLÓGICAS CRISTIANAS DEL


SIGLO II Y III

Irvin Daniel Miranda Orellana

Estudiante de la Licenciatura en Teología

Universidad Evangélica de El Salvador

id.mirandaorellana@gmail.com

RESUMEN
El presente ensayo tiene como propósito hacer una aproximación filosófica-teológica a
las doctrinas más trascendentales del cristianismo primitivo, las cuales son: la Trinidad,
el Alma y el conocimiento que el hombre tiene de Dios. Estas ideas fueron influenciadas
por el estoicismo, platonismo y el gnosticismo durante el siglo II y III. Los autores
intelectuales del cristianismo primitivo –Tertuliano, Orígenes y Clemente de
Alejandría– vieron en la filosofía griega el instrumental filosófico que les daría el
respaldo epistemológico a sus planteamientos teológicos. Los padres de la iglesia a los
que este ensayo alude no son los más importantes para el cristianismo primitivo, sin
embargo, el influjo de sus ideas teológicas ha tenido una gran repercusión en el
cristianismo patrístico y medieval. El gnosticismo, auxiliándose del platonismo, heredó
al cristianismo la creencia de que Dios es incomparable a cualquier cosa que el hombre
pueda pensar sobre él. Los cristianos gnósticos creyeron que “en el principio sólo
existía el Uno” (el dios de los griegos), el cual es completamente espíritu, perfecto e
incognoscible.

Palabras claves
Estoicismo, Platonismo, Gnosticismo, Cristianismo, El Salvador.
INTRODUCCIÓN
Para ofrecer un panorama contextual de este estudio es importante tener en cuenta que
la organización política del Imperio Romano y la cultura helenista que dominó en gran
parte del mediterráneo, durante el siglo II y III, posibilitó el surgimiento de algunas
doctrinas elementales para el cristianismo. La formación, consolidación y expansión de
las comunidades cristianas primitivas provocó conflictos políticos contra el Imperio
Romano, ya que la teología de los cristianos denunciaba el culto al emperador y el
politeísmo grecorromano (Aguirre, 2011, p.381). La teología de estos siglos fue
determinante en la historia del cristianismo. En primer lugar, porque determinó lo que
debía entenderse por el verdadero legado de la predicación apostólica. Y, en segundo
lugar, porque se condenó a todos aquellos pensamientos teológicos que se apartaron
de la proto- ortodoxia cristiana, los cuales fueron denominados "herejes" (Ramos, 2005,
p. 139).

Los representantes de la proto-ortodoxia cristiana del siglo II y III fueron Justino e


Ireneo, estos intentaron defender la fe cristiana de las acusaciones políticas de Roma, a
la vez que "emergieron estructuras eclesiales más rígidas y también un depósito
doctrinal" (Räisänen, 2011, p.110). Pero lo que más caracterizó a la teología de estos
siglos fue su interpretación alegórica de la figura del mesías. Los cristianos, oprimidos
y acorralados por el Imperio Romano, vieron en Jesús al mesías redentor que les
rescataría de su sufrimiento del Imperio. Se trató entonces, de una interpretación
apocalíptica, tal y como la imaginaron los judíos, sin embargo, esta concepción
mesiánica de los cristianos en nada se parecía al mesías político de Israel. Así, pues, tras
la consolidación de la ortodoxia cristiana en los posteriores siglos, la imagen del mesías
sufriente fue transmitida por las subsiguientes generaciones cristianas (Räisänen,
2011, p.112).

No debe ignorarse que en el siglo II comenzaron los primeros intentos de establecer el


canon oficial de las Escrituras cristianas. Esto influenció en la teología del siglo II y III,
la cual, a su vez, fue importante para el cristianismo debido a que los apologetas –
defendiéndose de Roma– se vieron en la necesidad de helenizar el cristianismo y
cristianizar el helenismo, dando como resultado una teología filosófica En este contexto
histórico es en el que Tertuliano, Clemente de Alejandría y Orígenes se encargaron de
preparar el camino para el desarrollo filosófico de la dogmática cristiana, y presentaron
a la fe cristiana como una filosofía que empleaba términos y categorías desarrolladas
por el platonismo y estoicismo (Räisänen, 2011, p.458).

