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SALA CONSTITUCIONAL

M a g i s t r a d o P o n e n t e : P E D R O R A FA E L R O N D Ó N H A A Z

Consta en autos que, el 12 de septiembre de 2001, el

ciudadano Carlos Eduardo Santaella Palacios, titular de la cédula de

identidad n° 1.714.443, en su condición de presidente

d e I M P O RTA D O R A Y E X P O RTA D O R A C H I P E N D E L E C . A . , c o n l a

asistencia de los abogados José Amando Mejía Betancourt y Carlos

Eduardo Santaella Elizondo, inscritos en el Inpreabogado bajo los

nros 19.379 y 37.792, respectivamente, intentó, ante esta Sala

C o n s t i t u c i o n a l d e l Tr i b u n a l S u p r e m o d e J u s t i c i a , d e m a n d a d e a m p a r o

constitucional contra el Juzgado Superior en lo Civil y Contencioso

Administrativo de la Región de los Andes, en razón de la sentencia

que dictó dicho tribunal el 6 de agosto de 2001, para

cuya fundamentación denunció la presunta violación de sus derechos a

una tutela judicial efectiva, a la defensa y al debido proceso, que

acogieron los artículos 26, 49 y 257 de la Constitución de la

R e p ú b l i c a B o l i v a r i a n a d e Ve n e z u e l a .
El 12 de septiembre de 2001 se dio cuenta a la Sala y se

designó como ponente al Magistrado Pedro Rafael Rondón Haaz.

Mediante sentencia del 7 de febrero de 2002, se admitió la

demanda de amparo.

El 1º de abril de 2002, el ciudadano Carlos E. Santaella,

en representación d e I M P O RTA D O R A Y E X P O RTA D O R A

C H I P E N D E L E C . A . , o t o rg ó p o d e r a p u d - a c t a a l o s a b o g a d o s M a r í a

A l e j a n d r a S a n t a e l l a E . , J o s é S á n c h e z Vi l l a v i c e n c i o y J o s é A m a n d o

Mejía Betancourt, inscritos en el Inpreabogado bajo los nros. 29.734,

4.816 y 19.379.

El 22 de abril de 2002, el abogado Luis Rodolfo Campos,

inscrito en el Impreabogado bajo el n° 20.740, consignó el poder que

l e o t o rg ó e l c i u d a d a n o J o s é d e l o s S a n t o s S i b a , t i t u l a r d e l a c é d u l a d e

identidad n° 2.203.739. En la misma oportunidad, el referido abogado

se dio por notificado de la demanda de amparo que

i n t e n t ó I M P O RTA D O R A Y E X P O RTA D O R A C H I P E N D E L E C . A .

Mediante auto del 8 de julio de 2002, se fijó la audiencia

constitucional para el 16 de julio del mismo año, a las 10:30 A.M.


El 16 de julio de 2002, se llevó a cabo la audiencia

c o n s t i t u c i o n a l y, e n e s t a o p o r t u n i d a d , s e d e j ó c o n s t a n c i a d e q u e a l a

misma asistieron: los abogados José Amando Mejía Betancourt y José

S á n c h e z Vi l l a v i c e n c i o , e n s u c o n d i c i ó n d e a p o d e r a d o s j u d i c i a l e s d e l a

parte demandante; el abogado Luis Rodolfo Campos, como

representante judicial del ciudadano José de los Santos Siba, tercero

coadyuvante. Asimismo, se dejó constancia de la no comparecencia

del Juez Superior en lo Civil y Contencioso Administrativo de la

Región de los Andes y de la representante del Ministerio Público.


I

D E L A P R E T E N S I Ó N D E L A PA RT E A C TO R A

1. Alegó:

1.1 Que el ciudadano José de los Santos Siba interpuso

ante el Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil y Mercantil

de la Circunscripción Judicial del Estado Barinas, interdicto de

despojo contra los ciudadanos Carlos Juárez y Félix Mendoza y contra

Importadora y Exportadora Chipendele C.A., cuya pretensión era la

inmediata restitución de la posesión de un predio rústico de

aproximadamente setenta y ocho hectáreas (78 has).

1.2 Que, el 31 de marzo de 1998, el prenombrado

tribunal dictó sentencia en la cual declaró con lugar la querella que

h a b í a s i d o i n t e r p u e s t a p o r e l c i u d a d a n o J o s é d e l o s S a n t o s S i b a y, e n

consecuencia, ordenó la restitución del inmueble objeto del juicio.

1.3 Que Importadora y Exportadora Chipendele C.A., la

Sociedad Civil Agropecuaria Guanapa y los codemandados Carlos

Juárez y Félix Mendoza ejercieron recurso de apelación contra dicho


fallo y el conocimiento de la causa, en segunda instancia,

correspondió al Juzgado Superior en lo Civil y Contencioso

Administrativo de la Región de los Andes.

1.4 Que, el 6 de agosto de 2001, el Juzgado Superior en

lo Civil y Contencioso Administrativo de la Región de los Andes,

constituido con asociados, dictó sentencia mediante la cual declaró

sin lugar la apelación interpuesta.

1.5 Que, según el criterio que asentó la Sala de

C a s a c i ó n C i v i l d e l Tr i b u n a l S u p r e m o d e J u s t i c i a m e d i a n t e d e c i s i ó n d e l
22 de mayo de 2001, el Juzgado Superior en lo Civil y Contencioso

Administrativo de la Circunscripción Judicial de los Andes no debió

decidir el fondo de la causa, sino reponerla al estado en que los

demandados presentaran escrito de contestación al interdicto de

d e s p o j o y, p o r t a n t o , d e c l a r a r l a n u l i d a d d e l a s a c t u a c i o n e s p o s t e r i o r e s

a la citación de los demandados.

1.6 Que, de acuerdo con el artículo 701 del Código de

Procedimiento Civil, después de la citación del querellado, la causa

queda abierta a pruebas por un lapso de diez días. Concluido dicho

lapso, se abrirá otro de tres días para que las partes manifiesten los

alegatos que consideren pertinentes; luego de ello el juez tendrá ocho

d í a s p a r a s e n t e n c i a r.

1.7 Que, en la referida sentencia de la Sala de Casación

Civil, se expresó que el contenido del artículo 701 del Código de

Procedimiento Civil impide a la parte demandada contradecir la

querella interdictal, situación que está en franca contradicción con el

derecho a la defensa. Además, estableció la mencionada decisión que,

de acuerdo con el aludido artículo, los alegatos de las partes deben


esgrimirse cuando ha concluido el lapso probatorio, lo cual impide a

los litigantes desvirtuar las pruebas de la contraparte y subsanar los

defectos que el querellado haya atribuido al escrito del querellante.

En virtud de lo expuesto, la Sala de Casación Civil declaró que, a

partir de la publicación del fallo, luego de la citación del querellado,

éste quedará emplazado para exponer los alegatos que considere

pertinentes al segundo día siguiente a su citación.

2. Denunció:
2.1 La violación de los derechos a una tutela judicial

efectiva y a la defensa y al debido proceso, que acogieron los

artículos 26, 49 y 257 Constitución de la República Bolivariana de

Ve n e z u e l a , p u e s , d e h a b e r a c a t a d o , e l p r e s u n t o a g r a v i a n t e , e l c r i t e r i o

que fijó la Sala de Casación Civil en la sentencia comentada con

a n t e r i o r i d a d , a s a b e r, r e p o n e r l a c a u s a a l e s t a d o e n q u e s e p e r m i t i e r a

contestar la querella interdictal, hubiese tenido la posibilidad de

contradicción de los a rg u m e n t o s planteados por el actor en el

interdicto restitutorio y la alegación de cuestiones previas, lo cual era

indispensable para que el presunto agraviante no desestimara las

pruebas en la sentencia contra la que se recurrió en amparo.

Finalmente, señaló el actor que el supuesto agraviante desmejoró su

situación procesal y lesionó su derecho a la defensa, toda vez que,

según el criterio de la Sala de Casación Civil, tenía el derecho a una

oportunidad para la contradicción de lo expuesto en el interdicto,

derecho que fue cercenado por el Juzgado Superior en lo Civil y

Contencioso Administrativo de la Región de los Andes al no reponer

la causa.

3. Pidió:

“ . . . q u e e s t a A C C I O N D E A M PA R O s e a d e c l a r a d a c o n
l u g a r, s e r e s t i t u y a l a s i t u a c i ó n j u r í d i c a i n f r i n g i d a , y s e
declare la nulidad de la sentencia recurrida, ordenándose
la REPOSICIÓN DE LA CAUSA al estado de que el
querellado presentara su escrito de contestación a la
querella interdictal y declare nulas todas las actuaciones
hechas en autos después de la citación de las partes; y
como consecuencia de la nulidad de las actuaciones hechas
tanto en segunda como en primera instancia.
S E G U N D O : C o n c a r á c t e r d e u rg e n c i a s o l i c i t a u n a m e d i d a
cautelar innominada, de conformidad con lo previsto en el
parágrafo PRIMERO del Artículo 588 del Código de
Procedimiento Civil, consistente en: Le ordene la
suspensión de la ejecución de la sentencia dictada por el
Juzgado Superior de (sic) lo Civil y Contencioso
Administrativo de la Circunscripción Judicial de la Región
de los Andes constituido con Asociados, de fecha 06 de
Agosto del año 2.001, hasta tanto se decida el presente
proceso de amparo en todas sus instancias.”

II

D E L A S E N T E N C I A R E C U R R I D A E N A M PA R O

Mediante sentencia del 6 de agosto de 2001, el Juzgado

Superior en lo Civil y Contencioso Administrativo de la Región de los

Andes decidió lo siguiente:

Como punto previo, a raíz de la impugnación que realizó la

parte demandada, concluyó que la estimación de la querella era de

Tr e s M i l l o n e s d e B o l í v a r e s ( B s . 3 . 0 0 0 . 0 0 0 ) .

D i c h o l o a n t e r i o r, e l p r e s u n t o a g r a v i a n t e , p r e v i o a n á l i s i s

de las pruebas aportadas por el querellante y por los demandados,

expresó:

“Al analizar las pruebas aportadas a la litis por la co-


querellada Importadora y Exportadora Chipendele, C.A. , se
concluye de manera fehaciente que, se limitaron a probar derechos
reales (de propiedad) que según los documentos públicos acompañados
y corroborados por la experticia realizada en el presente juicio, le
asisten a sus representadas, ya referida, sobre un inmueble
denominado Posesión Guanapa. No desvirtuaron los hechos alegados
por el accionante en el libelo, alegatos que si (sic) fueron probados,
como se decidió supra; y Así se Decide.

Por último, comparte esta alzada el criterio del a quo


referente a: ‘Queda solamente por dilucidar la procedencia
o no del procedimiento interdictal en contra de
procedimientos judiciales de Entrega Material, en tal
sentido ha sido pacífica y reiterada la jurisprudencia de la
Corte Suprema de Justicia, con Doctrina sentada en
decisión de fecha 13 de Diciembre de 1979, en el sentido
de permitirle al tercero extraño al procedimiento de
entrega material, la vía del interdicto para recuperar la
posesión que le ha sido arrebatada en aquel (sic); razón
p o r l a c u a l e s t e Tr i b u n a l c o m p a r t e e l c r i t e r i o d e l a C o r t e y
declara procedente el interdicto como vía judicial idónea
para que el tercero extraño recupere la posesión perdida
mediante un procedimiento de entrega material donde no
es parte.”

III

M O T I VA C I Ó N PA R A L A D E C I S I Ó N

La Sala, para la decisión, observa:

Como se expresó con anterioridad, en el caso de autos, la

demanda de amparo constitucional se ejerció contra la sentencia que

dictó el Juzgado Superior en lo Civil y Contencioso Administrativo de

la Región de los Andes el 6 de agosto de 2001.

