Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Agosto 2013
I. PRESENTACIÓN ............................................................................................ 3
II. OBJETIVOS ................................................................................................. 3
2.1. OBJETIVO GENERAL.................................................................................... 3
2.2. RESULTADOS ESPERADOS ............................................................................. 3
2.3. INDICADORES ........................................................................................... 4
III. ORIENTACIONES TÉCNICAS ESPECÍFICAS. ............................................... 4
3.1. SUJETO DE ATENCIÓN. ................................................................................ 4
3.2. VÍA DE INGRESO ........................................................................................ 5
3.3. COBERTURA Y FOCALIZACIÓN TERRITORIAL ..................................................... 5
3.4. CRITERIOS METODOLÓGICOS PARA EL DESARROLLO DEL PROYECTO ....................... 5
3.5. ENFOQUE DE GÉNERO .................................................................................. 9
IV. CONFORMACIÓN DEL EQUIPO DE TRABAJO Y DESCRIPCIÓN DE
FUNCIONES ................................................................................................... 10
V. SOBRE EL PRESUPUESTO ........................................................................... 12
VI. SOBRE LOS RECURSOS MATERIALES ........................................................ 12
6.1. RESPECTO DEL INMUEBLE DE FUNCIONAMIENTO. ............................................. 12
6.2. RESPECTO DEL EQUIPAMIENTO. ................................................................... 12
Un elemento central que distingue las presentes bases dice relación con la focalización
en la presencia de situaciones de vulneraciones de derechos crónicas. El daño
generado por las vulneraciones a niños, niñas y adolescentes, se expresa en conductas
de transgresión y violencia. Así, la modalidad PIE se constituye en un agente relevante
para el desarrollo de acciones de prevención de violencias en población infanto-
adolescente, desde el marco de un enfoque de derechos.
II. Objetivos
1
Enunciado tomado de Consulta acerca de la Intervención y el género en los PIE 2011. PIE Chasqui
Ciudadano.
2.4. Indicadores
Se espera que al presentar los indicadores al menos se consideren los aspectos que se
presenten a continuación, para el establecimiento de las fórmulas de cálculo
correspondientes:
2
En el caso de la presencia de conductas transgresoras, se considerarán aquellas que quedan fuera del
ámbito de acción de la Ley de Responsabilidad Penal Adolescente, lo que incluye a población entre 14 y 16
años que ha cometido faltas y a niños y niñas menores de 14 años que resultan inimputables ante la ley por
la comisión de un acto ilícito.
Se considera como vía de ingreso la derivación desde Tribunales de Familia, así como
de otros sectores y actores a nivel local (Programa de Seguridad Integrada 24 Horas,
escuelas, consultorios, entre otros). A su vez, se abre la posibilidad de atención por
demanda espontánea o por la detección directa del proyecto en el territorio, en estos
casos, por la gravedad o cronicidad de las vulneraciones se requerirá activar el
contexto judicial, especialmente como estrategia para interrumpir situaciones de
violencia.
a. Cobertura
b. Focalización Territorial
Es preciso señalar que los criterios que deben guiar la intervención se basan en el
interés superior del niño, niña y/o adolescente, bajo el paradigma de la
Convención de los Derechos del niño, y la consideración de sus necesidades y recursos
como directrices del proceso. Ante tensiones generadas entre el interés del profesional
y el del sujeto de atención en particular, debe contemplarse el criterio rector como
base sustancial de las decisiones técnicas.
Las particularidades del sujeto de atención requieren del desarrollo de una metodología
flexible (ajustada a los requerimientos de los/as usuarios/as), pero altamente
estructurada (en términos de la planificación de las acciones a desarrollar) e intensiva
(en términos de la frecuencia de las acciones desarrolladas relativas a cada caso
ingresado), que incorpore dispositivos3 de intervención individual, grupal y de redes
orientados a niños/as, familias y la comunidad, en la forma de una malla programática
que, de acuerdo a los procesos de planificación de la intervención, se pueda ajustar a
la medida de cada niño, niña y/o adolescente.
3
Por dispositivo se entenderá el conjunto organizado de acciones o procedimientos orientados a la
consecución de los objetivos de intervención propuestos.
