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La filosofía moderna se desarrolla durante los siglos XVII y fines del siglo XIX, época en

que se trata de encontrar las verdades últimas de las cosas a través de la razón
(racionalismo).

El siglo XVII es la etapa madura y productiva de la filosofía moderna; la mayoría de los


filósofos son laicos y se contraponen a las enseñanzas tradicionales recibidas, con una
relativa tolerancia a la libre especulación. Durante este siglo se produjo una gran
polémica entre las dos grandes doctrinas filosóficas: el racionalismo versus el empirismo,
como también se dio pie al problema de la sustancia.

En el siglo XVIII, la filosofía se hizo fundamentalmente política y moral. “Lo que


caracteriza al siglo XVIII en sus comienzos – señala Brehier- es la decadencia rápida y
luego la caída definitiva de los grandes sistemas que, bajo la inspiración cartesiana, se
habían esforzado en unir la filosofía de la naturaleza y la del espíritu. Entre los años
1740 y 1755 se afirman y desarrollan las ideas principales del siglo XVIII, en medio de
polémicas y campañas violentas que no sólo conmueven al pequeño mundo de los
eruditos, sino que interesan y apasionan a toda la sociedad, motivando frecuentemente
la intervención de los poderes públicos, civil y eclesiástico, contra los filósofos. En este
período publican sus principales obras Hume, Montesquieu, Condillac, Diderot,
D´Alembert, Voltaire, Rousseau, Adam Smith y Bufón. El filósofo es, en este momento,
no el que busca el conocimiento por sí, sino, ante todo, el enemigo de los “prejuicios”
hostiles a la felicidad de los hombres, el propagandista de “las luces” que deben renovar
el pensamiento y las costumbres en público y en privado. Esto es lo que llaman los
alemanes Aufklärung (ilustración) (“Historia de la Filosofía”)”.

A principios del siglo XIX, bajo el impulso de Manuel Kant, la filosofía se torna en
metafísica

En la Edad Moderna, escribe J. Hessen, la filosofía es concebida como una concepción


del universo o macrocosmo; una concepción del yo o una reflexión universal del espíritu
sobre sí mismo o microcosmo, una reflexión del hombre culto sobre su conducta
valorativa. con Descartes, Spinoza y Leibniz. Con Kant, la filosofía se convierte en una
crítica de la razón pura, de la razón práctica y del juicio y como una reflexión universal
del espíritu sobre sí mismo y del hombre sobre su conducta axiológica (“Teoría del
conocimiento”).

Pero no sólo lo mencionado. También en esta época prolifera la correspondencia, la


comunicación científica y filosófica, el trabajo intelectual y de investigación es intensa;
se crean una serie de Academias filosóficas en contraste con las universidades del
medioevo y de inspiración en la revolución científica de la época manteniendo con las
ciencias una estrecha relación. Es la época de los filósofos-científicos, época en que se
consolidan nuevos métodos filosóficos por intermedio de Francisco Bacon (“Novum
Organum”) y de Renatus Cartesius Descartes (“Discurso del método”).

El problema filosófico gira alrededor del método de la filosofía y de la ciencia, que


tienen que ver con el problema del conocimiento y la filosofía jurídico-política en la
línea del Derecho natural (Hobbes, Locke, Spinoza y otros), que culmina con la
predominancia y el nacimiento del intelectualismo moderno, corriente filosófica que se
dividirá en racionalismo con Descartes, Malebranche, Spinoza, Leibniz, Pascal, etc., y en
empirismo con Bacon, Hobbes, Locke, Berkeley, Hume, Condillac, Diderot, D`Alembert,
D´Holbach, La Mettrie y Helvethius, entre otros, que le imprimen a la filosofía ribetes
de expectativa, trascendencia, rica contextura con miras a su inevitable futura
expansión, consolidación y madurez.

Bacon, Francisco (1561-1626).Se considera como un físico (natural philosopher), es


decir, un hombre de ciencia del siglo XVII y que ocupa lugar preferencial entre los más
grandes pensadores de la humanidad como filósofo de la ciencia. Asimismo es el pionero
de la historia de la ciencia, el descubridor del método de la ciencia experimental – el
método inductivo de razonamiento- con sus tres momentos básicos en el proceso de la
investigación científica: la observación de los hechos, el planteamiento de una hipótesis
por inducción y la verificación experimental de la hipótesis.

En la Historia de la Filosofía, Francisco Bacon es el representante máximo de la ruptura


definitiva con el predominio de la filosofía de Aristóteles y de la escolástica. Buscó
siempre que la filosofía se separara de la esclavitud de la teología para aliarse luego con
la ciencia moderna que propugna su pensamiento. Concibió una filosofía de la ciencia
como producto de la reforma integral de las ciencias y de la filosofía que surgía tras la
primacía del método experimental frente a las demás de la época. Para Bacon la física
era “la madre de todas las ciencias”, el espíritu humano retorna los ojos a la naturaleza
para ubicarse en las fuentes de la observación y del experimento, levantándose contra la
filosofía de la Edad Media cuyo principio del conocimiento por la observación había
olvidado por completo. “El saber es poder” es lema favorito de Bacon, significando con
ello que la ciencia debe estar al servicio del hombre para transformar la naturaleza y la
sociedad en que vive.

En su obra cumbre “Novum Organum” (Nueva lógica), plantea un nuevo sistema para el
progreso de las ciencias, un solo camino verdadero para alcanzar el saber auténtico,
efectuando una depuración de los errores, prejuicios y peligros o “Ídolos”. Identifica
cuatro tipos de ídolos: 1) ídolos de la tribu; 2) ídolos de la caverna; 3) ídolos del
mercado; 4) ídolos del teatro.

Helvetius, Claude Adrien (1715-1771). Filósofo materialista francés que profesa y


desarrolla un ateísmo absoluto, un sensualismo materialista y para quien sólo existen los
objetos materiales, y el conocimiento no es más que el producto de nuestras
sensaciones. Para este filósofo la teoría sobre la igualdad original de las capacidades
intelectuales de todos los individuos, el egoísmo como causa de las acciones del hombre
y la omnipotencia de la educación se fundan en la influencia de las circunstancias.

Durante la Edad Moderna se multiplican las definiciones de la filosofía y que son dados
por los filósofos de las diversas corrientes (racionalismo y empirismo). Aquí se
encuentran los conceptos, por ejemplo, de Bacon, Descartes, Locke, Berkeley, Hume,
Kant, Fichte, Hegel, Schopenhauer, Husserl, Bergson, Dilthey. Pero al mismo tiempo se
produce una permanente e incansable lucha entre las diversas corrientes filosóficas:
idealismo, positivismo, espiritualismo, vitalismo, materialismo, relativismo. Cuando los
filósofos decían “A las ideas ni se las fusila ni se las encarcela”, los gobiernos liberales
replicaban “El pensamiento no delinque”.

El idealismo

El idealismo niega la existencia del mundo exterior y lo reduce a sus representaciones


obtenidas; para esta doctrina filosófica no hay cosas reales independientemente de la
conciencia (mente, alma, espíritu, pensamiento o yo pensante); los objetos del
pensamiento son los que se convierten en problemáticos o en cuestiones a resolver. El
idealismo como doctrina se ocupa del conocimiento, de los orígenes, de los límites, de
las potencialidades, de los atributos, de las formas o clases, de las posibilidades y de la
existencia misma del conocimiento, así también de sus grados de veracidad, de sus
relaciones, productos, tipos y alcances. Toma como punto de arranque de la reflexión
filosófica el sujeto, la conciencia, el Yo, partiendo e la representación subjetiva del
mundo y no del mundo mismo, sin que esto signifique negación de la realidad del
mundo. El “ser” significa un “ser dado en la conciencia” (o en el Yo, o en el sujeto
pensante). Son representantes máximos del idealismo: Kant, Fichte, Hegel, Schelling,
Bosanquet y Bradley.

Kant Reuter, Manuel (1724-1804). Fundador de la Teoría del conocimiento como una de
las importantes disciplinas filosóficas. Kant, en su “Crítica de la razón pura”, expresó
que “No se aprende filosofía. Sólo se puede aprender a filosofar, es decir, a ejercitar el
talento de la razón siguiendo sus principios generales en ciertos ensayos existentes, pero
siempre salvando el derecho de la razón a examinar esos principios en sus propias
fuentes y a refrendarlos o rechazarlos”.

Dijo que “La filosofía no es una ciencia formada; es más bien la idea de una ciencia
posible que no es dada en ninguna parte de un modo concreto”.

Llegó a identificar dos tipos de conceptos de filosofía: el concepto escolástico y el


concepto cósmico: “El primero tiene por objeto realizar la unidad sistemática de la
filosofía y su perfección lógica, es decir, crear de acuerdo con las leyes de la lógica, la
arquitectónica de la filosofía. El concepto cósmico es la ciencia de la relación que tiene
todo conocimiento con los fines esenciales de la razón humana”, así considerada, la
filosofía es la legislación de la razón humana y el filósofo es el legislador de la propia
razón.

Fichte, Juan Teófilo (1762-1814). Filósofo alemán, descubridor del método


“fenomenológico” de la filosofía y propulsor del idealismo subjetivo. “El primer principio
de la filosofía –decía- es precisamente este Yo puro o trascendental”.

Para Fichte, el yo absoluto comprende el mundo externo (el no-yo) y el yo finito. La


moralidad es el esfuerzo del yo finito por reunirse con el absoluto. Identifica a Dios con
el yo absoluto. El sistema filosófico fichtiano denominado “Doctrina de la Ciencia”
suprime la realidad exterior, las cosas del mundo externo existen solamente como
representaciones y la ciencia del mundo consiste en conocimiento de mi propio yo. El
principio de toda cosa es el Yo. El Yo es el origen del Ser. Del Yo emerge la actividad
creadora del Absoluto en la conciencia individual. El Yo resuelve en sí todo el Ser. Todo
cuanto hay, existe o puede ser, proviene del Yo puro y todo lo que aparece como
distinto del Yo es pura ilusión. Sólo el Yo es real como dato de la intuición intelectual. El
Yo es actividad creadora infinita. Según el pensamiento de Fichte la filosofía es la
doctrina del saber y no puede sobrepasar los límites del saber posible. “El yo puede
desarrollar exclusivamente de sí mismo todo lo que en él puede presentarse, sin salir
nunca de sí ni romper sus círculos”.

Hegel, José Guillermo Federico (1770-1831).Filósofo enciclopedista y sistemático,


“puede decirse que para Hegel la filosofía era un saber enciclopédico y sistemático, que
tenía como objeto encontrar la esencia del Ser y de qué manera éste se convierte en
concepto y a, su vez, el concepto llega a transformarse en ser” puntualiza Eduardo
Pallares en su “Introducción a la filosofía/¿Qué es la filosofía?”

En uno de los apartados de su obra “Lecciones sobre la Historia de la Filosofía” Hegel


dice que la filosofía “es el conocimiento de la evolución de lo concreto: “De este modo,
la Idea es como algo concreto en sí, que se desarrolla, es un sistema orgánico, una
totalidad que encierra una riqueza de fases y de momentos. Pues bien, la filosofía es por
sí misma, el conocimiento de esta evolución, y en cuanto pensamiento comprensivo,
esta misma evolución pensante; cuanto más lejos llegue esta evolución, más perfecta
será la filosofía”.

Y el término concreto lo define así: “El ser en sí y el ser para sí son los momentos de la
actividad (evolución); en la acción se encierran, por consiguiente, estos dos elementos
distintos. La acción es, así, unidad esencial; y esta unidad de lo distinto es precisamente
lo concreto. No sólo se concreta la acción; también lo es el ser en sí, el sujeto de la
actividad de la que éste arranca. Finalmente, el producto es algo tan concreto como
actividad misma y lo que comienza… De este modo, la idea es, de suyo, algo concreto en
cuanto a su contenido, tanto en sí como porque está interesada en lo que ella misma es
en sí se manifieste y desprenda como algo para ella”.

Schelling, Friedrich Wilhelm Joseph von (1775-1854). Filósofo alemán, hombre dotado
de gran sensibilidad artística, formuló un tipo de filosofía denominada “filosofía de la
identidad” que concibe el sujeto y el objeto amalgamados en el absoluto. Incursionó en
los campos de la filosofía de la naturaleza, de la filosofía trascendental y del arte,
filosofía de la identidad, filosofía de la libertad y filosofía positiva. “Al igual que Fichte,
Schelling pretende una filosofía que sea ciencia absoluta, es decir, una filosofía sin
presupuestos, que parta absolutamente del principio de todo saber. Este principio no es
otro que la intuición intelectual, en la cual la conciencia, como pura actividad, se pone
a sí misma como objeto para sí misma; ella es, pues, identidad de sujeto y objeto, de
intuir e intuido…” explica Alfredo Cruz Prados en su “Historia de la Filosofía
Contemporánea”.

Schelling trata de dar una explicación unitaria de todo lo existente y para lo cual se vale
del Yo absoluto, como primera realidad originaria en la cual y por la cual todo lo
existente llega a existir, este Yo absoluto se caracteriza por ser independiente,
primitivo, incausado, no puesto por otro, sino puesto por sí mismo, o sea la causalidad
absoluta. Dijo que la única realidad que puede ponerse a sí misma y poner a todas las
demás ha de ser un yo absolutamente independiente y primitivo. Lo Absoluto no es un
objeto, sino un sujeto, es decir, lo que es pura actividad y productividad y que se
encuentra en la naturaleza del yo absoluto, no el yo particular y finito del hombre. El yo
absoluto es una voluntad o un querer absoluto que no puede ser comprensible porque no
admite explicación alguna, porque es una realidad última, que es el límite último de
toda comprensión racional. Asimismo afirmó Schelling que la Naturaleza es una
revelación de lo Absoluto, es una realidad anterior al yo humano, toda vez que este yo
humano brota de la Naturaleza por su actividad de desenvolvimiento espontáneo.

El racionalismo

El racionalismo llegó a sostener que la razón es la fuente principal o el origen de


nuestros conocimientos y que para llegar a la verdad no hay mejor camino que la razón o
el pensamiento.

Descartes, Renatus Cartesius (1596-1650).Conocido como “El filósofo del método”,


fundó el idealismo moderno y liberó la reflexión filosófica de toda autoridad política o
religiosa. Es uno de los fundadores de la epistemología moderna y uno de los creadores
de la física nueva, de la geometría analítica.

Malebranche llegó a decir de Descartes que “descubrió en treinta años más verdades que
todos los otros filósofos juntos”. Y Leibniz vio en la filosofía cartesiana “la antecámara
de la verdad y que resulta difícil ir más adelante sin antes haber pasado por ella”.
Hegel, por ejemplo, vio en Descartes a un héroe, un libertador, un hombre que abrió las
puertas a una nueva época en el pensamiento humano.

Según el pensamiento de Descartes “Todas las cosas que concebimos muy clara y
distintamente son verdaderas”. “Todo lo que hallamos contenido en la idea de una cosa
es verdad de esta cosa si existe, y puede ser afirmado de ella”, es decir, toma como
criterio general de verdad la percepción clara y diferenciada de una cosa, de la cual
deduce todas las demás verdades.

Descartes considera a la filosofía como a un árbol, cuyas raíces son la Metafísica,; el


tronco, la Física, y las ramas cada una de las ciencias particulares. Introduce el dualismo
en la física y en la doctrina acerca del hombre. Liberó la reflexión filosófica de toda
autoridad política o religiosa.

Sostiene que los cuerpos, las cosas u objetos del universo no son propiamente conocidos
por los sentidos o por la facultad de imaginar, “sino por el entendimiento solo, y que no
son conocidos porque las vemos y las tocamos, sino porque los entendemos o
comprendemos por el pensamiento”. Afirma que “los sentidos son engañosos” y uno no
debe fiarse de ellos. “Todas las cosas que concebimos muy clara y distintamente son
verdaderas”; “Todo lo que hallamos contenido en la idea de una cosa es verdad de esta
cosa si existe, y puede ser afirmado de ella”.

El método cartesiano o de la duda metódica se atiene a cuatro reglas básicas: 1) no


aceptar como cierto lo que no resulte evidente a la comprensión del hombre; 2) analizar
los problemas descomponiéndolos en sus elementos constitutivos; 3) llegar a la síntesis
partiendo de los elementos simples y remontándose progresivamente a los más
complejos; 4) proceder a enumerar y luego a revisar de la forma más compleja posible
los resultados de la investigación, a fin de cerciorarse de que no se ha incurrido en
omisiones.

En el campo del conocimiento, Descartes distingue tres grupos de ideas: a) Ideas


adventicias, derivan de los sentidos y por eso no ofrecen garantía de verdad objetiva; b)
ideas facticias, son aquellas ideas elaboradas por nosotros mismos sobre las ideas
precedentes; c) ideas innatas, son connaturales al entendimiento humano y vienen con
nosotros al nacer, dan origen a la verdad objetiva o científica, son ideas verdaderas y de
las cuales proceden los conocimientos verdaderos.

Descartes comparó a la filosofía con un árbol “cuyas raíces son la metafísica, su tronco
la física, y las ramas que de este tronco salen constituyen todas las demás ciencias, que
se reducen a tres principales, a saber: la medicina, la mecánica y la moral; quiero decir
la moral más alta y más perfecta que, dando por supuesto un conocimiento entero de las
demás ciencias, es el grado último de la sabiduría” (“Prefacio de los Principios”).

Para la época en que vivió, Descartes no dejó de ser un auténtico revolucionario que se
atrevió a luchar en el plano de las ideas contra las tradicionales doctrinas y filosofías; en
su proposición “Yo pienso, luego existo” y en “la duda metódica” o “duda racional”,
funda toda su filosofía.

El empirismo

El empirismo sostiene que la única y verdadera fuente del conocimiento es la


experiencia; la conciencia que conoce extrae sus contenidos de la experiencia; todos
nuestros conceptos, desde la más pequeña hasta la más grande, desde la más simple
hasta la más compleja e incluso los más generales y abstractos tienen su asiento en la
experiencia. Todo conocimiento que la mente posee es producto de los sentidos. Sólo el
conocimiento empírico tiene validez y las ideas son una consecuencia de los hechos. El
empirismo sustituye la razón por la experiencia (apriorismo racionalista). Según el
empirismo no existe conocimiento a priori (antes de la experiencia), no existe
conocimiento instintivo, no existe conocimiento innato ni verdad universal y necesaria.
“La mente es una tabla rasa en la que se graban las impresiones del mundo externo”.

Los máximos representantes del empirismo inglés del siglo XVII son: Francisco Bacon,
Hobbes, Locke, Berkeley, Hume y Newton.

Bacon de Verulam, Francisco (1561-1626).Filósofo inglés, ocupa lugar preferencial


entre los más grandes pensadores de la humanidad como filósofo de la ciencia, como
pionero de la historia de la ciencia, como el descubridor del método de la ciencia
experimental –el método inductivo de razonamiento- con sus tres momentos básicos en
el proceso de la investigación científica: 1) observación de los hechos; 2) planteamiento
de una hipótesis por inducción; y, 3) verificación experimental de la hipótesis. F. Bacon
dio origen en Inglaterra a la Escuela Empírica (de “empeirikos” = experimento). En la
historia de la filosofía es tenido por el representante máximo de la ruptura definitiva
con el predominio de la filosofía de Aristóteles y de la escolástica, buscando siempre
que la filosofía se separara de la esclavitud de la teología para aliarse luego con la
ciencia moderna que propugna su pensamiento. Concibió una filosofía de la ciencia como
producto de la reforma integral de las ciencias y de la filosofía que surgía tras la
primacía del método experimental frente a las demás de la época y sostuvo que la física
era “la madre de todas las ciencias”. Para F. Bacon todo saber es producto de la
experiencia. “El saber es poder”, significando con ello que la ciencia debe estar al
servicio del hombre para transformar la naturaleza y la sociedad en que vive. Bacon
llegó a explicar los errores, los prejuicios y peligros que amenazan la visión meridiana de
las leyes de la naturaleza o realidad y que dificultan su comprensión racional y
científica. A estos errores o prejuicios los denominó “Ídolos” y los clasificó en cuatro
tipos: ídolos de la tribu, ídolos de la caverna, ídolos del mercado e ídolos del teatro.

Locke, John (1632-1704).Llamado “el Doctor Locke”, es el fundador del método


psicológico en la filosofía moderna y también fundador de la doctrina liberal del Estado
y del empirismo inglés de los siglo XVII y XVIII. Para este filósofo inglés la filosofía debe
circunscribirse a los problemas concretos del hombre, el conocimiento humano debe
moverse dentro de los confines exclusivos de la experiencia, toda vez que más allá de
éste sólo hay sueños quiméricos, puras ilusiones, y que antes de concentrarse en asuntos
sin salida, en problemas dubitativos que no cuentan con soluciones a la mano, es
necesario examinar la capacidad propia del hombre para ver cuáles son aquellos objetos,
cuáles son aquellos asuntos, problemas o dificultades que su entendimiento es capaz de
examinar, de analizar y cuáles no. Así es como Locke orienta su filosofía a establecer las
reales posibilidades, alcances, límites y capacidades del hombre en su constante
preocupación por lograr la verdad y la sabiduría.

Para Locke todo nuestro conocimiento resulta de ideas. La idea es el único objeto
posible del entendimiento. Las ideas se originan de la experiencia. Y todo lo que el
espíritu percibe en sí mismo se llama Idea. Hay ideas de reflexión (derivadas del sentido
interno: la percepción, el pensamiento, la duda, la voluntad, el razonamiento y el
conocimiento) e ideas de sensación (derivadas del sentido externo: lo rojo, lo frío, lo
suave, lo ácido, etc.). Hay tres clases de conocimiento: 1) conocimiento intuitivo; 2)
conocimiento demostrativo, y 3) conocimiento de las cosas que existen fuera de
nosotros.

Hume, David (1711-1776).Profesó el empirismo totalmente puro, el escepticismo


metafísico y el positivismo y llegó a ser uno de los precursores del pragmatismo. En sus
investigaciones utilizó los métodos empíricos de la observación y la experiencia. Se
afirma que Hume es el pensador más claro, amplio, libre de prejuicios y más
filosóficamente formado que haya producido la nación inglesa en el siglo XVIII.

De acuerdo a su filosofía todo se reduce a meros fenómenos subjetivos, la experiencia


sensible es el único origen de las percepciones (impresiones, cuando las percepciones
son vivas e intensas, e ideas, cuando las percepciones son débiles y pálidas).
El conocimiento científico –según Hume- no ha surgido jamás ni podrá surgir nunca de la
religión. Surge y tendrá que surgir de la observación y de la experimentación A la
pregunta ¿quién existe?, responde: existen mis impresiones. ¿el Yo, el mundo y Dios
existen?, Hume contesta: existen solamente mis impresiones y punto. Y ante la
interrogante ¿por qué se cree en estas cosas? Hume contesta: por hábito, por asociación
de ideas.

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