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Viernes 26-4-1985
Señoras y señores:
Esta concepción del mundo difiere de la imagen del mundo materialista, que se propagó
en la vuelta del siglo, para un desarrollo grande y una gran capacidad para integrar
dimensiones aparentemente inconmensurables. Mientras el materialismo tradicional
trataba de desenmascarar como una ilusión la conciencia moral y religiosa del hombre y
a veces combatiéndola activamente, el evolucionismo biológico se siente lo
suficientemente fuerte para motivar esta conciencia operativamente, con las ventajas de
la selección vinculadas a ella, e integrarla en su concepto general.
Sin embargo, esto debe hacerse de tal manera que las razones de las dos opiniones, a
saber en favor y opuesta a la evolución, son ponderadas y juzgadas con la seriedad
necesaria, la moderación y la medida "(cf. Denz.-s. 3896). En base a estas
consideraciones de mi predecesor, no crean obstáculos a una fe rectamente comprendida
en la creación o evolución, o una enseñanza comprendida acertadamente de la
evolución: la evolución presupone de hecho la creación; la creación surge a la luz de la
evolución como un advenimiento que se extiende en el tiempo-como una “creatio
continua "-en que Dios se hace visible a los ojos del creyente como Creador del cielo y
la tierra.
La cuestión del justo límite y de la recta coordinación de las diferentes áreas del
conocimiento humano, que se encuentran en el corazón de la citada afirmación de la
encíclica Humani generis, también ha adquirido nuevas dimensiones a través de la
nueva "imagen evolutiva". En su vasta pretensión ya no es sólo el origen del hombre,
sino, en la acepción más extendida, se trata de reconducir todos los fenómenos
espirituales incluyendo la moral y la religión al modelo-base de la "evolución" a partir
del cual son al mismo tiempo circunscriptas sus funciones y sus límites.
Es evidente que no puede resolverse este problema grave y urgente sin filosofía. Es
precisamente la filosofía la que debe proporcionar una mirada crítica sobre la manera en
que se adquieren los resultados e hipótesis, y diferenciar de las extrapolaciones
ideológicas la relación entre las teorías y las reclamaciones individuales, la naturaleza
de las afirmaciones naturalistas y su alcance, en particular el contenido de dichas
aserciones.
Por estas razones saludo este simposio en el cual científicos competentes y eruditos-
particularmente filósofos y teólogos de diferentes orientaciones y diferentes
especializaciones-han querido dedicarse a este trabajo con la intención de identificar
con precisión los problemas, y por el conocimiento de las cuestiones, elaborar las
respuestas correctas.
En última instancia, se trata de la comprensión del hombre, que sin duda no se puede
separar de la cuestión de Dios. Según un dicho profundo de Romano Guardini, incluye
sólo comprende al hombre quien conoce a Dios. En realidad es sólo desde esta
perspectiva más amplia que sale a la luz la verdadera grandeza del hombre, resulta
evidente que él está en lo más profundo: un ser querido y amado por su Creador, cuya
grandeza inalienable es la capacidad de decir "tú" a Dios.
En este espíritu imparto de todo corazòn la bendición apostólica a todos ustedes por su
trabajo.