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EL FANATISMO: Fanatismo Todos hemos visto de cerca, o bien en la televisión, grupos de fans

enloquecidos por sus ídolos. Cantantes, actores, deportistas…cualquiera que destaque por una u
otra causa en los medios de comunicación, puede convertirse en el objeto de deseo de millones de
personas. Y decimos bien con “cualquiera que destaque” no ignoramos que, incluso asesinos
crueles, reciben cientos de cartas de admiradores cada día, encandilados por su presencia en los
medios. Es cierto, que en mayor o menor medida, cada uno de nosotros hemos podido sentir una
gran admiración por alguien en concreto, seguir su trayectoria e informarnos sobres sus
actividades. Hasta ahí nada se sale de lo normal. Los problemas aparecen cuando dicho personaje
famoso se convierte en una obsesión, y la vida de una persona gira en torno a él, además de
fantasear o fabular sobre la relación que puedan llegar a tener ambos. Estaríamos hablando
entonces de un individuo fanático.

¿De dónde nace el término “fan”?

Es una abreviación de la palabra inglesa fanatic, en español, la traducción sería aficionado. La


palabra fan en sí, no tiene porqué poseer connotaciones negativas. Simplemente se refiere a
alguien entusiasta de alguna actividad o persona, que disfruta con ello de una manera saludable.
Es necesario e importante tener aficiones que ayuden a relajarnos y disfrutar aún más de nuestro
día a día, nos saquen de la rutina y despejen la mente. Es un sano beneficio, que se puede
convertir en todo lo contrario, si lo utilizamos para tapar nuestras carencias y nuestra vida gira a
su alrededor. No es lo mismo salir a jugar un partido de fútbol ,cada sábado con los amigos, para
distraerse, que estar toda la semana obsesionado y preparándose para dicho encuentro, dando de
lado nuestras obligaciones y obviando el resto de las relaciones sociales que marcan nuestra vida.

¿Cuáles son las características de un fanático?

Según el psicólogo y sociólogo Erich Fromm, el fanatismo es una especie de intento de huir de la
soledad. Suelen ser personas con baja autoestima, inseguras y de frágiles lazos afectivos con los
demás, que buscan lo que les falta, amando o creyendo ciegamente en algo o en alguien.

El fanático suele tener estas características:

Cree poseer la verdad, y por lo tanto, no admiten que sea cuestionada por nadie.

No tiene la mente abierta hacia otras creencias u opiniones. Su mente se cierra, en un mundo de
ideas contaminadas, que solo sirven para hacer crecer su ciego apasionamiento. Desprecian lo
diferente.

No razona, lo que piensa se convierte en dogma de fe.

Intenta imponer sus ideas a los demás, en ocasiones incluso violentamente, quiere que cuantos le
rodean piensen igual que él o ella.

No es raro que formen grupos para atraer a personas fanáticas que apoyen sus ideas.

Se alteran con facilidad, son irracionales y obsesivos.

¿Qué tipos de fanatismo nos podemos encontrar?


El fanatismo religioso, lamentablemente muy de actualidad. Desean imponer, a cualquier precio,
su religión y creencias. Existe en todas las religiones, oficiales y no oficiales. De ahí las sectas.

Fanatismo hacia una persona en particular, bien un artista o deportista. Admiran e incluso copian
su manera de ser, pensar, vivir y pueden llegar a convertirse en verdaderos clones de su ídolo. En
muchos casos, se convierte en el centro de sus vidas, lo que da sentido. Llegando a ser incluso más
importantes que su propia familia.

Fanatismo deportivo, el equipo favorito del fanático se convierte en una obsesión, conllevando en
ciertos casos, actos violentos de funestas consecuencias.

Fanatismo político, adhesión máxima a un partido o personaje político .Creen que la verdad reside
en sus ideales y palabras, ellos son los buenos y el resto los malos. Pensamiento único al poder.

imageEstos serían los más comunes, pero podemos encontrar fanáticos en muchos ámbitos de la
vida, por ejemplo hay vegetarianos que están obsesionados con la alimentación. Creen que la
única manera de mantener sano el organismo es a base de frutas y verduras, además de
considerar poco más que asesinos a aquellos que deciden seguir siendo omnívoros, ya que
detestan la idea de que muera un animal. Sin embargo, merece la pena detenerse en el fanatismo
hacia una persona en particular. Algo que parece tan inofensivo como la afición por un cantante o
actor, puede esconder una conducta patológica. Algunos psicólogos incluso le han puesto nombre
a esta adoración por las celebridades, celebrity worship. Estaríamos hablando de una relación
parasocial, es decir, el fanático crea un lazo ficticio con su ídolo, aunque él piense que es
verdadero y el sentimiento de amistad o amor es mutuo. El fan suele saberlo todo del famoso,
mientras que este lo ignora todo de su admirador. Puede ser que fan y famoso se conozcan,
incluso haberse visto en muchas ocasiones, sin implicar para la persona conocida nada más allá de
una relación cortés y sin importancia. El fanático se vuelca en la celebrity, llegando a sentir en
carne propia las vivencias de la misma, es su modelo a imitar. En la mayoría de las ocasiones, la
persona fanática termina sintiéndose ansioso y deprimido al comprobar que la realidad no es tal
como la había supuesto. El artista no se comporta como espera y comienza un conflicto en su
cabeza. Puede ocurrir también, en los casos más graves, que la persona fanática tenga el delirio de
creer que realmente está viviendo una relación apasionada con el famoso y que, todo cuanto este
haga o diga, está dirigido a él o ella. Estaríamos hablando de un caso de erotomanía. Sin duda,
para que esto suceda, debe haber una patología de base que se activa cuando el afectado se
obsesiona con algo o alguien.

¿Qué es la erotomanía?

Es un trastorno delirante, según el cual, el afectado cree que una persona, normalmente de un
estatus social superior o inalcanzable, está enamorado de él o ella. El erotomaniaco tiene el
convencimiento absoluto de que es amado, y además piensa que cualquier cosa que haga o diga la
otra persona es un mensaje de amor para él. Por más pruebas que tenga de su equivocación, no
dejará de pensar que está en lo cierto. El único camino para salir de su error será ponerse en
manos de especialistas que le ayuden a diferenciar la fantasía de la realidad.

“La fe es de oro, el entusiasmo de plata, el fanatismo de plomo”. (Hugo Ojetti)

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