Sunteți pe pagina 1din 9

Dossier: Cuestiones de valor

Introducción: Elementos para


una teoría del valor literario1

Álvaro Fernández Bravo


New York University in Buenos Aires-CONICET

En la novela Dejen todo en mis manos, publicada en el año 1998,


Mario Levrero retrata de modo descarnado la relación contemporánea
entre la literatura y el mercado. La búsqueda emprendida por el escri-
tor protagonista del autor anónimo de un manuscrito potencialmente
exitoso a ser publicado mediante un subsidio sueco, es la condición im-
puesta por una editorial de Montevideo para publicar una obra del na-
rrador, que debe negociar con la industria cultural para obtener dinero
y una promesa de edición para su propio libro. El pacto para publicar a
un autor “bueno” pero sin ventas garantizadas, a cambio de identificar
un autor potencialmente vendedor pero anónimo, sintetiza la relación
cultura–mercado en el contexto actual. La situación del autor como
mito necesario, y trabajador explotado a la vez, habla de la posición
de la literatura latinoamericana en el mercado, la mediación de la in-
dustria cultural y el dinero en la producción literaria, pero también del
valor, atravesado por fuerzas económicas globales que determinan la
cotización y circulación de los bienes simbólicos. La literatura es a la

1  Este dossier recupera una selección de las ponencias presentadas en el Coloquio In-
ternacional “Cuestiones de valor: cotización, devaluación y mercado literario en América
Latina” realizado los días 15 y 16 de octubre de 2009 en la Sede Capital de la Universidad
de San Andrés en el marco del PICT 32416, coordinado por Álvaro Fernández Bravo,
Sandra Contreras y Alejandra Laera y financiado por la Agencia Nacional de Promoción
Científica y Tecnológica, Argentina. El proyecto de investigación contó con la participa-
ción del Dr. Pablo Ansolabehere (investigador asociado), y los licenciados Federico Bibbó,
Cristian Molina (becarios), Santiago Olcese y Mariana Catalín. La actividad recibió los
auspicios del Foro de Crítica Cultural (Universidad de San Andrés), el Centro de Estudios
de Literatura Argentina (Universidad Nacional de Rosario) y New York University in
Buenos Aires.
8 Boletín/15 Dossier: Cuestiones de valor 9

vez una mercancía como cualquier otra y un fetiche, que aún conserva minadas bajo los modelos de elección racional. Dejen todo en mis manos
un aura devaluada en torno a la figura de autor, dueño del copyright y apela a la prostitución como metáfora del mercado en tanto mediador
figura todavía imprescindible para producir la mercancía-libro median- ominoso entre la producción simbólica y el público (los consumidores)
te la firma de un contrato, aunque la naturaleza de los contratos lite- y la conversión en mercancía de obras y autores (cuerpos comprados
rarios, según lo marca Matilde Sánchez en este dossier, haya adquirido con dinero), abandonando toda ilusión de autonomía como la que pre-
ribetes impensados. El contexto del relato y el grado de penetración de dominó durante el apogeo del modernismo. Opera así la imagen de un
las prácticas capitalistas hasta los rincones más remotos (una ciudad nuevo escenario en el que la literatura cambió su cotización. La novela
de provincia uruguaya llamada Penurias, de donde proviene el manus- de Levrero permite reconocer cómo “el valor puede ser visto como un
crito firmado con seudónimo) narra desde el estrecho mercado cultural punto de partida en el proceso de conectar dos campos, es decir como la
uruguayo una situación que ilumina de modo más amplio el problema piedra fundamental de una consideración conjunta de la economía y la
del valor literario en la coyuntura contemporánea. En otras palabras, la cultura” (Throsby 20).
devaluación de la práctica escrita y la sumisión del escritor a las leyes Pero hay algo más. El valor, admite Throsby, es un fenómeno social-
del mercado señalan un campo literario en transición donde la profesio- mente construido. Dejen todo en mis manos habla de un problema que
nalización, si alguna vez la hubo, ha desaparecido.2 aproxima lo económico y lo literario en un marco colectivo: la fantasía
La novela también señala, por la circulación del dinero a cambio de incidir artificialmente sobre los agentes involucrados en una tran-
del manuscrito –dólares y financiamiento externo para publicaciones–, sacción económico–estética para facilitar su consumación. “Producir”
un aspecto financiero y monetario característico del momento económi- un autor; publicar un libro a cambio de una investigación detectivesca,
co presente, dominado por la identificación de libre mercado con moder- tributaria del género policial (identificar al sujeto que escribió y envió
nización (Jameson 9), el predominio del valor de cambio como medida un manuscrito anónimo) y obtener en compensación la edición de un
de los bienes culturales (Throsby 19), la diseminación hegemónica de la libro. Se trata de un intercambio literario que puede pensarse desde la
Rational Choice Theory en las ciencias sociales y la consecuente trans- economía como “una transacción entre partes dentro de un mercado,
formación de la economía en una disciplina abstracta, más preocupa- es decir, en un medio artificial, regulado por ciertas normas que son
da en promover lógicas de eficiencia, ganancia y maximización, ante el las que permiten la realización del trueque o compra-venta” (definición
desplazamiento del foco de su atención de la producción al consumo, y de mercado según Polanyi 105). La intervención en ese mercado (y los
por lo tanto a la satisfacción individual por sobre el beneficio colectivo juicios de los mediadores) afecta o incide sobre la transparencia de la
(Gagnier 2000: 6). Gagnier estudia incluso cómo las posiciones economi- operación económica que siempre está inscripta en un contexto cultu-
cistas inspiradas por la Rational Choice Theory han intentado colonizar ral. No existen los mercados autorregulados, porque la misma idea de
no sólo el dominio estético, comparando el consumo de literatura con mercado supone la regulación (Polanyi 118). El valor de cada mercancía
el de heroína –el consumo de literatura genera una relación adictiva (manuscritos en este caso) resulta determinado por factores externos
(Mossetto 1993, apud Gaigner 2000)– sino a otras esferas de la vida so- (autor, firma, contrato, editor, subsidio de publicación, lectura crítica),
cial como el antisemitismo, las violaciones o la adopción de bebés, exa- y la novela muestra cómo una edición, en este caso la del protagonista,
aunque también el manuscrito anónimo, puede obtenerse por medios
2  Nora Catelli señaló en la discusión del simposio que los estudios del campo recono- artificiales y mediante una transacción financiera. Se trata de una eco-
cen que sólo por muy breves períodos se registran casos de escritores que hayan consegui- nomía donde el valor surge no de un mercado perfecto (en rigor no exis-
do vivir exclusivamente de su pluma. Lo más común es que los escritores hayan debido ten los mercados perfectos), sino de un contexto en el que intervienen
incurrir en actividades paralelas, como la enseñanza, la traducción o el periodismo para un conjunto de fuerzas, denominadas por los economistas “externalida-
sostener su producción literaria en el largo plazo. Dice el narrador de Levrero: “Pero aquí
no existe la profesión de escritor, y el escritor está obligado a hacer cualquier cosa, excepto des”, sólo indirectamente vinculadas a la relación entre obra y lector.
–naturalmente– escribir, si quiere continuar sobreviviendo” (Levrero 17).
10 Boletín/15 Dossier: Cuestiones de valor 11

El problema del valor en el campo literario ha despertado en los los bienes, variabilidad e incertidumbre en las escalas de valores. En
últimos años un interés creciente, disparado en el caso latinoamericano esta coyuntura, se vuelve necesaria una reflexión sobre la intersección
por el avance de la industria cultural y la integración de la región al entre literatura y economía en un sentido amplio, para indagar la cues-
régimen del mercado mundial de bienes simbólicos. Sabemos que este tión a partir de las mutaciones, crisis y debates en torno al concepto de
proceso, estudiado por teóricos como Theodor W. Adorno, Max Horkhei- valor estético.
mer, Fredric Jameson, John Guillory, Barbara Herrnstein Smith, Jose- En efecto, desde el fin de las certezas sobre la categoría de valor
fina Ludmer, Beatriz Sarlo, Silviano Santiago y Flora Süssekind –para cultural, y en particular a partir del fin de la creencia en una axiología
mencionar un conjunto de autores vinculados a los estudios literarios– estética, como la denominó Herrnstein Smith, el problema del valor li-
ha convocado atención por la alteración del valor del capital simbóli- terario se ha convertido en materia de una discusión vibrante. La pérdi-
co. Este cambio afecta por lo tanto el trabajo de quienes operan en la da de la hegemonía de la literatura en la civilización de la imagen y del
atribución de valor estético: los críticos y pensadores de la cultura. La espectáculo, como lo señala Wander Melo Miranda con su contribución
pregunta por la naturaleza del objeto literario resulta oportuna porque en este dossier (Melo Miranda XXXXX, Franco 191) nos coloca ante un
su conversión terminante en mercancía ubica a los objetos literarios en escenario que no podemos ignorar y que puede ser leído paralelamente
un lugar más próximo a la esfera económica pura. Las recientes crisis a la fluctuación de las monedas y la presencia hegemónica del discurso
financieras, que han devaluado monedas y puesto severamente en cues- economicista. Como sabemos, la dimensión económica adquirió en el
tión la noción de mercados autorregulados, repercute también sobre la mundo contemporáneo un protagonismo central, derivado en parte de
esfera cultural que ha sido analizada como un espejo de las turbulen- las cada vez más acuciantes crisis financieras y económicas, la inestabi-
cias económicas. Süssekind habla de una sintonía entre la inestabilidad lidad monetaria y fiscal aguda en los países ricos y las frecuentes crisis
sistémica del mercado global y un horizonte cultural marcado por la en los mercados emergentes. Esta centralidad del problema económico
desmesura, el vaciamiento de patrones de medida asequibles y la pér- se refleja también en el estatuto epistemológico de la economía como
dida de relaciones de equivalencia entre las obras en el caso brasileño. disciplina, que hasta hace poco tenía una posición muy diferente de la
En la misma línea, Hutter y Throsby discuten la relación entre precio y que ocupa hoy en la distribución y jerarquía del conocimiento académi-
valor en el mundo del arte y se muestran escépticos sobre la posibilidad co (Gagnier, La Blanc, Polanyi). El imperialismo de la economía sobre
de establecer una simetría entre valor económico y valor simbólico. Una otras disciplinas de las ciencias sociales (y su simultánea apelación a
serie de factores externos afectan la cotización de los bienes simbólicos una retórica de fábulas, parábolas y figuras literarias) ha sido seña-
y no resulta infrecuente la asimetría entre valor cultural (por ejemplo lado como un signo de nuestra época, sin olvidar la complicidad de la
elevado entre los críticos y especialistas en el campo literario sobre la economía neoclásica con el apogeo del neoliberalismo y el abandono de
obra de un autor experimental emergente) y valor económico (reducido una perspectiva crítica capaz de tomar en cuenta el contexto cultural e
entre los editores, público e industria editorial respecto de una obra histórico en el que los fenómenos económicos acontecen.
vanguardista o alejada de las tendencias del mercado, como lo plantea De este modo, el problema del valor en la economía tiene su corre-
la novela de Levrero). Se trata de la diferencia entre consagración y lato en la esfera simbólica. El mundo contemporáneo se caracteriza por
valor de mercado analizada por Nora Catelli en este dossier. una abundancia de bienes que satura la capacidad de consumo, genera
No obstante, puede haber puntos de encuentro y también proyec- desconcierto y rearticula la relación entre los componentes de un sis-
ción de uno sobre el otro, en tanto el devenir mercancía de las obras tema económico. En la dimensión cultural algo semejante puede verifi-
de arte resulta un fenómeno insoslayable. Esto significa que la esfera carse, por la presencia desmesurada de manufacturas del imaginario:
cultural recibe un impacto proporcional al de cualquier conjunto de bie- libros, películas, música, video, arte en museos y exposiciones, obras de
nes: sobreabundancia o escasez de oferta, alzas y bajas abruptas en la teatro, instalaciones y cultura popular en sus variadas expresiones sa-
cotización de sus productos, dificultad para precisar el precio (valor) de turan la capacidad de absorber esos bienes y tienen el efecto paralelo de
12 Boletín/15 Dossier: Cuestiones de valor 13