Las ideas teológicas de los escritores cristianos del siglo II y III se desarrollaron en
relación con el estoicismo, platonismo y gnosticismo de la época. Los orígenes del
cristianismo no fueron “divinos” o caídos del cielo, sino que responden a un proceso
histórico e intelectual en el que era necesario auxiliarse de la filosofía griega y del
gnosticismo para desde allí formular y exaltar el auténtico pensamiento cristiano. Es
innegable la influencia de la filosofía griega en autores como Tertuliano, Clemente de
Alejandría y Orígenes, ellos no etiquetaron a la filosofía de “pagana”, todo lo contrario,
vieron en ella el apoyo racional de sus ideas teológicas.

Las ideas teológicas más importantes para el cristianismo, como la trinidad, el alma y el
conocimiento que el hombre tiene acerca de Dios se fundamentaron en el materialismo
estoico y en el mundo inteligible de Platón. El presente ensayo no pretende reconstruir
la influencia de la filosofía griega en la teología patrística del siglo II y III, sino sólo
aproximarse epistemológicamente a las creencias cristianas más significativas de
Tertuliano, Orígenes y Clemente de Alejandría y su relación con el estoicismo,
platonismo y gnosticismo.

I. LA INFLUENCIA DEL PLATONISMO EN LAS IDEAS TEOLÓGICAS


CRISTIANAS DEL SIGLO II

En el siglo II la escuela filosófica que estaba en boga era el platonismo, el cual dominaba
ampliamente a la mayor parte de escritores cristianos de la época. Es importante saber
que se trata de un platonismo ecléctico1, fuertemente influenciado por el estoicismo.
Sin embargo, cabe rescatar que el platonismo de los Padres griegos y latinos
(Tertuliano, Justino e Ireneo de Lyon) tomó elementos filosóficos de procedencia
platónica, estoica y, en menor medida, aristotélicos.

1 El eclecticismo filosófico es un intento de tomar “lo mejor” de una enseñanza o doctrina. En este caso,
el platonismo ecléctico se refiere a seleccionar el pensamiento más vital de dicha corriente filosófica
(Mora, 1964, p. 495).
Algunos conceptos filosóficos que impregnaron ciertas ideas teológicas del siglo II
tenían que ver con la distinción de dos mundos, el visible e invisible; el concepto de Dios
como el creador del universo y la creencia de que el alma es inmortal y distinta al
cuerpo. (Fraile, 2006, p. 117). Los padres griegos de la Iglesia fueron los primeros
escritores y teólogos cristianos en usar la filosofía griega para hacer teología, sus
elaboraciones doctrinales fueron tan importantes que sentaron las bases del
cristianismo primitivo y de la Iglesia como institución (Blázquez, 1995, p. 235).

a. Clemente de Alejandría

Clemente proviene de la escuela de Alejandría que se caracterizó por el uso de la


filosofía platónica y por el método alegórico en la interpretación de las Sagradas
Escrituras. Tuvo presente el platonismo en su concepción de Dios y heredó al
cristianismo la noción de la vida contemplativa de Platón (Blázquez, 1995, p. 236). La
idea teológica principal de Clemente es la elaboración del concepto cristiano de la
gnosis, en otras palabras, el conocimiento de Dios. Si la gnosis es el saber más alto al
que hombre puede llegar; tal como planteaba el platonismo, la fe, por otra parte, es la
condición de este conocimiento. La fe es, pues, necesaria para el conocimiento, así como
los cuatro elementos (agua, fuego, tierra, aire) son necesarios para la vida del cuerpo.
Por lo tanto, fe y conocimiento no pueden subsistir la una sin el otro, pero para llegar
de la fe al conocimiento es necesaria la filosofía platónica, según Clemente (Abbagnano,
1994, p.252).

