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Obsolescencia programada, ¿realidad o ficción?

¿Realidad o Ficción?

PAULA BOQUER TRABALÓN

Tutora: Mónica Gil


2º Bachillerato B | FERT Batxillerat
11 diciembre 2012

~Página 1~
TRABAJO DE INVESTIGACIÓN
Obsolescencia programada, ¿realidad o ficción? 2

Fotografía de la portada:
http://www.unwelcomeguests.net/534__The_Lightbulb_Conspiracy_
(Planned_Obsolescence,_Bottled_Water_and_other_Toxic_Junk)
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“Queda prohibido no sonreír a los problemas,

no luchar por lo que quieres,

abandonarlo todo por miedo,

no convertir en realidad tus sueños.”

-Pablo Neruda-

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ÍNDICE

1. INTRODUCCIÓN......................................................................................... 5

2. EVOLUCIÓN DE LA ECONOMÍA CONTEMPORÁNEA E HISTORIA DE


LA OBSOLESCENCIA PROGRAMADA ........................................................ 7
2.1. LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL Y SUS ANTECEDENTES ........................... 7
2.2. SEGUNDA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL ............................................... 10
2.3. AÑOS 20 ...................................................................................... 10
2.4. 1929: CRISIS EN WALL STREET Y RECUPERACIÓN ............................ 12
2.5. AÑOS 50 HASTA LA ACTUALIDAD: SOCIEDAD DE CONSUMO ................ 14
3. INFLUENCIA DE LA OBSOLESCENCIA PROGRAMADA SOBRE EL
CONSUMO .................................................................................................... 16
3.1. PAUTAS DE LA SOCIEDAD DE CONSUMO ........................................... 16
3.2. IMPACTO MEDIOAMBIENTAL Y SOCIAL............................................... 19
4. TIPOS DE CADUCIDAD Y EJEMPLOS ................................................... 25
4.1. LA OBSOLESCENCIA TÉCNICA.......................................................... 25
4.1.1. La bombilla: la primera víctima ........................................ 26
4.1.2. Electrodomésticos............................................................ 27
4.2. LA OBSOLESCENCIA POR MODAS ..................................................... 28
4.2.1. Electrónica ....................................................................... 29
4.2.2. Moda ................................................................................ 29
5. DIFERENTES VISIONES SOBRE EL CONSUMO Y LA
OBSOLESCENCIA PROGRAMADA ............................................................ 31
6. CONCLUSIÓN........................................................................................... 33
7. BIBLIOGRAFÍA......................................................................................... 35
8. WEBGRAFÍA............................................................................................. 36

9. ANEXOS ................................................................................................... 37
9.1. ANEXO I ....................................................................................... 37
9.2. ANEXO II ...................................................................................... 39
9.3. ANEXO III ..................................................................................... 41

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1. Introducción

Un documental me llevó a hacer este trabajo. Hace ya un año, lo emitieron


por televisión hablando sobre una sociedad consumista que se basaba en un
modelo de consumo que podía describirse de la siguiente manera: comprar,
tirar, comprar1. Diseñados para morir, actualmente, muchos artículos están
siendo víctimas de la obsolescencia programada, el “motor secreto de nuestra
sociedad de consumo”, el documental llamado Comprar, tirar, comprar fue
dirigido por Cosima Dannoritzer y financiado por Arte (Francia), TVE y
Televisión de Cataluña.

La obsolescencia programada es un concepto poco conocido por gran


parte de la población, aún y siendo víctimas de esta práctica indiscriminada. Lo
que me motivó a hacer el trabajo es el poco conocimiento que tenía en este
ámbito y el anhelo por saber más. Por esto, intentaré responder a mi hipótesis
presentada anteriormente en el título del trabajo: Obsolescencia programada,
¿realidad o ficción?

Para abordar el tema de la caducidad planificada de los productos,


podríamos establecer los objetivos siguientes: conocer la historia desde poco
antes de la Revolución Industrial, analizar los métodos de producción, su
evolución y su repercusión en la economía al largo de estos últimos años,
detectar tipos de actitudes y conductas de consumo en la sociedad actual,
corroborar el impacto que estas tienen a nivel ambiental y también social,
explicar los tipos de obsolescencia que existen y sus ejemplos más
significativos y, por último, comparar diferentes opiniones sobre el ámbito.

El método principal de búsqueda de información será Internet, aunque


también recurriré a libros, sin embargo, existen pocos que traten sobre este

1
COMPRAR, TIRAR, COMPRAR [video grabación] dirigido por Cosima Dannoritzer; producido por Arte
(Francia), TVE y Televisión de Cataluña. 2011. (72 min), son., col.

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tema. Una fuente de información importante es el documental en el cual me he


inspirado, basándose el mismo en una explicación histórica que posteriormente
da paso a ejemplos concretos. También me centraré en artículos encontrados
principalmente en la Hemeroteca de La Vanguardia. Por último, realizaré
encuestas a diferentes sectores de la población para conseguir una visión más
cercana, lo cual supondrá un sondeo de opinión sobre la caducidad planificada.

El trabajo se estructura en una primera visión histórica hacia el pasado,


donde se verá el inicio de la práctica de este método. A continuación, describiré
el modelo de nuestra sociedad y las bases de la incipiente sociedad de
consumo. Además, enumeraré los distintos impactos, tanto medioambientales
como sociales, que provoca la producción indiscriminada de bienes.
Ejemplificaré algunos casos de productos que se someten a la obsolescencia
programada y detallaré los tipos de caducidad que sufren. Finalmente, daré a
conocer las diferentes opiniones que existen sobre el tema. El trabajo se verá
complementado por una serie de anexos que estarán formados, básicamente,
por encuestas a algunos sectores concretos de la población.

Agradezco sinceramente la colaboración de Mónica Gil, tutora de este


trabajo, la cual me ha apoyado desde el primer momento. Gracias también a mi
familia y amigos, quienes me motivan a trabajar duramente. Por último, me
gustaría agradecer a Cosima Dannoritzer por lo útil que me ha sido su
documental para el trabajo, el cual me ha proporcionado la mayor parte de
información necesaria.

Barcelona, 11 de diciembre de 2012

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2. Evolución de la economía contemporánea e historia


de la obsolescencia programada

2.1. La Revolución Industrial y sus antecedentes

La Revolución Industrial supuso un punto de inflexión importante en la


historia: el cambio de una sociedad basada en la jerarquización de las clases
sociales en estamentos y en una agricultura de subsistencia, al agrupamiento
de industrias en las urbes y al notable incremento de la producción mundial.
Estamos hablando, pues, del periodo de tiempo que comprende los siglos
XVIII, XIX y XX.

Durante el siglo XVIII hablamos de Antiguo Régimen, una economía


basada en la escasa producción que se realizaba en pequeños talleres,
básicamente familiares, con apenas una mecanización iniciada. Además, las
fuentes de energía eran principalmente animales y manuales.

Elementos como el crecimiento de la población, la revolución agraria y la


introducción de nueva maquinaria en sectores como el textil, son los que
llevaron a la sociedad del momento hacia un gran cambio que se aproximaba a
una velocidad creciente a medida que se acercaba el siglo XIX.1

Por tanto, viniendo de una sociedad orientada hacia una economía


agrícola tradicional, la mecanización, la aparición de nuevas fuentes de energía
como el carbón, la electricidad, el petróleo o la famosa máquina de vapor, y el

1
Cuadro comparativo Revolución Industrial. Antes y después de la Industrialización.
<http://es.scribd.com/doc/23884125/Cuadro-comparativo-Rev-Industrial-Antes-y-despues-de-la-
Industrializacion-4º-ESO> [Consulta: 19 junio 2012]

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aumento de la producción, dieron paso a lo que se conoce como Revolución


Industrial.1

Este periodo se caracterizó básicamente por la mecanización y la


agrupación de industrias en las ciudades. Esto, sumado a la aparición de
nuevas clases sociales- clase obrera o proletariado-, condujo a las empresas a
la introducción de nuevos métodos de producción -taylorismo y fordismo- con
los cuales esta aumentó notoriamente.2

Por consiguiente, la creación de nuevos puestos de trabajo hizo que la


capacidad de consumo de las familias creciera. El incremento en la elaboración
implicaba el aumento de mercado (Tabla 1 y 2), es decir, la necesidad de
nuevos compradores que adquirieran la gran suma de productos que salían a
la venta. Por lo tanto, la reducción de precio unitario era un hecho
indispensable.

La Revolución Industrial permitió el paso de una economía limitada a una


economía liberal basada en la propiedad privada y el libre mercado y empresa.
Asimismo supuso el triunfo del sistema económico capitalista.3

1
ZINO TORRAZZA, Julio. La Revolución Industrial. 15 Sept. 1999.
<http://www.ub.edu/penal/historia/rindustrial.html> [Consulta: 3 junio 2012]
2
Revolución Industrial. 10 En. 2012 <http://enciclopedia.us.es/index.php/Revolución_industrial>
[Consulta: 19 junio 2012]
3
FERNÁNDEZ, José Manuel; GONZÁLEZ, Jesús; RAMÍREZ, Germán. Història del món contemporani.
Barcelona: Grup Promotor Santillana, 2008, p. 42

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Figura 1: Niveles de producción belgas entre el 1845 y el 1915. El gráfico


demuestra el rápido aumento de producción durante el periodo de la
Revolución Industrial. 1

Reino Unido

Años Toneladas
métricas
1741-1780 945

1791-1800 15.545

1801-1810 30.100

1811-1820 44.400

1831-1840 161.800

1841-1850 241.020

Tabla 1: El consumo bruto de algodón entre los años 1741 y 1848 en el Reino
Unido. Gran Bretaña fue el punto desde donde se originó la Revolución
industrial y, como bien muestra, sus niveles de producción incrementaron
mucho antes que en el resto de países.2

1
FERNÁNDEZ, José Manuel; GONZÁLEZ, Jesús; RAMÍREZ, Germán. Història del món contemporani.
Barcelona: Grup Promotor Santillana, 2008, p. 40
2
ídem

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2.2. Segunda Revolución Industrial

Durante la segunda mitad del siglo XIX, tuvo lugar una segunda fase de
transformación económica con rasgos diferentes pero una base análoga con la
primera de estas transformaciones.

Esta segunda etapa se caracterizó por una alta concentración


empresarial, que dio lugar a la creación de muchas sociedades anónimas, la
aparición de nuevas fuentes de energía- gas y petróleo- y nuevas industrias y
al desarrollo del capitalismo liberal financiero.1 Asimismo, la aparición de
mejores técnicas de producción supuso la industrialización de países como
Rusia, Alemania, Estados Unidos o Japón que, en ese momento, se unían al
movimiento de mecanización. Este periodo terminó con la Primera Guerra
Mundial.

2.3. Años 20

Durante la Primera Guerra mundial los niveles de producción se


estancaron debido a la aplicación de una economía de guerra, fundamentada
en la subsistencia y el racionamiento.

El estado se limitó al control de los procesos productivos sin llegar a


intervenir, aferrándose a los principios de la libre empresa establecidos en el
liberalismo económico capitalista.

Al terminar la guerra, la situación económica europea se caracterizaba por


el endeudamiento, el cual sólo iba a superarse mediante los préstamos de los
Estados Unidos que estaban en pleno crecimiento financiero. Nueva York se
convirtió en el nuevo centro financiero mundial, en detrimento a Londres.

1
FERNÁNDEZ, José Manuel; GONZÁLEZ, Jesús; RAMÍREZ, Germán. Història del món contemporani.
Barcelona: Grup Promotor Santillana, 2008, p. 130

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Las industrias norte americanas impusieron la producción en masa. El


resultado de todo esto fue el aumento de la producción (Fig. 1 y Tabla 3) y el
abaratamiento de los precios sin incrementar el valor de la mano de obra, es
decir, un aumento de la productividad. Con la ayuda añadida del desarrollo de
la publicidad, se empezó a crear un consumo de masas1, forjando, por lo tanto,
un nuevo modelo de mercado.

