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Hay cosas que nos parece importante preservar para las generaciones futuras.

Su importancia
puede deberse a su valor económico actual o potencial, pero también a que nos provocan una
cierta emoción o nos hacen sentir que pertenecemos a algo, un país, una tradición o un modo
de vida. Puede tratarse de objetos que poseer o edificios que explorar, de canciones que
cantar o relatos que narrar. Cualquiera que sea la forma que adopten, estas cosas son parte de
un patrimonio y este patrimonio exige que nos empeñemos activamente en salvaguardarlo.

El patrimonio cultural no se limita a monumentos y colecciones de objetos, sino que


comprende también tradiciones o expresiones vivas heredadas de nuestros antepasados y
transmitidas a nuestros descendientes, como tradiciones orales, artes del espectáculo, usos
sociales, rituales, actos festivos, conocimientos y prácticas relativos a la naturaleza y el
universo, y saberes y técnicas vinculados a la artesanía tradicional.

La UNESCO, que es el único organismo especializado de las Naciones Unidas cuyo mandato
trata específicamente de la cultura, ayuda a sus Estados Miembros a concebir y aplicar
medidas para la salvaguardia efectiva de su patrimonio cultural. Entre esas medidas, la
adopción de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial fue un paso
importante hacia la formulación de nuevas políticas en la esfera del patrimonio cultural

Si no se alimenta, el patrimonio cultural inmaterial podría perderse para siempre, o quedar


relegado al pasado. Su preservación y transmisión a las futuras generaciones lo refuerza y
mantiene en vida, al tiempo que le permite cambiar y adaptarse.

Entre las iniciativas para salvaguardar el patrimonio cultural inmaterial se cuentan su


identificación, documentación, investigación, preservación, promoción, mejora y transmisión,
en particular a través de la educación formal y no formal, así como la revitalización de sus
diferentes aspectos.

La Convención adoptada por la UNESCO en 2003 es el primer tratado internacional que ofrece
un marco jurídico, administrativo y financiero para la salvaguardia de este patrimonio. Una
convención es un acuerdo entre Estados, concertado con arreglo al derecho internacional, que
prevé derechos y obligaciones de cada una de las partes.

el primer paso que debe dar un Estado para salvaguardar este patrimonio es identificar y
registrar o inventariar las expresiones y manifestaciones susceptibles de ser consideradas
patrimonio cultural inmaterial.

Convención (París 1972)

DEFINICIONES DEL PATRIMONIO CULTURAL Y NATURAL

Articulo 1

A los efectos de la presente Convención se considerará "patrimonio cultural":

- los monumentos: obras arquitectónicas, de escultura o de pintura monumentales,


elementos o estructuras de carácter arqueológico, inscripciones, cavernas y grupos de
elementos, que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia,
del arte o de la ciencia,
- los conjuntos: grupos de construcciones, aisladas o reunidas, cuya arquitectura, unidad e
integración en el paisaje les dé un valor universal excepcional desde el punto de vista de la
historia, del arte o de la ciencia,

- los lugares: obras del hombre u obras conjuntas del hombre y la naturaleza así como las
zonas, incluidos los lugares arqueológicos que tengan un valor universal excepcional desde el
punto de vista histórico, estético, etnológico o antropológico.

Articulo 2

A los efectos de la presente Convención se considerarán "patrimonio natural":

- los monumentos naturales constituidos por formaciones físicas y biológicas o por grupos de
esas formaciones que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista estético
o científico,

- las formaciones geológicas y fisiográficas y las zonas estrictamente delimitadas que


constituyan el habitat de especies, animal y vegetal, amenazadas, que tengan un valor
universal excepcional desde el punto de vista estético o científico,

- los lugares naturales o las zonas naturales estrictamente delimitadas, que tengan un valor
universal excepcional desde el punto de vista de la ciencia, de la conservación o de la belleza
natural,

Los Estados Partes en la presente Convención, por todos los medios apropiados, y sobre
todo mediante programas de educación y de información, harán todo lo posible por
estimular en sus pueblos el respeto y el aprecio del patrimonio cultural y natural definido en
los artículos l y 2 de la presente Convención.

MUSEOS

Una definición actual dice que “[...] EL MUSEO ES UNA INSTITUCIÓN ABIERTA AL PÚBLICO,
QUE ADQUIERE, CONSERVA, INVESTIGA, COMUNICA Y ESPECIALMENTE EXHIBE EVIDENCIAS
MATERIALES SOBRE EL HOMBRE Y SU ENTORNO, CON FINES DE ESTUDIO, DE EDUCACIÓN Y
DE DELECTACIÓN”.

¿Cómo convertiríamos esta definición en palabras de todos los días?

• Los museos deben reunir, conservar (o sea guardar con cuidado, para que duren todo lo
posible) estudiar y mostrar cierto tipo de objetos.

El museo tiene que darnos acceso a una parte de ese patrimonio.

El museo tiene un alto grado de responsabilidad porque puede implementar distintas


maneras de acoger al visitante, y también porque es un operador de políticas culturales: al
decidir qué objetos considera valiosos como para incorporarlos a su acervo contribuye a

definir qué es y qué no es patrimonio. En ese sentido, es un lugar de construcción de los


valores de una comunidad. Para contribuir a democratizar de manera real el acceso al
patrimonio, tanto la escuela como el museo deben comprometerse activamente y promover
la valoración y el uso de los distintos bienes culturales.
Se usa con frecuencia la palabra patrimonio. Si recurrimos al diccionario encontramos un
significado relacionado con el concepto de propiedad:

“CONJUNTO DE LOS BIENES DE ALGUIEN ADQUIRIDOS POR HERENCIA FAMILIAR. CONJUNTO


DE LOS BIENES DE ALGUIEN, CUALQUIERA QUE SEA SU ORIGEN”.

Esta noción de patrimonio en sentido económico indica un elemento de diferenciación: los


bienes pertenecen a alguien en particular –una persona, una familia, podría ser un país– y,
por lo tanto, no pertenecen a otros. Esto suele suceder también con el patrimonio cultural,
que diferencia a un grupo humano de otro.

La noción de patrimonio cultural es histórica. Es lo que en una época se considera que hay
que valorar y guardar del pasado y del presente. Evidentemente, casi siempre la selección de
lo que se rescata del pasado la hacen los grupos sociales dominantes, de acuerdo con
criterios restrictivos que se presentan como generales.

Últimamente se ha comenzado a trabajar también sobre lo que se llama patrimonio


intangible, es decir, aquel que no incluye evidencias materiales: tradiciones, canciones,
leyendas, saberes acumulados.

El diccionario registra, además, la definición de patrimonio de la humanidad.

En 1972, la Conferencia General de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la


Educación, la Ciencia y la Cultura) aprobó la Convención sobre la protección del patrimonio
mundial, cultural y natural. En esa convención se reconoce la existencia de patrimonio
cultural y natural cuya conservación importa a la humanidad entera. Se estableció así la
constitución de una lista de patrimonio mundial, que se actualiza permanentemente.

El patrimonio cultural de una nación, una ciudad, un grupo social, es público. No es reservado.
Esto crea simultáneamente una red de derechos y responsabilidades. Si es público, es de
todos; si es de todos, es mío; pero no para hacer con él lo que quiera, porque también es de
los otros y de los que vienen después (esa noción de patrimonio como algo heredado, nos
impone, a su vez, la responsabilidad de transmitirlo). En nuestra vida cotidiana estamos
permanentemente en situación de proteger o de descuidar el espacio público, desde los
parques hasta los monumentos, los libros de una biblioteca o elementos más modestos que
pasan desapercibidos, pero que forman parte de nuestro acervo común.

Visita escolar al Museo de Bellas Artes

Museos y museos

Una manera de diferenciar los museos es por su contenido, por el tema al que se dedican. No
tiene mucho sentido dedicarnos a clasificarlos, sobre todo porque son instituciones ideales
para hacer entrecruzamientos y mezclar disciplinas. Pero podemos enumerar sin demasiado
rigor los más usuales.

Museos de Arte

En los museos de arte encontramos pinturas, dibujos, esculturas, grabados, fotografías,


instalaciones. Se caracterizan por proponer una mirada desde el punto de vista estético.
Habitualmente están organizados por lugar y por época, o sea que encontramos en una misma
sala obras que fueron realizadas en un mismo contexto histórico y que muchas veces tienen
parentesco de estilo. Un caso particular lo constituyen los museos de Arte Moderno o
Contemporáneo, que se dedican a obras producidas en el presente. También hay museos
dedicados a un solo autor o a una técnica específica.

¿Qué tiene una exposición además de los objetos?

Carteles pequeños, textos grandes, textos chicos. Esos textos incluyen aclaraciones sobre los
objetos o sobre el conjunto de la exposición. En algunos casos, nos resultarán interesantes,
significativos y claros. Y en otros, no. Así como aún hay muchos museos que transmiten una
sensación de descuido, a menudo también ocurre que la información incluida es ociosa o poco
clara. Además de los textos podremos encontrar mapas, gráficas, maquetas y otros recursos
para ampliar la información sobre el tema.

En algunos casos, los museos ponen a nuestra disposición publicaciones que profundizan la
exhibición: algún desplegable con referencias generales a la muestra, folletos, catálogos.

Los museos y sus edificios

En la mayoría de los casos, los museos de nuestro país están instalados en edificios que fueron
construidos con otro propósito y más tarde fueron adaptados para esta función. Algunas veces
se trata de construcciones que en sí mismas tienen valor cultural y deben ser considerados
parte de la colección del museo, relacionada o no con su tema

los museos tienen una historia relativamente breve: corresponden a la modernidad occidental.
Sin embargo, cuando se hace la historia de los museos se rastrean antecedentes muy lejanos.
Se señala, por ejemplo, que en casi todas las culturas se dio importancia a ciertos objetos, y
que, por lo tanto, se los utilizaba como ofrendas religiosas. También se sabe que en las guerras
los vencedores se apropiaban de los objetos que eran valiosos para los vencidos, y que luego
los exhibían en señal de triunfo. Y que los museos nacieron concretamente de las colecciones
reunidas por particulares.

tal como los conocemos, los museos son una creación del siglo XVIII europeo, y consistieron en
abrir al público lo que hasta ese momento habían sido colecciones privadas, de reyes y
príncipes. Esta cualidad de hacer público y compartido un acervo los convirtió en un agente
fundamental en la organización de patrimonios nacionales.

La visita puede ser una herramienta de aprendizaje, pero es importante que no reproduzca el
contexto escolar. En gran medida, el potencial educativo del museo radica en su clara
diferencia con ese contexto, su característica no formal, el manejo de un espacio y un tiempo
menos pautado, la capacidad de entregar al deseo de cada uno la decisión de recorridos,
tiempos, etc.

El museo puede servir de apoyo a la escuela no sólo a través de sus exposiciones.

Podemos usarlo como fuente de información. Recurrir, si los tienen, a sus bibliotecas y
archivos. Y también a los saberes de los que allí trabajan, que podrán orientarnos sobre
muchos temas

Vamos al museo a mirar. Y a pensar. Y a emocionarnos. A disfrutar. A conocer. A hacernos


preguntas. A hacer preguntas a otra gente. A interrogar los objetos. A cuestionar. A participar
de actividades. A tomar contacto de muy diferentes maneras con un patrimonio que es
nuestro.
Para definir patrimonio intangible, primero deberíamos definir el concepto de patrimonio
básicamente, dejando en claro qué es: Aquello que heredamos de nuestros antepasados
Partiendo de allí encontraremos varias categorías para definir el patrimonio que pueden ir
desde el patrimonio económico (dinero, valores, acciones, propiedades, etc.) hasta el
patrimonio cultural y natural (lo producido por el hombre y la riqueza provista por la
naturaleza, respectivamente).

Entendemos como “patrimonio” los bienes materiales que poseemos.

el patrimonio cultural se divide en tangible e intangible

el patrimonio intangible apela a alguno o todos de los cinco sentidos de los seres humanos,
pero también a la espiritualidad, las sensaciones y algunos aspectos como la tradición de la
que hablaremos más adelante. Muchos elementos del patrimonio intangible tienen un
continente tangible que lo materializa.

El patrimonio intangible es tan amplio que incluye aspectos tan disímiles como el arte
culinario, la artesanía tradicional, la música, las lenguas, los mitos y leyendas como también las
festividades.

El patrimonio intangible tiene además algunas particularidades, el de ser a la vez anónimo y


colectivo

El patrimonio intangible es aprendido, practicado y heredado por gente y por organizaciones,


los individuos “portadores” deben tener destrezas o habilidades para el desarrollo de ciertas
técnicas de producción, y son quienes preservarán la cultura tradicional que compone el
patrimonio intangible.

Bienes intangibles. Son aquellos que no tienen sustentación material sino que corresponden a
las manifestaciones que solo la tradición mantiene vivas.

La construcción de un patrimonio intangible en el seno de la sociedad hace que se genere un


espíritu para poder persistir como seres humanos.