En este escenario surge la necesidad –así como la demanda desde distintos sectores-
de generar respuestas orientadas a la interrupción de las conductas transgresoras y el
desarrollo de habilidades que favorezcan la integración social. Estas respuestas,
pueden quedar instaladas en una lógica de prevención de las violencias. El modo en
que se alcanza dicha finalidad, sin embargo, no puede ser cualquiera. Aspectos tales
como la centralidad del sujeto de atención para el desarrollo de los procesos de
intervención, el interés superior del niño/a o el/la adolescente, la participación en el
diseño y evaluación de los procesos de atención; la interrupción de vulneraciones;
restitución de derechos vulnerados; el resguardo de la protección y sobrevivencia,
entre otros aspectos, resultan claves en el reconocimiento del enfoque de derechos
como soporte para el desarrollo de los procesos de intervención.
b) Abordaje Integral.
4
Se pueden considerar aquí efectos tales como el abandono de los procesos de intervención con un
insuficiente reconocimiento de los logros alcanzados; la generación de dependencia con el equipo del
proyecto; la apertura de temas no abordables por el proyecto, entre otros.
c) Sistema tutorial
Él o la tutora transfiere el vínculo logrado al equipo psicosocial, para que éste realice
las acciones específicas de su ámbito profesional, ello con niños, niñas o adolescentes,
familias e intervención de redes:
Tan deseable como lograr una buena adherencia de los casos ingresados al programa
de atención, resulta el desarrollo de procesos de intervención intensivos que permitan
observar logros en los plazos más breves posibles, que favorezcan de este modo el
pronto egreso. Ello no sólo se funda en la posibilidad de aumentar un flujo permanente
de ingreso y egreso de casos en un territorio con alta demanda de atención, sino que
además obedece a ajustar los tiempos de intervención y la observancia de logros a las
expectativas y características del sujeto de atención, principalmente aquel que muestra
mayor autonomía.
En esta dinámica, la llegada de los equipos de intervención –en este caso, del PIE-
aparece como una posibilidad; sin embargo, debe ser asumida con cautela.
Se observa una tendencia hacia la privatización de los problemas familiares; esto es,
que problemas comunes a un conjunto de familias dentro de un territorio son vividos
como problemas privados, lo que cierra alternativas para la búsqueda de alternativas
de apoyo y refuerza tendencias hacia el aislamiento. En este movimiento de repliegue,
los equipos de intervención corren el riesgo de ser absorbidos por las familias, aún
cuando la intervención apunte hacia una salida a la recuperación de un tejido social de
las familias. Para las figuras masculinas –los tutores- el riesgo resulta doblemente
relevante, puesto que principalmente las figuras maternas podrían tender a depositar
en ellos la función normativa y nutricia esperada de una figura paterna, desligándose
de sus propias funciones como familia. Ello se puede observar, por ejemplo, en el uso
de los tutores por las familias como apoderados de los niños/as y adolescentes en los
procesos de inserción escolar.
Frente a situaciones como las descritas en los párrafos anteriores, resulta relevante
generar un sistema de tutorías que logre identificar cómo aspectos asociados a las
construcciones de masculinidad y feminidad inciden en la presencia de las situaciones a
abordar por el proyecto y generen estrategias consistentes con dichas consideraciones,
y que se desmarquen de prácticas excesivamente normativas, que instalen en control
y la norma como sustento; o por otra parte, sobrecomprensivas, que desde un lugar
excesivamente afectivo justifiquen la presencia y persistencia de situaciones
difícilmente aceptables, restringiendo de este modo alternativas de acción que
favorezcan a los/as usuarios/as del proyecto.
El equipo de profesionales debe contar con título profesional o técnico en el área de las
ciencias sociales; en educación social, psicoeducación o profesiones afines; así como
con formación y/o experiencia en intervención clínico-comunitaria con niños, niñas y
adolescentes; intervención familiar y/o de trabajo en redes.
5
Lo que implica la revisión de expectativas de resultados del proyecto respecto a la población a atender,
sesgos de género, idoneidad, formación, entre otros.
V. Sobre el Presupuesto
El proyecto considerará un costo mensual de 9,3 USS por cada niño/a o adolescente
atendido/a, más la asignación de zona, en casos que corresponde. El valor de la USS
será reajustado anualmente de acuerdo a la variación del IPC.
Considerar: