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1 DEFINICION DE MAYORDOMIA
Hallamos tres términos en griego que nos pueden ayudar a aclarar la idea:
Conclusión:
Un Mayordomo es uno que conduce, uno que tiene autoridad, uno a quien se le
ha dado bajo su responsabilidad el cuidado de algo valioso.
Mayordomía cristiana es el reconocimiento de que todo es de Dios; de que El ha
puesto algunas cosas en nuestras manos y de que nosotros somos
responsables en administrar eso, devolviéndose a Dios en adoración y servicio.
En realidad nada es nuestro; todo pertenece a Dios. El es Creador y Sustentador
de todo. El debe, pues, ocupar el centro en todo. El principio de la mayordomía
significa que: cuanto soy, cuanto tengo y cuanto puedo es por Dios y para Dios.
A. Generosidad: La iglesia cristiana apenas había nacido cuando los cristianos empezaron
a vender sus posesiones y a compartir el dinero que recibían para suplir las
necesidades de los que no tenían suficiente(Hechos 4.32). Ésta es la actitud de cada
persona que se ha rendido por completo al señorío de Jesucristo. Debido a esta actitud,
cuando hay una necesidad dentro o fuera de la hermandad, los cristianos buscan
maneras de ayudar. Dios vive en ellos, haciéndoles abundar para su gloria porque
ponen todas sus cosas a disposición de quien se las ha encomendado.
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su vida. El cristiano se rinde incondicionalmente al señorío de Jesucristo. Si alguno
profesa ser cristiano, pero no demuestra por medio de su vida que Cristo es el Señor de
su vida y de las cosas que él posee, entonces tal persona no es cristiana. Los hombres
deben comprender que la salvación esese puente glorioso que los pecadores pueden
usar para cruzar desdeel reino opresor de Satanás al reino de Dios, donde Cristo
gobierna.Cuando alguien verdaderamente se convierte en cristiano, Cristoes el Rey de
su vida, Cristo manda en su vida, Cristo es Señor de suvida. Esa persona se convierte
en mayordomo humilde y fiel de todoslos recursos que Dios le ha dado.
C. Valores santificados:El hombre valora las personas de acuerdo con lo que puede ver
consus propios ojos. Pero Diosno valora así a las personas: “Jehová no mira lo que mira
el hombre;pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mirael
corazón” (1 Samuel 16.7). Dios hoy nos quiereenseñar que no debemos tomar en
cuenta ni la apariencia de un hombre nila abundancia de sus cosas para valorarlo.
Fíjese más bien en su carácter.En la iglesia, ni el dinero, ni los talentos, ni los dones
espirituales deben tener alguna parteen la valoración espiritual de un individuo. Sin
embargo, su uso de estascosas sí nos enseña algo acerca de su carácter. Toda la
superficialidad delsistema del mundo pierde su brillo cuando los hombres reconocen
quetodo es de Dios. Entonces ellos empiezan a apreciar a otros por lo queson en lugar
de por la cantidad de cosas que poseen.El buen mayordomo cristiano vive a base de
valoressantificados.
D. Alabanza y acciones de gracias:Dios nos manda muchas veces que debemos alabarlo y
darlegracias(Salmo 100.4). El primer paso hacia la incredulidad y la perversión que
sedescriben en Romanos 1 es el de ingratitud y falta de alabanza (véaseRomanos
1.21). Así que, no es de maravillarnos si Dios nos exhorta adarle gracias. (1
Tesalonicenses 5.18; Efesios 5.20).Dios también desea escuchar nuestras peticiones.
Él nos dice quedebemos pedir, buscar y llamar para recibir sus bendiciones. Si
lepedimos, entonces eso nos recuerda que toda nuestra vida depende deél. No somos
los dueños de nada, sino solamente mayordomos. Undueño nunca tiene que dar
gracias a nadie por las cosas que él tiene.En cambio, el mayordomo le debe todas las
gracias a su amo, pues élno posee nada. De la misma manera somos nosotros los
cristianos connuestro Padre celestial, quien es dueño de todas nuestras posesiones.
2.1. Los mayordomos son mayordomos de Dios.- En virtud de la creación y del bautismo;
por lo tanto, pertenecen a Dios.(Gn.1:1; Is 43:1; Ef. 2:8-10)
2.2. Los mayordomos son administradores y no dueños.- Los mayordomos de Dios han
recibido de Él la vida y los recursos para la vida, y se les ha dado el privilegio de
administrarlos para Él en forma responsable y con alegría. (Gn. 2:15; Sal. 24:1,
89:11; 1 Cr 29:14)
2.3. Los mayordomos son santos y pecadores.-Los mayordomos de Dios se regocijan y
disfrutan de lo que Dios les ha dado a través de la cruz. Al mismo tiempo, sus
mayordomos reconocen que son pecadores que luchan a diario con el pecado y sus
consecuencias. (Ef. 4:22-24; 1 Jn 3:1-2; Ro. 7:21-25; 1 Pe 2:9-10)
2.4. Los mayordomos son individuos y grupo a la vez.-Los mayordomos de Dios
reconocen que sus vidas no son vividas sólo en forma individual, sino que también
responden a Dios, y viven en una comunidad de fe para beneficio de todo el mundo.
(Ro. 12:4-5; 1 Co.12:12-13; 1 Pe.4:10;Gá. 6:10)
2.5. Los mayordomos son conscientes del presente y del futuro, del tiempo y de la
eternidad.- Los mayordomos de Dios viven intencionalmente a la luz del propósito
eterno de Dios, a la vez que están firmemente comprometidos con Su soberanía en
el aquí y ahora.(Mt. 6:19-21)
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ÁREAS QUE ABARCA LA MAYORDOMÍA
Hay muchas áreas que se debe administrar para darle la gloria a Dios, pero esta vez solo nos
limitaremos a estudiar algunas de ellas.