Las principales fuentes del patrimonio intangible se hallan en las creencias y costumbres, que
incluyen las supersticiones relativas a fenómenos naturales, o conceptos inanimados, a
fenómenos relacionados con plantas, animales, seres, faenas rurales, juegos, brujerías, la
muerte, fantasmas, espíritus, duendes, curanderismo, cosmovisiones. O basados en algunas
costumbres tradicionales como las ceremonias que se celebran en acontecimientos como
nacimientos y la muerte. En estas fuentes se encuentran también los juegos, las narraciones y
los refranes, las anécdotas, las adivinanzas. Y dentro del arte las poesías y canciones populares,
las coplas, los romances, las glosas, las danzas, las canciones de cuna, y otras. Y también los
conocimientos populares de diversas ramas de las ciencias, como la botánica medicinal, etc. La
tradición va llevando el hilo conductor de estos saberes de modo tal de convertirlos en
patrimonio intangible

Toda sociedad tiene su patrimonio intangible, que lo fue elaborando a través de los siglos, en
algunos países está más reconocido y en otros menos. Pero en todos es el tesoro que ha ido
conformando la identidad de las naciones.

TANGO COMO PATRIMONIO INTAGIBLE UNIVERSAL


El tango fue declarado el miércoles 30 de septiembre del 2009, Patrimonio Cultural Inmaterial
de la Humanidad

SANTA CRUZ: HUGO GIMENEZ AGÜERO

DULCE DE LECHE (NACIONAL)

Una de las acciones importantes para la protección parte de su inventario y catalogación y de


allí en adelante surgirá la postulación para su defensa legal, ya sea local, regional, provincial,
nacional o como patrimonio de la humanidad.

En la medida en que nuestras culturas pasan al olvido, nosotros como personas también
pasamos al olvido, por eso uno de los sustentos de la gestión es precisamente la memoria.
Curiosamente un patrimonio intangible se sostiene gracias a otro elemento intangible que es
la memoria, pero no en su forma recordatorio sino en la forma concreta de relevamiento y
listado.

El patrimonio intangible se hace permanentemente, ya que se legitima a cada instante. No


existe un patrimonio intangible si no cuenta con una comunidad que lo valide, lo exprese, lo
difunda, lo preserve y lo investigue. De hecho para el patrimonio intangible el museo es la
gente misma. El papel que el museo cumple para con el patrimonio tangible, para el intangible
lo cumple la sociedad, y los especialistas registramos y difundimos pero a otro nivel.

Los métodos de asegurarnos su conservación pueden ser en distintos ámbitos: En el ámbito de


la educación, comunicación y difusión • Lo más importante desde lo pedagógico es generar un
sentido de pertenencia con respecto a las distintas manifestaciones del patrimonio intangible,
este es el objetivo a alcanzar. Nuestro país proviene en su mayoría de inmigrantes o hijos de
inmigrantes con escasa afirmación por las manifestaciones culturales

propias. La mayor parte de la población se asienta en la ciu - dad de Buenos Aires o en espacios
urbanos. Este alejamiento y desconocimiento de la vida cotidiana hace que no la sintamos
como propia y que para un porteño, una baguala sea tan extra - ña como la música de otro
país. Achicar esa diferencia, hacer sentir como propio lo autóctono es el desafío que nos
compete educativamente. • Fortalecer los eventos, exposiciones, fiestas y celebraciones po -
pulares, ferias y mercados regionales, priorizando el protagonis - mo de aquellas expresiones
más tradicionales. • Realizar cursos de capacitación, dictados por los artesanos más
experimentados y, en su defecto, por especialistas en artesanía histórica. • Promover ámbitos
espaciales y temporales donde se pueda se - guir transmitiendo el Patrimonio Intangible. Los
juegos tradicio - nales de los niños, en franco proceso de desaparición, precisa - rían para ser
recobrados de un espacio público vecinal y pací - fico que ha desaparecido de las grandes
ciudades y que parece difícil de recuperar. • Otros bienes como las fiestas y celebraciones, en
plena vigencia, necesitan de tiempo libre para poder dedicarlo a su preparación y además el
apoyo de todos los que puedan dedicarse a la fiesta ese día. Por lo tanto habría que promover
los feriados necesarios para permitir la organización y realización de fiestas o espectá - culos
tradicionales, tal como lo hizo la Ciudad de Buenos Aires respecto de los feriados de Carnaval
que se habían suprimido en 1977. Se debería restablecer, por ejemplo, el feriado del 1 y 2 de
noviembre para que la festividad que conmemora a los muertos en todo el país, y
especialmente en el NO argentino, no desaparezca, o el del 6 de enero, en el cual en provincias
como la Rioja se realizan exposiciones familiares y concursos de pesebres. Lo mismo
podríamos decir para el 24 de junio, día de San Juan y su víspera en el NE de Argentina,
jornadas en las que se prepara y realiza una de las festividades religiosas paraeclesiásticas más
interesantes de nuestro país y de los vecinos de Paraguay y Brasil. El hecho de que todos los
habitantes dis - pongan del feriado influye además en que estas fiestas tradicio - nales no se
conviertan en mero espectáculo para observar, sino que se permita a todos, como fue
tradicionalmente, participar en su organización y desarrollo. • Advertir sobre las distorsiones
en las que se cae al unir lo exó - tico con el patrimonio intangible con fines exclusivamente tu -
rísticos o comerciales. Por ejemplo celebraciones como la fiesta de San Patricio o Hallowen
deberían tener su propio contexto diferenciador con otras manifestaciones más tradicionales y
au - ténticas. • Revalorizar los concursos donde participen los promotores del Patrimonio
Intangible, concursos donde los abuelos narren le - yendas, concursos de música tradicional
argentina, etc.

Incluir la temática del Patrimonio Intangible en los distintos niveles curriculares de enseñanza.
Promoviendo a través de los ministerios de educación de las distintas provincias, que se
aborde el tema transversalmente en las diferentes materias: ciencias naturales, historia,
geografía, ciencias sociales, artes y ciencias. En forma programada también brindar cursos de
capacitación docente para que los educadores puedan saber como tratar el tema. • Considerar
el Patrimonio Cultural Viviente como una particular categoría de personas o grupos sociales
que, por su aporte a las tradiciones en las diversas manifestaciones de la cultura popular,
ameriten ser consideradas como integrantes del Patrimonio Cultural de las provincias o de la
Nación, al igual que lo han hecho la Ciudad de Buenos Aires y la provincia de Tucumán. • En
forma individual es mucho lo que podemos hacer. Realizar investigaciones cuando nos vamos
de vacaciones, o al visitar un lugar nuevo de nuestro país. El tiempo libre puede ser un buen
momento de aprendizaje fluido. Rescatando historias, tomando entrevistas con los habitantes
locales. Por ejemplo durante el viaje ir escuchando la música característica de esa provincia o
región, reconociéndola como una expresión del paisaje. • Informarse en la compra de
artesanías y en jerarquizar al artesano por sobre el comerciante. Pedir información sobre las
materias primas, las formas de producción y desarrollo de aquello que compremos. En el caso
de los artesanos poner en valor cada pieza artesanal, explicando de qué se trata, qué
representa, para qué, cómo o por qué se usaba y quién la hizo. Solicitar al artesano tarjetas
informativas que acompañen y jerarquicen la pieza. • Respecto de la investigación del
Patrimonio Intangible, debemos mencionar al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y
Técnicas (CONICET), universidades nacional

La provincia de Santa Cruz, a través de la Escuela Municipal de Danzas, ofrece desde hace
varios años la posibilidad de acceder al estudio sistematizado de las danzas nativas para
generar futuros técnicos en danzas folclóricas argentinas. El perfil de los egresados será de
formación específica en danza nativa y cultura general, que lo capacite para integrar y
organizar grupos de nivel técnico y profesional y también para realizar producción de
espectáculos, teniendo en cuenta los repertorios tradicionales en su contexto histórico y social
y en relación con otras expresiones semejantes. • Con respecto a la gestión, la Secretaría de
Cultura de la Nación, las Secretarías de Cultura y Patrimonio de las distintas provincias y
municipios y el Fondo Nacional de las Artes, son las más decisivas. El Consejo Federal de
Inversiones, organismo federal que otorga subsidios y préstamos para las más diversas
actividades, considera desde hace muchos años a las artesanías tradicionales y las
“expresiones folclóricas”. Por ejemplo, en la actualidad apoya a Artesanías Neuquinas,
sociedad del Estado provincial, o a la Asociación de Artesanos Salteños Unidos, al Centro
Provincial de Artesanos Jujeños o al Mercado Artesanal de Salta. • Las ONGs dedicadas a la
promoción y venta de artesanías son, entre otras, “Adobe”, “Silataj” o la “Fundación Chaco
Artesanal” dependiente de la Subsecretaría de Cultura de la provincia del Chaco. • En algunos
casos, las universidades también gestionan, como es el caso de la Universidad Nacional de
Rosario, que ha organizado desde 2001 una feria anual denominada “Feria Nacional de
Maestros Artesanos”, en la cual los expositores son invitados en reconocimiento a su calidad
no sólo de artesanos sino de “maestros”. • En las provincias existen diversas instituciones,
tales como las escuelas provinciales de danzas, los museos y archivos o la red de bibliotecas
populares (CONABIP), en cuyos ámbitos se realizan actividades de investigación y difusión del
Patrimonio Intangible.

