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GOBIERNO REPRESENT_ATlVO
ron

J. ~TU ART MILL,

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TRAD\:'ClDO AL ESPA~OL
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....!
POR FLORENTINO GONZALEZ
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o/ VALPARAISO :
n tPRENTA Y LIBRERIA DEL ~JERCUlUO
de S. Tornero e hljos.

p 1 865.

La pl'opiedad eselusi \'CL de esta ob ru esta g•lrnntida al traùuctor
por el m·t. 9! de la lei de 24 de julio de 183 1.
Ellibt·o que hemos traducido al espailol, es de aqucllos
cuya lectura es innecesario recomendar a los que desean
estudiar provechosamente la teoria del gobierno represen-
tativo: el nombre del au tor es bastante recomandacion del
mérito de la obra para todos aquellos a cuya noticia ha yan
llegado las demasque él ha escrito sobre materias politi-
cas. Un libro sobre el gobie mo represen tativo, escrito por
un publicista ingles nacido y educado en el pais del go-
bierno representativo, y por un ingles cuyo nombre es
Sttw1·t Mill, Hama por estas solas circunstancias la aten-
cion de los que lean, con el prop6sito de adquirir ins truc-
cion s61ida y provechosa, un escrito politico; puesto que
el modo como el publicista britù.nico ha dilncidado las
mas importantes cuestiones econ6micas y sociales, <'Il
otras obras que son ya mui conociùas, es una garantia de
que en la que ahora damos a luz brillarâ esa misma intc-
lijrncia comvrens.iva, ese criterio scnsato y ese sentido
pro',ctico pam apreciar los feo6menos politicos, que son Jns
clotes caracteristi cas dP los publicistas ingleses en jenernl
y rie Stuart Mill en particular.
La sana y verdadera teoria del gobierno representatiro
r~lù esc ri ta en ingles, no en fran ces, por la sen ci lb ""zon
de que en los paises en donde tal gobierno ha exi!>t• lo y
::>e ha practicado, y en donùc han porlido es tuùiarse sns
 ÎJ
fëttümenos y fiprse sus IJrinctpws con co!1ocmuento de
causa, ~c hahla la lengua inglesa y no la franccsa. Pero
tom? ùcsgraciaùamente la juvcntud de la América se ha
ha! lluaùo a huscar su instruccion poliLica en lihros fran-
CC!'C:;, lH'incipalmente en los de esos publicistas puramentP.
l'~peculat~,·os:. que invcntan formas de gobiemo para pue-
hlos que Jtn:.\jlnan y no para los que existen, y que pre-
tcnùen nùaptat· los pueblos a los gohiernos, en lugarde
aùaptar los goiJicrnos a lus pueblos, bueno es ùeci r -sobre
este lihro algunas palabras, que esperamos ha1'Un com-
prender a los discipu los de la mala escuela fran ces a la
llllportancia de estudiarlo, paea reformar la falsa ciencia
que han adquirido y nutrir su intelijencia con ideas mas
e~a~tas del gohierno represeu La li vo y con los sanos prm-
ClplOs democraticos.
Xo es. posible hacer pue:Ulo:> para los gobiernos; es, pues,
nrccsano que. los gobiernos se hagan para los pueblos, y
sc haga funcwnar su mecanismo pol' hombres de esos
lJl~ehlos. aLos gobiernos sc hacen por los hombres, dice
~Ill!, no brola~t como una produccion de la naturaleza.» Es,.
pues, neccsaew que se bagan por los hombres, de manet·a
•1ue los hombres puedan hacerlos funcionar, y para Jo&
lwmhres de manera que !os hombres se interesen en coo-
P?t'ar a. que funcionen. De aqui se 11igue que el mejor go-
lncmo Hlcal no serà precisamentc el mejor gobierno pam
nu pnehlo dado, si las conùiciones de socicdad o indivi ·
<l.ualcs de esc pueblo no lo bacen apto para que haga fun-
• Ol'npados en la tan·a t'tuslrànca de adaptar los puelJlLI,.;
C!Onar con provedw de la comunidad el mccanismo
t;ulJcrnamcntal que para rejirlo combine la Cons ti tu ci on
volitica.
Esta es una de las Yerdades que demuestra cl au tor con
argumentas cle notabilisima lucidez y con iluslraciones
gnministradag por la historia politica de los puehlos anti
'i
s y moùcrnos, cuy as con~Li t ncioncs rxamina con C"'~'
:...110 ' 0 0
r~piritu anahlico y rsc senli.Llo prùctico fJ11C u;~tJnguc ~~
S loS IW11SUÙOI'eS de SU p::llS.
t Ollo . d ]J'l
Daremos una l1rC\'C idea del conlelllrlo c J,lro, porqul'
me ·0 r que cnal<Juicra otra cosaque putlieramos riP-
es to, .1
cir harù conocer la importancia de él.
1~1 ohjcto del capitula 1.0 cs aYeriguar lwsta qué punto e.
,osiblc escojer <•ni?'C las formas de yvbierno la que nu•jvr Jmf'dr
1
conveni?' a m1 Jltteblv.
En él, tenicndo en considcrncion que son los homhrc=-
dP ose puehlo los que han de ilacer fnncionar el met~anis
mo crubern::lmcntal, cstahlcce tres condicioncs para que la
ado;cion de la forma de gohicrno sea posible Yentnjosa-
mente: t,n que el pueblo consicnta en accptnrla, o que ni
mcnos no sc oponga a ~n estalJiecimiento pt·escntando
o])stùculos insnperablcs: 2." que tcnl!'a la Yolunlad y la
capacidad de hnccr loque es nrcesario para manlener la
existcncia de e:;a forma de gobierno: 3." que tenga la YO-
luntad y la capacidad de haccr !o que esa fol'ma de go-
lliemo exije de él, y sin Jo cnal ella no pGldria conseguir
su fin.
Estas son las condicioncs que lo:; poi!Licos especulatt,·os,
itwentores de gobiemos rn ,\m(·rica, no han tenido num ,L
en consideracion; l'alla qne lo:; ha condncido a es~alJirl'l'l'
gobiernos impropios para los purlilos a que han [)ll'lCn-
dido aplicarlos, y crue ha sido causa cie qne sc mantcngaJ J
a los gobiernos <]llO lian imajinado .. Kuci'lra pretcnsioH
(porque nosoll'OS tamhicn ilt'Jnos participado de ella) hl
siùo tan vana como srria la de un saslre qne fallricao.:('
vc~tidos sin Lcncr en considcracion las tallas h umana:;, '
tjnisicra que los hombres que existen se amoldasen a cllo:-:.
En cl scgnndo capitula sc contrae el an tor a examinar
 <)-
.:ua/ cs el cl'iterio de una buena {onna de gobicnw, y en él es-
l.ablece que el mcjor criteria de una buena forma de go-
bierno es la medida en que Stl aplicacion tiende a aumentat·
la d6sis de las buenas cualidades de los gobernados caler-
ti \'a e in di vidualmente pat·a hacorlas con tribu ir al pro-
!{rcso de la comunidad.
No se crea por esta que Mill no tiene en cuonta el6rden,
camo una de las primeras atenciones del gobierno. Si no
establece como el mejor criteria de una buena forma de
gobierno la medida en que su aplicacion a la s0ciedad pueda
contribuir a conservar en ella cl 6rden 1 es porque el pro-
greso implica y contiene siempre el 6rden e indi.ca una
sUuaci.on en que la sociedaù se mejora por el concurso
armonioso de sus miembros a,cste fin, mientras el 6rden
solo indica la sumision de los i nùi vi duos a las reglas es-
tablecidas para gobernarlos, sin consideracion a la capa-
cidad de estas reglas para hacer contribuir sus cualidades
a la m ejora de la condicion de la comunidad. No bai pro-
greso real y duradero sin 6rden; pero puede haber 6rden
sin progreso, como en la China, en Rusia y otros pueblos
semejantes, cuya civilizacion se ha detenido en el punto
Pn que la dejaron los que establecieron los gobiernos que
on ellos existen.
El objeto del capitula 3. 0 es demostrar que cl ideal de la
mcjor forma de gobierno es el gobierno representativo.
Este prop6sito lo cumple hacienda ver de qué marrera
osa forma de gobiemo, aplicada a un pueblo suscepLihle
de ella, contl'ibuye mejor que otra cualqui.era al desen-
volvimiento de las facultades intelectuales y morales de
los hombres, a despert:n· en ellos la aspiracion al progre-
so, y a darle los medios de realizarla, hacienda compatible
t>l uso de estos medios con el mas perfecto 6rden .
En el capitula 4. 0 manifiesta que hai condiciones de so-
- 9 --
riedad en algunos pueblos que hacen inaplicable a elros el uo-·
bierno representativo.
Desde luego establece el autor que cl sal~et' obedeccr es
la cualidad que principalmente hace Mbll a un pueùlo
crob.iemo representa tivo, y que un pueblo que nD
para e1 tJ .
cer es incapaz de él. Pero no se ptense pot· esto
sa 11e obede , .
ue el Mbito do obedecer de que habla nlill, es el hablto
q contrae el esclavo de someterse n.las 6rdenes de su
que . . 1 '1. d
seùOr. No, la obeùtencJa de que habla es ese Ht H~? e
bservar los preceptos de la lei jencral dada por el lejtsla-
~or, por tener la conciencia de que le es obligatoria como·
miembro de la comunidad, y no precisamente po t·quc-
constantemente una autoridad esta compeliéndolo con
6rdenes directas o con la fuerza a que se someta a cada
uno de sus preceptos. E1 esclavo obedcce a una 6rden di-
recta de su sei'lor y no obra sino en virtud de ella; el ciu-
dadano de un pueblo libre obra en v.irtud de la 6rden
jeneral y permanente de la lei, porque es la lei quicn lo
ordena, no porque una autoridad se lo ordeua. Esta es la
diferencia entre una y otra obediencia .
La lectura de este capitula y su estudio, seran mui pro-
Yechosos a los que busquen la verdad con bueoa fé , para
convencerse de que no basta combinar en una consLitu-
riou un mecanismo gubernamental cuyas parte.> estén
arm6nicamente distribuidas, para que funcione bien en
el pueblo a que se aplica, si las conùiciones de ese pucblo
Jo hacen .incapaz de tai gobiorno.
En cl capilulo 5. 0 se examina etttiles debcn ser los {ttncio-
nes de los cuerpos ?"eprese1ltativos.
En él espone los motivas que hacen a éstos impropio~
para preparar los proyectos de lei, principalmento sobre
materias especiales y para poncrlos en armonia con la"'
leyes vijentcs, aunque si sean mui competentes para rxa-
 - 10- - 11 -
mwarlos drspucs de prcparado:;. Para c,·j tar los males . ... ï .. de l<t 111 ovnria sobre la mirtO?'W 1 1111
lm! l'lW t1e JH H 1 t1' 0 .
que rcsnltan del proccdimicnlo que esl[t en pr(Jctica para . 1 . otismo de a'Jttclla sobre eMa . Porque sr demo-
1
!lcrdm el o c e.'J! , - l
la formarion dt• lns ley es, proponc la insti tu ci on de una . . . decir el n-ohiemo de toc!os por LoLios, ~ en r
crac 1a qme1 e o . . .·.
comision lcjislativa permanente, cuyos mi r mhros sean la nwJ
cuerpe go 1)Cl·nan te 110 cs ft, r cprcscntaùa Rmo . .
Oll.t
.
,
n ombrados por cl cuerpo represcntativo, y por· !a cual " decide soberanamen te, sm dar siqulCra
esta es l a q U '" · · d 1
ser·i-nn preparados los proyectos de lei que ella tuviesc a . minoria de ser oiùa en la drscnswn e a~
ocasJOn a 1a . ,
hien o le indicasen el ejet:utivo o el cuerpo lcjislativo, y · que la conciemen de la rmsma manera que .t
cuest10nes
rcvisados los que los miembros de éstc p r·esentasrn, antes · . de que su vo:z, se escuche v su Yoto ~e cucn-
h mayol'la, ~ •
<le tomarlos en consüleracion . Adoptndo este sistema, st• te en los cuerpos deliberantes. .
rvitarian las inconsecuencias y ant inomias de la lejisla- Este es, en nuestro conccpto, el capitnlo de Intm:cs pl o-
rion, qne son tan comunes en los paises r ejidos por go- minente en el prccioso libro tJUe hem os trad uc1do,. n o
IJiernos rrprcsentativos. solamente porque en él sc enuncia y demuestra e~ta Im-
El capilnlo 6. • in.]ica cuiûes son los defeclos y peligtos del portante Yerdad, sino porq:1~ se desenvuelve un sr~ tem~L
gnbicrno rep?·esentotivo, y la manera de cor reji r los unos y de repr esentacic.n que fac1hla el que tanto _la mmon.L
eYitar, o al menos disminuir los otros. l~ l revela la pers- como la mayoria sean reprt>sentadas pro~orcwnal~ente
picacia del autor para descubri r la causa de ciertosabusos en el cuerpo gobernante; cesando asi los mconvementcs
que con frecncncia deshonran la democracia, y que pro- que trae la esclusion de las minorias en la representa-
ccden mas hien de una ùefectuosa organizacion de ella, o clan. .
de las condiciones de s0ciedad del pneblo a que se h a Esta esclusion, que todas las constituciones amerrcanas
aplicado tai forma de gobie rno. No es menos notable la consa<>ran es causa de la corrupcion de l:ls elecciones Y
0 1
fra nqueza con que declara cuales son los dcfectos que cree de los tras tcrnos que traen consigo las Juchas eleccionn-
inconej iùles. rias, ademas de tenor el resultado cierto de privar a los
Pero es en el capîtulo 7.0 , tra tando de la verdaderct y hombres mas competentes para dcsempenar la tarea del
de la fa/sa democmcia, de la representacion de todos, y de f.:Obierno, de ten er un asieoto en cl cuerpo representa Li YO ;
la 1·cpresentacion de la rnayoria solamcnte, en donrle esa porque estos no son en jeneral los candiùatos de la maya-
perspicacia y esa franqu eza aparecen en su mas lucida ria, compuesta nccesar iamentc de la parte menos cuita de
fo rma. la sociedad y propensa sicmpre a elejir a los que mas sc If'
. liai mucl10s pueblos que imajinan estar rejidos pm' "'O- 0 parecen .
h1e mos democrc'\ticos, porque una mayoria de elector~s Las minorias, irritadas por una escl usion que les arre-
cm•ia qni enes la I'Cprcseu ten en el ctJei'PO gobemanle. Et bata el medio de scr siquiera oidas en ;as del iberacionc~
an tor no Yacila eu dccir (y Jo demuest ra): que toda.~ las del gobierno, apelan muchas veces a las armas, y ponen a
dl'IIIOcracias f}t'e actualmente e.ristcn (incl usas !a anglo-sajo- la sociedad en esc triste estado de ajitncion y des6rden qm
na, cumprn y nmcricana), son fa/sas deiii0Cracias 1 m; yn- !>C llama rchelion, gnel'l'a civil, para obtcner por la fnrnP
 - 12-
la in Lenrencion que se les niega en la cosa ptiblica' u
ocunen al cobecbo para corromper a una parte de los elec-
Lores de la mayoria y tomar de un modo facticio el puesto
de ést~. Porque en estas falsas democracias, es menestet·
ser. mJCmhro de la mayoria para ser representado en el
gob1erno; la minoria no se cuenta para nada.
«L~ den~ocracia as~ constituida, dice Mill, no consigne
con e:-.~o 111 a un el ohJeto ostensible de dar el poder a la
m:1yer~a numf>rica; hacc algo mni diferente, lo dà a una
mayona.cte .b mayoria, que no puede ser y no es con
frecucnc1a smo una minoria del todo.»
Acloptado el sis tema que propone cl publicista in"'les
cada partido politico tendra medios de ohrar lealm~nt~
p~ra hacerse representar en el gobierno; cada uno de ellos
~.Jara s~s ojos en sus hombres prominentes, que seran
~avorecL.dos con el voto espontâneo de los amigos de sus
Jde.as, sm necesidad de compt·arlos; y cada uno quedara
satJsfcch~ de ~ue su voto podrâ cooperar a darle un repre-
sent~nte Jentuno de esas ideas y la intervencion que pro-
porcJ?oalmen te le corresponde en la cosa publica. Asi
rPsara la corrupcion que desmoraliza al cuel·po politico y
Pl descontento que trae consigo las revu~l tas, porq,ue
cesan .las causas que prodncen la una y el utro.
. El Slstema de representacion que Mill desenvuelve, ha
s1do y a prop~esto al parlamento ingles por M. Hare y apo-
yado por :arlos esen tores britanicos, que han demostrado
sus ventaJas. No dudamos que él llamara la atencion de
los hom~rcs politicos de América, y qu e con la misma
Luena fe. ron que han hecho el ensayo de tan tas teorias
?.ue no tienen e~ S~l apoyo las r azones que ésta, p1·ocura-
I.~tn po~m· en pt'ciC!J c~ Lan acertado sistema de rept·esenta-
< IOn. Ll cs la resolucwn de uno de los mas d' f '1
11 1 ICI es pro-
' l'Illas de la rlemocracia representaLiva: hallat· el meJio
- 13-
le que to'lo el puehlo sea r epresentado en el cuerpo go~
beruaute.
No son menos importantes y luminosas las ideas que
contienen los capitulos 8.", 9.0 y 10 sobre la estension del
su{rajio, la eleccion directa y la manera de t'ota?'.
Es desde luego digna de toda nuesLra atencion esta pi'O-
posicion: «el sufrajio no es un derecho que el individuo
tiene para si, es un cargo publico que el ciudadano tiene
que ejercer en beneficio de la comunidad.»
Esta proposicion desquicia y cella por tierra muclws
teorias politicas basadas sobre la falsa nocion de que el
sufrajio es un derecilo; y com~rendemos la dillcultad qu e
habra en renunciar a elias, porque forman parte del sa-
ber de muchos hombres polüicos adquirido con el estudio
de algunos aùos, y segun Junius, nada hai tan di.ficil como
renunciar a las opiniones absurdas que se han profesado
por largo tiempo.
Sin embargo, nada es mas cierto: el sufrajio es el ejer-
cicio de una funcion que la sociedad encarga a todos
aquellos de sus miembros que reuuen ciertas condiciones
que los hacen aptos para desempeflarla en provecho de la
comunidad. Es la funcion de un wrdadero poder de la
soherania: poder del elector sobre los demas, que debe
ejercerse por y para el bien de la sociedaù, no un dere-
cho que posee el individuo para si mismo y de que puede
disponer eomo de una casa o de cualquier otro objeto a
que tiene derecho. Bolivar parece qu e comprendi0 esta
Yerdad cnaudo estalJleci6, en la Conslituciou boli vian a ,
que el sufrajio era uno de los poderes de la soberania.
El sufrajio es el ejet·cicio de una funcion politica. aEm-
pero, dice Mill, el ejercicio de toda funcion politica, sea
como elcctor, sea como representante, es el poder sobre
otro. Los que dicen que el sufrajio no es un cargo, sino
 -H-
rrn detec:ho, scguome~lle no h an examinado las conseCUl'll·
t·ias a que conduce s u doctrina. Si el sufraj io es un
<lerecho, si pertenecc al Yotante para si mismo, &cürno
vitupcrarle porque lo vende, o porque lo emplea de modo
(jUC sea ln en acojido por alguna persona a qui en i uit..ra
agrada r por algun motivo intercsado? A una persona no
sc le exije q·10 solo consulte el interes püiJiico en el uso
(jUil ha ga de su casa, de su ren ta de tres por cienlo, y de
todo agucllo a que tiene derecho. A la YCrdad, un hom-
JJL·e de!Je poseer cl sufrajio, a fin (entre otras razoncs) de
pode1· protcjerse a si mismo, pero solamentc contra un
tratamiento de que debe igualmente protejet· a sus con-
ciudadanos} en cuanto esto dependa de su voto. »
Desde que cl ::mfrajio es un cargo, y su ejcrcicio una
funcion politica, la consecuencia es, que el modo como el
ciuda~ano ejerza esa funcion, debe set· pùblico y cstar
somcttdo a la censura püblica . «Su volo, dice ;\lill, no cs
una cosa abandonada a su capricho: sus dcseos persona-
les nada tienen que ver con él mas que con el vcredicto
de ~n jurado. Es estrictamente un asu nto de deber; est:t
obl1gado a votar segun su opinion la mas ilusti·aJa y la
mas concienzuda del bien püblico. Cualquiera que se for-
me otra idea del sufrajio, no es capaz de poseerlo· su
.. . '
espm tu se perviCrle, no se eleva por él. En lugar de abrir
su corazon a un noble patriotismo y a la obligacion del
<lebel' pù!Jii co, cl sufrajio despicrta y alimenta, en un in-
diviùuo semejante, la disposicion a servi rse de una fun-
elon pùblica segun su intercs, su gusto o su capricho:
estos son en mas pcqueila escala los mtsmos :,cn timicntos
y las mismas miras de un opresor.»
No se alar:men con esto los defensorcs del sufraj io uni ..
Ycrsal, consJder{mdolo en pcligro porque no sea un derce/tu.
Stuart Mill cs tambien defensot· del sufrajio un i,·crsal;
-15-
J t fl .,·1io cargo no ùel suft·aJ:o dcrecbo} y lJllt!l'l ia
,ero e su '· . .' . . . .
rque aun
las mujeres eJerc1esen cl cargo de clectot, sJem-
. 1 ... 1.
"urran en citas las conù1cl0nes que IauJ 1tan
1>re. que coil " ..
d -em[)eilarlo en bien de la comunu.tad. Los mas
pata es f ..
. · ·ados radicales no pretcnùen que cl su t'aJ!O} que
exaJei . .. .
.
tl JCell
es un derecho de todo cwùadano, pueda . posee1 se sm
· -tas condiciones en el indi viùuo que lo eJe1·cc; no de ben
etel . l f .. Ù
pues asombrar sc de_ que cl cjc~·c.~cJO de su I'aJLO caryo c-
penda tambien de ctertas condJCwnes.
Los si o-uientes capitulo:; hasta el 1(i tratan: de la dura-
cion de los cuerpos reprcsen tati vos; sobre si los miembros
Je éstos deben cstm· sujctos al mandato impeea tivo de los
electores; de la necesidad o conveniencia de la division en
dos e<'tmaras; de la organizacion del ejecuti vo en un gu-
bierno representativo; de los cuerpos representativos lo-
cales; y de la nacionalidad en sus relaciones con el go-
hierno representativo.
En ellos hemos enconteado la solucion de muchas difi-
cultades, que nuuca han podido resolYer los demas puùli-
cistas desde l\[ontesquien hasta Benjamin Constant y los
rcpublicanos fmnceses de 1818, ni han sido resueltas por
ninguna de las constituciunes existentcs.
Llamamos mui particularmente la atencion de los poli-
Licos de la América latina sobre cl con tenido del capituio
1G. En paises cuya poblacion cs una miscel{mea de indi-
viduos de nacionalidadcs curopcas, indias y africanas, cs
mas necesario q u e en ningun otro tener presentes los
principios que Stuart Mill es tablcce para organizat· go-
hiernos propios para rejir estas socicdades heterojéneas.
El estudio de la cloctrina cspuesta en cl capitulo 17 cs
le una vital importancia para rectificar las iùeas de los
IJOlllicos americanos (inclusos los del Korte) sobre una
for:na de gobierno de que sc estân haciendo ensayos in-
 - IG-
~·ructuosos desde la emancipacion del continente. Se tt·ata
·en él de los gobiernos federales representatives, y el autol'
hace notar las cualidades y defectos de las constituciones
federales americana, sniza y alemana, indicando el modo
de mejorar los unos y cotTejir los otros. Si los arjentinos,
-colombianos, venezolanos y centt·o-arnericanos estudian
detenidamente este capitula, meditan sobre las verdades
que contiene, se penetran de elias y tratan de ponerlas en
practica en sus respectives paises, podràn hacer un gt·an
bien, los tres primeras reformando las confederaciones
defectuosas que han formado, y los ültimos restablecien-
do sobre bases mas s6lidas la que existia. Esas verdades
los guiaran en sus tareas con mas acierto que las que
constituyen su actual ciencia, y los haran evitar el esco-
llo en que se estrellan las confoderaciones: el deslinde
defectuoso de los derechos de Es lados y de los derechos de
la Confederacion, que es el que da lugar a las guerras que
en ellos se suscitan.
Hemos omitido traducir el ultimo capitula de la obra
de Mill, porque tratando del gobierno de las colonias, no
i nteresa a los Estados de la América latina, que no tienen
ni deben tener colonias.
Cuando :M. de Tocqueville public6 la primera edicion
de su obm De la democracia c1~ América, se pregllnt6 al
principe de Talleyrand qué pensaba sobre ese libro, y el
principe respondi6: Ce n'est JJas un Uv1·e, c'est nn evenement.
Lo mismo crcemos que puede decirso, y talvez con mayor
razon, dellibro de Stuart Mill, cuya traduccion vamos a
dar a luz. Es uno Je esos acontecimientos destinados a iu·
fluir provechosamente sobre la suerte de la humanidad.
Como tai Jo hemos considerado dcspucs de haberlo es·
tudiado y meditado detenidamente sobre las verdade~
que conticne. A ese estudio somos deudores de una con·
-17-
. . n rofunda de la verdad de los pl'incipios desen:uel-
\'lCCIO p b de la reforma de muchas de las tdeas
tos en la 0 ra, Y J' · li
r do parte de nuestro credo po lllW. emos
ue han lorma l l. l
q d l'b. s de muchos errores en IJUe nos 1a 'ta 1c-
queda o 1 re 1 t d
. .· la lectnra de los publicistas que Jan os a o
cho mcurur t ·as escuelas pla"ados de ideas falsas a
en voga en nues I , b . . d
que dan e1 colorido de la verdad con una habthdad e es-
tilo deslumbradora.
N tra conviccion nos inspit•a la confianza de que la
ues de esta obra producirà en otros el mismo resultado,
lectura
. de ue una vez conocida lu verduù por los quo sc ocu-
~an e~ los negocias pùblicos ~le Améric~, trabajarân por
ponerla en practica con el mtsmo _emp~no que han em-
pleado en ensayar el error. Porque st es cterto que mucho~
de nuestros politicos han obrado de mala fé y consul~ando
solamente su interes persona!, trabajando por el tnunfo
de las falsas ideas, reconocemos quo la mayor parte las
han defendido con buena fé y sinceridad, y las han con-
sagrado en las leyes de su pais creyendo eu conciencia
que barian su felicidad. Estos no se avel'gonzaran _de re-
conocer el error, porque los hombres hom·ados y smceros
no se afenan a él cuando se les presentan razones eviden-
tes para correjirlo. En ellibro de Mill las encontraran,
tanto los radicales como los consot·radores quo, creyendo
favorecer el triunfo de Jâ Jibertad y el progreso de la civi-
lizacion con la practica de sus ideas, h"'n cooperado a dar
a estos pais es cons ti tuciones ineptas para hacerlos mar-
char en paz y en urden a la consecucion de estos fines.
Ko hallat·ùn en este libro !argas disertaciones sobre lo!.
derechos inajenables e imprescriptibles del hombre, sobre
si el poder se divide en tres, en cuatro o en cinco, ni so-
IJre otras de esas cosas en que ga~tan sn elocuencia Jo~
autores que han senido de tes los de cnsei'lanza en nuf's-
<;oB nu·. 1·
 - 18 -
!l'a:; t1Scuelas. Pero en cambio enconLrat·an t·eglas precisa5
para distribuir las funciones del poder de manet a que cl
~o!Jicmo habilite a la sociedad para conservar y mejorar
l0 que Liene, y asegure a los indiviùuos el goce de la mas
implia lilJcrtad razonable. Estas reglas o principios estùn
t'Stablccidos con razones deducidas de la naturaleza de la~
cosas y apopdos con ejemplos prâcticos, y no con hi pute-
sis arbitrarias, como las que son el fruto de la imajina-
cion enferma ùe algunos pu blicistas radicales.
No nqs avcrgoncemos de corrcjirnos: lo que cs vcrgon.
zoso cs pcrsistir en cl error despues L[UC se nos demucstra
la vcrdad con evidcncia incontestalJlc.
FLOnENTI:\"O Gn:\"zM. EZ.
PitôLOGO.
Los llUe mc lian h ccho el honor de ker mis cscrilos
precedentes no r ecibiràn, sin duda1 con el presente Yolù·
men una fuerte impresion ùe novedad. Por:]ue los princi·
pios son los mismos por lo!l cuales he lrabnjado dm-ante
la mayor par tc de rni vida, y much;.:s de las miras pr{tc-
ticas han sido ya desenYueltas por otros o por mf mismo.
