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INSTRUCTIVO

A todos nos pasó: cuando llegó la hora de hacer una nueva factura nos topamos
con que el SAT decidió cambiar el formato y, con ello, logró complicarnos la vida
infinitamente. Algunos tuvieron que desembolsar lo poco que les quedaba de la
quincena para que el contador les hiciera el favor; otros, que estábamos en la
fecha límite para entregar factura, simplemente no pudimos cobrar. Y es que
hablar de facturación, y en general del SAT, es como estar dentro de un cuento de
brujas. Pero como en El Contribuyente queremos que tu vida sea más fácil, te
ofrecemos un manual para llenar una factura electrónica en el sistema 3.3.
1 El portal

Si ya sufriste el calvario de ir a registrarte y tienes tu firma electrónica, es hora de


acceder al portal. (Si aún no cuentas con ella, tramita tu cita para solicitarla aquí y
revisa los documentos que necesitas llevar acá). Tristemente, el navegador con el
funciona el sistema del SAT funciona es Internet Explorer, aunque también puedes
intentar con Google Chrome y otros, pero siempre con el riesgo de que falle.

Al ingresar a la página del SAT primero da clic al apartado “trámites”. Éste te redirigirá
hacia otra pestaña, en donde verás varios servicios que puedes realizar para el SAT.
Esto te llevará a un apartado en el que debes ingresar tus datos. Ojo: la contraseña de
tu firma electrónica no es la misma que se maneja en el sitio del SAT. Cuando vas a
tramitar tu firma electrónica te solicitan una clave de máximo ocho dígitos para la
página del SAT y otra para sellar tus transacciones con la firma electrónica. Si la
página te indica que tu contraseña es incorrecta, quizá las estás confundiendo.

2 Datos del emisor y del receptor

Después de incluir tu contraseña, te aparecerá la siguiente pantalla. Da clic en


“generación de factura”.

Así llegarás a los datos del emisor y del receptor. En otras palabras: tus datos y los de
la persona o empresa a la que le expedirás la factura. Tus datos ya están incluidos,
pero debes elegir el “tipo de factura”. Si cobrarás por brindar un servicio, por ejemplo,
debes seleccionar “ingreso”.

Antes de continuar, guarda los avances del llenado de tu factura dando clic aquí:

Ahora sigue el primer dolor de cabeza: agregar al “receptor de la factura”. Para hacerlo,
tendrás que ir a la parte superior.
Se abrirá una ventana donde tendrás que especificar el “RFC” y el nombre (o “razón
social”) de la empresa que te paga. Como podrás notar, ya no tienes que incluir los
domicilios fiscales. Esto se debe a que al incluir el RFC del contribuyente, el SAT ya
tiene en automático su domicilio.

Si das clic en “almacenar cliente”, lo tendrás disponible en automático y podrás


seleccionarlo en facturas posteriores. Ahora ve a la siguiente opción:
Aquí debes seleccionar y darle clic al comprobante que guardaste hace un momento. Si
tienes varios comprobantes no sellados, lo distinguirás por la fecha y hora en que se
guardó o por el cliente a quien facturas. Ahora, en la opción “cliente frecuente”
selecciona al receptor que acabas de agregar.

Ahora ve a la pestaña que dice “usos de la factura”. Ahí usualmente deberás elegir
“gastos en general”, pero también hay otras situaciones en que puedes usarlo. Esta
pestaña sirve para que en tu CFDI (Comprobante Fiscal Digital por Internet) deje una
señal de que ese comprobante lo usarás en el futuro, en tu declaración anual, con
motivo de deducción de impuestos.

Hay que imaginar una situación: Dante Narvarte es el emisor y Antonio del Valle es el
receptor de la factura. Dante es el dueño de un laboratorio médico y Del Val le es un
asalariado que va a hacerse unos análisis, los cuales pueden ser materia de una
deducción en la declaración anual.

