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¿Qué es un hombre educado?

Un hombre educado es, desde mi punto de vista, un hombre maduro. El término maduro se

puede usar en muchos sentidos pero yo particularmente utilizaría la definición de David Isaacs en la

Introducción de `La formación de los hijos en las virtudes humanas´ donde habla de que la madurez se

manifiesta como una estabilidad en el ánimo; en la capacidad de tomar descisiones pensadas y en el

modo de juzgar tanto acontecimientos como personas.

Ahora ¿cómo hacer para juzgar el nivel de maduración de una persona? Esta pregunta tiene una

respuesta muy simple en la teoría y mas difícil aplicada a la realidad. Cada persona que influye en

nuestras vidas es, en mi opinión, en parte responsable por ese proceso de crecimiento madurativo que

se llama educación. Estas personas pueden pertenecer tanto al círculo familiar como al círculo

institucional. En este caso nos referimos mas que nada al campo institucional; ya se sabe que la

educacion es una relación entre dos personas principalmente, en ese caso el papel del hombre educado

lo ocuparía el educando mientras que el papel del educador sería el del profesor. Pero ¿en dónde se

establece ese limite cuando es cierto que la persona no es perfecta pero perfectible y que la vida es el

camino de esa perfectibilidad? ¿No estamos entonces, constantemente intercambiando roles siendo al

mismo tiempo educando y educador? Por lo cual el hombre educado es aquel que educa y se deja

educar; cambiando esta concepción clásica de la educación, haciendo del profesor también un

educando en tanto que aprende día a día de todo lo que sus alumnos/educadores pueden enseñarle.

Desde que somos niños, las maestras nos acompañan en este camino de maduración,

enseñandonos el interés por aprender cosas nuevas y la gratificación que uno tiene cuando entiende
como funciona, por ejemplo, una pequeña parte del mundo. Este interés por aprender es lo que

después crea en los adolescentes la noción de educación como una formación personal y profesional

hacia las personas que queremos ser y hacia lo que queremos llegar. En todo este camino los maestros y

profesores están a nuestro lado; ayudándonos a tomar nuestras propias decisiones, a entender nuestras

fortalezas y nuestras debilidades para saber así como manejarlas. Un hombre educado es entonces,

además de maduro, aquel que tiene conciencia de sí mismo y de los otros como personas; con defectos

y virtudes. Es aquel que piensa y se desarrolla en el mejoramiento personal de cada una de estas cosas.

La educación nos enseña una parte de quien somos, y al educarnos aprendemos a aceptarnos asi

como somos y eso nos ayuda a afrontar cada obstáculo del camino de la vida con alegría y con fuerza.

Cada momento en el que entendemos algo nuevo, en el que aprendemos algo nuevo, causa una inmensa

alegría, en mi personalmente, también una gran admiración por la mente de las personas brillantes a

quienes estudiamos, o por la grandeza de nuestro mundo; tan perfectamente equilibrado.

Yal tratarse de la educación de las personas, no se puede pensar sólo en una cuestión de

crecimiento intelectual. Educarse no es sólo crecer intelectualmente, sino también crecer como persona;

nuestros educadores ( familia, amigos, profesores, maestros) son también en cierta medida responsables

de este creciemiento. Nos tienen que educar en valores, morales, etica, religión; y en particular tienen

que enseñarnos a cultivar nuestras VIRTUDES. Como seres humanos tenemos el potencial para

desarrollar esas virtudes. Esto tiene que ver en la educación del hombre como persona, como hombre

pensante, razonante y maduro. Las virtudes nos ayudan a interactuar con el mundo, tanto de chicos

como de grandes.

En resumen se puede llamar educada a la persona que se esfuerza por desarrollar las
competencias necesarias para realizar una gestión profesional eficaz, las cualidades humanas que le

conduzcan a mantener relaciones interpersonales de calidad, que se preocupe por participar

activamente en la sociedad, y que mantiene una vida personal gratificante.

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