Finalmente, recomendamos acentuar la presencia del Patrimonio Intangible en los medios


masivos de comunicación de la manera en que los canales Encuentro (del Ministerio de
Educación) o el Canal 7 (estatal) lo hacen. También la difusión mediá- tica en el interior del país
crecería con la creación allí de radios temáticas al modo de las porteñas “FM Tango” o la
“Folclórica” de Radio Nacional. Promover el concepto de Patrimonio Intangible en distintos
programas radiales y televisivos.

Fernández Balboa, Carlos Aunque no lo veamos, la cultura siempre está: patrimonio


intangible de la Argentina. 1a ed. - Buenos Aires: Fundación de Historia Natural Félix de
Azara: Ministerio de Educación de la Nación, 2009.

Inscrito en 2015 (10.COM) en la Lista


Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de
la Humanidad

© Diego Aqruimbau, 2014


El filete porteño de Buenos Aires es una técnica pictórica tradicional que combina los
colores vivos con estilos tipográficos específicos. Sus realizaciones se pueden contemplar
en autobuses urbanos, camiones y señalizaciones de tiendas y almacenes, y son cada vez
más frecuentes en la decoración del hogar. Sus imágenes guardan relación con el
patrimonio cultural de la ciudad, incorporan elementos de carácter social o religioso y
constituyen una forma de memoria colectiva. La temática popular de esas imágenes
comprende, entre otras, representaciones de santos y personalidades políticas admiradas,
así como de estrellas musicales e ídolos deportivos. Los dibujos van a veces
acompañados de dichos y refranes. La ejecución de esta técnica pictórica tradicional
comienza con la realización de un dibujo que se traslada a un soporte. Luego se ultima el
trabajo utilizando pintura sintética, barniz coloreado y unos pinceles especiales de pelo
largo. Los artesanos especialistas en fileteado transmiten su técnica a todas las personas
deseosas de aprenderla. No es preciso cursar estudios en el sistema de enseñanza formal
para adquirir las competencias que necesita el dominio de esta técnica, por eso su
aprendizaje constituye una oportunidad de inserción social para jóvenes de las
comunidades que corren un riesgo de exclusión social. En los últimos decenios ha surgido
una nueva generación de artesanas, que ha participado en talleres sobre esta técnica
pictórica y la está practicando. El resultado de esto ha sido la aparición de una nueva
estética de esta modalidad artística.
LENGUAJE PLASTICO Q NOS IDENTIFIC

En la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de


la UNESCO, el país solo inscribió al Tango en el año 2009, en una
presentación conjunta con Uruguay, que también fue impulsada por el
Ministerio de Cultura de la Ciudad. En el caso del Filete es la primera propuesta
Argentina que llega a ser declarada.

Esta presentación ante la UNESCO se realizó a partir de un trabajo conjunto


entre diversos integrantes de la comunidad involucrada y un equipo de
antropólogos, sociólogos y realizadores audiovisuales del Ministerio de Cultura
de la Ciudad de Buenos Aires. La tarea, abordada desde distintas modalidades
(talleres de debate y reflexión, observación de procesos de trabajo en espacios
y soportes diversos, entrevistas y filmaciones) permitió establecer la
caracterización del elemento propuesto y su significación social en tanto
lenguaje visual que expresa contenidos y valores identitarios y, por ende,
estimula su apropiación por distintos grupos socio-culturales. Así, aportó
también a la sensibilización y concientización sobre la importancia del
Patrimonio Cultural Inmaterial en general.

https://ich.unesco.org

EL FILETE EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES

El estilo pictórico del filete porteño está ligado a la ciudad por: 1) sus ornatos y
volutas inspirados en molduras y herrería de la arquitectura de estilo francés
que abunda en la ciudad; 2) su iconografía que recupera personalidades
destacadas de la cultura porteña y argentina; 3) su tradicional vínculo con el
tango y más actual con la murga (filete sobre bombos y levitas).
Por tratarse de un oficio, que responde a las exigencias de quien lo demanda
(otro trabajador), el filete recoge símbolos de devoción popular como escudos
de los clubes de fútbol, ídolos de la música o íconos religiosos; y también
cristaliza frases, refranes y sentencias del saber popular. A diferencia de la
técnica, estos elementos son los que muestran mayor variación a lo largo del
tiempo, porque recogen los usos preponderantes en cada época.
Actualmente, los barrios con más filete son San Telmo, la Boca, Boedo y el
Abasto. El hecho de que sean filetes actuales muestra la vitalidad de la
práctica.

RESEÑA DE LA HISTORIA DEL FILETE PORTEÑO

La técnica pictórica del Filete Porteño es una tradición mayormente urbana que
comienza con el arribo de amplios contingentes de inmigrantes europeos entre
fines del siglo XIX y principios del XX. Cambiando de soportes y de motivos, el
filete acompañó la transformación de Buenos Aires en gran metrópoli,
sosteniéndose con altibajos hasta el día de hoy. En su momento de
surgimiento, el filete porteño era practicado como oficio y trasmitido bajo la
relación de maestro-aprendiz. Inicialmente, era solicitado para la decoración de
carros tirados a caballo y luego de camiones y colectivos, de manera que
muchos fileteadores fueron empleados permanentes de las carrocerías. Hacia
mediados de la década de 1970, había alcanzado una notable visibilidad en el
espacio público, momento en que su demanda comienza a disminuir. No
obstante, desde entonces los fileteadores siguieron haciendo trabajos
publicitarios en carteles y vidrieras, mientras que algunos se adentraron en el
arte de caballete.
Los servicios del fileteador eran (y en gran medida todavía son) solicitados por
otro trabajador urbano, que buscaba imprimirle un sello personal a su vehículo
o comercio, mediante frases –generalmente escritas en lunfardo–, íconos
religiosos como la Virgen de Luján o ídolos populares como Gardel y Evita, con
los que se identificaba. De esta forma, el filete se convirtió en un verdadero
medio de expresión colectiva asociado al mundo del trabajador, que sumado al
hecho de ser un estilo pictórico desarrollado como oficio, lo consolidó como un
elemento distintivo de la cultura popular porteña.
En el año 1970, momento que puede calificarse como “de apogeo”, los artistas
plásticos Nicolás Rubió y Esther Barugel se propusieron llevar el filete a una
galería de arte, ofreciendo una mirada controvertida de este viejo oficio. En un
libro publicado con ayuda del Fondo Nacional de las Artes, relatan los
inconvenientes sorteados para dar con los fileteadores y convencerlos de
participar de la exposición como del esfuerzo que debieron hacer para
conseguir una galería que accediera a exponer tablas de carros fileteadas.
Asimismo dan a conocer los resultados de la única investigación desarrollada
hasta ese momento sobre los inicios y expansión del filete acompañada de
cuantiosas fotografías a color, motivo por el cual actualmente los fileteadores y
fileteadoras lo consideran la “Biblia del Filete”. En dicho libro, transcriben lo que
Carlos Carboni, uno de los grandes maestros fileteadores, dijo el día en que se
inauguró la exposición: “Me asombra que la gente se asombre de lo que hasta
ayer no le asombraba” (Rubió y Barugel 1994: 140), dando cuenta de lo
“invisible” que era esta expresión artística para los cultores del arte consagrado
por la crítica y el mercado.
Sin embargo, mientras ganaba espacio en el circuito del arte, lo perdía como
oficio. Con la prohibición de la tracción a sangre en la década del 60 y del uso
del filete en los colectivos en el año 1975, sumado al cierre de muchas fábricas
de carrocerías por la entrada de camiones importados, se perdió uno de los
soportes de mayor visibilidad en el espacio público, produciendo la impresión
en los ciudadanos porteños de que el oficio de fileteador había desaparecido, al
tiempo que efectivamente el fileteador perdió una fuente importante de trabajo.
Los años 90 trajeron una nueva amenaza para el oficio, cuando la aparición de
la tecnología del plotter, que posibilitaba la impresión a bajo costo de cartelería
de gran tamaño, desplazó el trabajo artesanal del fileteador. Para entonces, la
visión generalizada –manifestada en los titulares de algunos diarios de la
época– era que el oficio del filete se había extinguido. Martiniano Arce,
considerado “el último fileteador”, fue declarado personaje ilustre de la Ciudad
de Buenos Aires por ordenanza municipal en 1996 (Boletín Oficial del Consejo
Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires, 03/02/1997).
Pero paradójicamente, las condiciones adversas para el desarrollo del oficio
recién mencionadas estimularon que, por un lado, los maestros fileteadores
empezaran a dar clases fuera de los espacios de trabajo; y, por otro, que
muchos hombres y mujeres quisieran aprender esta técnica como forma de
resistir a la estandarización de la imagen tanto por lo que tenía de artesanal
como de tradicional. Esta revalorización del filete fue potenciada por el
fenómeno de resurgimiento de identidades locales que se dio como contracara
del proceso globalizador (Bayardo y Lacarrieu, 1999).
Por otro lado, el incremento del turismo internacional fomentado por la
devaluación de la moneda nacional posterior al 2001 potenció aún más al filete,
que ahora se ofrecía al extranjero como un producto artesanal típicamente
porteño. Una vez más, acompañando los cambios urbanos, barrios como San
Telmo o La Boca, frecuentemente visitados por turistas, son los que
actualmente concentran la mayor cantidad de filete en comercios y el espacio
público en general.
FILETE PORTEÑO. TÉCNICA PICTORICA TRADICIONAL

