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por órdenes del entonces Presidente de la República, Rafael Caldera. Esta acción
represiva, denominada Operación Canguro, fue comandada por el General
Homero Leal y reunió a cerca de 3 mil efectivos policiales y militares de las Fuerzas
Armadas de Cooperación, la Infantería de Marina, el Cuerpo de Cazadores, la
Policía Metropolitana, la Disip, la entonces Policía Técnica Judicial (PTJ) y Tránsito
Terrestre.
La versión oficial del gobierno calificaba este allanamiento como una “toma
preventiva” de los espacios del Jardín Botánico y el Gimnasio Cubierto, con el
objetivo de capturar a supuestos francotiradores que se hallaban apostados en ese
lugar. Días después el presidente Caldera justificaba ante los medios de
comunicación el allanamiento, señalando que intentó por todos los medios evitar el
uso de la fuerza policial del Estado para intervenir la universidad.
¿Pero cuáles fueron las verdaderas razones que motivaron a Rafael Caldera a
ordenar este allanamiento? Pueden señalarse al menos dos de ellas. En principio,
la aparición a lo largo de la década de 1960 en Europa, Estados Unidos y América
Latina de movimientos llamados contraculturales, liderados fundamentalmente por
jóvenes universitarios que se oponían al orden político, económico y social
establecido por las potencias occidentales y que simpatizaban con procesos
revolucionarios como el de Cuba y Argelia.
Este ánimo de rebeldía y revoluciones se trasladó a Venezuela, tomando dos
características destacables. Por una parte, el surgimiento de una corriente literaria
de intelectuales de izquierda que produjeron materiales impresos como las revistas
Sardio, Tabla Redonda, El Techo de la Ballena y Rocinante, entre otras, que
planteaban una reflexión profundamente crítica sobre la situación política del país.
Por otra parte, nació a mediados de 1968 un movimiento que cobró gran importancia
en el ámbito universitario: la renovación, que comenzó en junio de ese año con la
toma de la Facultad de Ciencias de la UCV, en exigencia de ciertas reivindicaciones
estudiantiles y que posteriormente se convirtió en un movimiento nacional de
discusión y protestas dirigidas a propiciar un cambio radical en el funcionamiento y
el rol social de las universidades del país. Este ánimo de rebeldía fue asumido por
el gobierno conservador de Caldera como una amenaza para la estabilidad de la
democracia puntofijista.
Finalmente, lo que sirvió como excusa inmediata para el ataque en contra de las
universidades fue la protesta que se generó el 29 de octubre a las afueras de la
UCV, con motivo del asesinato del estudiante Luis Alberto Hernández en la cárcel
de La Pica. Esta jornada de protestas dejó como resultado 5 estudiantes heridos,
85 detenidos y las declaraciones del presidente Caldera en cadena nacional de
radio y televisión donde anunciaba que el gobierno estaba dispuesto a mantener el
orden a costa de lo que fuese. Por ello, con la excusa de pacificar la violencia que
se había generado en las universidades, ordenó la penetración al recinto
universitario.
Con esta Reforma que atendía a interese foráneos y de los enemigos tradicionales
del pueblo Venezolano, el modelo implanta una nueva estructura académica
conformada por un Ciclo Básico Común, y un ciclo Diversificado,