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Versión preliminar, Para uso interno

Versión preliminar, Para uso interno

Presidenta de la Nación

Dra. Cristina Fernández de Kirchner

Jefatura de Gabinete

Dr. Juan Manuel Abal Medina

Ministro de Educación

Prof. Alberto Sileoni

Secretaría de Educación

Lic. Jaime Perczyk

Jefatura de Asesores de Gabinete del Sr. Ministro


A.S. Pablo Urquiza

Instituto Nacional de Formación Docente



Directora Ejecutiva
Lic. Verónica Piovani

Coordinación Nacional de Tecnicaturas Superiores Sociales y Humanísticas


Lic. Gustavo Wansidler
Versión preliminar, Para uso interno

Postítulo Pedagogía y Educación Social


Pedagogía y Educación Social
EUGENIO PERRONE
Versión preliminar, Para uso interno

Instituto Nacional de Formación Docente


Directora Ejecutiva
Lic. Verónica Piovani

Tecnicaturas Superiores Sociales y Humanísticas


Coordinador Nacional
Lic. Gustavo Wansidler

Área de Fortalecimiento Institucional


Responsable
Prof. Valeria Frejtman

Línea de Desarrollo Profesional


Responsable
Esp. Marcela Browne

Postítulo en Pedagogía y Educación Social


Responsable General
Esp. Marcela Browne

Responsables Pedagógicas
Lic. Marianela Giovannini
Dra. Alicia Villa

Entorno virtual de enseñanza y aprendizaje


Asistente técnico pedagógico
Lic. Alejandro Alfonso

Módulo
Pedagogía y Educación Social

Autor
Prof. Eugenio Perrone

Edición y diagramación
Trad. Vanesa Frejtman

Diseño Gráfico
Dg. Natalia Gloverdans
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5 5.5. Dos observaciones (con yapa) 69

Indice 5.6. La educación de los nuevos sujetos sociales 72

CAPÍTULO 6. Las “minorías” originarias 76


INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS 6
6.1. Las “minorías” originarias 77

CAPÍTULO 1. Hilos que traman el relato 8


CAPÍTULO 7. Sentido común o el pensamiento 86
1.1. Hilos que traman el relato 9 de cuando las cosas funcionan

7.1. Sentido común o el pensamiento de cuan- 87


CAPÍTULO 2. Pro-greso y re-greso 17
do las cosas funcionan
2.1. Pro-greso y re-greso 18
7.2. Des-aprender lo aprendido 91
2.2. Saliendo del discurso único de regreso al Caos 19
7.3. Otros campos del des-aprender 95
2.3. El punto de vista como punto de partida 21
7.4. Problemas pendientes 99

CAPÍTULO 3. Qué es y qué no puede ser edu- 29 7.5. Economía social 104
cación 7.6. Comunicación social 106
3.1. Qué es y qué no puede ser educación 30
CAPÍTULO 8. Los usos variados de un inven- 110
3.2. Brevísimo aporte a una crítica de la calidad 32
to europeo
educativa
8.1. Los usos variados de un invento europeo 111
3.3. La Escuela de las Américas 34
8.2. Arte y comunicación en el circuito del sa- 115
3.4. Obediencia debida y Minoridad 36
ber popular

CAPÍTULO 4. Interviniendo el concepto de Pe- 40 8.3. Las instituciones, como el pez, comienzan 117
dagogía a pudrirse desde la cabeza

4.1. Interviniendo el concepto de Pedagogía 41 8.4. El fogón de la víspera 121

4.2. Otros niveles de intervención (extra) peda- 46


gógicos

4.3. La cuestión social y las ciencias sociales 49

4.4. Un poder propio que se ejerce sin reconocer 52

CAPÍTULO 5. Una genealogía para este presente 57

5.1. Una genealogía para este presente 58

5.2. La pedagogía social 60

5.3. Educación Popular 64 Por razones estrictamente gramaticales y para facilitar


5.4. Pedagogía Comunitaria 67 la lectura, en este Módulo usaremos el género mascu-
lino para referirnos tanto a varones como a mujeres.
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De eso trata este módulo. Más que una propuesta
Introducción de reemplazar o reformular nuestra propia formación
docente, se trata de buscar perspectivas externas al
sistema educativo desde donde evaluarlo y evaluar
La educación y la pedagogía siempre están presen- nuestra tarea, tanto cuando es exitosa como cuando
tes; no sólo en las aulas y en tiempo de clases. Qui- parece caer en saco roto. La perspectiva externa es
zás usted, colega, esté de acuerdo, quizás no, o no necesaria al pensamiento crítico.
tanto. Así que en el comienzo de este módulo con- Fundamentalmente, lo que tratamos, intentamos,
viene dar un aviso: deseamos, es ayudar a generar un tiempo y espacio
Este módulo invita a reflexionar sobre la pedagogía de reflexión grupal e igualitaria sobre cuestiones que
y la educación que ocurren fuera de las aulas, muy no caben en la rutina escolar.
contaminadas por el mundo real y, en muchas oca- Proponemos, entonces, entender la consigna “sa-
siones, alejada de nuestra experiencia profesional a lir del aula” como un “salir de los lugares comunes”,
tal punto que no parecen ni pedagogía ni educación. comprobados, seguros, de manera análoga a un
Colega, está avisado. grupo humano que de pronto se ve obligado a emi-
No encontrará aquí un manual de herramientas para grar y en la intemperie se pregunta ¿qué hacer?
el trabajo educativo con alumnos sino algo previo: Damos por supuesto que toda persona que trabaja
la insistencia en que se trata de un encuentro con en lo que los ministerios nacional y provinciales han
otro cara a cara, sin mediaciones. Vamos a “salir del dado en llamar “políticas y programas socioeduca-
aula” para recorrer otro camino, que requiere poner tivos” siente con cierta regularidad la sensación de
en juego la capacidad de inventar, de acompañar y haberse quedado sin suelo, sin certezas, de haber
dejarse acompañar. “Inventar” y “acompañar” son sido expulsado de las seguridades de un rol institui-
los significados de educación y pedagogía que pri- do y (más o menos) reconocido. Y aun quienes se
vilegiaremos aquí. han vuelto baqueanos, lo son respecto de las prácti-
La educación escolarizada trabaja a partir de fun- cas cotidianas, del arte de inventar lo que hace falta
damentos y proyecto predefinidos institucionalmen- y de mantener el humor.
te. A los docentes en las aulas se nos pide que res- En cambio, sobre los fundamentos y proyecto de lo
petemos los fines de ese proyecto como si tuvieran que hacemos, compartimos la misma ignorancia,
valor universal, sin verificar si son buenos o malos optimista o pesimista, esperanzada o desesperada
para las comunidades en las que nos desempeña- según los momentos.
mos, comunidades que nunca son universales sino “Salir del laberinto”, “atravesar el desierto”, “hacer ca-
concretas, situadas. mino al andar”, porque requiere un esfuerzo singular,
Entonces, ¿qué pasa con aquellas comunidades en no es tarea individual. Por eso el espacio de reflexión
donde los fundamentos, proyecto y fines predefini- colectiva. Intentamos desarrollar una perspectiva inte-
dos institucionalmente arrojan resultados perversos? gral -en el sentido de no corporativa sino social- des-
¿Qué significa nuestra presencia y trabajo allí? ¿Qué de el lugar del que trabaja, de manera que contemos
hacemos luego de diagnosticar un índice de “educa- con criterios propios para comprender los de otros so-
bilidad” bajo y de suicidios, alto? En esas comunida- bre nuestro trabajo y sus consecuencias políticas.
des donde la escuela “no funciona”, ¿no hay educa-
ción ni pedagogía?, ¿nuestro trabajo es inútil porque
no estamos preparados para trabajar así, allí?
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identificación educación-escuela; la fragmentación
Objetivos disciplinaria y la especialización de los campos de
trabajo propia de nuestra formación profesional; la
pretensión de objetividad de dicha formación; la re-
El presente módulo quiere enfatizar algo sabido: la lación teoría y práctica; la capacitación; los concep-
educación no es una actividad autónoma; es decir, tos de sociedad-ciudadanía-cuestión social, institu-
que no se da sus propias leyes o normas. ción-instituido-instituyente, ley, entre otros.
Una segunda cuestión sobre la que nos propone- • Revisar el modo en que posiciones diferenciadas
mos reflexionar: sobre la escuela y el sistema de funcionalmente (tales como educador-educando)
educación pública recayeron numerosos diagnósti- cristalizan como jerarquías políticas (de poder), epis-
cos de crisis terminal durante las décadas de los se- temológicas (de saber) y éticas1.
senta y setenta. Y, siendo que muchos argumentos • Abrir la mirada a una serie de desarrollos teóricos
que fundamentaban esos diagnósticos siguen te- latinoamericanos y del tercer mundo, de los pueblos
niendo peso hoy, ¿cómo es que en la actualidad la originarios y movimientos sociales, así como a prác-
escuela pública y el sistema educativo nos resultan ticas educativas en las escuelas (todavía no debida-
más necesarios que entonces? mente sistematizadas, creemos), que dan cuenta de
Para entrar en esta problemática propondremos los principales cambios ocurridos en las últimas cua-
desnaturalizar la identificación de los conceptos tro décadas, y valorarlos como experiencias desa-
“educación” y “escuela” y recorrer brevemente este rrolladas en paralelo con la educación popular y la
período histórico de la mano de autores que ya lo hi- pedagogía social, co-implicadas con ellas más que
cieron y de nuevos sujetos sociales que hablan con aportantes a ellas.
voz propia. • Reflexionar sobre algunas problemáticas actuales
Con estos objetivos, o bien podríamos encarar un (las discutidas formalmente, las no formalizadas, las
trabajo colectivo durante cinco años que culmine en negadas), su emergencia en el campo educativo y las
una serie de publicaciones, o bien podemos ensayar exigencias que presentan a la tarea educativa.
un relato sencillo:
• de lo que -a nuestro entender- viene ocurriendo en
el campo de la educación;
• de lo que ya no va -el establecimiento escolar como
campana de cristal-;
• y de lo que debería andar con paso más seguro -el
debate y toma de decisión con los interesados di-
rectos más que con expertos- hasta ocupar todo el
campo de nuestra visión.
Intentaremos el relato sencillo.

Para ello, nos proponemos como objetivos:


• Desnaturalizar, desaprender, “movernos” de algu-
nas certezas e inercias instaladas en nuestras prác-
ticas para aportar a la discusión crítica de catego-
rías y asociaciones de significados tales como: la
1 • “Jerarquías éticas” quizás no sea una expresión feliz. Nos referimos con ella a la facilidad con que un superior moraliza a su subalterno cuando éste tiene
dificultades que le impiden cumplir el “deber ser” establecido por las leyes. Las jerarquías institucionalizadas -las que no necesitan ratificarse en cada decisión-
facilitan esta manera de proceder.
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Capítulo 1

Hilos que traman el relato


1.1. Hilos que traman el relato

S i hay una metáfora descriptiva de esta época es


la de “complejidad”, que ha reemplazado con
éxito a la de “progreso” que caracterizaba a la so-
ciedad moderna o, por lo menos, a su ideología bur-
guesa. “Complejo” proviene de complexus que sig-
nifica “tejido junto”.
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1.1. Hilos que traman L
o que sigue, entonces, es la enumeración de “hi-
los” de naturaleza diversa que en el universo so-
cial se “entretejen juntos” con el que consideramos

el relato el nuestro: el de la educación.


• La escuela, el sistema educativo y las pedagogías
que allí caben resumen la educación en una socie-
dad sedentaria, instalada, satisfecha y/o resignada;
los pueblos excluidos tienen la suya propia, en la
que el método consiste en errar (en el doble sentido
de “andar” y “fallar”) hasta “la tierra sin mal” (imagen
de la cosmología guaraní).
• Los excluidos encuentran aliados entre los inclui-
dos oprimidos; la alianza entre víctimas tiene fuer-
za transformadora, instituyente en todos los campos
de la actividad social (también en la educación) e
institucional (la escuela, el sistema educativo).
• La necesidad de quienes trabajamos con excluidos
y oprimidos de tomar posición junto a ellos conlleva
la necesidad de encontrar criterios para transformar
las instituciones (Baremblitt, 2005) y su sentido co-
mún (eurocéntrico, moderno, urbano, en sus moda-
lidades neoliberal y neodesarrolista).
• La Pedagogía Social es uno de los nombres po-
sibles de este esfuerzo transformador-instituyente.
• El encuentro de aliados es fundamental en el de-
sarrollo de la tarea de forjar nuevas herramientas de
organización subjetiva, intersubjetiva y de redes me-
diatas, para incidir en (o no ser arrasado por) las glo-
bales-coloniales.
• El recuento de fuerzas propias incluye a los pue-
blos originarios, los migrantes, los nuevos movi-
mientos sociales, las generaciones jóvenes, las mu-
jeres, los veteranos, el pueblo.
• Las profecías de los sesenta generaron produc-
ciones teórico prácticas que anduvieron “en la calle
codo a codo” con la educación popular y que fueron
“mucho más que dos”.
• Y la lenta construcción a retaguardia del fogón de la
víspera, como el lugar del “pensamiento propio que
antecede al alba” donde “ha de plantearse la libera-
ción que ocurrirá al día siguiente” (Kusch, 2007:662).
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El pedagogo o maestro es concebido aquí como in- connotaciones. Ejemplo: “apareció la yuta,
telectual orgánico de una nueva disciplina integral: tuvimos que correr, me descarté del fierro
educativa, económica y logística, política, social y en un yuyal”. Ellos “se descartan” de las
comunitaria. pruebas que los incriminan, vale decir, las

m
que los incluyen “en la escena del crimen”.

omento ¿Por qué las escuelas “se descartan” de

r
los jóvenes? ¿Cuál es ese crimen de cu-

de eflexión yas pruebas nos libramos al expulsarlos?


Agrego un dato al lector: trabajé nueve
Introducimos a continuación dos textos, uno años como director de la escuela que “des-
escrito desde dentro de la escuela y el otro cartó” a los jóvenes del párrafo inicial, a
desde fuera. Entendemos que pueden re- los que después reencontré en la vecina es-
sultar complementarios o bien parecer im- cuela de “Deserción Cero,…”, entonces, como
pertinentes. No son textos puestos para profesor.
aprender, sino para invitar a la propia En la nueva escuela, donde tuve un vínculo
reflexión sobre el trabajo. más estrecho con ellos, me trataron igual
Para trabajar estos textos, les pro- que al resto de mis compañeros. Recibí
ponemos recortar de cada uno una idea las mismas amenazas y violentas interpe-
o párrafo que les resulte significativo para laciones que ellos, y el mismo afecto físi-
desarrollarlos, refutarlos, mejorarlos, etc. co (caricias, abrazos, besos, palmadas en
el hombro) que todos ellos... palabras de
El descar te aliento, cartas, regalos, la increíble pulcri-
tud y esfuerzo de diseño en sus carpetas.
Jueves 6 de abril de 2005: se cumple un José María responde a la pregunta del exa-
año de la creación de las escuelas secun- men trimestral “¿qué calificación te pon-
darias del Programa “Deserción Cero, Ca- drías por tu trabajo de estos meses?”:
lidad Diez” de la ciudad de Buenos Aires. “Cero”. Concuerdo con él. Las siguientes cinco
Di clases de historia en una de ellas. En preguntas las respondió a la perfección;
mi primer día de clases allí (6 de abril del obtuvo un diez. Durante el año fue padre
2004) reencontré a muchos ex alumnos de por primera vez, su hijo nació mientras él
la escuela vecina; “Deserción Cero…” había estaba internado para rehabilitarse del con-
juntado todo “el descarte”. sumo de pasta base. Ya salió e insiste en
Los adultos asociamos el término “descar- 2005 por cuarta vez en cursar primer año.
te” a los juegos de baraja: librarnos de Un joven tan inteligente como “descartable”;
aquellas cartas que no ayudan a ganar reiteradamente “descartado”. Que en su tra-
un juego. También a ejercicios de análisis: to cotidiano distingue bastante bien entre
desechar aquellos datos que no ayudan a los “efectos de descarte” que producen las
comprender una situación. instituciones y la actitud de los adultos
Este significado permanece en el uso que concretos que estamos a cargo de ellas.
hacen los jóvenes del término “descartar”,
para el que han heredado -además- otras Miércoles 5 de abril de 2005: Huerta Gran-
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de, Córdoba, Seminario Internacional de ajuste para pagarlo- y no redimiremos la
Supervisores de Escuela Media. Fernando culpa si no pagamos la deuda.
Ulloa, médico psicoanalista, tomó al vuelo
la palabra “baqueano” utilizada por el vi- Supongamos que en 2˚ 3a turno tarde, nos
ceministro de educación Alberto Sileoni en encontramos un alumno yanqui o francés
el panel de apertura, e hizo el siguiente recién llegado y muy voluntarioso para su-
relato: la palabra “baqueano” proviene de perar sus obvias dificultades con el idio-
“baquía”. Cuando una expedición española ma local. Seguramente haremos lo necesa-
perdía un barco en las costas americanas, rio para alentar los esfuerzos del joven y
rescataba a los náufragos que podía y el comprender sus dificultades ortográficas,
resto quedaba aquí. Ese resto constituía gramaticales y de vocabulario. Pensando
una “baquía”, una deuda para quienes ha- que a breve plazo será bilingüe, le dare-
bían regresado a España. En ese punto mos crédito.
hizo una digresión: mencionó una palabra Supongamos ahora que en lugar de inglés
alemana que significa a la vez deuda y o francés, los recién llegados tienen por
culpa y agregó: “no se redime la culpa si lengua materna el quechua o el guaraní...
no se paga la deuda”. y continuó el relato: la y que además son pobres, y que además
siguiente expedición española, que llegaba son muchos. Es muy probable que los vea-
dispuesta a redimir la deuda de la anterior, mos antes como ineptos -y así los cali-
encontraba que algunos náufragos habían fiquemos- que como potenciales bilingües.
muerto, otros se encontraban en estado Es muy probable que no tengamos crédito
lamentable y otros se habían dedicado a para darles.
conocer el nuevo hábitat, adaptándose a Ésa es la otra cuestión, la cuestión de-
él hasta el punto que no querían volver a cisiva: nuestros jóvenes son mayoría, y
España. Estos eran los “baqueanos”. la mayoría, son pobres, porque el retiro
Generaciones de jóvenes abandonados como del Estado, nuestra derrota, los desheredó.
náufragos ante la tempestad de los medios Así es que si de darles crédito se trata,
de comunicación, las nuevas tecnologías, la no tenemos suficiente.
distribución masiva de alcohol, armas, es- Pero además son multilingües, pluriexpre-
tupefacientes y miseria... transitan el ha- sivos: alfabetizados en todo aquello que los
cinamiento carcelario -como esclavos en las adultos tememos. ¿Quién educará a quién?
bodegas de barcos negreros- y aprenden ¿Quién está educando a quién? Ellos no
que su vida vale nada. esperan volver a España como los náufra-
A primera vista los adultos vemos jóvenes gos españoles, no añoran un pasado que
sin ley ni valores. La cuestión es que son nosotros quisiéramos restaurar. Ellos son
náufragos, generaciones abandonadas a los baqueanos.
su suerte desde el “retiro del Estado”, ele-
gante eufemismo por “derrota”. Los jóvenes Recuerdos de Alex. Cuando debía comenzar
son nuestra “baquía” -les debemos toda la su tercer año del secundario (marzo de
infraestructura no construida en décadas 2004), supimos que estaba preso. Recibi-
de plata dulce convertible, endeudamiento y mos a su madre, le guardamos la vacante,
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su preceptor conversó con la trabajadora de cuerpos humanos en la quema de los
social del juzgado, remitimos una nota al fondos del barrio. Los maestros pensaban
juzgado reclamándolo como alumno. A fi- que los chicos fantaseaban... que tenían
nes de abril se reincorporó. Nos regaló fantasías truculentas propias de la “po-
un cenicero hecho por él en prisión, para breza mental” de su condición de “negros
la sala de profesores (no pude resistir y pobres”.
me lo robé: está a mi lado mientras esto Hoy sabemos que no fantaseaban, y que
escribo). “los que sabíamos”, no comprendíamos, vale
En el mes de julio, Patricia Redondo me decir, en verdad “no sabíamos”. Los “negros
propone que tres alumnos de mi escuela pobres” siguen siéndolo. La revolución, más
participen de un encuentro de capacitación necesaria hoy que entonces, más justa, fue
docente sobre “escuelas y pobreza”. Allí van derrotada. Los docentes, seguimos dando
Alex de 3˚, una joven alumna madre de 4˚ clases.
año y otro joven de 5˚ -que vive solo y se ¿Y qué más podemos hacer los docentes
mantiene de su trabajo de bajar música sino dar clase?...
de internet, grabarla en CD y venderla en Pero, ¡qué clase la de Alex! -en el doble
la feria de Bonorino- acompañados por sentido de elegancia y lección- contando con
Christian, preceptor de Alex. sencillez la variedad del mundo que ven sus
Fueron cálidamente recibidos por Patricia, ojos, calzados en un cuerpo en permanente
escuchados con atención, aplaudidos; vol- riesgo. El futuro es una hipótesis: la vida
vieron contentos. Luego Patricia me cuenta se vive en presente, a veces es intensa,
que no fue lo que ella esperaba, pero que no siempre.
fue mejor: los docentes escucharon a jóve- Y para escándalo del legalismo escolar, Alex
nes pobres hablar de toda su riqueza y contó que en la escuela tenían libertad para
de la que encuentran entre sus compañeros entrar y salir cuando quisieran. Cosa que
y docentes en la escuela. Hablaron de su fue cierta en ese comienzo de año escolar
rico presente, con naturalidad y convicción, y hasta un par de días después de que
sin alardes ni impostura, como verdaderos Alex lo contó: recibí tantas advertencias
“baqueanos”. acerca del riesgo y “la responsabilidad civil”,
¿Los jóvenes no tienen futuro?, ¿no lo que decidí clausurar la puerta de entrada
ven?, ¿le temen? Probablemente. Sin em- durante el horario escolar.
bargo yo sospecho que esa carencia, ce- Clausurar la puerta de entrada: Ulloa se
guera y temor respecto del futuro, son haría un festín comentando esta decisión
más nuestras -de los viejos- que de ellos: mía, tan obediente de la normativa escolar
son nuestro miedo a ellos. como ignorante de las garantías constitu-
cionales.
Hace un par de años escuché un relato Eugenio Perrone, 2005
de Luis Caveda sobre la escuela de La
Matanza donde es director. Cuando fue a
trabajar allí, durante la dictadura, los chi- Escribimos el texto anterior a mediados de abril
cos hablaban de cadáveres y fragmentos de 2005. Leyéndolo ahora tenemos la impresión de
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que expresa cierta solvencia en el manejo co- humilde pertenencia. También hemos sufri-
tidiano de la tarea, junto a una gran inocencia do balazos, puntazos, y quién de nosotros
respecto de los condicionantes que pesan sobre no conoce algún herido o asesinado en estos
la vida de los jóvenes con los que trabajamos. robos miserables o en estos trágicos en-
Como para cubrir esa falta, incluimos a con- frentamientos. Por eso, este tema, al igual
tinuación un texto reciente (de enero del 2013) que todos los problemas sociales, políticos
producido por rosarinos y que agrega el “plus” o gremiales, debe preocuparnos y nos debe
de un análisis crítico acerca de la idea de los impulsar al compromiso y la participación
jóvenes “Ni Ni” (los que “ni estudian ni traba- popular para enfrentarlo.
jan”). Es el siguiente: En ese sentido, y a los fines de impul-
sar el involucramiento de todos en esta
problemática, nos interesa aportar algunos
Sobre drogas, inseguridad y violencia2 elementos de análisis ya que este tema se
encuentra utilizado desde distintos lugares
A raíz del asesinato de una compañera de manera oportunista y ocultando o pre-
que quedó en medio de un intercambio de tendiendo ocultar algunos elementos indis-
balas entre bandas de jóvenes narcos y pensables que deben tenerse en cuenta.
del ataque que implicó a tres militantes de 1- Estamos ante un problema de muy lar-
un grupo político partidario, sucedidos en ga data, que viene agravándose y que no
enero del 2013, desde la Comisión Gremial solamente compromete a nuestra ciudad,
hacemos las siguientes reflexiones y con- provincia o nuestro país. En ciudades de
sideraciones: Brasil hace años que los narcotraficantes
En todos los barrios populares vivimos, tienen un poder militar que iguala a las
cada día y desde hace largos años, una propias fuerzas represivas del estado. En
importante cantidad de hechos violentos, Colombia el narcotráfico es el tercer ingreso
asesinatos y balaceras que muchas veces de divisas en exportaciones para el país.
son protagonizados por distintos grupos En las calles de Japón, EEUU o Europa se
narcos mayoritariamente integrados por comercializa y consume millones de dosis de
jóvenes. distintas drogas ilegales que se producen
Esta trágica seguidilla de acontecimientos, en base a materias primas de países poco
la repetición enfermiza de esta realidad desarrollados, que se procesan industrial-
que hacen desde la prensa y su utilización mente en amplias unidades productivas,
electoral, no puede confundirnos: estamos que se distribuyen por tierra, mar y aire a
ante hechos violentos cada vez más recu- partir de la utilización de miles de medios
rrentes y preocupantes. de transporte, y finalmente se comercializa
Como trabajadores y militantes sindicales en miles de “establecimientos” o “puntos de
hemos acompañado a varios de nuestros venta” a lo largo y ancho del mundo, para
compañeros en la desesperación por la que millones de personas compren estos
muerte de algún familiar en estos aconte- productos.
cimientos, o por un simple robo de alguna En definitiva: Nos encontramos ante una

2 • Disponible en: http://argentina.indymedia.org/news/2013/01/829558.php. También fue difundido por mail con el siguiente texto introductorio: “Declaración
aprobada por la COMISIÓN GREMIAL el 16/01/2013 - Estimados compañeros: Enviamos la siguiente declaración discutida y votada en la reunión de la Comi-
sión Gremial a raíz de sucesos violentos en distintos barrios populares de la ciudad de Rosario, en el cual falleció una compañera que trabajaba en el Centro
Comunitario San Cayetano y resultaron heridos tres jóvenes que pertenecen al Movimiento Evita. Como se trata de un tema recurrente y que se ha discutido
en cada lugar de trabajo, hacemos conocer nuestra opinión y nuestro humilde aporte sobre esta compleja temática. Solicitamos difusión y agradeceremos el
fraternal intercambio de opiniones sobre este documento. Fraternalmente. Carlos Ghioldi”.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

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actividad económica difundida a escala in- Pensemos esto en ejemplos concretos: Una
ternacional, en la cuál MUCHOS EMPRESA- disputa entre comerciantes de drogas no
RIOS Y EMPRESAS multiplican su capital puede resolverse en un pleito tribunalicio,
a partir de esta acción productiva, indus- una estafa por no entregar productos ya
trial, logística y comercial. pagados tampoco puede arreglarse con
2 – Por ello opinamos que es una enor- “cartas documentos”, un simple robo de
me hipocresía OCULTAR que estamos ante una venta por parte de un empleado tam-
una actividad que es hija directa del actual poco puede tratarse con una suspensión
sistema económico político y social que se o con un despido con causa mediante un
sustenta en la multiplicación del capital, es telegrama.
decir se trata de una actividad capitalista Que un cargamento circule no puede ga-
con todas las letras. rantizarse con una carta de porte o un
3 – Miles de personas en distintos barrios “certificado” para presentar ante controles
y ciudades humildes del continente encuen- camineros o aduaneros.
tran su salida laboral más inmediata y cer- Una disputa por competencia entre comer-
cana (lamentablemente, muchas veces mejor ciantes de drogas por una zona no puede
remunerada) en este circuito de producción, ser llevada ante un organismo que emita
industrialización y comercialización de dro- una “habilitación”.
gas ilegales. En esto se equivocan los que Inevitablemente la ilegalidad de la actividad
hablan de jóvenes “ni, ni” (ni trabajan ni la lleva a la violencia.
estudian). No es así. La producción, indus- El ejemplo histórico más contundente para
trialización, transporte y comercialización de sostener esta afirmación ocurrió en los
drogas genera miles de puestos de trabajo. EEUU en los años de 1920, que por Ley se
4- Como toda droga (legal o ilegal) produce prohibió la producción, la industrialización
un efecto adictivo que garantiza la conti- y la comercialización de bebidas alcohóli-
nuidad en el consumo, con lo cual se asegu- cas... la llamada “Ley Seca”.
ra la actividad a futuro. Es decir siempre Todos hemos visto miles de películas y
habrá mercado para drogas (al igual que leído novelas que hablan de las poderosas
para el tabaco o el alcohol). y violentas mafias que se desarrollaron a
5 - Las gigantescas ganancias que brin- partir de esa situación, para garantizar
da esta actividad industrial y comercial in- la producción, distribución y consumo de
defectiblemente se derivan a los canales bebidas alcohólicas.
financieros que existen para estos fines No olvidamos y compartimos un pensa-
(salvo que alguien crea que está en millones miento que nos dice:
de colchones, el dinero de las drogas está en “La Mafia es un Capitalismo Desorganizado
los bancos, financieras, casa de cambio etc. y el Capitalismo es una Mafia Organizada”
etc. ¿En qué otra parte podrían estar?) 7- A su vez, su condición de ilegalidad,
6- Por tratarse de una actividad ilegal, la obliga a que en el costo de producción deba
única manera de desarrollarla es a través incluirse el dinero necesario para impulsar
de un poderoso aparato armado que ga- formas de corrupción y vinculación con los
rantice y proteja su funcionamiento. organismos que deben asumir su persecu-
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

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ción y su represión. Esto es así en todo el “mano dura” o la “militarización” o la “guerra
mundo. El precio de venta final incluye un a las drogas” (Colombia, México, EEUU, etc.)
porcentaje destinado a silencio, complicidad estas políticas fracasaron y el problema
y permisividad desde jueces, policías, gen- se agravó de manera descomunal después
darmes o militares, etc. etc... de estas medidas.
Sin esta “inversión” tampoco “funcionaría” 2 – Es lamentable que frente a semejante
el negocio. problema social asistamos a los intentos
8- Por último, como toda actividad indus- político partidistas o mediáticos de utilizar
trial y comercial, necesita propaganda y estos hechos como campañas electorales
difusión para que sea estimulado el consu- o como propaganda. Consideramos que la
mo del producto. En este sentido se debe respuesta debe ser política.
comenzar a analizar la propaganda subli- Empezando por políticas que pongan el
minal sobre ciertos valores que nos vienen acento en la investigación, control y con-
bajando desde los medios de difusión y que fiscación del “motor” de esta actividad, del
modelan una conducta social que busca la “corazón” de este negocio, es decir, actuar
solución rápida, individual y sin esfuerzos sobre los capitales, y los movimientos fi-
a los males que nos aquejan. También po- nancieros de los mismos. No tocar esto,
demos incorporar la vulgarización del con- no llevar a fondo la investigación y control
cepto de “una pastillita me cura”, “un granu- sobre el aspecto económico, financiero de
lado efervescente me levanta el ánimo”, etc... esta actividad es dejar en pie la base de
etc... Somos bombardeados por mensajes sustentación de la misma. Sin tocar a los
que fomentan la respuesta química a las capitalistas del negocio de la droga, NO
problemáticas anímicas que nos aquejan. Y HAY SOLUCIÓN POSIBLE.
esa idea está muy presente en cualquier 3 – Acompañar y avanzar en todo proce-
medio de difusión. so de organización social y concientización
En base a estas consideraciones, opina- desde las organizaciones populares que se
mos que este terrible y trágico tema que contraponen a la captación de las bandas
nos asola debe ser abordado por las orga- de narcos y choros. Estimular el desarrollo
nizaciones populares, por los trabajadores y la participación en todas estas orga-
en su conjunto, debe ser analizado y debe nizaciones populares y sociales ayuda a
ser parte de un amplio y urgente debate restablecer lazos de organización y encuen-
para buscar políticas que nos permitan tro en los barrios populares. Aumentar
enfrentarlo. partidas presupuestarias desde el estado
Por ello, desde nuestra organización de para este tipo de actividades.
trabajadores y militantes sindicales pone- 4 - Exigir la profundización de toda política
mos en consideración las siguientes ideas: estatal activa para la creación de puestos
1- No sirve aprovechar estos acontecimien- de trabajo, repudiar a los que critican el
tos para “aumentar el multimillonario nego- “aumento del gasto público” en estas áreas,
cio de la inseguridad”, y meter más arma- ¡nada es más importante que invertir en
mento, balas, custodios y violencia en las puestos de trabajo para la población!!! Si
calles. En todos los países que se aplicó la los fondos no alcanzan... ¡Aumentar los im-
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

16
B iblioteca
puestos a las grandes fortunas, grandes
propiedades y grandes ganancias!
5- Luchar por mejoras en la situación labo-
ral de todos los trabajadores que eliminen • Kusch, Rodolfo (2007): La negación en el pen-
las condiciones de precariedad y los bajos samiento popular, en Obras Completas, Tomo III
sueldos, especialmente en los empleos que Ed. Fundación Ross, Rosario
pueden acceder los jóvenes. De esta forma • Baremblitt, Gregorio F. (2005): Compendio de
los pagos miserables que se consiguen por análisis institucional, Ed. Madres de Plaza de
“meterse” en la actividad de los narcos no Mayo, Buenos Aires
aparecerán “atractivos” para los jóvenes de
barrios populares.
6 - Enfrentar el individualismo y la idea del
progreso rápido y fácil. La única forma de
mejorar la situación del pueblo trabajador
es partir de la organización y la acción
colectiva.
Nada bueno para el pueblo surge del indi-
vidualismo exacerbado y facilista que nos
imponen.
Esperando que estas humildes ideas sirvan
para que los sectores populares podamos
avanzar en enfrentar este problema que
nos aqueja, proponemos acercarse a nues-
tras reuniones para seguir organizándonos
también por estos temas.
Acompañamos todas las acciones que
desde los sectores populares se impulsen
para enfrentar el flagelo del negocio capi-
talista con drogas ilegales.
Pero, especialmente, convocamos a profun-
dizar el debate sobre esta problemática
evitando la utilización política para impo-
ner supuestas soluciones que ya han fra-
casado en el mundo entero como la “mano
dura”, la “guerra a las drogas”, etc...
COMISIÓN GREMIAL
“Trabajadores que hacemos sindicalismo,
no gente que trabaja de sindicalistas”
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

17

Capítulo 2

Pro-greso y re-greso
2.1. Pro-greso y re-greso
2.2. Saliendo del discurso único de regreso al Caos
2.3. El punto de vista como punto de partida

S e trata aquí de poner en cuestión, o des-abso-


lutizar o des-aprender el exagerado valor que
damos al término progreso, para liberarnos un poco
del peso que impone sobre nuestra tarea.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

18
2.1. Pro-greso E
n el primer caso de nuestra cita, las soluciones
las aporta la ciencia (médica, pedagógica, etc.),
con su larga tradición, sus recursos organizativos y

y re-greso materiales, etc. Para el segundo caso, cuando se


declara la necesidad de salvación y junto con ella la
inutilidad de las soluciones existentes, cuando los
límites de la condición humana, de la construcción
Cuando se inflama la garganta y el médico dice social y la ciencia saltan a la vista de todos, enton-
ces, hay que volver a conversar desde el principio.
al paciente que es una laringitis […] cabe pensar
Hay que volver. Regresar.
en una solución. Pero cuando en vez de una
Quien necesite sentir que las cosas están en su lu-
laringitis es un cáncer, la conciencia zozobra. gar y más o menos funcionan, encontrará inútil casi
Ahí en vez de solución se requiere salvación todo lo que aquí se dice. Quien en cambio con cierta
(Kusch, 2007: 480-481) regularidad encuentre que sus rutinas profesionales
hacen agua, quizás pueda hallar alguna sintonía con
los renglones que siguen, junto a la sensación de
que el material es precario, fragmentario, unilateral;
que tiene en cuenta sus propias circunstancias sólo
de manera muy general.
Porque, claro, no son soluciones lo que se busca,
sino más bien algo del orden de un camino de sa-
lida. Y aquí sólo se sugieren algunos criterios muy
generales de orientación; como, por ejemplo, que
las soluciones conocidas crean más problemas de
los que resuelven, o que probablemente el progreso
no siempre sea deseable o posible, o que la palabra
universo queriendo nombrarlo todo quizás nombra
la nada misma. O que quizás, después de todo, no
seamos una especie sedentaria sino nómade… qué
ocurrencia, ¿no?
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

19
2.2. Saliendo del L
a educación es un campo de la actividad social
presente en todas las épocas y culturas; en ese
sentido, podríamos afirmar que es “un universal”. Lo

discurso único de cual equivale a decir que verificamos la existencia


de una constante en la multiplicidad de las culturas
y sociedades.
regreso al Caos Esa constatación es un esfuerzo por afirmar un sen-
tido, el nuestro, como lente o punto de vista desde el
cual observamos el mundo. Pero con ello no reem-
plazamos la real multiplicidad de las cosas -el “mul-
tiverso” o “poliverso”- por un universo.
El único ente real que señala el término “uni-verso”
es el propio punto de vista, el esfuerzo por dar senti-
do al caos primigenio que subsiste detrás de la cara
luminosa de las cosas, y que actualmente designa-
mos de manera menos desalentadora como “multi-
verso”, “poliverso” o “diversalidad”; esforzados eufe-
mismos (pos)modernos, que serán de alguna utilidad
en estas páginas.
Premisa que parece válida: “lo universal sólo se ma-
nifiesta por medio de lo particular…” Pero que, al
rato, se autodestruye: los particulares expresivos de
la universalidad son tantos y tan variados y, en oca-
siones, tan contradictorios y hasta antagónicos, que
resulta dificultoso acomodarlos a todos de manera
armoniosa… excepto que hagamos una selección y
recorte intencionados de los mismos.
Bueno, eso es, precisamente, lo que la neurobiología
estableció que hace nuestro cerebro todo el tiempo;
un proceso autorregulado del cual no tenemos con-
ciencia. Se trata entonces de “tomar conciencia” de
cuáles son los “recortes” que hacemos todo el tiem-
po, no sólo con el cerebro, también con “las tripas”;
para qué “tenemos estómago” y para qué no.
Podemos hacer un razonamiento análogo referido a
lo humano como universal y al individuo moderno
como particular; o a la educación como universal y a
la escuela, la universidad, el sistema educativo como
particulares. Veamos.
Lo humano es la caja significante donde deposita-
mos todos los aspectos de humanidad que experi-
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

20
mentamos o podemos imaginar. Ahora bien: el amor Es relativamente sencillo referirnos a universales. Lo
¿es una posibilidad de lo humano igual que el maltra- concreto, en cambio, siempre es más complejo, tan-
to, el abuso y el crimen?; una clase sobre las guerras to que a veces resulta dificultoso referir a un mismo
del Peloponeso o una representación teatral son es- universal sus distintas manifestaciones concretas.
cenas que asociamos con lo humano ¿y una sesión Algo de eso puede ocurrir con el universal pedago-
de tortura, no?; ¿no nos resultan más humanos el gía y el particular pedagogía social; el universal edu-
león o la3 rinoceronte de la película Madagascar que cación y el particular educación popular (también en
las tribus africanas de la televisión “cultural” o los otros campos, con política y organizaciones políti-
consumidores de paco de la televisión “testimonial”? cas, con seguridad y policía, etc).
Las prácticas educativas siempre son situadas (lo- Estas cuestiones ex profeso4 se plantean aquí con
cal y temporalmente) y, por eso, particulares. Lo uni- la intención de desnaturalizar lo que tiene el aspecto
versal solo existe como postulado u “horizonte” que de obvio, como ocurre con “Lo universal humano”,
guía la acción, vale decir que su existencia real se “La educación”, etc.
verifica como abstracción ideal, no como una con- Por ejemplo, el discurso progresista organiza to-
creción material a la que tengamos acceso directo. dos aquellos términos y construcciones concep-
Entonces, volviendo al principio: al universal edu- tuales que resultan políticamente correctos para la
cación sólo accedemos a través de sus manifesta- sociedad moderna, democrática, que cree en el pro-
ciones particulares y múltiples, como las prácticas greso, y acuña términos como “ancestral” para de-
educativas, los establecimientos educativos, las or- signar aquello que esta sociedad excluye, recha-
ganizaciones y sistemas educativos (o la falta de za o somete (como ser: comunidad indígena, clase
ellos), sus agentes y recursos, sus normativas, iner- obrera, pueblo, educación popular, dignidad nacio-
cias y conflictos, sus “licencias”. nal, religiosidad, etc.). De esa manera, asigna a toda
Y, aun si pudiéramos abarcar esa enorme red ins- evidencia contraria a su fe en el progreso un lugar
titucional de un vistazo, quedarían fuera de este subalterno en el discurso, correlativo de la posición
esfuerzo omnisciente dos dimensiones o niveles subalterna que ocupa en la sociedad. Y, al mismo
educativos que contienen a -y tironean de- esas ma- tiempo, carga la responsabilidad del rechazo, exclu-
nifestaciones particulares: por un lado, los dispositi- sión o sometimiento al atraso o “condición infantil”
vos, mecanismos y contenidos publicitarios y, por el del subalterno.
otro, los esfuerzos de creación y transmisión de sen-
tido en aquellos grupos sociales cuya reproducción
no está garantizada.
Esto es así, no importa qué tan concientes seamos
de ello. En ningún caso podremos señalar alguna de
las prácticas educativas -las reconocidas, las social-
mente invisibilizadas o las inconfesables- como re-
ceta de valor universal, que contenga y agote todo
el significado que puede ponerse en el significante
educación.
Repitamos la premisa que parece válida: lo univer-
sal sólo se expresa de manera concreta por medio
de lo particular.
3 • Es “la” rinoceronte, se llama Gloria y está enamorada de “el” jirafo Melman.
4 • Ex profeso: en el sentido de que provienen de fuera (ex) de las prácticas cotidianas de la profesión docente, por lo que hay que plantearlas deliberadamente
-o ex profeso- para que no queden invisibilizadas.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