Observa esta Sala que el amparo contra sentencia se

e n c u e n t r a e s t a b l e c i d o e n e l a r t í c u l o 4 d e l a L e y O rg á n i c a d e A m p a r o

sobre Derechos y Garantías Constitucionales, el cual, es del tenor

siguiente:
“Igualmente procede la acción de amparo cuando un
Tr i b u n a l d e l a R e p ú b l i c a , a c t u a n d o f u e r a d e s u
competencia, dicte una resolución o sentencia u ordene un
acto que lesione un derecho constitucional.
En estos casos, la acción de amparo debe interponerse por
ante un tribunal superior al que emitió el pronunciamiento,
quien decidirá en forma breve, sumaria y efectiva.”

Esta Sala, mediante sentencia del 2 de marzo de 2001

(Caso Sur Andina de Materiales vs. Juzgado Quinto de Primera

Instancia en lo Penal de la Circunscripción Judicial del Estado


Tr u j i l l o ) , i n t e r p r e t ó l a n o r m a q u e f u e c i t a d a , c o m o s e e x p o n e a

continuación:
“La doctrina especializada en la materia viene planteando
que la palabra ‘competencia’ –como un requisito indicado
en el transcrito artículo 4-no tiene el sentido procesal
estricto, por cuanto no se refiere sólo a la incompetencia
por la materia, territorio y cuantía, sino también
corresponde a los conceptos abuso de poder o usurpación o
e x t r a l i m i t a c i ó n d e f u n c i o n e s y, e n c o n s e c u e n c i a , o p e r a
cuando esa actuación lesione o vulnere derechos o
garantías constitucionales.
En efecto, el juez, aun actuando dentro de su competencia,
‘[...] entendida ésta en el sentido procesal estricto, puede
hacer uso indebido de las facultades que le están
atribuidas para fines totalmente distintos al que se le
c o n f i r i ó o a c t u a r h a c i e n d o u s o i n d e b i d o d e e s e p o d e r,
independientemente del fin logrado, al dictar una
resolución o sentencia que lesione un derecho
c o n s t i t u c i o n a l ’ ( Vi d . S e n t e n c i a N ° 3 7 0 d e l a S a l a P o l í t i c o -
Administrativa de la entonces Corte Suprema de Justicia,
de fecha 12 de diciembre de 1989, caso el Crack C.A.).”

Ahora bien, para fundamentar la demanda de amparo,

Importadora y Exportadora Chipendele C.A. alegó que el Juzgado

Superior en lo Civil y Contencioso Administrativo de la Región de los

Andes -el cual, como se recogió en la parte narrativa de esta

sentencia, conoció en Segunda Instancia sobre un interdicto de amparo

en el que la supuesta agraviada era parte codemanda- no debió

p r o n u n c i a r s e s o b r e e l f o n d o y, e n c o n s e c u e n c i a , d e c l a r a r c o n l u g a r l a

demanda y sin lugar la apelación que ésta y otros codemandos

propusieron contra el fallo que se dictó en la Primera Instancia.

Señaló la presunta agraviada que, por el contrario, el

Juzgado Superior en lo Civil y Contencioso Administrativo de la

Región de los Andes debió reponer la causa al estado de que los


demandados presentaran su escrito de contestación al interdicto que

había sido incoado.

Para realizar esta afirmación, la presunta agraviada se

fundamentó en una sentencia que la Sala de Casación Civil de este

Tr i b u n a l S u p r e m o d e J u s t i c i a d i c t ó e l 2 2 d e m a y o d e 2 0 0 1 ( C a s o J o rg e

Vi l l a s m i l D á v i l a v s . M e r u v i d e Ve n e z u e l a C . A . ) , m e d i a n t e l a c u a l

d i c h a S a l a c o n s i d e r ó , s e g ú n f u e a rg ü i d o , q u e e l a r t í c u l o 7 0 1 d e l

Código de Procedimiento Civil impedía a las partes el ejercicio

e f e c t i v o d e l c o n t r a d i c t o r i o y, p o r t a n t o , e l e j e r c i c i o d e l o s d e r e c h o s a

la defensa y al debido procedimiento.

El artículo 701 del Código de Procedimiento Civil es la

norma que regula el cause por el que transita el interdicto de despojo

y, t e x t u a l m e n t e , r e z a d e l a s i g u i e n t e m a n e r a :

“Practicada la restitución o el secuestro, o las medidas que


aseguren el amparo, según el caso, el juez ordenará la
citación del querellado, y practicada ésta, la causa quedará
abierta a pruebas por un lapso de diez días. Concluido
dicho lapso las partes presentarán dentro de los tres días
siguientes, los alegatos que consideren convenientes, y el
juez, dentro de los ocho días siguientes dictará sentencia
definitiva. Esta sentencia será apelable en un solo efecto,
p e r o e l Tr i b u n a l r e m i t i r á a l S u p e r i o r e l e x p e d i e n t e
completo de las actuaciones. El juez será responsable de
los daños y perjuicios que cause por su demora en dictar la
sentencia prevista en este artículo.”

De acuerdo a lo que expuso la demandante, la Sala de

Casación Civil, en el fallo al que se aludió con precedencia, estimó

que la norma en cuestión menoscababa los derechos a la defensa y al

debido procedimiento, por cuanto los alegatos de las partes se

presentaban con posterioridad a la culminación de lapso probatorio.


Así las cosas, aprecia esta Sala que la presunta agraviada

atribuyó la violación de sus derechos constitucionales a la tutela

judicial efectiva y a la defensa y al debido proceso, al hecho de que el

presunto agraviante no aplicó el criterio que la Sala de Casación Civil

sentó en la sentencia que dictó el 22 de mayo de 2001.

Ahora bien, se observa que, en el mencionado fallo, la

S a l a d e C a s a c i ó n C i v i l d e e s t e Tr i b u n a l S u p r e m o d e J u s t i c i a , e n

ejercicio de la facultad del control difuso de la constitucionalidad,

que establecieron los artículos 334 de la Constitución y 20 del Código

de Procedimiento Civil, desaplicó, para el caso en concreto, el

artículo 701 eiusdem debido a que consideró que la aplicación de

dicha norma resultaba contraria a los preceptos de la Carta Magna. En

e f e c t o , l a S a l a d e C a s a c i ó n C i v i l d e e s t e Tr i b u n a l S u p r e m o d e J u s t i c i a

se expresó como se cita a continuación:

“Como corolario de lo precedentemente expuesto,


c o n c l u y e e s t e Tr i b u n a l S u p r e m o d e J u s t i c i a q u e r e s u l t a
manifiestamente contrario a las disposiciones
constitucionales tantas veces invocadas, artículos 26, 49
y 257, la previsión normativa contenida en el artículo
701 del Código de Procedimiento Civil, ya que impide a
los justiciables el ejercicio efectivo del contradictorio,
con evidente violación al debido proceso y al derecho a
la defensa, razón por la cual, en acatamiento a lo
señalado en los artículos 7 de la Constitución y 20 de la
Ley Adjetiva Civil, que configura el llamado control
difuso de la constitucionalidad de las leyes, lo
jurídicamente procedente es aplicar en los
procedimientos interdictales posesorios, el item procesal
que, conforme lo permite el artículo 7 del Código de
Procedimiento Civil, esta jurisdicción considere más
idóneo para lograr la protección del derecho de defensa
en los juicios interdictales, mediante la prevención del
contradictorio.”
De acuerdo a lo que expone el autor Eduardo García de

E n t e r r í a “ [ l ] a C o n s t i t u c i ó n , p o r u n a p a r t e , c o n f i g u r a y o rd e n a l o s

p o d e re s d e l E s t a d o p o r e l l a c o n s t r u i d o s ; p o r o t r a , e s t a b l e c e l o s

l í m i t e s d e l e j e rc i c i o d e l p o d e r y e l á m b i t o d e l i b e r t a d e s y d e re c h o s

f u n d a m e n t a l e s , a s í c o m o l o s o b j e t i v o s p o s i t i v o s y l a s p re s t a c i o n e s q u e

el poder debe cumplir en beneficio de la comunidad. En todos esos

c o n t e n i d o s l a C o n s t i t u c i ó n s e p re s e n t a c o m o u n s i s t e m a p re c e p t i v o

que emana del pueblo como titular de la soberanía, en su función

c o n s t i t u y e n t e , p re c e p t o s d i r i g i d o s t a n t o a l o s d i v e r s o s ó rg a n o s d e l

poder por la p ro p i a Constitución establecidos como a los

ciudadanos.” (GARCÍA DE ENTERRÍA, Eduardo. La Constitución

c o m o N o r m a y e l Tr i b u n a l C o n s t i t u c i o n a l , C i v i t a s , M a d r i d , p á g . 4 9 ) .

De la misma manera, el autor que se mencionó señala que “ [l]a

Constitución es una norma jurídica, y no cualquiera, sino la primera

e n t re t o d a s , l e x s u p e r i o r, a q u e l l a q u e s i e n t a l o s v a l o re s s u p re m o s d e

u n o rd e n a m i e n t o y q u e d e s d e e s a s u p re m a c í a e s c a p a z d e e x i g i r

c u e n t a s , d e e r i g i r s e e n e l p a r á m e t ro d e v a l i d e z d e t o d a s l a s d e m á s

normas jurídicas del sistema.” (ibidem).


En el ordenamiento jurídico venezolano, el principio de

supremacía constitucional al que alude al autor que se refirió, se

e n c u e n t r a e s t a b l e c i d o e n e l a r t í c u l o 7 d e l Te x t o F u n d a m e n t a l , e l c u a l

es del tenor siguiente:


“La Constitución es la norma suprema y el fundamento del
o r d e n a m i e n t o j u r í d i c o . To d a s l a s p e r s o n a s y l o s ó rg a n o s
que ejercer en Poder Público están sujetos a esta
Constitución.”
Con el objeto de hacer efectiva la supremacía de

C o n s t i t u c i o n a l , e l p r o p i o Te x t o F u n d a m e n t a l h a p r e v i s t o d i v e r s o s

mecanismos de control de la constitucionalidad, entre los cuales se

encuentran el control difuso y el control concentrado.

En lo que atañe al control difuso, el cual acogió el 334 de

la Constitución, éste impone a todos los jueces la obligación de

aplicar con preferencia las normas Constitucionales cuando exista una

incompatibilidad entre éstas y una ley u otra norma jurídica.

El Catedrático Manuel Aragón Reyes, en alusión a los

modelos de control concentrado y difuso de la constitucionalidad,

opina lo siguiente:
“A diferencia del modelo norteamericano, de carácter
difuso, porque el control de constitucionalidad está allí
a t r i b u i d o a t o d o s l o s ó rg a n o s j u d i c i a l e s , y d e e f e c t o s
limitados a la contienda judicial concreta, ya que, si se
aprecia la inconstitucionalidad de una norma, ésta sólo
resulta inaplicable al caso controvertido (...), el modelo
europeo (...) se articula mediante un tribunal especial
( Tr i b u n a l C o n s t i t u c i o n a l ) d i s t i n t o d e l o s ó rg a n o s q u e
e j e r c e n l a j u r i s d i c c i ó n o r d i n a r i a ; Tr i b u n a l a l q u e s e l e
atribuye el monopolio (jurisdicción concentrada) de la
d e c l a r a c i ó n d e i n c o n s t i t u c i o n a l i d a d d e l a l e y, d o t á n d o s e ,
a d e m á s , a e s a d e c l a r a c i ó n d e e f e c t o s g e n e r a l e s ( e rg a
omnes), de tal manera que, en lugar de la inaplicación al
caso, la apreciación de la inconstitucionalidad de la norma
s u p o n e s u a n u l a c i ó n . ” ( Te m a s B á s i c o s d e D e r e c h o
C o n s t i t u c i o n a l , C i v i t a s , M a d r i d , 2 0 0 1 , To m o I I I , p á g . 2 6 ) .