Sin embargo, hai novedad e n agruparlas toùas juntas y
ùesplegarlas en su encadcnamiento; y Jo que e~pongo eu
~>U apoyo oflece tambien frecuentemenle, a mi en tender,
algo de nuevo. En todos los casos, algunas de mis opinio-
nes, si no son nuevas, ti emn pot· Jo pronto tan poca pro-
habilidad de encontrar un ascntimiento jeneral como si Jo
fuescn.
ille par·ece, sin embargo) segun di versos indicios y sobre
todo segun los dehaLes rccien tes sobre la r eforma del .Pat-
lamento, que los conservadores y los li berales (si puedo
continu:n denominandolos como toda via se llaman elles
rnismos) han perdido la confianza en las doctrinas politi-
cas que profes:m nominalmeute; ent: e tanto que de nin-
guno de los dos lados nadic parece haber dado un pa"o
mas para rncontrat algo mrjor. Ko obstantP, ese mejot
 -20 -
tiche ser posible; no una simple transaccion que parta Tao
diferencia entre las dos doctrinas, sino algo de mas vasto
de mas comprensivo que la una o la otra, y flue, en vir~
tud de esta superioridad, pueda ser adoptado tanto por los
eonservadores como por los liberales, sin eliminar po1
csto todo loque, segun ellos, tiene realmente algun valor
en sus creencias respectivas. Cuando tantos hombres sien-
ton vagamente la necesidad de semejante doctrina, y
euando un numero tan pequeilo se lisonjea de haberla
•mcontrado, cada uno puede sin presuncion ofrecer lo
Jlns!n qué punto C3 posiblc cscojl'r' entre unn u otra forma de gobi~rnok
•1ue, en sus propias ideas (y en loque conocc de mejor de
las de otro), es capaz de concurrir a la fm·macion de esta
·ioctrina .

Todos los lralaùos espeeulativos acerca de las formas de

rr >hierno llevan la marca maso menos esclusiva de dos
"teorias opuestas en materia de iostituciones politicas, o,
para hablar con mas propiedad, de dos maneras diferentes
de concebir lo que son las inslituciones politicas.
Para algunos, el gobierno es un arte estrictamente prac-
tico, del cual nacen unicamente cuestiooes de fin y de
medios. Las formas de gobiernl>, segun ellos las conciben,
son espedientes como cualesquiera otros para alcanzar
uno de esos objetos que los hombres pueden proponerse:
un mero negocio de invcncion y de combinacion. Siendo
obra del hombre, alirman que el h omlJre es libre para ha~
cerlas o no hacerlas, y para decidir c6mo y conforme a
qué modelo han de hacerse. En este concepto, el gobie mo
es un problema que se debe tratar como cualquiera otm
cue::.tion de ncgocios. El pl'imer paso bâcia una solucion
es reconocer Cn<ll es la tarea impuesta a los gobiernos; el
segundo es averiguar qué forma de gobierno es la mas
nropia para el cumplimiento de esta tarea.
 -22-
(jna \'eZ penetrados de l'Slns dos idcas, y lwûiendo reco
nocido cuCII es la forma de gobierno que encierra la mayor
suma de bien c n !a menor suma de mal, ya no queJa
que hacet• sino conquistar el asentimiento de nucs tros
compatl'iotas, ode aquellos a quienes destinarn os las insti-
tuciones, a la opinion que nosotros solos nos Lemos for::: a-
do de elias. Hallar la mejor forma de gobierno, persuadir
a los demas que es la mejor, y habiéndolo conseguido,
exitarlos a pedil'!a, h é aqu{ el urùen de las iùeas en el
~spiritu de los q ue adoptan este punta de vista de la mo-
sofia politica.
l\Iiran una constitucion (aparte la importancia respec-
ti va ùe las cosas) con los mismos ojos con que mirarian
un arado de vapor o una màquina de trillar.
Pero esta doctl'ina es vi vamente impugnada. Otros lôji-
cos politicos se hallan tan lejos de asimilar una forma de
gobierno a una maquma, que la miran camo una especie
de producto espontaneo, y segun ellos, la ciencia del go-
hiemo es por deci:.-lo a si un a rama de la historia natural.
No1 dicen, las formas de gobierno no son un negocio de
eleccion. Deùemos Lomarlas las mas veces como las encon-
Lramos. Los gobierm.s no pueden establecerse segun un
plan premeditado. Los gobiernos no se hacen: brolan espon-
âneamenlc. Nuestro negocia con ellos, coma con los clemas
hechos del uni verso, es conocer sus propiedades natumlcs
y adaptarnos a elias.
Las instituciones politicas de un pucJJlo son considera·
rias por esta escuela como una especie de produccion ot·-
ganica de la naturaleza y de la vida de PSe pueblo; son un
producto de sus hâbitos, de sus iiJs~intos, de sus necesi-
dades y de sus àeseos incesantes, y casino son el fmto
de un proposito deliberado. La voluntad del pueblo no ha
trnido otra parte en el negocio, que ocunir a necesidades
-23-
~· or cornùinaciones igualmente temponle:t,
f<~mpo;a1cs P ciones pu eden subsrstrr
· · cuando se 11a Ilan en
v • •.
Fst.as corn 1nna - .
' . · t conformidaù al caracter y a los sentumenlof'-
suhc!Cll c . .
• • y por unaa..,.rerracion sucestva, conslttuyen un
uacwna 1es, • o n .
' . • .'aptado al pucblo que Jo piJsee, pero que sen a
••olJ!Cl'llO <1u '
::: . csforzarse cu im poneJ.I!o a un pueùlo en que la
t'Il' ano . . , .
natma1cza ,•. hs
•
' circunstanClas no lo habrmn prodncld<>
e~pon tùncamcn Le. . .
~ 0 es Jâcil dcciùir cu{tl de estas doctl'lnas sena la mas
ai.Jsurùa, si se pudiese suponer la una o la otra como una
teoria esclusiva. Pero los principios que los hombres pro-
fesan sobre cualquier materia que se discuta, son un s ignu
mui imperfecto de las opiniones que realmente tienen·.
Kadie cree que todo pueblo es capaz de manejar toda es-
pecie de insLituciones. Llévese tan adelante coma se qui e-
ra la analojia de las combinaciones mecanicas, ningun
hombre escoje un simple util de madera o de hierro por
el solo hecho de que sPa loque hai de mejor. Averigua si
él posee las conJicrones que deben acompanar a este imL
trumento para hacer ventajoso su empleo, y parLicular-
menle si los que deben scrvirse de él poseen el saber y la
habilidaù neccsarias para uLilizarlo.
Por otra parte 1 los que hablan de las insLituciones como
Fi elias fueran una especie de organi~mo vivien te, no son
tampoco en rcalidad esos i'atalisLas polilicos por los cualcs
sc dan. No pretenden que la humanidad no tenga absolu-
lamente ninguna libertad de escojer el goùierno bajo el
rual dehe vivil·, ni que la considCJ·acion de las consecuen-
cias que det·ivan ùe las diferentes formas de gobierno no
sea de nir.gun peso en la detcrminacion de la que deùe
ser preferida. Pero aunque las dos escnelas, en su onosi-
cion mülua, exajeran grandemente sus rcspectivns teorias,
~- aenquc nadie ~es ti t'ne estas teorias sin modificacion ,
 -21-
nmbas doclrinas corresponden a nna diferencia mui p 1•0 •
J'unda entre dos maneras de pensai'. E\'identemeotc, :.un.
que uoa de elias no se:~. enteramente verdade ra, sin
embargo como no es tampoco cierto que ambas sean dei
lodo falsas, debemos esforzarnos en penetrar hasta su raiz
y aprovechar la surna de verdad que existe en cada una
de elias.
Acordémonos en primer lugar que las insti tuciones po-
liLicas (aunque esta proposicion pueda ser algunas veces
ignorada) son la obra de los hombres, y que elias delJPn
su orijen y toda su existencia a la voluntad humana.
Los hombres no las han encontrado j erminando al des-
pertar·sc en una manana de estio. No se parecen tampoco
a los arboles que, una vez plantades, crecen siemJ>re entre-
tan lo que los hombres duermen. En cada periodo de su
existencia, la accion voluntaria del hombre las hace lo
que son . Pür tanto, pneden ser bien o mal hechas, coma
lodas las cosas de los hombres. En s u creacion se puede
haber mostrado juicio y habilidad, o hien todo Jo contra-
rio. Y ademas, si un pueblo ha omitido o si una opresion
eslerior le ha impedido darse una constitucion por el pro-
cedimiento espcrimen tal de aplicar un col'recth·o a todos
los males a medida q ue aparecen, o bien a medida que
los que los sufren adquieren la fuet·za de resistir a ellos,
este r etardo ùcl progr·eso politico os nna o-ran
b
desventa,·a
• Es un caso que se presenta todos los dias . La fuerza es-
para el pueblo en cuestion; pem esto no prueba que Jo
que se ha cncontrado bueno para otros pueblos, no lo
lt::tbria sido tambien para él, o no Jo seria toda via cuando
le convi niese adoptarlo.
Por otra parte, es precisa acordar~e que el mecanismo
politico no obra por si mismo. Asi como todo él en su
orijen fué liecho por los hombres, debe tamb1en ser ma-
uejado por ellos, y au n por hombres ordinarios. Tiene
·- 2b-
, •. 1 d no de su simple aquicscencia, sino de su par-
ne~;e::.Iua ' . 1 .d d
. · · activa y dcùe acomodarse a as capaCl a es y
t 1c1pacwn '
·dades de los hombres tales como se les encuen-
,t las ca l 1 . . .. , 1 1
tra. Esto implica tres cond1~10nes: 1. El puel!lo a cua
sc destina una forma de gob1erno dcbe consentir en acep-
.tara,
1 0 almenos no rehusarse a ello de una manera que
oponoo-a obstaculos iuvencibles: 2."' Debe tener
.
la voluntad
. la capacidad de hacer loque es necesano para mante-
~er la existencia de ella: 3.o. Debe tener la voluntad y la
'Capacidad de hacer lo que esta forma de gobierno exije de
él y sin lo cual ella no podria conseguir su fin. Aqui la
palabra hace1· cignifica abstencion tanto como accion.
Este pueblo debe ser capaz de llenar las condiciones de
.accion y de abstencion moral que son necesarias, sea para
mantener la existencia del goblerno establecido, sea para
ùarle los medios de cumplir sus fines; la aptitud de un
gobierno a este respecta constituye su mérito.
Careciendo de una de estas condiciones, una forma de
~oiJiemo, aunque baga concebir mui JJellas esperanzas
hajo oLros aspectas, no puede convenir al caso en que se
cncuentra este vacio.
El primer obstaculo,-la repugnancia de un puPb!o pol'
una forma de gobierno,-no nccesi~a ilustmcion, porque
Jamas se habn\ prescindiùo de tenerlo en cuen;a en teoria.
tranjera solamente podria decid ir a una tribu de indlos
ùe la América dol Norte a someterse a Jas sujcciones de
un gobierno regular y civilizado. i.o mismo podria decir-
se, aunque de un modo menos absoluto, de los barbaros
que han recorrido el imperia romano. Se han necesilado
siglos enteras y un completa cambio de circunstancias
llara formarlos a la obediencia a sus m!smos jefes fuera
:lel servicio militar. Hai naciones que no se someteran de
JOC. ll.EP.
 - 2(j-
buena voluntad a otm gobierno que el de ciertas fam1lias
que han teuiJo de t1empo inmcmorial el privilejio de
proveerlas de jefes. Ciertas naciones, no podrian, sin uua
conquisla cstranjcra, acostumbrarse a sufrir una mona1••
quia ; otr~ts tienen la misma aversion a la r epùblica
llegando el obstaculo frecuentemente ltasta la impractica~
bilidad por el tiempo actual.
Pero hai tambien casos en los cuales, aunque no haya
aversion a una forma de gobierno, - talvez deseândola-
un puebla no puede tener la voluntaù o la capacidad de
llenar las condicioncs de ella. Puede ser incapaz de llcnar
algunas de esas conùiciones que son nccesarias para man.
tener la existcncia siquiera nominal del gobierno. ln
puebla, por ejemplo, puede preferir un gobierno libre;
pero si por indolencia, indiferencia, cobardia o fa! ta de
espirHu publico, es incapaz de haccr los esfuerzos ncce·
sarios para conservarlo; si no quiere combatir por su go.
bierno cuando éste es directamentc atacado; si puede ser
cl j uguctc de los ar ti fi ci os pu estos en ob ra para despojar-
lo de (•1; si en una hora de ùesalicnto, o de temor tempo-
ral, o en un ravto de eutnsiasmo por nu in di viduo, puede
scr anastrado a ùeponer a los pics de un grande hombre
sus libertaùes, o a confiarle poùeres que le hagan capaz
de destruir las institucioncs, en todos estos casos ese
puebla es mas o menos impropiu para la libertad; y aun-
que de haberla poseido por algun liCmpo le hnya resulta·
do bien, tarùartt estraor dinariamente en gozar de ella.
De la misma manera, un pue:blo puede no querer o no
poder cumpli r las obligaciones que le impone una forma
particular de gobierno. I.;n pueLlo grosero, aunque sca
sensible hasla cierlo punto a los beneficias de una socJe-
d.ad civilizadn, pnede ser mcapaz de las sujeciones que
oJla demanda; sus pasiones pueùen ser demasiado r iolen-
- 2i-
ot·nnllo per:Oonal demasiado tiranico para rcnun-
_.,,
0
::,U"' .· ·adas y para abandonar a las leyes
las luc1ws P11" ' ,
ctar a '
-J· ùo ùc yengar sus ofensas reales o supuestas. Ln
el cu~ a gobierno civilizado, para ser real men tc
:-emt'J~tntc c~~~~~~ mostrarse desp6Lico hnsta un grado
vent~JOSO,Jl o : ufrir nin..,una fiscalizacion de parte del
eons1dcra , c, n " . · · 1 1
bi 0 e imponerlc una gran suma de sujecwn c?a .
pue 'l'al otro puebl",., podemos decir ' no està hecho smo para
.
una libertaù linütaùa y parcial, puesto que _no qUiere
·oucurrir activamente con la lei y las autondades a la
· de los malhechores · Un puebla que esta mas
rcpreswn
. esto a ocultar un criminal que a aprehenderJ.o; un
d !SpU . .
pneblo que, como los Hindues, cometer â u_n perJUI!O para
alnu al homl1re que lo ha robaùo, mas lHen que darse cl
trabajo de dcponer contra él y atracrse por ello una_ ven-
~anza; un puebla en donde (como en algunas nacwnes
de Europa 1 y de la Europa maderna) sc pasa a la otra acc-
r,\ Je la calle cuando seve a un hombre ùat· de punalaùas
a otro en la via publica, porque no cs negocia suyo sino
de la policia ocuparse de eso, y porque es mas segnro no
ot'Uparse uno de loque no le toca; un pnel 1lo que se re
bela contra una ejecucion, pero a quien no le d10ca nn
l"e:.mato,-semejante puebla lieue necesidad de autori-
daùes rcprcsh·as, mejor armadas que en toda otra part(•,
pues que las primeras y mas indispensables conùicioncs
de una viùa civilizada no tienen olras garantias.
Este deplorable estado de scntimicntos en un pueblo
que ha dejaùo detras de él la vida salvaje, es sin duùa
tlguna la consccuencia ordinaria de un mal gobierno an-
terior, que ha ensenada a los hombres a considerar la lei
romo hccha para otro objelo que para su bien, y a sus
inté1pretcs como peores enemigos que los que la vwlan
biertamente. Pero por poco dignos de vituperio que sean
 - 28-
- 2()
aquellos entre quienes ha nacido semejantc modo de Pen
sar, y aunque en fin de cuentas él no pueda scr desarraj. . a no podlU . su bsistir sobre una grande estension- de
gado por un gobierno mejor, sin embargo, entre tanto m 15 ~' •· . fraccionarse incviLablemente eu p~quenos
terntouo, sm t' ·ameute independientes o umdos por
que él exista, un pueblo asi dispucsto no puede ser go. · los respec n:
princlpa< . el del fcudalismo· y esto porque el
bernado con tan poca sujecion como un pueblo cuyas l 0 tan floJO como '
un az . - ~~aw 1 . toridaù no era bastaule perfecto para
simpatias esLân dellado de la lei y que preste voluntaria. 1 .
mente su cooperacion activa a la ejecucion de esta lei. mecan ::. ù l s 6rdenes del gohierno a una gran dls-
l1 er ole <>cer a . b'
Del m ismo modo, las instituciones politicas son de poco ac . de ~u ersona. Auntle parte del ejércllo, el_ go _rer-
tancJa . pt " garanLia de ohedicncia que su fidehdad
valor y pueden ser un simple instrumenta de tirania y de o no tema o r... 1
intriga, cuando la masa de los electores no se in teresa n ,· y no existia el medio de hacer pagar a pue-
mlun tana, · t'ne· l·:t
bastante por el gobierno para votar, o cuando la mayor hlo una suma de 1·mpuestos suflcwute .para. man eù r '
par te de los clectores, en lugar de votar por motivos de fuerza necesaua .- para <
obligar a la obedwncw a to o un
bien ptiblico, venden su voto o sufragan a instigacion de ,asto tern ... tor·J
·o · En toùos . casos y en otros
estos di versos d 1
alguna persona influyente cuyo favor desean captarse por .
"cmepn 1es, es preciso comprender bren que la fuerzab e
··ou::.làcu
,, , 10 puede ser mas o menos grande: puede ser . as-
razones particulares. La eleccion popular practicada de
tante 0 Ian,., , de para hacer mui defectuosa la operacwn
. . de
esta manera, en vez de ser una seguridad contra un mal
" ' 1•0 0 sin escluir absolutamente su ex1stencra, y
gobicrno, no es sino una rueda de mas en su mecanisme. un gou!C , . , . . .
~in impedir que sea prefet'Iblc en la p1acttca a cualqmer
Ademas de estos obstaculos morales, las dificultades
otro. Esta ülti ma cuesliùn reposa sobre un dato al cual no
rnateriales son un embarazo invencible a las formas de
hemos llegado todavia:-la teudencia de todas las formas
gobierno. En el mundo antiguo, aunque haya pod1do ba-
de "'Obie10o a favorecer el progreso. .
ber y baya en efecto habido una grande independencia
"\cabamos de e~aminar las tres condiciones fuudamen-
indi vidual, no podia existir al go parecido a un gobierno
tales que hacen adaptables a un puehlo las formas de
popular regular fuera de los muros de una ciudad, porque
:::ohierno. Si los partidarios de lo que se puede llamar la
las condiciones fisicas para la formacion y propagacion de
teoria politica naturalista, quieren solamer.te insistir so-
una opinion publica no sc encontraban sino entre aque·
Lre la necesidad de estas tres condiciones; si pretenden
llos que podian reunirsc para discutir los negocios publi-
que ningun gobiemo puede exisLir de una manera perma-
cos en la misma agora. Jeueralmente se cree que este obs·
nente; si no llcna las dos prime.ras condiciones, y aun en
tâculo ha desaparecido al adoptarse el sistema represen·
gran par te la tercera, su doctrina asi Iimitada es incon-
tativo. Pero para allanarlo completamentc, sc ha necesitado
tcstalJle. Prelendcr, sea en loque fuCI·e, mas que esto,
la prensa, y aun la prensa de los diarios, equivalente real
mc parece inadmisihle. Todo lo que se nos ùice de la ne-
aunque incompleto bajo muchos aspectas del Pnyx y del ccsidad de instituciones con base hist6rica, en armonia
Fomm.
con el caracter y los usos nacionales, etc.} significa esto o
Ha habido estados de sociedades en donde la monarquia no signillca nada absolutamente. En semejantes frases,
 - JÙ- - 31-
aJcmas ùe la su ma Ùt} senti do racional que elias contiencu . d , .1ninado El grado de cultma Llel
le noùtcrno \,; 101 . .
liai una mezcla considerable de puro sentimentalisme torma < "' , tt·at·t la suma de Jmen juicio y de sa-
clio de q ue s< '' ' . .
Pero IJajo cl punto de Yista practico, estas pretendidas 1u . , t' de 11 ue e:;té ùotado, düben sernr de gma.
eualidades inùispensahles de las instituciones politicas g a~Idad prac tca . d
.. conside t"lcion que es prcc1so no per cr
liai tambum o tI ,t
~un simplemente otras tantas facilidades para realizar ~~~
'
' - · cblo puede no estar preparado para las
Je n4a: u n P11
tres condiciones. Cuando una insLitucion o un conj unt1 • . ciones· llero inRpl rarle el des co de tencrla,;,
luena,; tns 1J 1u ,
le instltuciones tiene sus vias preparadas por las opinio· ·t, nrccsaria de la. nreparacwn. B.ecomendar y
e~ una pat u · • . .
nes, los gustos y los Mhitos de un puehlo, no sohment(' · r d .• · stitucion o una forma de gob10rno parlt·
tle,en er 110" 111 · .
sera facil traer este pueblo a aceptarlas, sino que desde el ·ar sus vcntaj·as con toda clanclad, es uno de
cn'ar, mos ll ' .
pr incipio aprendera mas facilmente y se consagrara de . frecuentemente el solo modo de educacwn po
Jo,; mo Ùo~, _
buena voluntad a hacer loque se le exije, tanto para sai . a ·a. ùl espiri tu nacional, que apre:1de as1 no sola
~] 11) c P· 1 (
C· • • • •

var la institucion como para su desarrollo y su m as ven-
tajosa fecundidad. Un lejislador cometeria u na gran falla
en no tomar sus medidas para sacar partido, cuando
pueda, de habitas y sentimientos asi preexistentcs.
Por otra parte, hai exajeracion en trasformar en condi
cioues necesarias estas cosas que son simplemen te un
ausilio y una facilidad. lJn pucblo cs mas fàcilmente con-
ducido a hacer, y hace con me_jor Yoluntad aquello a que
es ta ya acostumbrado; pero tambien aprende a h acer cosas
que son nuevas para él. Familiar izarsc con las cosas es de
u n gran ausilio; pero una idea sobre la cu al se fij a i nten-
samente la atencion llegara a ser fami liar, aun cuando
empiece por causar asombro. Hai numerosos ejemplos de
pueblos enteras que se lanzan con arùor sohre las cosas
nuevas. La dôsis de apLituù que posee un pueblo para
hacer cosas nuevas y para enlrat· en nucvas circuustan
cias, cs en si uno de los elcmentos de la cucstion. Es una
rualiùad que las ùiferentcs naciones y las diversas erlaJ es
rie la civilizacion no tienen, ni aproximaùamente, en el
mismo grado.
Xo bai regla alJsoluta para pronunciar sol1rc la aptitud
no> llll puehlo dado para llcnar las CODÙÎCÎOllCS de Ull''
r y a reivindtcar, stno tamb1en a mane1ar
men te'a 'acepLa ·
),l institucwn. lO ué m edios tenian los patriotas italimlOs,
ctm·ante la jcneracion actual y la precedente, de preparar
al pucùlo ita\iano a la libertad on la unidad, sino era rl
impelcrlo a esta reivindicacion? Sin embargo, los que
emprenden semejante tarea dcben cstar fuertemente pe
ne tl aù'ls, no solamente de las ventajas de la institucion o
de la pohtica que r ecomicndan, sino taml>ien rle las ra -
pacidades morales, intelectuales y activas, necesarias para
practicatla, a fi n de evitar, en cuanto sra posible, que sP
dcspierte en u n pueblo un desco demasiado superior a
::-ns aptitudes.
De Jo que acaba de decirse resulta que, dentro de los
limites puestos por las t res condici ones a que tan frecu!:'n-
tPmente se ha aludiJo, las insLituciones y las for mas de
~ubierno son un ncgocio de eleccion. lluscar en tésis jcne-
ral (como tiC dico) Cüâl es la mejor f01·ma de golJiemo, no
e:; una quimera, sino un cmp1eo altamente pràctico de l•
intelijencia cientifica; e intt·oùueir en un pais las mejore
m5litucwncs que pucdan, en su e:>tado actual, llenar tc-
lPrahlemcnte las tres condiciones, es uno de los fin t·~
mas racionales que puecla proponerse el e:;fuerzo pràctiL ).
 - 3:!-
Todo lo que sc pucde decir para depreciar la eficacia d
la v~luntad y de los prop6sitos humanos en materia d:
golJlerno, se puede igualmentc decir en donde quiera que
esta voluntad y estos prop6sitos sc ejercitan. En todas lag
cosas &l poder humano esta estrechamente limitado; no
pucde obrar sino sirviéndosc de una ode muchas fuerzas
tle la naturaleza. Deben, pues, existir fuerzas aplicables
a~ objeto deseado, y ellas no obraran sino segun sus pro-
pws leyes. No esta en nuestro poder bacer que las aguas
de un rio retrocedan hacia su fuente; mas no por esto de-
cimos que los molinos de agua no se hacen sino que bro-
lan. En politica como en mecanica, es preciso huscar fuerc:
del mecanismo la fuerza que debc hacer andar la maqui-
na, y si esta fucrza no se cncucntra o si es insuficiente
pam vencer los obstaculos que razonablemente puedan
tcmerse, la combinacion fallara.
Esta no es una particularidaù del arte politico, y sola-
mente quiere decir que él esta sometido a las misma::
limilaciones y a las mismas condiciones que las demas
ar tes.
Agui tocamos con otra objecion bajo la forma nueva
que sigue: «Las fuerzas de que dependen los fen6menos
»politicos no es tan sujetas a. la direccion de los hombres
»de Estado ode los fil6sofos. En sustancia, cl gobierno de
»un pais se ha lia fijado y detcrminado de antemano por
»el estado de ese mismo pais en cuanto a la distribucion
»de los elemen Los del poder soeial. El podcr mas fucrte en
» una sociedaù, cualquiera que 61 sea, obtcndrâ la auto-
»ridad gobernantc, y un cambio en la Constitucion poli-
» ti ca no puede ser duradero si no es precedido o acom-
»panaclo por una nucva distribucion del poder en la
~sot:icclad misma. Por consiguiente, una nacion no puede
lescojct' su fot·ma de gobierno. Pucde cscojer los meras
- 33 -
,
.pm·mcn~tOR, l
la oraanizacion practica; pero en cuanto a
,o en cuanto al asiento del poùer su-
Jeta ùe tof.lo, "ù
.la csct ' . . cunstancias sociales las que dect en
.premo. son 1as cir
.por ella.• econozco que hai una porcion de verdatl
nesdc lucgo r "d
. . mas para sacar de ella algun partl o, es
esta doctnna, ' . . . . .
en . ,· ·la a un a espreswn dtsLm ta y a hmltes con-
·ec1 so ret1tH 11 d d.
pt . .0 é si<>nifica la palabra podc1', cuan ose 1ce
ven tentes. ~ ~ u o d d , 1
ue cl otlcr mas fuerte en una socieda ~en ra a sere
p en el o"obierno? No se trata de la fuerza de los
lJmas fuerte .
ncrnos o de 1os mùsculos·' de otro .modo. la
· . democracw.
·a cl solo o-obierno que podna extsttr.
pura seri< " ù 1
,\rrrc!!ad a la fuerza puramente muscular otros osee-
la riqueza y la intelijencia, y estaremos mas
men"'to·y~.
·erdad pero leios todavta de haber llegado a•
C('fCll de la
' c t "
'
rlla. No solamente un,t mayoria es frecuentementc clou~1
n:ula por una minoria, sino que ~un ~~end? ~a ~~yona
supcnor por la riqueza, por la mLChJencta mdivtdual,
pucde verse ohligada, por la fuerza ~ de ?tra ~1anera, a
ohcdecer a una minoria que le es mfenor baJO amllOs
respectas. Para que estos diversos elementos de poder te~­
gan una influencia polîtica, cs preciso que cstén orgam-
zaùo~. y la ventaja en materia de organizacion se halla
neces:u:iamcntc de parte de los que estan en poscsiou del
!!Ohierno. Un partido mucbo mas déuil en cuanto a los
otros clcmcntos de poder, pnede prevaleccr cuando los
podcres de go hierno se ponen de su lado en la balanza, y
puede por cslo solamenLe conservar su predominio; aun-
que a decir -..;crdad un gobierno asi basado se halla en la
condicion que sc llama en mecanica e(]'uilibrio no estalJlc,
camo uua cosa que se balancea por cl estremo mas corto.
Y que, una vez desarreglada, tiende mas y mas a alejat'S('
de su primer eslado, en lugar de volver a él.
 - 3i-
P~ro hai ~oJavia oùjecioncs mas fucrlcs contra esta . "ro sc nos di rà tal ,·ez que esos son ~as?s u
teor1a de gohterno, en los términos en que sc la present 1 1g1n · Pt de por media v que las conv1ccwne&
d~>ordmar:o. 'rodo poder que en una socitldad tiende n
o •

JlH' 1 re
. l'Jion
1 esta11a 'J
a cosa de particular en su fuerza.
. . a ·· 1
tienen a 0" 11 11
conver ttrse en podet· polit1co, no es uu po:lcr en estado rel•JIO~a::. . 0 caso puramente politico, en que la
0 en ton ce~ u ·
de ~uietud, un podet· puramente pasi,·o, sino un poder Tomem ~ . dola comprometida en él, lo estaba prm-
1 lijion. ::.upomen '
act1vo; en otros términos, un poùer que sc eJet·ce real- .
> •

t del JaùO YCllCJdO.

mente, es decir, por esto mismo, una pcqueilisima porcion
de todo el poder que existe. En efecto, una gmn parte de
toùo poder consiste m> la voluntad. iC6mo puede entonces
sor .posible
. computar los elementos del poder politico, si
otmttmos Pn nnestro calcula un elemento que ohra sobre
la volnntad? No porque los que poscen el podcr en una
socicdad posean el poder politico, cs precisa creer que sea
inlittl influir sobre la Constitucion del golJierno, obrando
sobre la opinion; esta set·ia olvidar que la opi nion es una
de las mayores fuerzas sociales actiYas. Una persona con
una creencia es ignat a noventa y nueve otras personas
que no tienen sino interases. Los que han acertado a per-
suadir al publico que cierta forma de gobirrno (o no im-
porta que hecho social) merece ser preferi do, han hecho
casi la cosa de mayor magnitud que se pt1eda hacer para
ganar en favor de esta forma de gobierno los poderis de
la sociedad. EL dia en que el primer mârtir fué lapidado
en Jerusalen, entre tanto que aquel que debia ser el apos·
tol de las Jentes asistia al suplicio, «consintiendo en su
muerte,» lhabria alguno supuesto que el partido de este
hombre lapidado era entonces y alli el poder mas consi-
derable en la sociedad? l Los acontccimientos no Jo han
dcmostrado? Y esta porque sus crcencias aran las mas
podcrosas de todas las crecncias entonces cxistentes. El
mi~mo clemento hizo <.le un monjc de \\ïttcmbcrg, en la
dieta de Worms, una fuerza social mas poderosa que el
empcratlor Carlos V y que todos los principes reunidos en
upalmen e . c convcncersc de que el pensamiento
~i al,.uno qmer d
• , "' . . no ·le los I)l'incipales elemento:o del po er
especnlatn o cs u . . .
. . c haccr otra cosaque fiJar su atencwn
ocnl no twnc qu E
:1
~n ~iglo pasaùo, cuando apenas ha])ia ~~ trono en . u-
c ' estuviese ocupado por un rel h bcral y refor-
ropa que n 0
. n empcrador liberal y reformador, y casa mas
mador, . utodav1a · que todas las 1'1 ·1Y
' demas ' un papa
1 )era
estrana .
reformador: que se flje en el siglo de Fedenco el Gran~e,
1 Cat arina II , de José II, de Pedro Leopoldo,
1e , '
de Benedtc-
"l" de Gancranelli de Pombal, de Aranda; una é poca ,
to ·" •, ' o • 'b . 1
rn que los mismos Borbones de Napole~ eran ~~ era es'!
rcformadores, y en que todos los espintu~ actt\'OS en.tte
la nohleza de Francia estahan llenos de tdeas ~ueabt~n
pronto despues dcbian costarles tan caro . Hé aqm seou~a­
mcnte demostrado de una manera concluyente cuan léJOl:'
est<'t el poder pm·amente flsico y economico .de ser el ~od~r
~ocial todo entera. No es por ningun cambra en la dtsln -
hucion de los intereses materiales, sino por la propaga-
don de creencias morales qne la esclavitu·i de los negros
ha tcrminado en el imperia britânico y en otras partes.
Los siervos de Husia deberan su emancipacion, sino a un
sentimiento de dcbcr, al monos al nacimicnto de una
opinion mas ilustrada sobre los verdadcros inlercscs del
Estado. Esto cs lo que los bombrcs picnE<an que puedr
detcrminar su modo de obrar; y aunque por término me·
dio las persuasiones y convicciones de los hombres sea1.
dctorminadas mas bien por su posicion p01·sonal que pn~
 -36-
la razon, no es cosa de poco valor el poder ejercido sobr
ell?s por las persuasiones y las com-iccwnes de los perso
naJes_de una clas_e difer_ente, _Y ademas por la autoridad
unamme de las Jentes mstrmdas. Por la misma razon
cuando la mayor parte de los hombres instruidos llegau ;;
reconocer como sal udable un arreglo social o una i ns titu-
cion politica, y otr a como mala, la una como deseable, la
otra como condenable, se ha hecho rnucho para dar a 1
. l
una y qmtar a a otra esa preponderancia de iuerza social
que la hace vivir. La maxima que cl gobierno de un pue.
J)IO es lo que lo oLligan a ser las fuerzas sociales exis tan-
tes en ese puebla, soJamente es verdadera en el sentido de
que ella favore:ce en vez de desaleutar las tontativas para
h1cer una eleccion r acional entre las fot·mas de "'Obiemo
. h b
practtca les en el estado actual de la sociorlad.
6
C.APITULO li.
a
})el critcrio de una bucna forma ,]e gobierno.
Siendo la forma de gobierno de un pais dado un nego~
l'iode eleccion (dentro de los lim ites de ciertas condicio-
nes determinadas), es precisa ahora examinar loque debe
guiarnos para hacer esta eleccion, y cuales son los car~c­
téres distiutivos de la forma de gobierno mas a prop6slto
vara favorecer los intereses de una sociedad determinada .
•\ntes de empezar esta disquisicion, puede parecer ne-
cesario decidir cuales son las funciones propias del gobi or·
no; porque siendo el gobierno pura y simplemente un
rnedio, la cleccion del med.io debe depender de su aptitud
plra apropiarlo al fin deseado. Pero esta manera de pro-
paner el prohlema no faci lita su estudio tanto como podia
cre~::rse 1 y ni aun presenta bien claro el conjunto de la
euestion. Porque desde lucgo las funciones propias de un
gobierno no son una cosa invariable1 sino una cosaque
difiere segun los di versos estados de la socicdad, una cosa
mucho mas vasta en un pueblo atrasado que en un pue-
hlo adelanlado. Despues de esto, cl caracLor de un gobi cr-
no o de un conjunto de instituciones politicas no puedf'

C.:\PI'l'ULO XVT
De la narionalitlad en eu~ rclacivnes con d gobieruo reprcs<'ntati1
Puedc dccü·se que hai nacionalidad en donde quiera
que sc encuentran hombres unidos por simpatias cornu-
nes que no existcn entre ellos y otros hombres, simpatias
_ que los llevan a obrar de concierto de mejor grado que lo
harian con otros, a desear vivir Lajo el mismo gobierno
y que este gobierno sea Pjercido esclusivamente por ellos
mismos o por una porcion de entre ellos. El seotimiento
de nacionalidad puede haber sido enjendrado por diver·
sas causas; es algunas veccs efecto de la identidad de raza
y de onjen, frccuentemeote la comunidad de lenguaje y
de rclijion contribuyen a hacerlo nacer, igualmente que
los limites jeograDcos. Pero la causa mas poderosa de
todas 1 es la iùcntidad de antecedentes politicos, la pose-
sion de una historia nacional y por consiguiente la co·
munidad de recuerdos, el orgullo y la humillacion, el
placer y cl pesar colectivos anexos a los mismos inciden-
tes del pasado. Sin embargo, ninguna de estas circuns-
tanrias por si sola es indispensable, o absolu lamente
~uliciente. La Suiza tiene un fortisimo sentimiento de
- RO!J-
11 acionalidaù, entre cantones de diferente raza, de ùiferen
te lengua y relijion. Hasta ahora, la Sicilia se ha creido
una nacionalidad distinta de la de Kapoles, a pesar de la
identidad de relijion y casi de lenguaje, y de una multi-
tud de antecedentes histuricos comunes. Las provincia:;
flamencas y walonas de la 13éljica, a pesar de la diversidad
de raza y de lengua, estan unidas por un sentimiento de
nacionalidad comun mucho mas fuerte gue el que existe
entre las primeras y la IIolanda, o entre las ültimas y la
,
Francia. Sin embargo1 en jeneral, el sentimiento nacio-
nal es mas débil segun que faltan muchas de las causas
que contl'ibuyen a hacerlo naccr. La identidad de len-
guaje, de literatura, y hasta cierto punbo de raza y de
recuerdos, han mantenido un sentimiento de nacionali ·
dad mui fuerte entre Jas dtversas porciones de la AlemaJ
uia, aunque jamas hayan ellas estado reunidas bajo un
mismo gobierno; pero este senLimiento nunca ha sido
Jmstante fuerle para producir en los diversos Estados el
deseo de abdicar su autooomia. Entre los italianos, cierta
identidad de lenguaje y de literatura combinada con una
posicion jeografica que los separa Lien distintamente de
los otros pueblos, y tai vez mas que toda otra cosa, la
poscsion de un nomLre comun por el cual reivindican
todos ellos la gloria artistica, militar1 politica, relijiosa,
rienti(ica y literaria de todos los que han llevado ese
nombre -todo esto, digo, dcspierta eu la poblacion un
fervor de sentim iento nacional que, nunqtte mui imper-
recto todavia, ha bastado para pt•oducir los grandes acon-
tecimientos que hoi sc estan cumpliendo: a pesar de una
verdadera miscelanea de razas, y no obstante que este
pueLlo jamas baya estaùo Lajo cl mismo gobierno, ni en
los tiempos anliguos, ni en los moùernos, escepto tal vez
mientt·as este gohiemo se estcndia o estaha en via de
 -310-
estenderse so!Jre la mayor parte del mundo éonocid
Cuando el senlimiento de nacionalidad existe en alrru:·
· . r . ë a
parte, 11a1 rn-nna 1 ac1e un a razon para unir todos 10!1
~iem!Jros de la nacio_nalidad ba~o el mismo gobierno pro-
plO de ellos; esto eqmvale a deCir que la cuestion del go.
b;eino deberia ser decidida por los gobernados. No se vé
siquicra loque un grupo de hombres deber!a ser libre de
hacer, sino es de resolver con cuales de los diverses gru-
pos colectivos de seres humanos le agrada asociarse. Pero
cuando un puebla esta maduro para las instituciones
lihœs, hai una consideracion todavia mas vital: las insti-
tuciones libres son casi imposibles en un pais compuesto
de nacionalidades diferentes, en un pueblo en que no
existe vinculo simpatico, sobre todo si ese pueblo lee y
habla lenguas diferentes. La opinion publica y jeneral,
necesaria a la obra del gobierno representative, no puede
existir. Las lnflucncias que forman las opiniones y que
deciden de los actos politicos son diferentes en las diver-
sas secciones del pais. Los jefes de partido que tienen la
confianza de una porcion del pais no la tienen en otra
parte. Los mismos libros, los mismos dlarios, los mismos
folletos, los mismos discursos no llegan a ellas. Una sec-
elon ignora las opiniones y los impulses que circulan en
la ot:·a. Los mismos incidentes, los mismos actos, el mis·
mo slstema de gobierno, les afectan de una manera dife-
rente, y cada una de entre ellas tiene mas que temer de
las demas secciones que del Estado, su arbitre comun.
Su 6dlo natural es jeneralmente mucho mas fuerte que
sus celos del gobierno. Basta que una de las nacionalida-
des se sienta ofendida por la politica del gobierno comun,
para decidir a otra a sostener esa politica. Aun cuando
todas fuesen ofendidas, cada una siente que no puede
contar con las otras para apoyar su resistencia; ninguna
- 311 ·-
es bastante fuerte para resistir por ::;i sola, y cada una
puede creer razonablemente que es ventajoso para ella
obtener el favor del gobierno contra las demas.
Falta
.
sobre todo en este caso la sola ëo-arantia verdadera
en ult•mo recurso contra el despotisme del gobierno: la
s~mpatia del ejérclto _por el pueblo. El ejérciLo es la por-
cwn de toda comumdad que hace por su na turaleza la
di~tincion mas fuerte y mas profunda entre sus compa-
tnotas y los demas pueblos; para el resto de la nacion,
los demas pueblos son simpleme:nte estranjeros; para el
soldado, son hombres contra quienes puede ser llama-
do deotro de ocho dias a combatir mortalrnente. Para él
la diferencia es la que hal entre amigos y eoemigos casi
po~emos decir entre hombres como él y otra espedie de
ammales; porque en Jo que toca al enemigo, la sola lei cs
la de la fucrza, y la sola mitigacion de esta lei, lo mismo
que en el caso de los animales, es la simple humanidad.
Soldados para quienes la mitad o las tres cuartas partes
de los subditos de un mismo gobierno son estranjeros,
no tendrân mas escrûpulo en ti l'al' sobre e!los, ni mas
dese~ de saber por qué, que cl que tendrian para obrar de
la m1sma manera c.ontra enemigos declarados. l:n ejército
compuesto de nacionalidades diferentes no tiene otro
P_atriotismo que el apego a la bandera. T;les ejércitos han
SI do los verdugos de la libertad duran te toda la historia
maderna. El solo vinculo que los reLiene reunidos son
sus oficiales y el gobierno a qulen sirven: y su sola,ldea
de deber publico, si tienen alguna, es la obcdiencia a las
6r~en~s. Un gobiernQ que se sostiene asi, situando sus
reJ1m1entos hungaros en Italia, y sus rejimientos italia-
~os en Hungria, puede continuar gobernando por largo
Lie~po aml1os paises con el cetro de hierro de los con-
qUistadores e3traojeros.