Tabla 2: Niveles de producción de automóviles durante las primeras décadas


del siglo XIX2

Tabla 3: Crecimiento de la productividad estadounidense en la década de los


años 203

1
FERNÁNDEZ, José Manuel; GONZÁLEZ, Jesús; RAMÍREZ, Germán. Història del món contemporani.
Barcelona: Grup Promotor Santillana, 2008, p. 207
2
Los felices años 20. 31 Mar 2012. <http://www.slideshare.net/PJPB92/felices-aos-20-1227756>
[Consulta: 20 abril 2012]
3
FERNÁNDEZ, José Manuel; GONZÁLEZ, Jesús; RAMÍREZ, Germán. Història del món contemporani.
Barcelona: Grup Promotor Santillana, 2008, p. 207

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Los años 20, conocidos como los felices o los locos años 20, se
caracterizaron por la expansión de la producción y el consumo gracias al
crédito y a la venta a plazos. Por otra parte, dichos factores fueron los
responsables de inversiones de dudosa rentabilidad que llevaron a los Estados
Unidos a una crisis social y financiera. Supuso una etapa expansiva que
proporcionó plena confianza en al sistema capitalista, y falló.1

2.4. 1929: crisis en Wall Street y recuperación

El ciclo expansivo fue interrumpido bruscamente por una crisis financiera


en la bolsa neoyorquina. Se entró en la Gran Depresión que rompió con la idea
de ahorro, consumo e inversión, así como hundió bancos que habían prestado
créditos, y por lo tanto provocó miseria en muchas familias estadounidenses.

Al ser época de crisis, supuso una serie de cambios, básicamente


sociales, que transformaron la mentalidad de la sociedad y llevó a la sustitución
del valor funcional por el valor atractivo.2

En este momento entró en juego la obsolescencia programada que, junto


con la publicidad y el crédito, formaran los instrumentos fundamentales de una
sociedad de consumo.

En 1932, Bernard London propuso una obsolescencia programada


obligada en los productos como remedio a la gran crisis (Fig.3). Nunca se llegó
a aplicar esta técnica. Sin embargo, quien popularizó el término fue Brooks
Stevens en 1954.

1
Los “felices años veinte”. 20 Jun 2012.
< http://www.claseshistoria.com/entreguerras/periodofelices20.htm> [Consulta: 3 junio 2012]
2
CARRASCO ROSA, Ana: “La sociedad de consumo: origen y características" en Contribuciones a la
Economía. En 2007.< http://www.eumed.net/ce/2007a/acr.htm> [Consulta: 24 abril 2012]

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Esta idea de planificar el fin de la vida útil de un producto apareció al mismo


tiempo que la sociedad de consumo y la producción en masa. Esta última
aseguraba unos precios más asequibles para todos provocando que el objetivo
de las compras pasara a ser por diversión más que por necesidad.

La primera víctima de este método fue la bombilla. Las bombillas, que en


1924 tenían una vida útil de 2500 horas (Fig.2), en poco tiempo pasaron a
reducir su capacidad 1000 horas. De hecho, hasta llegaron a inventarse
bombillas de hasta 100000 horas que nunca llegaron a comercializarse.

Figura 2: Anuncio bombillas 2500 horas.1

1
"Comprar, tirar, comprar". Las pruebas de los orígenes de la obsolescencia programada. 2012.
<http://www.rtve.es/mediateca/fotos/20110105/comprar-tirar-comprar-pruebas-origenes-obsolescencia-
programada/65155.shtml> [Consulta: 19 junio 2012]

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Figura 3: “Ending the depresión through the planned obsolescence” (“Acabar


con la crisis a través de la obsolescencia programada”). Documento escrito por
Bernard London introduciendo el concepto de obsolescencia programada a los
mercados.1

2.5. Años 50 hasta la actualidad: sociedad de consumo

En los años 50 volvió a resurgir la obsolescencia programada. En este


momento ya no se trataba de obligar al consumidor sino que se le seducía. Por
este motivo ganaron importancia el marketing, la publicidad y el diseño que
hacían al producto más deseable por el consumidor.

La llamada sociedad de consumo apareció como consecuencia de la


producción en masa.

1
“Ending the depression through the planned obsolescence”. 9 Jul 2011.
<http://de.wikipedia.org/wiki/Datei:London_(1932)_Ending_the_depression_through_planned_obsolesce
nce.pdf> [Consulta: 10 junio 2012]

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La libertad y felicidad a través del consumismo ilimitado fue lo que


determino el estilo de vida americano de los años 50 y representa la base de la
sociedad de consumo actual. Nos referimos a consumismo ilimitado cuando las
sociedades derrochan, gastan y consumen siempre más de lo estrictamente
necesario, como ya pasó a finales de la Revolución Industrial.

La publicidad supone un medio de comunicación de masas que pretende


crear una necesidad en el consumidor mediante la ilusión y el deseo (Fig.4). Se
trata de un consumo donde se da más importancia a lo que se muestra del
producto que a lo que es en sí.1

Figura 4: Anuncio persuasivo de Ford. Su eslogan “Cómpralo porque es un


mejor coche”, una fuerte atracción para los consumidores. 2

1
CARRASCO ROSA, Ana: “La sociedad de consumo: origen y características" en Contribuciones a la
Economía. En 2007. <http://www.eumed.net/ce/2007a/acr.htm>
2
Herny Ford. <http://yoreme.wordpress.com/2009/01/04/henry-ford/> [Consulta: 10 junio 2012]

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3. Influencia de la obsolescencia programada sobre el


consumo

3.1. Pautas de la sociedad de consumo

En las economías occidentales, hace ya décadas que la demanda de


productos no se hace tanto por su uso sino por el valor simbólico que se les
asocia en la sociedad1. La pauta social de consumo de nuestras sociedades-
quién oferta, con que técnica o en que condiciones- ha sufrido una
metamorfosis considerable produciendo cambios en el sistema de producción
(Anexo 1).

Todo empezó después de una II Guerra Mundial que abrió las puertas a
un fuerte crecimiento económico. El permanente aumento de la población y del
gasto público dio paso a una economía que aseguraba siempre un gasto
constante. Se creó pues un tipo de ciudadano satisfecho con tener todas sus
necesidades cubiertas sin fecha límite.

Para que no se produciera una estancamiento de los mercados como ya


había sucedido anteriormente, la alternativa era intentar diferenciar el producto
o crear gamas diferentes, tratando de hacer creer al consumidor que podía
satisfacer distintas necesidades y que disponía de un nuevo bien. Esta
constante búsqueda de nuevos diseños externos en productos prácticamente
iguales se conoce como ingeniería del valor. Esto obliga al consumidor a
renovar sus artículos en un tiempo relativamente corto. Hace, por lo tanto, que
sea imposible romper el círculo vicioso de “comprar, tirar, comprar” como

1
TORRES, Juan. Formas de producción y pautas de consumo en la sociedad del bienestar:
< http://www.monografias.com/trabajos28/produccion-consumo-sociedadbienestar/produccion-consumo-
sociedad-bienestar.shtml> [Consulta 2 agosto 2012]

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asegura Cosima Dannoritzer, poniendo este lema como título de su


documental.

Muchos artículos prescindibles se añaden a las pautas de consumo de las


familias como necesidades cuando, realmente, sólo proporcionan bienestar y
permiten a estas distinguirse en un estatus elevado.1

Todas las pautas de consumo, ya sean de bienes o de servicios, que


tengan un carácter derrochador y estén fundamentadas por un consumo
indiscriminado, provocan un impacto medioambiental negativo.

El marketing y la publicidad son una pieza esencial en la creación de los


productos. Se dice entonces, que son sectores crecientes del consumo. Son
los que se encargan de dar a conocer el producto y los que hacen que se
diferencie de otros seguramente muy parecidos. Estos resaltarán pequeños
matices con tal de alejarlos de convertirse en productos convencionales y así
lanzar un producto nuevo al mercado.

Esta sociedad creada a raíz de “vender tu imagen” se basa en unos


valores que nos llevaran al despilfarro y la desigualdad.2 En este momento
empiezan a aparecer conductas compulsivas a la hora de consumir. Se trata de
gente que cree que cuantos más de objetos materiales tenga, más feliz será.
Las modas, por ejemplo, son una clara evidencia de una nueva forma de
sociabilidad basada en la apariencia.

Además, el mercado chino, relativamente incipiente en los países


occidentales, ha crecido un 10% durante los últimos 20 años. La evolución de
la economía china tiene ya gran repercusión sobre el resto de la economía

1
FROMM, E.. Psicoanálisis de la sociedad contemporánea. Fondo de Cultura Económica. México. 1962.
2
Formas de producción y pautas de consumo en la sociedad del bienestar
< http://www.monografias.com/trabajos28/produccion-consumo-sociedadbienestar/produccion-consumo-
sociedad-bienestar.shtml> [Consulta 2 agosto 2012]

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mundial1. La mentalidad de los consumidores en las últimas décadas ha


variado. La inmensa mayoría de las personas no buscan tanto un producto
duradero sino que este cubra las necesidades momentáneas, tal y como lo
hacen los productos chinos. Se antepone el precio a la durabilidad y el
funcionamiento (Anexo 2). Esta tipología de productos está teniendo una fuerte
repercusión en la economía de países como Estados Unidos o los que forman
la Unión Europea.

Asimismo, en los últimos años, el fuerte crecimiento de las redes sociales


y el acceso a Internet en general está influenciando la modificación de los
hábitos de consumo. Disponemos de ofertas y anuncios cada vez que
navegamos por Internet. La gran mayoría de las grandes empresas disponen
de un sitio Web en el que el consumidor puede adquirir sus productos. Y a más
comodidad, más compra (Fig.5).

1,5%

21,9%

76,6%

Niveles bajos de riqueza (20%)


Niveles medios de riqueza (60%)
Niveles altos de riqueza (20%)

Figura 5: Consumo mundial en 2005. Gráfico explicativo del consumo mundial


en relación al nivel adquisitivo.2

1
SÁNCHEZ SOLIVA, Rita. El efecto de China en la economía global. 2008.
<http://estasemana.cip.cu/noticias/el-efecto-de-china-en-la-economia-global> [Consulta 19 septiembre
2012]
2
SHAH, Anup. “Consumption and Consumerism.” Global Issues. 06 Mar 2011.
<http://www.globalissues.org/issue/235/consumption-and-consumerism> [Consulta: 13 septiembre 2012]

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De todos modos, el problema más importante es la desastrosa


repercusión medioambiental que este tipo de consumo genera.

3.2. Impacto medioambiental y social

Programados para la renovación constante, los productos actuales


difícilmente dan oportunidad alguna de su uso continuado. Si estos se
estropean es prácticamente imposible contactar con los servicios de
reparación. Añadiéndole, además, el hecho de que repetidamente aparecen
nuevos modelos; el consumidor se ve actualmente casi obligado a tirar su
objeto para comprar uno nuevo. Desaparece, cada vez más, el hábito del
reciclaje o de la reparación.

Se trata de la gran paradoja del capitalismo para “mantener el sistema


artificialmente a flote”: unos pocos se enriquecen y, tanto los consumidores
como el medio ambiente son los perjudicados. Acortar el ciclo de vida comporta
un “agotamiento de los recursos naturales, derroche de energía y una
producción imparable de desechos”1, de los cuales entre el 50% y el 80% de
estos van a parar a países subdesarrollados (Fig. 6 y 9). En el mundo se
generan entre 20 y 50 millones de toneladas de basura electrónica anual. Las
grandes multinacionales encubren esta evidencia diciendo que lo que quieren
es “cerrar la brecha digital entre Europa y América respecto a África y Asia” ya
que, está prohibida la exportación de basura electrónica según acuerdo
internacional. Así pues, se mandan contenedores llenos de productos
electrónicos con el supuesto fin de que florezcan mercados de segunda mano.
Pero la realidad es que más del 80% de estos aparatos acaban en los
vertederos del país (Fig. 7 y 8), los cuales se están convirtiendo en los

1
"Comprar, tirar, comprar". Las pruebas de los orígenes de la obsolescencia programada. 2012.
<http://www.rtve.es/mediateca/fotos/20110105/comprar-tirar-comprar-pruebas-origenes-obsolescencia-
programada/65155.shtml> [Consulta: 19 junio 2012]

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basureros del mundo; la avaricia de los países más desarrollados está


causando repercusiones medioambientales catastróficas.

Figura 6: Exportaciones de basura electrónica. Se puede observar como desde


Europa y América del norte se exporta hacia países menos avanzados como
los de América del sud, África y Asia.1

Figura 7: Vertedero en Ghana, África.2

1
What an e-waste. By Mark Anderson. <http://spectrum.ieee.org/static/what-an-ewaste> [Consulta: 28
julio 2012]
2
Vídeo Comprar, tirar, comprar <http://www.youtube.com/watch?v=Ch88bcwYrH4>

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Figura 8: Mujer recolectando basura electrónica en un vertedero, China.1

“Las materia primas se extraen del tercer mundo a precios reventados y


les son devueltos en forma de basura”2. Esto no es sostenible a largo plazo
porque se basa en una contradicción indudable: el crecimiento ilimitado no es
compatible con un planeta limitado. Se trata de llegar a poder crecer de forma
sostenible porque hemos pasado de ser “una sociedad con crecimiento a una
sociedad de crecimiento”3.

1
JÉSSICA MURILLO. Basura electrónica.<criticadinamica.com /category/tecnologias/page/2/> [Consulta:
28 julio 2012]
2
CERRILLO, Antonio. “Diseñados para morir”. La Vanguardia. 28 Dic 2010. Barcelona. pág 26-28 (En
sección: Tendencias)
3
Conferencia del economista Serge Latouche:
<http://decrecimientoybuenvivir.files.wordpress.com/2011/01/conferencia-barcelona.pdf> [Consulta: 28
julio 2012]

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Figura 9: Barcos cargueros con contenedores llenos de residuos electrónicos


en las costas de Ghana.1

Viendo esta situación, hay muchas empresas que emplean falsas o


discutibles ventajas ambientales para legalizar un producto. Pero la verdadera
solución para este enorme problema es el uso de menos materiales y energía.
Además sería necesario que los gobiernos diseñaran campañas publicitarias
con el fin de concienciar a la población, pues más de la mitad de ciudadanos
del mundo desconocen este grave inconveniente. De la misma forma que se
debería impartir políticas medioambientales en los colegios, al fin y al cabo las
generaciones futuras son las que tendrán que reparar la damnificación causada
hasta el momento.

Generalmente se dice que si no hay consumo, no hay trabajo. Por tanto,


se han de crear productos de corta duración para asegurar siempre un proceso
de producción constante. Verdaderamente, si se crearan productos con un
largo periodo de vida, nacerían empresas de servicio técnico y de segunda
mano.

Esta necesidad de ostentar bienes los cuales toman un sentido simbólico,


llevan indefectiblemente al “consumo ostentoso” que crea un forma de vida

1
Vídeo Comprar, tirar, comprar <http://www.youtube.com/watch?v=Ch88bcwYrH4>

~Página 22~
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basada en dicho consumo (Fig. 10), cuya única finalidad es demostrar que eres
económicamente capaz de adquirir un determinado producto.1

Figura 10: La sociedad de consumo nos lleva a una situación perecedera de


nuestro planeta.
Fuente propia

Las causas de un consumo llevado al extremo no sólo tienen


repercusiones medioambientales, como son el agotamiento de recursos
naturales o la excesiva producción de residuos, sino también sociales.

El consumismo aumenta las diferencias los países desarrollados y los


países en vías de desarrollo, e incluso las diferencias, en un mismo país o
ciudad, entre la clase media-alta y la clase baja.

El progreso mejora las condiciones de vida aunque, de la misma forma,


crea contrastes y diferentes condiciones de vida entre diferentes grupos de la
población.

La degradación del medio ambiente dada por un consumo y una


producción a un ritmo acelerado es un hecho real. La acumulación de residuos,
el agotamiento de los recursos no renovables o la pérdida de espacios

1
KORSTANJE, M.: "La clase ociosa en Thorstein Veblen" en Contribuciones a la Economía. 2008.
<http://www.eumed.net/ce/2008b/>

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naturales son, entre otros, efectos de la sociedad de consumo. Esto repercute,


no solo al medio ambiente, sino en la salud de la población. Y, teniendo en
cuenta que cuanta más pobreza, más vulnerabilidad, los países pobres quedan
expuestos a un sinfín de efectos secundarios de este crecimiento
indiscriminado.

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4. Tipos de caducidad y ejemplos

Cuando hablamos de obsolescencia programada nos referimos a la


caducidad intencionada de la vida útil de un producto. En este proceso de
disminución del uso del producto pueden participar los dos factores siguientes:

4.1. La obsolescencia técnica

En este caso, la caducidad funciona en relación a la durabilidad de los


materiales que forman el producto. Este deja de ser útil porque ha sido
manipulado técnicamente para que, en un tiempo determinado establecido por
la compañía, quede fuera de servicio. La tecnología avanza pero la duración de
los aparatos no aumenta en proporción.

El consumidor se encuentra, por lo tanto, frente a un problema con dos


posibles soluciones. La primera y menos común sería que el afectado llevase el
artículo al servicio técnico y allí repararlo. Por lo general, esto tiene un elevado
coste. Normalmente el servicio técnico no tiene un fácil acceso o es más caro
que comprar otro nuevo producto. Por lo tanto, el consumidor suele escoger la
segunda opción: la compra de un nuevo artículo. Por este motivo solemos ser
víctimas de la obsolescencia programada. Esta acción puede parecer simple
aunque esconde una gran complejidad: el artículo que se deja de usar pasa a
ser un residuo que seguramente acabará en países subdesarrollados. Por otra
parte, la obtención de un nuevo bien supone un gasto de materias primas y de
energía para confeccionarlo.

Una sobreproducción de productos, y como consecuencia, de residuos,


lleva al planeta a problemas económicos, sociales y medioambientales. Si
centramos nuestra producción en productos de un solo uso, los residuos
crecerán de manera potencial. Este círculo vicioso no tiene ningún futuro,
especialmente a largo plazo.
~Página 25~
Obsolescencia programada, ¿realidad o ficción? 26

Dos víctimas significativas de este tipo de obsolescencia son la bombilla y


los electrodomésticos, entre otros.

4.1.1. La bombilla: la primera víctima

Las primeras bombillas creadas por Thomas Edison fueron puestas a la


venta por en 1881. Se anunciaba una lámpara de gran resistencia y con un
filamento de enorme aguante que duraba 1500 horas. No obstante, este
humilde producto se convirtió, pocos años más tarde, en la primera víctima de
la obsolescencia programada cuando, en Ginebra en 1924, se creó un cártel
mundial para el control de la producción de bombillas (Fig. 11). Se conoció
como Phoebus y, en él, participaban los principales fabricantes de bombillas
del mundo. Se intercambiaron patentes para controlar tanto la producción,
como el consumo, de tal manera que fuera necesaria la compra regular de
estas pequeñas lámparas para no crear una desventaja económica. En 1924,
se anunciaban bombillas de gran longevidad, hasta 2500 horas. Pero, con el
cártel, en 1925 se creó el Comité de 1000 horas de vida por el cual se reducía
técnicamente la vida útil. Los fabricantes se vieron obligados a crear una
lámpara más frágil que cumpliera con la nueva normativa, ya que si no se hacia
así, eran severamente multados (Fig. 12). Durante los años siguientes, se
crearon docenas de bombillas de larga duración, pero nunca fueron
comercializadas. Actualmente, esta idea como institución sigue existiendo.1

1
Vídeo Comprar, tirar, comprar <http://www.youtube.com/watch?v=Ch88bcwYrH4>

~Página 26~
Obsolescencia programada, ¿realidad o ficción? 27

Figura 11: Cartel que garantizaba las 1000 horas de vida útil de una bombilla

Figura 12: Fábrica de bombillas1

4.1.2. Electrodomésticos

Ocurre lo mismo cuando nos referimos a los electrodomésticos. A


principios de siglo XX, una lavadora duraba alrededor de 15 o 20 años. Las
familias invertían en un producto de calidad elevada que permitía que esa

1
Vídeo Comprar, tirar, comprar <http://www.youtube.com/watch?v=Ch88bcwYrH4>

~Página 27~
Obsolescencia programada, ¿realidad o ficción? 28

inversión solo se produjera una vez en la vida. Si es comparado con un


electrodoméstico actual, estos tienen una vida útil 4 veces menor a los
electrodomésticos de hace un siglo. Un electrodoméstico reciente supone
menos gasto económico que en el siglo XX, en cambio, la vida útil del producto
ha menguado hasta los 5 o 6 años. Por tanto, no sólo se acaba invirtiendo la
misma cantidad de dinero en la compra de estas máquinas, sino que se
producen más residuos.1

4.2. La obsolescencia por modas

Esto se debe a la modificación de las características superficiales2 de un


producto, haciéndolo fácilmente diferenciable de la versión más antigua. Las
pautas de consumo de la sociedad consumista, regidas por la imagen exterior
de las personas, prácticamente obligan al consumidor a renovar su artículo
para no quedar atrás en una supuesta revolución tecnológica. El género,
habitualmente, no es substituido por otro de gama superior porque ya haya
llegado al final de su ciclo de uso. En realidad, la mayoría de veces que esto
ocurre, el artilugio que se categoriza como caduco aún consta de las
propiedades de cuando este fue adquirido. Se considera, por lo tanto, que este
tipo de obsolescencia es deseable en términos económicos y sociales
únicamente3. Son víctimas de este tipo de caducidad los teléfonos móviles y las
prendas de vestir.

1
MCLOUGHLIN, MICHAEL. Sin obsolescencia programada un frigorífico podría vivir hasta 80 años.
2012. < http://www.abc.es/20120716/tecnologia/rc-obsolescencia-programada-frigorifico-podria-
201207160210.html> [Consulta: 3 agosto]
2
MONTIEL, Héctor. Obsolescencia programada y moda. 29 agosto 2012. <http://www.e-
consulta.com/2012/index.php/2012-06-13-18-41-29/articulistas/item/obsolescencia-programada-y-moda>
3
idem

~Página 28~
Obsolescencia programada, ¿realidad o ficción? 29

4.2.1. Electrónica

Los teléfonos móviles y la moda están estrictamente relacionados. En una


sociedad de consumo como en la que vivimos, un teléfono móvil, por lo
general, esté estropeado o no, no dura más de cinco años. En muchas
ocasiones incluso menos. En definitiva, la industria limita la vida o cambia
continuamente sus productos para que no cese la compra de estos. Muchas
veces, dentro de este ámbito, se recurre a la obsolescencia técnica cuando
nuestro aparato deja de ser compatible con otras versiones. También se puede
recurrir a la obsolescencia por moda, en la cual tienen gran repercusión social
el marketing y la publicidad, los cuales pueden hacer llegar a sentir la
necesidad de adquirir un nuevo dispositivo cuando el nuestro se encuentra en
perfectas condiciones.

Se han dado casos de personas que denuncian a empresas como Apple


por el mal diseño de sus productos. La empresa ha recibido numerosas
denuncias sobre el imposible acceso a las baterías de sus aparatos, haciendo
obligatoria la asistencia técnica o la compra de otro dispositivo en caso de
estropearse.

4.2.2. Moda

Otro gran ejemplo es el mundo de la moda. Este es un sector realmente


influenciado por las campañas publicitarias. Temporada tras temporada, los
consumidores adquieren nuevas prendas sin necesidad de hacerlo.
Únicamente para obtener un vestido con un color, forma, corte o textura
diferente según lo que marcan las tendencias de esa temporada. En los últimos
años, empresas que confeccionan prendas de low-cost o bajo coste, han
recibido una notoria fama. Para conseguir poner a la venta productos a un
coste inferior al normal, se fabrican piezas de ropa con materiales menos
duraderos. Esto da lugar a prendas de carácter volátil que suelen aprovecharse

~Página 29~
Obsolescencia programada, ¿realidad o ficción? 30

durante únicamente una temporada. El Grupo Inditex, a nivel nacional, es una


de las empresas precursoras de este estilo de ropa.

Estos dos tipos de obsolescencia, como hemos visto, no son excluyentes.


En un mismo producto podemos encontrar, tanto obsolescencia por modas,
como la técnica. Un buen ejemplo sería el ya comentado teléfono móvil.
Mientras hay ocasiones en que realmente el aparato se estropea técnicamente,
en muchos casos es desechado porque ha salido al mercado una nueva
versión o porque simplemente llevamos demasiado tiempo con el mismo
teléfono (Fig. 13).

Figura 13: Evolución de los teléfonos móviles desde mediados del siglo XX.

~Página 30~
Obsolescencia programada, ¿realidad o ficción? 31

5. Diferentes visiones sobre el consumo y la


obsolescencia programada

A la hora de opinar sobre una posible intencionada caducidad de los


productos por parte de las multinacionales, aparecen diferentes versiones
sobre los hechos.

Hay quienes opinan que la práctica es indudablemente aplicada, creando


así productos de más corta duración. Una de las personas más representativas
en este ámbito es Serge Latouche, célebre economista francés y precursor de
la idea de un modelo de consumo basado en el decrecimiento. Este prestigioso
catedrático afirma que “quien piense que un crecimiento infinito es compatible
con un planeta finito, o bien es un tonto o bien es un economista. El drama es
que, en el fondo, todos somos economistas”. Además, Latouche defiende un
modelo de mercado en el que la idea principal es volver al modelo de
producción antiguo, en el que el propósito principal no era crecer por crecer ni
“crear artificialmente necesidades de consumo”. Otra de las personas que
creen en la existencia de la obsolescencia programada es, obviamente, Cosima
Dannoritzer, productora del documental Comprar, tirar, comprar.

Jorge Riechmann, profesor de Filosofía Moral de la Universidad Autónoma


de Madrid indica: "El sistema se cementa sobre la necesidad de generar
beneficios y en la sobreproducción […]. En este sentido, la obsolescencia
programada cumple un gran papel". Además añade que esta sobreproducción
es incompatible totalmente con los límites del planeta.

Asimismo, gente como John Thackara- diseñador y filósofo-, entre otros,


ayuda a gente de todo el mundo a crear negocios que diseñen productos
sostenibles.

~Página 31~
Obsolescencia programada, ¿realidad o ficción? 32

Aun así, por otra parte, encontramos visiones contrarias a las anteriores.
Un buen ejemplo es la de Carles Riba Romera- profesor de Diseño Industrial
en la Universidad Politécnica de Cataluña- quien defiende que “en el momento
en que la tecnología evoluciona rápidamente, los productos se hacen
efímeros”. Riba, juntamente con Pere Fullana- profesor de la Escuela Superior
de Comercio Internacional de la Universidad Pompeu Fabra-, Xavier Pi-
profesor de ingeniería de software y perito informático- y José García Montalvo-
profesor de Economía de la Universidad Pompeu Fabra- opinan que el
problema reside en una sociedad en la que “los precios mandan sobre la
competencia” y que “lo barato sale caro” ya que se invierte antes en productos
de menor precio, aun y sabiendo que lo más caro será, probablemente, mejor.

Existen otras posiciones, como la del Investigador sobre economía en la


Universidad Autónoma de Barcelona- Federico Demaria- los cuales aportan
una visión menos radical. Demaria asegura la existencia de la caducidad
planificada pero culpando a los consumidores de ello, los cuales se hacen
partícipes de esta.

~Página 32~
Obsolescencia programada, ¿realidad o ficción? 33

6. Conclusión
Tras estudiar la evolución histórica de los procesos de producción desde
la Revolución Industrial hasta la actualidad, investigué también las conductas
en frente del consumo, las cuales conducen a la sociedad hacia el despilfarro y
el abuso del medio ambiente, creando a la vez, problemas sociales. Además,
se ha investigado sobre los tipos de caducidad existentes y los artículos que la
sufren.

A lo largo de todo el trabajo de investigación se ha podido responder a la


hipótesis planteada en la introducción: Obsolescencia programada, ¿realidad o
ficción? La caducidad planificada es un hecho real en nuestras sociedades y
que, como se ha demostrado, está acelerando el proceso de destrucción de
nuestro planeta, así como modificando las condiciones de salud de los
habitantes de este.

Los países desarrollados llevan experimentando un fuerte crecimiento


desde mediados del siglo pasado, lo cual lleva consigo una serie de hechos
evidentes como es la sobreproducción de residuos que nos conduce,
indudablemente, hacia una situación catastrófica.

Además, la falta de ética en la gran mayoría de países desarrollados está


creando situaciones de desigualdad respecto a los países que se encuentran
actualmente en vías de desarrollo. Estos últimos son los que están recibiendo
el efecto resultante de una sobreproducción fundamentada en una colectividad
de personas que adquieren bienes sin necesidad de hacerlo. Las
descomunales cantidades de basura electrónica que reciben, año tras año,
estos países, representan una evidencia más sobre su situación de
desigualdad.

A lo largo del trabajo me he encontrado con pocas incidencias; entre ellas


podría destacar el hecho de no haber podido contactar, finalmente, con el

~Página 33~
Obsolescencia programada, ¿realidad o ficción? 34

economista francés Serge Latouche, una de las personas pioneras en el


estudio de la obsolescencia programada y al cual me gustaría haber podido
entrevistar personalmente.

En referencia a la hipótesis, los resultados nos llevan a las siguientes


conclusiones:

En primer lugar, se hace evidente la existencia de una limitación de la


vida útil de los productos, creando, por lo tanto, la necesidad de adquirir nuevos
bienes que generaran nuevos residuos, gasto de energía y materias primas. La
obsolescencia programada viene dada por dos factores. El primero de ellos, es
que nos encontramos en una sociedad consumista en la cual, la idea de
renovar aquellos artículos que han dejado de ser lo suficientemente modernos,
es totalmente cierta. El segundo factor es que, efectivamente, por parte de las
empresas, existe una manipulación de los productos para que estos resulten
caducos.

En segundo lugar, y tras haber sacado las debidas conclusiones en los


Anexos, se observa que el bajo coste de los productos prevalece sobre la
calidad de los mismos. En realidad, cuando se adquiere un producto de menor
calidad y menor precio, únicamente se está contribuyendo a la creación de más
residuos y al gasto de materias primas, ya que el consumidor acaba pagando lo
mismo. Si se adquiere un producto de menor calidad, este se estropea más
rápidamente y se hace necesaria la adquisición de un nuevo artículo.

Por último, hace falta añadir la idea de que la obsolescencia programada


lleva a nuestro planeta a una situación perecedera que afecta,
indiscriminadamente, tanto a los que se encuentran al principio de la cadena de
producción- las empresas- como a los que se encuentran al final- los países del
tercer mundo-. Hace falta, por lo tanto, una concienciación por parte de todos
para poder producir y consumir de manera sostenible sin condicionar nuestras
vidas.