Entonces, si del Valle pide que sea una deducción médica, se podrá pedir que desde el
momento de la emisión se le permita al SAT clasificarla e incluir como parte de las
deducciones el gasto de laboratorio. Así se anticipa una decisión que se tomará a la
hora de la declaración anual. En esencia, es como si le pusieras ‘post -its’ a las facturas
que utilizarás para deducir impuestos.

Una vez elegido el “tipo de factura” da clic en “siguiente”.

3 Datos del comprobante

Este es uno de los pasos más confusos debido a que la información puede variar de
proveedor a proveedor o dependiendo de la transacción que se realice.

Primero notarás, si ya facturabas, que el apartado “lugar de expedición” cambió por


“código postal”. Incluye el CP de donde se encuentra la sucursal en la cual expides el
comprobante; ya no es necesario que pongas la dirección de su domicilio fiscal.

También se incluyeron varios catálogos (las pestañas donde puedes seleccionar varias
opciones). En uno de ellos seleccionas el “tipo de moneda” en que se hará el pago. En
“forma” y “método de pago” debes incluir los datos que cada receptor te indique. El folio
es un número consecutivo que tú manejas internamente a la hora de facturar.
Sugerimos que lleves el control en una hoja de cálculo.
Aquí te ponemos un ejemplo de cómo debe verse una vez que ingreses todos los
datos:

4 Conceptos
Si eres un viejo usuario, debes saber que aquí hubo cambios. Se incluyeron catálogos
de unidades de medida que aparecen a la hora de ingresar los impuestos por los
cuales se hará la factura (en un momento volvemos a ellos). Además se agregó
una columna de descuentos por cada una de las líneas que se van capturando en la
factura.

Para iniciar, dale clic a “agregar”:

Luego te aparecerán otros catálogos que tendrás que llenar según te lo indique tu
receptor. Aquí te dejamos un ejemplo de cómo lo hicimos nosotros para el pago de una
colaboración.
Encerramos en círculo rojo un apartado donde dice “impuestos”. Ahora viene lo feo.
Elige ese apartado y dale clic a esta siguiente pestaña:

Ahora te encontrarás con los impuestos que vienen clasificados en dos tipos: los de
“traslado” y los de “retención”. Los primeros son los que se añaden al precio final de un
producto, porque los paga el cliente (si un libro te cuesta 116 pesos, en realidad cuesta
100 pesos pero le suben 16 por el IVA). Este mecanismo aumenta el precio de tu
producto. Tienes que dar clic en “traslado” y luego llenar los campos con los datos que
tu cliente debe de especificarte.
Ya que tengas todo listo, selecciona “agregar”. Te aparecerá esta pantalla:

Aquí te darán ganas de llorar: los impuestos “Retenidos” son aquellos que se te
arrebatan de las manos para que los tributes ante el dios todopoderoso de Hacienda.
Primero está el Impuesto Sobre la Renta (ISR), al que le pondrás una tasa de 0 .10667,
así el sistema te calculará el monto automáticamente.
Luego sigue el Impuesto al Valor Agregado (IVA), al que le pondrás una tasa de
0.100000; el sistema también calculará el monto.

Al final, tienes que obtener este resultado:


Ahora deberás regresar a la primera pestaña. Te la señalamos aquí en rojo.

Y da clic en “aceptar”.
El sistema te llevará a la ventana principal, que debe lucir así:

Finalmente, da clic en sellar comprobante. Te aparecerán dos botones para agregar


tus archivos .cer y .key., además de tu contraseña de clave electrónica. Después
selecciona “comprobar” y luego “sellar”.
Esto te llevará a otra ventana. A la izquierda del nuevo cuadro que te aparecerá, se
encuentran dos iconos que son los archivos que tienes que bajar para remitir a tu
cliente: uno en formato .xml y otro en .pdf.

Así termina la tortura del llenado de la nueva factura. Desafortunadamente, el


sufrimiento de hacer más trámites ante el SAT volverá el próximo mes, cuando tengas
que rendir tu declaración de impuestos mensual. Y luego la anual. Esperamos que
pronto, en este infierno de los impuestos en México, surja una luz al final del túnel.

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