La concepción de la gnosis cristiana de Clemente se remonta a Filón y a la tradición


platónica. La gnosis cristiana desemboca en la trascendencia de Dios, la cual afirma que
el Logos es aquello que lo comprende todo. La distinción de Clemente entre el mundo
inteligible y el mundo sensible es una idea teológica basada en la obra El Timeo de
Platón. De esta manera en Clemente hay una transición del platonismo medio al
neoplatonismo, para sostener desde allí la teoría de la materia2 como principio creador;
este principio creador sería Dios, de acuerdo con Clemente (Blázquez, 1995, p. 36).

b. Orígenes

Fue la figura más relevante de la escuela de Alejandría. La concepción de Dios de


Orígenes se asemeja a la del platonismo del siglo II y a la del neoplatonismo. Siguiendo

2 La teoría de la materia se refiere al materialismo estoico (Mora, 1964, pp. 495-498).


la idea del Dios del platonismo medio3, el Dios de Orígenes es concebido como un ser
engendrado, superior a todos los seres, inmutable e inalterable que supera la barrera
del espacio (Blázquez, 1995, p.236). Para Orígenes el alma, si está unida a Cristo,
consigue ascender a la libertad, hasta alcanzar la libertad. Cuando el alma, en la visión
de Dios se une a él, se vuelve divina e inmortal. Para el platonismo el alma está
encarcelada en el cuerpo, y al morir el hombre, ésta vuelva a quien la dio (Dios) y se
convierte en eterna y libre. Esta idea del alma de Orígenes es una reproducción fiel del
pensamiento platónico (Küng, 1995, p. 48).

Cuando Orígenes habla del Logos, el cual es Cristo, hace clara alusión a la tradición
neoplatónica. El Logos descubre la realidad del Padre, esta misma idea se encuentra en
Plotino –filósofo neoplatónico– cuando habla de la realidad del Uno (Dios). Es
interesante que Orígenes haga una teología del Logos desde las categorías del
neoplatonismo en vez del platonismo, quizá porque el neoplatonismo se prestaba mejor
para que Orígenes hablase sobre el Logos (Villanova, 1987, p.202). Haciendo uso de la
terminología estoica y platónica, Orígenes afirma en su obra Contra Celsum que existen
dos leyes fundamentales de la vida, la naturaleza cuyo autor es Dios y la escrita. Sobre
esta argumentación estoica-platónica, afirma la independencia de los cristianos ante la
ley civil romana. De manera que Orígenes aplicó el principio estoico del derecho natural
para defender la libertad de los cristianos frente a la ley del Imperio Romano.
(Abbagnano, 1994, p.259).

Según Blázquez (1995), el parentesco entre Orígenes y el neoplatonismo es


impresionante. Para ambos Dios es simple, no compuesto e indivisible; Dios es definido
como algo superior al nous (conocimiento) y a la ousia (existencia); Dios es
absolutamente desconocido a la razón humana: Dios crea a los seres haciéndolos
emanar de él mismo, como bien planteó el neoplatonismo. Orígenes entendió la
trascendencia e inmanencia de Dios como el sumo principio de las tres personas de la
Trinidad de Tertuliano. Dios es el nous (conocimiento) totalmente trascendente. Del

3 El platonismo medio fue un período del pensamiento platónico que se desarrolló entre Antíoco de
Ascalón y Plotino, se caracteriza por un rechazo de las posiciones escépticas de la Academia Nueva y una
posición dogmática sobre los principios metafísicos (Audi, 2004, p.769).
nous procede un segundo Dios (Cristo) que es la imagen hipostática4 de Dios. El cosmos,
el mundo, es una especie de tercer Dios que se encarga de hacer retornar el alma de los
hombres al nous, a Dios mismo. Todo vuelve a Dios, así como en el platonismo
(Villanova, 1987, p.202).

II. LA INFLUENCIA DEL ESTOICISMO EN LAS IDEAS TEOLÓGICAS


CRISTIANAS DEL SIGLO III

En el siglo III el estoicismo tuvo mayor recepción que el platonismo porque éste ofrecía
un punto de partida un tanto revolucionario para la época: se pensaba que todo cuanto
existe está compuesto por materia. Era una propuesta interesante y persuasiva, pues
planteaba que tanto el alma o espíritu como la divinidad de Dios son materia, materia
tangible que se manifiesta en la naturaleza y en el mundo. Los padres de la iglesia del
siglo III no dudaron en que el estoicismo podía ser un sólido suelo filosófico factible que
justificase o respaldase sus ideas teológicas. Es el caso de Tertuliano, –considerado
padre latino de la iglesia– quien se auxilió del materialismo estoico para crear y
fundamentar las primeras ideas de la Trinidad (Gilson, 1976, p.92).

a) Tertuliano

Tertuliano fue el filósofo cristiano más relevante del siglo III por ser el único
materialista5 cristiano de su tiempo. Se destacó entre los pensadores cristianos
contemporáneos por crear neologismos latinos –auxiliándose de la filosofía platónica–
que hicieron comprensibles los grandes debates éticos y cristológicos del mundo
griego, además de la formulación de palabras como trinidad, persona, substancia,
sacramento que pasaron a formar parte de la terminología cristiana en las iglesias
occidentales (Sotomayor & Ubiña, 2011, p. 277).

Tertuliano, influenciado por la filosofía estoica, deja entrever cómo su noción de Dios,
el alma y algunos principios éticos se remontan a las más antiguas enseñanzas griegas.
Debido a este influjo estoico, Tertuliano no concibe ningún ser real y sustancial que no
sea cuerpo, es decir, que tanto Dios y el alma son espíritu. A través de los filósofos

4 La unión hipostática se refiere a las dos naturalezas de Cristo, es decir, la humana y divina (González,
2010, p.293).
5 El materialismo estoico expresa que la realidad y todo cuanto existe está compuesto por materia física.
De manera que Dios, el alma y el hombre son seres materiales, corpóreos (Mora, 1964, p.158).
helénicos Crisipo, Posidonio, Filón y Séneca; Tertuliano construyó su conocimiento
sobre Dios y el alma humana (Blázquez, 1995, p. 232).

El materialismo estoico es la base filosófica en la que Tertuliano cimienta las primeras


ideas de su doctrina de la Trinidad. Dios e Hijo son personas divinas iguales en esencia,
el Padre se identificaría con el dios de los filósofos mientras que Jesús con el Dios de la
humanidad. En este sentido, para Tertuliano Dios es eterno e infinito, creador
trascendente de la nada (Blázquez, 1995, p. 233).

El alma es una substancia corporal, Tertuliano trata de demostrar por los evangelios la
corporeidad del alma. En su obra Sobre el alma, según comenta, se dedica a estudiar la
invisibilidad, la forma y el color del alma y a defender su unidad. De manera que, Dios
mismo sería un ser corpóreo, inclusive si Dios es espíritu, pues el espíritu no es
considerado cuerpo en el estoicismo. (Gilson, 1976, p. 94)

III. LA INFLUENCIA DEL GNOSTICISMO EN LAS IDEAS TEOLÓGICAS


CRISTIANAS DEL SIGLO II Y III

El gnosticismo fue un movimiento religioso que surgió en el área mediterránea durante


el siglo I a.C, floreció en el siglo II a.C y desapareció hacia el siglo III. Este movimiento
cristiano afectó no sólo a la filosofía griega, sino también a las religiones y culturas
contemporáneas. El gnosticismo se define como un conocimiento de la realidad del
hombre, dada a conocer por Cristo, el Salvador de la humanidad (Aguirre, 2011, p.445).
El nacimiento del cristianismo en el siglo II no se puede entender si no se precisa que
de fondo están presentes las ideas gnósticas. Se trató de un movimiento aristocrático
que intentó combinar el platonismo medio y el neopitagorismo con elementos
soteriológicos judíos y cristianos (Fraile, 2006, p. 86).

Si durante el siglo II la naciente teología cristiana acogió el dualismo griego, se debió


totalmente al influjo del gnosticismo. El dualismo en el gnosticismo sostiene que existe
una diferencia sustancial entre la materia y el espíritu, el cual consiste en la negación,
rechazo y condena de todo lo que tenga que ver con la materia y el mundo, por ejemplo,
la idea del pecado o mal en el mundo (Aguirre, 2011, p. 445). De acuerdo con Piñero
(2007), las ideas del gnosticismo que se desarrollaron en el seno del cristianismo
primitivo del siglo II son las siguientes6: 1) Dios existe y no es necesario probarlo, este
Dios es imposible de conocer en sí mismo en su esencia, es el Uno de los estoicos. 2)
Dios es un ser complejo, fundamento último de la realidad. 3) Dios, el Ser trascendente,
quiere manifestarse y revelarse a la humanidad. (Piñero, 2007, p.96).

El gnosticismo, apoyándose en el platonismo medio, le heredó al cristianismo primitivo


la creencia de que existe una deidad (el Dios cristiano) absolutamente diferente de
cualquier cosa que seamos capaces de imaginar o pensar, un Dios que no puede ser
descrito por palabras humanas. De manera que los cristianos gnósticos afirmaron que
en el principio sólo existía el Uno (el dios de los griegos), el cual es completamente
espíritu, perfecto e incognoscible (Ehrman, 2004, p.181).

CONCLUSIÓN

Las ideas teológicas del cristianismo primitivo del siglo II y III se vieron influenciadas
por la filosofía platónica, estoica y el gnosticismo. Los conceptos filosóficos griegos del
mundo visible e invisible, la idea de un Dios como creador del universo y la creencia de
que el alma es inmortal y distinta al cuerpo socavaron, en buena medida, los
planteamientos teológicos de Tertuliano, Orígenes y Clemente de Alejandría.

Las ideas teológicas del siglo II y III más sobresalientes son: 1) La Trinidad. Usando el
materialismo estoico Tertuliano construyó las primeras ideas la Trinidad, Dios e Hijo
son personas divinas iguales en esencia, Dios es eterno e infinito, creador trascendente
de la nada. 2) La gnosis cristiana. Clemente se remonta a Filón y a la tradición
platónica para sostener desde allí que la gnosis cristiana desemboca en la trascendencia
de Dios y diferencia el mundo inteligible del mundo sensible. 3) El alma. En Orígenes
la idea del alma se encuentra perfectamente en el pensamiento de Platón. Para el
platonismo el alma está encarcelada en el cuerpo, y cuando el hombre muere, ésta
vuelva a quien la dio (Dios) y se convierte en eterna y libre. El gnosticismo fue el último
movimiento cristiano en ejercer influencias en las jóvenes ideas teológicas del siglo II y
III. Retomando el platonismo medio, heredó al cristianismo la creencia de que Dios es
incomparable a cualquier cosa que seamos capaces de imaginar o pensar, Dios no puede
ser comprendido por el hombre.

6 Reflexiónese por un momento cómo este ideario gnóstico, “herético”, sigue aún presente en algunos
sectores conservadores del cristianismo en El Salvador y América Latina.
BIBLIOGRAFÍA

ABBAGNANO, N. (1994). Historia de la filosofía. Filosofía antigua, filosofía patrística,


filosofía escolástica. Tomo I. Barcelona: Hora, S.A

AGUIRRE, R. (2011). Así empezó el cristianismo. Navarra, España: Verbo Divino.

AUDI, R. (2004). Diccionario Akal de filosofía. Madrid: Akal.

BLÁZQUEZ, J., ARDANAZ, PIÑERO, A. y otros (1995). Cristianismo primitivo y religiones


mistéricas. Madrid: Cátedra.

EHRMAN, B. (2004). Cristianismos derrotados. Los credos proscritos del Nuevo


Testamento. Barcelona: Ares y Mares.

FRAILE, G. (2006). Historia de la filosofía. El cristianismo y la filosofía patrística Tomo I.


Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos.

GILSON, É. (1976). La filosofía en la Edad Media. Desde los orígenes patrísticos hasta el
fin del siglo XIV. Madrid: Gredos.

GONZÁLEZ, J. (2010). Diccionario teológico. Barcelona: Clie.

KÜNG, H. (1995). Grandes pensadores cristianos. Una introducción a la teología. Madrid:


Trotta.

MORA, J. (1956). Diccionario de filosofía. Tomo I. Buenos Aires: Sudamericana.

PIÑERO, A. (2007). Los cristianismos derrotados. ¿Cuál fue el pensamiento de los


primeros cristianos heréticos y heterodoxos? Madrid: Eunsa.

RÄISÄNEN, H. (2011). El nacimiento de las creencias cristianas. Salamanca, España:


Sígueme.

RAMOS, D. (2005). Patrología. Navarra, España: Eunsa.

SOTOMAYOR, M; UBIÑA, J. (2011). Historia del cristianismo. El mundo antiguo Tomo I.


Madrid: Trotta.

VILLANOVA, E. (1987). Historia de la teología cristiana. De los orígenes al siglo XV. Tomo
I. Barcelona: Herder.

S-ar putea să vă placă și