21
2.3. El punto de vista E
l punto de vista es siempre una “encarnación” o
determinación propia de lo universal humano y,
dentro del campo de actividad social que comparti-

como punto de partida mos -el de la educación-, el punto de vista del edu-
cador constituye su pedagogía, su propia encarna-
ción (situada, particular, restrictiva y compleja) de la
pedagogía.
En el caso del pedagogo, el propio punto de vista
es siempre un postulado cuya validez debe compro-
barse por los resultados: si nos saca del laberinto,
del útero endogámico, de la entropía, si nos acerca
o no a la meta, si llegamos o no a buen puerto.
Si no funciona, deberá ajustarse, revisando no sólo
el método sino también su punto de partida y su
meta. Habrá que “correr” nuestra autoidentificación
con lo universal humano a otra posición posible y
echar raíces allí para no disecarnos y volver a crecer.
Con lo cual, estamos diciendo que el esfuerzo de
pensar no puede abstraerse del sentir ni del hacer,
y que conocer es un camino cierto y riesgoso de
transformación, que no consiste en “salir de la igno-
rancia”, porque la naturaleza humana no admite las
posibilidades de “ignorancia” o “saber” como con-
diciones absolutas. Nunca salimos de una para en-
trar al otro5.
Enunciamos entonces nuestro propio punto de vis-
ta y lo que intuye o anticipa como meta; como quien
juega una carta y apuesta, riesgo necesario e inelu-
dible en el campo de la educación, en la tarea del
pedagogo y en la vida. Aquí va:
• la sociedad moderna es nuestra referencia hege-
mónica-actual sobre lo universal humano;
• su aparato educativo -la escuela y universidad mo-
dernas- no son la única encarnación posible ni la
más eficaz de la educación;
• la hegemonía o monopolio de una y otra sobre las
posibilidades de lo humano y lo educativo han sido
puestas en cuestión por la propia sociedad moder-
na, por lo que, con más y mejores razones, deben
cuestionarse en cualquier proyecto alternativo.
Este último enunciado es el supuesto a desarrollar a
5 • De paso, nótese que “ignorancia” es un término femenino y “saber”, masculino. Usted dirá: “Pero sabiduría es un femenino”. Claro, pero la sabiduría no
califica en la competencia social. Lo que vale es “el saber”, certificado, profesional… masculino.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

22
lo largo de este módulo. Sólo es posible justificarlo nombra algo que siempre existió y siempre existirá
aquí como toma de posición; su pretensión de vali- (aun quien piense que esto es cierto), sino más bien
dez sólo puede justificarse durante la marcha, ha- como una modalidad exitosa de injusticia, que con-
ciendo camino al andar. Por el contrario, resultará voca a todas las demás; la “miseria planificada” (Ro-
injustificado, disfuncional y disruptivo o subversivo dolfo Walsh)10 por la “mano invisible del mercado”
para quien esté satisfecho o resignado a un punto (Adam Smith), aun frente a gobiernos que intentan
de vista sedentario. ponerle límites.
A manera de adelanto, como para señalar6 un cami- La crisis o “estado de excepción” es la cotidiani-
no, apelamos a un clásico latino, Tucídides, quien es- dad ineludible de las víctimas. En la sociedad mo-
cribió: “En tiempos de paz los hijos entierran a sus derna, desde sus orígenes, las víctimas son efecto
padres. Cuando los padres entierran a sus hijos, es ineludible del progreso (no de la falta de progreso);
tiempo de guerra”. La tarea educativa en territorios en consecuencia, las soluciones progresistas no es-
empobrecidos afronta constantemente esta situación tán hechas para ellas. Por eso, cuando abandonan
de “continuación de la guerra por otros medios”7, la esperanza de progreso, vuelven sobre el pasado
donde los padres velan con culpa y dolor a sus hi- en busca de “valores” olvidados. Y quedan de pron-
jos, y los jóvenes, a sus hermanos o amigos; situación to ante una tarea imposible por lo vasta y compleja:
que desarma toda convicción profesional dejando a sólo superarán el duelo transformando sus causas.
la vista, desnuda, nuestra humanidad. Ya no se trata para ellas, de progresar; su movimien-
Entonces, si nos es posible tolerar esa desnudez, to consecuente tiene más de regresivo que de pro-
puede ocurrirnos a los educadores, recibir lecciones gresivo, por eso ofende las pautas éticas y estéticas
de “valores universales” como la siguiente: “A tu hijo de los sectores medios.
lo vas a llorar toda la vida, nunca te va a doler menos. Necesitan entonces comprobar que algo existió en
Pero ahora es momento de luchar para que a otros todo tiempo y lugar -en nuestro caso, la educación-,
no les pase lo mismo8. y que tuvo modalidades de desarrollo diferentes a
Las “lecciones” a considerar, entonces, son dos: las actuales, para afrontar, con alguna probabilidad
a) que en los territorios empobrecidos por la moder- de éxito, a los expertos que sostienen la modalidad
nidad, en los sectores sociales atrapados en ellos, la actual y al ejército corporativo de profesionales que
política se desarrolla como guerra, cuestión a la que vivimos de ella.
Marx dio el valor de una ley constitutiva de la socie- Mucho más hoy, cuando esos expertos y su ejército
dad: “Esta ley produce una acumulación de miseria contamos con el sostén de redes comunicacionales,
proporcional a la acumulación del capital. La acumu- financieras y políticas nacionales y globales, y con
lación de riqueza de un polo es al propio tiempo, pues, los efectos educativos que esas redes producen.
acumulación de miseria, tormentos de trabajo, escla- Intentamos desde aquí, desde el Estado, ser parte
vitud, ignorancia, embrutecimiento y degradación mo- de aquel proceso: el de poblaciones concentradas o
ral en el polo opuesto, esto es, donde se halla la clase dispersas, mono o pluriculturales, más o menos or-
que produce su propio producto como capital”9. ganizadas por sí mismas o por otros que, en territo-
b) que no deberíamos decir “pobreza” como quien rios empobrecidos de nuestro país y de países her-

6 • “Señalar” es uno de los significados de “enseñar”.


7 • Karl von Clausewitz (1780-1831) en su libro De la guerra, escribió una frase que se popularizo así “la guerra es la continuación de la política por otros me-
dios”. Hemos leído dos textos en los últimos meses que dan vuelta la frase de Clausewitz para caracterizar la política en esta época de globalización como
“una continuidad de la guerra por otros medios”. En estos días, principios de febrero 2013, el diario Página 12 publica un texto de Verbitsky muy ilustrativo al
respecto: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-213590-2013-02-10.html
8 • Esto le dijo la madre de Ezequiel Demonty (joven de Bajo Flores asesinado en el Riachuelo por agentes de policía) al padre de Martín Castellucci (joven de
Barrio Norte, CABA, asesinado en el boliche La Casona de Lanús por un “patovica”).
9 • Carlos Marx: El capital, Libro I, parágrafo 23. Disponible en: http://www.pceml.info/wp-content/uploads/2012/01/Karl-Marx-El-Capital-I.pdf.
10 • Rodolfo Walsh en su Carta Abierta a la Junta Militar de 1977 menciona el “impulso de machacar la sustancia humana hasta quebrarla y hacerle perder la
dignidad” y “una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada”.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

23
manos, buscan suelo firme y un fundamento sólido pensamiento en “no enseña sino el hermano”
donde apoyar su lucha cotidiana por transformar el (tomando la definición de la pedagoga Belén
mundo con la menor pérdida posible de vidas hu- Cairo Sastre) atravesamos enormes difi-
manas -algo que suena bonito por cierto, excepto cultades en el ineludible abismo que plantea
que esa lucha ocurre al interior de todo el sistema abandonar lo aprendido, la verdad hegemó-
institucional (educativo, comunicacional, económi- nica desde la cual fuimos formados como
co, político) tanto como en los barrios, las calles y trasmisores de sus principios, y además
parajes rurales-; y sus víctimas -mediante la alqui- con la característica de ser trasmisores de
mia educativa de los medios de comunicación- apa- calidad, con certificado de autenticidad y
recen como peligrosas y merecedoras de castigo, o legitimación del rol.
bien, desaparecen. El camino del desaprender, absolutamente
La referencia ineludible de esta propuesta es la lar- complejo en sí mismo, además debe ser
ga marcha de los pueblos (pre) americanos. Su pun- practicado en simultáneo con el del nuevo
to de vista, por lo tanto, se propone como punto de aprender.
partida. Tal vez, el mayor desafío de este proceso
resida en convertir en colectivo un trabajo

penarauenta
profundamente subjetivo.

tener En este punto me resulta necesario contex-

c
tualizar desde lo personal, ante la carencia
de conceptualización adecuada y suficien-
te, pido disculpas y distingo los párrafos
Des-aprender para que puedan ser pasados por alto
fácilmente:
La educadora Silvia Sánchez, acercándose a
la jubilación y consultada por nosotros en La verdad hegemónica, al menos desde la
referencia a su trabajo educativo en escuelas segunda mitad del siglo XX, fue monolítica
secundarias -pobres- de la ciudad de Buenos y trasmitida por los medios (La Nación, La
Aires y fuera de ellas, nos envió la siguien- Prensa, Billiken para los niños como yo, la
te reflexión11 que introducimos aquí porque Editorial Atlántida, Constancio C. Vigil, que
nos parece una guía de trabajo adecua- yo casi confundía con un prócer más), y
da a las situaciones que afrontamos. primordialmente por la Educación Pública
y la iglesia católica. La televisión era nue-
Algunas consideraciones acerca va y yo no la recuerdo como formadora
de las dificultades que encontramos en de opinión hasta la dictadura de Onganía,
el desarrollo de herramientas para la mirando desde hoy y en lo cotidiano, pa-
construcción política territorial reciera que la primera dictadura fue la
(Acier tos y desacier tos, dudas de Videla, la radio la recuerdo asociada
y cer tezas de educadores en al entretenimiento y ya en la adolescencia
búsqueda de otros caminos) descubrí a Radio Colonia, como la única que
no aceptaba censura.
Aquellos que encontramos nuestra base de El abismo del desaprender y aprender, en

11 • Mail de febrero 2012. Los resaltados son nuestros.


Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

24
los sesenta y los setenta, se explicaba en esas mismas mayorías referidas.
buena medida, en los conceptos de coloni- El uso continuo, permanente y sistemático
zación cultural y enajenación, desde el pun- de un discurso supuestamente inclusivo,
to de vista planteado por el marxismo, y generalizante y monolítico, que impone infi-
también planteaba una complejidad enorme nitos temas superficialmente, sin distinción
considerando lo subjetivo. La concentración de prioridades, omitiendo los mecanismos
de la información simplemente daba por de razonamiento básico, y que tácitamente
instituido que solamente existía aquello que se atribuye representatividad universal e
estaba en los diarios y en los libros. La incuestionable, nos impone a los sujetos
justicia social se conocía a través del pro- sociales un enorme sentimiento de confu-
pio cuerpo y la igualdad era un concepto sión e incertidumbre, conduciéndonos a to-
remoto. mar, como respuesta a ese malestar, la
Esta contextualización se limita a quienes identidad que ellos definen.
iniciamos la socialización de la escuela pri- No es posible pensar aquello que no tiene
maria en la recién inaugurada Revolución palabras para ser nombrado.
Fusiladora y terminamos la secundaria con
la dictadura de Onganía, Levingston y La- Saliendo del pequeño marco de contextua-
nusse y el ingreso a la Universidad ya lización anterior, el desaprender-aprender
incluía el Cordobazo, el Mayo Francés, el debe ser iniciado en la restitución de iden-
Movimiento de Curas del Tercer Mundo, y tidad de los sujetos sociales en cada con-
un país al que el 7% de desocupación ponía texto.
en guardia, como es bueno recordar viendo
La hora de los hornos, de un Solanas que Procesos del des-aprender y aprender
todavía se nombraba peronista y que no
sabemos cuándo ni por qué dejó de serlo, La restitución de identidad social
tal vez en París, que claramente era “otra En este proceso a cada quien le corres-
cosa”. ponde su tarea, cada actor social aporta
Entre aquello y hoy, medió la aparición, sus conceptos y sus contextos a través de
apogeo y retroceso, aunque no desapari- sus prácticas.
ción, del neoliberalismo político, económico Los educadores, como actores sociales, ne-
y cultural. cesitamos resignificar algunos conceptos
Las mayorías sociales que no eran visibles que, de tan repetidos, fueron vaciados de
en su dimensión y entidad hace medio siglo, contenidos, y que en general son aquellos
hoy son visibles aunque bajo la perma- que aluden a los sujetos y los sucesos con-
nencia del proceso de sustracción de sus siderados como externos a las dinámicas
identidades. de lo escolar.
Yo creo que la sustracción de identidades
que en el cuerpo a cuerpo el terrorismo de El des-aprender
estado aplicó a un universo determinado de En nuestro pensamiento hay dos planos
argentinos, el neoliberalismo lo impuso, a superpuestos, el de la conceptualización
través de sus políticas de comunicación, a teórica, que casi siempre es más amplia
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

25
y diversa, y el de las prácticas cotidianas, donde se desarrollan las relaciones sociales,
con mucha frecuencia atravesadas por los económicas, culturales y políticas, necesa-
límites institucionales y un difuso, aunque riamente deberíamos pensar la metodología
presente, sentimiento de victimización. de análisis de las variables que caracteri-
La aparente contradicción entre los hori- zan al conjunto de esas relaciones.
zontes de ambos planos es un camino de La caracterización del conjunto de relaciones
ida a la frustración, que se supera en la sociales, articuladas con el objetivo de res-
destrucción sistemática y quirúrgica de los titución de la identidad social, nos permiten
estereotipos, a través del proceso de asig- intervenir desde el campo de la educación,
nación de nombres propios, coordenadas teniendo como meta la minimización de la
espacio-temporales y acciones directas a fragmentación social y estableciendo un
todos los actores institucionales y sociales cauce que contenga y oriente la incorpora-
involucrados. ción de los saberes locales, sumando nue-
Cuando los dos planos del pensamiento es- vos sentidos a los proyectos educativos.
tán situados, conceptos como: comunidad
educativa, sujetos de derechos, subjetivi- El aporte de Silvia Sánchez nos parece que
dades, adquieren una nueva dimensión real, sintetiza una serie de “pautas de orientación”12
y se integran fluidamente en las prácticas. que son claves cuando el contexto de la tarea
cambia. En diversas conversaciones y mails a
El aprender lo largo de cuatro años, dijo y escribió párra-
El proceso de destrucción de estereotipos, fos como los siguientes:
es el eje, como decíamos, del desaprender.
La asignación de nombres, palabras y cua- “Otra ciudad crece y crece a espaldas de
lidades a los sujetos sociales, es el eje del la basura. Voy a imprimirte una hermosa
aprender. foto que sacaron los chicos de un volque-
Situar es el ejercicio que da sustento y te repleto y resplandeciente de basura, con
certeza al aprendizaje. los perros y los fisuras alrededor, y que
La restitución de la identidad social se pro- en una de sus paredes tiene un graffiti
duce cuando interactúan los actores socia- que dice ‘LEJOS DEL CIELO’”.
les reales, con sus vínculos y sistemas de “Yo vivo hace mucho con la sensación de
relaciones, y se integran a ese proceso el guerra pero sólo se me hizo una lucecita
conjunto de saberes no locales (la informa- cuando descubrí que casi la mitad de las
ción sistematizada, censos, estudios espe- familias de la escuela tenían un integran-
cíficos, políticas públicas, etc.) que amplia- te muerto violentamente, y que esa muerte
rán y consolidarán los saberes locales. se vive naturalmente, aun con todo el dolor
Dentro de los ámbitos urbanos, es donde pero sin esperanza de justicia”.
más influye el peso del discurso hegemó- “Cada vez más me invade una tristeza que
nico, y en consecuencia domina el desco- no se me va si no es entendiendo algo, al-
nocimiento respecto de las variables que guna cosa, o se me ocurre algo para hacer”.
caracterizan la identidad social. “Me quedé pensando en cuáles eran las
Si pensamos al territorio como el ámbito verdaderas necesidades de herramientas

12 • “La gente aprende aquello que son pautas de orientación en su vida concreta, los saberes prácticos de todos los días por los que se guía para saber ca-
minar por el mundo, para resolver su vida e incluso para responder a la pregunta ¿tiene sentido o no hacer esto o lo otro?” Fornet-Betancourt (2004).
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

26
de prevención para trabajar con los chi- el año electoral (2007), la Mecol (Mesa de
cos que nosotros tenemos. Nuestros pibes Coordinación Local) logró sobrevivir, aun-
son expertos en daño neurológico, sistema que atravesando más de un obstáculo, y
respiratorio, sustancias, métodos de con- sin que se deteriorara la continuidad del
sumo, mezclas, accesorios y leyes referi- objetivo de inclusión. […] Re-aprender las
das al tema pero cuando les preguntás qué prácticas sociales con un objetivo que su-
les pasa, te dicen que les explota la cabe- peraba las demandas específicas de cada
za, que necesitan un trabajo de doce ho- organización, fue el eje de la tarea en los
ras por día, que necesitan estar tranqui- primeros momentos, para permitir poste-
los. Sólo después de mucho tiempo te dicen riormente, la instalación de la inclusión edu-
que se quieren reír, que están tristes, que cativa de los adolescentes como meta a la
tienen miedo...” que cada Organización le aportó diferentes
“Lo cierto es que yo solamente en la litera- miradas y contenidos específicos13”.
tura encontré cómo llevar mi propia triste-
za, siempre, cuando era adolescente y aho-
ra. Yo creo que si dejamos de hablar del En este último caso, “re-aprender” refiere a
vicio o el consumo y hablamos de la triste- dos cosas: la nueva situación de aprendizaje
za vamos a avanzar un paso. Pero ¿cómo -la mesa local- y el proceso al que da lugar, en
puede entender la tristeza de un pibe, un que no sólo se formulan e incorporan nociones
profesional que no tiene registro de su nuevas, sino que se desarrollan vínculos nue-
propia tristeza?” vos o renovados.
“La intervención de los sectores medios so-
bre los sectores populares neutraliza los Dice Silvia Sánchez más arriba: “No es posi-
procesos de elaboración del dolor”. ble pensar aquello que no tiene palabras para
ser nombrado”, y también, “la asignación de
Y en un texto de carácter formal, la evaluación nombres, palabras y cualidades a los sujetos
anual del Programa Nacional de Inclusión Edu- sociales, es el eje del aprender”. Cuando asig-
cativa en su escuela en La Boca, Ciudad de namos nombres a nuevos sujetos sociales, en-
Buenos Aires, escribió: tonces, deberíamos cuidar que sean nombres
significativos para los aludidos, consensuados
“Si la propuesta para los chicos era ‘todos por ellos, nombres que no cosifiquen –que no
a estudiar’, la de los adultos era y sigue nombren sujetos como objetos de una clasifica-
siendo, ‘todos a re-aprender’, a juntar los ción- ni estigmaticen; es decir que no los nom-
fragmentos que en nuestros barrios deja- bren por sus carencias sino por su capacidad
ron las políticas de exclusión aplicadas du- actual y desde sus propios proyectos asu-
rante las últimas tres décadas. […] Tanto midos. En sentido análogo, Fornet-Betancourt
en La Boca como en la Villa 21-24 la mayor (2003) alude a la “vivencia de la impropie-
parte de las Organizaciones Sociales tiene dad de los nombres propios con que nombra-
fuertes vinculaciones con el poder político, mos las cosas… la experiencia de que nuestras
y con los recursos económicos que desde prácticas culturales deben ser también prácti-
ese ámbito se derivan. Pero no obstante cas de traducción”.

13 • Los resaltados son nuestros.


Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

27
Volviendo al texto de Sanchez, la acción de “si- “En uno de los congresos que organizamos
tuar” esas nuevas nociones, nombres y víncu- conocí a Félix Guattari. Conversé mucho con
los, en una trama que dé “sustento y certeza” él, polemicé con él en algunas mesas redon-
a los aprendizajes, se produce “cuando interac- das y me despedí de él con un episodio
túan los actores sociales reales, con sus víncu- gracioso. Le pedí que me dedicase mi ejem-
los y sistemas de relaciones”, no cuando se los plar del Antiedipo que estaba enteramente
reemplaza por un sistema de vínculos forma- subrayado en cinco colores diferentes. El
les propuestos desde una organización externa me dijo: ‘no los estudies así, cortá un pe-
que clasifica para disciplinar. dazo de una página y tratá de inventar
La integración a ese proceso del “conjunto de algo al respecto’. A partir de ahí me volví
saberes no locales (la información sistematiza- a sentir solo millares de veces, y me siento
da, censos, estudios específicos, políticas pú- solo, a menudo, actualmente. Extraño a mis
blicas, etc.)” ocurrirá entonces de manera que amigos, en especial a los que perdí por
no ignoren los saberes locales sino que sirvan causas políticas, a mi familia a la que
para ampliarlos y consolidarlos. No se trata de también perdí por causas biológicas, a mi
que unos saberes (y unos sujetos sociales) ig- patria, que reiteradamente siento perdida
noren a los otros, sino de que entren en diá- por causas éticas. Pero ya nunca me sen-
logo, en situación de paridad. Es la diferencia tí solo teóricamente. Me acompaña infali-
entre organizaciones que acuerdan entre sí con blemente esa simple e insólita exhortación:
autonomía (experiencia social y política institu- ‘tratá de inventar algo’. Tal incitación venía
yente que nos dejó diciembre de 2001) y orga- de un sujeto que, sin ningún título aca-
nizaciones que desarrollan una relación vertical, démico y ya conocido en el mundo entero,
de dominación/subordinación. parecía junto con, pero hasta más aún que
su fabuloso colaborador, Gilles Deleuze, ha-

m
berlo reinventado ‘todo’. Esa humilde y hu-
omento
de reflexión
morística ‘autorización’, procedía de alguien
para quien, todo lo que él había inventado,
no tenía otro valor que el de intensificar
en todos los otros, en cualquier otro, una
Volvemos a sugerir una lectura re-creativa del potencia de inventar que, para Guattari,
texto de Silvia Sánchez. Luego, recorten algo era lo único que importaba. En realidad yo
significativo y escriban a partir de él. Habrá ya sabía eso, pero necesité vivirlo en un
quien guarde reflexiones escritas emparenta- encuentro para creerlo. Me había acostum-
das con éstas, o artistas que puedan dibujar brado demasiado a la tradicional diferencia
o componer; también es válido. En ningún caso jerárquica entre los que ‘saben’ y los que
se espera un acuerdo con lo leído. Sí se espera ‘no saben" (Baremblitt, 2006).
una producción personal (las producciones gru-
pales, también son personales y, por lo tanto,
pertinentes).
Esta sugerencia no la inventamos nosotros; la
descubrimos en este relato:
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

28
B iblioteca
• Baremblitt, Gregorio (2006): “Acerca de Felix
Guattari o de como devenir muchos y libres”, en
http://nomadologiaz.blogspot.com.ar/2006/02/
gregorio-baremblitt-acerca-de-felix.html
• Fornet Betancourt, Raúl (2003): “Interculturali-
dad: Asignatura pendiente de la filosofía latinoa-
mericana”, en http://www.afyl.org/fornet.pdf
• Fornet Betancourt, Raúl (2004): Reflexiones so-
bre el concepto de Interculturalidad, Coordina-
ción General de Educación Intercultural Bilingüe,
México, en http://eib.sep.gob.mx/biblioteca/do-
cumentos/reflexiones_fornet.pdf
• Kusch, Rodolfo (2007): El pensamiento indígena
y popular en América, en Obras Completas, Tomo
II, Ed. Fundación Ross, Rosario
• Marx, Carlos: El capital, Libro I, en http://www.
pceml.info/wp-content/uploads/2012/01/Karl-
Marx-El-Capital-I.pdf
• Verbitsky, Horacio: “La noche más oscura”, Pági-
na 12, domingo 10/02/2013, en http://www.pagi-
na12.com.ar/diario/elpais/1-213590-2013-02-10.
html
• Walsh, Rodolfo (1977): “Carta Abierta de un es-
critor a la Junta Militar”, 24/03/1977, en http://
www.derhuman.jus.gov.ar/conti/_pdf/serie_1_
walsh.pdf ; con imágenes en http://www.youtu-
be.com/watch?v=ShN809tDPNE
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

29

Capítulo 3

Qué es y qué no puede ser


educación
3.1. Qué es y qué no puede ser educación
3.2. Brevísimo aporte a una crítica de la calidad
educativa
3.3. La Escuela de las Américas
3.4. Obediencia debida y Minoridad

¿C uáles moldes no escolares dan forma a


nuestra subjetividad, a nuestra sociabilidad?
¿Todo lo que deriva de ello es educación? Aquí se
plantean más preguntas que certezas.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

30
3.1. Qué es y qué no L
a educación, donde sea que ocurra, es un campo
de la actividad social y -como se dijo al principio-
no es una actividad autónoma, vale decir que no se da

puede ser educación sus propias leyes o normas sino que las recibe como
mandato desde otros campos de la actividad social.
Se está señalando aquí algo que debería ser obvio y
no siempre resulta así. Cualquier campo de la activi-
dad humana, profesionalizado o no, existe en rela-
ción con otros campos y, si bien se organiza en torno
a un sentido propio, ese sentido mantiene su poten-
cia convocante en la medida que ejerce su “derecho
de relación”14 con los otros campos de actividad.
En consecuencia, cuando la actividad educativa es
puesta en revisión (uno de los motivos de existencia
de la Pedagogía Social), es porque también entran
en revisión otros campos de la actividad social y sus
vínculos recíprocos.
Estamos hablando de la estructura social y de la re-
visión de su arquitectura; entonces, aunque la con-
versación mantenga su foco en el campo educativo,
cobra dimensión política.
La dimensión política de la educación puede abs-
traerse de la conversación mientras las cosas funcio-
nan como fueron previstas; lo cual no significa que
esa dimensión no exista, sino que ha quedado velada
por la costumbre, naturalizada.
Nos parece útil, en relación con lo dicho, aludir a
los significados comprendidos por la etimología del
término “educación”.
Etimología: La palabra “educación” tiene dos
significados etimológicos derivados del latín:
• educare, que alude a “criar, alimentar, nutrir”;
es decir, a procesos de transmisión;
• ex dúcere, que significa “sacar o conducir
hacia fuera”, y se emparenta a acciones como
las de “in-ventar” (sacar de adentro), “re-velar”
o “de-velar” (quitar un velo que encubre), mos-
trar o como quien dice “poner las cartas sobre la
mesa”, decidir o resolver, pro-yectar (arrojar ade-
lante); es decir, nombra actividades que hacen a
procesos de decisión.

14 • Categoría aymara que en su concepción ocupa el lugar que en la nuestra tiene la categoría de “derecho de propiedad”. Huanacuni Mamani, Fernando
(2010).
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

31
Cuando “las cosas funcionan”, la necesidad subje- a nadie -nadie se educa a sí mismo-, los hom-
tiva e intersubjetiva de tomar decisiones o inventar bres se educan entre sí con la mediación del
nuevas soluciones (aludidas en el término ex dúce- mundo”. Disponible en: http://bibliotecasolidaria.
re), “parece” reducirse a cero. Entonces, el carácter blogspot.com.ar/2009/10/pedagogia-del-oprimi-
político de la educación se retira de la consideración do-de-paulo-freire.html
pública, lo cual resulta funcional al sostén del orden
“normal” de las cosas. En esas circunstancias, la ta- Para quien quiera hacerse una primera idea
rea educativa “parece” reducirse únicamente a los de la obra de Freire y su época, puede re-
procesos de transmisión o nutrición aludidos por el sultar útil la lectura de “Las cuatro etapas
término educare. Eso “parece”; pero no es. Y aquí es de Paulo Freire en sus cinco pedagogías: del
importante hacer dos precisiones: oprimido, de la esperanza, de la autonomía, de
• que ambos significados etimológicos pueden nom- la indignación y de la tolerancia”, texto corto de
brar también lo que Paulo Freire (2005) llamó “edu- Miguel Escobar Guerrero (2007) disponible en:
cación bancaria” (educare o procesos de nutrición) http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=71590112
y “pedagogía del oprimido/educación popular/con-
cientización” (“ex dúcere” o procesos de toma de
decisión).
• que la oposición antagónica entre ambos procesos
(que no es lo que Freire proponía) resulta de la diná-
mica de la sociedad moderna.
Lo que Freire designó con el término crítico-nega-
tivo “educación bancaria” no se refiere al proceso
de transmisión o nutrición en sí, sino a la absolutiza-
ción de ese proceso por sustracción del otro, el de la
toma de decisiones. Absolutización o monopolio que
-por necesidad lógica- sostiene la concepción del
educando como “alumno” (un ser sin luz a quien hay
que sacar de las tinieblas de la ignorancia), como tá-
bula rasa u hoja en blanco sobre la que el pedagogo
imprimirá el soplo del espíritu.

penarauenta
tener
c
Sugerimos la lectura del libro de Paulo Freire
(2005) Pedagogía del Oprimido. En el capítulo
2 desarrolla la concepción “bancaria” de la edu-
cación, la contradicción educador-educando y la
superación de dicha contradicción: “nadie educa
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

32
3.2. Brevísimo aporte L
a concepción de “educación bancaria” com-
prende además los supuestos de que el edu-
cando no forma parte de ninguna comunidad cultu-

a una crítica de la ral y que postergará cualquier decisión acerca de la


orientación de su vida hasta después de obtener su
título (que certificará un saber que es su “propiedad
calidad educativa privada”, vale decir, su posesión de espíritu), aun si
mientras tanto no tiene para comer.
Estas ideas sobre nuestra tarea, es bueno señalar-
lo, no son el resultado de sistematizar la experien-
cia educativa de los educadores, ni derivan del trato
cotidiano y afectuoso -tanto entre jóvenes y adultos
como entre colegas- que la tarea en común requiere
y muchas veces produce.
La sustracción o alienación de los procesos de toma
de decisión, su concentración en pequeños grupos
“profesionales” y el malestar que tal proceso produ-
ce no es un fenómeno exclusivo de la educación;
todo lo contrario, se extiende a lo largo de toda la
estructura institucional y sus prácticas normativas.

“El elemento central del liberalismo no es, como


se asegura a menudo, el individualismo o la idea
de libertad. El elemento central es la creencia en
un progreso gradual e inevitable, a condición sólo
de que éste sea alcanzado de la mano y con la
sabiduría de los competentes y educados espe-
cialistas. En realidad, el capitalismo es un siste-
ma polarizador, y el ideal liberal de un progreso
gradual es irrealizable dentro de nuestro sistema”
(Immanuel Wallerstein)15.

La educación no es posible sin transmisión, pero


lo transmitido no se apropia (no se “digiere”, no se
transforma en energía para la acción) si carece de
un sentido acordado, vale decir, comprendido, un
sentido sentido, valga la expresión, construido, asu-
mido. Es el sentido acordado primero y concretado
después en la toma de decisión sobre tareas a rea-
lizar y sobre ajustes de la organización subjetiva-in-
dividual e intersubjetiva-grupal para poder cumplir-
15 • “Entrevista a Immanuel Wallerstein: Sistema-Mundo y Movimientos Sociales, lo que viene…” Tomado de: en http://www.infoamerica.org/documentos_pdf/
wallerstein2.pdf
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

33
las; es ese momento y no la sola transmisión, el que
asegura el aprendizaje, la apropiación o “digestión”
de los contenidos.
Un ser humano puede “nutrir-se” como tal, es decir,
con su participación integral en el proceso de nu-
trición, o bien, puede “ser-nutrido” a la manera de
los pollos de criadero, alimentados día y noche, mal
dormidos y cargados de químicos, para apurar su
engorde y salida al mercado.
Y da cosa pensar que esto último, en el imaginario
social, suele ser considerado como una “educación
de calidad”.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

34
3.3. La Escuela de U
n estudiante puede ser atosigado de datos y
competencias que no digiere hasta que se lo
conecta a un empleo. Entonces irradiará energía

las Américas 16 -fuerza de trabajo- que aporte a la reproducción del


capital; será “funcional”, “capital humano”. Y puede
aludirse a ello diciendo que tuvo una educación de
calidad. Sin embargo, podemos estar hablando de
un torturador y todo lo dicho sería válido. Aún más,
llevado a juicio podrá argumentar que no hizo más
que lo que aprendió, y hasta “tener razón”; o podrá
argumentar que no se apartó de la normativa institu-
cional porque es un profesional y, como tal, a-políti-
co, y también “tener razón”.
Por eso creemos y proponemos que no debe hablar-
se de educación cuando ocurre transmisión sin toma
de decisión, o viceversa. Un proceso sin el otro, pen-
samos, no constituye educación. Puede ser publici-
dad, no educación; entretenimiento, esparcimiento,
castigo o la reconstrucción forzada del horizonte de
referencias (un papel que cumplen las dictaduras),
pero no educación.
Y, para legitimar un proceso como educación pú-
blica, falta todavía el componente ético-político de
“hacernos cargo”17 de nuestra historia (el texto “So-
bre drogas, inseguridad y violencia” en el capítulo 1
alude a ello).
Actualmente en EEUU e Israel existen leyes que legi-
timan la tortura y que permiten a sus gobiernos esta-
blecer listas de enemigos del Estado que deben ser
asesinados. No es el caso argentino, aquí las leyes
cambiaron. Sin embargo, el funcionamiento habitual
de nuestras instituciones incluye la tortura en algu-
nos segmentos de ellas. Este saber es un patrimo-
nio de los sectores populares que ocasionalmente
es reflejado por notas periodísticas, pero que tanto
el sistema político como el educativo no encuentran
forma eficaz de reconocer y legitimar.
Si los pobres son necesarios, como recomienda el
Banco Mundial, la Constitución Nacional debería
establecerlo más allá de toda “opinología”. Y si no
queremos que así sea, sencillamente no deberíamos
16 • La Escuela de las Américas estuvo situada desde 1946 a 1984 en la Zona del Canal de Panamá, donde actualmente -y desde el año 2000- funciona el
hotel Meliá Panamá Canal. Se graduaron más de sesenta mil militares y policías de hasta veintitrés países de América Latina, algunos de ellos de especial
relevancia por sus crímenes contra la humanidad, como los generales Galtieri y Noriega. Tomado de: http://es.wikipedia.org/wiki/Instituto_del_Hemisferio_Oc-
cidental_para_la_Cooperaci%C3%B3n_en_Seguridad
17 • O bien, contra lo que recomendaba un ex gobernador de la provincia de Buenos Aires, no “hacerse el b@#udo”.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

35
permitir ni la tortura ni la pobreza. En particular no-
sotros -docentes- debemos llegar a comprender ese
saber que es patrimonio de los sectores populares,
para que la solvencia cotidiana en nuestra tarea no
nos impida ver los obstáculos estructurales que las-
timan la vida de los jóvenes18. La educación debería
orientarse entonces a impedir la tortura y la pobreza;
no debería dejar margen a la “acumulación de mi-
seria, los tormentos de trabajo, la esclavitud, la ig-
norancia, el embrutecimiento y la degradación mo-
ral” (Marx)19. La definición acerca de “contra qué” y
“contra quién” educar, que reclamaba Paulo Freire
(1997), tiene aquí dos respuestas claras y concretas
tomadas de nuestra historia presente: contra la po-
breza y la tortura. Porque además, hoy la tortura es
para pobres; su mensaje es que no hay pobreza dig-
na, la pobreza siempre es culpable.
La “Escuela de las Américas” donde militares y ci-
viles latinoamericanos aprendían, entre otras cosas,
formas modernas de tortura, puso al día las leccio-
nes de dominio y subordinación de cuatro siglos
previos de escuela moderna.
Una “escuela de Nuestra América” (José Martí) to-
davía espera ser fundada, aunque brotes incipientes
de tal cosa surgen por todas partes.

18 • Es lo que intentamos mostrar con los textos “El descarte” y “Sobre drogas, inseguridad y violencia”, incluidos en el capítulo 1.
19 • Ver cita completa en el capítulo 2.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

36
3.4. Obediencia C
abe recordar, además, que leyes de estos úl-
timos años20 han variado el estatus jurídico de
chicos y jóvenes, de “objetos de tutela” a “sujetos

debida y minoridad de derecho”, vale decir que reconocemos su dere-


cho a tomar decisiones que afectan su vida. Tal pro-
ceso ha iniciado su marcha instituyente y transfor-
madora que sólo se nos hace visible en la medida
que sintonicemos con él, participando.
La “minoridad” es la condición que las bulas papa-
les y leyes de la corona española reconocieron a los
indios, luego del debate acerca de si los indios eran
humanos o no. Teólogos y reyes resolvieron que sí,
que los indios eran humanos pero “como infantiles”,
por lo tanto debían ser educados y debían trabajar
para pagar esa educación.

para
escuchar
Sugerimos escuchar la canción ¿Menores o ni-
ños? de la murga uruguaya La Mojigata.
Letra disponible en: http://blogs.montevideo.com.
uy/blognoticia_42203_1.html Video disponible en:
http://www.youtube.com/watch?v=8CVwBvq5_Ek

La “obediencia debida”, por su parte, demostró su


efecto perverso en el campo militar, el que todos le
reconocemos como propio. Sin embargo, la deroga-
ción de la Ley de Obediencia Debida afecta a todo
el sistema institucional, incluso a la familia y la crian-
za de los hijos.
Estos cambios legales ponen en cuestión las repre-
sentaciones de los adultos (educadores, docentes,
padres-madres, funcionarios, locutores de noticie-
ros, conductores de programas carroñeros “porque
el público lo pide”) sobre nuestro lugar en la rela-
ción educativa; y entra en franca contradicción, por
ejemplo, con muchos fantasmas que los docentes
con cargo y pasibles de sanción legal asociamos
con figuras como el “cumplimiento del programa” o
la “responsabilidad civil”.
20 • Como la Ley 26061 de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, publicada en el Boletín Oficial N.° 30887 del 18/04/2006.
Disponible en: http://www.notivida.com.ar/legnacional/LEY%20NACIONAL%2026061%20proteccion%20integral.html
Esta ley establece al final de su artículo 3° que “Cuando exista conflicto entre los derechos e intereses de las niñas, niños y adolescentes frente a otros de-
rechos e intereses igualmente legítimos, prevalecerán los primeros”, poniendo en lenguaje legal la vieja consigna política que decía “en este país los únicos
privilegiados son los niños.”
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

37
Volviendo sobre tema anterior: debe rediscutirse hoy crito por el cura Ernesto Narcisi, emigrado de
qué es educación y qué no, de acuerdo a las nece- Bajo Flores, Ciudad de Buenos Aires, a Jujuy,
sidades y posibilidades actuales; no se lo debe dar frente a uno de los nuevos sujetos sociales que
por supuesto. han aparecido con fuerza en la escena pública
No cualquier marca en la subjetividad debe consi- en los años recientes.
derarse educación; no deben serlo la publicidad, el
entretenimiento o esparcimiento, el castigo o la re- Susques, Pór tico de los Andes21
presión. Ninguna actividad que pueda hacerse sin
necesidad de reflexión y toma de decisiones que El Sábado estuve en un paraje llamado San
afecten la propia vida debería llamarse educación, Juan de Quillacas a unas tres horas de
aun si ayudaran a las jóvenes generaciones a “incor- viaje (en la Estanciera... que no es un “bó-
porarse a la sociedad”. lido”... pero...).
El mismo criterio serviría para orientarnos a los do- Después de llegar al poblado, seguí a pie
centes en la elección de aliados estratégicos para unas tres horas más subiendo y bajando
nuestra tarea; buscar, por ejemplo, a quienes tienen cerros hasta la casa de una familia donde
voz propia acerca de qué debe considerarse comu- los vecinos se juntaron “a compartir” (pa-
nicación social y comunitaria y qué no, y compar- labra muy fuerte por aquí...)
tir saberes con ellos; porque su campo de actividad Llegar y “compartir” el día fue muy lindo...
crea el clima subjetivo e intersubjetivo en el que que- Volver, ¡MUY CANSADOR!
damos sumergidos educadores y educandos. Te confieso que esas “caminatas”, tan co-
La calidad educativa consistente en la fórmula "In- munes y simples para mis actuales veci-
glés más TIC" pertenece a un proyecto político defi- nos, son realmente agotadoras para mi...
nido, el neoliberal de los noventa y del Consenso de Será el “peso de los años” o la falta de
Washington, cuya inercia pesa todavía sobre buena estado... no sé, pero ya aprenderé...
parte del sistema educativo y de lo que llamamos Estos días, por aquí estuvieron “teñidos”
“comunidad educativa”. Para los dos aspectos que de carnaval, con una fuerza vital impre-
incluye la fórmula, el de las lenguas y las diversas sionante.
formas de intercomunicación, hay mucha experien- De todos lados se veía “bajar” (a veces su-
cia en desarrollo en los barrios populares y sus or- biendo) a los grupos de vecinos en “tropas”
ganizaciones, incluso en escuelas; experiencias di- o “cuadrillas” que con sus cajas se iban
vergentes de esa fórmula, útiles allí aunque no dejan reuniendo “Pa' cantar coplas”...
de ser formas de resistencia. En espacios comunita- ¡Una antigua forma de contarse cosas de
rios que no se dejan reglar por la hegemonía social, la vida cantándolas!
la cosa toma otra escala. Algo muy parecido a nuestras conocidas

m
“Payadas” sureñas pero en la que par-
omento
de reflexión
ticipan e improvisan TODOS... ¡Grandes y
chicos!
Las “copleadas” son “regadas” con abun-
dante alcohol y en las casas se los invita
Para ejemplificar estas experiencias de resis- a pasar, a comer... y a seguir chupando...
tencia, proponemos la lectura de un texto es- Es hermoso verlos “compartir” con tanta

21 • Mail del sacerdote Ernesto Narcisi a amigos de la Villa de Bajo Flores, mayo de 2003.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

38
naturalidad y esforzarse por hacer que comunicó que me aceptaban como cura!
todos estén cómodos... La “aceptación” fue un largo RITUAL de
Todo esto en el marco de un pueblo real- “mayores” que poniéndose de pie venían a
mente pobre (y muy empobrecido), pero abrazarme y a darme la bienvenida...
con ganas de “compartir”... resistiendo... Como verás los habitantes de Susques sa-
El miércoles de cenizas tuve otra “sorpre- ben hacer las cosas... Aunque seguramente
sa”: esta vez se equivocaron... al aceptarme...
Aquí todo se decide en las reuniones de La “reunión de consejo” siguió largo rato
consejo que son dos en el año. más y al finalizar TODOS vinieron hasta
Estas reuniones están presididas por el “su” Iglesia para que el cura les ponga las
cacique (que aquí llaman responsable) que cenizas benditas.
se elige anualmente y se remueve con la La misa terminó con el “ritual de las abue-
sola decisión de la mayoría EN CUALQUIER las” que una a una se fueron acercando
MOMENTO. hasta “el cura” para darme “la bendición”...
A las reuniones de consejo TIENE que asis- Me pasé casi una hora de rodillas en esta
tir TODO el mundo (Cura, intendente, direc- antigua iglesia del 1592, mientras cada
tora de escuela, director del centro de salud “abuela” me daba la bendición...
y creo que los perros y los monos... que no Sentir el cariño de esas manos gastadas
hay...) y la profundidad de su “respeto” me puso
Allí se le dice a las autoridades qué quiere el corazón “a flor de piel” buscando hacer
el pueblo de ellos y... ¡se les pide cuentas! pie en el misterio de la sabiduría de los
O sea, ¡me c@g# en: “el Pueblo no delibera más pobres.
sino por medio de sus representantes”! Como verás, motivos tengo de sobra para
Alberdi y sus “inventos” constitucionales seguir soñando en poder juntar mi peque-
por aquí no han llegado... ña búsqueda con la larga y sabia búsque-
El miércoles de ceniza se hizo la primera da de los habitantes de estos pagos.
reunión del año... La otra reunión es el 3 Esta “frontera” (Pórtico de los Andes, como
de noviembre. le llaman a Susques) me sigue empujando
En esa reunión se trató el tema (entre a “mirar la vida que crece” por afuera de
muchos otros) de la “aprobación” del cura las estructuras y lejos de los “centros de
nuevo que había mandado el Sr. Obispo... poder”, con el corazón más abierto para
Yo creía que era “una formalidad”... ¡De nin- aprender... y buscar formas para “servir”
guna manera! a esta vida...
¡Me hicieron “rendir examen”! Durante “los carnavales” tuve varias opor-
“Los mayores” me preguntaron DE TODO: tunidades de “compartir” con los jóvenes de
¡Desde mi nombre y apellido, mi lugar de estos pagos que sufren el “tironeo” entre
nacimiento y mis “intenciones” y DOCTRINA! “lo nuestro” y “lo de la escuela”...
Todo con mucho respeto pero con mucha Varios de estos jóvenes están terminando
seriedad... el secundario (aquí en Susques) y sienten
Después de “oírme” se hizo un largo silen- cómo lo que “aprenden” en la escuela es
cio... ¡y recién después el Responsable me “muy diferente” de lo que aprenden “de lo
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

39
B iblioteca
nuestro”.
Saben que la “educación” de la escuela es
“de segunda”... Es que Susques está muy
lejos y los profesores vienen poco y con • Escobar Guerrero, Miguel (2007): “Las
pocas ganas. cuatro etapas de Paulo Freire en sus cinco
Saben que no pueden “competir” con los pedagogías: del oprimido, de la esperan-
alumnos de las escuelas de la ciudad. za, de la autonomía, de la indignación y de
Pero no están “deslumbrados” por lo que la tolerancia”, UNAM, México, en http://
deberían aprender en la escuela... www.redalyc.org/articulo.oa?id=71590112
Quieren a “Esta tierra de nuestros mayo- • Freire, Paulo (1997): Pedagogía de la Autono-
res” y sueñan con respetarla y HONRAR- mía. Siglo XXI editores, México
LA... • Freire,Paulo (2005): Pedagogía del Oprimido.
Están orgullosos de ser “de frontera” y se Siglo XXI Editores, México
los nota con ganas de ser continuación de • Huanacuni Mamani, Fernando (2010): Vivir bien
sus mayores... / Buen vivir. Filosofía, políticas, estrategias y ex-
Me llamó la atención la claridad que tienen periencias regionales. Ed. Del Instituto Interna-
en lo que se refiere al “cuidado de la Tierra” cional de Integración, La Paz. Libro completo en:
como algo tan distinto de las “conciencias http://www.caminantesdelosandes.org/libros/vi-
ecologistas”... virbien.pdf
Saben de “la violencia” que sufren los jó- • Marx, Carlos: El capital, Libro I, en http://www.
venes de “otras partes” y se sienten muy pceml.info/wp-content/uploads/2012/01/Karl-
hermanos de los que “lejos de la tierra de Marx-El-Capital-I.pdf
sus mayores” sufren y luchan por no ser • Wallerstein, Immanuel: “Sistema-Mundo y
“uno más”... Movimientos Sociales, lo que viene”, en http://
Frente a esta “lección” no pude dejar de www.infoamerica.org/documentos_pdf/wallers-
acordarme de “los pibes” del querido Bajo tein2.pdf
Flores y los sentí “extrañamente” cerca de
estos “fronterizos” con sus ganas de “resis-
tir” siendo ellos mismos...
Bueno, así las cosas, sigo intentando ca-
minar (auque me canse) cerca de tanta
vida... tratando de ser fiel a las cosas de
cada día... sin otro “proyecto” que caminar...
aunque “no sepa”...
Te mando un abrazo.
Ernesto

Aplicar a este texto la “sugerencia Baremblitt”:


recorten algo significativo del texto y escriban
a partir de él.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

40

Capítulo 4

Interviniendo el concepto de
Pedagogía
4.1. Interviniendo el concepto de Pedagogía
4.2. Otros niveles de intervención (extra) pedagó-
gicos
4.3. La cuestión social y las ciencias sociales
4.4. Un poder propio que se ejerce sin reconocer

A quí se trata acerca del poder (relativo y limitado,


y por eso mismo, real) de los educadores.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

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“C quien interviene en el campo de la educación
onsideraremos al pedagogo o maestro como
4.1. Interviniendo a la manera de brújula viviente, para marcar un sen-

el concepto de tido a la tarea, conduciéndola hacia un horizonte de-


terminado y renunciando a otros posibles. Porque
toda intervención puede dirigirse a legitimar prácti-
Pedagogía cas de conservación o de transformación”.
Esa era la caracterización inicial que pensábamos
desarrollar. Pero leído el borrador por el pedagogo
Humberto Irahola, él nos señaló la resonancia militar
y el matiz punitivo del término “intervención”. Agre-
gó que cuando las autoridades intervienen una es-
cuela, todos entendemos de qué se trata22.
A partir de esta observación, en clases de Peda-
gogía23 fue surgiendo otra cosa: que la pedagogía
se relaciona con la capacidad humana de acom-
pañar a otro desde un “estado de indigencia hasta
otro de autonomía” (Dussel, 2001). Luego releímos
el siguiente fragmento de Alejandro Moreno Olmedo,
psicólogo social venezolano, que no recordábamos,
y que se refiere a la “palabra, concepto y postura”
de la “intervención”: “Producir desde la modernidad,
cambios en la cultura de un pueblo, esto es, moder-
nizar, no es simplemente mejorarla o fomentar su de-
sarrollo sino sustituirla. Con esa intervención, se tra-
ta de sustituir una cultura por Otra. La intervención
no es diálogo. Ésta supone que la cultura intervento-
ra no tiene que cambiar. Todo el cambio recae sobre
la cultura intervenida, de modo que es un cambio to-
talmente ajeno, enajenante. Y los cambios, dado el
dinamismo de toda cultura, se producen constante-
mente. Pero no es el cambio en sí lo que la cultura
dominante o la modernidad globalizante de hoy pre-
tende, sino el cambio por ella programado y planifi-
cado” (Moreno, 2008).
Lo que dice el autor venezolano vale también para
nuestro concepto de “inclusión”. Incluir implica ha-
cer lugar en las instituciones existentes, a las que se
les cuestionan sus acciones excluyentes pero difícil-
mente su matriz original o su propia existencia.
De todas formas, mantenemos lo dicho en el párrafo

22 • N.a.: Extendiendo la conversación -un lujo posible entre amigos- recordamos la toma de escuelas y universidades por organizaciones políticas y político-
militares durante el gobierno de Héctor Cámpora (mayo-julio de 1973) y la intervención de las mismas durante la dictadura cívico-militar 1976-1983. Por
razones de edad, me tocó cursar el magisterio en el Normal 10 de Capital Federal, en 1977, instituto que fue intervenido en esos días.
23 • Reflexiones hechas en común con los estudiantes de primer y tercer año de Pedagogía Social del IFT N° 28 de la CABA, dependiente de UTE, Unión de
Trabajadores de la Educación. El presente Módulo incluye tres textos de ellos.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

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inicial respecto de la necesidad de marcar un senti- distinto nivel que aquí simplificaremos mencionan-
do a la tarea24; pero este sentido del acompañamien- do cuatro: el subjetivo (lo que uno mismo produce),
to pedagógico se transforma: ya no es una interven- el intersubjetivo (las relaciones cara a cara más cer-
ción que viene desde arriba y desde afuera -que es la canas, por ejemplo, la familia y el grupo de apren-
forma en que se “conduce” un ejército-, avasallando dizaje), el de las redes inmediatas (de vecindad, la
la intuición, los deseos e intereses del otro e incluso escuela, otras organizaciones locales, la comunidad
descalificando su organización subjetiva e intersub- local, clubes, otras dependencias del Estado como
jetiva, sus palabras para nombrar y sus herramien- los centros de salud, etc.) y el de las redes mediatas
tas para actuar. El acompañamiento pedagógico (que (del Estado, del mercado, de las corporaciones de la
hoy llamamos “inclusión”) requiere que los educado- sociedad civil, ya sea provinciales, nacionales, lati-
res aprendamos de los educandos. Requiere un nota- noamericanas o globales) que envuelven a los otros
ble esfuerzo de traducción mutua, para entender algo tres.
que la escuela moderna ignora o niega: que la con- En general, se entiende que la pedagogía se desen-
dición de desarrollo del ser humano -como si dijéra- vuelve en el segundo nivel, el del grupo de aprendi-
mos, “la tierra que necesita un árbol para crecer”- no zaje, y esto porque es el nivel que toma la forma clá-
es la sociedad civil de individuos-ciudadanos (base sica, aparentemente la más adaptada a la actividad
social del Estado moderno), sino la comunidad. de enseñanza-aprendizaje; de ahí el reflejo de identi-
Y la comunidad tiene cultura, no espera a cursar la ficar educación-escuela. Proponemos aquí que sería
escuela o encender la televisión para proveerse de conveniente revisar ambas identificaciones (pedago-
una. No la compra, la cultiva. gía-grupo de aprendizaje y educación-escuela) para
En la reflexión común con los colegas estudiantes de que su uso “funcional” no oculte los condicionamien-
Pedagogía Social, surgió otro aspecto de la relación tos impuestos por “las redes mediatas”, que son las
pedagógica/educativa: la necesidad de que pedago- que planifican, proveen financiamiento y evalúan, es
go y educando orienten su tarea de acuerdo con un decir, las que disponen los fundamentos y el proyec-
interés común (del cual derivará el “método”), porque to de nuestra actividad cotidiana.
el resultado -la meta alcanzada- afecta a ambos. Un Dar cuenta de esas realidades más amplias (como
docente que siente que sus estudiantes son un peli- los medios de comunicación social; o los proyectos
gro social, no educa: enferma y se enferma. históricos no determinados por los márgenes territo-
¿Quiénes nos acompañan ayudándonos a crecer en riales de nuestro país; o los diques que impiden que
cada etapa o circunstancia crítica de la vida? Enten- la experiencia social y comunitaria propia -política,
demos que debe caracterizarse al pedagogo y a la económica, ética, estética- fluya con naturalidad en
pedagogía respondiendo a esa pregunta. las aulas de nuestro sistema educativo en lugar de
Entonces, surgen dos cuestiones. Primero, que las ser sistemáticamente reemplazada por el decir de
etapas y circunstancias críticas de la vida no se pro- autores “im-propios”), y de los efectos que produ-
cesan sólo en las aulas de escuelas y universidades cen en nuestra organización subjetiva e intersubjeti-
y que, por lo tanto, hay mucha tarea educativa y mu- va, sugiere la necesidad de ver la tarea pedagógica
chos pedagogos por fuera de ellas; en los barrios que se extiende más allá de los límites de las aulas.
pobres, por ejemplo, las Madres en Lucha Contra el Algo que ya ha hecho la sociedad moderna (corpo-
Paco, o la Comisión Gremial cuyo texto se incluyó en rativizando a escala global a los medios de comuni-
el capítulo 1. Segundo, y más largo para desarrollar, cación) sin tomarse el trabajo de notificarnos a los
que nuestra subjetividad se forma en relaciones de docentes.
24 • Decía Simón Rodríguez: No se mande, en ningún caso, hacer a un niño nada que no tenga su “porqué” al pie.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

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Debemos poder reconocer la tarea pedagógica su propuesta hoy nos parece desmesurada (“ha de
como tal, donde y cuando se manifieste. Entende- infundirles el placer de vivir” a los jóvenes “y des-
mos que algo de eso hemos aprendido en las últi- pertar el interés por la existencia en el gran mun-
mas décadas con, por ejemplo, las Madres de Plaza do”) conserva sin embargo el sentido etimológico de
de Mayo. Y que deberíamos dar cuenta de lo apren- “escuela” como lugar de “ocio” o “re-creación”. Por
dido en cada institución que frecuentamos, como otra parte, cuando dice “me parece indudable que la
profesionales o usuarios. educación secundaria no cumple tal misión”, con las
debidas excepciones, entendemos que nombra una
Etimología: La palabra “pedagogía” tiene su realidad vigente en muchos lugares.
origen en el griego antiguo paidagogós. Este tér- La cita de Freud sirve para relativizar la identificación
mino estaba compuesto por paidos (“niño”) y entre educación y escuela. La siguiente, de Samir
gogía (“conducir o llevar”). Amín (1976), aporta un dato llamativo: “A principios
El concepto hacía referencia al esclavo que lle- del siglo XX el porcentaje de trabajadores no cali-
vaba a los niños a la escuela. A esos esclavos, ficados no era superior a un tercio de la población
en la Roma clásica se los llamaba adictos, que económicamente activa en Estados Unidos; en 1970
significa “sin palabra”.
este porcentaje alcanza el 70%”.
Otra fuente indica: Pedagogo, según los griegos,
El período del que habla Samir Amín coincide con
era el encargado de guiar a los niños a la escue-
el desarrollo de la educación pública. El proceso de
la. Ellos eran los pintores o escritores que traba-
desarrollo y expansión de sistemas de educación
jaban para las familias acaudaladas de la época.
pública navegó a la deriva del problema que indica
el autor: el desarrollo tecnológico expropia conoci-
Ya en 1910, Freud advertía sobre lo que transmitía mientos y, a continuación, las tierras y puestos de
y no transmitía la escuela: “Todos los presentes ha- trabajo donde esos conocimientos funcionaban. Ta-
brán escuchado con profunda satisfacción el alegato les expropiaciones quedan veladas por la migración
del educador que ha tomado la palabra para exone- de poblaciones que reaparecen en los suburbios de
rar de una acusación injustificada a la institución que las grandes ciudades como trabajadores des-califi-
le es más cara... No dejemos, sin embargo, que nos cados, cuyas estructuras familiares son sometidas
arrastre nuestra simpatía... no todos los argumentos entonces a mediciones de “educabilidad”. Proceso
del educador que me ha precedido me parecen irre- que -de no mediar transformaciones más vastas- en
batibles [...] La escuela secundaria, ha de hacer algo el mejor de los casos concluye con la inclusión de
más que abstenerse de impulsar a los jóvenes al sui- los migrados en nuevos lugares subalternos y, en el
cidio: ha de infundirles el placer de vivir y ofrecerles peor, con su exclusión.
apoyo y asidero en un período de su vida en el cual En ambos casos, mientras no se organizan para
las condiciones de su desarrollo los obligan a sol- ocupar la escena pública y desde allí “decir su pala-
tar sus vínculos con el hogar paterno y con la fami- bra”, se verán a sí mismos y serán vistos por todos,
lia. Me parece indudable que la educación secunda- como responsables de su situación -no calificada,
ria no cumple tal misión y que en múltiples sentidos no “educable”, resistente a la “inclusión”-.
queda muy a la zaga de constituir un sucedáneo para La educación pública, la escuela, la universidad, no
la familia y despertar el interés por la existencia en el pueden por sí frenar ese proceso o resolver el daño
gran mundo”25. que causa: la “acumulación de miseria, tormentos
Freud se refiere aquí al nivel escolar secundario y, si de trabajo, esclavitud, ignorancia, embrutecimiento
25 • Sigmund Freud: “Contribuciones al simposio sobre el suicidio”, 1910. Disponible en http://www.tuanalista.com/Sigmund-Freud/1523/LIV-CONTRIBUCIO-
NES-AL-SIMPOSIO-SOBRE-EL-SUICIDIO-1910.htm
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

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y degradación moral” (Marx)26. Navegan a la deriva ñanza-aprendizaje éticos, prácticos, que requirieron
de otras intervenciones pedagógicas, de los actores logística (ajustes en la organización subjetiva e in-
y dispositivos sociales que modelan la convivencia tersubjetiva de todos los involucrados), ajustes de
humana a escala global. agenda, nuevos aliados de la tarea escolar (come-
La publicidad, la publicidad subliminal, la atmósfera dores barriales con apoyo escolar, centros de salud,
comunicacional y de entretenimiento por consumo y en el más reciente capítulo de organización con-
que respiramos en las ciudades, la tarea “pedagógi- tra la secuencia filicida, grupos de madres contra
ca” de dictaduras (cívico militares o cívico neolibe- el paco, familiares de víctimas de distinto origen30,
rales), prácticas como el secuestro-tortura-desapa- etc.).
rición de personas… Todo esto no significa que aquella escuela anterior
no fuera ética o que esta escuela dejó de enseñar.
-¿Cómo sabés quiénes son los buenos? Se quiere señalar otra cosa: que la ética es el funda-
-Porque son los que más matan, papá.27 mento de la educación y que la política rige la orga-
nización (o reorganización) educativa31.
… el campo educativo y las intervenciones pedagó- ¿Puede el pedagogo desarrollar su trabajo hacia
gicas de agentes y organizaciones extraescolares, adentro del grupo de aprendizaje como si el “mun-
desbordan largamente los dispositivos del sistema do externo” no existiera o como si fuera una varia-
educativo. ble que pudiera abstraerse, cuando ese mundo ex-
Vuelve a presentarse entonces el carácter político de terno es introyectado con violencia y en tiempo real
la educación, que suele resultar polémico entre do- en la subjetividad individual de cada habitante, en
centes28. Toda intervención que impone un sentido proporción directa a su estado de “conexión”, e in-
(o un cambio de sentido) para la convivencia social, versa a su carencia de herramientas propias de or-
afecta la subjetividad y la intersubjetividad de edu- ganización?
cadores y educandos. Ya sabemos que no, e intentamos ser consecuentes
Como se dijo, normalmente se entiende que la pe- con ese saber a lo largo de este módulo dedicado a
dagogía se desenvuelve en el nivel de los grupos de la educación y pedagogía social.
aprendizaje, y que de los otros niveles (subjetivo, de
las redes inmediatas, de las redes mediatas) se en- Dos aspectos más a considerar. El primero es que
cargan otros: padres, psicólogos, guías espirituales, proponer un sentido -ya fue sugerido- no es algo que
líderes de distinto tipo y las organizaciones y siste- el pedagogo decide a capricho. Lo sepamos o no,
mas de cada nivel con sus recursos y reglamentos. cumplimos nuestra tarea como un mandato, o bien,
Sin embargo, en los años recientes, el trabajo edu- como resultante variable del empuje de fuerzas con-
cativo se volvió una suerte de “cada cual, cada cual tradictorias. O ambas cosas a la vez: mientras con-
atiende su juego”, cuando las escuelas empezaron cientemente nos esforzamos en cumplir un mandato,
a recibir masivamente chicos a quienes sus familias también somos sacudidos por las tensiones existen-
no podían alimentarlos. Entonces, la primera ense- tes entre nuestro “mandante” y sus adversarios y an-
ñanza aludió al mandato ancestral “tuve hambre y tagonistas. Paulo Freire (1997) lo decía de esta for-
me diste de comer”29; se transformó en una ense- ma: “La militancia nos enseña que los problemas

26 • Ver cita completa en el capítulo 2.


27 • N.a.: Conversación con mi hijo Salvador, de 5 años, mientras veía un dibujo animado nuevo.
28 • En realidad el sentido común de cualquier profesión resiste las reflexiones políticas sobre sí mismo.
29 • En su Ética de la Liberación Enrique Dussel explica que “dar de comer al hambriento y de beber al sediento” es un mandato ético que el judaísmo tomó
de comunidades egipcias, y que tiene en su forma escrita por lo menos 5000 años de antigüedad.
30 • En la página web de la A.C. Martín Castellucci puede encontrarse una lista de ellas, obviamente incompleta: http://www.acmartincastellucci.com.ar/index.
php/2011/12/10/para-martin-castellucci-a-5-anos-de-su-asesinato-algo-mas-que-un-acto-y-toda-la-emocion/
31 • O, como escribió Aristóteles en su Ética, que “la ética culmina en la política”.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

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pedagógicos son sobre todo, ideológicos y políticos
[…] ¿En favor de qué estudio? ¿En favor de quién?
¿Contra qué estudio? ¿Contra quién estudio?”.
El segundo aspecto a considerar es en relación a los
distintos niveles en que se desarrolla la vida huma-
na por fuera de las aulas y en los que también ne-
cesitamos acompañamiento para superar el estado
de indigencia.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

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4.2. Otros niveles de L
os educadores no nos posicionamos ante los
educandos como padres, psicólogos, curas/pas-
tores/chamanes/rabinos, abogados o líderes políti-

intervención (extra) cos. Nadie nos pide que lo seamos, porque nuestra
función necesaria es otra. Lo cual no quita que, tanto
como los otros nombrados, también influimos en la
pedagógicos organización subjetiva de los educandos, cualquiera
sea su edad y condición, y que en ocasiones nos en-
contramos supliendo la falta de algunos de esos ro-
les, sobre todo en contextos carentes de ellos.
Vale decir que, aunque no podemos ejercer todas
las profesiones, y dado que nuestra tarea se entre-
teje en el cuerpo y el alma de los que acompañamos
y que, en momentos difíciles de anticipar, nuestra
presencia resulta decisiva para ellos, entonces, es
imprescindible que tengamos criterio acerca de eso
que hacen otras profesiones.
El primer criterio, común a todos los campos de acti-
vidad y profesiones, es el criterio ético. Enrique Dus-
sel (2001: 74) lo expresa así: “Si la vida humana es
el criterio de verdad práctica, el principio ético mate-
rial universal puede describirse así: todo el que obre
éticamente debe producir, reproducir y desarrollar la
vida humana en comunidad, en último término de
toda la humanidad, es decir, con pretensión de ver-
dad práctica universal. Este es el contenido y el de-
ber ético por excelencia de todo acto, de toda micro
o macro-institución, o sistema de eticidad cultural”.
La caracterización del principio necesariamente es
genérica, pero no hace falta más que eso para si-
tuaciones en que el educando ante nosotros necesi-
ta un psicólogo o quizás la madre o el hermano que
perdió para siempre o alguien que le dé de comer y
que coma con él. O sí hace falta más: esa caracte-
rización genérica (“producir, reproducir y desarrollar
la vida humana en comunidad”) más la convicción
de que por algo está ahora frente a nosotros, inter-
pelándonos.
Lo que sigue a la aceptación de ese momento es
errar -en el doble sentido mencionado de andar y fa-
llar- hacia "la tierra sin mal” (ver capítulo 1).
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

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El nivel del contexto local -el lugar donde funciona más de otras innumerables, de diferente escala y
el grupo de aprendizaje y las redes familiares, barria- variado colorido, como la del MST36 brasileño, los
les, de organizaciones vinculadas a él- es un tejido zapatistas mexicanos, los pueblos originarios y afro-
social preexistente a la tarea educativa, y muy sen- descendientes en Ecuador, Bolivia, Perú, Colombia,
sible a ella. Si nuestro grupo de aprendizaje funcio- el Caribe, entre otros.
na en una escuela, una directora atenta a este nivel, Tenemos mucho por aprender de todas esas expe-
hace grandes diferencias con otra que priorice las riencias en cuanto al diseño y uso de herramientas
exigencias normativas o de la Inspección32. Porque de organización subjetiva, intersubjetiva-comunita-
sobre su persona recae la posibilidad de que la co- ria y social: ése es el foco de interés pedagógico que
munidad se apropie de la escuela o no, haga de la presentan todas estas organizaciones a la actividad
educación una cuestión de interés público o la man- educativa; es el desafío que se le presenta a los pe-
tenga en el ámbito privado. Ese director o directora dagogos, sean o no docentes.

p mirar
simboliza, encarna y puede desarrollar u obstaculi-

ara
zar el para qué de esa escuela en esa comunidad.
En cuanto a las redes mediatas33, la primera impre-
sión puede ser desalentadora, en el sentido de que
resultan un “más allá” inabarcable. La respuesta
“¡no más inabarcable que los otros tres!” de ningu- Para poner en imágenes este tipo de herra-
na manera tranquiliza. Sin embargo, no puede dejar mientas proponemos el video de “Escuelas
de observarse este nivel porque constituye las cam- Murgueras”:
biantes condiciones de partida globales en las que http://www.youtube.com/user/escuelasmurgue-
vivimos, y porque lo que se resuelve o no se resuel- ras/videos
ve allí afecta nuestra vida y tarea a tal punto que, al Bajo un cielo de raso es una película del Grupo
cabo de un tiempo, uno puede llegar a sentirse ex- Documentalista Maestros de Merlo que cuenta
tranjero en su propia tierra, como si hubiese migra- la historia de “Escuelas Murgueras”, un grupo
do. Algo así sucedió con los habitantes de ciudades de murgas nacidas en escuelas y en otras
que perdieron su fuente de trabajo o de comunica- organizaciones dedicadas a la infancia y la
ción con las privatizaciones de los noventa, como juventud. La película recorre los primeros diez
Sierra Grande, General Güemes, Cultral-Co, etc. años de vida de este proyecto a través de las
Frente a la desalentadora escala de este nivel, vale voces de sus protagonistas. Describe el traba-
una precisión: el talón de Aquiles de las redes me- jo que se han dado durante este tiempo para
diatas es la escena pública, aprendizaje posible para el rescate de la murga como expresión cultural,
quienes vivimos las últimas décadas en América La- del carnaval como la fiesta popular por exce-
tina. Sobre la escena pública y las maneras de incidir lencia, donde el espacio público se transforma
desde ella sobre poderes lejanos, anónimos u ocul- en lugar de encuentro y participación, del arte
tos, contamos con enseñanzas muy claras, como como posibilitador de un crecimiento individual
las de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, los y colectivo. El documental muestra un novedoso
MTD34, el movimiento de comunicación popular35, la trabajo pedagógico que introduce la temática
rebelión de diciembre 2001, etc., en Argentina; ade- de la murga y el carnaval en el ámbito escolar y

32 • Aunque siempre existieron supervisores que le buscan la vuelta a la normativa o la esconden, si es necesario, para priorizar a los sujetos concretos con los
que trabaja. Se trata de que existan más, y de que no estén solos.
33 • Podemos hablar aquí de la jurisdicción, del país, de América Latina, del mundo, de redes de interés que involucren nuestro trabajo en cualquiera de esas
escalas o que produzcan efecto sobre él.
34 • Movimiento de trabajadores desocupados.
35 • La nueva Ley 26522 de Servicios de Comunicación Audiovisual es en buena medida fruto de la lucha de este “movimiento” durante dos décadas.
36 • Movimiento de trabajadores sin tierra.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

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relata experiencias y acontecimientos sin duda
significativos en la construcción de nuevas me-
morias.

Por último, los cuatro niveles señalados de vida hu-


mana y acompañamiento pedagógico se compe-
netran y funcionan simultáneamente, de ahí que no
haya uno de mayor extensión o complejidad que los
otros. La atención y conciencia del pedagogo no
puede abarcar todos los niveles (ni siquiera uno en
forma completa), siempre focalizamos en uno u otro
en alguno de sus aspectos, o bien en el pasaje de la
actividad de uno a otro.
Siguiendo un razonamiento similar, varias décadas
atrás Pichón Riviere (2001) caracterizaba a la Psi-
cología Social como una inter-ciencia. Por su par-
te Violeta Núñez (2007), especialista en pedagogía
social, habla de la necesidad de partenaires (es de-
cir, colegas, camaradas, compañeros) también por
fuera de nuestra profesión: para construir con ellos
los dispositivos apropiados -en el doble sentido de
propios y eficaces- a la tarea educativa orientada a
producir y reproducir la vida humana en comunidad.

A continuación, nos parece necesario agregar algu-


nas reflexiones acerca del paradigma de las ciencias
sociales que alimenta la profesión de educador.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

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4.3. La cuestión social S
i bien nuestro ciclo virtual37 incluye un módulo
específico sobre esta temática, aquí queremos
decir algo acerca de lo social o “la cuestión social”,

y las ciencias sociales porque constituye una parte del campo de análisis
-“siempre más amplio que el campo de interven-
ción” (Baremblitt, 2005)- de la pedagogía social y
porque, como tal, condiciona el ejercicio profesional
del pedagogo.
Lo social se vuelve un problema a atender cuando
pone en cuestión los órdenes político o económico.
De otra forma, podría ser considerado un aspecto
de la base natural del Estado y la economía, o bien
la serie de cuestiones que ocupan a las comunida-
des locales.

El surgimiento de las ciencias sociales es contempo-


ráneo de la segunda Revolución Industrial, del Ma-
nifiesto Comunista y de la aparición del término Pe-
dagogía Social. Surgen en Europa como reacción a
las contradicciones sociales, a las luchas de clases,
que venían a perturbar “la política”, designación que
para entonces sólo se aplicaba a lo que hoy llama-
mos política exterior o internacional.
Para el mantenimiento de un orden interno o social,
que ya no funcionaba “naturalmente”, los nuevos
Estados nacionales europeos comenzaron a necesi-
tar algo más que la represión interna38. El desarrollo
de una política interior fue produciendo -junto a los
derechos sociales (uno de los cuales sería el dere-
cho a la educación) y las organizaciones y burocra-
cias que dan cuenta de ellos- los conocimientos que
se organizaron en las ciencias sociales. Estas disci-
plinas teóricas surgieron, entonces, del esfuerzo por
disciplinar la unidad conflictiva que resultó ser la so-
ciedad moderna, a fin de mantenerla gobernable por
el Estado y productiva para el capital.
En la lógica de esta explicación corresponde señalar
que toda referencia a lo social o a la cuestión social
no deja de ser una denominación eufemística -de-
gradante, despectiva, negadora, empobrecedora-
de lo político. Las burguesías europeas emergentes

37 • Ciclo de Formación Virtual orientado a docentes de todo el país que lleva adelante el Área de TSSyH en el marco de la Línea de Desarrollo profesional.
38 • Bonaparte lo expresó diciendo que se pueden hacer muchas cosas con las bayonetas, excepto sentarse sobre ellas. La imagen sugiere que no es posible
gobernar con el solo recurso de la represión -enseñanza de la sociedad francesa a su clase dirigente cuando puso en la guillotina a Luis XVI, pero que no fue
tenida en cuenta frente a la independencia de Haití (1804)-; por ignorarla, los ejércitos napoleónicos sufrieron su primera derrota no en Europa sino en territorio
americano.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

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heredaron el fastidio de los monarcas de la Santa formado.
Alianza frente a “la cuestión social” o política inte- El sentido común que rige las profesiones sociales,
rior, que es el sentido original del término: la organi- sobre todo cuando se asumen como carreras pro-
zación de la convivencia de unidades menores (co- fesionales, mantiene esta marca de origen, aunque
munidades, tribus, fratrias, ayllus, calpullis) en una invertida40. Es así que hablar con conciencia política
mayor, la sociedad. explícita puede resultar obsceno en el marco de mu-
El segundo gran estímulo para el desarrollo de las chas profesiones, no sólo entre docentes; y soste-
ciencias sociales fue la comparación entre socieda- ner una conducta coherente con tal discurso político
des diversas, motivada por la curiosidad e intereses puede llegar a resultar ofensivo, equivalente a un in-
de las burguesías europeas en expansión y de los sulto para quienes se mantienen en los marcos de la
grupos coloniales asociados a ellas; y su corolario, la profesión como carrera, con pretensión de neutrali-
postulación de modelos ideales de sociedad39. Los dad valorativa y apoliticismo.
parámetros de comparación utilizados por los funda- En muchas ocasiones los comunicadores sociales
dores de las ciencias sociales derivaban de sus pro- se refieren a “los políticos”, dando por sobreenten-
pias sociedades y, dado que las ciencias sociales se dido que los ciudadanos en general no lo somos.
escribieron en alemán, francés e inglés -lenguas que Normalmente, el resto de nosotros, el público, acep-
siguen hegemonizando la producción académica in- tamos esa denominación que identifica la profesión
ternacional-, allí están los modelos de sociedad que política con su campo de actividad. De esa forma,
incorporamos como matriz mientras las estudiamos. los no-profesionales de la política quedamos ubica-
Las sociedades coloniales importamos, junto con las dos fuera de su campo, en situación de a-políticos
ciencias sociales, sus modelos de sociedad ideal (los (algo análogo se produce al confundir el campo edu-
“dioses preestablecidos” dice Enrique Dussel, 1977, cativo con la tarea del profesional educador; de allí
citado más adelante) que hasta hoy colonizan nues- la designación del estudiante o educando como a-
tro pensamiento y organización. lumno, que significa “ser sin luz”).
El problema, obviamente, no es una palabra que
Si sumamos, entonces, el surgimiento de las cien- puede usarse con mayor o menor rigor. El proble-
cias sociales como un esfuerzo de las burguesías ma es asumir con convicción el supuesto de que los
centrales para disciplinar sus sociedades de origen profesionales debemos comportarnos apolíticamen-
y las de sus mercados externos, más la concepción te; porque “a-político” es equivalente a “a-dicto” (sin
empobrecida de la política que suponen y reprodu- palabra), denominación que los romanos daban a
cen (“Es necesario preguntarse por qué la política sus esclavos; y, en la Política de Aristóteles, es equi-
occidental se constituye a través de la exclusión de valente a idiota, denominación que Fernando Ulloa
la vida desnuda”, dice Giorgio Agamben, 1998), ve- (1999) caracteriza como “aquél que no sabiendo a
mos que lo Social constituye un paradigma proble- qué atenerse, termina ateniéndose a las consecuen-
mático. Porque, por un lado, tal paradigma susten- cias”.41
ta el desarrollo de numerosas profesiones -como la Lo que a todas luces no tenemos los profesionales
pedagogía social- así como las políticas de ministe- -y que ni la formación profesional ni las condiciones
rios nacionales y organismos internacionales y, por en que realizamos nuestros trabajos promueven-
otro lado, es parte de lo mucho que debe ser trans- son herramientas propias de organización subjetiva

39 • Algo que fuera una obsesión de Mitre, Sarmiento, Avellaneda… de la clase política que organizó la Argentina moderna. La antinomia civilización y barbarie
expresó claramente esa preocupación y los programas de gobierno de la época.
40 • "Invertida" en el sentido que para los monarcas resultaba molesto ocuparse de problemas internos mientras que al profesional de carrera, al revés, le
resulta molesto tener que ocuparse de cuestiones “externas” a su profesión como pueden ser el hambre, enfermedad, adicción, prisión o embarazo de sus
educandos; o también la alegría espontánea, el deseo de cantar, bailar o jugar, acariciarse, disfrazarse y representar, etc.
41 • Por ejemplo, los textos de la economía clásica publicitaron el latiguillo de las "ventajas comparativas" que sigue siendo políticamente eficaz hasta el día
de hoy. Pero esos textos y sus autores son a-dictos (“sin palabra”) respecto de las “desventajas comparativas” de aplicar las recetas de la economía clásica o
actualmente del FMI, cuestión que sí aborda la economía social, quizás por aquello de que “el que se quema con leche, ve una vaca y llora”. Probablemente,
ahora la Grecia y Roma clásicas encuentren motivos para aprender de las bárbaras ex colonias de América Latina.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

51
e intersubjetiva42, herramientas y dispositivos de au-
todeterminación, propios de la vida comunitaria y,
a la vez, aptos para las luchas políticas; ni siquiera
el político profesional cuenta con esas herramientas
propias, que sólo parecen poseer los grandes líde-
res carismáticos que fundan época.

42 • Las herramientas necesarias para construir comunidad. Aunque tenemos verdaderos arsenales de herramientas ajenas, que pagamos muy caras al com-
prarlas y más aún al usarlas.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

52
4.4. Un poder propio L
os educadores, profesionales o no, ocupamos un
lugar de poder en la relación educativa, investido
como tal por los propios educandos; un poder rela-

que se ejerce sin tivo, es cierto, como es relativo y no absoluto cual-


quier poder existente y, por eso mismo, real. No po-
demos, entonces, ignorarlo y declararnos a-políticos
reconocer bajo el expediente de atenernos a nuestras compe-
tencias profesionales y, a continuación, proyectar la
responsabilidad de las consecuencias negativas no
previstas de la aplicación de esas competencias so-
bre “el sistema”, “el poder” o “el gobierno”. La propia
responsabilidad, no.
Porque, entonces, así confinados o recluidos al es-
trecho marco de la profesión, silenciosos (a-dictos) o
neutrales como grupo social, casi que resultará inevi-
table escandalizarnos frente a aquellos otros a-dictos
(“sin palabra”) que recurren a la acción directa y ocu-
pan la escena pública en reclamo de sus derechos.
Naturalizar el propio poder, al punto de cerrarnos a
discutir su existencia, origen y sentido con educan-
dos y colegas, es una forma de sustraerlo de su con-
trol, una forma de expropiación, de empobrecimien-
to de ellos y de la relación educativa. Es el modesto
aporte desde nuestra profesión a la corrupción y la
impunidad que, sin embargo, sólo podemos recono-
cer en otras profesiones, o peor, en quienes debe-
mos acompañar43.
Todo ello es el supuesto necesario de unas ciencias
sociales (de una cuestión social, de unas competen-
cias profesionales) funcionales a la gobernabilidad,
desde su origen; y funcionales a la concepción del
poder como dominio.
En consecuencia, si alguien espera que los cientis-
tas sociales o los profesionales pongamos en cues-
tión el orden social que nos da de comer, puede es-
perar sentado. Son las víctimas de este orden -que
tienen nombre propio que no conocemos hasta que
ellas mismas lo pronuncian en la escena pública en-
señándonos, es decir, hasta que dicen su palabra- y
no sus beneficiarios, quienes pueden cuestionarlo.
Dice Walter Mignolo (1998): "Los intelectuales de
43 • Discusión en clase de Pedagogía: una estudiante relató el caso de una familia que vive en la calle y rechaza la ayuda que le ofrece Desarrollo Social. Otra
respondió enunciando una posición de principio: “no puedo pensar que sea mejor vivir sin agua, sin baño, sin techo”. Una tercera puso un parámetro concreto
para entender lo que no entendíamos: el de chicas jóvenes que viven en un hogar de Desarrollo Social donde sufren maltrato constante y deben agradecer
todo el tiempo lo que reciben. La que habló primero contó entonces el caso de una colega trabajadora social que movió todos los mecanismos legales hasta
quitarle su hijo a una familia de cartoneros “que no podía criarlo bien” e internarlo en un hogar… donde comenzó a ser golpeado.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

53
hoy pueden desaparecer porque los movimientos

m omento
r
sociales que trabajan contra las formas de opresión
y en favor de condiciones satisfactorias de vida, teo-
rizan a partir de su misma práctica sin necesidad ya de eflexión
de teorías desde arriba que guíen esa práctica”. Les proponemos la lectura de un apor-
No sabemos si la cita de Mignolo es la más apropia- te sobre sistematización que nos brindó
da para dar una vuelta al tema; es la que teníamos a Augusto Suárez, pedagogo social.
mano. La “vuelta” que nos parece que introduce es
que la tarea del intelectual, del educador o de cual- Eugenio:
quier profesional, así sea cura o político, no encuen- Comparto plenamente lo que nos transcribe
tra en sí misma la esperanza de un mundo mejor ni el Silvia en la primera parte46. Creo que la
saber y la fuerza necesarias para construirlo. Porque educación bancaria, los grupos económicos
en tanto la profesión funciona, cada cual ocupa el co- y la iglesia se han encargado de limarnos
rralito asignado, no puede escuchar lo que viene de la cabeza con un trabajo fino y difícil de
fuera, y no tiene palabra44 sobre ello; es un a-dicto. romper en el plano ideológico y de la sub-
La esperanza de un mundo mejor viene de otro lado, jetividad.
como decía John William Cooke: “La teoría política Con respecto al análisis de los procesos
no es una ciencia enigmática cuya jerarquía cabalísti- de des-aprender y aprender pienso que
ca manejan unos pocos iniciados, sino un instrumen- cuando nosotros desde el campo popular
to de las masas para desatar la tremenda potencia queremos sistematizar una experiencia vi-
contenida en ellas. No les llega como un conjunto de vida y queremos producir un conocimiento
mandamientos dictados desde las alturas, sino por a partir de ella, lo primero que tenemos
un proceso de su propia conciencia hacia la com- que hacer es reconocer que en esa expe-
prensión del mundo que han de transformar”45. riencias se condensan, se concentran, y se
articulan como un nudo, una diversidad de
La vida humana en comunidad. No en corporación, factores intenciones, vivencias, relaciones,
no en sociedad, sino en comunidad. Un imposible interpretaciones, sensaciones, emociones,
en el marco de la carrera profesional; por eso es ob- saberes, conocimientos, apuestas teóricas
jeto de esperanza. que debemos primero saber reconocer y
No es la carrera de educador o investigador en pe- segundo tratar de entrar en la lógica de su
dagogía la que nos humaniza. Es el otro que llega a articulación concreta para descubrir cuál es
nosotros, ése al que queremos incluir y todo el tiem- el papel que cada uno de esos elementos ha
po nos saca. jugado en el proceso. Si la sistematización
Porque tiene algo para mostrarnos. Ahí hay algo que consistiera simplemente en recopilar infor-
no sabemos y podemos aprender. mación no tendrá las dificultades que supo-
ne el hecho de tratar de hurgar al interior
de algo vivido de una manera tan intensa,
para tratar de producir un conocimiento
que surja de esa experiencia.
Es necesario señalar que una experiencia

44 • En el sentido doble de que no tiene palabra propia y de que, por eso mismo, no puede cumplirla.
45 • Citado en el cuadernillo “Formación Política. Conceptos Teóricos” de la Secretaría Nacional de Educación Popular del Movimiento Evita, año 2012. Esta y
otras frases pueden encontrarse en: http://www.frasesypensamientos.com.ar/autor/john-william-cooke_2.html
46 • Se refiere al texto “Des-aprender” de la educadora Silvia Sánchez incluido en el capítulo 2 de este módulo.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

54
particular e individual es parte de, por lo que ocurrido concretamente. Es decir, si
lo menos, dos contextos adicionales al de- yo quiero sacarle mayor provecho a mi
sarrollo del mismo proceso. El primero se experiencia tengo que tratar de objetivarla
refiere a la perspectiva teórica con la cual y expresarla de una manera comunicativa,
asumimos el desafío de esas experiencias; pues sólo en ese diálogo y en esa confron-
es decir, por qué trabajamos ahí, por qué tación comienzo a descubrir la particulari-
escogimos ese barrio, cuál era nuestra dad de mi experiencia. Si no hay cotejo de
concepción de educación popular, cuál era varias experiencias, la mía por sí misma
nuestra concepción de teoría social y de y por más rica que haya sido no me va a
sociedad. Esta perspectiva constituye lo ofrecer todos los elementos para su com-
que nosotros pudiéramos llamar un contex- prensión. En este sentido quiero afirmar
to teórico; es decir, un conjunto de cono- que en los procesos de sistematización ne-
cimientos más o menos formalizados con cesitamos no solamente ser rigurosos en
los cuales abordamos una experiencia. Este el entendimiento de lo que hemos hecho,
contexto viene dado por los educadores y sino que tenemos que ser muy consistentes
educadoras que hacemos la intervención, en el intercambio y en la confrontación de
pero también está marcado por las inter- otras experiencias, de manera que poda-
pretaciones y los conocimientos de la gente mos objetivar lo que hemos hecho y em-
con la que estamos trabajando. pecemos a descubrir los rasgos comunes
El segundo elemento es un contexto históri- que nos pueden relacionar con esas otras
co más general que necesariamente deter- experiencias.
mina la lógica de ese proceso particular. Yo Otro elemento a considerar es que no se
creo que las experiencias se concentran no trata de ver lo particular, lo micro o lo
solamente en acciones prácticas sino tam- local como parte de algo mas grande. Creo
bién en interpretaciones y discursos. Por que esa visión formal de lo general y lo
eso creo que valdría la pena diferenciar las particular anula la posibilidad de entender
acciones de las interpretaciones que noso- la riqueza de lo distintivo, de lo peculiar.
tros tenemos sobre ellas y de los discursos Todos los factores del contexto histórico
más o menos formalizados que intentan y de la realidad social están presentes de
explicitar esas interpretaciones. una manera particular en cada experiencia.
Para poder darle validez a un trabajo de La historia del país, el estado de reflexión
sistematización tenemos que partir de los teórica, la práctica social acumulada están
datos empíricos pero tenemos que tras- presente en la historia de un barrio y
cenderlos. No se trata simplemente de ano- desde ella podemos encontrar los hilos de
tar experiencias, describirlas, ordenarlas, relación con el proceso histórico social gene-
sino que tenemos que explicitar también ral. Esta visión es sumamente importante
la intencionalidad y hacer una interpreta- para no mirar lo local como una parte de
ción crítica de ellas. Esto supone hacer lo global, sino para encontrar los elemen-
un trabajo de reflexión teórica y de in- tos de incidencia en cada experiencia local
terpretación de la experiencia, un ejercicio particular.
de análisis y de abstracción, mas allá de Los aprendizajes que obtenemos de una
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

55
experiencia particular deben servirnos En consecuencia, sugerimos:
para mejorarla. Una de las razones por
las cuales sistematizamos es para per- 1. Buscar textos propios o de compañe-
feccionar nuestra propia práctica. Pero ros, o líneas sueltas, reflexiones, etc., que
¿cómo hacer para que esos aprendizajes consideren expresión del propio punto de
realmente sean asimilados o confrontados vista.
con otras experiencias? Pienso que en la
medida que nosotros empecemos a encon- 2. Armar algún texto o expresión colectiva
trar en nuestra experiencia particular hilos acerca de: “El punto de vista de los edu-
de relación con el contexto social, histórico, cadores”.
teórico y práctico, en esa medida empeza-
remos a encontrar los hilos de vinculación
con otras vivencias similares.
Esto es totalmente distinto a realizar un
intercambio descriptivo de experiencias, en
el que no logramos descubrir pautas y
preguntas comunes que nos permitan ir
más allá de la particularidad. En cambio, si
nosotros intercambiamos sistematizaciones
y aprendizajes, la lógica de los procesos
que hemos descubierto en nuestra propia
experiencia, ese intercambio es muchísimo
más rico y abre la posibilidad de la gene-
ralización.
Augusto Suárez

Entendemos que el texto de Augusto Suá-


rez expresa muy bien el punto de vista
de un educador desde su propio lugar de
trabajo. La sistematización no siempre es
considerada como parte del trabajo docente
y queda la impresión de que lo bueno se
escribe en otro lado.
En este módulo se enfatiza que además de
todos los otros lugares donde se investi-
ga, sistematiza y teoriza, los trabajadores
docentes, y los educadores en general, tie-
nen un punto de vista propio que merece
expresarse con rigor, aunque no siempre
cuentan con el tiempo, los medios y el man-
dato legal para hacerlo.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

56
B iblioteca
• Pichón Riviere, Enrique (2001): “Una teoría de
la enfermedad”, en El Proceso Grupal: Del psi-
coanálisis a la psicología social, Tomo I, Edicio-
• Agamben, Giorgio (1998): Homo Sacer, Ed. nes Nueva Visión, Buenos Aires
Pre-textos, Valencia • Ulloa, Fernando (1999): “Sociedad y crueldad”,
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• Baremblitt, Gregorio F. (2005): Compendio de egp/sociedad.htm
análisis institucional, Ed. Madres de Plaza de
Mayo, Buenos Aires
• Dussel, Enrique (2001): Hacia una Filosofía Po-
lítica Crítica, capítulo V: ¿Es posible un principio
ético material universal y crítico?, Ed. Descleé de
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• Dussel, Enrique (1977): Filosofía Ética America-
na, tomo III: De la erótica a la pedagógica de la
liberación, Edicol, México.
• Freire, Paulo (1997): Pedagogía de la Autono-
mía. Siglo XXI editores, México
• Freud, Sigmund: “Contribuciones al simposio
sobre el suicidio”, en http://www.tuanalista.com/
Sigmund-Freud/1523/LIV-CONTRIBUCIONES-
AL-SIMPOSIO-SOBRE-EL-SUICIDIO-1910.htm
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argumento desde América latina" en Teorías sin
disciplina de Castro-Gómez, Santiago y Medie-
ta, Eduardo. Miguel Ángel Porrúa, México. Dis-
ponible en: http://www.ensayistas.org/critica/
teoria/castro/
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la intervención” en Subjetividad, participación e
intervención comunitaria. Una visión crítica des-
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nos Aires.
• Nuñez, Violeta (2007): "Pedagogía Social: un
lugar para la educación frente a la asignación so-
cial de los destinos", conferencia en el Ministerio
de Educación, Ciencia y Tecnología de la Argen-
tina, abril de 2007; disponible en: http://www.
porlainclusion.educ.ar/documentos/Violeta_N_
Pedagogia_Social.pdf
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

57

Capítulo 5

Una genealogía para este


presente
5.1. Una genealogía para este presente
5.2. Pedagogía Social
5.3. Educación Popular
5.4. Pedagogía Comunitaria
5.5. Dos observaciones (con yapa)
5.6 La educación de los nuevos sujetos sociales

E ste capítulo propone un viaje por la historia re-


ciente a fin de revisar las alternativas que se nos
fueron presentando en educación, entre otras cosas.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

58
5.1. Una genealogía P
ara abrir este tema, recurrimos a tres citas un
tanto “viejas” (1977, dos de ellas, 1993, la otra),
un tanto extensas, un tanto ex profeso47, de Enrique

para este presente Dussel, Eduardo Galeano y Rodolfo Kusch, sobre las
que agregamos nuestros señalamientos en cursiva:

"Saber escuchar al discípulo es poder ser maes-


tro; es saber inclinarse ante lo nuevo; es tener el
tema mismo del discurso propiamente pedagó-
gico. El maestro no hablará ni acerca de los dio-
ses preestablecidos ni sobre la naturaleza que
antecede al alumno. El auténtico maestro pri-
mero escuchará la palabra objetante, provocan-
te, interpelante, aun insolente del que quiere ser
Otro. Sólo el que escucha en la paciencia, en el
amor de justicia, en la esperanza del Otro como
liberado, en la fe de su palabra, sólo él podrá ser
maestro.
El maestro, desde los amautas de los incas o
los tlamatines de los aztecas en América latina,
se inclina con sagrada veneración ante el nue-
vo48, el débil. La pedagogía no es sólo la relación
maestro-discípulo como hoy la entendemos. La
relación médico-enfermo, abogado-cliente, in-
geniero-población, psiquiatra/analista-anormal,
periodista-lector, artista-espectador, político por
profesión-correligionario, sacerdote-comunidad,
filósofo-no filósofo, etc., etc., son relaciones pe-
dagógicas.
El auténtico “profesional” (en su sentido noble
y no en el del “funcional estructuralismo”) hace
“profesión” de un servicio al necesitado de su
"saber". Toda profesión es un saber conducir a
alguien hacia algo (de la enfermedad a la salud
-el médico-, de la intemperie a la casa -el arqui-
tecto-, de la opinión cotidiana al saber metafísi-
co -el filósofo-, de la niñez al estado adulto -el
padre, maestro-, de la "anormalidad" a la "nor-
malidad" -el psicoanalista-, etc.): desde la indi-
gencia al estado de autonomía, realización y al-

47 • Que no derivan del canon profesional y por lo tanto deben ser propuestas explícitamente.
48 • Ver relato de Galeano a continuación.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

59
teridad. De esta manera el padre conduce al hijo un oráculo o sea, escuchar […] será preciso es-
a ser consigo mismo un igual, un miembro de la cuchar realmente a los otros, en minúscula, el
ciudad, el Otro adulto" (Dussel, 1977).49 simple hombre, cara a cara, para que digan en
qué términos sobreviven pese a la inmadurez del
Como comentando la cita de Dussel, Eduardo Galea- país o de la patria, en suma, para aprehender
no, en su cuento “Ventana sobre la memoria” escribió: su simple modo de ser, o sea su estar" (Kush,
2007).50
"A orillas de otro mar, otro alfarero se retira en
sus años tardíos. La lectura de textos producidos por las cátedras de
Se le nublan los ojos, las manos le tiemblan, ha Pedagogía y Pedagogía Social puede ilustrar so-
llegado la hora del adiós. Entonces ocurre la ce- bre los avatares de la disciplina a quienes la asu-
remonia de la iniciación: el alfarero viejo ofrece al men como un camino de especialización profesio-
alfarero joven su pieza mejor. Así manda la tradi- nal. Aquí la preocupación es otra, y de ahí las citas
ción, entre los indios del noroeste de América: el de Dussel, Galeano y Kusch.
artista que se va entrega su obra maestra al ar- Los textos pueden recomendar pero no producir la
tista que se inicia. actitud de “escuchar realmente a los otros, en mi-
Y el alfarero joven no guarda esa vasija perfec- núscula”, al “simple hombre, cara a cara”. La dis-
ta para contemplarla y admirarla, sino que la es- ciplina que se requiere para cursar una cátedra
trella contra el suelo, la rompe en mil pedacitos, supone escuchar con atención a “los dioses prees-
recoge los pedacitos y los incorpora a su arcilla” tablecidos” y a “la naturaleza” de las cosas que nos
(Galeano, 1993). antecede como alumnos. Y no es ésa la disciplina
que necesitamos asumir con un grupo de educan-
Entendemos que las dos citas establecen un mar- dos que nos convocan desde una posición subal-
co suficiente para lo que aquí interesa decirse de la terna en el orden social, que se organizan para dejar
educación popular y la pedagogía social. Entrar de de ser víctimas.
esta forma lleva, además, la intención de saltear las Señalado esto -que son las víctimas quienes convo-
muchas definiciones posibles, porque las definicio- can y con quienes construiremos disciplina y méto-
nes suponen una trasposición didáctica o tematiza- do- y sujetado con convicción, es pertinente, a con-
ción de problemas concretos, es decir, la conversión tinuación, incluir algunos comentarios y tomar nota
del problema en series de conceptos manipulables de algunos textos de Pedagogía Social.
desde las cátedras o pasibles de gestión desde or-
ganizaciones subvencionadas o sin fines de lucro. Y
no se trata de eso aquí, sino que, como diría Rodol-
fo Kusch:

"[La pedagogía] ya no es un quehacer de profe-


sor, porque ya nada hay que enseñar, es un que-
hacer de calle y de campo, donde se aprende.
[…] Y he aquí que propongo una metodología,
y es la de la adivinación. Ésta supone escuchar

49 • Éste y la mayor parte de los textos de Enrique Dussel pueden encontrarse en www.enriquedussel.com
50 • En este párrafo, Kush habla de la filosofía; pero creemos que vale referir su comentario a la pedagogía.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

60
5.2. La Pedagogía L
a disciplina de escuchar al otro requiere el cara a
cara, la inversión de tiempo, encontrar el espacio
(que no siempre es el aula), la tolerancia ante lo que

Social no entendemos, el compañerismo que ayuda a sos-


tener las frustraciones, la necesidad -construida ex
profeso, vale decir por fuera de la “carrera” profesio-
nal, siempre urgida por cargas administrativas- de
encontrar situaciones, prácticas, códigos en el que
“padre e hijo”, educador y educando, parten de una
situación de igualdad de los distintos. En otro texto,
agrega Kusch (2007: 554): “Es más, si cambiamos
el conocer en comprender todo cambia. Cuando
se comprende se sacrifica todo respaldo científico.
Comprender supone sacrificar al sujeto que com-
prende, e implica ser absorbido o condicionado por
el sujeto comprendido, que pone sus pautas a mí
como observador […] La comprensión apunta a la
aprehensión de la esencia del existir del sujeto com-
prendido, o sea de su ser posible. Comprender la
existencia de un sujeto es captar el mecanismo cen-
tral de todo existir, cuya finalidad fundamental es su
posibilidad de ser en el propio horizonte cultural”51.
Lo primero que volvemos a sugerir es asociar la Pe-
dagogía Social con la situación de guerra o de “con-
tinuación de la política por otros medios” (ver capí-
tulo 2), que viven amplios sectores sociales, sobre
todo los migrantes forzados. Decía la colega Silvia
Sánchez: “Yo vivo hace mucho con la sensación de
guerra pero sólo se me hizo una lucecita cuando
descubrí que casi la mitad de las familias de la es-
cuela tenían un integrante muerto violentamente, y
que esa muerte se vive naturalmente, aun con todo
el dolor pero sin esperanza de justicia”52.
Si sólo hablaran de educación y pedagogía los pro-
fesionales reconocidos del campo educativo, sólo
tendríamos entonces un discurso acerca de los pro-
blemas del sistema educativo -de manera análoga a
lo que sucede con la medicina y la psicología según
Guillermo Steffen (1989): “A semejanza de lo que
acontece con la medicina occidental que no percibe
personas enfermas sino enfermedades, a los psicó-
51 • En Una lógica de la negación para comprender América. Las cursivas son nuestras.
52 • Comunicación personal, mail de noviembre 2011, ya citado en el capítulo 2.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

61
logos se les impedirá también percibir personas, y trabajo educativo en el MST brasileño, un movimien-
se les impelirá de mil modos a que sólo vean patolo- to que a la fecha cuenta con más de mil ochocien-
gía, mecanismos, procesos causales; a lo sumo, po- tas escuelas públicas en veintitrés Estados de Brasil,
drán solamente ver ‘casos’ o ‘pacientes’. Obligados una de las cuales (en el asentamiento 25 de Mayo,
a colocarse en actitud objetivante ante su ‘paciente’, Estado de Santa Catarina), tuvo las mejores califica-
a los psicólogos no les será lícito ni posible conec- ciones de su región en el Examen Nacional de la En-
tarse con su prójimo en crisis”.53 señanza Secundaria, que se lleva a cabo en todo el
Immanuel Wallerstein (2000) extiende esta caracte- país como paso para entrar a la universidad.
rización a la esencia de la estructura de lo que lla- Es la situación de “guerra de posiciones de baja in-
mamos sociedad moderna: “el elemento central del tensidad”56 en que parecen encontrarse los estudian-
liberalismo no es, como se asegura a menudo, el in- tes en Chile y últimamente en México, quienes no en-
dividualismo o la idea de libertad. El elemento cen- cuentran un sector organizado de la sociedad adulta
tral es la creencia en un progreso gradual e inevita- que se decida a acompañarlos y sobre quienes re-
ble, a condición sólo de que éste sea alcanzado de cae la prédica despectiva de los medios de comuni-
la mano y con la sabiduría de los competentes y edu- cación globales. ¿Qué significará en Chile hablar de
cados especialistas. En realidad, el capitalismo es un pedagogía social o educación popular, en este mo-
sistema polarizador, y el ideal liberal de un progre- mento en que parece estarse incubando una nueva
so gradual es irrealizable dentro de nuestro sistema” matanza de jóvenes, mientras que no ha cesado la
(las cursivas son nuestras). de mapuches?
Un texto elocuente respecto al trabajo educativo en La disciplina que surge de la “producción y repro-
situación de guerra es el del ucraniano Antón Se- ducción de la vida humana en comunidad” (Dussel,
mionovich Makarenko (1888-1939), el Poema Pe- 1977), es la que genera los grupos de aprendizaje
dagógico54. Su relato a fines de la Primera Guerra de la comunidad y sostiene su actividad. La preocu-
Mundial, anticipa la imagen que del pedagogo pro- pación por la calidad educativa para los Sem Terra
pondrá Dussel: el que acompaña desde la situación de Brasil tiene entre otras motivaciones combatir el
de indigencia -la de los jóvenes huérfanos, analfabe- control excluyente a que someten al MST gobiernos
tos, lastimados, violentos, que tomó a su cargo lue- locales como el de Río Grande Do Sul que en 2009
go de la Primera Guerra Mundial y con la Revolución cerró ocho escuelas itinerantes del MST como par-
soviética en marcha- hasta la situación de autono- te de su estrategia de expulsar de su territorio a este
mía -cuando “ocupan militarmente” una escuela de movimiento social que promueve la reforma agraria.
grandes instalaciones completamente indisciplina- Ambos casos muestran que la relación educativa va
da, y la transforman, o cuando preparan sus exáme- mucho más allá de la transmisión didáctica de con-
nes para estudios superiores y los rinden con éxito, tenidos, y que los campos de actividad en comuni-
o cuando se proponen fabricar taladros y más tarde dades que se organizan están menos diferenciados/
máquinas fotográficas (las Leica), y lo logran-. más integrados. Y lleva a pensar en la potencia edu-
Es un relato análogo al que puede leerse55 sobre el cativa inicial de movimientos que originaron fuer-

53 • N. a.: Me alegró encontrar este texto hace un par de años, de quien fue mi profesor de Psicología en el Normal 10 de la ciudad de Buenos Aires en 1977.
Además de Psicología Evolutiva (en el final me tocó escribir sobre “la crisis de los 7 meses”, cuando el bebé distingue sus familiares inmediatos de otros
a los que ve menos) nos habló de cosas como el ministerio de la inteligencia creado durante la primera presidencia de Carlos Andrés Pérez en Venezuela
y sobre el desarrollo de prácticas de estimulación temprana y teorías de la creatividad. Steffen podía ser muy cálido pero también se ponía fastidioso con
quienes sólo querían estudiar.
54 • Puede bajarse versión en pdf desde http://frentepopular.files.wordpress.com/2009/11/poemapedagogico.pdf
55 • En “Los logros de una educación diferente”, de María Entenza y Waldo Lao. Disponible en: http://www.derechoshumanos.cialc.unam.mx/doku.php?id=noticias.
de.brasil
56 • Guerra “de posiciones” porque frente a la posición hegemónica que el gobierno sostiene (la educación como bien mercantil), los estudiantes deben levan-
tar otra (la educación como derecho humano) que es potencialmente subversiva de la gobernabilidad en Chile; “de baja intensidad” porque no se busca
eliminar físicamente al adversario sino deslegitimarlo, lo cual impone un límite a la violencia abierta y cobran importancia otros medios, fundamentalmente
los de comunicación; pero finalmente es ”guerra” (y no política) porque si gana uno, pierde el otro. “Guerra de posiciones” y “guerra de baja intensidad”
aparecen en la literatura como modalidades de guerra diferentes. En este ejemplo parecen combinarse.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

62
zas políticas, como el comunismo, el socialismo, el internacionales, las cuales estudian las distintas mo-
APRA peruano, el yrigoyenismo y el peronismo entre dalidades de intervención de los pedagogos socia-
nosotros, el Partido de los Trabajadores y el MST en les y establecen el protocolo a seguir en cada caso.
Brasil, el zapatismo en el sur de México. Con lo que los pedagogos sociales, si están intere-
En la medida que la pedagogía social y la educación sados en desarrollar una carrera profesional, se ven
popular tiendan a expresar la integralidad de un pro- motivados a ajustar su actividad a la aplicación de
ceso transformador, a ir de la mano con prácticas de esos protocolos. Diría Guillermo Steffen (1989) que
otros campos (económico, cultural, comunicacional, ya no trabajarán con personas sino con patologías
de seguridad, político), serán renovadoras e institu- que obstaculizan la educabilidad, con “casos”.
yentes en el campo educativo. Por el contrario, en En otra conferencia, Violeta Núñez (2007) aludió al
la medida que construyan su “corralito” profesional, origen y sentido de la Pedagogía Social: “La discipli-
serán parte de lo instituido y motivo de su apropia- na a la que hago alusión da en llamarse Pedagogía
ción excluyente por expertos. Social. Se trata de una disciplina nueva en el campo
Ése es el riesgo ineludible que se asume al estudiar: de las llamadas Ciencias de la Educación. Para al-
la enorme cantidad de textos existentes puede dar- gunos no deja de ser un invento español. En parte,
nos la idea de una entidad, la Pedagogía Social, que yo también así lo creo... La Pedagogía Social, como
existe en sí misma abstraída de procesos sociales disciplina teórica y sus modelos de educación social
concretos, y decir, entonces, que la pedagogía so- es, sin duda, la peculiaridad y la aportación de Espa-
cial es tal o cual cosa, cuando en realidad “está sien- ña. […] Desde ese lugar, nos planteamos a la Peda-
do” cosas tan diferentes como los lugares donde se gogía Social como la disciplina pedagógica desde la
sitúa y los sujetos que la llevan adelante. que se trabaja, teórica y prácticamente, en las com-
Por ejemplo, el pedagogo español José María Quin- plejas fronteras de la inclusión/exclusión. […] se trata
tana Cabanas57, cuenta que la denominación “Peda- de un trabajo de ampliación -en lo pedagógico y en
gogía Social” es de origen alemán y fue introduci- lo político- de las dimensiones de las responsabilida-
da por Karl Mager en 184458. También comenta que des públicas en educación […] allí donde la escue-
en Alemania no logran separar la Pedagogía Social la (para poder constituirse como espacio de efecti-
del Trabajo Social y entonces decidieron resolverlo vo ejercicio de transmisión de saberes) requiere de
con la expresión compuesta Pedagogía Social/Tra- otros partenaires sociales a fin de poder centrar su
bajo Social. Agrega que los jardines de infantes en función” (las cursivas son nuestras).
Alemania no son atendidos por maestros sino por Siguiendo su lógica podríamos decir que cuando los
pedagogos sociales. Uno diría “nada que ver la pe- gobiernos y sus Ministerios (el de Educación, el de
dagogía social en Alemania y aquí”, y estaría en lo Justicia, el de Desarrollo Social, por ejemplo) toman
cierto, excepto que un diploma universitario alemán registro de nuevas realidades sociales que no caben
aquí posiciona bien para hacer carrera. en “las instituciones”, que las desbordan y cuestio-
Por su parte Violeta Núñez59, argentina radicada en nan poniendo en peligro la gobernabilidad, entonces
Barcelona, aludió a la “protocolización” de la profe- perfilan unas políticas que -impulsadas por organis-
sión del pedagogo social en la Unión Europea, pro- mos internacionales como el Banco Mundial, sobre
ceso que consiste en que algunos gobiernos de la desarrollos teóricos de Jürgen Habermas60- dieron
Unión contratan “por cifras fabulosas” a consultoras en llamarse de inclusión, como son entre nosotros

57 • José María Quintana Cabanas: “La pedagogía social en Alemania”. Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=135015168008
58 • Año de la revuelta de los tejedores de Silesia y, por coincidencia, el de nacimiento de Friedrich Nietzsche. Cuatro años después, en 1948, se publicará el
Manifiesto del Partido Comunista, Manifest der Kommunistischen Partei por su título en alemán, aunque fue publicado por primera vez en Londres. Marx
dedicó muchas de sus reflexiones a la lucha de los tejedores de Silesia.
59 • Conferencia a estudiantes de Pedagogía Social en la sede de UTE, Unión de Trabajadores de la Educación, ciudad de Buenos Aires, noviembre de 2010.
60 • “La sumisión es el lado oscuro del proyecto habermasiano de inclusión. La inclusión nombra la generosidad desde la perspectiva del poder”. En Walter
Mignolo (2003).
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

63
las políticas socio educativas, por ejemplo. car son, en el campo de la educación y la organiza-
Como parte del fundamento teórico de esas políti- ción populares, compañeros: “los que comparten el
cas y estimulada por ellas, se impulsa entonces des- pan porque comparten el trabajo”61.
de la academia la Pedagogía Social. Continuando
esta simplificación provisoria puede decirse que, a
diferencia de la educación popular, la pedagogía so-
cial, es por ahora una propuesta de transformación
que surge desde arriba y se dirige hacia abajo, como
sugiere Violeta Núñez en la cita anterior.
Aquéllos que Violeta Núñez llama “otros partenai-
res sociales” están situados en lugares de la estruc-
tura social en los que pueden encontrarse y -even-
tualmente- articular, el movimiento instituyente desde
abajo que llamamos educación popular, con el movi-
miento renovador desde arriba de la pedagogía so-
cial. El punto crítico en discusión entre ambas es la
disciplina y su eficacia organizativa en función del
principio ético material (ver cita de Dussel en capítulo
4) para, luego, derivar de ello las consecuencias curri-
culares, profesionales y políticas que correspondan.
La pedagogía social intenta abrir el sistema institui-
do a lo nuevo no previsto, lo no reglamentado, que
no cuenta con establecimientos ni equipamientos
ni un funcionamiento articulado con el resto de la
estructura del Estado que lo hagan previsible y go-
bernable. Su campo de intervención -dice Violeta
Núñez- se ubica en “las complejas fronteras de la in-
clusión/exclusión” -una de las cuales, aunque no la
única, es la escuela-.
La educación popular, por su parte, como actividad
proyectiva de la memoria popular, aporta que no hay
posibilidad de poner la casa en orden si no es agran-
dándola, criterio que sugiere Dussel (1977) con su re-
ferencia a escuchar al joven antes que a los dioses
preestablecidos, y Galeano (1993) señalando qué es
lo que debe romperse (la obra maestra y no la cabe-
za del aprendiz) si es que hay algo por romper, y en
quién debe depositarse la confianza (en el aprendiz,
más que en la ciencia propia).
También muestra la educación popular que los par-
tenaires sociales que la pedagogía social sale a bus-
61 • N. a: Caracterización que propuso Cristina, una docente trotskista, de la escuela de Bajo Flores, para disputar el monopolio del término “compañero” por
parte de los peronistas. A mí, peronista, me pareció muy situada la caracterización, como que estábamos en el comedor en ese momento. Allí entendí que
compartir el pan es un componente necesario de un trabajo bien hecho.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

64
5.3. Educación Popular A
sí que al otro lado de “las complejas fronteras
de la inclusión/exclusión”, de las que hablaba
Violeta Nuñez, encontramos a la educación popular;
y las raíces de la pedagogía social en América Latina
se nutren profusamente de ella, aunque no siempre
Ante el cuestionamiento radical a que me se lo reconozca.
vi sometido, decidí detenerme y dedicarme La educación a la que se llama popular, y cuyo princi-
simplemente a convivir y, sólo en cuanto conviviente, pal maestro fue el brasileño Paulo Freire, tiene como
a participar, mientras, por otra parte, me entregaba premisa la de ser una pedagogía del oprimido (no
a investigar. La investigación, sin embargo, me “para” sino “del”). Seguramente ésta es una de las
causas de la rápida asociación educación popular-
planteó, muy pronto, el mismo problema. Si iba a
pobre-educación marginal/de baja calidad. Una aso-
investigar, ¿desde qué comprensión lo iba a hacer,
ciación que es fruto de la mala conciencia del opresor.
desde la propia de la comunidad o desde la que Pobre significa infértil y si hay alguien que lucha con-
provenía de mi formación? Si una y otra no fueran tra la infertilidad es quien quiere salir de la opresión.
coincidentes, si fueran distintas, ¿no sería mi trabajo Para eso la herramienta de la educación popular:
una construcción externa por completo a la realidad para poner en cuestión la organización del tiempo,
de la comunidad que pretendía conocer y, por tanto, del trabajo y la división del trabajo, de los roles y el
un elaborado y sistemático desconocimiento de reparto de los frutos, para atinar con los equilibrios
ésta? (Moreno Olmedo, 2008) necesarios para cumplir las tareas y asegurar el ali-
mento, el descanso y la celebración, modificando to-
dos los mecanismos que mantienen la opresión, la
Los reformadores se acercan al peón criollo y al
infertilidad y la pobreza62.
indio sin poner en duda sus propios valores, intentan
Sugestivamente, lo contrario de “pobre” (infértil) es
elevar al oprimido al nivel de la sociedad opresora “humilde” (que deriva de humus y significa fértil).
sin modificar las relaciones sociales y políticas que Confundir infertilidad con fertilidad (pobreza con hu-
lo producen. Intentan convertir al desheredado mildad) es una muestra sino de mala conciencia, por
en un burgués momentáneamente sin propiedad lo menos de ignorancia63. Entender “humilde” des-
[…] medidas político-policiales destinadas a de la mirada hegemónica sobre el subalterno -“aquél
salvaguardar el orden, acompañan la acción de los que sabe cuál es su lugar”, mirada que suele expre-
expertos en desarrollo de comunidad […] Intentan sarse como discurso moral- es una manera de echar
sal sobre la tierra, de producir la infertilidad.
desarrollar una sociedad civil puramente ideológica,
Lo que aquí se intenta decir es justamente lo con-
sin su contraparte material. (Carri, 1968)
trario. La manera de mirar al otro y nombrarlo nun-
ca es ni inocente ni inocua. Podemos ver y resaltar
las limitaciones de su posición social y de la subje-
tividad que la expresa, o bien destacar la potencia-
lidad de sus búsquedas con otros (las búsquedas
propias de ellos, no las que les sugerimos). Ambas
miradas pueden parecer objetivas y veraces, pero no
lo son cuando en lugar de aclarar ocultan nuestra

62 • La secuencia de fábricas recuperadas, creación de bachilleratos populares y de universidades como las de Madres de Plaza de Mayo, de los trabajadores
(en la fábrica recuperada IMPA) y la universidad campesina (MOCASE-VC y MNCI), da cuenta de la potencia instituyente de las prácticas de educación
popular en nuestro país en la última década. También muestra que la potencia instituyente es resultado de una cierta escala de organización.
63 • Aporte de Román Bezuch, estudiante de Pedagogía Social en el IFT N° 28 de la CABA, dependiente de UTE, Unión de Trabajadores de la Educación,
mayo del 2012.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

65
propia expectativa sobre el otro, cuando lo desca- de cultivo, soberanía alimentaria, agroecología, refor-
lifican en base a un criterio de evaluación en el que ma agraria, reforma urbana, interculturalidad, plurilin-
nosotros destacamos, pero que no se adecua a él/ güismo, de-colonización, entre otras.
ella y su grupo de pertenencia. Digamos que siem- Respecto al aporte de la pedagogía de Freire, el fi-
pre hay mala fe cuando comparamos nuestras forta- lósofo Enrique Dussel (2002: 439) dice: “es una pe-
lezas con las debilidades del otro. dagogía planetaria que se propone el surgimiento de
En todo caso es humilde quien ha renunciado a una conciencia ético-crítica. Su acción educadora
la ilusión de omnipotencia y sabe que necesita de tiende, entonces, no sólo a un mejoramiento cogniti-
otros (la pregunta acerca de “con quiénes” que plan- vo y afectivo pulsional, aun de las víctimas sociales,
tea Freire). Ésa actitud es el fundamento de la fertili- sino a la producción de una conciencia ético-crítica
dad: la permanencia del apoyo mutuo entre ella o él que se origina en las mismas víctimas por ser los su-
y esos otros, requiere organización propia -el “acier- jetos históricos privilegiados de su propia liberación.
to fundante” (Kusch, 2007)- de un tiempo distinto, al El acto pedagógico crítico se ejerce en el sujeto mis-
cual corresponderá un futuro distinto. mo y en su praxis de transformación: la liberación
La verdad histórica, entonces, es que las múltiples así es el ‘lugar’ y el ‘propósito’ de esta pedagogía”
y diversas prácticas de educación popular constitu- (las cursivas son nuestras).
yen un aporte colectivo instituyente de los pueblos Dussel fundamenta (y reclama el reconocimiento de)
de América Latina y el tercer mundo el campo de la la “pretensión universal de validez” de la pedagogía
educación y aun para esos establecimientos64 medie- freireana a la que hace importantes contribuciones
vales-modernos que son la escuela y la universidad. en su Ética de la Liberación. Pero también señala
Pero hay más. Además de su aporte instituyente en una ineludible marca de origen: “este marco teórico
el campo educativo, la educación popular puede se- filosófico parte, es evidente, de la periferia, pero usa
ñalarse como un aspecto de la resistencia y avances todavía el lenguaje del centro. No puede ser de otra
populares, que en su desarrollo histórico va diferen- manera, como el esclavo que habla la lengua del se-
ciando frentes co-instituyentes de una nueva socie- ñor cuando se rebela, o la mujer que se expresa sin
dad, local, latinoamericana y global. saberlo dentro de la ideología machista cuando se li-
Una lista provisoria de esos “frentes” puede incluir la bera” (Dussel, 1976) (las cursivas son nuestras).
teología de la liberación (y una versión argentina de la En contraposición con la educación moderna,
misma, la pastoral popular65); la filosofía, pedagogía, la educación popular66 entiende que el grupo de
ética, sociología, psicología y política de la liberación; aprendizaje y cada uno de los individuos que lo con-
economía, comunicación y psicología social; etc. forman representan a un sujeto social -o, dicho con
Aunque mencionamos estos “frentes” por los nom- más precisión, comunitario- con cultura y proyecto
bres de disciplinas académicas asociadas a ellos propios, y no da por supuesto que dicho sujeto bus-
(excepto el caso de la pastoral popular) todos ellos ca incluirse en los sistemas y organizaciones exis-
expresan luchas que surgen como formas particula- tentes que lo victimizan, más bien lo contrario.
res-locales de resistencia a la hegemonía global de la La difusión continental de su práctica en miles de
sociedad moderna. Y en esa particularidad local es- grupos de aprendizaje que las comunidades, or-
tán diversamente “contaminados” con otras cuestio- ganizaciones y movimientos sociales vienen ge-
nes como las luchas de clases, feministas, raciales, nerando durante su medio siglo de desarrollo es
reivindicaciones locales de tierra, vivienda, métodos el fundamento que permite sostener su condición

64 • Gregorio Baremblitt (2005) establece una distinción entre las instituciones como universales y sus materializaciones particulares como son los sistemas,
organizaciones, establecimientos, equipamientos, prácticas y agentes. Ver cita completa en el capítulo 8.
65 • N. a.: Que no quiero dejar de mencionar porque en ese ambiente, en 1972, tercer año del secundario, un sábado a la tarde en reunión de jóvenes “me nació
la conciencia” (Rigoberta Menchu). A fines de 2010 el sacerdote Ernesto Narcisi (ver capítulo 3) publicó una compilación de textos de otro cura villero, Jorge
Vernazza, con el título Liberación integral, que puede verse en http://liberacionintegral.blogspot.com.ar/2010/12/liberacion-integral-de-jorge-vernazza_12.html
66 • Y la filosofía/teología/psicología/sociología/política de la liberación, etc.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

66
transformadora-instituyente en el campo educativo
y la de ser -como señala Esther Pérez (2004) - “una
de las instancias de la integración continental que
anhelamos”.
También ayuda a comprender (o a reparar en ello,
porque es un dato que está a mano de quien quie-
ra verlo) que el grupo de aprendizaje no es una in-
vención de la racionalidad moderna que pueda ser
apropiada y monopolizada por la escuela.
La escuela y el sistema educativo, como estructuras
organizativas de grupos de aprendizaje (la organiza-
ción política de unidades menores en una mayor), le-
gitimadas desde el Estado, deben cuidar entonces
de no sofocar con su peso la tarea de los que ense-
ñan-aprenden, sino asegurarles recursos, impulsar-
los a profundizar y ramificar sus raíces comunitarias y
no separarlos de ellas. Y el Estado, la macro-estruc-
tura estatal, puede aprender del proceso de los gru-
pos de aprendizaje y tomarlos como modelo de una
reforma todavía pendiente: la de formulación, ejecu-
ción y evaluación de políticas integradas, con la par-
ticipación colectiva de sus mandantes.
Cuando y donde ocurre lo contrario, cuando la ten-
dencia centralista del Estado tiende a absolutizarse,
a totalizarse, excluyendo o reprimiendo el desarro-
llo de la educación y de los grupos de aprendizaje
(lo que suele ocurrir con la anuencia de los profesio-
nales de carrera), en esos lugares y momentos, re-
cuperan vigencia desarrollos teóricos como los de
Iván Illich67 referidos a la desescolarización -que tan-
ta suspicacia despiertan en los docentes, en nues-
tros gremios y en los funcionarios de los sistemas
educativos-68.
La pedagogía comunitaria aymara, fuertemente críti-
ca de los sistemas educativos modernos (lo que no
quita que lucha por su ampliación), sugiere un crite-
rio de equilibrio ante excesos del Estado empujados
por “las manos invisibles del mercado”: “rescatar las
enseñazas que equilibran la calidad en la simplici-
dad” (Huanacuni Mamani, 2010).
67 • Dice Enrique Dussel en su Filosofía de la Liberación, punto 3.4.2.4: “Cuando un sistema pedagógico, 'vaca sagrada' la llamó Illich, se identifica con la
verdad misma, la verdad absoluta, la ideología viene a reinar sobre los mismos que son ocultados e interpretados como nada, bárbaros: ‘El ser es, yo soy
el ser; el no ser no es: la periferia, las clases oprimidas, el pobre, el otro no es’, es la sacralización misma del fetichismo pedagógico. Parménides fue su
primer gran sacerdote, Rousseau, el más grande de los europeos, y los Dewey sus acólitos”.
68 • Vale la pena retomar hoy textos de Iván Illich como La convivencialidad que ayudan a desarrollar una mirada crítica acerca del patrón común de las insti-
tuciones modernas. Tomando como ejemplos la medicina y los medios de transporte, Illich explica cómo al superar dos “umbrales de mutación” las insti-
tuciones se totalizan (significa que ellas mismas establecen los parámetros para evaluarse) y pasan a servirse a sí mismas a costa de la convivencia social.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

67
5.4. Pedagogía L
o que dijimos respecto de que existen sujetos so-
ciales que no quieren incluirse en las estructuras
existentes es hoy una afirmación explícita de muchos

comunitaria movimientos sociales, que han logrado transforma-


ciones tan trascendentes como, por ejemplo, las re-
formas constitucionales de Ecuador y Bolivia en las
que -transgrediendo toda la tradición moderna- se
declara que esos Estados son plurinacionales.
Álvaro García Linera, vicepresidente de Bolivia, dice
al respecto: “Estado por definición es monopolio, y
movimiento social por definición es democratización
de la decisión. El concepto de gobierno de movi-
mientos sociales es una contradicción en sí misma,
sí, ¿y qué? Hay que vivir la contradicción, la salida
es vivir esa contradicción”69.
No habla de resolver la contradicción, habla de vivir-
la, algo difícil de asumir en los paradigmas habitua-
les de la formación docente o de cualquier otra pro-
fesión, aunque ineludible en la cotidianidad de las

penarauenta
escuelas y de toda tarea educativa.

tener
c
“Proponemos aquí una lectura detenida de un
fragmento de América Profunda de Rodolfo
Kusch (2007):

"No se trataba de hurgarlo todo en el gabine-


te, sino de recoger el material viviente en las
andanzas por las tierras de América, y comer
junto a su gente, participar de sus fiestas y
sondear su pasado en los yacimientos arqueo-
lógicos; y también debía tomar en cuenta ese
pensar natural que se recoge en las calles y
en los barrios de la gran ciudad. Sólo así se
gana firmeza en la difícil tarea de asegurar
un fundamento para pensar lo americano... el
antiguo camino de la especie desde la lejana
prehistoria, que siempre fue el antiguo camino

69 • Conferencia magistral: “La construcción del Estado”. Facultad de Derecho UBA. 9 de Abril de 2010. Disponible en: www.lamella.com.ar
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

68
de América, un camino que nunca pierde de otras cosas hacen falta para saber si una palabra
vista una humanidad integrada por machos y vale lo que su uso dice y si cuando la decimos con la
hembras que persiguen el fruto... Quizás sea boca también la sostenemos con la espalda.
nuestro destino el de volver a ser aquí hom- Pero queríamos señalar, en las diferencias, relacio-
bres sin sucedáneos, porque ése es el destino nes que vemos entre la pedagogía y sus modalida-
de América: la comunidad y la reintegración de des popular, social y comunitaria; y, nombrando a
la especie”. algunos de sus referentes, aludir a la densa historia
reciente de este campo de la actividad social en Ar-
También desde Bolivia, el filósofo Fernando Huana- gentina y América Latina y a sus variados actores,
cuni Mamani (2010), dice sobre la pedagogía comu- que no somos sólo los docentes.
nitaria: “En el mundo todavía no se ha sistematiza-
do ni la pedagogía ni la educación comunitaria, por
lo tanto salir de la educación colonizadora no sólo
pasa por llenar la currícula con temas indígenas y
menos repetir el enfoque histórico cultural, sino por
generar desde nuestra cosmovisión nuestra propia
teoría de los procesos psicológicos de aprendizaje
y plantear nuestro propio enfoque y principio comu-
nitario desde la lógica y paradigma comunitarios”.
Ofrece como ejemplo orientativo el de la Escuela-
Ayllu de Warisata (1931-1940) y, como proponía Frei-
re, define no solo para qué, sino contra qué educar:
“La educación que estamos cuestionando está di-
rigida simplemente a la educación del individuo. Es
una educación antropocéntrica, gracias a la premisa
de esa enseñanza occidental cristiana en la que el
ser humano es ‘rey de la creación’ y todo lo demás
es inferior a él y puede usar y abusar de todo lo que
no es humano” (Ib.).
Y ofrece además una concepción alternativa a la de
“derecho de propiedad”: “Nosotros no somos due-
ños de la tierra, nosotros pertenecemos a ella. En-
tonces, más que reclamar un derecho de propiedad,
lo que pedimos es el ‘Derecho de Relación’ con la
Madre Tierra” (Ib.).