afectar la bolsa de valores literarios: se devalúan y sobrevalúan obras la emergencia de nuevos formatos digitales, canales de circulación y
de arte y la literatura pierde una posición que ya no puede considerarse modos de lectura trastornan el valor de lo literario.
tan firme como antes. ¿Cuánto vale hoy un manuscrito inédito de Stieg El mercado de bienes simbólicos y el valor de éstos han adquirido
Larsson y qué identidad o ciudadanía atribuirle? ¿Cómo cotizan los au- por esta razón posiciones más relevantes que nunca y eso nos impulsó a
tores latinoamericanos en el mercado mundial de bienes simbólicos? realizar el coloquio del cual hemos seleccionado el conjunto de trabajos
¿Cuál es la validez de categorías nacionales (o lingüísticas) para definir que componen este dossier.
libros, autores y productos escritos –muchos de los cuales ya circulan
sólo en el espacio virtual y han perdido entidad material devenidos El valor literario en la globalización virtual
en “licencias de uso”, como observa Matilde Sánchez en su artículo? El impacto de Internet sobre la circulación del capital simbólico es
La evolución del capitalismo nos ha llevado a una dimensión donde el un problema actual y varias de las intervenciones en este dossier echan
consumo y los flujos transnacionales, tanto de capital financiero como luz sobre esta cuestión. La emergencia de una nueva lógica de repro-
cultural (antes que el trabajo, la productividad o la escasez de bienes a ducción digital, como la denomina Mónica Bernabé en relación con el
distribuir entre un conjunto famélico de potenciales consumidores, pre- género crónica, la infiltración y penetración de los controles estatales
ocupaciones dominantes en el ciclo de la economía moderna) ocupan un por parte de las redes virtuales tal como lo analiza José Quiroga en el
lugar nuevo y central, impensado algunos años atrás (Gaigner, Throsby, caso cubano, son muestras de los efectos imprevistos de la globalización
Sassen).3 sobre la circulación del capital simbólico y por lo tanto sobre el valor
El valor literario, por su parte, también ha disparado numerosos cultural. El caso de la diáspora cubana reviste particular interés, por
debates que interrogan y se preguntan por la posición de lo literario en su colocación de “entre lugar” en el marco nacional, a la vez adentro y
la contemporaneidad. La mera emergencia del problema es un síntoma afuera del perímetro nacional. Esta condición también afecta su litera-
de desconcierto por la caída del texto literario ante los medios audio- tura, inserta en el mercado mundial pero con huellas reconocibles en el
visuales y su simultánea supervivencia como locus del imaginario. El mercado doméstico incluso por su ausencia. En el libro El estante vacío,
lugar liminal de la literatura, a medio camino entre la realidad y la fic- del flamante ganador del premio Isabel Polanco en México, Rafael Ro-
ción, bajo el impacto del mundo virtual y el Internet, pero sin embargo jas observa cómo incluso en el marco de la economía socialista cubana,
todavía latente como una producción simbólica con peso propio en la in- el mercado consigue penetrar e incidir en la producción literaria. Au-
dustria cultural contemporánea, hablan al mismo tiempo de un cambio tores como Antonio José Ponte o Pedro Juan Gutiérrez se ubican en
y una permanencia: la literatura continúa presente como un lenguaje una red posnacional y atraviesan las fronteras de un mercado regulado
significativo para articular el imaginario, el libro como mercancía man- como el cubano, tanto hacia adentro como hacia fuera de la isla, aunque
tiene su circulación y prestigio simbólico, pero resulta innegable que los libros de Ponte, debido a decisiones comerciales de distribuidores
y editoriales, resultaban hasta ahora inconseguibles en los “estantes
3  La materia de la economía sería cómo distribuir medios limitados entre receptores argentinos”, no menos vacíos que los cubanos a pesar de la ausencia
competitivos. La idea de recursos limitados ante un consumo en crecimiento atraviesa el de un régimen de control estatal.4 Lo mismo ocurre con libros de Dia-
pensamiento económico desde su fundación, tradicionalmente interesado en la adminis- mela Eltit en la Argentina o de autores argentinos en otros mercados
tración de la escasez (Aristóteles). Sin embargo, las condiciones actuales de superproduc-
ción de bienes de consumo (y también culturales, en particular a partir de la expansión de latinoamericanos; a menudo las mediaciones de la industria editorial
la industria cultural) han alterado este paisaje. Los antecedentes más importantes para española, más atenta al mercado europeo, son el canal dominante de
el estudio de la relación entre cultura y economía están, naturalmente, en los trabajos de
los miembros de la escuela de Frankfurt. Benjamin es el precursor y el libro de Adorno y
Horkheimer, La dialéctica del iluminismo (1944), el primer retrato desencantado de esta 4  La editorial Beatriz Viterbo publicará este año dos títulos de Antonio José Ponte:
relación. Como dice Thorsby “for them, an economic interpretation of cultural processes Corazón de Skitalietz, (cuentario que aparece por primera vez en forma independiente,
was an expression of a disaster” (Thorsby 11). respetando el deseo del autor) y Las comidas profundas.
14 Boletín/15 Dossier: Cuestiones de valor 15

