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Teoría de los afectos

La teoría o doctrina de los afectos (del término alemán Affektenlehre, muy en uso en los siglos
XVII y XVIII) es una teoría relativa a los afectos característica del periodo Barroco.

Descartes

Desde la Antigüedad clásica se pensaba que la música puede inspirar emociones y ciertas
características musicales podían impulsar diferentes pasiones. En 1649 René Descartes publicó
su tratado Las pasiones del alma. Desde este punto de vista filosófico se pueden llegar a
conclusiones como que los afectos están asociados a la actividad psicológica, son provocados por
causas ajenas al individuo pero actúan en él. Una vez que esto pasa, la persona seguirá con ese
estado afectivo hasta que algún factor lo modifique. Otro de los puntos destacables es que los
afectos pueden nombrarse, clasificarse e incluso mezclarse entre sí dando lugar a otros afectos
que podrían denominarse secundarios.

Según Descartes, esas pasiones primarias son la alegría, la tristeza, el odio, el amor, la
admiración y el deseo. Las cuatro primeras se organizan como una serie de combinaciones de
actividad-inactividad del cuerpo y de placer-sufrimiento. La alegría se muestra como un afecto
activo, mientras que la tristeza se muestra como inactividad. El odio es un afecto activo, al igual
que la alegría pero doloroso y el amor combina el placer con la inactividad. El interés que se
tiene por identificar y poder dar características a las emociones concretas se dan principalmente
en las artes visuales del XVII.

Teoría de los afectos en la música

Ya en el siglo XVI, personajes como Zarlino, Vicentino o Galilei escribieron sobre los afectos en la
música, pero sin duda tomaron importancia en el XVII con Mersenne y Kircher.. Aun así, la idea
de que un compositor puede obtener ciertas emociones mediante la invención musical procede
de la ópera en los escritos vinculados a la misma poco después de 1700.

En el prefacio de Componimenti musicali de Keiser ya se dice que el objetivo principal de un aria


es la expresión intensa y clara de las emociones específicas expresadas por palabras y sentidas
por los personajes. Cabe destacar que las arias es la parte en la que se expresan los sentimientos
en las óperas, mientras que en los recitativos es donde tiene lugar la acción de manera general.
Esto que decía Keiser causó que contemporáneos suyos como libretistas o compositores
escribieran sobre el tema. Otro autor como Mattheson nombra veintiséis emociones y afectos
que pueden ser realizados en el aria de una ópera, y además ofrece sugerencias concretas para
su expresión musical. Estas características mencionadas por los autores las usan los
compositores para mover al oyente a un determinado afecto. Se podría llegar a la conclusión de
que los rasgos musicales promovían esa actividad y esa inactividad en el cuerpo. Ejemplos de la
actividad son el tempo rápido, los patrones rítmicos ascendentes, intervalos amplios, dinámicas
fuertes... Mientras, los ejemplos de sufrimiento son las tonalidades menores, disonancias,
cromatismos, un cambio abrupto en la tonalidad o contornos melódicos muy marcados entre
otros. También se da la opción de que los efectos que se dan en el cuerpo por la música y la
poesía tienen que ver con los cuatro humores del cuerpo (optimista, colérico, flemático y
melancólico), según el libretista Feind.

Más tarde se dieron modificaciones en la teoría que tenía lugar hacia las características
musicales que hablaban de los afectos. Estas modificaciones son las siguientes:

1. Las características musicales que mueven los efectos creando actividad, inactividad, placer o
sufrimiento son dadas por una mezcla de otras características diferentes, las cuales producen un
afecto diferente o el opuesto a este.

2. Los músicos de comienzos del XVIII no pensaban que una determinada aria o pasaje musical
solo llegaría a despertar una emoción en el espectador.

3. Los compositores trataban de identificar ciertas características con una emoción concreta y si
esta emoción acababa siendo compartida por la mayoría se hacía una asociación de
característica- afecto.

4. Muchos ejemplos musicales no se relacionan directamente con ciertos efectos, sino con
imágenes o conceptos que lleven a esas emociones.

5. La interpretación toma gran importancia, puesto que muchos de los efectos que se mueven
tienen que ver con ella. Por esto, muchos de los consejos que se dan en los tratados son escritos
para los intérpretes.

Muchas de las características musicales que se asocian a afectos se cuentan con los ritmos de
danza, determinados instrumentos, las tonalidades yun elevado número de temas musicales.

Los principios generales que son comunes a la mayor parte de los escritos musicales que tratan
sobre los afectos: la expresión emocional de un movimiento musical es resultado de la invención
musical y se caracteriza en su totalidad; distintos rasgos expresivos de la música son los
promotores de actividad- inactividad, placer- sufrimiento; otros rasgos de la música son
únicamente signos convencionales que funcionan a partir de la memoria; una obra o fragmento
va a inspirar distintos afectos y el compositor puede usarlos como el carácter del personaje o de
la situación que se dé; los rasgos que definen su afecto en la obra pueden estar junto a otros que
no contribuyen a definir la misma; y la música se relaciona únicamente con una parte del
contenido afectivo del texto, no en su totalidad.

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