Otra pedagogía más, y van…

El término pedagogía, como se ve, ha encontrado


innumerables adjetivaciones. No pensamos que el
adjetivo elegido lo diga todo, al contrario, muchas
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

69
5.5. Dos observaciones L
a primera observación es que en escuelas, uni-
versidades y ministerios, nunca falta quien pre-
gunte: “y ¿para qué una Pedagogía Social si la Peda-

(con yapa) gogía en sí misma es social?”, objeción que es más


difícil de hacer cuando se habla de pedagogía del
oprimido. En este último caso, la objeción muchas
veces se formula como acusación (“les meten ideas
en la cabeza a los chicos”) y la discusión se antago-
niza (“¿vos no?, y hasta cobrás por eso”70) sin apor-
tar claridad.
Es que objeciones de ese tipo no se satisfacen con
argumentos -que hay que tenerlos-; lo que indican, a
manera de síntoma, es el diferente posicionamiento
de cada uno ante las crisis recurrentes del estableci-
miento u organización y de su principio de autoridad.
De todas formas y, más allá de la diferencia de posi-
ciones y opiniones a que den lugar, preguntas como
“¿qué hacer?” o “¿cómo se sale de esta crisis?”, son
más alentadoras que, por ejemplo, “¿cuál crisis?”,
negación que pone a todos en la posición de idiotas
(ver cita de Fernando Ulloa más abajo).

La segunda observación es que, en nuestro país,


cuando se adjetivó como social a la psicología, ello
supuso un desarrollo fecundo de cruces de campos
de actividad social, como los de salud mental y edu-
cación, arte y salud mental, organizaciones y salud
mental, etc., que llevan la marca de verdaderos ge-
nios como Enrique Pichón Rivière, Eduardo Tato Pa-
vlosvky, Gregorio Baremblitt, Fernando Ulloa, entre
otros.

Entonces, la yapa: por una cuestión de convicción


personal y de pertinencia con nuestra tarea, quisié-
ramos que todo educador lea las conferencias de
Ana Quiroga (2001) "Relación entre el pensamien-
to de Enrique Pichón Rivière y Paulo Freire" y de
Fernando Ulloa (1999) “Sociedad y crueldad”, en la
Casa de Madres de Plaza de Mayo.
En 1970, Pichón Rivière (2001) había escrito: “El suje-
to es sano en la medida en que aprehende la realidad
70 • N. a.: Estoy citando una discusión en la que participé en la sala de profesores de la escuela de Bajo Flores.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

70
en una perspectiva integradora, en sucesivas tentati- de instaurarse una renegación cronificada, creándo-
vas de totalización, y tiene capacidad para transfor- les serios problemas afectivos con la verdad, pues-
marla modificándose, a su vez, él mismo. El sujeto to que no sabiendo a qué atenerse, pueden terminar
es sano en la medida en que mantiene un interjuego teniendo que atenerse a las consecuencias, antigua
dialéctico con el medio, y no una relación pasiva, rí- fórmula para definir la posición del idiota antes que
gida y estereotipada”. esto constituya un insulto o un cuadro neuropsiquiá-
Sólo ese párrafo de Pichón Riviére71 alcanza para po- trico” (las cursivas son nuestras).
ner en cuestión la escuela normalista y buena par- Y en referencia a las transgresiones en el marco de
te de la formación y capacitación docente, por sus la profesión, agrega en la misma conferencia:
efectos en la salud mental de educadores y educan- “Uno se pregunta ¿cómo puede ser que una comu-
dos. Y está claro que no es en aquella escuela, toda- nidad tan mortificada, tan lastimada, no reaccione?
vía hoy idealizada, donde queremos incluir excluidos. Es que en estas condiciones la queja nunca arriba
Como para enfatizar la pertinencia de la salud men- a protesta, más bien se apoya en las propias debi-
tal en los temas de este módulo, Ana Quiroga agrega lidades intentando despertar la piedad del opresor.
en la conferencia citada: “En algún momento, Freire No se afirma en las propias, tal vez endebles fuer-
me dijo: ‘leí a Pichón y pensé: «este hombre me ha zas, pero fuerzas al fin. En esa comunidad tampo-
copiado», pero analizando fechas me di cuenta de co la infracción apunta a trasgresión. La infracción
que yo había pensado lo mismo en otro tiempo y es- es ventajera, oportunista, a lo más se arregla con
pacio, sin conocernos’”. una multa o se presta a la coima. La trasgresión no
Sin embargo, al mismo tiempo que se desarrollaba es así, ella siempre funda algo: funda la teoría re-
ese trabajo exploratorio de los vínculos entre salud volucionaria o la ruptura epistemológica, tal vez la
mental y educación, se produjo una ruptura en la toma de conciencia, o quizá funda la fiesta. En las
APA (Asociación Psicoanalítica Argentina). Lo men- comunidades mortificadas no hay tal acontecer ya
cionamos para no olvidar que toda transgresión tie- que la gente acobardada pierde su valentía al mismo
ne costos -institucionales, morales, etc.-, y que los tiempo que su inteligencia. Pero sobre todo pierde el
costos se asumen en vista a evitar otros mayores, adueñamiento de su cuerpo y las patologías asténi-
el mayor de los cuales es la imposibilidad del naci- cas abundan anulando la acción. El cuerpo se ha he-
miento de lo nuevo. Hay culturas que instituyen esos cho servil. En esas comunidades mortificadas cuan-
costos; de eso habla el cuento citado de Galeano do se trata, por ejemplo, de agrupaciones a cargo de
“Ventana sobre la memoria”.72 la salud, una actividad que obliga a desarrollar pen-
Acerca de la negación y la posición del idiota, Fer- samiento, con frecuencia he observado lo que ter-
nando Ulloa (1999) dice: “‘Secretear’ lo que de por miné llamando el síndrome SIC, una sigla integrada
sí ya aparece como secreto, terminará siendo un por Saturación, Indiferenciación, Canibalismo” (Ib.).
secreto si no a voces, sí a murmullos. Una verdad La transgresión -a diferencia de la infracción- es fun-
murmurada que al mismo tiempo que se impone, se dante. Lo que recuerda la búsqueda del “acierto fun-
intenta recusar a través de la renegación. En psicoa- dante” del que hablaba Kusch (2007) y que volvere-
nálisis a este mecanismo se lo describe como negar mos a mencionar más adelante.
y negar que se niega. Una verdadera amputación del Moreno Olmedo (2008), sin utilizar los términos “trans-
aparato psíquico que configura uno de los riesgos gresión” o “acierto fundante”, explica cómo cambia-
mayores a que están sometidos los niños que han ría para siempre su disciplina en América Latina: “Allí,
pasado años en ese entorno siniestro; en ellos pue- en el campo de trabajo, le esperaba al psicólogo y a la
71 • Tomado de "Una teoría de la enfermedad", en El Proceso Grupal: Del psicoanálisis a la psicología social (2001).
72 • N.a.: Le debo este cuento-y otra cantidad de relatos y reflexiones-a María Belén Cairo Sastre, la negra Belén, que acompañó la “cocina” de este módulo.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

71
psicología una auténtica renovación. Los psicólogos
no se encontraron con masas ni con proletarios sim-
plemente, ni con marginales en general como anun-
ciaba la teoría sociopolítica del momento. Encontra-
ron, en cambio, comunidades. No comunidades de
proletarios o marginales, sino simplemente comuni-
dades de convivientes que no pudieron recibir otro
calificativo sino el de populares. Algo parecido suce-
dió, creo, en el resto de Latinoamérica. La psicología
social tuvo que asumir las comunidades y abrirse a la
psicología comunitaria. No hemos inventado los lati-
noamericanos la psicología comunitaria, por lo me-
nos como denominación de una disciplina, pero entre
nosotros ha surgido una psicología comunitaria que
poco le debe a las de otras latitudes, dotada de una
originalidad que no proviene de una especial capaci-
dad creativa de los psicólogos sino de la originalidad
de nuestras comunidades populares. No sería dema-
siado atrevido pensar que ellas han sido las verdade-
ras creadoras de esta especialidad de la psicología
social” (las cursivas son nuestras).
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

72
5.6. La educación A
veinte años del V Centenario, sugerimos hacer
un ejercicio de memoria.
En Argentina hasta el día de hoy seguimos conven-

de los nuevos sujetos cidos de que los pueblos originarios constituyen una
minoría entre nosotros. Este criterio democrático
cuantitativo de mayoría/minoría que también sería
sociales válido referido a la burguesía o al jet set televisivo,
oculta aquí el poder de unos y otros. Advierte Luis
Sabini Fernández73: “no hay dos realidades aunque
lo parezca; una segura y democrática, la de casi
todo el mundo, y otra azarosa y discrecional de los
pocos marginados, y que por eso lo seguro es per-
manecer en ‘la primera’. Es la última, precisamen-
te -el estado de excepción (Agamben)-, lo que rige
(o, en todo caso, la excepción que percibimos como
una inversión de lo normal, es lo normal)”.
Sin embargo, ya no es hegemónico el pensamiento
de que “a pesar de las barbaridades que se come-
tieron”, tanto la conquista del siglo XVI como la con-
quista del desierto del siglo XIX o la desertización de
lo social por el neoliberalismo en los noventa, fueron
procesos históricos positivos.
Dice Fernando Huanacuni Mamani (2010): “Mucha
gente piensa que quinientos años de genocidio y et-
nocidio fue una anécdota desde el punto de vista
occidental, consideran permisible la esclavitud o la
servidumbre, cuando sostienen que ‘no puede ha-
ber esclavitud en pleno siglo XXI’, como queriendo
afirmar que en los siglos pasados era permisible o
comprensible, pero les decimos que en ningún siglo
es comprensible ni permisible que haya esclavitud o
exclusión racista, eso se expresa solo desde la in-
conciencia de la sociedad”.
A lo que agrega Roberto Carri (1968): “las clases en
que surgen los Velázquez generalmente son consi-
deradas rémoras del pasado destinadas a desapare-
cer, a ser reemplazadas… A los Velázquez se los ob-
serva con simpatía pero se los subestima en cuanto
a su capacidad real… Como es un caso perdido, lo
único que se les ocurre es humanizar las condicio-
nes de opresión” (las cursivas son nuestras).
73 • Luis E. Sabini Fernández: “Desarrollo tecnológico: ¿revolución, reacción o resistencia?”, en http://www.rebelion.org/noticia.php?id=151028
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

73
El debate del V Centenario (1992) en nuestro país b) Muchos de los que pudieron avanzar un paso más
ocurrió sobre el telón de fondo de aquel presente comenzaron a desarrollar tareas de alfabetización,
neoliberal en el que empresas transnacionales, in- en la modalidad de educación popular -lo que supu-
cluso algunas de origen español, confirmaban la so recuperar el vínculo con tradiciones de los sesen-
continuidad de la colonia, mientras el gobierno na- ta y setenta y otras más antiguas-.
cional, a manera de festejo, indultaba genocidas. c) La masiva llegada de poblaciones de habla guara-
Era muy fuerte lo que ocurría, y una de las conse- ní, aymara y quechua a los suburbios, su “asedio” a
cuencias inesperadas para los que gobernaban las ciudades blancas o criollas, puso en evidencia el
aquel presente y construían el relato oficial fue que hecho de la diversidad lingüística y cultural de nues-
perdieron el debate sobre el pasado. El consenso tra población, así como la imposibilidad del sistema
establecido sobre ambas conquistas no prendió en educativo de dar respuesta a las mismas.
las generaciones jóvenes, y entonces, no logró re- Y así como el servicio alimentario provisto por las
producirse. Dice Silvia Winter (2009: 81): “La tran- escuelas se constituyó en marca de época, simultá-
sición de una episteme a otra ocurre cuando ya no neamente, el servicio de apoyo escolar y/o alfabeti-
son viables las condiciones por medio de las cuales zación caracterizó a comedores y otras organizacio-
su verdad resultaba ‘firme, canónica y obligatoria’ nes barriales.
Nietzsche. El factor estimulante de esta no-viabili- Lo que se tramita en esta “sintonía contradictoria”
dad es siempre socio-político”. entre escuelas y comedores barriales no es sólo la
Pueblos despoblados, familias desocupadas, desar- nutrición en calorías y conocimientos para que chi-
madas, jóvenes que se veían obligados a migrar... De cos pobres accedan a una cultura escolar moder-
ese sector social forzado a vivir en suburbios sin ser- na, eurocéntrica, “de calidad”. No se impugna aquí
vicios ni proyecto, y como rebelión contra ese desti- la finalidad incluyente de las políticas oficiales (ac-
no, emergerían años después movimientos sociales tualmente está en discusión el eurocentrismo y su
como los MTD. paradigma de calidad) pero no siempre se ve que
En Ecuador, Bolivia, Perú, en el sur de Chile, en Neu- los puentes que se construyen para los portadores
quén y el NOA, pero también en las villas y subur- de culturas o cosmovisiones diferentes a la moderna
bios de todas las capitales provinciales argentinas, sean transitados en ambas direcciones, como “pa-
al mismo tiempo que los jóvenes desocupados, se sarelas entre cosmovisiones”74.
hicieron visibles los pueblos originarios, en redes fa- ¿Cómo abrir, entonces, el sistema educativo a prác-
miliares y productivas que reconstruían apenas se ticas inter-culturales; a la posibilidad de concebir que
asentaban en sus nuevos territorios. no existe una sola verdad (uni-verso), sino muchas?
Aunque ambos nuevos sujetos no son idénticos, Y que, por lo tanto, garantizar el derecho a la educa-
por vivir unos junto a otros en las periferias urbanas, ción, no pasa por transmitir y explicar una cultura “su-
coinciden en su percepción y resistencia frente a la perior” a las “inferiores”, sino por establecer puentes
exclusión social. de comunicación e inter-aprendizaje entre ellas.
En relación a la educación de estos nuevos sujetos
sociales, cabe señalar una secuencia de hechos que
configuraron una pauta:
a) Los comedores barriales, en cuanto organizaban
la rutina alimentaria, como segunda actividad gene-
raron espacios de apoyo escolar.
74 • Ver texto que lleva ese título en el capítulo 6.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

74
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Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

76

Capítulo 6

Las “minorías” originarias


6.1. Las “minorías” originarias

A cerca de la magia que convierte en minoría a


las mayorías, a los nativos en extranjeros y a la
educación en alienación.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

77
6.1. Las “minorías” E
l estereotipo argentino respecto de los pueblos
originarios como minoría es un resultado -diría
Arturo Jauretche (1975)- de La colonización peda-

originarias gógica que siguiera al genocidio material. En ese li-


bro que formó a muchos educadores, docentes o
no, escribió: “El pueblo en que nací, en el Oeste de
Buenos Aires, era treinta años antes territorio indio,
pero la escuela a la que concurrí ignoraba oficial-
mente a los ranqueles. Debo a Búffalo Bill y a las pri-
meras películas de cowboys mi primera noticia de
los indios americanos ¡Esos eran indios!, y no esos
ranqueles indignos75 de la enseñanza normalista”.76
Contradiciendo en apariencia el estereotipo, en ene-
ro de 2005 la periodista Silvina Heguy (2005) publi-
có en Clarín su nota “Mas de la mitad de la pobla-
ción del país tiene antepasados indígenas”. En ella
resumía las conclusiones de un estudio hecho por el
Servicio de Huellas Digitales Genéticas de la Univer-
sidad de Buenos Aires, a partir del análisis de casos
en once provincias.
“Lo que queda al descubierto es que no somos tan
europeos como creemos ser”, dice en la nota Daniel
Corach, director del Servicio, profesor en la cátedra
de Genética y Biología Molecular de la Facultad de
Farmacia y Bioquímica de la UBA e investigador del
Conicet. Con tal capital de títulos propios y respal-
do institucional y financiero, el experto mencionado
calificaría como perito judicial en un hipotético juicio
contra el prejuicio.
Sin embargo, el recuento genético como argumento,
más allá de que pueda sorprendernos por sus resul-
tados, mantiene alguna analogía con el certificado
de “limpieza de sangre” que exigía la corona espa-
ñola para reconocer la condición de “vecino”. Una
sociedad que requiere recuentos genéticos para re-
visar sus prejuicios, sólo los está modernizando.

75 • En el relato la frase “ranqueles indignos”, no tiene intención ofensiva sino irónica.


76 • Las cursivas son nuestras. Agregamos que desde que Jauretche escribió ese libro hasta hace pocos años, también él pasó a ser un ranquel oficialmente
ignorado por la academia y la formación docente.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

78
penarauenta
tener ‘iguales’ de la polis”.

c
La modernización no nos ha liberado del racismo ni,
en general, de prácticas y dispositivos que clasifican
(y cosifican) a fin de sostener jerarquías estableci-
La ingeniería genética y el sueño o la pesadilla das. Sigue siendo la nuestra una sociedad que rea-
de la eugenesia: firma la existencia de sujetos clasificadores y obje-
tos clasificados. Por su parte, Walter Mignolo (2003:
El título corresponde a una conferencia de Luis 27) nos dice: “Entre las muchas cosas de las que los
E. Sabini Fernández (2012) recientemente pu- pueblos no europeos fueron privados estaba la po-
blicada. Sabini escribe: sibilidad de pensamiento (no de pensar, porque eso
ya sería mucho decir) a la manera en que el pensa-
“el advenimiento de humanos genéticamente mo- miento se concebía en el Renacimiento, cuando co-
dificados establece un corte radical en la hu- menzó el proceso de colonización y la clasificación
manidad, entre padres y tecnólogos modifica- de las poblaciones del planeta por su nivel de inte-
dores y bebés que serán adultos modificados… ligencia” (las cursivas son nuestras). Cabe señalar
Tanto perfeccionismo no es sino la contracara que la calidad de experto para calificar como perito
del profundo desprecio que despierta en este -en este caso, como perito clasificador de poblacio-
tipo de expertos el hombre real y concreto, que nes- deriva del respaldo institucional que se posee a
somos todos nosotros.” manera de capital.
Quienes reconocen su saber como situado toman
Al respecto, Guillermo Steffen (1989) señala: “El psi- nota de las calificaciones profesionales de cualquie-
cólogo novicio podría aquí desconcertarse, pregun- ra que entra en diálogo porque su negocio no es ig-
tándose si acaso nuestros genes y nosotros mismos norar las pautas culturales del otro; pero siguen sus
somos, en lo profundo, indios. Pero no se trata de propios caminos para validar lo que sirve y da sus-
lo indio: se trata, más en general, de lo humano. Se tento y firmeza a los aprendizajes. Fernando Huana-
trata, al parecer, de la genérica profundidad psíqui- cuni Mamani (2010: 29) sugiere: “rescatar las ense-
ca de lo humano, acaso desatendida o no suficien- ñazas que equilibran la calidad, en la simplicidad,
temente percibida por la ciencia occidental”. Parece marca de la existencia sana de nuestros ancestros;
un ejemplo evidente de que la modernización tiene es decir aprovechar de lo que el mundo occidental
sus propios pre-juicios, vale decir, juicios de funda- ofrece sin abandonar valores y prácticas sociales y
mento, de los que deriva su episteme. culturales propias”.
Explica Silvia Wynter (2009: 69-70): “Hubo un úni- En esa línea, tres décadas antes de la nota periodís-
co asunto, como Maurice Godelier ha mostrado, una tica sobre nuestra herencia genética, Rodolfo Kusch
sola institución y representación social que no pudo (1978) escribía: “Pudiera sospecharse entonces que
ser seriamente cuestionada ni por el cuestionamien- no hay diferencia entre un quechua y un ciudadano
to teórico de la filosofía griega ni por la política de [...] Pero ¿en qué consiste entonces la alteridad del
su democracia. Tal ‘fundamento’ fue el de la institu- otro? En realidad es lo mismo humano pero tomado
ción del esclavismo y la condenación sistémica de en toda su profundidad”. Con lo que introducía una
los no-griegos a su rol de proveedores de fuerza de duda saludable, crítica, acerca de lo que la propia
trabajo, sobre cuya base todos los griegos varones cultura considera “lo humano”.
pudieron ser instituidos como ciudadanos ‘libres’ e La “novedad” que reivindican para sí y nos ofrecen
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

79
los pueblos originarios es que “lo humano” es mu- vidir para reinar” no es sólo la práctica común de es-
cho más que el individuo urbano competente con trategas enemigos, sino también de “la educación”
que machaca una publicidad científicamente elabo- encarnada por nosotros mismos, los docentes.
rada. Dice Kush (2007) en América Profunda: “La ca- Mucho hay entonces para des-aprender y re-aprender.

m
tegoría básica de nuestros buenos ciudadanos con-
siste en pensar que lo que no es ciudad, ni prócer,
omento
de reflexión
ni pulcritud no es más que un simple hedor suscep-
tible de ser exterminado. Si el hedor de América es
el niño bobo, el borracho de chicha, el indio rezador
o el mendigo hediento, será cosa de internarlos, lim-
Para complementar este punto, sugerimos la
piar la calle e instalar baños públicos. La primera so-
lectura de los textos que siguen: “De las viejas
lución para los problemas de América apunta siem-
maneras de vivir, al solo YO... ‘EL AYNI’" y “Pa-
pre a remediar la suciedad e implantar la pulcritud”.
sarelas entre cosmovisiones” del PRATEC.
El encuentro con otros, distintos, entonces, permi-
te revisar y redefinir lo que la propia cultura com-
prende como “lo humano”. No sólo en sus aspectos De las viejas maneras de vivir, al solo YO.....
manifiestos (indumentaria, accesorios electrónicos, “EL AYNI”77
música) sino las pautas más arraigadas en nuestro
comportamiento, como son las que se despliegan Es difícil entender el futuro de los nuevos
en la gestión de los recursos; como la colaboración, sujetos que vamos construyendo hoy; de
el intercambio, el regalo, la competencia, el derecho algo estoy seguro, que nuestros abuelos
de propiedad, el derecho de relación. aymaras e incas tenían en claro que la na-
Entre las pautas más arraigadas en nuestro compor- turaleza y el hombre eran uno solo, a par-
tamiento, hay una que es clave para comprender que tir de ello el hombre y naturaleza convivían
no se puede pensar en los pueblos originarios como en armonía como complemento uno al otro.
“minorías” o “rémoras del pasado destinadas a des- Entendieron que la universalidad, es todo.
aparecer” (Carri) o “un simple hedor susceptible de Donde nadie queda fuera no importando lo
ser exterminado” (Kusch): los “buenos ciudadanos”, que seas, de esta manera construyeron un
porque normalmente carecemos de comunidad de ritmo de vida más equitativa y justa. Los
referencia, aprendemos que la tierra se compra y se principios como el Ama suwa, ama llulla,
vende. Así que nos parece una locura que quienes ama qella lo que significa: No seas ladrón
mantienen un modo de vida tan distinto exijan el re- (Ama suwa), no seas ocioso (ama llulla), y
conocimiento de su derecho de relación con la tierra. no seas mentiroso (ama qella). Esta diná-
Lo llamativo de esta convicción es que ignora las ne- mica no sería real si no existiese el Ayni,
cesidades e intereses de la mayoría de nosotros. Si que es un sistema de vida muy complejo
pusiéramos en la balanza nuestra necesidad e inte- para el hombre del capitalismo y es sencillo
rés, los pueblos originarios dejarían de ser minoría, y si todos viviésemos con esta lógica de la
cobraría algún sentido (pero ya no haría falta) aquel reciprocidad (AYNI_ MINK´A_)
estudio genético acerca de que el 60% de los argen- Para un sujeto del siglo del consumo, es
tinos tenemos genes originarios. importante el bienestar individual, el “Yo”.
Es como para reflexionar que aquella práctica de “di- Vivimos en un mundo de consumo, donde

77 • N.a: Trabajo final de “Educación en Contextos de Pobreza”, Seminario de 3er año de la Tecnicatura en Pedagogía y Educación Social que se dicta en el
IFT 28 de la CABA. Su autor, Fredy Huanca Mamani, nacido en Bolivia, vecino de la Villa 1.11.14 de Bajo Flores (CABA), se recibió de Técnico Superior en
Educación y Pedagogía Social en diciembre 2012. Escuchando sus reflexiones en clase acerca de lo que cambia con la migración y lo que se esfuerzan por
mantener, le pedí que las pusiera por escrito, cosa que le agradezco ahora porque puedo difundirlas.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

80
la lógica actual es, “dime cuánto consumes algunas prácticas que hoy se pueden ob-
y te diré cuánto vales” (Galeano, 1998). Este servar en las zonas andinas del altiplano
modo de vida no es bueno para la gente, que parecieran ser heredadas de nuestros
pero es muy bueno para la industria ca- antepasados Incas.
pitalista. [Ante] la invasión de la moneda como un
Desde este enfoque es difícil entender como medio de cambio para reparar supuestas
realmente funcionaría el Ayni, en los tiem- necesidades creadas por las corporaciones,
pos anteriores al 12 de octubre de 1492. el hombre andino se vio obligado a aban-
¿Como deberíamos llamarlo? ¿Día de la donar sus tierras, su modo de vida, para
raza? ¿Día de la conquista? ¿Día de la incorporarse a una carrera por la super-
injusticia? ¿Día del saqueo y el robo? vivencia del más fuerte, convirtiéndose en
Seguramente fue sorprendente para el in- ajeno y extraño en sus propias tierras.
vasor, descubrir una sociedad organizada El Kollasuyo, después América Latina, hoy
con un profundo respeto por la naturaleza, 2012. A pesar del tiempo el hombre andino
que de alguna manera esta lógica no podía sigue llevando en sus venas la herencia de
ser entendida por el extraño, llamándolos “... sus antepasados aymaras e incas, a pe-
ignorantes de cultura,... son herejes... etc.” sar de que hicieron78 lo imposible por erra-
(Galeano, 1971). dicar sus prácticas por que representa un
Según investigaciones y estudios profun- peligro para el poder económico.
dos, el Ayni como sistema de vida funcio- En la villa 1-11-14 ubicada en el Bajo Flores,
naría perfectamente si fuésemos libres del de la Capital federal. Es una de las ocu-
mundo capital respaldado por la plata, di- paciones de tierras fiscales por familias
nero, Money, etc. Algunas interpretaciones más empobrecidas que no tienen la opor-
por deducción dirían que el Ayni es “hoy tunidad de comprar un espacio para vivir.
por ti, y mañana por mí” otros afirman Muchas de las familias que viven son de
que el Ayni es el “trueque”.....“Yo te doy esto, origen boliviana, peruana, paraguaya, y
y tú me das lo otro”. El trueque constituye argentinos del interior del país.
la antesala del dinero, ya que el siguiente Desde hace unos años atrás cada sábado
paso de lo descrito arriba es: “yo te doy por la mañana en los pasillos del Manzano
esto, y tú me das dinero, y con ese dinero 1, era típico encontrar una pequeña feria
yo obtengo alguna otra cosa que necesite y de intercambio de alimentos de primera ne-
que tu no tengas”. (Torra, 2011) cesidad, con productores del mercado cen-
Desde mis orígenes aymaras y alienado tral. En un momento la ayuda llego a la villa,
por el capitalismo, es difícil explicar con el gobierno de la ciudad ejecutó el programa
exactitud como debió funcionar el ayni y ayuda a las familias más necesitadas de
me resulta muy difícil dar una apreciación la villa, con subsidios de chequeras para
de cómo debió ser, pero me imagino una intercambiar productos alimenticios en los
civilización casi perfecta en convivencia con súper mercados. Según comentarios dicen
la naturaleza y el hombre. que ya la feria de la villa está debilitada y
A partir de las lecturas de los investigado- que ya no vienen más los productores. A
res de la cultura ancestral, puedo traducir ciencia cierta no podemos decir a qué se

78 • El autor no aclara quiénes “hicieron lo imposible”. Entendemos que se refiere a los colonizadores y sus herederos, y que no habla solo del presente o del
pasado sino de ambos a la vez.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

81
debe esto, pero de algo estoy seguro, de de la comunidad” no está presente en el
que el sábado los vecinos llegan con bolsas aula por más que se hable de diálogo de
de compras de los supermercados. saberes y de interculturalidad en la Ley
Mi vecino “tark´assa”79 dice: “...con los sub- General de Educación. El currículo sigue
sidios están enseñando a nuestros hijos siendo colonial; en él no tiene cabida la na-
a una vida facilista... donde se olvidan del turaleza viva y la cosmovisión que la sos-
trabajo y cuando son grandes ya no quie- tiene. En la práctica se prefiere el inglés
ren trabajar... y es mas fácil robar... dro- antes que las lenguas indígenas a pesar
garse... emborracharse...” de que declaramos ser interculturales y nos
No sé si el trabajo es bueno o malo, pero vanagloriamos de tener unas de las mayo-
el trabajo formaba como un hecho impor- res biodiversidades del planeta.
tante del hombre ancestral aymara e inca, […] Los comuneros andinos han planteado
esto no significa que el resto del mundo el “iskay yachay”, es decir el diálogo de sa-
no trabajara. beres en la escuela, desean que sus hijos
Entiendo que una práctica real del Ayni no se afirmen en lo propio y se abran a la
existe porque los tiempos tienen otro rum- comprensión del mundo moderno. Ellos poco
bo y el dinero está vigente en cada rincón entienden del DCN81, o de siglas como PEN,
del mundo. PER o PEL. El estado será siempre el es-
Fredy Huanca Mamani tado. Para ellos la cara del estado somos
nosotros, aunque los docentes queramos
decir lo contrario, es decir que somos no-
A continuación, un texto del PRATEC (Pro- más sus “trabajadores” mal remunerados.
yecto Andino de Tecnologías Campesinas) que Los comuneros nos han solicitado a los
acompaña desde hace más de dos décadas a docentes resolver la aparente o real con-
diferentes organizaciones y grupos de campe- tradicción entre el mundo andino y el occi-
sinos en una propuesta de afirmación cultural dental moderno, y con ese encargo nos han
con acento en los aspectos de la crianza de la dejado harta “tarea para la casa”. Nos han
diversidad. dado una triple misión: entender el mundo
moderno, comprender el mundo andino, y
Pasarelas entre cosmovisiones80 establecer el diálogo entre ambos mundos.
Nadie sabe la forma que tendrá o formas
Una tensión recorre los pasillos de muchas que asumirá la resolución de tal tarea. Nos
escuelas andinas, producto del esfuerzo han pedido eso sí que trabajemos colec-
entre construir el proyecto homogenizador tivamente, en grupo, lo que no es nada
estatal cuya herramienta central es el cu- sencillo, y nos han pedido tener paciencia
rrículo, y afirmar la vida fresca y plural andina, similar a la que ellos han tenido con
que proyectan las sonrisas de los niños y la Iglesia, y la tuvieron con la hacienda y
las niñas, ancladas en una tradición anti- ahora con credos fundamentalistas.
gua de criar la diversidad. […] En última instancia, la pregunta que
Lo que se podría llamar “cultura educativa surge es sobre la posibilidad de lo que

79 • El nombre es un alias, lo que significa que no es nombre real del vecino.


80 • Fragmentos del libro: Epistemologías en la Educación Intercultural. Memorias del I Taller sobre Educación Intercultural y Epistemologías Emergentes. Pra-
tec, Lima, 2009. Disponible en: http://www.pratecnet.org/pdfs/libro%20epistemologias.pdf (El resaltado en negrita es nuestro). El sitio http://www.pratec-
net.org contiene una variedad de bibliografía muy interesante sobre educación y otras áreas de actividad social-comunitaria, como salud, alimentación, etc.
81 • El DCN, Diseño Curricular Nacional.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

82
se ha venido llamando “diálogo de saberes” lante y hamuypaq es lo que viene. Otra
en el campo educativo y cuya comprensión palabra cercana puede ser ñawpapaq que
va desde “traducciones” hasta “pasarelas” es adelante pero también es atrás o antes.
entre cosmovisiones. ¿Es posible el diálogo Lo cierto es que cada grupo de traba-
entre cosmovisiones? ¿Cuáles son las con- jo utilizó términos propios como también
diciones para un diálogo tal? tupachinakuy, patachay, kam a chinakuy,
[…] La falta de correspondencia ocurre en ‘pasos para caminar’, las ‘debilidades de
el nivel de lo que se da por sentado en nuestro pueblo’, entre otras frases, que se
cada grupo cultural y se reproduce en la alejan del lenguaje técnico del planificador”
vida cotidiana. Damos por supuesto que (Machaca, M. 1997: 1).
nuestra experiencia debe ser el referente ¿Se trataba, sin embargo, de un proble-
privilegiado en cualquier comprensión de la ma de traducción, como esta cita parece
realidad y no atendemos a la diferencia implicar, o era la actitud que se llevaba al
que otras circunstancias imponen ni a la ejercicio?
imper tinencia de afirmar la superioridad “Así, esta forma de relacionarse con la
de un modo de vida ajeno al contexto. realidad requiere una distancia entre el
Se trata entonces de una diferencia de planificador que se considera un sujeto y
cosmovisiones, de formas de estar en el todo lo demás son objetos manipulables y
mundo. Para apreciar lo que se quiere disponibles... Por ejemplo, una planificación
decir aquí, nada mejor que referirse al hecha en el mes de diciembre para una
brevísimo pero sustancioso artículo de ceremonia a la tierra en el mes de marzo,
Marcela Machaca Mendieta titulado “Plani- significa tener prevista la compra de ele-
ficación: ¿Qipa Hampaq, Ñawpapaq, Pa- mentos rituales, incluso el lugar probable
tachay?” que ofrece sus reflexiones sobre para depositar la ofrenda... Todo ritual u
el taller de planificación comunal que realizó ofrenda se hace en conversación con la Pa-
la Asociación Bartolomé Aripaylla con las chamama [Madre Tierra] y la conversación
autoridades de los doce barrios de la co- fluye entre personas equivalentes, surge
munidad de Quispillaccta en la provincia de de la espontaneidad y del contacto directo,
Cangallo, departamento de Ayacucho, Perú, del cariño y la “voluntad”, lo cual no se dará
en 1997: cuando ya existe una decisión antelada del
“La primera dificultad que encontramos hombre. De esta manera, tomamos dis-
fue para referirnos a la planificación en tancia de nuestro propio sentimiento, se
nuestros términos. No encontramos pala- mata todo el sentimiento de inmediatez y
bra equivalente, primero porque la pala- del acercamiento... que se da entre per-
bra planificación es poco o nada usual en sonas del mundo vivo... andino” (Machaca,
la vida comunal... Algunas aproximaciones 1997: 2).
usadas en la traducción fueron, por ejem- Lo que queremos resaltar en este ejemplo
plo, patachay que quiere decir ‘uno tras de la planificación es la falta de correspon-
de otro’ o quipa hamuypaq, ‘lo que viene dencia de esa actitud deliberada hacia las
después’, pero qipa quiere decir [también] actividades futuras con la forma en que
atrás, retraso, o podría también ser ade- los comuneros viven, con la cultura campe-
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

83
sina andina, en la que la “mesa” ritual dice • Darse cuenta y hacer darse cuenta, es
el parecer de cada una de las entidades decir, tener conciencia de que puede mover-
del pacha [mundo local] y el acuerdo es se entre cosmovisiones distintas y que ello
entre todos: deidades, comunidades huma- requiere saber en cada momento desde qué
nas y comunidades de la naturaleza. “Todo cosmovisión se encuentra actuando.
tiene su tiempo” y demás está anticipar • Adoptar una actitud de “dar yapa”82 en
en detalle. La actitud necesaria es una de reemplazo de la actitud crítica que ha sido
sintonización, de escucha, de conversación. parte de su formación como técnico o do-
cente.
Sobre la formación del acompañante Todo saber es de acompañamiento, de
Por definición, el técnico sabe. Sea técnico acompañantes que se saben amparados
agropecuario, sanitario, o docente, algo que y acompañados permanentemente. Si ha de
se da por sentado es que la formación darse la relación intercultural, todo proyecto
profesional resulta en alguien que sabe que pone en juego dos cosmovisiones es un
y, por tanto, está acreditado para indicar proyecto que exige una relación de acompa-
al resto cómo hacer las cosas desde una ñamiento. En ese sentido, todo acompañan-
perspectiva disciplinaria. La actitud “natu- te es también acompañado. Todo criador
ral” del técnico es, en consecuencia, ubicarse es criado.
en una posición jerárquica con respecto a
los demás y dictar qué se debe hacer. No
Finalmente, agregamos el fragmento de una
está en su horizonte escuchar y menos es-
entrevista a la educadora brasileña Vera Ma-
cuchar con atención y respeto a otros. Así,
ría Candau83, que nos ofrece pistas para la
un agrónomo está preparado para indicar
reflexión sobre nuestra tarea.
a los campesinos lo que se debe hacer
para lograr rentabilidad en sus chacras.
No se le ocurre que ellos vienen criando “En América Latina la educación intercultu-
plantas por incontables generaciones, ni se ral tiene una originalidad y configuración
fija que no necesitan de sus órdenes para específica. Esto porque en el ámbito euro-
vivir en suficiencia. peo, e incluso en Estados Unidos, muchas
¿Qué debe entonces saber el técnico o el veces se considera que “los diferentes” son
docente como acompañante de comunida- aquellos que vienen de afuera, trátese de
des? Debe ser capaz de: inmigrantes u otros grupos. En el caso de
• Saber escuchar la sabiduría de los abue- América Latina, en cambio, la cuestión es
los, poniendo en suspenso sus habilidades diferente. Es decir, aquí la interculturalidad
profesionales y su pretendida autoridad alude al propio proceso de formación so-
cognitiva en su relación con los que acom- ciocultural de los países latinoamericanos,
paña (des-profesionalización); con todas sus tensiones, conflictos y su
• Saber des-aprender, es decir, saber po- historia: la eliminación, el exterminio de las
ner en cuestión lo que da por sentado poblaciones originarias y la esclavitud, tan-
para reflexionarlo con los que acompaña to de los pueblos originarios como de los
(des-colonización); africanos traídos a fuerza al continente.

82 • YAPA es una palabra de origen quechua que sirve para designar una cantidad extra que se da en un intercambio comercial. Con ese mismo significado
figura en el libro de Arturo Jauretche (1975) Los profetas del odio y la yapa: la colonización pedagógica.
83 • “Educar en Tiempos Difíciles: vida digna, interculturalidad y democracia”
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

84
La formación inicial y permanente [de los
docentes deberían] partir de las histo-
rias de vida y de las historias escolares
B iblioteca
• AA. VV. (2009): Epistemologías en la Educación
de los educadores o futuros educadores,
crear mecanismos que ayuden a que ellos Intercultural. Memorias del I Taller sobre Educa-
reconozcan y reflexionen sobre sus expe- ción Intercultural y Epistemologías Emergentes,
riencias educativas. Yo siempre parto del PRATEC, Cusco, en http://www.pratecnet.org/
punto de vista de que todos introyecta- pdfs/libro%20epistemologias.pdf
mos un modelo pedagógico que es aquel • Carri, Roberto (1968). Isidro Velázquez. Formas
que vivenciamos durante los largos años prerrevolucionarias de la violencia, Ed. Sudesta-
escolares. De esta manera, se hace nece- da, Buenos Aires
sario que los educadores reconozcan esta • Heguy Silvina (2005): “Más de la mitad de
realidad, que la nombren, para que así la población del país tiene antepasados in-
puedan trabajarla a partir de su propia dígenas”, en http://argentina.indymedia.org/
experiencia educativa”. news/2005/01/256501.php
• Huanacuni Mamani, Fernando (2010): Vivir bien
/ Buen vivir. Filosofía, políticas, estrategias y ex-
Entonces, a la “sugerencia Baremblitt” (ver ca-
periencias regionales. Ed. Del Instituto Interna-
pítulo 2), le agregamos la “sugerencia Candau”:
cional de Integración, La Paz. Disponible en:
Reflexionen sobre estos textos teniendo en
http://www.caminantesdelosandes.org/libros/vi-
cuenta su experiencia de confrontar con mun-
virbien.pdf
dos desconocidos y considerando las respues-
• Jauretche, Arturo (1975): Los Profetas del Odio
tas que dan en esa circunstancia, que oscilan
(y la yapa: La colonización pedagógica), Arturo
entre la negación y la fascinación.
Peña Lillo Editor, Buenos Aires
Pueden incluir, como ya se dijo, composicio-
• Kusch, Rodolfo (1978): Esbozo de una antro-
nes plásticas, poéticas, fotográficas, etc. Pero
pología filosófica americana, Ed. Castañeda, San
aquí conviene que haya también, escritura.
Antonio de Padua, Buenos Aires
• Kusch, Rodolfo (2007): América profunda en
Obras Completas, Tomo II. Ed. Fundación Ross,
Rosario
• Mignolo, Walter (2003): Historias locales / Dise-
ños globales. Colonialidad, conocimientos sub-
alternos y pensamiento fronterizo. Akal Edicio-
nes, Madrid
• Sabini Fernández, Luis E. (2012): Futuros: con-
tra una visión autoindulgente del desastre plane-
tario, Ediciones Ciccus, Buenos Aires
• Steffen, Guillermo (1989): “El estar en América
y el encuentro con el otro”, en García Cambeiro,
Fernando (Ed.), Kusch y el pensar desde Améri-
ca, Centro de Estudios Latinoamericanos, Bue-
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

85
nos Aires. Disponible en: http://www.escuelapsi-
cosocial.com.ar/guillermo_steffen.html
• Wynter, Silvia (2009): “Sobre el posmodernismo,
les damnés y el principio sociogénico”, en Mig-
nolo, Walter (Comp.) La teoría política en la encru-
cijada descolonial, Ed. Del Signo, Buenos Aires
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

86

Capítulo 7

Sentido común o
el pensamiento de cuando
las cosas funcionan
7.1. Sentido común o el pensamiento de cuando las
cosas funcionan
7.2. Des-aprender lo aprendido
7.3. Otros campos del des-aprender
7.4. Problemas pendientes
7.5. Economía social
7.6. Comunicación social

A quí es cuando hablamos de que “no fuimos pre-


parados para esto” y acerca de qué hacer con
todo lo que aprendimos y ya no sirve.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

87
7.1. Sentido común o el N
os atreveríamos a afirmar que si hiciésemos una
encuesta callejera y al azar le preguntásemos a
los transeúntes cuál es la primera palabra que le lle-

pensamiento de cuando ga a la boca sin pensar cuando decimos educación,


la enorme mayoría de las respuestas sería escue-
la. Y es que el sentido común, que al igual que las
las cosas funcionan ciencias es una construcción de lo instituido al servi-
cio de sí mismo, así las enlaza, identificando el cam-
po de lo educativo con los establecimientos creados
(instituidos) para él.
Desde una perspectiva intercultural, posdictadura,
“kuscheana”, explica Carlos Pagano: “Los sistemas
educativos y, con ellos, la escuela son una invención
de la cultura que posibilitó las sucesivas revolucio-
nes industriales y, por lo tanto, mantienen su con-
dición histórica y relativa. La educación es un inte-
grante de la vida humana, no así los sistemas, aun
cuando se haya interiorizado una fusión de ambos,
con la consiguiente absolutización e intangibilidad
del ‘invento’ o de ‘la rentable ficción de la condición
natural de la escuela’”84.
Entonces, el sentido común, como construcción del
poder hegemónico, puede ser muchas cosas, me-
nos inocente. En consecuencia, cualquier proyecto
de cambio que aspire a ser eficaz debe poner en
cuestión, debe des-aprender (des-arraigarse, soltar-
se, arrancarse de) el sentido común.
Intentamos dar testimonio de una línea reflexiva sur-
gida en el trabajo común con otros compañeros, y
que luego constatamos que no era invención nues-
tra sino en todo caso de numerosos colectivos de
educadores y de otras ramas de la actividad social;
una perspectiva no idéntica pero sí estrechamente
emparentada a la de nuevos movimientos sociales
-como los MTD-, surgida como respuesta a la dic-
tadura cívico-militar de 1976-1982 y a la inesperada
prolongación de muchas de sus leyes y condiciones
bajo gobiernos democráticos durante dos décadas
de globalización violenta, hasta el estallido popular
de diciembre de 2001.
La lucha desigual que a muchos educadores, limi-
84 • Carlos María Pagano Fernández: “Rodolfo Kusch y los Bicentenarios de AbiaYala. Apuntes filosóficos para un kuty (vuelco) intercultural de la educa-
ción y para una ciudadanía liberadora de “Nuestra América” desde aspectos de la obra del pensador argentino”. Disponible en: https://docs.google.com/
View?id=dgncdk98_120d35ns3qv (Las cursivas son nuestras).
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

88
tados a nuestra “trinchera”, nos parecía solitaria gía mayor sin anestesia"85 que un sector de la socie-
durante los noventa, era en realidad el efecto de la dad llevó a cabo sobre el resto durante los noventa.
fragmentación social y de un silencio comunicacio- Tampoco estaba preparada para el nuevo aluvión de
nal sólo roto por episodios como la lucha de fogone- migrantes rurales y de países vecinos que supieron
ros y piqueteros en General Güemes, Cutral-Có y las hacerse un lugar en ella, en base a la tenacidad y su-

p mirar
rutas del conurbano bonaerense, el Santiagazo de frimiento de quien ha dejado su mundo atrás86.
fines de 1993 o el surgimiento lejano pero esperan-
zador del zapatismo en México en enero de 1994.
Después de diciembre del 2001, la crisis política y la
ara
convergencia de movimientos sociales también dio
lugar a la convergencia de aquella multitud de edu-
Les proponemos reflexionar acerca de las si-
cadores aislados cada uno en su trinchera, y que por
guientes fotografías:
necesidad cotidiana más que por elección delibera-
da, nos habíamos vinculado a organizaciones locales
(1) Cordobazo (1969), (2) Plaza Tiananmen (1989,
cercanas a las escuelas, entre las que siempre había
algo así como la Plaza de Mayo en China), (3)
un comedor, algún centro de salud, una capilla.
levantamiento zapatista en México y (4) 19 y 20

p mirar
Sólo después supimos cuántos éramos.
de diciembre de 2001 en Plaza de Mayo. Todas
estas imágenes plasman momentos históricos
ara en que “se cae el sistema”, algo que sólo ocurre
cuando un nuevo sujeto social lo confronta.
Imágenes disponibles en:
Un día en una escuela inclusiva (1) http://www.taringa.net/posts/imagenes/1757714/
http://www.youtube.com/watch?v=5BH9E0Ucny Imagenes-del-Cordobazo-1969.html
8&feature=related (2) http://commons.wikimedia.org/wiki/
Informe de Gabriel Michi en CN23. Muestra una File:Tiananmen_Square.jpg
escuela secundaria en la Villa de Bajo Flores, (3) http://txiapas.files.wordpress.com/2011/01/
CABA ezln2.jpg
(4) http://eldiablosellama.files.wordpress.
La consigna de diciembre 2001, que se vayan todos, com/2011/12/19y20diciembre2001.jpeg
además de sus destinatarios primeros, los miembros Luego, pueden buscar fotos propias, de conoci-
de la "clase política", por extensión también nos con- dos, o en Internet, que grafiquen otros momen-
cernía de alguna manera a los educadores y demás tos como los enumerados anteriormente, no sólo
sectores de la actividad que sostenemos el funciona- a nivel global o nacional, sino también, provin-
miento normal de la maquinaria social, abruptamente cial o local; y agregar alguna reflexión sobre el
detenida en esos días. Así como los sindicatos fuer- potencial educativo de las crisis sociales.
tes de los setenta no pudieron frenar la desregulación
de derechos laborales y la desocupación iniciadas La escuela normalista de los setenta no estaba pre-
con la dictadura -y de ahí el surgimiento de los MTD-, parada para todo eso. De ahí, entonces, todo el tra-
la escuela de los setenta no estaba preparada para bajo educativo en comedores barriales, en organiza-
recibir el aluvión de chicos hambrientos y lastimados ciones sociales, los esfuerzos de alfabetización, los
que escenificaban en la escuela el drama de la "ciru- bachilleratos populares; al mismo tiempo que la es-
85 • Frase que pronunciara el ex presidente Carlos Menem, para caracterizar su obra de gobierno.
86 • Volvemos a sugerir la lectura del texto “De las viejas maneras de vivir, al solo YO... ‘EL AYNI’”, escrito por un estudiante de Pedagogía Social como reflexión
sobre las pautas culturales propias y los cambios que sufren con la migración (ver Capítulo 6).
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

89
cuela pública y su personal se hicieron cargo de la la pedagogía, las ciencias de la educación (ver cua-
alimentación, y el personal de los centros sanitarios dro debajo Tres criterios de demarcación epistemo-
comenzaban a frecuentarlas, en un trabajo que a to- lógicos), la identificación entre educación y escuela,
dos nos resultaba tan insuficiente como ineludible. y otras inercias que en tiempos normales saturan la
Antonio Gramsci, uno de los que inauguró la dis- agenda de trabajo; como el desarrollo minucioso de
cusión moderna sobre el sentido común87, afirma- currículum novedosos y de normativa escolar, el in-
ba que es la concepción que un grupo social sigue ventario de recursos de equipamiento, la vigilancia
en “tiempos normales”. En ese marco, el del senti- sobre programas, horarios, ausentismo, etc.
do común de los tiempos normales, caben también

Tres criterios de demarcación epistemológicos

Primer Criterio Segundo Criterio Tercer Criterio


(Popper, Kuhn, Lakatos) (Habermas, Ricoeur, Apel) (Marx, Esc. Frankfurt, Dussel)
- No ciencia - Ciencia de la naturaleza - Ciencia humana o social funcional
- Ciencia - Ciencia humana o social -Ciencia humana o social crítica

El paradigma del pensamiento científico-técnico ha sido puesto en cuestión, desde dentro y desde fuera del mismo, debido a
los supuestos que lo fundamentan -principalmente el de objetividad- como a sus efectos no intencionales pero inevitables, en la
medida que la ciencia y la técnica desarrollan sus tareas como parte de un sistema social desigual. Un cuestionamiento desde
dentro del paradigma científico, es el que hace el filósofo argentino radicado en México, Enrique Dussel (1999), al poner un
tercer criterio de demarcación junto a los dos pre-existentes, para distinguir las ciencias humanas (de las que forman parte las
Ciencias de la Educación) funcionales, de las críticas.

Todo ello entra en crisis cuando los tiempos cam- me ocupo de que otros no duerman; levanto el telé-
bian; cuando, por ejemplo, un docente constata que fono y llamo a toda ‘la vía jerárquica’”. Agrega el fi-
no existe un código que refleje en el registro de asis- lósofo Emmanuel Lévinas: “Llamamos a esta puesta
tencias la baja de un alumno por muerte violenta o en cuestión de mi espontaneidad, en presencia del
suicidio. Y entra en contradicción y padece absur- Otro, ética” (citado en Dussel, 1998: 361).
do, cuando intentando procesar su propio trauma La maquinaria requiere una ética funcional en los
se descubre de pronto explicando hacia arriba que, agentes responsables de su funcionamiento. Cuan-
aun desde el punto de vista estadístico, es necesa- do pasa algo que debería detenerla, quien puede po-
rio crear ese código porque los casos se multiplican ner en cuestión su propia espontaneidad maquínica
y los protocolos que enmarcan el trabajo cotidiano para denunciar lo que pasa, está asumiendo una éti-
no dan cuenta del cambio. Algo cambió en forma ca crítica.
dramática, pero la maquinaria quiere seguir funcio- La ética, dice Enrique Dussel, no tiene campo de
nando. aplicación específico, sino que brinda principios ge-
Norma Colombatto (2007), una querida compañera y nerales que sólo adquieren existencia real a partir
maestra de muchos de nosotros, decía: “cuando se de sus manifestaciones en cada campo de la acti-
me muere un chico, yo esa noche no duermo, pero vidad social.
87 • Un buen compendio de esa discusión en Gramsci, desde la problemática del sistema educativo argentino y en relación con Freire y la educación popular,
puede encontrarse en Miguel A. Etchegoyen (2003). De allí tomamos la cita.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

90
Siguiendo su criterio, manifestaciones concretas de de arriba hacia abajo, es una construcción del poder
una ética crítica serán, por ejemplo, la suspensión en función de su reproducción.
del pensamiento funcional (“cuando se te quema el Y, donde el poder y su sentido común se vuelven
libreto, tenés que pensar más”88), de la pedagogía insoportables, donde ya no hay aprendizaje posible
funcional, del horario, la agenda y el calendario, la sino la reiteración tóxica de más de lo mismo, es de-
puesta en cuestión del sentido común de los tiem- cir, abajo aparecen entonces las señales de que es
pos normales; finalmente, la suspensión del funcio- necesario… des-aprender lo aprendido.
namiento normal de la máquina. Lo cual resultará
una transgresión disruptiva e irresponsable desde el
punto de vista de quienes velan por que la máquina
funcione.
Aporta Fernando Ulloa (2007): “Una institución, su-
pongamos un hospital o un equipo de salud, me lla-
ma porque tiene conflictos serios o no le salen bien
las cosas o enfrenta nuevos desafíos. En esa situa-
ción, que llamo de numerosidad social, se suscita un
‘acto de habla mirado’: el término viene del derecho
romano; eran palabras habladas ante testigos que
acreditaban su valor de compromiso. En esa esce-
na formada por 20, 40, 200 personas, el peso de las
palabras se multiplica, pero también aparecen ocu-
rrencias, inventivas. Yo fui un chico campesino, nací
en Pigüé: en las casas, recuerdo, se contaban suce-
didos; todos escuchaban en ronda pero siempre, en
alguna pausa del relato, otro intervenía: ‘A propósito
de lo que usted está diciendo...’. Este es el que lla-
mo efecto per. Se trata de algo que Freud mencio-
nó como ‘memoria perlaborativa’. El prefijo remite a
aquello que se extiende en el tiempo: perdura, per-
vive. Es una memoria que estaba perdida hasta que
algo la vuelve a hacer presente, ‘a propósito de...’. En
la numerosidad social, el efecto per estimula a que lo
reprimido, en forma de ocurrencia, surja, y entonces
empieza el pensamiento crítico: empiezan a debatirse
esas cosas que todos veían cada día sin advertirlo”.
Esas cosas que todos veían cada día sin advertirlo es
“lo reprimido” por el sentido común, a fin de no inte-
rrumpir la agenda y funcionamiento institucionales.
Aquí se verifica cómo pesan el tercer y cuarto nivel
de la vida humana sobre el primero y el segundo (ver
capítulo 4). Se verifica que el sentido común va des-
88 • Dicho por Luciana, docente de la Escuela Media de Bajo Flores, CABA, en sala de profesores en circunstancias de discutir qué hacer ante la muerte violenta
de dos jóvenes. En referencia a esos hechos puede verse también http://www.youtube.com/watch?v=5iBGbAe46Ns
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

91
7.2. Des-aprender lo T
odo aprendizaje se hace sobre otros preexisten-
tes, desplazándolos o reordenándolos. En nin-
guna etapa de la vida existe un vacío cognitivo o

aprendido emotivo a llenar por medio del aprendizaje. Más que


un vacío, lo que existe es un tejido apretado de re-
presentaciones (anteriores o “instituidas”, prejuicios)
que no permite dar cuenta de situaciones nuevas. En
consecuencia, aprender es parte del trabajo de todo
Aquellos que encontramos nuestra base de pensamiento
ser vivo; trabajo en sus dos sentidos de esfuerzo y
en “no enseña sino el hermano” […] atravesamos
producción. Aprender implica des-aprender para re-
enormes dificultades en el ineludible abismo que
aprender, un proceso cerebral auto-organizativo del
plantea abandonar lo aprendido, la verdad hegemónica que normalmente no tenemos conciencia, en el que
desde la cual fuimos formados como trasmisores de la neurobiología viene profundizando desde la déca-
sus principios, y además con la característica de ser da del sesenta, demostrando en forma empírica que
trasmisores de calidad, con certificado de autenticidad y la ignorancia y el saber no existen como esencias
legitimación del rol. (Silvia Sanchez)89 sino siempre en relación con situaciones concretas:
se sabe algo, se ignora algo.
Enrique Dussel (2006: 93) introduce el tema en su
Ética de la Liberación, con la siguiente observación:
“[...] habrá que superar el dualismo reduccionista de
Kant, Descartes o la Ilustración [que] habiendo fijado
toda la atención en la ‘conciencia’ se perdió todo el
nivel de los procesos auto-organizativos de la vida,
y aun autorregulados de la vida social, que no son
descubiertos por la conciencia, ya que se trata de
estructuras en parte no-intencionales […] La con-
ciencia no necesita intervenir siempre, pero es de-
terminante en la intervención crítica, correctiva de
los efectos perversos no-intencionales”.
En su “rápida excursión propedéutica por el tema”
ofrece una buena síntesis de las investigaciones de
neurobiólogos como Humberto Maturana (chileno),
Gerard Edelman (estadounidense) y Antonio Dama-
sio (portugués) acerca de esos procesos, así como
de otros filósofos que los toman en cuenta.

89 • Ver texto completo “Des-aprender” en capítulo 2.


Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

92
Familia de palabras y sentidos se la llama tranquera) pero, en el otro extremo, otros
conocimientos a los que sólo accedemos por medio
Enseñar
Señalar de un duelo.
Mostrar Una a-dicción90 funciona a la manera de arpón, que
Indicar nos sujeta y no podemos soltar sin desgarro. En la
Hacer señas escala social, por ejemplo, los cambios en la estruc-
Llamar la atención
tura productiva y la pérdida de empleos durante el
Aprender período neoliberal impusieron una reorganización
Comprender
subjetiva e intersubjetiva tan traumática que mu-
Entender
Agarrar chos no sobrevivieron y a todos nos dejaron “sen-
Prender timientos corrosivos”91, como la paranoia de la se-
Abrochar guridad y el deseo de catarsis por medio de esos
Conectar grupos especiales de la policía que más parecen se-
Anudar
res extraterrestres con escafandra y todo, o como la
Articular
Captar – Sujetar preocupación por las bacterias (que ayuda a publi-
Cazar al vuelo citar productos lácteos y dentífricos) como versión
Des-aprender posmoderna de lo que Kusch nombraba como he-
Des-agarrar dor de América (“lo que no es ciudad ni prócer ni
Des-prender pulcritud”).
Des-garrar Somos sujetos de lo aprendido o bien, lo aprendido
Des-conectar
nos sujeta, de manera tal que si no es algo buscado
por motivos propios, nos impone una inercia extra-
Aquí se trae a colación para introducir dos cuestio- ña convirtiéndonos en objetos sujetados -“discipli-
nes. La primera, breve, es que cuando los docentes nados” diría Foucault- que viven “destinos presta-
decimos que un estudiante no tiene capacidad de dos”92.
abstracción, expresamos más nuestro poco conoci- Vivir destinos prestados o impuestos supone toda la
miento sobre la cuestión (o la imposibilidad de “lle- cuestión de la dependencia, la minoridad, la aliena-
garle”, de establecer un vínculo, de ofrecerle señas ción, la colonización, la colonialidad93.
asequibles) que alguna incapacidad presunta del es- Entonces, des-aprender no es algo que ocurra siem-
tudiante. La abstracción es parte de los procesos pre sin dolor o como consecuencia de una propues-
auto-organizados que realiza el cerebro humano, sin ta curricular, que puede ser excelente pero siempre
los cuales no sobreviviríamos. trae “puesto” (prendido, agarrado) el método (cami-
La segunda cuestión, en línea con las críticas de no hacia) y la meta (quizás inalcanzable o inconve-
Freire a la “educación bancaria” y a la concepción niente) de otro94.
implícita en términos como “a-lumno” o “tábula El proceso de concientización (Freire) no se parece a
rasa”, es que aprender implica un trabajo de trans- una tarea de ilustración y desarrollo crítico y creativo
formación sobre conocimientos previos; algunos de nuevas competencias que pueda ser garantiza-
sencillos (como aprender que a un tipo de puerta do sólo por la racionalidad instrumental, como en el

90 • A-dicción no sólo a las drogas sino, más bien, como la falta de palabra ante lo injusto naturalizado.
91 • N. a.: Debo esta precisión a una estudiante de Pedagogía Social. Hace varios años perdió un hijo. Encontró apoyo y acompañamiento en su proceso de
duelo y, con el tiempo, organizó una asociación para transmitir aquello que había aprendido y le salvó la vida. Nos explicó que los sentimientos corrosivos (como
la envidia respecto a las familias que tienen a sus hijos vivos) son ineludibles en el proceso del duelo, y que no pueden superarse sino se reconocen y aceptan.
92 • El pedagogo Gustavo Wansidler, citando a su padre.
93 • Así denomina Walter Mignolo a la alienación social, política, económica y cultural que permanece luego del retiro de los ejércitos coloniales. Puede escu-
charse en el programa radial de la revista MU de editorial Lavaca (http://lavaca.org/deci-mu/deci-mu-con-walter-mignolo-la-modernidad-ya-fue/) o leerse en
http://people.duke.edu/~wmignolo/InteractiveCV/Publications/Lacolonialidad.pdf
94 • Un buen ejemplo de método y meta ajenos fue la reforma educativa impuesta por la Ley Federal de Educación.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

93
caso de un atleta motivado que se entrena; eso ven- logramos ver que tal moratoria para muchos nunca
drá después, si sobrevivimos. Más se asemeja a la existió; sólo que ahora están aquí, tomando la es-
búsqueda de salida de un laberinto, a la lucha con- cuela como escena para mostrar lo que nadie quie-
tra un síntoma, a la superación de un duelo; involu- re ver, porque la educación popular, diría Atahualpa
cra fantasmas, angustia, tristeza, parálisis, recurren- Yupanqui “es lo que el pueblo sabe sin que nadie se
cias, deseos de negación. Comienza en la oscuridad lo haya enseñado”.
del laberinto subjetivo, de la sensación de anomia, Estos nuevos exámenes para demostrar-nos compe-
de infertilidad, en el dolor de la exclusión social, gol- tencias de educador, los imponen los jóvenes y sus
peándose la cabeza contra la pared, contra la nor- comunidades, no todavía el sistema educativo, o no
mativa y la ley. de manera formal, legitimante, aunque la lucha inter-
Se puede comenzar el camino de educador, maes- na recorre todos los pasillos del sistema. La disciplina
tro o pedagogo un día cualquiera y siempre habrá social, la práctica social que se hizo cargo de la nece-
mucha tarea buena para hacer. Lo que la pedagogía sidad de instituirlos es la educación popular, ¡soste-
social, la educación popular, la pedagogía comuni- nida también por muchos docentes en las escuelas!,
taria vienen a poner sobre la mesa es que, cuando con gran costo personal y profesional que soportan
nos toca acompañar a estudiantes lastimados en su a la vista del peso mayor que les toca a sus jóvenes.
subjetividad, su cuerpo, su vida familiar cotidiana, Uno recién "se recibe” cuando ha podido acompa-
hay dos nuevos exámenes a rendir: ñar a otro/s en ese proceso, cuando en el camino en-
• el proceso de reeducación pulsional de nosotros frentó su propia impotencia y pudo subordinarla a la
mismos en el que nos sumerge la impotencia propia tarea de acompañar. Hay toda una reeducación pul-
ante un semejante herido (reeducación que consis- sional, de abandono de los “dioses preestablecidos”
te básicamente en “no salir rajando a la primera de (Dussel), de “extirpación quirúrgica de estereotipos”
cambio”); y cuando “el caso” se multiplica hasta vol- (Sánchez) implicada en la tarea de enseñar-aprender,
verse habitual, cuando lo sabido-instituido obstaculiza la vida.
• encontrar el camino, nunca directo, nunca frontal, Y transmitimos nuestra impresión (que no podemos
nunca corto, no trazado ni señalizado ni asfaltado fundamentar de manera consistente aquí) de que la
ni protegido, por el que juntos podamos aprender y aparición oficial de la Pedagogía Social en nuestro
comprender cómo salir de la situación y cómo evitar sistema educativo, con diplomas de academia eu-
que otros pasen por lo mismo. ropea, fue la manera que se encontró de “colar” for-
Nada menos. Está dicho que educar es una tarea malmente en el sistema algo de las prácticas y las
imposible. enseñanzas de la educación popular. En todos los
La pregunta por las causas de una endemia como niveles del sistema se encuentran agentes (Barem-
ésta de chicos armados y/o alimentados con quí- blitt) de esta intrusión transgresora e instituyente.

m omento
micos (químicos que tan bien se llevan con la publi-

de reflexión
cidad y la productividad) abre todo el tema político,
social, económico, cultural, en sus esferas subjeti-
va y comunitaria, local, nacional y global, y ya no
como “temas de estudio” sino como problemas que
se afrontan ahora. Como extensión de estos comentarios sugeri-
La situación cancela la “moratoria social” que su- mos la relectura de los textos "Des-aprender",
ponía el paso por el sistema educativo o, de pronto, "Pasarelas entre cosmovisiones", y "Susques,
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

94
Pór tico de los Andes", incluidos en los capítulos
2, 6 y 3 respectivamente.
En el primero, los técnicos del PRATEC95 en-
tienden el proceso de des-aprender como una
forma de des-colonizarse. En el segundo puede
leerse: “Tal vez, el mayor desafío de este pro-
ceso, resida en convertir en colectivo un trabajo
profundamente subjetivo”, afirmación de Silvia
Sánchez que nos llevó a escribir sobre la con-
tinuidad de los niveles subjetivo, intersubjetivo
y de las redes inmediatas y mediatas. Por úl-
timo, en el tercero, participamos de la extraña
ceremonia de un cura examinado en asamblea96
comunitaria y arrodillándose luego a besar las
manos de las abuelas de la comunidad.

En el apartado siguiente veremos como des-apren-


der sirve a otros procesos que, en distintos niveles
de la estructura social y diferentes campos de activi-
dad, hacen a la transformación de lo existente.

95 • PRATEC: Proyecto Andino de Tecnologías Campesinas, que se desarrolla en los Andes peruanos.
96 • Asamblea es el significado etimológico del término latino ecclesia, del que deriva iglesia.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

95
7.3. Otros campos del C
omo ya mencionamos, en su conferencia "Re-
lación entre el pensamiento de Enrique Pichón
Rivière y Paulo Freire", Ana Quiroga (2001) focaliza

des-aprender sobre la relación entre educación y salud mental.


El cruce de campos abre la posibilidad de pregun-
tas que no serían pertinentes si se aceptan los lími-
tes instituidos para cada campo. Por ejemplo: ¿Por
qué se propone a chicos y adolescentes -a los estu-
diantes en general- que aprendan encerrados y sen-
tados? ¿Cuáles son los efectos de ese hábito sobre
la salud física y mental de los estudiantes y sobre la
constitución de su identidad? ¿Por qué se los sepa-
ra de adultos y ancianos y se los organiza en grupos
por edad? ¿Por qué la evaluación de contenidos in-
corporados es la última instancia del ciclo escolar y
determina la suerte del estudiante?
El cruce de campos permite cuestionar lo que de otra
forma se impone como obvio: el uso de las aulas y
sillas existentes, la separación del trabajo físico e in-
telectual, la conversión práctica de los chicos en nú-
mero o producto y la exclusión de los que no superan
el “control de calidad” -cuestiones éstas que las pe-
dagogías críticas enuncian como currículum oculto.
Por supuesto que los docentes y toda la sociedad
nos resistimos a pensar en nuestros chicos como
números o como productos que requieren control de
calidad. Y estamos convencidos que el tiempo que
el chico pasa en la escuela, no es un tiempo de tra-
bajo, sino de aprendizaje, nutrición y juego, convic-
ción que deriva de la institucionalización de la niñez
y del diseño -en la misma lógica- del establecimien-
to escolar.
Sin embargo, si observamos el proceso desde la vi-
vencia del chico y sus efectos sociales, la nuestra es
una convicción delirante que idealiza una realidad di-
ferente. El “lado oscuro” de la infancia es la minori-
dad, pero tal evidencia está más o menos invisibi-
lizada en las escuelas, escondida de la vista de la
mayoría. ¿Dónde? En los institutos de menores, los
de salud mental y en la explotación del trabajo infantil.
La infancia y la escuela no implican -como predica el
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

96
sentido común en que nos capacitamos los docen-
penarauenta
tener
c
tes- una “moratoria social”. Al contrario, es el proceso
social en el que se crean las condiciones educativas
de la sociedad moderna: la separación de trabajo ma-
nual e intelectual y la subordinación del primero al se- Desde las ciencias sociales han realizado nume-
gundo. La fuerza de trabajo para reproducir esa matriz rosas contribuciones relacionadas con procesos
educativa la ponen los chicos en sus horas de escue- políticos instituyentes que rompen en algún as-
la, más que los adultos que dirigimos el proceso. pecto con lo establecido97. Mencionamos a modo
Tanto la pedagogía freireana como la psicología so- de ejemplo:
cial desarrollan prácticas, herramientas y dispositi- • "La invención del Tercer Mundo. Construcción y
vos dirigidos a develar y modificar esto que se impo- deconstrucción del desarrollo" (Escobar, 2007)
ne como obvio. Son prácticas contra la "a-dicción" • "La colonialidad del saber: eurocentrismo y
frente a lo instituido, y su condición de producción ciencias sociales. Perspectivas latinoamerica-
es la apertura de cada ámbito profesional al campo nas" (Lander, 2000)
de actividad social, y la conexión entre los diversos • Teorías sin disciplina (latinoamericanismo,
campos capturados por la estructura social. poscolonialidad y globalización en debate) (Cas-
Son prácticas que implican movimiento, trashuman- tro-Gomez, Mendieta, 1998)
cia, des-instalación, intercambio de saberes. Al igual
que las pedagogías críticas, pueden intuir, señalar y En este nivel, el de las redes mediatas y la
hasta ensayar cambios necesarios pero no pueden búsqueda de criterios para su transformación,
instituirlos por sí mismas, porque se trata de cam- en nuestro caso resultaron compañeros de ruta
bios estructurales, que van más allá de sus campos alentadores, textos mediante, intelectuales como
específicos. De tal forma que el dispositivo institu- Samir Amín, Enrique Dussel, Walter Mignolo,
yente pensado para cada campo es una parte, pieza Aníbal Quijano, Boaventura de Souza Santos,
o aspecto del dispositivo de transformación social. Raúl Zibecchi, el Colectivo Situaciones, etc., con
Se trata de transformar el mundo, nada menos; una la ventaja a veces decisiva de que buena parte
tarea que la cultura moderna nomina “revolución”. de sus textos se bajan gratuitamente de Inter-
En función de esa tarea, la educación, la psicología, net. Ellos ilustran acerca de que la necesidad
etc., deben ser des-vinculadas de la maquinaria so- de des-aprender es válida no sólo en el campo
cial instituida, para re-vincularse a la construcción de educativo; algunos ejemplos:
un “bloque histórico” (Gramsci); bloque que requiere • Samir Amín (2011): “los movimientos de libera-
-además- convocatoria y reconocimiento de sí, logís- ción nacional iniciaron el proceso de industriali-
tica y abastecimiento, conversión del espacio carto- zación de las periferias, mediante la implemen-
gráfico-administrativo en territorios comunitarios y la tación de políticas de desconexión necesarias
constitución de un nuevo aparato político. para alcanzar el desarrollo endógeno. Nunca he
conceptualizado desconexión como una forma
autárquica de refugio, sino como un cambio es-
tratégico de cara tanto a las fuerzas internas
como externas en respuesta a los requerimien-
tos inevitables del desarrollo autodeterminado.
La des-conexión promueve la re-construcción

97 • Por ejemplo: el Movimiento de Trabajadores Sin Tierra de Brasil, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional de México, los Foros Sociales Mundiales, el
estallido de diciembre de 2001 en nuestro país y su secuela de fábricas recuperadas y organizaciones de trabajadores desocupados, la asunción de manda-
tarios con fuerte respaldo de organizaciones indígenas, como Correa en Ecuador o Evo Morales en Bolivia, etc.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

97
de una globalización basada en la negociación, estudio? ¿Contra quién estudio?”
en vez de una subordinación a los intereses Preguntas que en una comunidad de iguales
exclusivos de los monopolios imperialistas. La se plantean y discuten en tiempo presente, y
desconexión hace también posible la reducción siempre teniendo en cuenta que el acierto o
de las desigualdades internacionales”. error en las respuestas surge de -y pesa so-
• Aníbal Quijano (1992): “es necesario despren- bre- los afectados directos, las víctimas o los
derse de las vinculaciones de la racionalidad-mo- que en algún aspecto parten de una situación
dernidad con la colonialidad, en primer término, de indigencia de la que esperan salir.
y en definitiva con todo poder no constituido
en la decisión libre de gentes libres”. Siguiendo la muy pertinente observación de
• Walter Mignolo (2007): El “desprendimiento nuestra colega Alicia Villa (acerca de que los
epistémico” señala el momento de quiebre y de autores que nombro más arriba son todos
fractura, momento de apertura. En el pensa- varones), agregamos aquí alguna bibliografía
miento des-colonial la apertura es el desprendi- novedosa para nosotros:
miento de dicotomías naturalizadas. • “Descolonizar el género” de Silvia Rivera Cu-
• Luis Sabini Fernández98: “la gente concentra- sicanqui:, 2011, disponible en: http://argentina.
da en grandes urbes gana accesos, comodidad, indymedia.org/news/2011/11/801468.php
info, pero también dependencia. Dependencia del • Entrevistas a Silvia Rivera Cusicanqui: “Lo
sistema funcionando. Dependencia de los pode- indio es moderno”, en La Jornada http://www.
res establecidos, tanto comunicacionales como jornada.unam.mx/2011/06/11/oja170-loindio.html y
sanitarios, políticos… El esfuerzo para sus- “Orgullo de ser mestiza” en Página 12 http://
traerse a semejante imaginario, el necesario www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/
para afirmar una soberanía regional, cultural, las12/13-5889-2010-07-30.html
alimentaria, mediante una política de respeto a • Solidaridad económica y potencialidades de
la naturaleza, implica una política anticonsumis- transformación en América Latina: una pers-
ta que no puede ser sino anticapitalista. Una pectiva descolonial, Buenos Aires: CLACSO,
actitud crítica, de rechazo, de resistencia, nos 2012. Esta compilación incluye el artículo de
lleva, nos tiene que llevar a ya no aceptar que Margarita Aguinaga: “La Economía Solidaria en
la comodidad es el valor supremo, para encarar Ecuador: entre la Colonialidad del Poder y el
un proyecto de país, de sociedad, que realmente Buen Vivir. Desde una mirada feminista crí-
nos respete a todos.” tica”. Disponible en: http://biblioteca.clacso.edu.
ar/clacso/gt/20121024023550/Solidaridadecono-
La intención de este rastreo no es la de diluir mica.pdf
la tarea educativa en otras, sino la de consi- • Otras inapropiables. Feminismos desde las
derar otros amarres para la misma, nuevos fronteras, Ed. Traficantes de Sueños, Madrid,
“par tenaires”, porque siendo claro que “la edu- 2004. En: http://www.traficantes.net/index.php/
cación… no es una actividad autónoma” (Kusch, editorial/catalogo/coleccion_mapas/otras_inapro-
1978: 137), entonces educador y educando car- piables_feminismos_desde_las_fronteras
gan la responsabilidad de responder preguntas • “Todas somos hijas de mamahuaco. Despa-
en las que insistía Freire (1997): “¿En favor de triarcalizar y descolonizar el saber” de Lucía
qué estudio? ¿En favor de quién? ¿Contra qué Mariana Alvites, en Revista Pasos N˚ 149, ma-

98 • Luis Sabini: “Modernización: nervio motor del sistema”, en novedades.filo.uba.ar/sites/novedades.filo.uba.ar/.../Texto%20Sabini.doc


Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

98
yo-junio de 2010. Disponible en: http://www.dei-cr.
org/?txtSearchPublication=Luc%EDa+Mariana+Alvite
s&btnSearchPublication=Buscar&cat=1011

La tarea educativa requiere el aporte de otras áreas


de la actividad social, y aporta lo suyo a esas otras
áreas. Y, no siendo iguales la inercia de la maquina-
ria social frente a la fuerza instituyente de los nuevos
sujetos sociales, el período de crisis se extenderá
hasta que una fuerza subsuma a la otra.
Relacionando esto último con las observaciones de
la colega Silvia Sánchez (ver capítulo 2) citamos a
Rodolfo Kusch (1978:10): “En el trabajo de interpre-
tación de los textos populares por supuesto cabe la
pregunta por el método seguido. En realidad ésta
se formula siempre a nivel cátedra y es un proble-
ma propio de los pedagogos. Pero la necesidad de
ver claro para enseñar cosas claras encierra una
trampa, porque implica cancelar la potencialidad del
pensamiento. Significa no comprender que cuando
se piensa realmente, se lo hace en una oscura nebu-
losa. Pensar claro recién se da al cabo de un largo
itinerario que pasa por una penosa y oscura gesta-
ción donde de nada valen los métodos”99. En esto
coincide también Enrique Dussel (2002: 483) cuando
afirma que “el método puede imponer orden y me-
jorar los resultados únicamente después de que la
cosa principal ha sido encontrada”.
Kusch y Dussel se refieren a métodos preestable-
cidos, originados fuera de la situación en la que se
trabaja, que vienen a disciplinarla incorporándola a
un cuerpo de conocimientos seguro, “con certifica-
do de autenticidad y legitimación del rol” (Sánchez).
En dirección contraria, el texto de Silvia Sánchez
muestra la construcción de una metodología situa-
da, la que elaboró un colectivo educativo a manera
de “acierto fundante” (Kusch) de su tarea.

99 • Las cursivas son nuestras.


Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

99
7.4. Problemas D
esde Paulo Freire a Violeta Núñez, mucha agua
ha corrido bajo el puente: la derrota de proce-
sos revolucionarios o de transformaciones estructu-

pendientes rales seguida de dictaduras, las migraciones, las re-


formas neoliberales en coincidencia con la irrupción
imprevista de nuevos actores como los pueblos ori-
ginarios y los nuevos movimientos sociales, la actual
¡Yo no voy a renunciar! Colocado en un tránsito histórico, etapa de gobiernos latinoamericanos que acuerdan
políticas sin la tutela de Estados Unidos, de países
pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que
europeos u organismos internacionales…
tengo la certeza de que la semilla que hemos entregado
Y mucha más agua ha corrido desde la resistencia
a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no a la conquista española hasta hoy, en que a mane-
podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, ra de cierre de un ciclo histórico, puede observarse
podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos la crisis completa del paradigma civilizatorio global,
sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es cuando la dictadura de organismos internacionales
nuestra y la hacen los pueblos. (Allende, 1973) se impone en la propia Europa.

“¡La pucha que trae liciones / el tiempo con sus mu-


danzas!” (Martín Fierro)

En este momento histórico único que nos toca vivir,


afrontamos problemas de vieja data en una esca-
la y grados de complejidad nunca antes experimen-
tados. Son esos problemas pendientes los que dan
vigencia, necesidad y urgencia al desarrollo del pro-
ceso de concientización que describiera Paulo Frei-
re, pero ahora a escala global como indica Enrique
Dussel en su Ética y con voz y voto de las que deno-
minamos culturas ancestrales, algo que el marxismo
sólo pudo intuir en versiones heterodoxas como la
del peruano Mariátegui; una necesidad que el pero-
nismo y todo el populismo conocido sólo reconocen
-y no siempre- en su militancia de base, a pesar de
que todas las fuerzas políticas populares tienen una
larga lista de mártires y de cronistas, juglares y fe-
chas que guardan su memoria.
Allí hay un currículum, y una genealogía o tradición
propia que lo fundamentan con holgura.
Una salvedad importante aquí es que estamos utili-
zando el término “educación popular”, que inmedia-
tamente asociamos a Paulo Freire, para designar un
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

100
campo de prácticas -más bien de luchas- mucho más tección Integral de los Derechos de las Niñas,
amplio, que comprende, por ejemplo, a comunidades Niños y Adolescentes.
eclesiales de base, a la teología de la liberación -que Estos avances muestran la diferencia que hace
ya no es sólo católica ni sólo cristiana ni sólo mas- un gobierno cuando transforma en leyes mu-
culina100-, a la pastoral popular y a todos los mundos chas de las luchas populares. Algunos de estos
de los pueblos originarios y afrodescendientes, cu- avances superan largamente las expectativas
yos recursos educativos, expresivos, técnicos, cuyas que muchos teníamos una década atrás.
culturas y lenguas desconocemos sistemáticamente Lo dicho hasta ahora no lleva la intención de
quienes nos formamos en los sistemas educativos negarlos, ni de negar las diferencias entre un
oficiales, que siguen siendo monoculturales, tan- gobierno que transforma en leyes las reivin-
to como nuestros Estados pretenden mantener el dicaciones populares y otros que las repri-
monopolio del poder sobre el propio territorio -una mieron. De ambos tenemos experiencia propia,
pretensión cada vez más difícil de sostener en las experiencia que, sin resolver por sí misma los

penarauenta
actuales condiciones de globalización-. problemas, alcanza para justipreciar el consejo
de Simón Rodríguez, el maestro de Bolívar: “o

tener inventamos o erramos”. En estos momentos

c
podemos dar cátedra a un país como España,
del cual hace dos décadas importábamos las
reformas educativa y laboral.
Aclaración necesaria en relación a criterios di- Los cambios producidos no quitan que los
ferentes para evaluar nuestra tarea: sistemas (educativos, judiciales, los medios de
comunicación, el aparato publicitario, etc.) en
Las líneas resaltadas del último párrafo pue- América Latina siguen siendo monoculturales
den entenderse como un desconocimiento o me- en la realidad cotidiana de su funcionamiento,
nosprecio de cambios producidos en los últimos además de que niegan las diferencias de clase
diez años. Algo parecido sucede cada vez que y naturalizan las diferencias de autoridad que
se menciona a Iván Illich en ámbitos educativos. suponen.
En general, cada vez que tenemos que poner Entonces, el criterio de evaluación sobre los
letra a frases como “todavía falta mucho por cambios no puede ser sólo el que surge de
hacer” o “vamos por todo” (entendida como “va- quienes estamos comprometidos en un proyec-
mos por todos los cambios necesarios”), tene- to que pretendemos transformador, desde den-
mos que afrontar reflejos defensivos propios tro de las instituciones. En imágenes, podría-
y de compañeros de trabajo. mos decir que “estamos haciendo un zapato a
La última Ley Nacional de Educación introdujo medida para quien hace mucho anda descalzo”.
la modalidad de Educación Intercultural. Se ha Nos pagan por eso, así que deberíamos ha-
avanzado también en la legislación de tierras cerlo bien. Quien nos contrata y paga por ello
y en la autorización de medios de comunicación puede indicarnos cuánto tiempo y recursos se
propios para las comunidades de pueblos ori- disponen para nuestro trabajo. Debe hacerlo y
ginarios. En el capítulo 2 de este módulo se lo hace. Ese criterio complementa pero no reem-
mencionan también la derogación de la Ley de plaza el criterio del artesano, y mucho menos
Obediencia Debida y la nueva Ley 26061 de Pro- el de quien se prueba el zapato.

100 • Pueden leerse interesantes textos de la teóloga mexicana evangélica Elsa Támez en
http://www.dei-cr.org/uploaded/content/publicacione/1098307213.pdf y en http://www.dei-cr.org/uploaded/content/publicacione/1403472129.pdf y de la teó-
loga brasileña Ivone Gebara en http://www.servicioskoinonia.org/logos/articulo.php?num=125
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

101
La cuestión del mestizaje celebrada durante buena Ése es el rígido marco estructural que sostiene el ca-
parte del siglo pasado (“venimos de los barcos”), su rácter monocultural del Estado y sus instituciones,
actualización en el realismo mágico o macondismo pese a las importantes reformas legislativas produ-
(a partir de literaturas como la de Alejo Carpentier, cidas.
Gabriel García Márquez, etc.) o el “oportuno” des- Ninguna de las fuerzas políticas latinoamericanas
cubrimiento de las “culturas híbridas”, que -más allá que han llegado al poder en dos siglos de vida “in-
de las intenciones de su descubridor (García Cancli- dependiente” ha logrado resolver el dilema plantea-
ni, 1989)- sirvió para embellecer “las economías de do por García Linera (2010): “Estado por definición
subsistencia” que se multiplicaban en América Lati- es monopolio, y movimiento social por definición es
na durante las décadas neoliberales, constituyeron democratización de la decisión. El concepto de go-
maniobras de inclusión de evidencias incómodas, bierno de movimientos sociales es una contradic-
en la misma matriz criolla monocultural, moderna/ ción en sí misma”.
colonial. Es lo mismo que proponen actualmente las Estamos en el límite de nuestra experiencia históri-
políticas multiculturales predicadas por organismos ca, política, económica -y por lo tanto, educativa-.
internacionales, cuyo ícono mayor es el presidente Estamos en el “tránsito histórico” que mencionara
Obama y cuya prueba de desempeño es la propia el presidente chileno Salvador Allende en su último
política “blanca” de ese presidente negro, que re- discurso. Ese límite debe ser roto, superado de una
cientemente acaba de declarar a “nuestro” Papa vez, si se quiere evitar la reacción represiva que si-
latinoamericano como un Papa de “las Américas”. gue al parate de los procesos sociales de avance102.
Por nuestra parte, los “negros del sur” tampoco es- “O inventamos o estamos perdidos” (Simón Rodrí-
tamos libres de pecado. El peronismo superó a otras guez), pero no por la perfidia de un enemigo -que
fuerzas políticas porque siempre pujó contra la ma- siempre los hay- sino perdidos de nosotros mismos,
triz cultural colonial; pero no logra romperla.101 por miedo a ese demonio ancestral que prefiere vivir
El verdadero límite demoníaco de la ideología y la po- y morir en la pobreza antes que renunciar a su tierra,
lítica del peronismo no se expresa en la consigna “ni su lengua, su comunidad.
yanquis ni marxistas”, ni en sus consignas históricas
antioligárquicas ni en “combatiendo el capital”. El lí- “Mirando a cada uno a los ojos, Domitila pregun-
mite -nuestro límite- deriva del empeño en moderni- tó: ‘¿Cuál es nuestro peor enemigo, compañeros?’.
zar el país y la ideología del progreso que lo sostiene. Unos respondieron ‘el capitalismo’; otros ‘la patro-
En consecuencia, el demonio a combatir, la resisten- nal’; algunos dijeron ‘la burguesía’ o ‘el imperialismo’.
cia a superar, “el hedor susceptible de ser extermina- Esa mujer, sin bajar la mirada, contestó: ‘No, compa-
do” son todas las formas de convivencia que no re- ñeros, nuestro peor enemigo es el miedo, y lo tene-
quieren la mediación del mercado y la reproducción mos dentro’”.103
del capital para reproducirse a sí mismas.
Hay una secuencia repetida en América Latina y, en
particular, en Argentina: los gobiernos populares se
sostienen cuidando el equilibrio entre las demandas
de “los mercados” y la atención de las necesidades
populares. Ese equilibrio es tan conflictivo como
ineludible mientras las necesidades populares de-

101 • El teórico quizás más avanzado de la izquierda nacional, José Luis Hernández Arregui, no logró conectar con la línea de pensamiento marxista abierta a lo
indígena del peruano Mariátegui, anticipada un siglo antes por Simón Rodríguez, quien decía: “En lugar de pensar en medos, en persas, en egipcios, pensemos
en los indios. Más cuenta nos tiene entender a un indio que a Ovidio. ¿Dónde iremos a buscar modelos? Somos independientes, pero no libres; dueños del
suelo, pero no de nosotros mismos”. Simón Rodríguez: Sociedades Americanas, Lima, 1842.
102 • Y que, para el campo educativo, Freire caracterizó como “analfabetismo regresivo” (Freire, 2007: 152,153).
103 • Artículo “Habla Domitila” disponible en http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-7138-2012-03-25.html
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

102
pendan para su satisfacción de “los mercados”104. Entonces, para establecer un diálogo que articule los
Cuando se vuelve antagónico, los gobiernos popu- diversos sectores sociales, es necesario comprender
lares despliegan simultáneamente grandes medidas la propia posición y desarrollar medios propios de
progresistas junto con el aparato de represión y tor- comunicación. El objetivo señalado por Freire hace
tura; así ocurrió en nuestro país en 1955 y 1975. Y cincuenta años, “decir su palabra”, hoy requiere me-
cada derrocamiento de un gobierno democrático dios de comunicación propios. No alcanza con que
trajo las desgracias que hoy conocemos, aunque en haya medios democráticos; además deben ser pro-
escalas que no podíamos imaginar previamente. pios, para expresar con voz propia el propio criterio.
En el panóptico social, el “sistema de espejos múl-
tiples” del aparato de comunicación105 genera una Desde el punto de vista de nuestro tema, el de
cantidad de imágenes invertidas donde lo chico se la educación popular y la pedagogía social, el
ve grande y viceversa, lo lejano se ve cercano y vice- desafío que tenemos los educadores es entender
versa, lo bueno se ve malo, la cabeza, en los pies, lo la escala de nuestra tarea en esta época, en este
fértil, como infértil, lo que es tóxico y peligroso, como país y continente. Comprender la meta (la cons-
sano y natural, etc. Y oculta el origen de la informa- trucción de comunidades territoriales articuladas)
ción de manera tal que aparece como impersonal, y, en consecuencia, desarrollar el método (“reco-
objetiva, veraz. rrer el camino de”): la construcción de herramien-
Está claro que no podemos prescindir de los me- tas subjetivas e intersubjetivas y de dispositivos
dios de comunicación. Pero si dependemos de los organizativos territoriales, desde los cuales “con-
que existen para formarnos criterio, fácilmente nos versar” con el Estado y con cualquier otro agen-
perderemos ante cuestiones decisivas. Por ejemplo: te de las redes mediatas, ya no como individuos
• Un apoyo electoral masivo ¿indica desmovilización asistidos o solamente como sujetos “individua-
y conformismo del electorado o, por el contrario, les” de derecho.
la necesidad del pueblo de movilizarse, participar,
transformar? La escala de la educación popular y la pedagogía so-
• Tal apoyo electoral masivo, ¿es un crédito que re- cial que hoy está en marcha es la que pueda soste-
cibe el gobierno para incomodar al pueblo con me- ner la organización de comunidades territoriales, vale
didas “antipáticas pero necesarias” o un reclamo del decir, funcionalmente dueñas de sus hábitats más
pueblo al gobierno para que incomode a sus ministe- allá de los títulos de propiedad y las diversas jurisdic-
rios y acompañe transformaciones que están en mar- ciones estatales. El Estado y el gobierno pueden -y
cha por abajo, con una escala mayor de recursos? por eso, deben- ayudar en este proceso instituyente,
• ¿El pueblo debe parecerse al gobierno, reflejar su aportando recursos, legitimándolo y representándolo
organización, o debe ocurrir lo contrario? ¿O qué ante la comunidad internacional. Pero no pueden ge-
debe ocurrir? nerarlo. Librados a su inercia, el Estado y el gobierno,
Volviendo a la imagen de la confección del zapato, al igual que el mercado, monopolizan.
estas preguntas no se responden igual desde arriba, Es responsabilidad del trabajo “desde abajo” or-
desde el medio o desde abajo. Pero estas diferen- ganizar comunidades territoriales que resistan ser
cias que pueden articularse en función de un pro- sometidas por el orden social y, en consecuencia,
yecto no aparecen en los medios de comunicación es necesario también generar herramientas propias
masivos que sólo difunden respuestas desde arriba, para hacer ese trabajo.
aunque contradictorias entre sí. Es por eso que la educación popular y la pedagogía
104 • Fidel Castro, en su discurso en la Facultad de Derecho de Buenos Aires el día de la asunción presidencial de Néstor Kirchner, se refirió a este conflicto
ineludible con una imagen: “existe una especie de fuerza de gravedad horizontal que hace que las monedas débiles paguen tributo a las fuertes”.
105 • La idea de los medios de comunicación como un sistema de espejos múltiples, la debo a un artículo de Martín García aparecido en la revista Crear en la
Cultura Nacional de 1989. Martín García milita desde los años ochenta en el campo de la comunicación social, fue presidente de la Agencia TELAM y, dato de
color, es padre del periodista televisivo Camilo García.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

103
social no se desenvuelven sólo en el campo edu- El sistema de espejos múltiples que media la comu-
cativo sino que conectan con la economía106, con nicación social produce errores de perspectiva, lo
la comunicación social107, con los movimientos y cual le cabe perfectamente a este texto. Puede ser
comunidades que algo saben de eso porque lo vie- que le estemos errando fiero a la escala y difusión de
nen haciendo. No se trata sólo de la renovación del lo que intentamos describir, que sea más un postu-
sistema educativo o la confrontación con él, pasos lado producto del deseo108 que testimonio veraz de
ineludibles pero dirigidos hacia otro fin. un proceso real. Pero no es sencillo de elucidar si es
La salvedad apuntada más arriba sobre el uso mo- sólo una cosa o también la otra, porque ver otras co-
nocultural del término “educación popular” es una sas que lo que acostumbramos (el vestido del rey)109
advertencia que tiene larga data, y que en 1976 implica el esfuerzo de des-aprender, que tanto tiene
Rodolfo Kusch (2007: 114) formulara en referencia de duelo, de enojo, de abstinencia.
directa a Paulo Freire: “Paulo Freire se coloca evi- Sin embargo, entendemos que es una evidencia
dentemente en el tope de lo que podemos concebir clara que cinco siglos de esta modalidad civilizato-
como educación, pero no podemos evitar que ese ria que llamamos modernidad -con su sistema de
tope se corresponda estrictamente con lo que no- educación pública, sus Estados nacionales y su
sotros, como ciudadanos occidentalizados, conce- mercado global- están en crisis. Y que no podemos
bimos como tal. No se puede educar en general. […] esperar que esos aparatos institucionales (sistema
Y si Freire insiste en que hay que inculcar al cam- de educación, Estados, mercado) resuelvan la cri-
pesino el ideal dinámico de la transformación de la sis que produjeron. Es necesario situarse en otros
naturaleza, entonces el sentido de la educación que lugares, fuera de la Corte, para poder señalar que
él esgrime ya no sirve ni para la cultura hopi ni para el rey está desnudo y que la vergüenza por una vez
la aymara ni para la quechua, sino sólo para nuestra afecte a la Corte antes que al chico que dice lo que
cultura occidental. Es más, incluso el hermoso con- todos ven.
cepto de educar a través de la libertad del sujeto, En general, a nadie le gusta estar fuera de la Corte,
es estrictamente occidental. Olvida Freire que toda porque “afuera hace ¡tanto frío!”. Sin embargo, fui-
educación tienen un hondo sentido local”. mos conociendo gente que está a gusto afuera, que
encuentra buena compañía y trabajo apasionante
Hoy es necesario aprender algo que la escuela mo- por hacer -aunque siempre con ingresos bajos-. Ve-
derna no enseña: existen otras culturas. Lo universal mos que hay vida más allá de la a-dicción y nos pa-
humano no cabe en un solo recipiente, monopólico, rece que es una buena noticia que debe ser compar-
el de la cultura moderna/urbana/industrial/colonial, tida aunque como cualquier relator no escapemos a
y su sistema educativo. Lo universal humano requie- la tentación de exagerar.
re comunidades territoriales en la base de cualquier
sociedad, no sometidas sino constituyentes. Las Entonces, a riesgo de seguirla pifiando, nos parece
comunidades no delegan en los monopolios estatal conveniente agregar algo sobre dos campos de acti-
o mercantil la satisfacción de sus necesidades bási- vidad ya mencionados en relación con la educación:
cas ni la constitución de su identidad; en todo caso los de la economía y la comunicación social.
dialogan entre sí y con ellos.

106 • En su versión ancestral de administración de recursos escasos, con criterio comunitario sobre las ventajas y desventajas comparativas de cada inversión
de trabajo social.
107 • Que crea climas de convivencia e instala agenda y criterios de prioridad.
108 • Deseo de expiación, incluso, o de autojustificación.
109 • “El traje nuevo del emperador” también conocido como “El rey desnudo”, es un cuento danés escrito por Hans Christian Andersen (1805-1 5), que se
ha incorporado como metáfora al análisis político. Pueden encontrarse varias versiones en la web, por ejemplo: http://es.wikipedia.org/wiki/El_traje_nue-
vo_del_emperador
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

104
7.5. Economía social L
o fundamental que la economía social ense-
ña es que los mecanismos sociales de redistri-
bución deben operar al inicio del ciclo económico
(por ejemplo, el reparto de la tierra) y ajustarse al fi-
nal (en el momento de la cosecha). Y este procedi-
miento debe repetirse en cada ciclo o cada tantos
ciclos, porque un reparto de tierras (o de otros me-
dios de producción) que cristalice absolutizando el
derecho de propiedad de algunos reproducirá las in-
evitables desigualdades iniciales en forma geométri-
ca. La redistribución es un ejercicio de constitución
y re-constitución social, necesario a la convivencia
equilibrada. En las últimas décadas, los desequili-
brios ecológicos se sumaron a los sociales para se-
ñalar la necesidad imperiosa de nuevos modos de
convivencia.
Por eso toda cultura ancestral instituye dispositivos
de distribución para asegurar condiciones de traba-
jo que permitan la reproducción de la comunidad,
como ser el reparto anual de tierras entre los in-
cas, o “el año de gracia” al que alude la biblia judeo
cristiana110, en el que se liberaban los esclavos y se
condonaban las deudas, dispositivos que preveían
también el mantenimiento de viudas y huérfanos.
La práctica del Ayni entre los aymaras tiene el mis-
mo sentido de asegurar la reproducción comunitaria
(texto alusivo de Fredy Huanca Mamani en el capí-
tulo 6), y la rotura de la obra maestra por el apren-
diz de alfarero en el cuento de Galeano (capítulo 5)
va un paso más allá: define que la persona está por
encima de la producción social, incluso por encima
de la cultura111.
Por supuesto que no se propone restaurar esas ins-
tituciones en la actualidad, sino extraer de ellas un
principio, un criterio de juicio, no sólo para la crítica
de lo existente sino sobre todo para orientar la cons-
trucción comunitaria y su relación con el Estado na-
cional y el mercado global: el del reparto cíclico y
suficiente para equilibrar el trabajo necesario y la re-
producción de la vida comunitaria. Instrumentos ac-
tuales que señalan esa dirección son, por ejemplo,
110 • El “año sabático” es una subsistencia en la cultura moderna (y el estatuto de algunas profesiones) del año de gracia.
111 • Explicamos esto en términos de la cultura moderna/capitalista, pero parece que no fuera posible traducir con exactitud el significado. El término “pro-
ducción social” no tiene sentido para un grupo humano con necesidades satisfechas o estables. Y “cultura”, palabra que para nosotros está asociada con la
producción material o artística, en otros pueblos bien puede referirse a normativas rituales que establecen modalidades de relación, como la que muestra el
relato entre el anciano experto y el joven aprendiz.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

105
las cooperativas y las fábricas recuperadas. o explotación minera o producción industrial para la
Retomando la imagen utilizada por Fidel Castro so- exportación), funcionalmente pertenecen al merca-
bre “la ley de gravedad horizontal” (ver nota al pié do global, aun cuando estén inscriptas como pro-
104) que afecta a las monedas, lo que sugieren las piedad de argentinos.
prácticas de economía social no es la expropiación ¿A qué apunta entonces la economía social? A
masiva, instantánea y global de las oligarquías fi- construir nuevos centros de gravedad económicos
nancieras a manos de las cooperativas del Argenti- (mercados locales) que primero resistan y paulatina-
na Trabaja… Y no porque estuviera mal hacerlo, sino mente inviertan el sentido de esa “fuerza de grave-
porque en lo inmediato no parece viable. Como tam- dad horizontal” que mencionaba Fidel Castro.
poco se propone la construcción de comunidades Logrado ese objetivo, sería más sustentable cual-
autosuficientes. quier expropiación que el gobierno realice.
Lo que sí es viable, y ocurre todo el tiempo, es la
existencia de comunidades que producen un exce-
dente para el intercambio. La producción de ese ex-
cedente y su destino es toda una escuela de orga-
nización comunitaria y de elaboración de criterios
de prioridad propios en referencia a las necesidades
que deben ser atendidas.
El intercambio interno en ferias constituye el mer-
cado local sobre la base de relaciones directas en-
tre productores que se conocen cara a cara y pue-
den sellar la confianza mutua con gestos como el de
dar yapa, acordar trabajos comunes (Ayni) o la reali-
zación de celebraciones. Luego, la salida periódica,
estacional, de la producción local excedente para el
intercambio con otras es también ocasión de apren-
dizajes e intercambios de todo tipo.
Por último, la comunidad con sus ferias locales y sus
salidas de intercambio es también una forma de or-
ganización más apta que la urbana para el cuidado
del medio ambiente.
Más arriba hemos hablado de “comunidades territo-
riales, vale decir, funcionalmente dueñas de sus há-
bitats”. Para aclarar la extensión del término hemos
hablado de dos situaciones a manera de imágenes.
La primera: cuando una comunidad pequeña se ve
alterada por la llegada de grandes inversiones (turís-
ticas o mineras, por ejemplo), esa comunidad pierde
el manejo funcional de su hábitat112. La segunda: las
tierras nacionales que entran en el circuito del co-
mercio exterior (las dedicadas a crianza o cultivos
112 • Por ejemplo, una comunidad que ha decidido la no venta y consumo de alcohol en su territorio, ¿cómo impide que la empresa turística no viole esa
determinación?
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

106
7.6. Comunicación E
l imaginario social y las prácticas de consumo
publicitadas valoran más la posesión de la últi-
ma tecnología digital que su empleo colectivo para

social su propósito declarado: la información y la comu-


nicación social. Contra ese imaginario, entende-
mos que la tarea educativa puede ayudar a poner
la cuestión sobre sus pies, y no de cabeza como se
encuentra actualmente.
A fines de los años sesenta el canadiense Marshall
McLuhan teorizó sobre los medios de comunicación
que reducían el planeta a una “aldea global” y seña-
ló: “el medio es el mensaje”, afirmación que descri-
be con rigor esta época de fetichismo tecnológico
que invierte las prioridades.113
Siguiendo las pautas del mercado, tenemos mucha
más capacitación y práctica en las TIC que en co-
municación social. El campo sobre el que debería-
mos pararnos y desde el cual podríamos aportar
algo útil a los jóvenes, el de la comunicación social,
nos resulta desconocido como campo de práctica;
sólo lo conocemos como proveedor de consumo
desde que fuera apropiado por empresas y profe-
sionales especializados.
A principios de los setenta el Movimiento de Países
No Alineados (MPNA) lanzó su iniciativa sobre un
Nuevo Orden Mundial de la Información y Comuni-
cación (NOMIC) que recibió apoyo de la Unesco. En
1980, una comisión de esta organización estudió los
problemas de la comunicación en el mundo y pro-
dujo el Informe MacBride (1980), también conocido
como “Voces Múltiples, Un Solo Mundo”, en el cual
propuso cambios para redistribuir y balancear los
flujos de información entre países ricos y subdesa-
rrollados. Sin embargo, debido a la fuerte oposición
de las organizaciones privadas de medios y al retiro
de la Unesco de EEUU y Gran Bretaña (en 1984 du-
rante el gobierno de Ronald Reagan, y en 1985 du-
rante el gobierno de Margaret Thatcher, respectiva-
mente), el proyecto quedó en la nada.
Ésa es la línea que se trabaja actualmente en nues-
tro sistema de educación pública, una opción que el
113 • Al respecto, la lectura de los textos del argentino Oscar Varsavsky (1920-1976) resulta mucho más orientativa que la de intelectuales sajones prestigiosos
como Eric Hobsbawm.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

107
sentido común interpreta como “realista” pero que enfrentamos una “adicción”, necesitamos convic-
no deja de ser un aspecto de la derrota global de los ciones fuertes:
movimientos de cambio de los sesenta y setenta. • que somos capaces de hacerlo;
¿Por qué se nos expropió este campo de la activi- • que cada comunidad puede hablar de sí y por sí,
dad social? ¿Qué es lo que no debía ser visto, oído mejor que el aparato mediático-científico-publicitario;
o dicho? • y que, en la enorme masa de consumidores conecta-
Por ejemplo: en Guatemala entre 1960 y 1996 se pro- dos, hay interesados en el intercambio con nosotros.
dujeron 669 matanzas con más de 200 000 muertos Para la reconstrucción de un nuevo horizonte de re-
y más de 45 000 desaparecidos, la mayoría indíge- ferencias, la educación y la comunicación social de-
nas mayas114. La “opinión pública” mundial recibió al- ben ir juntas.

m
guna información de ese genocidio cuando, en 1992,
omento
de reflexión
Rigoberta Menchú, guatemalteca y maya, recibió el
Premio Nóbel de la Paz. Pero los grandes titulares de
la época eran para el V Centenario, el Consenso de
Washington y la globalización.
Las páginas de publicidad que financiaron ese es- Entendemos que este apartado del módulo tie-
fuerzo mediático, en su mayor parte, vendían feti- ne demasiado contenido ex profeso (“ajeno” a
ches tecnológicos. Y siguen vendiéndolos hoy para la profesión) como para agregar más textos.
mostrar y ocultar lo que sirve a los poderes globales, Entonces sugerimos que luego de la lectura del
desde modelos de ser humano, de relaciones cara a capítulo:
cara, de relación con el gran mundo y de los peligros
que lo amenazan. Cuestiones como las migracio- 1) Señalen algún punto que, en su opinión, me-
nes, el narcotráfico o el tráfico de personas y de ór- rezca profundizarse.
ganos, por ejemplo, nos llegan asociadas al peligro
de desorden que los “advenedizos” traen al mundo, 2) Realicen una búsqueda de textos sobre el
ocultando su necesidad ineludible para el capitalis- tema que señalaron. Obviamente pueden ser
mo global. O, la resistencia contra grandes inversio- textos propios o de personas conocidas, ya
nes que ponen en peligro el hábitat y la convivencia que hay mucha experiencia desarrollada “por
social son transformadas por los medios de desin- fuera de los marcos de la profesión”. (Juntar
formación, de organizaciones de resistencia frente estos textos ayudaría a dar visibilidad a sus
al peligro, en el propio peligro. La identificación de autores y legitimidad a las experiencias que
“organización” con peligro, como opuesto de lo “es- desarrollan).
pontáneo” que se publicita como lo sano y natural,
es la obra maestra del dispositivo de dominio con- 3) Por último, si no figura en el texto que
formado por los medios de comunicación masivos. aportan, deberían agregar ustedes qué desa-
Éste es el campo de la actividad social al que debe fíos presentan a los educadores y al sistema
subordinarse el uso de todos los dispositivos elec- educativo.
trónico-digitales. La implementación de las TIC en
las escuelas, fuera de este marco, da ocasión a in-
numerables conflictos entre estudiantes y educa-
dores porque no encuentra sentido. Pero, como
114 • Comisión para el Esclarecimiento Histórico (CEH), Guatemala.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

108
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Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

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Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

110

Capítulo 8

Los usos variados de un


invento europeo
8.1. Los usos variados de un invento europeo
8.2. Arte y comunicación en el circuito del saber
popular
8.3. Las instituciones, como el pez, comienzan a pu-
drirse desde la cabeza
8.3. El fogón de la víspera

U na posibilidad es que los chicos estén cuatro


horas diarias sentados, quietos, callados. Dado
que eso no ocurre, experimentamos otras posibili-
dades, inventamos. Todo un signo de este tiempo.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

111
8.1. Los usos variados E
l Estado no para de construir escuelas y los gru-
pos sociales más pobres no paran de reclamar-
las. Sin embargo, cuando las obtienen, tratan con

de un invento europeo ellas como con un salvavidas de plomo, porque la


mayor parte de los rituales escolares instituidos en
relación a la formación de los grupos de aprendiza-
je, la enseñanza, la evaluación y promoción no enri-
quecen ni armonizan con la cultura y la vida cotidia-
na de los sectores populares.
Durante el período neoliberal (todavía vigente en va-
rios países hermanos y latente en todos), la única
referencia oficial para los sistemas educativos lati-
noamericanos fueron el Banco Interamericano de
Desarrollo, el Banco Mundial y una serie de funda-
ciones y organizaciones paraestatales que capitali-
zaron su financiamiento y se instalaron como usinas
de renovación pedagógica.
“Por abajo”, como dicen los zapatistas, cualquier
horizonte esperanzador se referenciaba en prácticas
de educación popular; referencia común que llegó a
ser “una de las instancias de la integración continen-
tal que anhelamos” (Pérez, 2004).
En Argentina, “por abajo”, también hay escuelas li-
gadas a otras instituciones “de abajo”. Entonces,
los testimonios escritos al respecto abundan. Entre
los recientes que conocemos, podemos mencionar
a manera de ejemplo la novela de Guillermo Sac-
comano Un maestro (2011), el libro de cuentos de
Belén Cairo Sastre Che, maestra (2005), las inves-
tigaciones de Duschavsky-Corea Chicos en banda
(2002) y Maestros errantes (2007)115… una lista que
sería inagotable si cada colectivo docente hiciera el
registro escrito de lo que hace y lo que conversa en
los pasillos, y que queremos al menos indicar aquí
con los textos “no canónicos” incluidos a lo largo
del módulo.
El recuento de experiencias latinoamericanas de la
relación entre la educación popular y la escuela pú-

115 • En los dos primeros, se reconoce el estilo de la educación popular en escuelas públicas, siempre marginales. Los dos segundos contienen una mirada,
desde afuera y desde arriba, de “lo que pasa” en las poblaciones pobres y sus escuelas, que puede ser útil para quien se aproxima por primera vez a ellas,
pero que no llega a intuir la posibilidad de una epistemología (o modo de conocimiento legítimo) distinta a la de la academia moderna.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

112
blica es imposible de abarcar, pero también, a ma- movimientos sociales-. Dice Guillermina Tiramon-
nera de ejemplo, mencionamos las novelas del pe- ti (2005): “La escuela moderna es una construcción
ruano Manuel Scorza, especialmente Redoble por social surgida entre el siglo XVII y XVIII en las socie-
Rancas (1991); los textos sobre la escuela ayllu de dades europeas que inicia una inédita relación que
Warisata116 en Bolivia que incluye las discusiones de denominamos pedagógica entre un maestro (en un
la comunidad (el ayllu) con el Estado y los sindica- sentido nuevo del término) y un alumno. La relación
tos docentes117; el decálogo zapatista de “lo que no es inédita porque el maestro no es más un artesano
queremos en la escuela” incluido en el texto Peda- transmitiendo un saber-hacer a un joven aprendiz,
gogía de la Resistencia. Cuadernos de Educación sino que se autonomiza del resto de las relaciones
Popular (2004); el movimiento de maestros en Oaxa- sociales y genera un espacio y tiempo específico
ca, México y el de estudiantes en Chile; el relato de para la transmisión de los conocimientos”.
la construcción de la Universidad de El Alto en La Espacio específico: el del establecimiento escuela.
Paz, Bolivia, anticipado literariamente por el relato Tiempo específico: las jornadas del calendario esco-
mencionado de Scorza sobre la construcción de la lar. Tiramonti señala así lo nuevo que significa la es-
escuela en Rancas por los comuneros; o el conside- cuela moderna, sus ventajas comparativas sobre lo
rable desarrollo de la educación intercultural bilingüe anterior: “la percepción del niño en tanto ser inaca-
en Ecuador que llegó al nivel superior con la funda- bado que necesitaba resguardo y su segregación y
ción de la Universidad Intercultural de las Nacionali- posterior reinserción en la sociedad. En este proce-
dades y Pueblos Indígenas Amautai Wasi .118 so, la escuela fue causa y consecuencia, relaciona-
En los términos que propone Gregorio Baremblitt da principalmente con la necesidad de alejar al niño
(2005), lo que a partir de Freire llamamos “educación de la vida cotidiana del adulto” (Ib.).
popular” y que, con una modalidad comunitaria más No menciona en cambio las desventajas compara-
que social, los pueblos indígenas conocen y prac- tivas del invento. Sobre una de ellas se explica con
tican hace más de cinco siglos, viene funcionando claridad el maestro estadounidense John Taylor
como un dispositivo instituyente de gran enverga- Gatto:
dura (y como ya se dijo, co-instituyente de nuevas “Nuestro sistema de enseñanza obligatoria es un in-
relaciones y estructuras sociales y comunitarias) en vento del Estado de Massachussets hacia 1850. Fue
América Latina. resistido por la población de Massachussets, con un
De tal forma que el problema de “meter” la educa- último reducto en Barnstable On Cape Cod que no
ción popular en la escuela pública no es una discu- entregaron a los niños hasta la década de los 1880
sión por sí o por no ni acerca del cuándo, porque el cuando la localidad fue asediada por el ejército y los
proceso se puso en marcha mucho antes de que tu- niños marcharon a la escuela escoltados.
viéramos escuela pública y sistema educativo, con Fue pensado para separar a los hijos de los padres.
el inicio de la resistencia a la colonización. Esa fue la principal función de las escuelas desde
La discusión entonces no es por sí o no ni acerca del que John Cotton lo anunciara como el propósito de
cuándo, sino de cómo y para qué mezclar el agua las escuelas de Bay Colony en 1650 y Horace Mann
y el aceite, lo instituido con lo instituyente, de si el lo enunciara como el propósito de las escuelas de
oprimido puede dar pasos de liberación dentro de Massachussets en 1850. Niños y ancianos son ence-
una estructura opresiva y cómo evita ser cooptado rrados y aislados de lo que sucede en el mundo has-
o colonizado -pregunta que se actualizó durante la ta un grado sin precedentes; nadie habla con ellos
rebelión del 2001 y que mantienen vigente muchos ya. Sin niños y ancianos mezclándose en la vida dia-
116 • Disponibles en: http://www.katari.org/pdf/warisata.pdf, http://lapatriaenlinea.com/?t=el-pensamiento-de-la-escuela-ayllu-de-warisata&nota=28010.
117 • La resistencia de sindicatos docentes a la ingerencia comunitaria en cuestiones educativas también aparece en la novela de Saccomano (2011).
118 • Ver: http://icci.nativeweb.org/boletin/, http://www.gloobal.net/iepala/gloobal/hoy/index.php?id=178&canal=Textos&ghoy=0001&secciontxt=2 Sobre los
maestros de Oaxaca, los estudiantes chilenos, y las universidades de El Alto y la intercultural de Ecuador es abundante la información que puede bajarse de
Internet de escritores como Raúl Zibecchi, Boaventura de Souza Santos, Catherine Walsh, Walter Mignolo, etc.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

113
ria, una comunidad no tiene futuro ni pasado, solo un un invento europeo; de esos europeos que la inven-
presente continuo. taron, como explica Tiramonti (2005), “ligada a otras
Las escuelas fueron diseñadas por Horace Mann y transformaciones que se suceden en el mismo mo-
Barnard Sears Harper de la Universidad de Chicago mento histórico, que la constituyen como piezas de
y por Thorndyke de la Escuela Normal de Columbia un mismo entramado societal y le otorgan un deter-
y otros hombres para ser instrumentos de la direc- minado sentido político: los Estados nacionales, [la]
ción científica de las masas; para producir, a través secularización del orden social […], la familia bur-
de la aplicación de fórmulas, seres humanos estan- guesa y el capitalismo industrial”.
darizados cuyo comportamiento pueda ser predeci- Pero en la enumeración de la autora falta mencio-
ble y controlado”.119 nar la condición de posibilidad de todo ese entrama-
El maestro John se expresa desde la perspecti- do institucional, que es la conquista y colonización,
va liberal de la declaración de la independencia de primero, de América, luego de Asia y África. Con lo
EEUU, por eso le preocupa que la educación sea cual se pierde una clave fundamental del “determi-
“obligatoria y estandarizante”, y compartimos su jui- nado sentido político” en que está inserta la escue-
cio sobre las desventajas que enumera. la moderna.
Sin embargo, la perspectiva liberal de los “padres En relación con esa clave, hace ya ochenta años que
fundadores” de la independencia de los EEUU afir- Raúl Scalabrini Ortiz (1932) escribió:
ma la universalidad de los derechos humanos al “Cuatro siglos hacen ya que la sangre europea fue
mismo tiempo que admite -como Aristóteles, John injertada en tierra americana. Razas enteras fueron
Locke, Kant, etc.- la esclavitud natural de “los in- exterminadas, las praderas se poblaron. Las selvas
feriores”, ya sean razas, clases sociales, individuos, vírgenes se explotaron y muchas se talaron criminal-
países o continentes completos. Es decir que, sin mente para siempre. La llamada civilización entró a
juzgar las creencias particulares del “colega yanqui” sangre y fuego. El aborigen fue sustituido por inmi-
contemporáneo nuestro, sí es claro que a la pers- grantes.
pectiva liberal le preocupan los derechos de los “na- Estos eran hechos enormes, objetivos, claros. La in-
turalmente libres”, vale decir, los propietarios. teligencia americana nada vio, nada oyó, nada supo.
En esa visión provinciana y oscurantista, aunque he- Los americanos con facultades escribían tragedias
gemónica, el resto de nosotros somos -como escri- al modo griego o disputaban sobre los exactos tér-
bió Locke- culpables del “crimen de violar las leyes”, minos de las últimas doctrinas europeas. El hecho
un peligro para el “género humano [que vienen a ser americano pasaba ignorado para todos. No tenía re-
ellos]”, degenerados, seres dañinos o, según Kant, latores, menos aún podía tener intérpretes y toda-
“inmaduros y culpables por no haber alcanzado la vía menos, conductores instruidos en los problemas
Ilustración”; a quienes nos cabe alguno de los cinco que debía encarar.
tipos de barbarie descriptas por Fray Bartolomé de Sin un contenido vital, las palabras que en Europa
Las Casas (mucho antes que Sarmiento) o, si tene- determinan una realidad, en América fueron una en-
mos suerte, se nos aplicará el lema pestalozziano de telequia, cuando no una traición”.
“educar al pobre para vivir la pobreza”120. Así que los europeos pueden estar muy preocupa-
Entonces, hay otra desventaja comparativa que nos dos porque la escuela moderna fue puesta en crisis
toca a los pueblos periféricos enunciar, que Tira- por la posmodernidad, y en eso podemos estar de
monti y John Taylor Gatto no evalúan como desven- acuerdo con ellos, pero tenemos razones anteriores
taja, y es el hecho de que la escuela moderna sea que no perdieron vigencia. Lo que perdemos de vis-
119 • John Taylor Gatto: “Discurso contra la escolarización obligatoria y estandarizante”, en ocasión de recibir el Premio al Maestro del Año de Nueva York en
1990. Disponible en: http://old.kaosenlared.net/noticia/discurso-contra-escolarizacion-obligatoria-estandarizante
120 • Citado críticamente por Violeta Núñez en su conferencia “Los nuevos sentidos de la tarea de enseñar”, Ministerio de Educación, 28/11/2003, disponible
en: www.me.gov.ar/curriform/publica/oei_20031128/ponencia_nunez.pdf
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

