LECTURAS INFANTILES -¿Quién anda ahí?

La que hablaba era una ancianita que sonrió al verlos.

Desde la puerta, los invitó a pasar y les dio comida
hasta que, cansados y satisfechos, los chicos se
durmieron.

No sabían que la dulce abuela era, en realidad, la

famosa bruja Nerta y que quería devorarlos. Cuando
los vio dormidos, Nerta aplaudió de felicidad.

Al rato, cansada de mirarlos, la bruja despertó a

En una choza junto al bosque, vivía un leñador con
sus dos hijos. La niña se llamaba Gretel y el niño,
Hansel. Eran tan pobres que muchas veces no tenían
qué comer.
-Mejor que deje a sus hijos en el bosque -opinó un
vecino cierta vez -. Alguien los va a encontrar. Nada
les faltará.
Y repitió su idea hasta que convenció al padre sin
saber que los dos hermanos lo escuchaban.
A la mañana siguiente, el leñador dio dos panes a sus
hijos y los llevó al bosque para dejarlos allí.
Como Hansel se dio cuenta del propósito del padre,
hizo migas de su pan y, mientras andaban, las tiraba
al suelo.
-Ya vuelvo -dijo el hombre cuando estuvieron lejos.
Pero no volvió.
Hansel, lo arrastró y lo encerró en una jaula. Después
despertó a Gretel.
De mal humor, le ordenó que se levantara y que
cocinara para su hermano. -Quiero que se alimente.
Cuando esté bien gordo, lo comeré en la cena -dijo.
Desde entonces, cada día iba a la jaula y pedía al
chico que le mostrara un dedo. Pero en lugar de
obedecer, Hansel le presentaba un hueso de pollo, y
Nerta, que veía poco, creía que no engordaba nada.
-¡Gretel, hoy comeré a tu hermano! -dijo al fin-; me
aburrí de esperar. Y enseguida, arrastró a la
horrorizada niña hasta la puerta del horno encendido.
-Dime si está caliente -pidió con voz inocente.
Pero Hansel adivinó sus horribles intenciones y
empezó a cantar.

-Las migas nos mostrarán el camino de regreso -

suspiró Hansel para consolar a Gretel.
Pero los pájaros del bosque habían comido todo el
pan y los hermanos se perdieron. Entonces
comenzaron a caminar. Anduvieron de un lado a otro
sin saber a dónde ir. Tenían frío, sueño y hambre.

De pronto, vieron una bella cabaña hecha con

terrones de azúcar y corrieron de ella. Sin pensarlo
dos veces, Hansel y Gretel tomaron una teja del techo
y empezaron a comerla. Justo en ese momento,
oyeron una voz.

-Gretel, ten cuidado con la bruja Nerta. Te meterá
adentro del horno y cerrará la puerta.
-Señora Nerta, no sé cómo hacer para abrir el horno -
le mintió la niña.
Irritada, para enseñarle cómo entrar, la bruja metió la
cabeza en el fogón. Enseguida, Gretel la empujó y la
metió adentro. A continuación, cerró la puerta y liberó
a Hansel.
Los dos hermanos se abrazaron emocionados. Y
como ya no tenían miedo, recorrieron la casa de
azúcar y encontraron cofres con monedas de oro que
guardaron en sus bolsillos.
Después, escaparon corriendo hasta llegar a un claro
del bosque donde encontraron a su padre. El hombre
los abrazó con toda su alma y les pidió perdón por
haberlos abandonado.
Entonces, Hansel y Gretel sacaron el oro de sus
bolsillos
y se lo dieron. Desde ese día, se terminaron las
penas, fueron felices y no se separaron jamás.
Cuento de los hermanos Grim.
Adaptación de Noemí de Renzis.
COMPLETE LAS PREGUNTAS SEGÚN EL TEXTO
LEÍDO EN SU CUADERNO.
1. ¿Cómo llegaron Hansel y Gretel a la casa de
azúcar?
2. ¿Por qué entraron en la casa de la bruja?
3. ¿Cómo lograron engañar a Nerta?
Elabore un esquema del cuento en su cuaderno.
¡A DISFRUTAR LAS FÁBULAS!
Lea la siguiente historia de un gran fabulista llamado
Esopo.
La liebre y la tortuga
Cierto día, una liebre se burlaba de
las cortas patas y de la lentitud al
caminar de una tortuga. Pero esta,
riéndose, le replicó:
–Puede que seas veloz como el viento, pero yo te
ganaría en una competencia.
Y la liebre, totalmente segura de que aquello era
imposible, aceptó el reto. Propusieron entonces a la
zorra que señalara el camino y la meta.
Llegado el día de la carrera, arrancaron
ambas al mismo tiempo. La tortuga nunca
dejó de caminar y, con su lento pero
constante paso, avanzaba tranquila hacia
la meta. En cambio, la liebre, que a ratos
se echaba a descansar en el camino, se
dormida.
Cuando despertó, corriendo y saltando lo
más velozmente que pudo, vio cómo la tortuga había
llegado primero obtenido la victoria.
Moraleja
Con seguridad, constancia y paciencia, aunque a
veces parezcamos lentos, obtendremos siempre el
éxito.
Las fábulas son relatos cortos y ficticios que
transmiten una enseñanza a la que llamamos
moraleja. Sus protagonistas suelen ser animales,
que actúan, hablan y piensan como seres humanos.
Escriban al lado de cada cuadro las partes de la fábula de “La liebre y la tortuga” como las recuerdan.

Escriban al lado de cada cuadro las partes de la fábula de “La liebre y la tortuga” como las recuerdan.

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GRAFOMOTRICIDAD