 - 3!2-
Si sc dico qnc una distincion tan dcGnirla entre lo qn e
se delle a un conciudaùano y loque s1mplemente se debe
a un ser humano, t>s mas digna de un pucl1lo de sal-
Ya,ies que de un pueblo ci.vilizado, y dehe ser enérjica-
mente comhati•la, nadie est;\ mas coPvcncido de oslo que
vo. Pero en el estado actüal de la ci vilizacion no se al-
~anzm·ù jamas cse objcto, unu de los mas dignos que cl
esl'uerzo !tu mano puede propone1·sc, SI se retiene a nacio.
nalidades difercntes, y de fuerza casi igual, bajo un mis-
mo gr)hiemn. En un ostado barharo de sociedad, el caso
rs alrmnas veces diferente. Entonces el gohicruo puede
estar interesado en mejorar las antipatias de razas, a fi n
de mantener la paz y de gobernar mas facilmente. Pero
cuar:do en uno de estos pueblos arti1lcialmente reuni dos
haî, sea iustituciones libres, sea el desco de tenerlas, el
intcres del gohierno es enteramente otro. El gobierno se
halla entonces intcresado en conservar y fomentar sus
antipatias, a fin de impcdirlcs fundirse, y de poder h acer
de algunos los instrumentas de su dominacion absolnta
~ohre los otros. La corte de Austria ha h echo de esta tàc-
tica, duran te toda una jeneracion, su principal media de
gobierno: el munda sabe con qué fatal suceso en el mo-
men tc de la insurrecclon de Viena y de la luc ha bungara.
Felizmente se apercibe ahora, por ciertos individuos, que
bernos alcanzado un grado de progreso bastante ad elan·
tado para que esta rolitica pueda en adelante nu salir
bien.
Por todas las razones que acabo de enumerar, una de
las condiciones jeneralmente necesarias de las insti tucio-
nes libres, es que los limites de los gobiernos coincidan
con poca diferencia con los de las nacionalidades. Pero
en la pl'actica pueden oponerse muchas consideraciones a
este pl'incipio jeneral. Desde luego, su aplicacion encuen-
- jJ"3-
tra con frccuencia obstùculos jeogr·ùficos. Irai pol'ciones
de le~ Eur~pa misrna, en dond e las diferentPs nacionalida-
des eslan de lai modo entremezcladas lr,cal rnente, que no
les es posihle eslar bajo gobiernos separndo:;;. La polila-
cion de la Jlungria se compone Ùl~ magyare!', cslovacol',
croatas, servies, rumanos, y en cicrtos distl'i tos ùe air-
rua nes, tan bien mezclados, que una separacion lora!
seria imposible para ellos, y que no les que1la quo h:,CCI
sino do la necesidad virtud, y tomar el pm tiùo de vi vil·
JUntos bajo las misma's loyes y con derc~hos iguales. Su
comunidad de servidumbre, que data solamenle de la
dcstrnccion de la independoncia hüugara en 1849, parece
111adurarlos y prepararlos para semcjantc union. La cu-
lonia alemana de la Pru~ia oriental esta separada de la
\.lemania por un a porcion de la mt! igua Polonia, y co mu
ES demasiado débil para guat·dar su independencla distin-
ta, es preciso, para la continuidaù jeogrMica, o que ella
esté bajo un gobierno no a leman, o que el territorio po·
laco que l t separa se halle bajo un gobierno alema1·. Otnt
rejion considerable en que el elemento dominante eu la
pol.Jlacion rs aleman (las provincias de Curlanùia, de Es-
tania y de Livonia) esta condenada por su posicion local
a hacer parle de un Estado eslavo. En el Este de la Ah•-
mania, bai una numerosa poblacion eslava; lo< habitan ·
tes de la Bohemia son eslavos en su mayor parte, lu
rnismo que una porcion de los de la Silesia y de otios
distritos. La Francia, el pais mas unido de la Europa,
esta lejos de ser homojénea; ademas de los fl'agmentos de
nacionalidades estranjeras que se encuentran en sus limi
tes estremos, ella sc compone de dos porcioncs, como Jo
prueban sn 1enguajc y su historia: la una ocupaùa casi
esclusivamente pot· una poblacion galo-romana, mien-
tras que en la otra los f1·ancos, los burguiilones y las
008 REP. ]4
 -:u-t-
olrns razas Leulcinicas representan un papel considerable.
Arlmitiendo las exijencias jeograficas cuanto es razona-
JJ!c hacerlo, sc presenta otra consideracion puramente
moral y social. La esperiencia prueba que es posible a
ur.a nacioualidad fundirse y ser absorbida por otra; y
cuando esa nacionalidar1 era orijinariamente una porciou
inferior o atrasada de ia esp~cie humana, la alJsorcion es
gt·andemente en YenLaja suya. Nadie puede suponer que
no sea mas ,·enlajoso para un breton o para un vasco de
la NaYarra ftancesa, ser arrastrado en la corriente de ideas
y de sentimientos de un pue])lo alLamenLe civilizado y
culto- sor un miembro de la nacionalidad francesa, po.
scyendo sobre el pié de igualdad todos los privilejios de
un ci udadano fnmces, y la dignidad y el prestijio del
poder frances-que enfurrunarse sobre sus rocas, mues-
Lra medio salvnjc de los tiempos pasados, jirando sin cesat·
en su esLrecha 6rbita intelectual, sin participar ni inte-
resarsc en el movimienLo jeneral del mundo. La misma
obsel'\'acion se aplica a los galeses y a los escoceses de las
tien·as altas, como miembros de la nacion inglesa.
Todo lo que ticnde a mezclar las nacionalidades, a fu n-
dir sus cualidades y sus particularidades en una union
comun, es un bene1lcio pat·a la raza humana. La union
no destruye los tipos (puede asegurarse que quedan nu-
merosos restos de ellos en los casos que se acaba de citar),
pero los suaviza en lo que tienen de estremo, y colma el
vacio que los separa. Un pneblo unido, lo mismo que una
raza de animales cruzados (pero en un grado mucho mas
grande, porque las inlluencias que obran son morales,
igualmente que flsicas) hen•da aptitudes y cualidades
especiales de Lc•dos sus antecesores, y la mezcla lo proteje
contra la tendencia a exajerar sus aptitudes y cualidades,
y basta los vicios que se acercan a elias. Pero para hacer
posiùle esta mezcla, sc ueccsitan conùiciones parttculat·<:-.
Las combinaciones de circnn:>tancias que pueden eneon-
trarse y afectar el resultado, 80n nu met osHs.
Las naciondlidades reunidas h:-~jo el mismo goLiet'I!C •
pueden ser casi iguales en ntimcro y en fuerza, o hien mn i
ùesiguales. Si son desiguales, la menos numcrosa Je las
dos puede ser, o superiot· o inferior en civilizacion. Sn-
pongamos que sea superior, ella puede, gracias a su supe-
rioridad, o tomar ascendieute sobre el resto o ~er su!Jyn·-
gada y esclavil:ada por la fucrza brutal. Este es un desastrP,
si los haî, para la raza humana: una de esas cosas a las
cuales la humanidad civiitzada toda entera deberia opo-
IICrse con las armas en la mano. La absorcion de la Grecia
por la Macedonia ha sido una de las mas grandes desgra-
cias que hayan sucedido en el mundo; la absorcion de
alffLU10 de los principales paises de Europa por la Rnsta
seria una desgracia igualmente grande.
Si la menor de las dos nacionalidades, que se supone
ser la mas civilizada, puede subyugar a la otra, como
hiciel'On ron el Asia los macedonios ayudados por los
"I'iecros
.::> n ' o como hicieron los indescs
...., con la India, la Ci\'i
lizaciou g-:maria algo en ello; pero en este caso, el puehlo
conquistaùor y el conquistado no pueden viYir bajo las
rnismas instituciones libres. La absorcion de los conquis-
tadores por el pueblo menos adclantado seria un mal; este
pueblo debe set· tratado como subdito, y ta! estado de Cù-
sas es para él sea un bien, sea un mal, segun que ha o
110 alcanzado al punto en que uno no se ofcnde por no
sentirse bajo un gobierno libre, y tambien segun el modo
como los conquistadores usan de Sll superioridad. Esta
materia sera tratada en particul<~r en uno de los capitulos
que siguen.
Cuando la nacionalidad que logra sub~·ugar a la otra es
 - 31G -
a la ,-ez. la mas numerosa y la mas civilizlda, cuando
sl)bre Lc.do la nacionaliùad sometida es poco considerable
Y uo Liene uinguna esperanza de recobt·ar su independen-
cia; entoncesJ si ella estll gobemada con una justicia tole-
ra!· le, y los miembr·os de la nacionalidad mas numer osa
no le son OLlio:;os a causa de sus privilejios esclusivo:> la
nacionalidaù mas pcquena pncde acostumbrarse grad:al -
m~n Le a su posicion y fundi rsc cou la ott·a . Hoi ningu 11
baJo- ùreton, ningnn alsaciano, tienen el menor deseo de
~cpararse de la Francia. ~i tol:os los irlandcscs no tienen
todavia los mismos scntimicntos tJara con la Incr!atena
es en parte porqnc son bastante numerosos para0 formar'
por si solos una nacionalidaù respetable, pero sobre todo
porque hasta una época t·ecientc han si do gohe1 nados de
uua manera tan atroz, que los mejorcs sontimiantos se
uncu en ellos a los pcores, para dcspet·Lat en su corazon
cl odio al gol.Jierno sajon.
Puede decirse con verdacl que, de una jcneracion a esta
f parte, esa deshonra para la rnglatel'l'a y csa calamirl(I(J
para toda el reino han ccsado completamentc . IIoi un
.irlandes no es menos libre que un ingles, y su pat·te do
ventaja:;, sea colecti vas, sea individuales, no es men or que
si hubieEe nacido en cualqniera oLI'a parte de las posesio-
nes inglesas. El solo agravio real que consena la Irlanda,
cl de una iglesia de Estado, le es comun con cerca de la
mitad de los habitantes de la Inglaterra propiamente dicha.
lfoi no hai casi nada, si no cs el t·ecuerdo de lu pasado y
la difer·encia en cuanto a la relijion dominante, que sepa-
re las dos razas mPjor hechns entre todas para completarse
una por la otra. La conciencia de que ellos son tratados
110 solamente con un a justicia igual, sino con igual consi-
cteracion, se diunde tan Jlien entre los idandeses, que
ùestru ye en ellos todos los sentimientos que los hacian
- 3l i -
insensibles a las \'entajas qne el puehlo meurs nume1·o~n
y menos rico recojc necesariamente, cuando vic~e _a. Larrr
parte de un puehlo, que no solame~te es su proxllno VP-
cino, sino tambien que es el mas nco, y uno de los mas
libres, mas podero~os y mas civilizados de la Lien·a.
El caso en que hai mas obstùculos para qne las nacio-
nalidades se fundan, es aqucl en que las q ne estùn 1 euni-
ctas en un cucrpo son iguaiPs, en cuanto al nümero y en
cuanto a los .lemas elementos de podcr. En srmejanlc
caso, cada una de elias confhlndose en su fuerza y sintién-
do~e capaz de sostener una lucha corJtr·a una de las oLraE,
rPhu!"a fnndirse; cada una de elias cultiva con una p01·1Ja
de pm-Lido sus par·ticularidades distiutivas, o l1ace reYivir
costumbres ailejas y aun leuguajes que han caido en des-
usa, para que la linea de diYision tJlredc me.ior trazada;
cada raza se encucntra tiranizada, !'Î funcionarios de una
raza rival ejercen sobre ella algnna autoridaù, y todo ln
que se da a una de las nncioualidade~ se mi r·a como oti'O
tanto de precio dado a las ut ra~ . Cuauùo naciones asi di ,-j ·
elidas se hallan hajo un golJierno rlesp6Lico qne cs estrai1o
para todos, o que, aunq ue saiga de un a de elias, se ad-
hiere mas a su poder que a sus simpatias nacionales ~­
los trata sobre cl mismo pie, escoJietHlo sns instmmcnto-.;
indiferentemente eu la nna o la otra, cntonces al cabo dt•
algunas jenel'acioues, la ideut1dad ùe situaciones prùduc':
con frecuencia la armonia de sentimientos, y las difereu-
tes razas llegan a miral'se camo compntriolas, sobre todo
si estàn dispenms sobre la misma estcn~i on del pais. Pero
sr la época de la aspil'acion hùr·ia un goiJl •rno libre llega
:"mtes rJue esta fusion se haya efectnaJo, Pila no se efec-
tnar.\: la ocasion ha pa!'>ado. A partir ùc e:;c !llomento, st
las nacionaliùades irreconciliable:> est:m scparadas jcogri1
ticamentc, y vrincipalmentc si sn posidCin local es tai r11•e
 no llaya. tu Llpomiùaù ni com·eni:encia natural' '
.•:; tén ÜaJo el mismo golJierno (como en el ' cdn que
. . · .. . . caso e u 1n
ptù\ lllCht llalwna lJajo el yuoo ft"lnces 0 ale ) '
. .. . . o ' man , no sol
,.ru ,t eom·enwnte, s ino aun necesal'io st· se . ().
11 . d ' ~ . 1ensa en la
' ICI La
, y. en. la concot·dia • rompeL· el vmcu
. 1o completa
II H ute. Hm ctertos casos en que las provincias desp d- C\ Pl 'l'L' LO X nJ.
llll~ll:;eparariOII, [lUeden encontrar Yentaja en,perm~~:Ce~
llllldas por nna fedemcion· pero suced" e . 1
· . . . . ' " n Jenera , que
st e,.. 1an L1l!'plle!:>Las a reuu nciar a su compl t . d
. . e a m ependen-
r.ta, ~ a llact'r pane de la fedeJ:acion cada una d Il
tiCIW OII' ~ · •· · ' ' e e as. ])e ]os ~OÙÏCI'Il OS fe<lcl':dCo.
. . '"'" \Ctmos a qulCncs pt·eferiria aliarse or l'Cj>l'l'>C il(:ii ÏHlô

por rllo~ 11layorrs simpatins, si no mayores in {e;.cse~ene,

Dos grupos de hombres que no son capnces ni tienen

deseo de vivir bajo el mi~mo golJierno interior, pueden
hallar ventajoso unirse feder·almente, en cuanto a sus
relaciones con los estranjeros, de~ùe lnf'go para defendcr-
se mejor contra las agt·.~sillnes de Estados poderosos, y e n
seguida para evitar guerras entre ellos mismos.
Para que una federacion sea ventajosa, son necesarias
muchas cosas. La primera es que haya una dusis suficien ·
te de mùtua simpatia entre las poblaciones. La federacio n
las obliga siempre a comhati r juu tas, y si ti enen una~
para con otras tales sentimicntos, o bien una cli,·ersidad
tai de sen!imientos respecto de sus vecinos, que prefieran
en jeneral combatir unas contra otras, el vinculo federal
tiene poca probabilidad de dm·at· largo tiempo y de ~er
observado mi entras existe. Las simpatias ùtiles a este
efecto, son las de raza, de lengt•aj e, de r elijion y sobrr
torto de instituciones poli ti cas, como que conduc1m a crear
la identidad de institucion es pohticas. Guando un peque-
JJO mimero de Eslados libres. incapaces r:1rla nPo rlP dr-
 - :nu-
fl'nder~c ~rpaJ·aùnmente, se ballan t'0Jeados por coaa~
pa1 tes pot· monarcas milita1·es o feudalcs que aJ,OJTece1
. 1 .
Y desprec1an a hhertacl aun de un veci no. estos Estados
110 conserrat•{tn la liber!ad y sus beneficias, sino median-
te una union federa!. En Suiza, la comunidad de intere~cs
fli'Ullucida pot· esta causa ha bastado dUJ·ante muchas si-
t..:los pat·a mantl'!ler ri Yinculo federal, a pesat· no sola
IIJPnte de la rrlijion, ,·uanrJo la relijion era la "Tan fucn t
1 . b (.
'c Plleli1Jslad!•s poiJtic;Js irreconciliables en toda Enropa,
!'illlO a un l JH'~ar clc nna gran debiHdaù en la constituciou
de !:1 fcrleracion misma. En América, en donde existian
t>!l <'1 mas alto grado todas las condiciones nccesat·ias
p;11·a la conset·vacion ÙP la union, con el ûnico inconvc-
nientc ~ela difcrencb de institnciones sobl'e el solo pero
Pl mn tml,ortante punto de la esclavitud, csa difcrencia
ha estingnido l<.~n complet<llnf•nte toda si:r:patia entre Ja~;
dos l!artcs de la union, IJI!e eila es la que hoi rompe un
lazo que l'ra lan precioso para ambos.
La segunùa condicion de estabilidad para un rrol.Jierno
fPderal, P~ que los ÙÎ\'CJ'sos Estados no sean has~aute po
dProsos para poder dcfendu·sc par si solos en casa dt
ill\·m-ïon eslr:mjera. Si tienen ese podcr, se,inclinaran a
p:11sar que no gar1an en su union con los otros Jo que
jnerden :;acri . !lean lo su pmpia libertaù de accron·, v. eu
consecuencw) eu don!lc quiera que la politica de la confe-
det·a~ion diJiricse, en cosas de su competencia, de la quP
h.a~na s~gt11do UJ o de sus m~mbros ai$ladamcnte, esta
disJdencw, uniJa a la poca alarma que inspira el estran
jer?, seria tai rez capaz de disolver completamcnte la
l llliOll.
La lt'rcr:a co11Jirion, no monos importante que las otra~
dos, P,; que no llaya una desigualdad de fucrzas mui
""iwlada <'IJtt·e los dirersos Estados contrat:mtes \ la
321
,·erdad, ellos no pueùen scr igualruentc J •Oùero~os; eu
toda federacion, habrà siempre una graùacion de podcr;
1
rie 1tos Estados sernn mns popnlosos, rn ts ri cos y ci vi liza-
dos que olros. liai una inmeu~a diferrnc1a, rn punto a
riqueza y pohlaci.m, entre Nuera Yorl.' y ltoùhcs-[sbnd,
entre Berna y Zug, o Glaris. Lo esenc1al cs que no ha~·a
un E!"tado de ta\ manera supcrior a los demas, que pueda
Juchar contra muchas de el10s reunidos. Si bai un Eslaclo
~emejante, y no hai sino uno, él qucn.·:t di~·ij~r las ùeliJ,t>-
racwues comunes. Si hai dos, seran tiTe~JSlJùll's cuando
cstéo de acuerdo, y cuaudo no lo estén, toclo se deciùir:1
por medio de una Jucha por elvoderen.tre los dos ri,·al.es.
Esta causa por si sola bas ta para 1·eù ucn la ConfederaCJOll
jermanica, inrlepenùien le de !'u detesta)) le t.:onsti tu~ion
intenor, a un estado casi de nulidad; ella no cons1gue
jamas los fines de una confeùeracion. Ja~as ha daù.o a la
Alemania un sistcma de costumbres umformes, m aun
1u1a moneda uniforme; no ha servido sino para dar a el
Austria y a la Pmsia el derecho de enviar sus tropas a
ayudar a los soberanos locales a sostene~ su dom.inaciou,
mientras que, en Jo relativo a los negocws esterwres, la
confederacion con vertlria toda la Alemania en un a de ven
dencia de la Prusia, si no hubiese Austria, o del Austria.
si no hubiera Prusia. Al mismo tiempo cada principillo
no puede ser sino un partidario de b una o d~ la otra, o
intrigar contra ambas con los gobiernos estranJeros.
Haî dos mancras difercotcs de organizar una federacion.
Las autoridades federales pueùen no rcprc~eu tar sino los
gobieroos, y sus actas pueden no ser oùligatorios sino
para estos camo talcs: o l•ien pu eden elias tenor el rlet P-
elta de hacer leycs y ùar ùrdcncs que se dirijan directa-
mcnte en cada Estado a los ciuùadanos pnvados. La 11;·-
macla Confe•lcracion jcrlll{ltlica ha adoptado el primer
 -322-
modo, y Jo mismo la Suiza hasta 18'ti. Se llizo tamhien el
cnsayo de él en Arnérica durante los primeros anos que
siguieron a la gnerrn de la independencia. El otro princi-
pio es el de la constitucion actual de los Estados Unidos
adoptaclo hacc doce ililos por la Confederacion suiza. El
congreso federal de la Union amflricnna toma una parte
real en el gohierno de cada Estado ïndividual. Dentro de
los limites de sus atribuciones, hace leyes que son ohe-
decidas por cada ciudad:mo individualmente; las ejecuta
pM medio de sus propios funcionarios, y sus propios
lrihunales imponen la observancia de elias. Hé aqui el
~olo principio que haya podido y que podra producir
nn. gobierno federal poderoso. Una union entre los "o- v
l uemos, es una simple alianza, y sujeta a todas las even-
tualidarles que hacen precarias las alianzas. Si actos
em11nados del presidente y del congreso no fuesen obli-
g~torios sino. par~ los gobiernos de ·ueva York, de Vitji-
nta, de Pens1lvama, etc., y no pudiesen scr ejecutados
si no median te 6rdenes tl·asmi tidas por estos gobiernos a
sus propiüs funcionarios y bajo la r esponsabilidad de sus
propios tribunales, ningun decreto del gobïerno federal
que desagradase a una may~ïa local seria cjecutado. Lo
que sc exije de un gobierno DO puede imponérsele sino
por la guena; seria pues necesario que un ejército federal
estuviese siempre pronto a imponer la observancia de los
rlecretos de la federacion a todo Estado recalcitrante: v
podria mui bien suceder que los otros Estados, simpati·
zando con el Estado reb('lde, y p:nticiprmdo tah·ez de sus
sentimientos sobre el punto en cuestion, retirasen sus
continjentes, o anD los envïasen a engrosar el ejército del
.Estado recalcitrante.
Semejante federacion antfls que ïmpedïr suscitaria las
guerras interiOJ·es; y si tai uo ha sido su efecto en Suiza,
- 323-
hasta los acontecimientos que precedicron inmediatamerr -
te al ailo 1847, es ùnicamentc porque el gobierno federal
~en ti a tan bien su debilidad, que jamas t1 a ta ha de ejercer
alguna autoridad real. En América, una federacion cons·
tituida sobre este principio ba fallado completamente al
cabo de mui poco tiempo; pero feli zmente los hombres
cuya ha!Jilidad y J>reponderancia habinn fundado 1~ ~·e­
pùblica, viv.ian toda\'Ïa para guiarla en esta transicion
clificil. El Federa/isla, diario escrito por tres de esos hom-
l1res eminentes, para esplicar y defenJ('l' el n11e\'O pro·
yecto de conRtitucion federal que tenia todada que _se1·
accptado por la nacion, es hoi ;nïsmo el tratado mas ms·
tructivo que poseemos sobre el gollicrno federal. La fede
racion alemana que es la mas imperfecta de todas, no ha
logrado hacer nada, ni a un mantcner una a!ianza . .la mus,
en ninguna guerra europea, ha impedido a miembros
aislados de la confederacion de alïarse contra el resto con
potencias eslranjeras. Sin embargo, es la sola federacïon
que parezca posiJ)le entre Estados monarquicos. Un rei
que ba heredado su poder, que no Jo posee por delega-
cion, y que no puede ser despojado de él ni hacérsele
responsable para con quien quiera que sea del uso que de
él hace, ese rei no reuunciara probaLiemente a tener un
ejército propio; y DO sufrirâ. que la auto1·idad suprema
sea ejercida sobre sus subditos, no por él directamente,
sino por otro poder: para que dos o tres paises bajo cl
gobierno real puedan formar una fedel'acion poderosa,
parece nccesario que todos ellos estén bajo el mismo rei.
La Inglaterra y la l~scocia formar m un a federacion seme-
jante durante el ïntet·valo de casi un siglo que trascurrio
entre la union de las coronas y la de los parlamentos.
Pero esta m1sma federacion debia su fucrza, no a las ins-
tiluciones federales, porque ninguna existia, sino a la
 -- 32i -
C'irrun~taneia Je que cl podcr real en amLas constitucio.
JICS'1a sido du: ante rasi todo e~e Liempo Lastante absoluto
J>ara que la po!Jtica cnranjem de los dos puises fuese Ji-
rijida por uua sola volnnlad.
Con el sistema mas perfecto de federacion, con aquel
en que todo ciudadano de cada Estado pa r ticnlar debe
oheùiencia a dos gohicmos-al de sn propio Est~do y aj
de la f~Jeracion-es eYidcntementc necesario, no solo que
los !unites ronRli Lucwnales de la auloridad de cada uno de
P~tos poele res scan precisados claramcu Le, si no lam bien
que cl derecl10 de pnmunciar eut re el los, en caso de dis-
pula , ntl pertenezea a ni11guno de los gobiernos, ni a nin-
guu func i01wl'io que les e::; té soml:'tido, sino a un arbitra
indepenùiente. Es precisa que haya una Corte Suprema
!le Jnslicia y un sistema de cortes subordi nadas en cada
Estado de la t:)nion para .)wzgar S<.'mejantes cuestiones: y
<'1 juicio de estas cortes, en ültimo recmso, deiJe ser deci-
sive . Es precisa que cada Estado de la Union, el mismo
gohierno federal y sus funcionarios, pucdan ser persegui·
rios ante esas cortes, si traspasan los limites de sus pode-
res, o si no cumplcn con sus debercs federales. Esto
implica la consecueucia no~able, realizada hoi en los
Estaùos Unidos, de que una Cor~e de Ju sticia, el ma>:
Ple,·a,Jo t; ibunal federal , posee el poder supr emo sobre
tndos los gohietuos, gobierno de Estado y gobierno feùe-
ral7 puesto que tiene el det·echo de dcclarat· que toda lei
o toùo acto rrnanado de cllos, ~raspasa los limites del po-
dt>r que ll:'s ha impm'Lido la coustitucion fed!:'ral, y no
Lienc por con!'.igui eute ningun valor lfgal. Antes J e haLer
l1Pd1t> la fJl'UE'IJa, Pl'a natnral duùat· ùcl cfcdu ùc una
Jn~ ti tncion senll'jaute; cra ua lu rai pre;,! tl n tarse si t'! tri -
lnlltal tenrlria el n.Jor cle ejen·pr su poùet· constitucional,
:-;1, l<'llÏf'll•lo e,r nd r, Pjt>t\'eria juirtocamcnte cse poùeL
- :l25-
si los gobiernos consenlirian en ejecutar pacificamenle
ysu decision. Las disputas susc1ta
. das por 1a cons t'Itucwn
.
americana, antes de su adopcion final, prueban qne se
enLia vivamentc este temor natural. Pero él se ha cal-
s l .
mado ahora completamente, puesto que dUJ·ante e espacw
de dos o mas jCI~eraciones, nada lo ha justil1cado, aunque
a veces ba habido discnsiones mui acerbas y que han
creado partidos sobre los limites de la autoridad del go-
])icrno fedeml y ùe los gobiernos de Estados.
El efccto eminentemente ventajoso de una institucion
tan sin"ular depcnùc probablemenle, com•J lo obset·va
~1. de T~cqueville; de esa particulariùad que distingue a
un a Corte de J usticia cuamlo ob ra co mo tai, a saber: que
ella no impoue la lei, eo ·nomim, de un a ntanem abstracta,
sinoque espera cl evento de un caso judiciario en que la
cuestion se encuentra comprendida: por lo cual sucede
,1ue la corte no se pronuncia desde cl pritJcip~o d_e una
controversia, que a sus juicics p1ecedc de ordmarw nna
larg:.t discusion popnlar, que ella no los emile sino_des ·
lJUes de haber oido discutir ambos lados_ de la cuestw? a
abogados famosos, q ne ella no pronuncw. a la rez stno
sobre la parte rle la cuestion implicada en el caso de que
se trata, y que su decision, en lugar de ser pronunciada
con un objeto politico, se le arranca por la obligacion a
que no puede faltar, de hacer jul:iticia a dos partes que se
presentan ante ella. Estos mismos motivos de confianza
no habrian bastado para producir esa sumision respetuosa
con que todas las antoridades han aceptado las decisiones
de la Corte Suprema sobre la interpretacion de la consti-
tucion, si no se hubiese comprendido que se debia confiar
enteramente, no solo en la superioridad intelectual de los
jueces que componen ese tribunal, sino tambien en su
completa indepenJencia de todo espiritu de partido. La
 - 326-
mayor pm Le del tiempo, esta confianza ha sido justillcad·,
pero nada es tan importante para los americanos con;~
poner a un lado con el mayot· cuidado todo Jo que Luviese
la
.
menot•
. .
tendeucia
.
a deteriorar el \'alor de esta gratI de
u~s.tttucwn na~wn_al. ~a confianza de que depende la esta-
ln~tdod de las lnstttuciOnes federales se ha alterado por 1·
pnmera \'Cr; por eljuicio que declaraba que la csclavilu~
era. de derecho co mun y por tan to cosa lej tLima en los terri-
torws que no se hal laban toda via constiLmdos en Esta dos· y
esto aun contt·a la voluntad de la rnavol'ia de sus Jni>I' t,'
t E J ' tin.
es. · sta memorable decision !ta contl'ibuido proJJable:r::en-
te, n~as .que cualquiera otra cosa, a traer 1:.t crisis actual·
l.a pnnctf.J<tl columua del pacto federal es apenas hastant<:
luette pa.ra sostener mucltos choques semejantcs.