circulación. El caso de Brasil, a diferencia de Argentina, también reve- prematuro evaluar su lugar en el canon literario a largo plazo y por lo
la una intensa globalización y un apetito por poéticas transnacionales, tanto su cotización en el mercado global de bienes simbólicos. En rigor
como en los casos de João Gilberto Noll y Bernardo Carvalho, o en la todos los autores mencionados ocupan un lugar incierto debido a la in-
colección “Amores expressos” de la editorial Companhia das Letras, for- filtración del valor de cambio (mercantil) en el valor de uso (simbólico),
mada por historias de amor situadas en distintas ciudades del mundo (y un fenómeno que no ha hecho más que agudizarse en los últimos años.
cuyo primer título, Cordilhera de Daniel Galera, transcurre en Buenos Al mirar al fenómeno literario inscripto en un horizonte transna-
Aires). Esta colección promueve una mayor internacionalización de la cional que está afectando la circulación de la literatura de manera es-
literatura brasileña, ya espontáneamente más abierta que la Argentina pecífica y que tiene como efecto una redefinición de lo que entendemos
de los últimos años a los vientos cosmopolitas y acompañada por polí- por “literatura” y, por lo tanto, el valor que le atribuimos tanto a las
ticas culturales de Estado que, en parte determinadas por la relativa mercancías escritas como a los dispositivos que determinan su natura-
marginalidad del portugués como lengua de lectura internacional, han leza, podemos examinar nuestra misma función como críticos, jueces y
impulsado la traducción y consiguiente disponibilidad de la literatura agentes en la bolsa de valores literarios referida por Valéry y recupera-
brasileña en el mercado literario internacional. da más recientemente por Pascale Casanova. “Mercado literario” es un
La posición de la literatura argentina actual, de baja penetración término con una trayectoria bastante extensa en el campo de los estu-
en el mercado mundial y en muchos casos de escaso conocimiento fuera dios literarios latinoamericanos, que viene de los estudios precursores
del país, contrasta con la de otras literaturas latinoamericanas. A los de Ángel Rama y llega hasta los ensayos contemporáneos de Ignacio
casos ya mencionados de autores brasileños pueden añadirse los de Ma- Sánchez Prado.5 Existe una tradición importante que ha interrogado
rio Bellatin, Fernando Vallejo, Roberto Bolaño, Juan Villoro o la nueva el problema del valor literario que incluye los estudios de Antonio Can-
generación de narradores colombianos. Quizás sólo Ricardo Piglia o Cé- dido y Silviano Santiago, Antonio Cornejo Polar, George Yúdice, Hugo
sar Aira tengan una circulación mayor, mientras los nombres de Juan Achúgar, Jean Franco, Francine Masiello, Ricardo Piglia y las ya men-
José Saer, Marcelo Cohen, Sergio Chejfec o Matilde Sánchez son escasa- cionadas Josefina Ludmer y Beatriz Sarlo. De hecho en Brasil hay una
mente conocidos fuera del país. El campo literario argentino, tanto por tradición de reflexión sobre este problema bastante más rica que en el
la materia de sus obras como por su proyección internacional resulta mundo hispanoamericano.
hoy relativamente provincializado en comparación con la posición que En América Latina el mercado ha sido asociado con un dispositivo
ocupó en otros momentos. En este sentido, la pobreza y discontinuidad imperfecto y disfuncional, con un efecto tangible sobre la circulación del
de las políticas culturales de Estado sin duda no contribuyen a un ma- capital simbólico. Dice Sarlo en “Los estudios culturales y la crítica lite-
yor conocimiento de la producción argentina fuera del país. El período raria en la encrucijada valorativa”: “A veces tengo la impresión de que
de Sur estudiado por Judith Podlubne en este dossier indica un fuerte el canon de los estudios culturales está establecido por el mercado, que
contraste con el momento actual, reflejado en polémicas de resonancia no es mejor autoridad que la de un académico elitista” (2008[1997]: 60).
mundial de las que la revista se hizo eco. Incluso los blogs y recursos El mercado adquiere así el sentido de una fuerza perversa que asigna y
virtuales, comparados con los de otros países, parecen hoy en la Argen- distribuye valores equivocados, una percepción también compartida por
tina fuertemente volcados a los debates locales y por lo tanto ineficaces muchos escritores. El valor estético resulta hoy afectado por el mercado
para insertarse en una conversación internacional. económico en la medida en que la industria cultural se ha consolidado
Se trata en rigor de un fenómeno complejo y difícil de evaluar por la como maquinaria de consagración e intervención en el canon, aunque
ausencia de una distancia crítica y temporal. Autores como Guillermo las intervenciones críticas desde las trincheras académicas mantengan,
Martínez, Martín Kohan o Pablo De Santis alcanzan, aunque en menor
grado que los escritores latinoamericanos mencionados anteriormente, 5  Véase al respecto Luis Cárcamo Huechante et al, eds., El valor de la cultura: arte,
una penetración considerable en el mercado internacional. Pero resulta literatura y mercado en América Latina. Rosario: Beatriz Viterbo Editora, 2007.
16 Boletín/15 Dossier: Cuestiones de valor 17

al menos en América Latina, cierta capacidad performativa en la coti- vale la pena citar. Dice Richard Uribe en su informe El espacio ibero-
zación de los bienes simbólicos. americano del libro. Informe 2008:
Existe en la tradición crítica una posición compleja y hasta cier-
to punto contradictoria. Por un lado el mercado resulta estigmatiza- La región exporta muy poco a España: 9,2 millones de dólares en 2006 mientras que
do (Rama, Viñas, Sarlo en La ciudad vista: mercantilización y pobreza las exportaciones españolas a Latinoamérica ascendieron a 263,6 millones. El 29 % de las
importaciones de libros que realizó Latinoamérica durante el año 2005 fueron de origen
como fenómenos paralelos; Fernández Retamar, marxistas brasileños, español, mientras que las exportaciones de estos países a España fueron de apenas un
mexicanos o chilenos). El mercado como monstruo, tal como nos lo re- 2,3% del total importado a la península. Para 2006 esta cifra fue del 2.1 %. Es claro que
cuerda Nora Domínguez en su artículo. Se trata de una imagen crea- existe una asimetría en el comercio de libros entre Latinoamérica y España, que se expli-
da por las vanguardias, que se manifestaron como enemigas acérrimas ca por diversos factores como la falta de una difusión de la oferta bibliográfica de manera
del mercado y las instituciones asociadas a él y cuya fuerza revulsiva consistente y continuada.
y contestataria fue rápidamente capturada y triturada por ese mismo
mercado al cual se oponían. Los circuitos de distribución son bastante diferentes en cada caso.
Por otro lado, la ausencia o debilidad del mercado no ha sido moti- En cuanto al comercio intralatinoamericano, no es tan bajo como pare-
vo de celebración en la historia cultural, sino todo lo contrario: ha sido ce, aunque sí engañoso, ya que como señala Richard Uribe en otro infor-
percibida como una carencia o un déficit al que se responsabiliza por el me, “La distribución del libro en América Latina”, el mercado editorial
subdesarrollo, la desvalorización del capital simbólico, la pobreza de la latinoamericano y español responden a lógicas muy distintas.
lectura y la anemia de la cultura literaria. Los trabajos de Antonio Can- Si bien hay un fuerte desequilibrio en el comercio entre España y
dido, Rafael Rojas, Josefina Ludmer, Silviano Santiago, George Yúdice o Latinoamérica (diferente del caso de Brasil–Portugal), las importacio-
Néstor García Canclini señalan este problema. Asimismo, la fragmen- nes latinoamericanas son tantas desde la región como desde España
tación y “tabicamiento” del mercado son algunas de las imputaciones (29% del total; datos de 2004), lo cual indica un comercio creciente entre
atribuidas al mercado transnacional de bienes simbólicos latinoameri- los países de América Latina (incluido Brasil). La industria editorial
cano (Link, Ludmer, Rojas, Poblete): la pobre circulación transversal de colombiana es un ejemplo interesante (Ludmer 2005), que mediante
literatura latinoamericana entre sus diferentes públicos, es ya un lugar leyes de fomento a la producción y publicación ha generado un efecto en
común de la crítica latinoamericana que a pesar de regresar continúa la misma aparición de nuevos autores (Héctor Abad Faciolince, Efraim
sin resolverse e incluso se ha agravado: la debilidad de las políticas cul- Medina Reyes, Santiago Gamboa, etc.).
turales estatales (como Casa de las Américas, que en su mejor momento La distribución aparece en los estudios de Uribe como un factor
contribuyó a una mayor circulación intralatinoamericana de la literatu- central en la consolidación de un mercado: el débil papel de las distri-
ra regional) han afectado negativamente la difusión de literatura entre buidoras y la relativa escasez de bocas de expendio –librerías y biblio-
las naciones latinoamericanas. Esta concepción del mercado más como tecas– conspiran contra la formación de un mercado común de lectura.
un “espacio de intercambio y circulación del capital simbólico” que como Aunque una recorrida por Buenos Aires, San Pablo o México indique lo
un dispositivo de cotización financiero próximo a las doctrinas económi- contrario, sabemos que hay muchas zonas del continente, el interior de
cas del neoliberalismo, podría pensarse en los términos de Bourriaud, la Argentina sin ir más lejos, donde la situación es muy difícil en térmi-
como un campo relacional cuya debilidad o mal funcionamiento afecta nos de “bocas de expendio”. En Brasil el número de librerías por habi-
la misma existencia de la producción simbólica (Bourriaud 2008). tante se encuentra entre los más bajos de la región. Los datos indican
que el consumo de libros alcanza apenas a dos ejemplares por habitante
Distribución y cotización en la aldea global por año en el continente (Dávila Castañeda 2005).
Algunos estudios enfocados en la distribución aportan datos inte- A pesar del desembarco de las empresas multinacionales del mun-
resantes que, si bien no están en el centro de nuestro interés específico, do editorial en la región, algunas editoriales parecen interesarse por
18 Boletín/15 Dossier: Cuestiones de valor 19

autores marginales o devaluados en el mercado, por ejemplo la poesía El problema del valor de las mercancías culturales (cultural
o la narrativa experimental. El caso de editoriales independientes con commodities) ha despertado una polémica que permanece abierta. Una
una sensibilidad no orientada hacia la venta o el éxito comercial, que posición frente a este dilema es la de suspender el juicio de valor (Lud-
florecen en varios países, resulta una contracara del proceso de concen- mer) ante la fusión de valor económico y valor estético, el derrumbe
tración editorial.6 Estas empresas contribuyen a diversificar la oferta, de las fronteras entre ficción y realidad y la presencia de lo cotidiano
traducir autores que los grandes conglomerados ignoran y abrir opor- en la representación. ¿Dónde se ubica hoy el signo literario y el arte
tunidades para autores jóvenes o menos conocidos. Es decir, generan ante las señales innegables de su incorporación al mercado? El proceso
valor simbólico y actúan sirviéndose de los canales del mercado pero sin de autonomización debería en rigor haberse profundizado con la ma-
someterse a la tiranía de las ventas masivas. Vemos entonces al valor yor integración de lo cultural a lo económico, ya que es “sólo cuando la
como un concepto variable, dinámico, asociado con la circulación y que cultura está ampliamente saturada de valor de cambio que se vuelve
comprende la recepción, la lectura, la traducción en un sentido amplio, políticamente utópica” (Eagleton 235). La interrelación entre cultura y
el consumo de bienes culturales –el libro–mercado, como lo denominó economía permite reconocer fuertes corrientes de determinación mu-
Diamela Eltit en contraste con el libre–mercado, la distribución. Los es- tua, en las que la incidencia de la base sobre la superestructura, en los
tudios de José Del Valle son precursores en esta línea de investigación y términos clásicos de la sociología cultural marxiana, puede revisarse e
permiten comprender mejor el valor instrumental de la lengua y el uso identificar fuerzas en ambas direcciones. Como lo señala Eagleton, el
que el Estado español le ha atribuido, frente a la generalizada indife- dominio de la cultura como parte de la superestructura no debe signi-
rencia ante esta porción del capital simbólico por parte de los gobiernos ficar reificar su naturaleza. Por el contrario, el devenir mercancía pone
latinoamericanos (Del Valle 2004 y 2007). de manifiesto las miserias del artefacto como dispositivo del sistema,
El mercado cultural, puede ser pensado entonces, aunque parezca pero también revela su resistencia potencial, es decir, la condición con-
escandaloso, como un significante vacío, como la marca de un territorio trahegemónica del signo literario. Al exhibir en su misma materialidad
cuyas alteraciones dejan una huella sobre el objeto “literatura” y, por el estado de las cosas, la mercancía cultural muestra la pérdida de po-
lo tanto, sobre el estado de nuestra disciplina. El valor de lo literario der del juicio crítico, el avance destructivo de la industria cultural en su
se refleja sobre lo que somos y sobre la “crítica literaria” como práctica, nueva dimensión digital y la disolución de la economía significante tal
que ha dejado de ser un referente válido para lo que hacemos y se ha como la conocíamos.
convertido probablemente en un ejercicio con un impacto mucho más Creemos que atender este problema puede ayudarnos a entender
débil sobre el valor cultural que el que tenía hace unos años. La idea de mejor las mutaciones de nuestro campo, cómo se ha transformado (¿de-
los suplementos literarios de los diarios como meros apéndices de mar- valuado, reconvertido?) la praxis literaria en el presente y cuál es el
keting de la industria cultural, a menudo vaciados de espesor crítico y impacto de esos cambios en nuestra propia posición en la plataforma
funcionales a intereses económicos de las editoriales o a las políticas académica de lectura. La crisis de la crítica literaria como disciplina, al
estatales (el suplemento Ñ del diario Clarín) permite pensar en esta mismo tiempo que el mercado cultural inunda el espacio académico; los
cuestión. debates sobre lecturas anti close-reading, la división internacional del
trabajo intelectual y nuestra posición en ese mapa son materia sobre la
6  Pueden consultarse al respecto los artículos de Adriana Astutti y Sandra Contre- que deberíamos responder e intervenir, y ése fue el espíritu de nuestro
ras, “Editoriales independientes, pequeñas... Micropolíticas culturales en la literatura ar- encuentro y el dossier que lo recupera. El rol de la educación, la crítica
gentina actual”. Revista Iberoamericana. Volumen LXVII. Nº 197. Instituto Internacional literaria y la academia en la fijación del valor simbólico, crecientemente
de Literatura Iberoamericana, University of Pittsburgh. Pittsburgh. Octubre–diciembre devaluado, señala un cambio de escenario donde el valor no es ya más
2001: 767–780 y de Bernardo Subercasseaux, “Bicentenario: paisaje cultural y editorial
en Chile”, en Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, año XXXVI, No 71, Lima– asignado por árbitros asociados con la república de las letras, sino por el
Boston, 1er Semestre de 2010. mercado. El valor se vuelve volátil y determinado por los vínculos entre
20 Boletín/15 Dossier: Cuestiones de valor 21