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2. LA VIDA DEL HOMBRE TIENE DOS OBJETIVOS (v. 15)
2.1 Amar a Dios: Jesús narró la historia de un hombre que conocía las Escrituras,
que había escuchado de Dios, que estaba cerca de Jesús, pero que no tenía un
corazón que amaba a Dios.(Lc.10:25-28)Este hombre durante su formación
había aprendido a preguntar bien y a responder hábilmente, pero no había
decidido obedecer a Dios. “Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y
vivirás”.(Lc.10:28). El amar a Dios involucra corazón, alma, fuerzas, mente.
¿Cómo puedes saber que amas a Dios? Cuando tu amor a Dios se
transforma en adoración, alabanza, oración, servicio.
¿Qué es amar a Dios? Veamos:
a) Es reconocer que ________________________________ (Gn. 2:7)
b) Es reconocer que _______________________________ (Job 12:10)
c) Es reconocer que ________________________________(Job 2: 6)
2.2 Amar al prójimo: Cuando uno aprende a consultar a Dios, la vida es guiada por
el fruto del Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad,
fe,mansedumbre, templanza; (Ga.5:22,23).De esta manera, Dios cambiala manera
de ver y de pensar, y esto conlleva a un cambio de actitud delante de las personas.
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LA MAYORDOMÍA DEL CUERPO
La Biblia contiene mucho texto acerca del sano vivir. A veces el hombre piensa que el
cuidado de su cuerpo es cosa estrictamente privada, y por tanto, nadie debe decirle cómo
cuidarlo. Este razonamiento es erróneo, por lo menos por dos motivos. Primero, Dios creó al
hombre a su imagen, como dice Génesis 1:26,27. Segundo, siendo los cuidadores de
nuestro cuerpo, debemos glorificarle a Él.
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“...debemos abordar el problema de ‘imagen’ de Dios en el ser humano desde dos puntos de vista: su esencia y su
función. En cuanto a su esencia, sugerimos que la imagen de Dios nos habla de la capacidad que tenemos para
relacionarnos con Dios. Dios nos ha estampado con algo que le permite entablar una relación íntima
connosotros...La ‘imagen’ en términos de función se puede ver en que el ser humano es colocado en la tierra como
representante de Dios ante toda la creación”. (Voth)
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un país, un faro es señal que hay un puerto; de igual manera nosotros
representamos a Dios por su imagen y semejanza puesta en nosotros.
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LA MAYORDOMÍA DE LOS BIENES Y EL DINERO
Las enseñanzas de la Biblia acerca del dinero o posesiones materiales son abundantes y
claras. El dinero que obtenemos como ganancia representa nuestro tiempo, nuestro trabajo,
nuestra inteligencia y nuestros talentos. Por manera que cuando somos buenos mayordomos
del dinero, prácticamente lo estamos siendo de todo.
Con respecto a este tema, hay tres cosas que tenemos que tener en cuenta:
A. En primer lugar, es necesario administrar el dinero y los bienes materiales regidos por
algunos principios financieros. El dinero en el hogar siempre ha sido motivo de
discusión, problemas y desacuerdos matrimoniales y familiares. Si un matrimonio logra
ponerse de acuerdo con respecto al dinero, ha logrado mucho. Pero si no hay acuerdo,
entonces se dará una mala administración, despilfarro, mezquindad, abuso y muchos
problemas.
“La mayordomía cristiana es el servicio que el cristiano rinde a Dios, reconociendo que
todo lo que es y se tiene es un regalo de Dios y debe ser administrado de acuerdo a su
voluntad y para su gloria”. Al analizar esta definición unido a otros pensamientos y
pasajes de la Biblia, surgen muchos principios sobre la administración del dinero en el
matrimonio, la familia e iglesia.
1. Debemos reconocer que todo lo que somos y tenemos es de Dios. (Ex. 16:4)Unido
el Salmo 24:1 a Santiago 1:16-17 se comprueba que nosotros somos dueños de
nada. El dinero jamás será suficiente para satisfacer las necesidades, aspiraciones,
anhelos y deseos. Así que, lo mejor que podemos hacer es entregarnos a Dios,
depender de él y esperar solo en él.No obstante, Satanás nos ha puesto la idea de
que siendo ricos seremos felices, y nosotros sabemos que no es así. La riqueza
nos pone como esclavo de otro señor, nos aleja del reino de Dios, y atrapa nuestro
corazón.
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generosamente a Dios, se vive confiando en que Dios proveerá para todas las
necesidades. Esto no debe matar el espíritu de superación, deseo de mejorar, solo
que se debe cuidar de no estar impulsado por la codicia o la avaricia.
C. En último lugar, al considerar el tema del dinero, hay dos vías de enfoque:
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años más tarde, cuando Dios le dio a Moisés la ley para el pueblo, el diezmo
formaba parte de ella (Levítico 27:80-32). Dios dijo: "El diezmo será consagrado a
Jehová." Todo lo que el hombre posee le pertenece al Señor, pero el diezmo es
consagrado para un uso especial.La ley del diezmo no ha caducado. Dios llama
"ladrones" a todos los que no traen los diezmos al alfolí de su casa (Malaquías 3:7-
10). Jesús no excluyó la ley de los diezmos en el Nuevo Testamento. El dar los
diezmos a Dios era una práctica vigente antes de la ley, y el principio de la gracia de
Dios no efectuó ningún cambio en ella. Por el contrario, Jesús apoyó la enseñanza
del diezmo. (Lea Mateo 23:23; Lucas 11:41, 42.) Él dijo: "Esto es necesario hacer,
sin dejar de hacer aquello."Los diezmos y las ofrendas son para la obra del
ministerio. Esto no queda a criterio de cada individuo para que haga lo que quiera.
(Lea también Hebreos 7:1-8; 1 Corintios 9:7-12; 16:2.)
Otro aspecto que tenemos que tener presente en todo momento es la provisionalidad de los
bienes materiales y el dinero. No sólo Salomón se refiere a la naturaleza efímera de las
posesiones materiales, también el apóstol Pablo amonesta a los cristianos a no sacrificarse por
adquirir riquezas terrenales temporales (1 Timoteo 6:6-10, 17, 18; Proverbios 27:24). Estas
declaraciones deberían ser consideradas seriamente por los que sólo piensan en lo material. Ni
siquiera el ser hijo de un rey es garantía sólida, porque ningún reino ni ninguna monarquía dura
para siempre. Cuando dejemos esta vida no podremos llevarnos las cosas que poseemos.
(Eclesiastés 2:18.)
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LA MAYORDOMIA DEL TIEMPO
El tiempo es un regalo que Dios nos da a todos, sin hacer distinción. Cada persona, sin
importar su condición social, económica, educativa, etc., recibe veinticuatro horas en el día
para desempeñar sus diversas actividades. Como el tiempo es algo que Dios nos ha dado,
entonces nosotros tenemos que reconocer que Él es el más indicado para decirnos cómo
debemos utilizarlo. ¿Qué hacemos con nuestro tiempo? Pablo el Apóstol nos da una
exhortación al respecto. Dice él: “Aprovechad bien el tiempo, porque los días son malos” –
Efesios 5:16. Dios desea que utilicemos el tiempo de una manera sabia conforme a su
voluntad. Él nos lo ha concedido (Salmo 31:15) y por tanto nuestro tiempo le pertenece. El
Señor espera de nosotros una buena mayordomía de un bien tan preciado y escaso.
Jesús dedicaba tiempo a Dios aun cuando estaba muy ocupado: “Levantándose
muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí
oraba” (Marcos 1.35).
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2. Su tiempo libre
Cada uno de nosotros tenemos que desempeñar una serie de labores que nos van
a permitir desarrollarnos como personas y/o profesionales; no obstante, nuestro
cuerpo también necesita separar un buen tiempo para poder descansar y
recuperar fuerzas. Es por ello que nosotros necesitamos de un tiempo libre para
beneficio de nuestro cuerpo.
B. ESTABLEZCA UN HORARIO
Dios espera que nosotros le dediquemos tiempo, tiempo para desarrollar nuestra
amistad personal con Él, tiempo para la extensión de Su reino, tiempo para las
necesidades de otros. ¿No tienes tiempo para nada de esto? Tal vez es el momento de
hacer una revisión de tu mayordomía en esta área. Tal vez estás dedicando tu tiempo
tan sólo a tus propios asuntos y has olvidado los de tu Señor.
El mayordomo sabio sabe que si desea utilizar bien el tiempo que Dios le da, él tiene
que establecer un horario para que no termine desperdiciando las horas del día. El buen
mayordomo sabe estimar el valor de cada actividad y así es como divide el tiempo
disponible, repartiendo a cada actividad la cantidad de tiempo que le corresponda según
su importancia.
Como cristianos, nosotros reconocemos que Dios dispone cada momento de nuestras
vidas. Pero esto no quiere decir que no debemos planear nuestras vidas conforme a lo
que entendemos acerca de la voluntad de Dios. El Señor desea que nos esforcemos en
aprovechar bien el tiempo (véase Efesios 5:16–17).
C. REFLEXIÓN
La Biblia ofrece muchas enseñanzas positivas acerca del uso del tiempo. Ella menciona
muchas cosas de valor en las cuales podemos ocuparnos a diario. Si seguimos
ocupados en estas cosas de valor, nosotros aprovechamos bien el tiempo para nuestro
beneficio y la honra y la gloria de Dios.
¿Eres consciente de que has de dedicarle una parte de tu tiempo a Dios?
¿En qué medida el conocimiento de la voluntad de Dios nos ayuda en el correcto
uso de nuestro tiempo?
¿Entiendes en qué manera Dios espera que le dediques tiempo?
¿Tienes un tiempo reservado para dedicarlo a la obra de Dios por medio de la
evangelización, el discipulado u otras necesidades que Dios pueda mostrarte? En
caso negativo, ¿qué pasos prácticos puedes dar para cambiar la situación?
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MAYORDOMÍA DE LA LENGUA
¿Qué dice la palabra de Dios de la lengua? En Santiago 3:3-5 encontramos que dice
“He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y
dirigimos así todo su cuerpo. Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de
impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna
quiere. Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He
aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!”
Santiago compara nuestra lengua con el freno en la boca de los caballos y con el timón
de un barco. A dondequiera que el capitán del barco dirige el pequeño timón, el inmenso barco,
de muchas toneladas de peso, irá. Funciona de la misma manera con los caballos. Puedes
poner a un niño de diez años que pese 25 kilos sobre un caballo de 700 kilos. Si el niño sabe
cómo sostener las riendas y jalar el freno, él controlará al caballo y lo dirigirá a donde quiera ir.
Las palabras tienen el poder de sanar, animar, ayudar y enseñar; y a la inversa, también
pueden confundir, herir o perturbar la vida. Desafortunadamente, a menos que estemos bajo el
control del Espíritu Santo, nuestras palabras se inclinarán por naturaleza más a herir que a
sanar.
Hay muchos temas para poder reflexionar acerca de nuestra lengua:
2. NUESTRAS PALABRAS TIENEN PODER.- En Prov. 18:21 nos dice “La muerte y la
vida están en poder de la lengua, Y el que la ama comerá de sus frutos”. Esforcémonos
por hablar cosas positivas, declarando bendición sobre nosotros, sobre las personas
que tenemos a nuestro lado, y no confesemos cosas que destruyan la vida.
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4. LA LENGUA, EN SU MAL USO, ES MUY PELIGROSA POR SER INDOMABLE.- Tres
cosas expresa la Palabra de Dios en Santiago 3: 6-8:
La Biblia nos enseña que el mal uso de nuestra lengua tiene la capacidad de
corromper todo nuestro ser completo, y es por eso que Santiago lo compara
como un fuego inflamado. Las palabras ardientes o mal expresadas llegan a
destruir relaciones, afectan nuestras familias, nuestra iglesia, amistades
preciosas, crean inseguridad en la gente. La seguridad, la felicidad y la paz son
bien vulnerables a la contaminación de la lengua.