. Los tnbunales que obran como âr]Jitros entre el go-
blern? federal y los gobiernos de Estado, pronuncian
t~mblen sobre toJa àisputa entm dos Estados, o entre un
ctud~d~no de un Estado y el gohierno de otro. Estando
prolulndos por la union federal los remedios ordinarios
entt·e los Estados, la guet-ra y la diplomacia es necesat·io
que un re~cdio judiciario snpla por ellos. La Corte Su-
p~·ema apilca la lei internacional; ella es el primer g ran
eJemplo d~ una verdadera jurisdiccion internacional, Jo
c~al es l:o~ una necesidad que sienten vivamente Jas na-
cwnes Ct VIlizadas.
N~Luralmente, los poderes de un gobierno federal no
consJstcn sulamente en pronunciar sobre la paz o la gue-
rr~, Y sobre todas las cuestiones que se suscitan euti·e el
pms Y los gobiernos estranjeros; sus poder·es van hasta a
~acet· todos los arreglos que los Estados estiman necesa-
rws para gozar plenamente de las ventajas de la unio;;.
Por ~jemplo, es una gran ventaja para ellos que su co·
mercw mtituo sea libre de todo obstaculo de aduanas.
-327-
Pero esta libertad interi01· no puede exisLir, si cada uno
de los Estados tiene el poder de fijar los derechos sobre el
cambio de las producciones entre él y los paises estran-
jeros, puesto que todo producto estranjero que entrase en
un Estado, entraria en todos los demas. Es por esto que,
en l<ls Estados Unidus, todos los derechos de aduana y
todos los reglamentos de comercio son decretados o dero-
gados por el gdLierno federal esclusivamente. Igualmente,
es una gran ventaja para los Estados el no Lener sino una
misma moneda, un mismo sistema de pesos y medidas, y
no se puede llegar a esto sino confiando la reglamentacion
al gobieruo federal. La seguridad y celeridad de los co-
rreos encontrarian obstaculos y se encarecerian, si una
carta deLiesc pasar por media docena de oficinas somcti-
das a autoridades diferenLes. Es pues conveniente que
todas las oficinas de correos dependan del gobierno fede-
ral. Pero, sobre semejantec:; cuestiones, pueden diferir los
sentimientos de las diferentes comunidades. Rajo la dire~­
cion de un hombre que ha desplegado como pens&dor
politico y especulativo talentos superiores a los de todos
los poliLicos americanos, desde los autores del Federalisllt
(M. Calhoun), uno de los Estados ha reclamado para cada
Estado el derecho de poner un veto a las leyes de aduana
ùel congreso jeneral; y en una obra p6stuma de un raro
mérito (que la lejislatura de la Carolina del Sur ha hecho
imprimir y distribuir abundantemente), este hombre de
Estado basa su pretension sobre el principio jeneral que
quiere que se limite la tirania de la mayoria y que se
proteja a las mir1orias, concediéndoles una participacion
real en el poder politico. La cuestion de saber si el poder
del gobierno federal debia ir, y si alcanzaba, segun los
términos de la constitucion, hasta hacer caminos y cana-
les a espensas de la Union) ha sido un gran asunto de
 - 328 --
discusion entre los americanos al prinr1p1o de nuestro
siglo. Es solamente en las nrgociaciones con las potencias
estra11jeras que la autoridad del gobicrno jenerall'& com~
pletamente nece~aria. Sobre toda otm materia, lacuestioa
depende del modo como los pue!Jlos en jencral quiere 11
entend cr el vinculo federal, y de la pot ci on de libertad dH
.accion local qne consien ten C'n sac t•i!icar para gozar mejur
ùe la "entaja de ser una nacion.
En cuanto a la constitucion convcniente para el gohict·no
fPderal en si mismo, no hat que ùccit· g ran ro~a: este go-
hierno se compone, sin necesidad de decil'lo, de un de-
partantento lejislativo y de un departamento cjecutivo; y
la constitucion de cada uno estâ. sometida a los mismos
rwincipios que rijen los g-olnernos reprcsentativos en jene-
J·al. Respecto del modo do adoptar estos principios jcnc-
rales a un goLiemo federal, la constitucion amencana
pa rece haber ohra<lo mui juiciosamcnte esta!Jleciendo que
Pl congreso se compusiese de dos Cil!naras: que la una
seria instituida segun la poblacion, teniendo cada Estado
det·echo a un nümero de representantes proporc10nado al
nümero de sus hn1itantes: mientras que la otra represen-
aria, no a los ci udadanos, si no a los gobiernos de Estados,
Y que en ésta cada Estado, grande o pequeno, seria repre-
scntado por cl mismo numero de micmbros.
Con e~ta precaucion se evita el que los .Estados mas
podel'ùsos ejerzan sobre los demas un poder cscesivo, y se
aseguran los derechos reservados a los gobiernos de Esta·
dos, hacienda imposible por este modo de rcpresentacion,
en cuanto pueè.e hacerse, que una medida pase en el
con~reso sin ser aprobada, no solamcnte por una mayori<1
de cmdadanos, sino tambien por una mayoria de los Es-
tados. Ya he hecho alusion a la ventaja accesoria que se
obtiene ademas, cu.:~ndo se elevan las condiciones, los
- 32!) -
titulos que dan det·echo a ocupar un asiento en las cama-
ras. El Senado de los Estados Unidos-siendo nombrado
por cuerpos selectos, por las lejislaturas de ~os diversos
Estados, cuya eleccion, por razones ya conoctdas, es pro-
ba!Jle que recaiga mejor que la del pueblo en hombres
eminentes, y que tienen no solo el podcr de clejir a seme-
jantes hombres, sino un poderoso moti\'O para hacerlo,
pucsto que la int1uencia de su Estado de cada uno en las
deliberaciones jenerales debe depender mucho del valor y
de los talentos personales de sus representantes-el ~ena­
do de los Estados Unidos, digo, se ba compuesto siempre
de todos los hombres politicos cuya reputacion cra grande
y establecida en la Union, mientras que la Câmara baja
del Congreso, segun la opinion de observadores compe-
tentes) ha sido siempre tan pobre de hombres de mérita
como la Câmara alta era rica de ellos.
Cuando se encuentran las condiciones necesarias para
la existencia de naciones federales dm·aderas y poderosas,
su formacion es !'iempre una ventaja para el mundo. Ella
tiene el mismo efeclo saludable que toda eslension de la
practica de asociacion, gracias a la cual, los débiles, aso-
ciândose, se encuentran sobre un pie de igualdad con lo;;
fuertes. Disminuir el numero de esos pequenos Eslados,
es debilitar por todas partes la tentacion de usar de una
pohtica agresiva, sea por las armas directamente, sea pot·
cl prcstijio •de un poder superior. Una federacion pone
naturalmente ün a las guerras, a hs querellas diplomati-
cas, y orJ.inariamente aun a las restriccioncs de comercio
l:'ntre los di versos Estados que la componcn, mientras que
respecta de las 11aciones vecinas, el aumento de fuerza
militar obtcnido pot· csos E~tados, gracias a su union, no
pueùe menos qt,te pre:,;tarles servicios decisivos.
Cn gol;icrno fedcnd no posee una autoridad hastaute
14'
 -330-
conccntrada para. dü·ijir bien una guen·a que no fuese
un~ guen·a defensiva en que puede contar con la coope-
racwn voluntaria de cada ciudadano· y no ha· t
. . . · 1 ampoC()
nada ~nm hsonJero para la vanidad o la ambici on nacional
Pn la Id~a de adqu_irir por u na guerra ven turosa, no slib-
d 1LOS1 m a~n conc_JUdadanos, si no nue vos miembros de la
confederacwn, miCmbros independientes y talvez mui
:-_mharazosos. La guerra de los Estados Unidos contra Mé-
JIC? era puram_ente escepcional, becha por voluntarios,
haJo la wflu_encJa de la tendencia emigrante que empuja
a t~do amei'Jca~o a apoderarse del tenitorio no ucupado:
Y_ s1 ella era d1ctada por algun mo ti vo ptiblico, no era
(:JCrtanwnte por el del engrandecimiento nacional sino
mas bien por una idea de partido, la de la estension' de la
t>sclavitu_d. No se descuhre casi en los procedimientos de
los amencanos, sea en los de la nacion sea en los de 1
. ct• . ' os
m. rnduos, que el deseo de aumentar el territorio de su
pa1s, como tai, haya tenido una grande influencia. s
11
vivo_ deseo de poseer Cuba es igualmcnte un negocia de
part1do, Y ~os Estados del Norte, opuestos a la esclavit ud,
no lu espenmentan de ninguna manera.
S~ puede preguntar (como se ha l1echo respecto de la
ltaiJa e~ el mome~to de dl'spertarse) si un pais que esta
rlcterm~nado a unu·se, deberia formar una union comple-
ta, o s1mplemente una union federal. La cuestion queda
algunas veces resuelta necesariamente por la estension
territorial del pais. Irai limites para la estt:nsion de terri-
torio que_ puede ser vcntajosamente gobernado, o siquiera
ruyo gob1erno puedc ser convenientemente vijilado po r
un solo poder central. V;.stos paises son gobernados de
esta _su~rte; pero en jeneral sus provincias, al menos su s
]H'OVJ~Ctas_Iejanas, s_on gobernadas de un modo deplora-
hie, } sena neccsano que los habitantes fuesen casi sai~
- 33 1 -
,·ajes para no podei' dirijir m~~jor sus negocias por si solo~.
Este obslâ.culo no exiRle para la Ilalia, cuya estension no
iguala a la de muchas reinos cent1al izados mui bieu
~robernados en los tiempos pasados y en los modernes. Se
7rata en lon ces de saher si las diferentes partes de la nacion
quieren ser gobernadas lle una manera demasiado dife-
rente para que la misma lejislacion y el mismo ministerio,
o el mismo cuerpo administraLiYo lenga alguna probabili~
dad de satisfa~erlas a todas. A menos que asi no sea, lo
que es una cuestion de hecho, vale mas para elias estar
completamente unidas. Dos pm·cioncs de un mismo pais
pueden tener un sistema de leyes totalmentc diferentes e
institu ciones administrativas mui diferen les, sin que esto
sea un obstâculo para la unidad lejislativa: la Inglaterra
y la Escocia lo han probado. Sin embargo, esta coexisten-
cia pacifica de dos sistcmas legales, bajo una misma lejis-
lalura que hace para las dos secciones del pais leyes
di.ferentes adaptadas a sus diferencias preexistentes1 po-
dria no mantenerse tan bien 1 o podria no estarse segut'O
de mantenerla, en un pais cuyos leji~ladores estuvieseu
sujetos (Jo que sucede con frecuencia en el continente) a
la mania de la uniformidad. Un putfi.Jio que tenga eRa
tolerancia sin limites, que es uno de nuestros rasgos
caracteris!.icos, por toda anomalia, mientras aqucllos a
quienes afecta no se encuentran disgustados de ella, ofre-
cia un campo escepcionalmente ventajoso para ensayar
esta prueba d ificil. En la mayor parte de los paises, si se
quisiese conservai' sistemas de lcyes diferentes, seria siu
eluda necesario para protejerlos tener lejislaturas distintas,
casa perfectamenlc compatible con nn parlamento nacio-
nal y un rei) o, aun sin rei, con un parlamento que go-
ber naria de uua mancra suprema las rebciones esteriores
de todos los miembros del cuerpo.
 - 33~ - 333-
Cuando no sc estima nccesario conservar a perpetmdad gr ados de ce11tralizacion mui diferentes, no solo ~~ cu~nfo
t'n las diferentes provincias, dtferentes sistemas de ju1·i~~ a la adminislraci.on, sino aun en cuanto a la lejlslacwn .
prudencia e iust. tuciones fundamcntales basadas soLre Un puebla pucde estar deseoso y ser capaz de una union
pl'incipios diferentes, es sJempre posihle c.onci:iar diversi- mas estrecha que una simple federacion, y sin embargo
dades menas importantes con la uniciad de gobiemo. 'l'odo puede suceder que muchas particularidades, muchas acci-
lo que se necesita, es dar un a esfera de acci on suficiente~ dentes le impongan cierta diversidad co los pormenores
mente vasta a las autoridades locales. Podria suceder, p01 cle su gol)iemo. Pero si de todos lados se desea re~lmente
ejemplo, que los habitantes de las diferentes provincias que la esperiencia salga bien, no babrâ grandes dtficulta-
tnviesen prcferencias en faYoT de modos de impuestos des, no ~olamente en mantener estas diversidades, sino
difereutes. Si no se pnede contar co11 que la leji~latura aun en darles una garantia constilucional contra toda
jcncral se dejara guiar por !os representantes de cada LentatiYa de nivelacion, a menas que esa tentativa sea
provincia, para modiflcar el sisbcma jeneral de impueslos voluntaria de parte de aquellos a quicnes afectaria el
lirgun el gusto de cada una de las provincias, la constitu· cambio.
•·iou debe establecer que todos los gastos del gobierno que
pueden ser locales ~et·an saLisfechos pot· impuestos locales
H_jados por las asamhlcas proYinciales, y que los gastos
q uc nccesariamente de ban set· jcnerales, como el mante-
llimwnto del ejército y de la mul'ina 1 seràn l'l'partidos, en
..1 presupucsto del aflo, enLI'e las diversas provincias, se-
gun alguna estimacion jencral de sus recursos1 inJponién~
FIN.
dose par la a~aml.Jiea local la suma senalada a cada uua,
segun los principio! que mejor agraden a la localidad, y
pagànùose por junto al trsoro nacional. Esto se asemeja a
ln que se hacia hajo la antigua monarquia francesa res-
pecto de los paises de Estaclos. IIabiendo consenti.do cada
11110 ùe ello:>, o est:wdo ob!igado a suministrar una suma
lija, era libre parél levantarla sobre los habitantes por
media de sus propios funcionarios; y asi escapaba del
• lc~potismo atroz de los intcndentes y de los suiJdelegados
reales, y este pri,·ilejio se cita siempre como una de las
YCntajas que con tri buian a hacer de los paises de Es lados
\a3 pro,·incias mas florccientes de la Francia.
La identicla<l del goJ.icrno central es compatiLle con