la industria cultural y la obra. Aunque podamos simular indiferencia García Canclini, Néstor. Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de la
frente a la inestabilidad del valor estético, no creo que sea posible desde modernidad. México: Grijalbo, 1989.
nuestra posición de consumidores, trabajadores de la cultura y emplea- Guillory, John. Cultural Capital: The Problem of Literary Canon Formation.
dos de la industria cultural. El canon se derrite, atravesado por nuevas Chicago: The University of Chicago Press, 1993.
fuerzas que aún intentamos comprender. Hutter, Michael y David Throsby. Beyond price: value in culture, economics, and
the arts. Cambridge: Cambridge University Press, 2008.
Jameson, Fredric. A Singular Modernity: Essay on the Ontology of the Present.
Referencias bibliográficas Londres: Verso, 2002.
Achurar, Hugo. “Apuntes sobre la literatura mundial” en Sánchez Prado 2006: La Blanc, Gregory P. (ed). New Literary History, 31.2, Economics and Culture:
197–212. Production, Consumption and Value, Spring 2000.
Adorno, Theodor W. y Max Horkheimer. La dialéctica del iluminismo. Traduc- “Commentary: Economic and Literary History: An Economist’s Perspecti-
ción de H. Murena. Buenos Aires: Sur, 1969 [1944]. ve”, introducción al número de New Literary History, 2000, 31: 355–377.
Bourriaud, Nicolás. Estética relacional. Traducción de Cecilia Beceyro y Sergio Levrero, Mario. Dejen todo en mis manos. Buenos Aires: Sudamericana–Mon-
Delgado. Buenos Aires: Adriana Hidalgo, 2008. dadori, 2010 [1998].
Casanova, Pascale. La República mundial de las Letras. Traducción de Jaime Link, Daniel. Cómo se lee y otras intervenciones críticas. Buenos Aires: Norma,
Zulaika. Barcelona: Anagrama, 1991. 2003.
Cárcamo Huechante, Luis, Álvaro Fernández Bravo y Alejandra Laera, eds. El Ludmer, Josefina. “Literaturas postautónomas” en Ciberletras v. 17, 2007. Dis-
valor de la cultura: arte, literatura y mercado en América Latina. Rosario: ponible en http://www. lehman.edu/ciberletras/v17/ludmer.htm
Beatriz Viterbo, 2007. “Territorios del presente. Tonos antinacionales en América Latina”, publi-
Cornejo Polar, Antonio. Escribir en el aire. Ensayo sobre la heterogeneidad so- cado en la revista Grumo No. 4, en noviembre de 2005.
cio–cultural en las literaturas andinas. Lima: Editorial Horizonte, 1994. Masiello, Francine. The art of transition: Latin American Culture and Neolibe-
Dávila Castañeda, Luz. “El libro en América Latina: situación actual y políticas ral Crisis. Durham: Duke University Press, 2002.
públicas” en Boletín GC: Gestión Cultural No 13: Políticas de apoyo al sec- Mossetto, Gianfranco. Aesthetics and Economics, London: Kluwer, 1993.
tor del libro, septiembre de 2005. ISSN 1697–073X. Disponible en Internet: Pobrete, Juan. “Globalización, mediación cultural, literatura nacional” en Sán-
http://www.oei.es/fomentolectura/libro_en_Latinoamerica_davila.pdf chez Prado ed. 2006: 271–306.
Del Valle, José. La batalla del idioma: la intelectualidad hispánica ante la len- Polanyi, Karl. La gran transformación. Los orígenes políticos y económicos de
gua. Madrid: Vervuert / Iberoamericana, 2004 nuestro tiempo. Prólogo de J. Stiglitz. Buenos Aires: FCE, 2007 [2004].
La lengua, ¿patria común? Ideas e ideologías del español. Madrid: Vervuert Rama, Angel ed. Más allá del boom: literatura y mercado. Buenos Aires: Folios,
/ Iberoamericana, 2007. 1981.
Eagleton, Terry. “Base and Superstructure Revisited” en La Blanc, ed. 2000: Rojas, Rafael. El estante vacío. Literatura y Política en Cuba. Barcelona: Ana-
231–240. grama, 2009.
Franco, Jean. “Nunca son pesadas / las cosas que por agua están pasadas” en Thorsby, David. Economics and Culture. Cambridge: Cambridge University
Sánchez Prado, ed. 2006: 183–195. Press, 2001.
Gagnier, Regina. “The Law of Progress and the Ironies of Individualism in the Sánchez–Prado, Ignacio, ed. Introducción a América Latina en la “literatura
Nineteenth Century” en La Blanc, ed. 2000: 315–336. mundial”. Pittsburgh: Instituto Internacional de Literatura Iberoameri-
The Insatiability of Human Wants: Economics and Aesthetics in Market cana, 2006.
Society. Chicago: The University of Chicago Press, 2000. Santiago, Silviano. Vale quanto pesa. Rio de Janeiro: Paz e Terra, 1982.
22 Boletín/15 Dossier: Cuestiones de valor 23

