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Infecciosas
Grandes Sx geriátricos
Sensibilización
Presión Arterial Alta: es una afección grave que puede causar enfermedad
coronaria (conocida también como enfermedad de las arterias coronarias),
insuficiencia cardíaca, accidente cerebrovascular (derrame cerebral), insuficiencia
renal y otros problemas de salud.
Artrosis: afecta más a las mujeres que a los hombres, y a partir de los 75 años,
prácticamente todas las personas tienen artrosis en alguna articulación. La edad,
la obesidad, la falta de ejercicio... son sólo algunos de los factores que
predisponen a sufrirla. Consiste en una degeneración del cartílago articular por el
paso de los años, que se traduce en dificultades de movilidad y dolor articular con
los movimientos.
El tratamiento de la artrosis consigue mejorar la movilidad y disminuir el dolor
mediante antiinflamatorios no esteroideos, o la infiltración de esteroides, además
de ejercicios de rehabilitación. En casos de extrema gravedad se puede recurrir a
la cirugía, que consiste en sustituir las articulaciones por prótesis artificiales.
Gripe: Se trata de una enfermedad "común" que dura entre 3 y 7 días, pero las
personas mayores pueden tener complicaciones que a menudo requieren
hospitalización por problemas respiratorios. Es por ello que las Autoridades
Sanitarias aconsejan a la tercera edad (mayores de 65 años), como grupo de
riesgo, vacunarse cada año contra la gripe. La vacuna de la gripe producirá
anticuerpos contra el virus.
Y otro arma muy eficaz contra la gripe es la prevención, especialmente contra el
frío.
Problemas Visuales: Con la edad adulta es muy frecuente que nuestra vista vaya
perdiendo facultades. Es por ello que se aconseja a las personas mayores una
revisión ocular una vez al año para detectar los problemas visuales más
frecuentes y su tratamiento específico. Los problemas de visión más frecuentes en
las personas mayores son la miopía, presbicia, cataratas, degeneración macular
del ojo, glaucoma, tensión ocular....
Claudicación intermitente: Es un trastorno que se produce como consecuencia
de la obstrucción progresiva de las arterias que nutren las extremidades. Las
paredes de las arterias sufren lesiones, llamadas "placas de ateroma", que se van
agrandando dificultando el correcto riego sanguíneo y haciendo que los músculos
produzcan ácido láctico. Caracterizado por la aparición de dolor muscular intenso
en las extremidades inferiores, en la la pantorrilla o el muslo, que aparece
normalmente al caminar o realizar un ejercicio físico y que mejora al detener la
actividad. Se observa con mayor frecuencia en el hombre que en la mujer;
generalmente en pacientes mayores de 60 años.
La vejez es un proceso natural de la vida del ser humano; sin embargo, los hábitos
saludables que tiene el ser humano impactan en la calidad de vida que tendrán las
personas cuando se conviertan en adultos mayores. Algunos estudios aseguran
que para el 2050, la población que se encontrará en la etapa de la vejez en
Colombia, será de más de 10 millones Actualmente, este sector representa 6.2%
de los habitantes.
Infecciones
Neumonía
La neumonía, comentan, es una de las causas más importantes de morbilidad y
mortalidad en adultos. Los autores estiman que una de las causas de la alta
mortalidad asociada a la neumonía bacteriana es la demora en iniciar el
tratamiento antibiótico dada la presentación atípica de las neumopatías en
pacientes ancianos, que suelen no tener tos, fiebre, dolor de pecho ni
leucocitosis.
Las neumonías virales, con excepción de las causadas por el virus sincicial
respiratorio, son relativamente infrecuentes en los ancianos, señalan.
Tanto la neumonía por estafilococos como la debida a bacterias gram negativas
parecen ser especialmente comunes en los ancianos, Los pacientes ancianos
tienen mayor riesgo de infección por Legionella pneumophila, destacan, por lo
cual se recomienda agregar eritromicina al régimen antibiótico si se sospecha
esta infección o si no se observa mejoría clínica en los primeros días del
tratamiento.
Tuberculosis
Importante considerar a la tuberculosis como un posible diagnóstico a realizar en
ancianos. Se estima que los individuos se infectan siendo jóvenes y que la
enfermedad puede sufrir una reactivación a medida que avanza la edad. La
mayor frecuencia de tuberculosis en los ancianos, indican, se asocia con el
deterioro de la inmunidad celular, la malnutrición, la diabetes y el uso de
corticosteroides. Realizar con frecuencia la prueba intradérmica de Mantoux
tradicional o en 2 pasos.
Los síntomas de la tuberculosis pueden ser atípicos en los ancianos y la
enfermedad diseminada es más frecuente en estos pacientes, comentan.
Síntomas usuales de la enfermedad, tales como sudoración nocturna, tos, fiebre
y hemoptisis, son menos comunes entre los ancianos. recomiendan comenzar la
profilaxis con isoniazida en pacientes que muestran una positivización reciente
en la prueba cutánea.
