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UBICACIÓN: Este texto viene a completar el diagnóstico que Hegel hizo en el siglo XX, buscando

respuestas en su concepción del arte para comprender los movimientos y el síntoma actual.
Método: va a relacionar el pasado del arte de Hegel con el fin de la historia, el fin de la metafísica
visto por Comte y el fin de la filosofia pensado por Heidegger. Es el fin de un patrón o eidos común
que unifique a toda disciplina y por consiguiente que unifique una visión del mundo. El fin del arte
está enclavado en este horizonte cultural que tiene que ver con la caída de algo común.

Lo divino ya no se manifiesta directamente a través del arte, ni de la metafísica, la filosofía y la


ciencia. Este proceso de secularización a fines del siglo XIX determinó decididamente el progreso
del arte. Fue el fin de la gran evidencia cristiano-humanística. Con ello se perdió el mito común a
todos. Se perdió la gran verdad que todos comprendían y naturalizaban. Esto lo revela también la
arquitectura con el fin del barroco, el último estilo arquitectónico común de nuestra civilización
occidental. Hoy predomina una diversidad de estilos que se levantan unos frente a otros (Ej. de
Gadamer). Sin embargo, “la coincidencia entre idea y manifestación sigue siendo en cierto sentido
una definición válida de lo bello en el arte, pero ya no es una definición evidente, aceptada por
concenso general”. Si esta es una definición posible, se erige como una más entre otras y no la
predominante.

PROBLEMA: EL MITO HA DESAPARECIDO (DIOS HA MUERTO) ¿CÓMO RESPONDE EL


ARTISTA?

Síntoma general: el pluralismo de la experimientación. “Se trata de incorporar arte a una existencia
terriblemente fragmentada.” El fin del arte es en realidad el comienzo del arte nuevo” y mientras las
formas de vida sigan cambiando el arte seguirá muriendo y renaciendo. Ej. de Gadamer: explosión
de la pintura a principios del siglo XX; aparece la pintura abstracta y la consigna del antiarte.

1)EL KITSCH: Un síntoma de la época es la necesidad de algo común. No podemos contemplar


esta manifestación solamente bajo un concepto de calidad negativo. A pesar de ello “una obra de
arte lograda es siempre un intento de logrado de unir lo que se desmorona.” El estilo no preexite
sino que es una larga búsqueda del artista. “Se exige tanto al creador como al receptor vencer la
extrañeza” frente a las diferentes manifestaciones.

2)LA IRRITACIÓN: La obra de arte ya no ofrece un placer gratuito. “El artista desea provocar,
irritar”. En música y en pintura se deja al intérprete el rol protagónico. Lo significativo de la obra
deja de ser deja atrás la identidad de la obra. Ej: las catedrales de Monet o las 40 variantes de
Picasso sobre las Meninas de Velazquez. El receptor, en este punto cobra tanta importancia como el
artista puesto que se crea o se interpreta con el objetivo predeterminado de generar un efecto fuerte
en el receptor. Así, “se le quita la base a la falsa alternativa de producción y recepción”. Sólo en el
reconocimiento alcanza el arte de hoy su realización plena.

3)LA EXCENTRICIDAD: “El artista de la actualidad tiene que luchar contra una marea que
embota toda sensibilidad. Precisamente por eso el artista actual tiene que ofrecer excentricidades
para que la fuerza persuasiva de su obra resulte efectiva y la excetricidad se convierte en una nueva
familiaridad”. La excentricidad llega hasta el límite de lo incomprensible.

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