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Introducción
La ecología humana es una ciencia que trata de las relaciones entre las personas y el medio
ambiente percibido como un ecosistema, incluyendo todo lo construido por el ser humano
(Marten 2001). Así también los seres humanos forman parte del ecosistema, en donde interactúa
con su medio ambiente natural y con otros seres humanos, en donde esta interacción es
considerada como un sistema social teniendo como principales componentes: a la población, las
organizaciones, los valores, los conocimientos y las tecnologías, este sistema puede estar en
cualquier escala desde la persona, la familia hasta toda la población de la tierra (Figura 1).
Considerando los componentes del sistema social, Gallopín (2003) agrupa en subsistemas acorde a
la realidad como: la cultura, la política, la sociedad y la economía, así también el sistema ecológico
agrupa en la naturaleza y en el ambiente. Desde estos planteamientos, basados en la generación
de impactos al sistema ecológico como la utilización y transformación de los recursos naturales,
producto de un conjunto de actividades y procesos humanos es dónde se visualiza la interacción o
relacionamiento entre los sistemas. Así también, el sistema ecológico posee su propia dinámica
que producen efectos sobre el sistema social, como las variaciones climáticas y transformaciones
naturales de la biosfera en general. Esta dinámica de interacciones se considera como un sistema
complejo adaptativo, es decir, son sistemas que se readaptan y auto-organizan continuamente sin
necesidad de centralizar el control. En este contexto, Morán (1990) se plantea “¿cuál es la unidad
de un estudio adaptativo: el individuo, el grupo doméstico, la sociedad o la especie? En la realidad
el proceso de adaptación permea todos esos niveles y puede ser observado en cualquiera de ellos.
Por lo tanto, la adaptación es un proceso comprensible en un nivel específico”. En resumen, la
Ecología humana puede presentarse como el estudio del rol del hombre sobre la naturaleza, o de
la naturaleza sobre el hombre, tomando este en su totalidad, en su “integridad” (Olivier 1981).
Por su parte, Kliksberg (2003), desde una perspectiva humana y social de la actualidad, también
plantea como uno de los problemas sociales para el desarrollo humano, la pobreza que “tiene
múltiples dimensiones, no es solo una carencia económica, entraña una violación de derechos
humanos en gran escala, derecho como el acceso a la salud, a constituir una familia y tener
estabilidad para ella”, a una adecuada nutrición, a una educación de calidad, a un trabajo digno y
estable, a la propia cultura, a ser escuchados y a participar. En este sentido Chambers (1983),
expresa que la pobreza está fuertemente influenciada por otros factores como ser la debilidad
física, mal nutrición, la vulnerabilidad, el aislamiento, entre otros (Figura 2).
La pobreza está dada por decisiones y políticas humanas. La falta de oficios dignos contribuye a los
altos niveles de pobreza y reduce las oportunidades de laborar y obtener ingresos superiores a los
establecidos por la línea de pobreza, para la mayoría de la población trabajadora (PNUD 2013). En
el sistema ambiental, otra área aguda de déficits son las condiciones ambientales básicas, se
presentan problemas de suministro de agua potable, saneamiento, infraestructura de transporte,
hacinamiento y contaminación ambiental. Se señala que las familias pobres habitan en los lugares
de mayor contaminación, con menos acceso a los servicios básicos, carentes de áreas verdes
propicios para la propagación de enfermedades.
Otros de los elementos del sistema social presentado en este artículo, es la tecnología,
considerado en la actualidad, un paradigma de la tecnología dominante, “La era de la tecnología”
(Francisco 2015:74) que trae aparejado grandes avances y posibilidades. Por otro lado, estos
cambios paradigmáticos han contribuido a numerosos males que limitan las acciones humanas.
Áreas como la medicina, las comunicaciones, la ingeniería, entre otros, han sido beneficiadas con
los avances tecnológicos, “La Tecnociencia”. Por otro lado, el avance tecnológico proporcionó un
gran poder al hombre, especialmente un poder económico. Se tiende a creer, según el autor “que
todo incremento del poder constituye un progreso, un aumento de seguridad, de utilidad, de
bienestar, de energía vital, de plenitud de valores, como si la realidad, el bien y la verdad surgieran
del mismo poder tecnológico”.
Pero el hombre tiene sus limitaciones; muchas veces no es consciente de sus restricciones. Todas
estas situaciones nos deberían poner ante nuevos desafíos que nos permita redefinir conceptos
mirando a los avances tecnológicos con discreción en donde la sostenibilidad tendría que ser la
clave de los avances. Así mismo, la especialización propia de la tecnología impide muchas veces
mirar las estructuras como un todo (Gómez et al. 2014) Estas fragmentaciones muchas veces
impiden resolver problemas complejos porque las soluciones son fragmentadas. En este sentido,
los problemas relacionados al sistema social y al ecosistema natural se ven afectados, puesto que
la complejidad de estos problemas no se abordan desde una mirada holística, sino más bien,
desde una estructura lineal limitada, los problemas ambientales y los problemas sociales no
podrán solucionarse con parches lineales y atomizados. En este sentido, la ecología humana
permite mirar esos avances con equilibrio apuntando a la sostenibilidad de los procesos
tecnológicos.