Pero la lengua no sólo quema cuando se usa mal, sino que será difícil para
controlarla una vez que está suelta. Pero qué difícil les es al hombre a veces
domar su propia hablar.
También nos enseña la Biblia que el mal uso de la lengua es como un veneno
mortal. El poder de la lengua es a veces comparado con el veneno de una
víbora. Su veneno paraliza todo el sistema nervioso hasta detener el corazón.
Mis hermanos, las palabras pueden tener este mismo efecto. Tienen el poder de
matar rápidamente una relación, paralizar el amor, envenena la mente, destruye
la fe, mancha la pureza y estropea el testimonio de otros.
CONCLUSIÓN.-
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MAYORDOMÍA DE LOS DONES Y TALENTOS
Un don es una dádiva o regalo especial dado a la persona por Dios por medio de su Espíritu
Santo que sirve para edificar y ayudar al cristiano.
Un talento es una habilidad o un entendimiento especial que tiene una persona.
LA RESPONSABILIDAD DE UN ESPOSO
MAYORDOMÍA
Allí está. El título del sermón era “La Mayordomía,” y tú sabes por instinto que es otra vez la
época del año cuando el pastor trasquilará a las ovejas de Dios. Para mucha gente la palabra
mayordomía es sinónimo con las palabras dar, dinero, finanzas. Pero desde la perspectiva de
Dios es mucho más. Hay una necesidad definitiva de mayor entendimiento del Principio de la
Mayordomía.
El principio de la mayordomía comprende la madurez y el carácter de uno. La presencia o la
falta de ella tiene efectos de mucho alcance en la vida de cada esposo. Una de las quejas
principales que oigo de las esposas en los matrimonios con problemas es que el esposo no es
fiel en lo que concierne a metas razonables, y en las responsabilidades dadas por Dios en su
matrimonio y/o en su vida en general.
A menos que como hombres de Dios aprendamos a convertirnos en mayordomos fieles, no
seremos capaces de cumplir nuestras responsabilidades como esposos, y tendremos muchos
pecados y fallas con las cuales contar. La buena mayordomía es un sendero necesario hacia la
utilidad a Dios y Su Reino.
Una Definición Adecuada
Mayordomía y mayordomo no son palabras comúnmente usadas hoy. Un “mayordomo” es
definido por un diccionario como una persona que maneja o atiende la propiedad de otro o sus
asuntos financieros. En la Biblia, la palabra griega para mayordomo es oikonomos, que
significa un distribuidor en la casa, un supervisor, un gerente, o un empleado o agente en esa
capacidad. Ser un mayordomo es realmente ser un siervo de alguien más y de los intereses de
alguien más.
Aquí radica nuestro mayor problema como hombres y mujeres de esta época. El orgullo y el
egoísmo usualmente obstaculizan el estar ocupados con los intereses de alguien más, ¡y
obstaculizan el reconocer que lo que tengo no es “mío”! Tendemos a tener un muy fuerte, y
equivocado, sentido de posesión acerca de esas cosas que nos han sido simplemente
confiadas a nosotros. Cuando pensamos en los dones que Dios nos ha dado (incluyendo
nuestras esposas) como nuestros y para nuestro beneficio, podemos equivocadamente
concluir que podemos decidir cual es o no es nuestra responsabilidad concerniente a ellos.
Podemos pensar que tenemos el derecho a hacer con estos dones lo que nos plazca.
De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan. Salmo 24:1
En la actualidad, Dios ha hecho muy claro que nadie tiene nada a menos que El lo haya dado o
permitido (1 Corintios 4:7). A Dios le pertenecen todas las cosas y tiene control sobre todas las
cosas (Colosenses 1:16). Porque El tiene autoridad sobre ella, El puede demandar fidelidad.
Dios dice que cada mayordomo debe ser fiel en el manejo que lo que se le ha dado.
Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel. / 1
Corintios 4:2
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La fidelidad será recompensada. Existen muchas recompensas naturales a la fidelidad. Por
ejemplo, vivir con tu esposa en una manera comprensiva resultará naturalmente en una mejor
relación con ella diferente que si vives con ella en una manera áspera e inconsiderada.
También, Dios dice que El personalmente recompensará la fidelidad cuando lleguemos al
Cielo. Las recompensas que recibimos serán determinadas por nuestro nivel de fidelidad a Sus
mandamientos.
La obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el
fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si
permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. 1
Corintios 3:13–14
Con todas estas cosas en mente, podemos definir la mayordomía bíblica en esta manera:
Manejando, manteniendo, y haciendo lo máximo de lo que Dios nos ha encomendado para el
avance de Sus intereses, mientras anhelamos la recompensa futura.
¿Que Te Ha Encomendado Dios?
Dios por su gracia te ha dado muchas cosas. El desea que tu disfrutes de estas cosas y que
seas bendecido por ellas (1 Timoteo 6:17). Sin embargo, junto con cada cosa que Dios te ha
dado, El demanda fidelidad de acuerdo a sus estándares, y no los del hombre. Tu fidelidad está
basada en tu obediencia a la Palabra de Dios (1 Samuel 15:22). En todas las áreas en las
cuales Dios te ha bendecido, El también te ha dado instrucciones claras a seguir. ¿Qué te ha
encomendado Dios?
Tu eres un mayordomo de Pero ellos son
La Palabra de Dios ha hecho claro que tu eres solamente un mayordomo de estas cosas. Si, El
te ha dado estas cosas para que las disfrutes, pero solamente mientras las uses para cumplir
Sus propósitos. Las cosas que El nos ha dado son principalmente para Su Gloria y el bien de
otros, no para nosotros mismos (1 Corintios 10:31; Gálatas 5:13). Un enfoque egoísta siempre
resultará en una falta de fidelidad. ¿Cómo ves tú las cosas que Dios te ha dado?