Se trata de una técnica pictórica a la que la comunidad refiere como un “arte


popular” porque, entre otras razones, está visible en el espacio público y no es
enseñada en instituciones de educación formal. Si bien su práctica requiere un
complejo proceso de aprendizaje y una profunda destreza, nunca fue
reconocido oficialmente como parte de las artes plásticas.
En tanto técnica pictórica, consiste en la creación de diseños ornamentales
originales a partir de ciertos elementos tradicionales y reglas de composición
visual. Se caracteriza por el uso de brillantes colores, el efecto de volumen
creado por contraste de luces y sombras, y la saturación del espacio.
El trabajo comienza con un dibujo realizado en papel que luego se traspasa al
soporte a través del “espúlvero” (papel punzado) y la “muñeca” (tela rellena con
tiza). Para pintar se emplea esmalte sintético, “yapan” (barniz con color) y
pinceles de pelo de oreja bovina (de 4 a 6 cm).
El repertorio de elementos en la ornamentación es diverso pero finito.
Fundamentalmente incluye hojas de acanto, espirales, volutas y filigranas. Los
marcos encuadran el diseño y las llaves dividen el espacio compositivo.
También son habituales cintas y moños, principalmente, con los colores de la
bandera argentina, junto con flores, pájaros, caballos y animales fantásticos.
Los íconos, delimitados por un óvalo, son generalmente ídolos populares o
imágenes religiosas significativos para la comunidad ampliada. Las letras, con
volumen y decoración interior, recrean frases o sentencias del refranero
popular, frecuentemente en lunfardo, una forma de lenguaje también propia del
tango.

TRANSMISIÓN DEL CONOCIMIENTO


Los fileteadores son los principales portadores y practicantes del filete porteño como
técnica pictórica, que transmiten a quienes desean aprenderlo. Los que enseñan son
personas que, gracias a su trayectoria en la práctica del oficio y la calidad de su
trabajo, se convirtieron en referentes tanto para el resto de los portadores como para
la comunidad ampliada.
En sus comienzos, el filete se desarrolló en ámbitos laborales tradicionalmente
masculinos, como empresas de fabricación de carros o de transporte colectivo de
pasajeros, por lo que los practicantes eran hombres. Entre ellos, algunos se recuerdan
y son admirados hasta la actualidad, siendo referidos como los grandes “maestros
fileteadores”. En las últimas décadas, la ampliación de soportes y espacios de trabajo
propició la inclusión de las mujeres como aprendices de la técnica, muchas de las
cuales también comenzaron a practicarlo como oficio. Si bien no hay unanimidad
sobre este punto, algunos de los practicantes reconocen el nacimiento de una nueva
estética dado por la mano femenina.
Para practicar la técnica como un oficio, las personas tienen que pasar por un período
de aprendizaje previo, variable según sus aptitudes, hasta que logran la destreza
necesaria y desarrollan un estilo propio. Entonces su talento es reconocido por la
comunidad y sus trabajos empiezan a ser solicitados. De esta forma, se preservan los
principios fundamentales de la técnica, al tiempo que puede ser recreada y aplicada en
nuevos contextos y soportes de acuerdo con las inquietudes del fileteador y las
necesidades de los solicitantes de su trabajo.
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