Por otro lado, la falta de mesura en ver al hombre como único centro, se transmitió muchas veces
como un dominio sobre el mundo limitando el fortalecimiento de un “Desarrollo Humano y
Social”, entiéndase el termino de desarrollo humano como el “progreso de las condiciones de vida
de las personas” (Tezanos et al., 2013). Por otra parte, PNUD (2013) considera a la persona en el
centro de desarrollo, la integralidad de sus elementos, como las capacidades, oportunidades y
opciones, además de sus ingresos o riquezas. El desarrollo de las sociedades abarca un conjunto
de dimensiones propias de la complejidad del ser humano (Arocena 2001).
Los problemas presentes, las crisis existentes requieren redefinir paradigmas y detenerse a pensar
en aspectos de una ecología humana integradora, que incorpore claramente las dimensiones
humanas y sociales (Francisco 2015) así también, es necesaria una política que piense con visión
amplia y que lleve adelante un replanteo integral, muchas veces la misma política es responsable
de su propio descrédito.
Por todo lo planteado, la ecología humana permite visualizar la problemática desde una
perspectiva holística que podría dar soluciones integrales a problemas como la pobreza, la
marginalidad y la exclusión social, el uso irracional de la tecnología y la falta de valoración a las
culturas locales.
Por lo que el desafío del desarrollo humano y ésta como parte de la ecología humana, se extiende
hacia la capacidad del propio sistema social donde se pretende abordar una participación
representativa para lograr el desarrollo orientado a fortalecer todos los componentes del sistema
social y el ecosistema, donde se desarrolla el ser humano como principal protagonista. La ecología
humana se inserta como una gerencia social para desarrollar alianzas entre el gobierno, el sector
privado y las organizaciones de la sociedad civil con el propósito de intervenir en actividades de
desarrollo comunitario y local. A través del acceso a educación, a servicios de salud, claves para la
construcción del capital humano. En este contexto, los aportes del desarrollo social contribuyen al
desarrollo humano al poner de relieve la heterogeneidad de los grupos sociales, mejorar la
compresión del contexto sociocultural, político e institucional en el que tiene lugar el desarrollo
humano.
Por otro lado, es necesario considerar a la cultura de un lugar en el sentido dinámico, prestando
atención al cuidado de las riquezas culturales, en su sentido más amplio; las culturas locales.
Considerar a la cultura en su sentido vivo, dinámico y participativo, que no puede excluirse a la
hora de repensar la relación del ser humano con el ambiente (Francisco:105).
Las problemáticas actuales como se plantea en este artículo, requieren de soluciones desde una
visión más amplia y profunda, en este sentido, desde el enfoque de la ecología humana se plantea
la perspectiva de los derechos de los pueblos y las culturas y así entender que el desarrollo de un
grupo social supone un proceso histórico dentro de un contexto cultural y requiere el
protagonismo desde los actores sociales locales, es decir, desde su propia cultura.
Por su parte Max-Neef (1986), plantea el desarrollo a escala humana donde el desarrollo se
sustenta en la satisfacción de las necesidades humanas fundamentales, en la generación de
niveles crecientes de auto-dependencia y en la articulación orgánica de los seres humanos con la
naturaleza y la tecnología, de los proceso globales con los comportamientos locales, de lo personal
con lo social, de la planificación con la autonomía y de la sociedad civil con el estado. Necesidades
humanas, auto-dependencia y articulaciones orgánicas, son los pilares fundamentales que
sustentan el desarrollo a escala humana. En ese sentido la ecología humana utiliza estos
elementos buscando lograr la transformación dejando la visión de la persona-objeto en persona-
sujeto del desarrollo.
Basado en los componentes de la ecología humana Gacitúa (2014) plantea desarrollar las
actividades con base comunitaria para facilitar y canalizar los recursos hacia las personas
vulnerables. El desarrollo humano sustentable debe cumplir con tres características principales
según apreciaciones de López et al.,(2006), en primer lugar debe ser socialmente participativo,
tecnológicamente limpio y ecológicamente impactante, es decir, el sistema social debe ser
promotor de su propio desarrollo, así mismo, cuando se utiliza una tecnología adecuada y en este
sentido la ecología humana debe ser un sujeto facilitador, de tal modo que los actores locales
identifiquen los satisfactores y atributos de desarrollo. Por último, debe ser económicamente
viable y sostenible, es decir, se debe basar en la búsqueda de alternativas que generen
rentabilidad económica sin destruir la riqueza existente en la sociedad.
Reflexiones finales
El análisis presentado en este trabajo, reflexiona sobre aspectos que hacen a la ecología humana y
su abordaje a elementos que componen el desarrollo humano y sociocultural; como parte de un
sistema integrado al ecosistema natural.
En primer lugar se destaca que la ecología humana actúa como un todo, abordando los problemas
o situaciones desde una estructura sistémica; y no desde una estructura lineal limitada, su mirada
holística permite visualizar problemas; situaciones y soluciones conjuntas dirigidas más que nada
al mejoramiento del ser humano. Permite plantear una visión del desarrollo humano de “ser más
aptos que antes” y no “ser más de lo mismo”.
La visión de la ecología humana no es encontrar una respuesta correcta a los problemas que
afronta el sistema social y natural contemporáneo, más bien, crear y facilitar el espacio mediante
la comunicación multidisciplinaria, basada en una visión holística, buscando dar sentido a la
contribución de las ciencias especializadas. La ecología humana debe ser el núcleo fundamental
desde su orientación natural, social y cultural para un ambiente creado por el ser humano,
preservando el valor cultural para el desarrollo, considerando que la cultura engloba aspectos de
identidad de las personas, y de las naciones.