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CAJAMARCA
Facultad de Ingeniería
Escuela Académico Profesional de Ingeniería Civil
Grupo: A
Ciclo: 2017 – I
I) Tratamiento Nacional:
En tal sentido, dicho organismo empieza con una importante diferenciación entre
los conceptos centrales de este derecho; libertad religiosa y libertad de
conciencia. Para el primero de ellos señala que:
Hasta este punto y con los temas abordados es posible definir el derecho: A la
libertad de conciencia y de religión, en forma individual o asociada, como un
derecho fundamental (1° generación) basado en los principios de libertad e
igualdad del sujeto, que protege la capacidad del mismo a elegir y practicar una
postura racional y consiente sobre la verdad, el bien y Dios.
Una vez concebida una definición concreta del derecho a analizar es que
podemos identificar el contenido constitucional que este protege, desde luego el
ámbito de tutela directa e inmediata es la dignidad del sujeto, lo cual se proyecta
como su capacidad de elegir y ejercer.
(STC 5680-2009-PA/TC)
4. Los padres, y en su caso los tutores, tienen derecho a que sus hijos o pupilos
reciban la educación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias
convicciones.”
Por otro lado, la formalización del abandono de una confesión religiosa es una
cuestión interna de cada confesión, en este caso de la Iglesia católica, por lo
que acceder al pedido de los recurrentes de ordenar la anotación del acto formal
de abandono en la partida de bautismo de su menor hijo, implicaría una
vulneración de la libertad religiosa –en su dimensión colectiva o asociada
(artículo 2º, inciso 3, de la Constitución)– de la Iglesia católica; representaría una
transgresión del Estado a su laicidad o aconfesionalidad consagrada en el
artículo 50º de la Constitución (cfr. STC 6111-2009-PA/TC, fundamentos 23 a
28; STC 05416-2009-PA/TC, fundamentos 22 a 27); y afectaría la independencia
y autonomía que reconocen a dicha Iglesia tanto la Constitución (artículo 50º)
como el tratado internacional que contiene el Acuerdo entre el Estado peruano
y la Santa Sede de 1980 (artículo 1º). Por estas razones, el pedido de los
recurrentes de que la jurisdicción constitucional ordene a la Iglesia católica la
formalización del abandono de ésta, sea a nombre de ellos o de su menor hijo,
va contra el marco constitucional y supranacional descrito. Por tanto, la
formalización del abandono de la Iglesia católica corresponde ser reclamada por
los recurrentes en las instancias respectivas de dicha Iglesia y conforme a su
ordenamiento jurídico (el Derecho canónico), donde –como señala el
demandado (cfr. fojas 18 del cuaderno del Tribunal Constitucional)– podrán
impugnar la respuesta que reciban de estar disconformes.
La demanda se interpuso contra la Ley Nº 29602 que declaró como patrono del
Perú al Señor de los Milagros, por violar el derecho a la libertad religiosa.
III) Conclusiones: