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Combate de Sángrar

El Combate de Sángrar o Combate de Sangra fue una de las acciones armadas en


la Campaña de la Breña o de la Sierra realizada en la hacienda de Sángrar en la provincia de
Canta en la sierra de Lima durante la guerra del Pacífico que enfrentó a un destacamento
del ejército chileno y un destacamento peruano.

Expedición de Letelier
Entre otros de los deberes encomendados, Letelier debía imponer cupos de guerra a los
pueblos a que llegara para contribuir al mantenimiento de la tropa. Este jefe, sin embargo,
transgrediendo las órdenes que tenía, ordenó cupos indebidos y permitió
que oficiales subalternos también lo hicieran. El cometido de la expedición fue empañado por
los abusos de poder que tuvieron lugar en cada pueblo por donde pasaba la división
realizando saqueos, incendios, violaciones y asesinatos. Cuando el Contraalmirante Patricio
Lynch, ya nombrado General en Jefe, se enteró de esta situación, ordenó de inmediato el
proceso de Letelier y dos jefes divisionarios y el retorno de la división a Lima.
La división de Letelier tuvo varios combates con fuerzas guerrilleras peruanas. Además de las
fuerzas peruanas que se organizaban en Junín y haciaCanta, también el Prefecto de Lima,
coronel José Agustín Bedoya, organizó algunas fuerzas para enfrentar a los chilenos.
El 21 de junio de 1881, se recibió en Canta una nota amenazante del Teniente Coronel
Letelier desde Cerro de Pasco a las autoridades de la provincia de Canta, conminándolas a
deponer las armas. Una junta de vecinos determinó efectuar acciones defensivas con el
Batallón Canta N°1, que estaba al mando del coronel Manuel de la Encarnación Vento. Dos
compañías del batallón habían sido enviadas a Laraos, provincia de Huarochirí, a someter a
los guerrilleros que en ese lugar cometían algunos excesos permitidos por el comandante
Aparicio.
Para proteger el repliegue de la división Letelier a Lima, el 20 de junio el comandante Méndez
envió desde Casapalca, una compañía del BatallónBuin 1º de Línea para protegerla en su
retirada, al mando del Capitán José Luis Araneda al poblado de Cuevas, a 3 leguas de
distancia, en laprovincia de Canta. Araneda fijó su campamento en la hacienda Sángrar, de
propiedad de Norberto Vento, padre del coronel Vento, dejó 15 soldados al mando de un
sargento en Cuevas, envió un grupo a buscar reses y se quedó con 52 soldados en Sángrar.2

Fuerzas enfrentadas
Las fuerzas chilenas estaban conformadas por 78 hombres de tropa, 3 subtenientes y un
corneta, todos al mando del Capitán Araneda,3 en total, 83 hombres.
Las fuerzas peruanas eran fuerzas del Batallón Canta N°1, incompleto, al mando del Coronel
Vento, más una partida de voluntarios que se unieron en el camino como guerrilleros, al
mando del subprefecto Emilio Fuentes, que sirvieron de auxiliares. En el parte oficial peruano
se menciona que el Canta N°1 contaba con 100 hombres y los guerrilleros con 40 hombres,
pero testimonios posteriores elevan la cifra del batallón completo de 150 hasta 240
hombres.4 Las tropas del batallón Canta N°1 habían luchado en la batalla de San Juan y
Chorrillos.
El combate
El 26 de junio de 1881, cerca de la 1:00 pm, la avanzada peruana se encuentra con una
columna chilena de 7 soldados al mando del sargento 2° Zacarías Bisivinger, la cual
sorprenden con una desacarga de fusilería por cada flanco escondidos tras grandes piedras.
Los peruanos eliminan estas fuerzas y toman como prisionero a un soldado herido, José
Sepúlveda, quien murió después.
Este hecho alerta a los chilenos de la cercanía de las fuerzas peruanas. El Coronel Vento
pensó en pasar la noche donde estaba y atacar de madrugada a los chilenos, pero se produjo
el siguiente diálogo:
[Manuel Vento]: "Basta con lo hecho ya; pasemos aquí la noche y en la madrugada bajaremos". [Nazario
Igreda]: "No señor, hay tiempo y ahora mismo nos vamos sobre ellos: sabemos que ahora son 100 y los
tomaremos de sorpresa; quizá mañana sea mayor el número y entonces estaremos perdidos: Hoy o
nunca" [Manuel Vento] "Hágase lo que se quiere"5
Vento, quien conocía la hacienda de su padre, Norberto Vento, divide sus tropas en tres
secciones: una al mando del Teniente Marcos Icochea, otra al mando del capitán Victoriano
Calderón y otra la mando del propio Vento. El combate se inicia a las 4:30 pm de la tarde.
Araneda dividió sus fuerzas: él estaba en alrededor de las casas, y una fuerza al mando
del subteniente Ismael Guzmán, estaba en unos corrales. Araneda envió 3 propios a avisar a
las fuerzas chilenas en Cuevas para que los refuerce, pero los dos primeros murieron en el
camino y sólo el tercero llegó a dar aviso, pero cuando el destacamento de Cuevas fue a
reunírse con el grueso en Sángrar, fueron rechazados por los peruanos; sin posibilidad de
mantener la defensa o de reunirse con Araneda, se retira a Casapalca, donde había una
guarnición chilena.
Cerca de las 6 de la tarde Vento ordena avanzar y tomar las posiciones chilenas. El corneta
de Bernardino Igreda anuncia el asalto a 300 metros acercándose los canteños a las defensas
chilenas. En la capilla, Juan Solano repica la campana.
En Sángrar, la fuerza que le quedaba a Araneda resistía el ataque peruano pese a la
inferioridad numérica debido a lo favorable de la posición defensiva y a la superior calidad y
cantidad del armamento que portaban (debido a que se encontraban con el parque que se iba
a entregar a la expedición que venia del interior) en relación a las fuerzas peruanas. Los
heridos cargaban los fusiles para aumentar la cadencia de fuego6
Después de una hora de combate, Araneda se quedó con 12 hombres y sus oficiales,
mientras Guzman con no más de 10 hombres estaba en la capilla, que tenía techo de zinc.
Los peruanos le propusieron rendírse a Araneda, que contaba con 7 hombres y no podía
reunírse con las fuerzas de Guzman, pero no lo hizo.
Llegada la medianoche, las fuerzas peruanas recuperaron los 800 carneros que antes habían
tomado los chilenos y se retiraron con 2 prisioneros y 48 rifles Comblain de las fuerzas
chilenas. Los chilenos al mando de Araneda, que estaban refugiados en una casa con techo
de zinc, se mantuvieron en su posición hasta la llegada de los refuerzos desde Casapalca.

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