Debemos tomar nuestra responsabilidad en lo concerniente a todo lo que Dios nos ha dado
muy en serio. Miremos que tan serio toma Dios nuestra fidelidad en tan solo una de estas
áreas. Dios nos ha dado nuestras familias. Con este regalo vienen muchas responsabilidades.
La responsabilidad de proveer para tu familia es solo una de esas responsabilidades. ¿Qué
dice Dios acerca de aquel que perezoso y/o irresponsable y que no trabaja para proveer para
su familia?
Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha
negado la fe, y es peor que un incrédulo.
1 Timoteo 5:8
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Cada mandato que Dios ha dado concerniente a los dones que nos ha confiado es un asunto
serio (1 Juan 2:4). Algunos hombres estarán decepcionados al final de sus vidas cuando la
mayor parte para lo que han vivido será quemado (1 Corintios 3:13–15). Todo lo que
permanecerá son esas cosas que se han hecho para Cristo. Un día, todos daremos cuenta
concerniente a nuestras vidas y a nuestra fidelidad.
De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.
Romanos 14:12
El Remedio de la Futilidad
Para el creyente, la utilidad es la razón de Dios por habernos dejado aquí en vez de llevarnos a
nuestro hogar en la Gloria (Filipenses 1:21–25). Dios pretende que cada sea fructífero (2 Pedro
1:8). La inutilidad, sin embargo, conduce a la futilidad.
Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé
para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho
debajo del sol. Después volví yo a mirar para ver la sabiduría y los desvaríos y la
necedad; porque ¿qué podrá hacer el hombre que venga después del rey? Nada,
sino lo que ya ha sido hecho. / Eclesiastés 2:10–11
Muchos hombres alcanzan una etapa en sus vidas donde están descontentos y desilusionados
con la vida como la conocen, especialmente en sus matrimonios. Algunos completamente se
abruman con un sentido de futilidad. Como resultado, pueden buscar un cambio en sus vidas
en maneras drásticas. Un cambio total en la apariencia, un nuevo carro deportivo, y una mujer
nueva, desafortunadamente, no son meros clichés. El mundo se refiere a este tiempo como “la
crisis de la edad media.” En realidad estas acciones son usualmente el resultado de una falta
de fidelidad hacia Dios, a sus esposas, y a las metas correctas en la vida. Un esposo ejemplar
tendrá las metas correctas y buscará aplicarlas fielmente en su matrimonio como en todo lo que
Dios le ha dado. Estas metas correctas pueden ser resumidas como caminar con Dios y darle
gloria (2 Corintios 5:9). ¿Son estas tus metas en la vida y en tu matrimonio?
Un Poco de Esperanza
Debemos recordar que Dios desea darnos la gracia (ayuda) que es necesitada para aprender
la fidelidad (Hebreos 4:14–16). El sabe que la fidelidad será un proceso de crecimiento.
Estamos siendo fieles si estamos activamente buscando la fidelidad. Sin embargo, debemos
reconocer en humildad que no podemos hacerlo en nuestra propia cuenta (Juan 15:5).
Debemos pedirle a Dios que nos enseñe y nos ayude a llevar a cabo su voluntad. Dios será fiel
en hacer esto si somos sinceros acerca de nuestro deseo de andar de acuerdo a Su palabra
(Salmo 27:4–5, 8–9).
Mientras dependemos en que Dios haga su parte debemos también en oración hacer nuestra
parte. Nuestra parte es deshacernos de cualquier obstáculo para una buena mayordomía y
comprometernos a trabajar diligentemente hacia la fidelidad. Deshacernos de los obstáculos
significa hacer batalla con nuestra carne (nuestro propio panorama y actitud independiente que
no quiere seguir los caminos de Dios; Romanos 8:13; Gálatas 5:16). Debemos ser vigilantes de
las artimañas de Satanás para seducir nuestra carne (1 Pedro 5:8). Sobretodo, debemos estar
listos para negar nuestra carne aun cuando sea doloroso hacerlo.
Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los
deseos carnales que batallan contra el alma, 1 Pedro 2:11
Despojándonos de los Obstáculos para la Fidelidad
Todos los obstáculos para la fidelidad son pecados carnales de los que debemos despojarnos.
Estos pecados serán un impedimento para llevar gloria a Dios, para permitirnos ser de utilidad,
y para recibir nuestra recompensa celestial.
En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está
viciado conforme a los deseos engañosos. Efesios 4:22
DESPOJAR:
Pecado Evidencias
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• Ser defensivo cuando se es confrontado acerca de la falta de
fidelidad
• Egoísmo • Preocuparte más por tus propios deseos y preferencias que por
los deseos de Dios y por las necesidades y peticiones de los
demás.
Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando
cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo
suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.
Filipenses 2:3–4
• Escoger relajarte, o dormir, en vez de hacer lo que sabes que debes hacer
(cuando te es posible hacerlo).
• Postergar
El alma del perezoso desea, y nada alcanza; Mas el alma de los diligentes será
prosperada.
Proverbios 13:4
• Derrochar
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• No hacer lo que Dios quiere porque alguien mas puede
no gustarle, lo cual puede resultar en conflicto o en no ser
aceptado o apreciado.
Justicia Evidencias
1. Arrepentimiento Señala una área que Dios te ha confiado en la cual tu sabes que
necesitas ser mas fiel.
2. Estudio Estudiar y meditar diariamente las Escrituras que traten con esta área.
¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra. Con todo mi
corazón te he buscado; No me dejes desviarme de tus mandamientos. En mi
corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti.
Salmo 119:9–11
Salva, oh Jehová, porque se acabaron los piadosos; Porque han desaparecido los
fieles de entre los hijos de los hombres. Habla mentira cada uno con su prójimo;
Hablan con labios lisonjeros, y con doblez de corazón. / Salmo 12:1–2
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5. Planificación Haz un plan especifico de cómo vas a seguir los principios de Dios
(un plan de despojo y adopción)
La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las
tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. Andemos como de día, honestamente;
no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y
envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la
carne. Romanos 13:12–14
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trágico es cuando los miembros de la iglesia dan sólo por obligación y se olvidan de que las
ofrendas tienen que ser sacrificios espirituales presentados ante el Señor (Filipenses 4:18). La
ofrenda debería ser un acto de adoración al Señor resucitado y ascendido a los cielos.
El dar debe ser sistemático. Algunos estudiosos han sugerido que, en aquella época de la
historia, a muchas personas se les pagaba el primer día de la semana. Pero aunque no
hubiese sido así, cada creyente tenía que colocar aparte su ofrenda en su casa y luego llevarla
a la asamblea el primer día. Pablo no quería tener que realizar una serie de colectas al llegar a
Corinto. Quería que toda la contribución estuviese preparada. Si los miembros de la iglesia de
la actualidad fuesen tan sistemáticos en sus ofrendas como lo son en el manejo de sus otros
aspectos financieros, la obra del Señor no sufriría como lo hace en algunas ocasiones.
El dar era personal e individual. Pablo esperaba que cada uno de los miembros
participara en la ofrenda, así el rico como el pobre. Cualquiera que tuviese una entrada de
dinero tenía el privilegio de compartir y ayudar a los que padecían necesidad. Él quería que
todos participaran de la bendición.
El dar tiene que ser proporcional. “Según haya prosperado” (v. 2) sugiere que los
creyentes que tienen más, deben dar más. Los creyentes judíos que estaban en la iglesia quizá
hayan estado acostumbrados al diezmo, pero Pablo no mencionó ningún porcentaje especial.
Indudablemente, el diezmo (el 10 por ciento del ingreso personal) es un buen punto de partida
para comenzar nuestra mayordomía, pero no debemos quedarnos en ese nivel. A medida que
el Señor nos da más, deberíamos planear dar más también.
El problema es que muchos creyentes, al ganar más, se comprometen en mayores
obligaciones financieras y luego no tienen más para darle al Señor. En vez de hallar un nivel
adecuado y permanecer allí, continúan tratando de subir más, gastando sus ingresos en lugar
de invertirlos. Tal como dice el antiguo adagio: “Cuando tus salidas exceden tus entradas, tu
subida es tu caída”.
En 2 Corintios capítulos 8 y 9 Pablo dejó en claro que la ofrenda del creyente es una gracia,
la expresión de la gracia de Dios en nuestra vida, y no el resultado de promociones o
presiones. Un corazón abierto no puede mantener una mano cerrada. Si valoramos la gracia de
Dios que se extendió hacia nosotros, entonces tendremos deseos de expresar esa gracia
compartiendo con los demás.
El dinero tiene que ser manejado honradamente. Las diferentes iglesias involucradas en
esta ofrenda especial designaron delegados para ayudar a Pablo a manejar el dinero y llevarlo
a Jerusalén. (Ve en 2 Corintios 8:16–24 más información acerca de la comisión financiera que
ayudaba a Pablo.) Es lamentable cuando vemos que algunas obras cristianas pierden su
testimonio debido a la mala administración de los fondos que se les confían. Todo siervo
debería ser serio en lo referente a cuestiones financieras. Pablo tenía mucho cuidado de no
permitir que sucediera nada que les diera a sus enemigos la oportunidad de acusarlo de robar
fondos (2 Corintios 8:20–21).
Esto explica la razón por la cual Pablo alentaba a las iglesias para que participaran en la
ofrenda y escogieran representantes confiables para ayudar en la administración de la misma.
Pablo no estaba en contra de la ofrenda personal individual. En este capítulo, como así
también en Romanos 16, él nombró a diferentes individuos que lo ayudaban personalmente.
No hay duda de que esto incluía la ayuda dada a él para sus necesidades financieras. Pero en
términos generales, la ofrenda cristiana tiene su centro en la iglesia. Hay muchas iglesias que
alientan a sus miembros para que den sus ofrendas especialmente designadas a través del
fondo de la iglesia.
Es interesante observar que Pablo mencionó la ofrenda justo después de su exposición
acerca de la resurrección. En los manuscritos originales no había división en capítulos, así que
los lectores pasaban directamente del himno de victoria de Pablo al tema referente al dinero.
La doctrina y el deber van juntos, al igual que la adoración y las obras. Nuestra ofrenda “no es
en vano” porque nuestro Señor vive. Es el poder de su resurrección lo que nos motiva a dar y
servir.
Oportunidades (1 Corintios 16:5–9)
“Así que tengan cuidado cómo viven, no como necios sino como sabios, aprovechando al
máximo cada oportunidad, porque los días son malos” (Efesios 5:15–16, NIV). Pablo era tan
cuidadoso en el uso del tiempo como lo era en cuanto al dinero. Alguien ha dicho que matar el
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tiempo es la principal ocupación de la sociedad moderna, pero ningún creyente puede darse el
lujo de matar el tiempo ni de desperdiciar oportunidades.
Pablo les informó a sus amigos de Corinto acerca de sus planes en cuanto al ministerio y
viajes futuros. Vale la pena observar que sus declaraciones eran muy tentativas: “Si fuere
propio… podrá ser que… donde haya de ir… pues espero”. Desde luego, todo el plan dependía
de la guía providencial de Dios: “Si el Señor lo permite”. La actitud de Pablo en cuanto a sus
planes futuros estaba de acuerdo con los mandatos de Santiago 4:13–17.
Pablo estaba en Éfeso cuando escribió esta carta. Su plan era viajar a Macedonia para
tener un tiempo de ministerio (“pasando por” que aparece en el versículo 5 significa viajar con
un ministerio sistemático), pasar en Corinto el invierno, y luego ir a Judea con la ofrenda. Era
imposible viajar en barco entre noviembre y febrero, así que habría sido conveniente que Pablo
se quedara en Corinto y estuviese con sus amigos. Había algunos problemas que resolver en
la iglesia, y Pablo había prometido que iría para ayudar a los líderes (1 Corintios 11:34).
