Hoy en día, con el trajín de la vida moderna, hemos
dejado un poco la vieja costumbre de leer en nuestros ratos de ocio, y la cosa empeora con la opción de la televisión como entretenimiento. ¿Pero cuan importante es la lectura? La respuesta es que la lectura es muy importante; aparte de entretenernos y darnos la oportunidad de aprender algo, nos ayuda a mantener sanas las neuronas de nuestro cerebro.
Así como nuestro cuerpo necesita ejercicios para
flexibilizar los músculos y evitar que se atrofien, igualmente el cerebro necesita hacer gimnasia para que no le suceda lo mismo. La gimnasia consiste simplemente en que al leer las creaciónes literarias, sean poemas, cuentos, novelas, o ensayos, estos despierten la imaginación en el lector. ¿Cuál es el motivo más importante para leer? ¿Por qué lee la gente? Según parece, leemos para informarnos sobre las últimas noticias, para aprender algo. Pero aquí estamos hablando de las lecturas en la hora de ocio; es aquí donde incidimos en dar importancia a la idea de leer piezas literarias para hacer trabajar al cerebro. La lectura puede estar en papel impreso o formato electrónico ¿Y por qué temerle a la televisión que es entretenida, se apodera de nosotros durante horas y no nos cansa? Pues porque allí no empleamos la imaginación debido a que la imagen y el sonido entran por ojos y oídos, entonces no queda mucho trabajo para el cerebro. En cambio con la lectura todo lo recogemos con la vista y debemos procesar las palabras en el cerebro para convertirlas en imágenes. CUENTO
El cuento es una buena elección para una lectura
recreativa porque es texto corto (en comparación con la novela) y podemos leerlo de un tirón. Hay que tener presente que el cuento es, principalmente, una pieza de entretenimiento; pero de él también podemos aprender algunas cosas de la vida que nos servirán como bagaje de experiencia mientras avanzamos por la vida. Existen dos grandes grupos de cuento: tramados y sin trama. Los más fáciles de entender son los cuentos con trama porque son dramas basados en el conflicto de un protagonista y un antagonista, y el final puede ser feliz o no, ejemplo: Día Domingo de Vargas Llosa. En este tipo de cuento el protagonista quiere tener algo o busca hacer algo o quiere ser alguien de importancia en lo personal. En Día Domingo el personaje principal quiere tener a una chica de quien se ha enamorado. En cambio el cuento sin trama es más difícil de entender, por ejemplo, los cuentos de Jorge Luís Borges, Julio Ramón Ribeyro, Juan Rulfo, etc. Estos cuentos, la mayoría de las veces, no contienen conflicto entre un protagonista y un antagonista. A veces el antagonista está dentro del mismo protagonista, y es una lucha interior. Otras veces el antagonista es la sociedad y hay además una cuestión ideológica. En algunas ocasiones el autor sólo quiere hacer sentir en el lector alguna emoción (amor, temor, odio, celos, orgullo, admiración, piedad, etc.). Si usted al leer un cuento no encuentra una acción y le parece plano, pero sí siente cierta admiración o compasión por el personaje, pues eso es todo, el cuento ha cumplido con su cometido. Así fue planeado el cuento Banda de Pueblo, del escritor ecuatoriano José de la Cuadra, para impresionar al lector. El personaje principal en este cuento es Cornelio Piedrahita, hijo del hombre que toca el bombo. El muchacho es un rebelde, tiene la creencia que no merece esa situación de miseria en la que viven, falsamente cree que ello se debe a su padre y al bombo. Cornelio enfila toda su rabia al padre y al bombo. La situación empeora a medida que la enfermedad del padre se agrava. Casi al final del cuento el padre está al borde de la muerte y es allí cuando el muchacho recapacita, se da cuenta de la importancia de tener un padre, deja de lado su errada idea sobre el padre y el bombo y empieza a pensar mejor de ellos. Cuando el padre muere ya el muchacho ama al bombo e inclusive empieza a tocarlo sin que nadie le ordene. Cornelio se integra a la banda tocando el bombo en reemplazo de su padre muerto. El cuento despierta en el lector piedad y a la vez admiración hacia el muchacho por haberse recuperado y dado cuenta de su grave error. El hecho de que un personaje, errado en su creencia, sea capaz de retomar la idea correcta tiene mucho valor en un cuento.