Escaras por presión/infecciones cutáneas
Los pacientes ancianos con compromiso serio de la salud desarrollan con
frecuencia escaras por decúbito, comentan los autores. En general, apuntan,
estas afecciones son causadas por la isquemia asociada a la inmovilidad de los
pacientes. Las lesiones se hallan frecuentemente complicadas con infección
local, celulitis, osteomielitis o bacteremia.
La rotación frecuente del paciente y el cambio de los colchones de presión
resultan útiles para prevenir las escaras, señalan.
Los autores indican que una vez producida la lesión, ésta debe ser mantenida
limpia y seca. Los antibióticos tópicos no resultan eficaces, advierten, mientras
que los antibióticos sistémicos deben utilizarse sólo cuando se piensa que las
úlceras se asocian con celulitis o con una infección subyacente.
El Herpes zóster
Es otra infección cutánea común en ancianos, comentan, usualmente
acompañada de dolor extendido y discapacitante. No existe ningún tratamiento
claramente efectivo para esta afección.
Bacteremia
La bacteremia es más frecuente y resulta fatal más a menudo en los ancianos,
En los hemocultivos se suele identificar estafilococos y estreptococos cuando la
fuente de infección es cutánea, enterobacterias gram negativas y enterococos
cuando la misma es urinarios y anaerobios u organismos gram negativos cuando
es intraabdominal.
Endocarditis infecciosa
Se destacan que más de la mitad de los pacientes que padecen endocarditis son
mayores de 60 años. La frecuencia de morbilidad y mortalidad asociada con
endocarditis es mucho mayor entre los ancianos que en individuos más jóvenes,
señalan.
Los signos y síntomas son notoriamente inespecíficos (confusión, pérdida de
peso, debilidad y malestar general) y normalmente son atribuidos a otras
enfermedades o a la edad avanzada.
Las causas más comunes de endocarditis en ancianos son los enterococos
provenientes del tracto urinario y el Streptococcus bovis de fuente colónica.
Diarreas infecciosas
La diarrea, , constituye un problema particular en los establecimientos de cuidado
geriátrico, en los que predominan las infecciones por agente de Norwalk,
rotavirus y Clostridium difficile.
Los ancianos exhiben un mayor riesgo de muerte por diarrea. Se recomienda el
tratamiento antibiótico, en pacientes mayores de 50 años, en la gastroenteritis
por salmonella no complicada y en la gastroenteritis por shigella, comentan los
autores.
Meningitis
Se demostró en ancianos una tasa de mortalidad por meningitis del 55%.
Los patógenos que causan meningitis en los ancianos son diferentes a aquellos
que provocan la enfermedad en los jóvenes. Los agentes más frecuentes
son Listeria monocytogenes, S.pneumoniae y M.tuberculosis. En los ancianos en
que se sospecha meningitis, señalan, debe comenzarse un tratamiento
antibiótico empírico que proteja contra estos patógenos.
Artritis séptica
Casi el 25% de los pacientes con artritis séptica son mayores de 60 años,
resaltan los autores. El patógeno más frecuentemente aislado en estos casos es
el S.aureus y la rodilla es la articulación más comúnmente afectada.
Fiebre
Se ha hallado una alta frecuencia de apirexia, comentan los autores, en
pacientes ancianos afectados de neumonía, bacteremia, endocarditis infecciosa
e infecciones intraabdominales. La ausencia de fiebre en estos casos se debe
tanto a causas técnicas como fisiológicas, señalan. En primer lugar, la
temperatura corporal normal de los ancianos parece ser menor que la de los
adultos jóvenes. Una temperatura oral de más de 37.2ºC debería considerarse
elevada en pacientes mayores de 65 años.
En segundo lugar, se ha observado un deterioro fisiológico de la respuesta febril
asociado con el envejecimiento.
Los autores indican que, en ausencia de síntomas, signos o hallazgos anormales
de laboratorio, debe sospecharse una infección bacteriana oculta en
circunstancias en que un paciente anciano presente fiebre de reciente comienzo.
Tratamiento empírico
Los autores señalan una serie de principios generales para el tratamiento de las
infecciones en ancianos. En primer lugar, debe evitarse tanto como sea posible el
uso de aminoglucósidos y elegir alternativas terapéuticas menos tóxicas. En
segundo lugar, dada la menor función renal y hepática de los ancianos, se
recomienda utilizar dosis algo inferiores que las máximas permitidas para
pacientes jóvenes. Finalmente, debe comenzarse siempre la terapia
antimicrobiana con un agente de amplio espectro hasta que se establezca el
diagnóstico etiológico.
Consideraciones farmacológicas
Dado que los ancianos presentan cambios fisiológicos que pueden alterar la
absorción, metabolismo y eliminación de los antibióticos, existe el riesgo de
efectos tóxicos asociados con estas drogas. Por ello, los autores recomiendan el
monitoreo cuidadoso de la dosificación en estos pacientes.
Prevención
Los autores indican que las principales medidas de prevención de las infecciones
en los ancianos incluyen el cuidado de la higiene personal, las visitas regulares al
médico y la inmunización periódica contra difteria, tétanos, neumococos y virus
influenza.
Las enfermedades no infecciosas
Son aquellas cuya causa no son las patógenas. En este grupo se incluyen
mayoritariamente enfermedades no transmisibles (no producidas por un
organismo vivo), como los traumatismos, las enfermedades degenerativas
¿Qué son?
ENFERMEDADES NO INFECCIOSAS. CLASIFICACIÓN• Enfermedades que
afectan al funcionamiento de los aparatos.• Enfermedades carenciales.•
Enfermedades traumáticas.• Enfermedades endocrinas y metabólicas.•
Enfermedades mentales y conductuales.• Enfermedades genéticas.• Cáncer.
o desarrollados.
Inestabilidad y caídas
Síndrome de Inmovilismo
Por encima de los 65 años, el 18 por ciento de la personas tienen problemas para
movilizarse sin ayuda y más de la mitad de los mayores de 75 años tienen
problemas para salir solos de casa, están el 20 por ciento con actividad limitada al
domicilio. Mas de la mitad de los varones mayores de 85 años no son capaces de
caminar de forma autónoma una distancia de 400 metros pero solo un 15 por
ciento son dependientes para las transferencias, es decir, cambias de postura o
actividad como levantarse y acostarse de la cama o levantarse de una silla.
Deterioro cognitivo
Los criterios establecidos por el DSM III para su diagnóstico son los
siguientes:
- Edad avanzada
- Enfermedad cardiovascular
- Enfermedad neurológica
- Trastornos hidroelectrolíticos
- Trastornos gastrointestinales y genitourinarios
- Hipoalbuminemia
- Polifarmacia
- Deprivación sensorial
- Cambios del entorno
- Traumatismos
- Infecciones
En diversos estudios se han definido modelos predictivos de desarrollo de
síndrome confusional en los que se diferencian los factores de riesgo que añaden
vulnerabilidad a los pacientes y los factores precipitantes del síndrome. Cuanta
mayor vulnerabilidad del paciente menos intenso debe ser el factor
desencadenante para precipitar un estado de delirium. Algunos estudios han
demostrado la capacidad de disminuir la mortalidad interviniendo sobre factores
precipitantes:
- Factores de vulnerabilidad
- Factores desencadenantes
Depresión
Incontinencia urinaria
- Infección urinaria
- Molestias cutáneas
- Ulceras por presión
- Inmovilismo
- Caídas
- Aislamiento social
- Depresión y pérdida de autoestima
- Dependencia
- Costes económicos
- Institucionalización
Si consideramos que pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo y que para ello
tienen problemas el 50 por ciento de las personas mayores de 65 a. que viven en
la comunidad y el 66 por ciento de los ancianos institucionalizados, que es un
problema directamente relacionado con la calidad de vida, la institucionalización y
la mortalidad, llegaremos a la conclusión que los trastornos del sueño constituyen
otro gran síndrome que merece nuestra atención y cuidados. Aunque es un
problema frecuente, habitualmente tenemos dificultades para su diagnóstico y
tratamiento. Hasta el 60 por ciento de los ancianos presentan algún trastorno
relacionado con el sueño, el 30 por ciento de los mayores de 60 años refieren
tener algún problema con el sueño y mas de la mitad de los ancianos utilizan
fármacos relacionados con los trastornos del sueño.
Dentro de los trastornos del sueño existen más de cien tipos que se pueden
agrupar en disomnias, parasomnias, trastornos secundarios a patología y otros.
Desde un punto de vista práctico y en relación con los síntomas se puede
diferenciar entre insomnio, hipersomnia, parasomnias y trastornos nocturnos del
movimiento.
Los factores mas relacionados con el insomnio son ingresos económicos bajos, sexo femenino, la
jubilación, la discapacidad y, sobre todo, la depresión. El insomnio es un factor predictor de
depresión en el anciano.
Dentro de los trastornos del sueño existen mas de cien tipos que se pueden agrupar en disomnias,
parasomnias, trastornos secundarios a patología y otros. Desde un unto de vista práctico y en
relación con los síntomas se puede diferenciar entre insomnio, hipersomnia, parasomnias y
trastornos nocturnos del movimiento.
Si consideramos que pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo y que para ello
tienen problemas el 50 por ciento de las personas mayores de 65 a. que viven en
la comunidad y el 66 por ciento de los ancianos institucionalizados, que es un
problema directamente relacionado con la calidad de vida, la institucionalización y
la mortalidad, llegaremos a la conclusión que los trastornos del sueño constituyen
otro gran síndrome que merece nuestra atención y cuidados. Aunque es un
problema frecuente, habitualmente tenemos dificultades para su diagnóstico y
tratamiento. Hasta el 60 por ciento de los ancianos presentan algún trastorno
relacionado con el sueño, el 30 por ciento de los mayores de 60 años refieren
tener algún problema con el sueño y más de la mitad de los ancianos utilizan
fármacos relacionados con los trastornos del sueño.