Sin embargo, diferentes circunstancias obligaron a Pablo a revisar sus planes por lo menos
en dos oportunidades. Su Plan B fue visitar Corinto, luego viajar por Macedonia y pasar por
segunda vez por Corinto camino a Judea (2 Corintios 1:15–16). En lugar de una sola visita
extensa, planeó dos visitas más breves, pero aun este plan no se concretó. El Plan C resultó
ser una visita rápida y penosa a Corinto, después de lo cual regresó a Éfeso. Luego fue a
Troas para esperar a Tito (quien había sido enviado a Corinto, 2 Corintios 2:12–13; 7:5ss.),
visitó Macedonia y más tarde fue a Judea. No pasó tanto tiempo en Corinto como hubiese
deseado o esperado.
¿Qué aprendemos a partir de esta difícil experiencia de Pablo? Por un lado, el creyente
debe utilizar el sentido común, orar, analizar la situación y buscar la mejor manera de poder
determinar cuál es la voluntad de Dios. Proverbios 3:5–6 (“no te apoyes en tu propia
prudencia”) no se debe interpretar como que está diciendo: “¡Coloca tu mente en punto muerto
y no pienses!” Dios nos dio la mente y espera que la utilicemos, pero no quiere que
dependamos solamente de nuestro propio razonamiento. Debemos orar, meditar en la Palabra
e inclusive buscar el consejo de amigos creyentes maduros.
En segundo lugar, quizá nuestras decisiones no siempre estén dentro de la voluntad de
Dios. Tal vez hagamos promesas que no podemos cumplir y planes que no seamos capaces
de concretar. ¿Significa esto que seamos mentirosos o que fallemos? (Algunos de los
creyentes de Corinto pensaban que Pablo era un engañador y no se podía confiar en él. Ve 2
Corintios 1:12–2:13.) En mi propio ministerio he tenido que cambiar los planes y alterar el
calendario debido a situaciones que estaban fuera de mi control. ¿Significaba esto que yo
había estado fuera de la voluntad de Dios al hacer mis planes? No necesariamente es el caso.
Aun un apóstol (que había estado en el cielo y había regresado) ocasionalmente tenía que
hacer cambios en su agenda.
Hay dos extremos que debemos evitar en este importante asunto de buscar la voluntad de
Dios. Uno se refiere a tener tanto temor de cometer un error que no se toma absolutamente
ninguna decisión. El otro es adelantarse a tomar decisiones impulsivas sin ocupar tiempo para
esperar en el Señor. Una vez que hayamos hecho todo lo posible para determinar la voluntad
del Señor, entonces debemos decidir y actuar, y dejar el resto en las manos del Señor. Si en
algún sentido estamos fuera de su voluntad, él obrará de tal manera que finalmente tendremos
su dirección. Lo importante es que sinceramente queramos hacer su voluntad (Juan 7:17).
Después de todo, él nos guía “por amor de su nombre” (Salmo 23:3). Si él permite que nos
descarriemos, es su reputación la que sufre.
Pablo tenía una puerta abierta de ministerio en Éfeso, y esto era muy importante para él.
Quería ir a ganar a los perdidos en Éfeso y no mimar a los salvos en Corinto. (En cuanto a
puerta abierta, ve Hechos 14:27; 2 Corintios 2:12; Colosenses 4:3; Apocalipsis 3:8.) Pablo no
era ni optimista ni pesimista, sino realista. Veía tanto las oportunidades como los obstáculos.
Dios había abierto una “puerta grande y eficaz”, y Pablo quería aprovechar las oportunidades
mientras aún existieran.
Un antiguo proverbio romano dice: “Mientras nos detenemos a pensar, a menudo perdemos
la oportunidad”. Una vez que sabemos qué hacer, entonces debemos hacerlo sin dilaciones.
Generalmente podemos pensar en muchas razones (o excusas) para no actuar. Aunque Pablo
se hallaba en peligro estando en Éfeso (1 Corintios 15:32), había planeado quedarse allí en
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tanto la puerta estuviese abierta. Al igual que un comerciante sabio, tenía que acaparar la
oportunidad antes de que desvaneciera y no volviera nunca más.
La mayordomía de las oportunidades es importante. El creyente en forma individual, y la
iglesia como familia, deben preguntarse constantemente: ¿Qué oportunidades nos está dando
Dios en el día de hoy? En lugar de quejarnos por los obstáculos, deberíamos aprovechar las
oportunidades y dejar los resultados en manos del Señor
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tabernáculo incluyendo el sostén de los levitas (Levítico 27:30–32; Números 18:24–28;
Deuteronomio 12:6, 11, 17, 19; 14:22–23; 27–29; 26:12).
Lamentablemente lo olvidaron reiteradas veces (Nehemías 13:10–11; Malaquías 3:8–10),
pero al restaurar la generosidad a Dios la bendición volvía a manifestarse (Nehemías 10:37–
38; 12:44; 13:5, 12).
Este hermoso antecedente merece ser estudiado y puesto delante del Señor como una
experiencia maravillosa para nosotros. Es en consecuencia pertinente, estudiar con cuidado el
tema y considerar las siguientes conclusiones de 1 Corintios 16:1–2:
1. Se debe ofrendar con sistematicidad: “cada primer día de la semana”.
2. Se debe ofrendar con individualidad: “cada uno de vosotros”.
3. Se debe ofrendar con responsabilidad: “ponga aparte algo”.
4. Se debe ofrendar con honestidad: “según Dios lo haya prosperado”.
5. Se debe ofrendar con determinación: “guardándolo”.
6. Se debe ofrendar con propósitos: “para que cuando yo llegue no se recojan entonces
ofrendas”.
4. Nuestras buenas obras
“Hacer bien y de la ayuda mutua … de tales sacrificios se agrada Dios” – Hechos 13:16.