En este mismo orden de ideas, mediante sentencia del 25

de mayo de 2001 (Caso Instituto Autónomo Policía Municipal de

Chacao vs. la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo), esta

Sala expresó lo siguiente:


“...el juez que ejerce el control difuso, no anula la norma
inconstitucional, haciendo una declaratoria de carácter
general o particular en ese sentido, sino que se limita a
desaplicarla en el caso concreto en el que consideró que
l o s a r t í c u l o s d e l a l e y i n v o c a d a , o h a s t a l a p r o p i a l e y,
coliden con la Constitución.
La declaratoria general de inconstitucionalidad de una o
un conjunto de normas jurídicas (leyes), corresponde con
e x c l u s i v i d a d a l a S a l a C o n s t i t u c i o n a l d e l Tr i b u n a l
Supremo de Justicia, quien, ante la colisión, declara, con
c a r á c t e r e rg a o m n e s , l a n u l i d a d d e l a l e y o d e l a n o r m a
inconstitucional. Dicha declaratoria es diferente a la
desaplicación de la norma, tratándose de una decisión de
nulidad que surte efectos generales (no para un proceso
determinado) y contra todo el mundo. Mientras que los
Tr i b u n a l e s d e l a R e p ú b l i c a , i n c l u y e n d o l a s S a l a s d e l
Tr i b u n a l Supremo de Justicia diferentes a la
Constitucional, pueden ejercer sólo el control difuso.”

Como se desprende de la doctrina y de la sentencia que fue

citada, cuando se ejerce el control difuso de la constitucionalidad, el

juez, en un caso concreto, resta eficacia a una norma jurídica por

c o n s i d e r a r q u e e s c o n t r a r i a a l Te x t o F u n d a m e n t a l . A d i f e r e n c i a d e l o

q u e o c u r r e e n e l c o n t r o l d i f u s o , c u a n d o e l ó rg a n o c o m p e t e n t e r e a l i z a

el control concentrado de la constitucionalidad, los efectos de sus

decisiones tienen un carácter general, en el entendido de que la

declaratoria de nulidad de una norma que es contraria a la

C o n s t i t u c i ó n , e x p u l s a a a q u é l l a d e l m u n d o j u r í d i c o y, e s a d e c i s i ó n ,

s u r t e e f e c t o s e rg a o m n e s .

A esta altura, lo importante para esta Sala es destacar que,

a través del control difuso de la constitucionalidad, el criterio que

lleva al juez a considerar como inconstitucional determinada norma

jurídica únicamente produce efectos en el caso concreto, por lo cual,

esa consideración no ocasiona consecuencias inmediatas más allá de

la contienda en la que el control difuso se produce, habida


consideración de que el juez no se estaría pronunciado sobre la

v a l i d e z d e l a n o r m a e n c u e s t i ó n c o n c a r á c t e r e rg a o m n e s .

En el caso autos, como ya fue advertido, el supuesto

agraviado fundamentó la violación de sus derechos constitucionales en

el hecho de que el Juzgado Superior en lo Civil y Contencioso

Administrativo de la Región de los Andes no aplicó el criterio que la

Sala de Casación Civil vertió en la sentencia que dictó el 21 de mayo

de 2001.

Sin e m b a rg o , ello no produce violación de derechos

constitucionales, pues, a pesar de que dicha Sala consideró, en un

caso concreto, que el artículo 701 del Código de Procedimiento Civil

e r a i n c o n s t i t u c i o n a l , e s a n o r m a e s t a b a v i g e n t e y, p o r t a n t o , q u e d a b a a

criterio del juez de instancia su aplicación o no, en el supuesto de que

estimara, al igual que la Sala Civil, que su aplicación contrastara con

los principios de la Carta Magna. De hecho, nótese que la Sala de

Casación Civil, en la sentencia del 21 de mayo de 2001, no manifestó

que el razonamiento que se siguió en ese fallo fuese vinculante para

los tribunales de instancia, sino que, únicamente, exhortó a los jueces


a seguirlo. En efecto, la Sala de Casación Civil expresó lo siguiente:

“A efectos de puntualizar el procedimiento especial aquí


establecido a la materia interdictal, esta Sala de Casación
Civil, lo aplica al presente caso, y disponer (sic) que se
aplique a los demás procesos interdictales a partir de la
publicación de esta sentencia; exhortando a los jueces de
instancia a observarla, para mantener la integridad de la
ley y la uniformidad de la jurisprudencia. Así queda
establecido. (resaltado añadido)
E n u n i ó n c o n l o a n t e r i o r, e s t a S a l a e s t i m a necesario

realizar otra consideración, la cual se expone de seguidas.