Sarlo, Beatriz. La ciudad vista. Mercancías y cultura urbana. Buenos Aires: Un salto que nos deposita quién sabe adónde
Siglo XXI, 2009.
“Los estudios culturales y la crítica literaria en la encrucijada valorativa”
en Nelly Richard, ed., Debates Críticos en América Latina 2: 36 números de Matilde Sánchez
la Revista de Crítica Cultural (1990–2008). Santiago: Arcis, 2008 [1997].
Sassen, Saskia. Territorio, autoridad y derechos. De los ensamblajes medievales
a los ensamblajes globales. Traducción de María Victoria Rodil. Buenos
Aires: Katz, 2010.
Smith, Barbara Herrnstein. Contingencies of Value. Cambridge: Harvard Uni-
versity Press, 1988. Hace pocas semanas, Amazon borró por control remoto copias de
Süssekind, Flora. “Escalas y ventriloquos” en Sabado, Rio de Janeiro, 5 de enero libros que había vendido a sus clientes de Kindle, por no contar con la
de 2008. www.subrosa3.wordpress.com/2008/01/05/flora–escalas–ventrilo- debida autorización editorial al momento de distribuirlos. Se trató de
quos/ un error de contrato entre la editorial y la librería electrónica. Es una
Uribe, Richard. El espacio iberoamericano del libro. Informe 2008. São Paulo: sorprendente casualidad que uno de los libros “desafectados” telemáti-
Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina, el Caribe, camente, y uno de los dos de George Orwell, haya sido 1984. Orwell mu-
España y Portugal, Cerlalc–Unesco, 2008. Disponible en internet en : www. rió hace 58 años y por tanto, su obra es de dominio público en gran parte
cerlalc.org/secciones/libro.../El_espacio_iberoamericano.pdf del mundo. Al acceso digital –a ese novedoso régimen de inmaterialidad
Viñas, David. “Pareceres y disgresiones en torno a la nueva narrativa latinoa- material–, de su obra, se corresponde esta desaparición mágica: el ob-
mericana” en Ángel Rama, ed., 1981. jeto libro se esfuma por control remoto, solo que un archivo de lectura
Yúdice, George. El recurso de la cultura. Usos de la cultura en la era global. ya no es un libro. Recordemos que en la novela los censores tienen ca-
Barcelona: Gedisa, 2002. pacidad de eliminar todo rastro de prensa crítica que moleste al Gran
Hermano enviándola a una pira llamada “agujero de la memoria”.
Queda claro en este episodio que Amazon no vende libros (los lec-
tores pagan 9 dólares por la mayoría de los archivos completos), sino
derechos de acceso. Fueron los propios consumidores quienes señalaron
la diferencia en este último año; desde que surgió el e–book, vienen
insistiendo en que a diferencia de los libros materiales, los archivos
digitales no permiten al lector compartir un libro, como tampoco ven-
derlo después de su lectura. El lector, de hecho, no se hace de un libro,
si desea compartirlo debe compartir el instrumento. Hace apenas unos
diez años el libro, depositario primario de la memoria, dejó de ser una
presencia exclusivamente material; a cambio de libros comenzamos a
transitar la era de las licencias de lectura.
Quisiera hacer hincapié en este detalle. Orwell murió en 1950, es
decir que su obra en Argentina es de dominio público. En otros países se
concede a los herederos un tiempo que se extiende a 70, 80 o 100 años
desde la muerte del autor. Así, las terminales electrónicas globales se
atienen a legislación nacional mientras hacen ventas globales: si bien el

S-ar putea să vă placă și