Este es el sacrificio que debemos siempre tener en cuenta para cumplimentar los
propósitos de Dios (Efesios 2:10). El deber del bien hacer debe estar siempre en nuestras
mentes (Colosenses 1:10; 2 Tesalonicenses 2:17); no tenemos que olvidar que El se agrada
cuando nuestra fe (Hechos 11:6) se manifiesta a través de nuestras obras (Santiago 2:16–18).
CONCLUSION
Hemos dedicado espacio a la consideración de uno de los temas más destacados del Nuevo
Testamento. Dios nos ha constituido en sacerdotes y la primera ofrenda somos nosotros
mismos, rendidos en su altar. Las bendiciones espirituales que provienen de su señorío son
inmensas y se derraman sobre los que aprenden a ponerle en primer lugar ofreciéndose en
sacrificio vivo. Dios nos ayude a no defraudarle.2
LA MAYORDOMÍA DE LA FAMILIA
Introducción:
—Hace 52 años, en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, se escribía: «La
familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de
la sociedad y del Estado» (artículo 16, 3). Este texto se escribió después de la segunda guerra
mundial.
Hoy en día no es claro el tema de la familia. Los homosexuales opinan que la estructura de la
familia es un impedimento para el desarrollo de su familia.
La Biblia cuando se refiere a la familia no se refiere a una persona sino a un grupo,
“clan”(Gn.8:18,19) (Gn.12:3), no se refiera a un país, sino a una raza, a un genero. Somos
parte de una familia, queremos una familia pero no consideramos al autor de la familia.
La familia es una institución divina que tiene virtudes divinas. Hoy vamos a considerar 4
principios acerca de la familia.
Dominio del sol y la luna sobre el día y la noche (Gn.1:18). De una persona a otra
(Gn.3:16;37:8). De Dios sobre toda la creación (Sal.66:7). En estos tres textos lo que resalta es
la manera como se dirige, se guía.
En la familia hay alguien que guía y hay alguien que aprende, hay alguien que habla y otro que
escucha, hay alguien que da las órdenes y otra la obedece.
Los hogares de hoy en día están en desorden no hay autoridad, no hay respeto, no hay
voluntad de cambio.
Los hogares de hoy en día experimentan la violencia, se dice que el 80% de violaciones se
produce por familiares.
2
Yoccou, R. C. (1994). Del púlpito al corazón (Primera edición., pp. 225–228). Miami, FL: Editorial Unilit.
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Cuando los ciudadanos viven en familia un país avanza, el poder de la Familia es el poder de
desarrollar capital humano y social. La familia es resultado de lo que sus miembros hacen en
los momentos concretos y en tiempo presente de la vida diaria.
Los hijos deben obedecer y respetar y los padres deben dirigir a la familia y entre todos debe
haber respeto(Ef.6:1-4)
Aplicación:La familia no es un lugar de tiranía, sino un lugar par dirigir, para construir. En la
familia hay una línea de autoridad que se debe respetar y aplicar. Pero quiero que sepáis que
Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de
Cristo (1Co.11:3)
Aplicación: La familia nos da hijos, ciudadanos y nos dio un Salvador, no se debe permitir que
una familia se divida o destruya (Mt.5:28-30). Traigamos hijos a este mundo y no los
descuidemos, y no nos convirtamos en hijos desobedientes (Col.3:5)Siemprehagamosbien a
las familias y mayormente a los creyentes en Cristo (Gal.6:9,10)
La vida de la persona y luego las vidas de toda la familia viene de una procreación natural y no
artificial. Promovamos la procreación natural, cuidemos a los matrimonios animemos a no
separarse. Enseñemos que la familia es de mamá, papá e hijos). No permitamos que un
hombre diga “soy la mama” y una mujer que diga “soy el papá”.
La familia viene de una sola raza, la “patria” en la Biblia se refiere a un pueblo grande que
viene de un patriarca. Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor
Jesucristo, 15de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra (Ef.3:14,15)
(Hch.3:25)
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Aplicación: No permitamos el racismo, sino promovamos la unión, el compañerismo,
(Hch.2:41-47). Ayudemos a nuestros hijos a ser honestos y elevemos su autoestima de
persona y así sean participantes activos de una sociedad con valores.
Tenemos un apellido porque tuvimos un padre, tenemos una patria porque tuvimos un
patriarca. Somos un linaje de Dios, porque somos de Cristo (1Pedro 2:9)
Ilustración: Los medios de comunicación denuncian la inmoralidad que existe, pero también
promueven la inmoralidad, por ejemplo dicen que “el sexo libre es honesto y hermoso”, El
divorcio es el medio correcto para terminar con un matrimonio aburrido, el aborto es efectivo
para terminar con un niñono deseado, el alcohol y las drogas es un medio de diversión, la
Homosexualidad es una buena opción sexual y que el ocultismo es buen medio para conseguir
ayuda.
El hombre de hoy esta preocupado, porque no encuentra una ética en cuanto a la vida y a la
familia, por ello existe una ciencia “bioética” (bios = vida, ethos = ética, costumbre), quieren
regular normas para conservar la vida, pero no se dan cuentan que Dios ya los estableció en la
Biblia.
Lo único que tiene que hacer todo hombre es lo que hizo Josué;Ahora, pues, temed a Jehová y
servidlo con integridad y verdad; quitad de en medio de vosotros los dioses a los cuales
sirvieron vuestros padres al otro lado del río y en Egipto, y servid a Jehová. 15Si mal os parece
servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros
padres cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra
habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová(Josué 24:14,15)
CONCLUSIÓN:
Aunque sientas el cansancio, aunque el triunfo te abandone, aunque un error te lastime,
aunque una traición te hiera, aunque una ilusión se apague, aunque el dolor queme tus ojos,
aunque ignoren tus esfuerzos, aunque la ingratitud sea la paga, aunque la incomprensión corte
tu risa, aunque todo parezca nada... vuelve a empezar por tu familia, para tu familia y con tu
familia.
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