114
ta al no poder ver los “hechos enormes, objetivos, social amplio y plural. Tal vez, pase por otorgarles
claros” de la conquista y colonización es la posibi- estatuto de sujeto, sujetos de derecho, con quienes
lidad de raíces y genealogía propias: la de la resis- es posible convenir propuestas, propulsar proyec-
tencia a la colonización, la de las luchas contra la tos, discutir alternativas” (Ib.).
expropiación del “derecho de relación” con nuestra También es una observación oportuna y razonable.
tierra121. Habría que agregar que ya tenemos leyes que esta-
La educación no es una actividad autónoma; Tira- blecen la obligación de reconocer a los pibes como
monti (2005) agrega que la escuela moderna tam- sujetos de derecho124. Obligación de reconocer, no
poco lo es: es una “pieza de un entramado”122. Esta libertad de otorgar, porque hablamos de los pibes
observación es pertinente y oportuna, si nos lle- que tienen a cargo la responsabilidad de su propia
va a mirar la escuela desde fuera de sus edificios, reproducción social, pibes que trabajan a cambio
equipamientos, prácticas, etc. Y es razonable, por- de un ingreso, por ejemplo, o que crían hermanos
que sólo mirando el “entramado societal” podemos para que algún adulto de su grupo trabaje, y porque
comprender su “determinado sentido político”. el Estado no dispuso las guarderías necesarias. Así
Pero la tarea de mirar la escuela desde fuera como que esos pibes son de hecho sujetos de los dere-
hilo del entramado social no puede delegarse en chos que han conquistado, antes de que dictáramos
funcionarios que están por encima de la escuela en las leyes respectivas. En todo caso las leyes vienen
la “vía jerárquica”. Porque ellos ven de lejos la situa- a reconocer esa situación.
ción de los estudiantes y tienen muy cerca las pre- Pero hay algo más que las leyes no llegan a reco-
siones del sistema educativo (no de la escuela, no nocer, y es que esos sujetos, además de individuos
de los chicos) y de todo un entramado institucional, arrojados al mercado, son también hilos de una tra-
corporativo y mercantil que pide resultados, “deter- ma más amplia, de una comunidad, de un grupo cul-
minados resultados”; en el mejor de los casos, resul- tural que cuenta con memoria, recursos expresivos
tados que promueven la integración latinoamerica- y proyecto propio.
na sobre la base de lenguas, culturas y dispositivos
institucionales de origen europeo y hasta multicul-
turales, que toleran la hibridez cultural y el mestiza-
je racial en tanto no pongan en cuestión la colonia-
lidad. En el mejor de los casos, tal vez “se trate de
hacer retornar una suerte de Trivium y de Cuadrivium
atravesados por las TIC”, como dice Violeta Núñez
(2003)123.
Y ¿a quién le preguntaremos si se trata de eso o de
otra cosa? La misma Violeta Núñez ofrece una pista:
“Podríamos pensar, por ejemplo, cómo dar sopor-
te a los niños y los adolescentes para que puedan
mantener, con éxito, su escolaridad y acceder a lo

121 • Nuestra tierra: “para algunos Pachamama o para otros como los hermanos de la Amazonía será la Madre Selva, para los Urus que siempre han vivido
sobre las aguas será la Qutamama (Madre Agua en aymara)” dice Fernando Huanacuni Mamani (2010: 32).
122 • Aquí Tiramonti mezcla metáforas de distintas épocas: “pieza” alude a máquina o rompecabezas (capitalismo industrial); “entramado” alude a tejido o red
(época de la globalización e Internet). Creemos que convendría decir "hilo de una trama”, e imaginar un tapiz o un poncho. En las novelas del peruano Scorza,
los dibujos de los ponchos de doña Añada predecían el futuro. Y la metáfora va con la escuela, con la escuela pública y la educación popular en América Latina
en esta época de globalización.
123 • Respecto de los términos en latín: en el renacimiento europeo, las disciplinas se clasificaban en “trivium” y “cuadrivium” con un claro dominio de la retórica
y las humanidades; la teología cristiana era el techo bajo el que existían. El modelo kantiano-humboldtiano desplazó las metas y el formato de la universidad
renacentista. Durante el primer cuarto del siglo XIX, la reorganización del conocimiento y la formación de nuevas disciplinas dejaron atrás al “trivium” y al “cua-
drivium” y fueron hacia la nueva organización entre ciencias humanas (humanidades) y ciencias naturales.
124 • Ley 26061 del 2006, ya citada (ver nota 20, apartado 3.3.).
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

115
8.2. Arte y comunicación C
ontinúa ocurriendo en las escuelas más progre-
sistas que se sigue considerando ignorantes a
chicos bilingües, cosa que difícilmente pasará con el

en el circuito del saber hijo de un embajador europeo, pero pasa todos los
días con chicos que, además de castellano, hablan
guaraní, aymara, mapuche o alguna de las cien len-
popular guas ocultas en las diversas tonadas del habla de
nuestro país, cuya existencia la mayoría de nosotros
y la escuela que nos formó, de verdad ignoramos.
Eso le ocurrió a Evo Morales Ayma, presidente de
Bolivia, y terminó abandonando la escuela primaria.
Y por si a cuenta de esto algún ocurrente propone
ironías acerca de la capacidad del presidente de Bo-
livia, convendrá informarle que lo mismo le ocurrió
al presidente de EEUU, Abraham Lincoln: “Abraham
Lincoln pasó menos de un año de su vida ‘yendo a
la escuela’, pues la asistencia a clases en un edifi-
cio especial y el aprendizaje durante horas preesta-
blecidas eran una rareza en la frontera. La vida era
una sola; no estaba dividida en compartimientos de
trabajo, estudio y juego. Aprendimos por la vista, el
olfato y el oído -relataba su primo-. Oíamos todo lo
que se decía, y hablábamos hasta el hartazgo sobre
las cuestiones oídas” (Bremen y Von Moschzisker,
1975: 7).
La cita ilustra también sobre algo que ya señalamos
en el capítulo 3: “La sustracción o alienación de los
procesos de toma de decisión, su concentración en
pequeños grupos ‘profesionales’, y el malestar que
tal proceso produce, no es un fenómeno exclusi-
vo de la educación”. Tal cosa ocurre cuando la vida
deja de ser una sola y se divide “en compartimien-
tos”. Para Evo Morales la lucha por la tierra y la or-
ganización del sindicato de cocaleros le permitieron
unificar su vida en vez de dividirla en compartimien-
tos; esa fue su verdadera escuela, la que reclaman
los sectores populares, ya que “sólo somos respon-
sables cuando podemos elegir y tenemos el poder
de realizar lo que hemos elegido. No hay otra mane-
ra de aprender a serlo” (Ib.: 13).
El saber popular tiende a religar lo que ha sido se-
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

116
parado -como el arte, la comunicación social y la cación pobre para pobres” como decía Pestalozzi, o
educación en la sociedad moderna-, cuando la vida una ambición reducida, sino un intento de re-ligar126
humana está en peligro. Acerca del arte y la educa- lo fragmentado para asegurar el cumplimiento de ci-
ción, dice la educadora popular cubana Esther Pé- clos necesarios a la vida.
rez (2004: 119): “Es necesario seguir uniendo arte y
educación, no porque el arte se haga didáctico, sino
porque a menudo el arte explora más profundo y ve
más lejos, y porque el pan y la belleza tienen que te-
ner amores e ir de la mano”.
El artista popular -dice Rodolfo Kusch (1978) es
quien siente la presión simbólica de la comunidad y
obrando como catalizador la aloja como impresión
en su subjetividad, hasta encontrar una expresión
adecuada. En la medida que la comunidad recono-
ce un contenido propio en el símbolo producido por
el artista, se ayuda a elaborar lo que le pasa y a “en-
contrarle la vuelta”. ¿Por qué un grupo humano que
cotidianamente no actúa como tal, de pronto entra
en estado de asamblea?
Este es un momento intuitivo, preracional de la co-
municación, la educación y la salud mental comuni-
tarias, difícil de observar cuando sólo se reconoce
como arte lo que el mercado consagra. En este mo-
mento el artista ocupa fugazmente una posición de
liderazgo que desencadena la acción comunitaria;
su “intervención” genera la “acción dramática”, la
“escena”. Pero no es una intervención caída desde
arriba o venida desde fuera, sino más bien la emer-
gencia de algo que se encontraba latente. Como
dice Esther Pérez (2004), el arte “ve más lejos” por-
que “explora más profundo”.
Lo mismo respecto de la comunicación: si sólo se
transmite en cadena nacional125 o global (como la
publicidad de automóviles, celulares, computado-
ras, televisores, etc.), ¿dónde cada comunidad dirá
su palabra?, ¿dónde reflexionará acerca de lo que
necesita saber y aprender?, ¿en cuáles espacios
propios decidirá qué hacer?
Algo de esto requiere el desarrollo comunitario te-
rritorial y la educación que reclama. Algo que debe
mirarse con atención, porque no implica una “edu-
125 • Las críticas de los medios de comunicación opositores, respecto del uso de la cadena nacional en Argentina, en Venezuela, Ecuador, etc., ignoran olím-
picamente el uso mucho más extenso en el tiempo (todas las tandas comerciales) y el espacio (no sólo nacional sino global) que hacen “los mercados” de
nuestra atención.
126 • Re-ligar es uno de los orígenes del término Religión. Parece adecuado aquí tomándolo como la construcción en común de nuevas convicciones eficaces.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

117
8.3. Las instituciones, P
erón solía repetir esta frase: “Las instituciones,
como el pez, comienzan a pudrirse desde la ca-
beza”. Alguna vecina, con cierta malicia, aludiendo a

como el pez, comienzan las hijas de otra, ya mayores y sin pretendientes a la


vista, decía “tan tarde y el pescado sin vender”. Su-
mando imágenes, volvemos a citar a Kusch (2007)
a pudrirse desde la cuando dice en su “Introducción a América”: “lo que
no es ciudad, ni prócer, ni pulcritud no es más que

cabeza un simple hedor susceptible de ser exterminado”.


La asociación entre el pescado viejo y su hedor, a
la que aluden estas tres citas, nos parece útil para
pensar que también el olfato se educa y que todo
olor que nos resulta connatural, dejamos de perci-
birlo. Eso nos ocurre cuando naturalizamos el medio
ambiente institucional: nos volvemos incapaces de
olerlo; y aunque andemos con cara de asco, pensa-
mos que la descomposición ocurre “afuera”.
En 2007, Enrique Dussel, pensando en nuestro di-
ciembre de 2001 y en otras experiencias en curso
como el zapatismo mexicano o el proceso venezo-
lano escribió: “Las instituciones son necesarias para
la reproducción material de la vida, para la posibi-
lidad de acciones legítimas democráticas, para al-
canzar eficacia instrumental, técnica, administrati-
va” (Dussel, 2007).
Contra tendencias anarquistas para las cuales toda
institución es represiva, Dussel afirma que las insti-
tuciones son necesarias. En el párrafo siguiente, di-
rigido contra las tendencias conservadoras, agrega:
“Que sean necesarias no significa que sean eternas,
perennes, no transformables. Por el contrario, toda
institución que nace por exigencias propias de un
tiempo político determinado […] es inevitablemente
roída por el transcurso del tiempo; sufre un proceso
entrópico” (Ib.).
“Entropía” es un término introducido en las ciencias
sociales desde las ciencias exactas que se define
como la “tendencia al desorden que afecta a los sis-
temas cerrados”. Su uso en referencia a las organi-
zaciones alude al exceso de normas, de formalismo,
de burocratismo; cuando la institución impone con-
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

118
diciones imposibles a los usuarios para atenderlos En la explicación de Baremblitt, la institución -vale
y pasa de brindar un servicio a construir barreras127. decir: aquello que representa un valor universal- no
La privatización de bienes comunes es su paradig- es la escuela sino, en todo caso, la educación.
ma. Quienes la imponen generan tales desórdenes Entonces, cuando la modalidad educativa actual ya
en los vínculos, que finalmente la sociedad estalla. no responde, no se trata de eliminar la educación
Entre las posiciones anarquista y conservadora, sino de transformar las “leyes, normas y pautas” y
Dussel propone una visión cíclica del proceso vital los “dispositivos” por medio de los cuales la educa-
de las instituciones: “[a] Al comienzo es el momento ción funciona. Eso fue lo que originó el movimien-
disciplinario creador de dar respuesta a las reivindi- to de educación popular de Freire y las propuestas
caciones nuevas. [b] En su momento clásico la ins- de desescolarización de Iván Illich en los sesenta. Y,
titución cumple eficazmente su cometido. Pero [c] más allá del campo educativo, dio lugar a un movi-
lentamente decae, comienza la crisis: los esfuerzos miento global de carácter subversivo, finalmente de-
por mantenerla son mayores que sus beneficios; la rrotado en toda su extensión.
burocracia creada inicialmente se torna autorrefe-
rente, defiende sus intereses más que los de los ciu- Recomenzando el razonamiento: en la escala tem-
dadanos que dice servir. La institución creada para poral propia de la vida cotidiana, las organizacio-
la vida comienza a ser motivo de dominación, exclu- nes y establecimientos son el corsé o encofrado que
sión y hasta muerte. Es tiempo de modificarla, mejo- modelan la vida social: para permitir su desarrollo la
rarla, suprimirla o remplazarla por otra que los nue- sujetan a una legalidad, a una disciplina. De tal ma-
vos tiempos obligan a organizar”. nera que somos libres dentro de esa legalidad, no
Como decía el ex presidente, “las instituciones, frente a ella.
como el pez, comienzan a pudrirse desde la cabe- Dussel y Baremblitt proponen otra escala temporal
za”. Habría que agregar que, entonces, ya no tienen de observación y otra perspectiva, externa a las or-
solución ni salvación posibles. ganizaciones, que permite situarlas como objeto de
Por su parte, Gregorio Baremblitt (2005) desde un estudio y evaluar si son eficaces respecto de su fun-
enfoque cercano a ciertas posiciones del anarquis- ción originaria: la de servir a la vida humana.
mo, explica: “Existe también la institución de la edu- Esta perspectiva, que no acompaña la tarea edu-
cación, es decir, las leyes, normas y pautas que cativa y la de otras profesiones en tiempos norma-
prescriben o proscriben cómo se debe instruir o so- les, necesariamente debe ser incorporada cuando el
cializar a un aspirante a miembro de una sociedad funcionamiento normal de las instituciones da resul-
[…] Para tener vigencia, para cumplir su función de tados insatisfactorios.
regulación de la vida humana, las instituciones tie- ¿Quiénes atestiguan tal cosa? ¿Quiénes tienen au-
nen que realizarse, ‘materializarse’. ¿En qué se ma- toridad para decir que la normalidad no es normal, o
terializan ellas? En dispositivos concretos que son natural?: las víctimas (Lévinas, Dussel). Pero no las
las organizaciones […] que comprenden desde un víctimas del incumplimiento de la ley sino las vícti-
gran complejo organizacional, tal como un Ministerio mas que produce el cumplimiento de la ley y el fun-
[…], sus secretarías, reparticiones, sus organismos cionamiento de las instituciones.
de relación con los gobiernos provinciales, munici-
pales, etc. Las organizaciones, a su vez, se compo-
nen de grandes y pequeños establecimientos […]
Ejemplos de establecimientos son las escuelas…”
127 • Tema de texto mencionado La convivencialidad de Iván Illich (1978).
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

119
p ara tener matan128. La mano dura, mata. Si es legal, también

c
mata, pero además, denomina a los sobrevivientes
en uenta con palabras que los culpabilizan de su suerte, que
les exigen ser agradecidos y que exculpan a quienes
nos movemos dentro de la legalidad.
Casos: Franz Hinkelammert129, un economista y teólogo que
habla de estos temas, relatando la asimilación del
El caso de las Madres de Plaza de Mayo o de cristianismo por el imperio romano que culmina en-
los MTD, parecen buenos ejemplos para re- tre los siglos XI y XII, dice que “la inversión de la
flexionar acerca de esto. Quienes quedan en los crítica de San Pablo a la ley, está en la base del pro-
bordes o por fuera de las instituciones, “huelen pio surgimiento de la sociedad burguesa”, citando
mal” porque necesariamente las desestabilizan. como ejemplo a Bernardo de Claraval, predicador
de las cruzadas: “los soldados de Cristo combaten
Dos casos actuales para la reflexión, no esco- confiados en las batallas del Señor, sin temor alguno
lares pero sí educativos porque dicen acerca a pecar por ponerse en peligro de muerte y por ma-
del clima social en el que funciona la escuela, tar al enemigo. Para ellos, morir o matar por Cristo
pueden verse en: no implica criminalidad alguna y reporta una gran
• http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/ gloria. Es decir, el soldado de Cristo mata con se-
1-190896-2012-04-01.html : “La represalia indis-
guridad de conciencia y muere con mayor seguridad
criminada extiende el terror a toda la pobla-
aún. No peca como homicida, sino -diría yo- como
ción penitenciaria, asocia cualquier actividad de
malicida, el que mata al pecador para defender a los
control externo con peligro de muerte y para-
buenos”.
liza toda posibilidad de cambio. Cuanta menor
La prédica de Bernardo de Claraval en el siglo XI
relación tenga la víctima con el caso, más ge-
fue retomada durante el siglo XX por el fundamen-
neralizado será el efecto intimidatorio. Todo
talismo imperial de EEUU, sus fuerzas armadas en
lo que venga de afuera es descrito como una
las colonias, los obispos que bendicen sus armas y
amenaza, incluso por allegados a los detenidos,
banderas, y los productores de la saga de superhé-
cuando es ostensible que no existe posibilidad
roes hollywoodenses que, con sofisticados efectos
de cambio desde adentro, sin una decidida in-
cinematográficos, causan “efectos especiales” en
tervención política.”
la subjetividad de los espectadores. Probablemente
• http://www.varelaenred.com.ar/4620-0104012.
ninguno de ellos haya leído a Bernardo de Claraval,
htm : “¿no es cuestionable homenajear a Melva
sino que esta doctrina de los sacrificios que impone
Campodónico en el Día de la Mujer y después
la ley, vuelve a inventarse cada vez que las institu-
comer con Chicho Basile que la secuestró?”
ciones se autonomizan del mandato de los pueblos
Esto es algo que se dice rápido, pero ¿cuánto demo- para vivir a sus expensas.
ramos en considerar víctimas a los desaparecidos?, Hinkelammert concluye su argumentación diciendo
¿o a los desempleados, los migrantes, los muertos que “para no matar, hay que ir más allá de la ley”
por gatillo fácil, los luchadores sociales judicializa- (Ib.)… Sin embargo, esto se hace siempre invocan-
dos, los intoxicados por contaminación sojera, mi- do otra ley superior; es lo que hizo el arzobispo de
nera, etc.? ¿O a los pueblos originarios? San Salvador, Óscar Arnulfo Romero, en su última
Para todos ellos, las leyes y el Estado de derecho, homilía en 1980: “Ningún soldado está obligado a
128 • Testimonio del Juez Raúl Zaffaroni, integrante de la Corte Suprema de Justicia, en la película Tierra Adentro, de Ulises de la Orden. El fragmento puede
verse en www.youtube.com/watch?v=omNsYDSu1UE
129 • Franz J. Hinkelammert: La fe de Abraham y el Edipo occidental. Disponible en: http://www.pensamientocritico.info/libros/libros-de-franz-hinkelammert.html
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

120
obedecer una orden contra la ley de Dios. Una ley
inmoral nadie tiene que cumplirla. Ya es tiempo de
que recuperen su conciencia y que obedezcan an-
tes a su conciencia que a la orden del pecado. En
nombre de Dios, pues, y en nombre de este sufrido
pueblo cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día
más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno:
¡cese la represión!”130
Cuanto más sedentario o instalado sea el propio
punto de vista, mayor será la cantidad y variedad de
cosas que nos parecerán anárquicas o “hedientas”,
como ocurre con los bachilleratos populares, el uso
de los edificios escolares por parte de la comunidad,
lo que enunciamos como “violencia” de los jóvenes
y sus familias, las a-dicciones (de ellos, no las nues-
tras), las prácticas de educación popular (que no
garantizan el aprendizaje del teorema de Pitágoras),
o una estudiante de tercer año que da la teta a su
bebé en el aula…

130 • Última homilía de Monseñor Romero, el 23 de marzo de 1980. Disponible en: http://www.servicioskoinonia.org/relat/135.htm. Las cursivas son nuestras.
La última homilía de Monseñor Romero tiene para nosotros el condimento de que fue transmitida y grabada por Radio Noticias del Continente, radio instalada
por argentinos exiliados en Costa Rica -patria actual del alemán Hinkelammert.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

121
8.4. El fogón de la A
mediados de 2009, Mercedes Sosa y Calle 13
grabaron una versión nueva de Canción para un
niño en la calle. El poema original de Armando Teja-

víspera da Gómez era el mensaje de un adulto sobre el chico


en la calle, dirigido a la conciencia de los adultos de
su propio sector social:

Por lo que aún no está escrito, “Es honra de los hombres proteger lo que crece,
Cuidar que no haya infancia dispersa por las calles,
lea cada uno en su memoria.
Evitar que naufrague su corazón de barco,
(Simón Rodríguez)
Su increíble aventura de pan y chocolate”

La nueva versión, cuarenta años después, resulta


actualizada por dos estrofas intercaladas por el gru-
po Calle 13, en las que el chico en la calle habla con
voz propia, “dice su palabra”:

“Todo lo tóxico de mi país a mí me entra por la nariz


/ Lavo autos, limpio zapatos, huelo pega y también
huelo paco / Robo billeteras pero soy buena gente,
soy una sonrisa sin dientes / Lluvia sin techo, uña
con tierra, soy lo que sobró de la guerra”.

Desde Venezuela, el psicólogo social Alejandro Mo-


reno Olmedo (1993) aporta una referencia irónica en
relación con esas cuatro décadas: “Hace algunos
años no se hablaba de exclusión y excluidos sino de
marginación y marginalidad... Cuando esta separa-
ción, ya en nuestros tiempos, se conceptualizaba
como marginalidad, se suponía que entre uno y otro
grupo existía un margen, una frontera. Las fronteras
son superables, aunque sea en forma ilegal, y el otro
territorio, conquistable. Marginalidad era un concep-
to de algún modo abierto a la esperanza. Hablaba de
frontera, pero también de cercanía; y no sólo de po-
sibilidad de superación, sino además de disposición
a ello. Significaba, pues, que el proceso de margina-
ción se pensaba como reversible y a ello se encami-
naron reformas, políticas y capacitaciones. Si ya no
se puede hablar de marginación, sino que hay que
hablar de exclusión, debe ser porque aquellos es-
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

122
fuerzos fracasaron. El proceso no sólo no se revirtió, que levanta vuelo al anochecer porque ya ha visto
sino que avanzó a un nuevo estadio más radicalmen- todo lo que ocurre durante el día, sino que esconde
te separador” (las cursivas son nuestras). también la sorpresa de la noche y la espera del ama-
La artista de los sesenta y el cantante joven, le po- necer. Filosofar es programar el amanecer al cabo
nen música a lo que sigue pasando. Y escenifican de la noche. Es plantearse la liberación que ocurrirá
también una diferencia: ahora, después del 2001, seguramente al día siguiente.
nosotros sabemos lo que ellos ya sabían, que tie- Se trata de asumir entonces nuestra negación ame-
nen voz propia. ricana, esa que palpita en nuestras revoluciones, en
Las víctimas tienen voz propia. nuestra incapacidad de hacer la gran industria, en
Y, en resumen, dicen que no esperan ser incluidos nuestros fracasos para ser totalmente occidentales,
sino que se harán de lugar donde construir las habi- en la miseria de los ranchos indígenas, en las caras

para
taciones necesarias para agrandar la casa. hambrientas de los que no quieren entrar en el juego
y siguen llamándose indios, hasta en el color pardo
de la piel que simboliza la negación implícita frente a

escuchar occidente. La de ser radicalmente americano”.


La noche y el fuego hacen presentes a los ausen-
tes, nos permiten conversar con ellos recuperando
Canción para un niño en la calle
fragmentos de la memoria común que ellos guardan.
https://www.youtube.com/watch?v=40nuiWW59e0
Dice Nelly Azul Benítez (2009): “Nosotros estamos
La imagen del fogón que aquí proponemos, es la de vivos y juntos, aunque podríamos habernos perdido
un encuentro no fortuito sino buscado, entre gentes en esa marea feroz… Pero perdimos amigos, com-
de distintos sectores sociales para acordar qué ha- pañeros de escuela, vecinos, compañeros de traba-
cer: “Está en juego, por supuesto, la pregunta que jo, parientes, experiencias, costumbres… lo que se
resuena desde hace un siglo atrás: ¿qué hacer? […] dice, una historia en común.
El reto de cada comunidad subordinada es cómo se Nos fortalece saber que nuestros mártires nos acom-
prepara para el momento en que las condiciones para pañan desde ese lugar no visible donde están aten-
su liberación estén maduras. Cuando el pueblo esté tos, siguiendo lo que nos acontece […] Hurgar en el
listo, la cuestión crucial será de qué manera muchas pasado es buscar reconstruir un rompecabezas y de
ideas estarán disponibles para la reorganización de ese modo ordenar el presente en pos de un futuro
la vida social […] La tarea de construir infraestructura distinto. Las piezas perdidas están en la memoria, en
para algo nuevo debe ser planeada y, allí donde haya la memoria colectiva.
espacio, intentada” (Gordon, 2009: 156). La historia es nuestra, quiero escribirla con ustedes y
Y la imagen de la víspera se propone como metáfora no leer lo que otros escriben por nosotros”131.
de la esperanza acerca del mundo nuevo que vamos Sugerimos estas imágenes como metáfora de la ta-
a construir ahora que estamos juntos. Estar juntos es rea educativa en las fronteras, metáfora muy diferen-
la esperanza de dar por terminada la guerra interna te a la occidental/moderna/sarmientina (que convo-
(“soy lo que sobró de la guerra”) que recorre quinien- ca a civilizar a los bárbaros) o a la metáfora cristiana
tos años de historia americana. de la conquista (la conversión y evangelización).
En 1975, escribe Kusch en La negación en el pensa- El fogón, como rueda de iguales al calor de la me-
miento popular (2007: 662): “El problema de la filo- moria común.
sofía es el problema de la liberación. No es el búho
131 • Nelly actualmente cursa el 2° año de la Tecnicatura en Pedagogía y Educación Social en el IFT N° 28 de la CABA, dependiente de UTE, Unión de Traba-
jadores de la Educación.
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

123
m omento Me llamo Ana, tengo 24 años y estudio

r
para profesora de nivel inicial. Vivo en

de eflexión Rafael Castillo con mi mamá, mi papá, mis


5 hermanos, una chica, que ya es como mi
El texto de Ana Victoria Vargas Arrúa, nos hermana, que hace cuatro años mi mamá le
llegó por la colega Adriana Holstein, profesora ofreció venir a vivir con nosotros (porque
de Ana en el Instituto Eccleston (CABA). Nos no tenía donde ir), junto a su pequeña hija
pareció una evidencia empírica de la crisis del que ahora ya tiene cinco años, y mi tío.
paradigma de la minoridad y de que quienes También vivía con nosotros mi abuelo que
estaban destinados al olvido y el silencio, de- falleció hace poco y era dueño de la casa.
cidieron romper ese destino. La elocuencia del Para todas las personas que viven en mi
texto de Ana, enseña. Agradecemos que nos casa solo hay un baño que se encuentra en
hayan autorizado a incluirlo aquí. el exterior de la vivienda. No tenemos gas
natural por ende cuando hay que bañarse
calentamos el agua en una olla grande y
Con voz propia luego lo pasamos a un balde, en verano no
es nada pero en el invierno cuando hace
Trabajo final de Vulnerabilidad frío, te congelas.
Alumna: Ana Victoria Vargas Arrúa Busqué en Internet que significa vivienda
digna y encontré esto.
“No existe un solo modelo de democracia, “La vivienda es el lugar de refugio que ne-
o de los derechos humanos, cesitan las personas para protegerse, res-
o de la expresión cultural guardarse de las inclemencias del tiempo,
para todo el mundo. preservar su intimidad, y en la mayoría
Pero para todo el mundo, de los casos, representa el lugar de asen-
tiene que haber democracia, tamiento no solo de personas individuales
Derechos humanos y una libre sino de núcleos familiares, estructuras bá-
expresión cultural.” sicas del cuerpo social. Es una necesidad
Kofi Annan humana básica, como el alimento, el abrigo
o el descanso.”
“La vulnerabilidad social es entendida como “Diversos instrumentos internacionales re-
una condición social de riesgo, de dificultad, conocen el derecho a la vivienda, como el
que inhabilita e invalida, de manera inme- artículo 25 de la Declaración Universal de
diata o en el futuro, a los grupos afecta- los Derechos Humanos (1948) el Pacto Inter-
dos, en la satisfacción de su bienestar -en nacional de Derechos Económicos, Sociales
tanto subsistencia y calidad de vida- en y Culturales que en su artículo 11 dice “…el
contextos sociohistóricos y culturalmente derecho de toda persona a un nivel de vida
determinados”. (Castell, 1995) adecuado para sí y su familia, incluso ali-
Para realizar este trabajo debería analizar mentación, vestido y vivienda adecuados…”
la historia de vida de otro, pero preferí Por lo tanto según esta definición no tengo
contar y analizar un poco de la mía. una vivienda digna, ¿en que influye tener
Versión preliminar, Para uso interno Pedagogía y Educación Social

124
o no tener una vivienda digna? No te- a amigas a mi casa y antes de que vengan
ner vivienda o tenerla de forma precaria les digo que no se asusten del desorden.
produce malestar físico, psicológicamente Pero a veces me da miedo de que presen-
y emocionalmente aparejado con estigma- cien una situación de pelea que lamentable-
tización, prejuicios, sentimientos de frus- mente no siempre es verbal.
tración, de inseguridad, etc. Prácticamente En octubre del 2011 al poco tiempo que mi
a mí, muchas veces me da bronca ver la abuelo cayera internado, mi hermano Na-
casa así, más cuando llueve y hace frío. A huel cayó detenido, fue acusado de robarle
veces parece que hace más frío adentro el celular a un chico; y él no había sido.
que afuera, lo mismo que cuando llueve y Ojo que no lo digo porque soy la hermana
hay que colocar baldes, ollas, palanganas sino porque lo se. (Aclaro esto porque hay
bajo las goteras. A veces no dormís del personas que dudan de lo que decís y
frío o te acostas de a dos para estar empiezan a suponer lo que ellos quieren).
más calentitos. Estas cosas muchas no te De todos modos qué no iba a hacer acu-
dan ganas de contarlas porque son tus sado si “tiene cara delincuente”, escucha
problemas, además luego la gente te ve damas gratis, y otras clases de cumbia,
con lástima y a mí la verdad no me gusta. usa gorra y zapatillas de Nike, pantalones
Pareciera que todo el tiempo te haces de rompe viento, remera deportiva, y cada
víctima, como diría Goffman, para conse- tanto se junta con los pibes a fumar un
guir beneficios o que te tengan compasión. marihuana en la esquina. (Seguro que si te
No quiero dar pena ni nada por estar acercas te roba o por lo menos así lo hacen
contando esto que cuento, me da un poco notar la gente que pasa y ven a los chicos
de vergüenza pero es mi realidad; y estu- ahí y se cruzan a la vereda del frente y
dio como puedo y cuando se puede, no es cuando ya pasaron por la altura de ellos se
fácil menos si no tenés un espacio propio, cruzan de nuevo de vereda).
intimo. Yo hasta el año pasado dormía en Él y mis hermanos trabajan (ninguno de los
una cama de una plaza con mi mamá y tres terminó el secundario) para ayudar a
en la misma pieza dos de mis hermanos mi mamá y comprarse la ropa de marca
varones. Cuando mi abuelo se enfermó me que les gusta. Ellos creen que si tenés ropa
pase a su pieza para cuidarlo, luego falle- de marca o una “buena pilcha” te valoran
ció y terminé quedándome en su habitación. más o te miran mejor porque sino sos un
No tenemos llaves, la puerta la trabamos “cachivache”. Yo creo que esto es porque
con un palo o una silla. Mi papá impro- cuando éramos chicos mi mamá nos vestía
visa construcciones que nunca termina o con lo que teníamos pero se ve que para
lo termina haciendo mal, tenemos algunas los demás no era suficiente y por lo tanto
ventanas rotas o improvisadas con cartón nos comíamos las cargadas.
o plástico que supuestamente iba a ser “El rasgo central de la situación vital del
arregladas con vidrio y ahí quedaron. La individuo estigmatizado está referido a lo
mayoría de las ventanas se rompieron en que se llama “aceptación”. Las personas con
situación de violencia. las que se relaciona no le brindan el res-
Muchas veces me da vergüenza de invitar peto y la consideración que espera. Esto le
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puede llevar a tratar de corregir el motivo en esas situaciones hay cabeza y tiempo
de su deficiencia” (Goffman) para estudiar? Por lo menos para mi no,
Cuando estuvo detenido le pusieron un abo- pero para le gente es mas fácil decirte
gado de oficio, el abogado no le interesó que “sos una vaga o una burra” o “ya es
saber si mi hermano había cometido el hora de que te recibas, cuando mas vas
hecho o no, solo nos dijo que si Nahuel se a esperar” como si yo no tuviera ganar de
declaraba culpable lo podía sacar en cinco terminar. Reconozco que me cuesta y que a
años, yo pensaba en cinco años salía por veces le dedico más atención a otras cosas,
mérito propio. Pero cuando no tenés para pero llega un momento que te frustras y no
pagar hay que aceptar lo que te ofrecen. querés saber nada y pensar que por mas
Mi papá no se conformó recurrió a ONGs esfuerzo que haga nunca vas a poder cam-
y a gente conocida y por suerte una abo- biar tu condición pero luego te reponés por
gada se hizo cargo del caso y mi hermano la gente que te ayuda y te apoya. Hay una
salió en febrero de este año tras haber frase que Elena Santa Cruz repite: “una
estado tres meses en el penal de Olmos. mirada de amor te cambia la vida” y yo de
Ahora trabaja barriendo el cordón de las eso estoy muy segura porque si no tuviera
veredas y esta juntando plata para com- esa mirada de amor, de ciertas perso-
prarse una cortadora de pasto, ampliar nas, no se si estaría estudiando, porque
sus servicios, junto a mi otro hermano y muchas veces quise dejar el profesorado,
los amigos. no porque no me gustase sino porque la
Sin desacreditar el trabajo que tiene, a ve- necesidad de trabajar y ayudar en mi casa,
ces pienso que no trata de buscarse otro es más fuerte. Aparte si no tenés plata,
tipo de trabajo que le dé beneficios socia- las cosas te cuestan más.
les para no exponerse frente a los otros. Hasta hace dos meses, mas precisamen-
Intentó terminar la secundaria pero prefie- te septiembre, estuve cobrando $1.200 del
ren trabajar para tener su plata, porque Plan Argentina trabaja, una parte de esa
sabe que ni mi papá ni mi mamá pueden plata la usaba para ayudar a mi mamá, el
comprarle la ropa, la zapatilla, etc. que él resto para pagar las fotocopias, materia-
quiere. Y además cuando se iba a trabajar les que me pedían, y el boleto del colectivo.
salía a las 6 de la mañana, volvía a las 17 Ustedes se preguntarán ¿por qué cobraba
hs. Y entraba al colegio a las 18.30 hs lo si no trabaja? A mi me tocó ir trabajar
cual no hacía margen para estudiar. a Virrey del Pino que queda más al fondo
Con la historia de mi hermano no quiero de la matanza y no me daban los horarios
contar la historia de él sino reflejar que con el profesorado, por lo que mi papá
situaciones similares les pasan a un mon- había hablado con el que se encargaba y
tón de pibes que están en esta misma le contó que yo estaba estudiando, y este
situación de vulnerabilidad. hombre dijo que lo recibiera igual para los
Cuando pasó lo de mi abuelo y lo de mi her- gastos del profesorado, es decir que lo
mano yo estaba cursando. Ya faltaba poco tome como una “beca” y cuando podía iba
para terminar el cuatrimestre, me estaba a dar apoyo escolar pero luego de recibir
yendo bien, pero qué voy a seguir ¿a caso un par de comentarios negativos como que
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“estas estafando al Estado”, etc., decidí no tos terminas siendo excluido. Te acomodás
cobrarlo más. La verdad que cobrar ese al sistema o quedás afuera.
dinero me ayudó muchísimo pero a mí no Por esto y mucho mas sigo estudiando con
me falta ni un brazo, ni una pierna así la dificultades que tengo y se me presen-
que ya voy a conseguir algo. tan pero sé que las voy a superar.
No quiero repetir la misma situación de Como describe Castell la exclusión no es un
mi mamá y mi papá, quiero estudiar para estado sino un proceso. La inestabilidad
tener algo seguro, en palabras de Castell laboral trae frustración, angustias, senti-
“(…) garantías y derechos que proporcione miento de injusticia, y esto es debido a la
un mínimo de seguridad sobre el futu- falta de incumplimiento de los derechos y
ro”. No quiero estar de trabajo en trabajo garantías de las necesidades básicas. Este
con lo que sale, quiero poder comprar algo mismo autor, considera las situaciones de
sabiendo que lo voy a poder pagar y no carencia en función de relacionar dos ejes:
estar especulando hasta cuando me darán Un eje de integración-no integración con re-
empleo, y estar discutiendo con mi familia lación al trabajo, es decir la relación con los
de que el dinero no alcanza o de donde medios por los cuales un individuo logra
vamos a sacar plata. o no reproducir su existencia en el plano
Castell dice que: “un concepto de vulnerabi- económico; otro vinculado a la inserción, o
lidad alude a situaciones de debilidad, de no, en una sociabilidad socio familiar. El
precariedad en la inserción laboral, de fra- desequilibrio de uno de estos dos ejes in-
gilidad en los vínculos relacionales.” Y agrega fluye, casi inmediatamente, en la otra.
que “cuanto más se agranda esta zona Por otro lado, el fracaso escolar, de los
de vulnerabilidad, mayor es el riesgo de sectores menos favorecidos no se debe
ruptura que conduce a las situaciones de solo a una cuestión psiconeurológica, sino
exclusión. que las condiciones necesarias a veces no
No quiero seguir levantándome a las 3 o 4 se dan, consecuentes quizás por el proceso
de la mañana para ir al hospital a conse- de globalización en donde los privilegiados
guir un turno o esperar 2 o 3 meses para de tener una educación de calidad son aque-
que te den turno. llos quienes están en condiciones de pagar,
No quiero sentir frío o estudiar al lado de la globalización ha producido una sociedad
una gotera. regulada ya no por la política y la discipli-
No quiero depender más un plan. na, sino por la comunicación y el consumo.
No quiero que la gente me critique por Por ejemplo Nahuel no es mal estudiante y
cómo me visto sin antes ver que si gas- hasta interpreta los textos mejor que yo,
to en ropa o salgo pasear, pierdo dinero pero está en priorizar la escuela o salir a
para cosas que realmente necesito. trabajar para ayudar en casa y comprar-
No quiero ir a buscar trabajo y leer “se ne- se cosas como por ejemplo la ropa que él
cesita gente con buena presencia” sin des- quiere y no ser un “cachivache” para los
cribir que es la buena presencia para ellos. demás. Sometiéndose a trabajos, de riesgo,
Y salir a pedir prestado para caerles “bien sin horas fijas, sin vacaciones, en otras
presentada” y si no cumplís con los requisi- palabras sin beneficios sociales.
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La deserción escolar es una cuestión social, tiene por resultado la adaptación positiva
política y económica que si no se trata en contextos de gran adversidad". Luthar
de solucionar el problema implementando (2000)
políticas integrales y una distribución de Tratar de dejar de lado los prejuicios y los
la riqueza más equitativa, difícilmente se estigmas, desnaturalizar lo que creemos
pueda mejorar la calidad de vida de las que es natural o normal, para entender que
personas. Tendiendo siempre el “péndulo” todos somos consecuencias y funcionales
de la vulnerabilidad hacia la exclusión. a un sistema político, social y económico
desigual; y que criticando, quejándose o ig-
Reflexión del Taller de Vulnerabilidad norando no se solucionan las cosas. Que las
Del Taller aprendí que todos somos vul- soluciones deben comenzar por las políticas
nerables, que dependiendo de la situación que lleve adelante el Estado pero acompa-
particular de cada persona y su contexto ñado también por el compromiso Social.
social estará la balanza inclinada para el
lado de la inclusión o la exclusión. Que para “La utopía está en el horizonte.
entender al Otro hay que conocerlo y que Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos
para ayudarlo hay que aprender a mirarlo y el horizonte se corre diez pasos más allá.
porque no se puede ayudar a quien no se ¿Entonces para qué sirve la utopía?
conoce. Para eso, sirve para caminar"
También pude reflexionar que cuando los Eduardo Galeano
derechos y garantías de los niños no se
cumplen y muchas veces se los tilda a los Nuestra sugerencia es que compartan alguna
padres de “descuidados”, de “ignorantes”, búsqueda semejante o hallazgo que ya hayan
etc. como culpables de no cumplir los de- hecho: evidencias de la voz de quienes no tenían
rechos de sus hijos y esto no es porque voz, y si encuentran, evidencia de su presencia
no quisieran sino que ellos mismos fueron activa en el sistema educativo.
negados a ese derecho.
Que el rol del docente siempre es el de en-
señar pero en contextos de vulnerabilidad
o de pobreza, la enseñanza se ve atrave-
sada por cuestiones que es imposible e
inadmisible ignorar y por eso mucha veces
el rol docente tiene un plus más que es el
asistir, supliendo algo que le corresponde
al Estado.
Ayudar que los niños desarrollen su capa-
cidad de resilientes para poder reponerse
de las situaciones adversas. Reconocer lo
que los niños pueden hacer y no lo que no
pueden.
“La resiliencia es un proceso dinámico que
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