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TECNICA DEL TACTO VAGINAL: enguantados y lubricados, para palpar la vagina.

Primero separe los labios mayores con el dedo pulgar y anular de la mano que irá en
vagina, introduzca los dedos índice y medio de la mano enguantada siguiendo el
contorno natural de la vagina, apoyando el borde cubital del dedo medio, primero
sobre la horquilla vulvar y después sobre la pared vaginal posterior, ejerciendo una
ligera presión posterior. Mantenga su pulgar en abducción y los otros dedos
flexionados. Si la abertura vaginal es muy pequeña, probablemente tenga que usar un
solo dedo.
Palpe la pared vaginal buscando nódulos, masas o dolor. Palpe el cuello y precise su
posición, movilidad, consistencia y sensibilidad. Palpar masas es anormal. No mal
interprete las rugosidades por masas. El cuello es firme, parecido a la punta de la
nariz, y movible.

Realice la palpación bimanual de las estructuras pélvicas: Manténgase de pie, con el


dedo índice y del medio en la vagina. Coloque la mano opuesta, que puede no estar
enguantada, sobre el abdomen entre el ombligo y la sínfisis del pubis. Use las dos
manos para apresar las distintas estructuras que componen los genitales internos y
estudiar su posición, tamaño, forma y consistencia del cuello y del cuerpo del útero,
grosor y longitud de las trompas, movilidad y tamaño de ambos ovarios, elasticidad de
los fondos de saco y grado de sensibilidad dolorosa, así como la presencia o no de
tumoraciones. Palpe el útero presionando hacia abajo con la mano abdominal dirigida
hacia la mano vaginal, que sostiene firmemente la vagina, ejerciendo una ligera
presión contra el periné con los dedos que están afuera flexionados. El útero debe
palparse justamente por encima de la sínfisis del pubis y debe ser ligeramente movible
cuando se aplica presión durante la palpación bimanual. Por la palpación puede notarse
una ligera molestia secundaria a la tensión muscular.
El útero en retroversión habitualmente no es palpable con este procedimiento. Palpe la
pared anterior y el fondo del útero buscando masas o dolor.

Hallazgos normales: el útero tiene forma de pera y es firme y liso. El tamaño


promedio del útero de la mujer no embarazada tiene unos 8 cm de diámetro mayor o
longitudinal, de los cuales 3 cm corresponden al cuello; unos 4-5 cm de diámetro
transversal a nivel del fondo (de cuerno a cuerno), que disminuye progresivamente
hacia el cuello, y unos 3 cm de espesor o diámetro anteroposterior.

Mueva sus dedos vaginales hacia el fondo de saco lateral derecho y rote su mano de
manera que su palma mire hacia arriba. Mueva la mano abdominal hacia el cuadrante
inferior derecho. El ovario y el anejo, que no siempre se palpan, pueden ahora
atraparse para su examen, entre sus dos manos.
Mueva ahora sus dedos vaginales hacia el fondo de saco lateral izquierdo y su mano
abdominal hacia el cuadrante inferior izquierdo para la palpación del ovario y la trompa
izquierdos.

Hallazgos normales: las trompas de Falopio no se palpan habitualmente. Los ovarios


pueden o no palparse y pueden sentirse pequeños, firmes, de forma almendrada,
movibles y lisos, sin masas. Sus dimensiones son: 3-5 cm de diámetro mayor, 2-3 cm
de diámetro transversal y 1-2 cm de espesor. Es común una ligera molestia a la
palpación. El resultado de esta exploración se anotará en la historia clínica y se
dibujará en ella cualquier modificación encontrada.
Tenemos varios signos de probabilidad al tactar el útero, que están descrito
en todos los libros clásicos de ginecología y obstetricia, pero los más usados y
prácticos son el Signo de Noble-Budin y el Signo de Hegar.

Signo de Noble-Budin

A partir de las ocho semanas de la gestación la presión del producto de la gestación


hace que se ocupen los fondos de saco que se forman en la unión de la vagina con los
lados del cuello uterino. De modo que se percibe en el tacto vaginal, la forma
redondeada y turgente del útero al explorar los lados profundos del cuello uterino.
Como RECURSO NOMOTÉCNICO usted puede emplear la "B" de Budin para recordar
que es la maniobra que se usa para explorar el aumento de tamaño y la redondez del
útero.

Representación esquemática del signo de Noble-Budin determinado por tacto vaginal:


a) signo negativo en útero no grávido; b) signo positivo que se debe a la gestación y el
aumento de volumen del útero que se hace globoso; el fondo del saco está
ocupado. Tomado de O Rigol, op. cit.

Signo de Hegar

A partir de la sexta a octava semana del embarazo, durante el examen bimanual del
útero se siente blando en exceso, pastoso y elástico—en especial el istmo del útero—
en contraste con la dureza y firmeza del cuello uterino.

Como RECUERSO NOMOTÉCNICO usted puede emplear la "H" de Hegar para


recordar que el istmo o segmento (que sería la línea horizontal de la H) en la palpación
bimanual está reblandecido y elástico.
Representación esquemática del signo de Hegar determinado por tacto
vaginoabdominal o bimanual. Tomado de O Rigol, Obstetricia y ginecología, Tomo I,
1984.

Signo de Piskacek

Al realizar la exploración física del útero, en especial si la implantación del embrión


ocurrió cercano a uno de los orificios de las trompas de Falopio, se percibe una
asimetría con prominencia hacia el cuerno uterino que sostiene la implantación. Es un
signo que puede observarse también con el uso de anticonceptivos orales.

Signo de Goodell

Relacionado con cambios del cuello uterino, el cual se vuelve blando con el embarazo a
diferencia de su consistencia dura en estados no gestacionales. Se hace la analogía de
sentir el cuello uterino como tocar los labios bucales, en vez de sentirlo normalmente
como sería el tocarse la punta de la nariz.

Contracciones de Braxton Hicks

Las contracciones de Braxton Hicks ocurren a partir del segundo trimestre del
embarazo, antes de la semana 20 de gestación, se perciben leves contracciones
uterinas, endureciéndose por momentos con la finalidad de facilitar un mejor flujo
sanguíneo hacia la placenta, el endometrio y el feto. Estas contracciones se
caracterizan porque abarcan todo el útero, comenzando en la parte superior y
extendiéndose gradualmente hacia abajo y tienden a ayudar a que el útero crezca. Se
diferencian de las contracciones de parto porque suelen ser sin dolor e irregulares.

Peloteo fetal

Durante la segunda mitad del embarazo, entre el cuarto y quinto mes se puede palpar
partes fetales a través del tacto vaginal. Cuando el examinador empuja levemente el
fondo de saco que rodea al cuello uterino puede apreciar la separación del feto de su
dedo y el regreso del mismo a su posición inicial en contacto con el dedo del
examinador. Es un signo que en raras ocasiones puede sentirse en tumores
voluminosos del ovario concomitante con ascitis.

Palpación del feto

Aproximadamente a partir del quinto mes del embarazo es posible para un examinador
experimentado sentir las partes fetales a través de la pared abdominal materna,
maniobra que es más exitosa hacia el término del embarazo. Partes similares pueden
ser palpables ante tumores intraabdominales, algunos miomas subserosos pueden, por
ejemplo, llegar a tener el mismo tamaño y consistencia que la cabeza fetal, causando
errores en el diagnóstico.

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