El artículo 321 del Código de Procedimiento Civil

estableció lo siguiente:

“Los jueces de instancia procurarán acoger la doctrina de


casación establecida en casos análogos, para defender la
integridad de la legislación y la uniformidad de la
jurisprudencia.”

Como se observa, la norma que fue citada no contiene

algún imperativo legal que obligue a los jueces de instancia a seguir

los criterios que la Sala de Casación Civil exprese a través de sus

fallos. En este sentido, la norma en cuestión únicamente señala que

los tribunales ‘procurarán’ acoger la doctrina de casación que se haya

establecido en casos análogos pero, se insiste, no se trata de un

imperativo legal.

Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua

Española, ‘procurar ’ significa “[ h]hacer diligencias o esfuerzos para

q u e s u c e d a l o q u e s e e x p re s a . ”

En tal sentido, considera esta Sala que el tribunal que

expidió la sentencia que se impugnó no actuó fuera de su

c o m p e t e n c i a , e n l o s t é r m i n o s d e l a r t í c u l o 4 d e l a L e y O rg á n i c a d e

Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, por el sólo

hecho de no haber acatado la doctrina de casación, en razón de que

e s t a c i r c u n s t a n c i a n i s i q u i e r a m a t e r i a l i z a u n a v i o l a c i ó n l e g a l y, p o r l o

tanto, tampoco una de rango constitucional.


Ha de agregar esta Sala que si bien es cierto que el sólo

hecho de que el Juzgado Superior en lo Civil y Contencioso

Administrativo de la Región de los Andes se haya apartado de la

doctrina de casación no ocasionó alguna violación de derechos

constitucionales, no es menos cierto que lo correcto y lo

recomendable sería que los tribunales de instancia obedezcan los

criterios de la Sala de Casación Civil en beneficio de la integridad de

la ley y la uniformidad de la jurisprudencia.

Sobre la base de las razones que se han expuesto, esta Sala

declara sin lugar demanda de amparo que ha sido interpuesta.

IV

DECISIÓN
P o r l o s r a z o n a m i e n t o s e x p u e s t a s , e s t e Tr i b u n a l S u p r e m o d e
Justicia, en Sala Constitucional, administrando justicia en nombre de
l a R e p ú b l i c a y p o r a u t o r i d a d d e l a L e y, d e c l a r a q u e S I N L U G A R l a
demanda de amparo que i n t e r p u s o I M P O RTA D O R A Y
E X P O RTA D O R A C H I P E N D E L E C . A . c o n t r a e l J u z g a d o S u p e r i o r e n
lo Civil y Contencioso Administrativo de la Región de los Andes, en
razón de la sentencia que fue dictada por dicho tribunal el 6 de agosto
de 2001.

Publíquese y regístrese. Archívese el expediente.

Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la Sala

C o n s t i t u c i o n a l d e l Tr i b u n a l S u p r e m o d e J u s t i c i a , e n C a r a c a s , a l o s 2 6
días del mes de julio de dos mil dos. Años: 192º de la Independencia y

143º de la Federación.

El Presidente,

I V Á N R I N C Ó N U R D A N E TA

E l Vi c e p r e s i d e n t e ,

JESÚS EDUARDO CABRERA ROMERO

JOSÉ MANUEL DELGADO OCANDO


Magistrado

A N TO N I O J O S É G A R C Í A G A R C Í A
Magistrado

P E D R O R A FA E L R O N D Ó N H A A Z

Magistrado-Ponente

El Secretario,

JOSÉ LEONARDO REQUENA CABELLO

P R R H . s n . a r.

Exp. 01-2068

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