~Página 34~
Obsolescencia programada, ¿realidad o ficción? 35

7. Bibliografía

Libros y monografías:

1. FERNÁNDEZ, José Manuel; GONZÁLEZ, Jesús; RAMÍREZ, Germán. Història


del món contemporani. Barcelona: Grupo Promotor Santillana, 2008.

2. FROMM, E. Psicoanálisis de la sociedad contemporánea. Fondo de


Cultura Económica. México. 1962.

3. RODRÍGUEZ ARDURA, Inma. Estrategias y técnicas de comunicación: una


visión integrada en el marketing. Editorial UOC. 2007.

Artículos:

4. BRETOS, DAVID. “¿Cuándo se queda anticuado un gadget?”. La


Vanguardia. 30 Dic 2011. Barcelona. [en línea]

5. CERRILLO, Antonio. “Cuanto más dura un producto, mejor para el medio


ambiente”. La Vanguardia. 28 Dic 2011. Barcelona. (En sección: Medio
Ambiente). [en línea]

6. CERRILLO, Antonio. “Diseñados para morir”. La Vanguardia. 28 Dic 2010.


Barcelona. Pág. 26-28 (En sección: Tendencias).

7. MONZÓ, QUIM. “La bombilla”. La Vanguardia. 23 Marzo 2012. Barcelona.


[en línea]

~Página 35~
Obsolescencia programada, ¿realidad o ficción? 36

8. Webgrafía

1. es.scribd.com
2. www.abc.es
3. www.claseshistoria.com
4. www.decrecimientoybuenvivir.files.wordpress.com
5. www.e-consulta.com
6. www.eumed.net
7. www.enciclopedia.us.es
8. www.estasemana.cip.cu
9. www.globalissues.org
10. www.monografias.com
11. www.vidasencilla.es
12. www.rtve.es
13. www.slideshare.net
14. www.spectrum.ieee.org
15. www.ub.edu
16. www.wikipedia.org
17. www.youtube.com

Documental:

Comprar, Tirar, Comprar [video grabación] dirigido por Cosima Dannoritzer;


producido por Arte (Francia), TVE y Televisión de Cataluña. 2011. (72 min),
son., col.

~Página 36~
Obsolescencia programada, ¿realidad o ficción? 37

9. Anexos

9.1. Anexo I

Después de haber realizado una encuesta a 50 personas, de edades y


sexo diferentes, he obtenido los siguientes resultados:

¿Conoce el concepto de obsolescencia


programada?

+50 años

40-50 años

30-40 años

18-30 años

0% 20% 40% 60% 80% 100%

Sí No

Figura 14
Fuente propia

La gráfica muestra el tanto por ciento de personas que conocen el


concepto de obsolescencia programada de entre varones y mujeres, divididos
en franjas de edad, tal y como muestra la leyenda.

Se observa que, en general, el concepto es poco conocido en por toda la


población. Hace falta destacar el prácticamente nulo conocimiento de la
obsolescencia programada dentro del grupo de gente de edad superior a los
cincuenta años. Esto se debe, básicamente, a que la reducción de vida útil de
los productos es una práctica creciente en los últimos años. Aun y tener sus

~Página 37~
Obsolescencia programada, ¿realidad o ficción? 38

inicios a principios de siglo XX, el sector de la población que más lo conoce es,
sin duda, los ciudadanos de ente dieciocho y cuarenta años.

De esas 50 personas, el 34% de ellas han afirmado que conocen la


obsolescencia programada. Por otra parte, precisamente el 41% de estos
aseguran que no se sienten víctimas de la caducidad planificada por parte de
las empresas. Muchos de ellos sostienen que, si actualmente los productos son
menos duraderos que antiguamente, es debido a una sociedad basada en el
consumo constante y la volatilidad de los productos, únicamente. En cambio, el
59% restante sí que siente que la mayor parte de artículos en el mercado, han
sido modificados para el acortamiento de su vida.

¿Se siente víctima de la obsolescencia


programada?

+50 años

40-50 años

30-40 años

18-30 años

0% 20% 40% 60% 80% 100%

Sí No

Figura 15
Fuente propia

~Página 38~
Obsolescencia programada, ¿realidad o ficción? 39

9.2. Anexo II

A continuación se muestra un gráfico que expone, según la edad, cada


cuanto se adquiere un nuevo dispositivo móvil. Se ha preguntado a un total de
50 personas, de sexo y edades diferentes.

¿Cada cuánto renueva su teléfono móvil?

100%
80%
60%
40%
20%
0%
Cada año Cada 2 años Cuando se
estropea
18-30 años 30-40 años 40-50 años 50 años

Figura 16
Fuente propia

Como se puede observar, entre la población más joven, de entre


dieciocho y treinta años, destaca el hábito de adquirir un nuevo dispositivo en
un tiempo comprendido entre el primer y el segundo año después de la
compra.

En cambio, esta misma práctica no resulta ser tan popular entre la gente
mayor de cincuenta años, quienes aseguran que prefieren renovar su teléfono
móvil cuando este se estropea. También existe un 30% de ese mismo grupo
que sustituye el dispositivo cada dos años, aproximadamente.

~Página 39~
Obsolescencia programada, ¿realidad o ficción? 40

A continuación, se exponen los datos extraídos de una encuesta a 50


personas, en la que se pregunta en que atributo de los productos se fijan a la
hora de adquirir un bien.

¿En qué se fija al comprar un producto?

16% 22%

11%

20%
31%

Calidad Precio Marca Apariencia Utilidad

Figura 17
Fuente propia

Un dato destacable es que más de un tercio de la gente preguntada opina


que lo más importante en un producto es su bajo coste lo cual lo hace más
atractivo. A la inversa, tan solo un 20% de esas personas consideran la calidad
del producto al comprarlo. Esto es un claro ejemplo de cómo el bajo coste
prevalece por encima de la calidad.

~Página 40~
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9.3. Anexo III

A continuación se expone una noticia basada en el documental de


Cosima Dannoritzer que apareció en La Vanguardia el martes 28 de diciembre
de 2010. Se da una visión general sobre el tema. Primeramente, se resume el
documental y después se dan a conocer diferentes opiniones. Me parece un
artículo relevante y, por tanto, debe incluirse en la memoria.

~Página 41~
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