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UNIVERSIDAD MAYOR DE SAN SIMON

FACULTAD DE CIENCIAS Y TECNOLOGIA


ING. CIVIL

OBRAS DE RIEGO EN ZONAS


MONTAÑOSAS

ESTUDIANTES:

DOCENTE: ING. SACA VENTURA OSCAR

MATERIA: OBRAS HIDRAULICAS I

COCHABAMBA, 10 DE OCTUBRE DEL 2016

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OBRAS DE RIEGO EN ZONAS MONTAÑOSAS

1 Introducción
“El agua es vida” y como tal todos tenemos el derecho a disponer a ella. Nuestro enfoque va
dirigido concretamente hacia el aprovechamiento más óptimo de los recursos hídricos en base a
las condiciones del lugar de trabajo.

Debido a que nuestro trabajo va dirigido a zonas montañosas, debemos tener las consideraciones
respectivas: conocimiento de las características meteorológicas, climáticas, hidrológicas y de la
topografía que generalmente es accidentada. Así también tomar en cuenta los aspectos sociales y
económicos, para garantizar el buen uso de nuestras obras y asegurar su durabilidad.

En cuanto a lo productivo, las zonas montañosas se caracterizan por épocas marcadas de


producción, un acentuado minifundio (Trozo de terreno de pequeña extensión que resulta poco
rentable porque no puede dar el fruto suficiente para pagar el trabajo que exige su explotación) y
condiciones desde relativa hasta extrema pobreza de la población rural.

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2 Tipos de obras de riego
Existen 4 tipos de obras de riego:

• Obras de conducción

- Canales.- Los canales son conductos que transportan el agua desde la obra de captación
hacia el área de riego y dentro del área de riego hacia las distintas zonas y parcelas.

- Tuberías.- Tubería es la sucesión de tubos y piezas especiales, que unidas adecuadamente


pueden formar una estructura de conducción de agua para riego.

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• Obras de conducción especiales

- Acueductos.- Un acueducto es la estructura más común para conducir agua a través de


una depresión topográfica como un valle, una carretera, una quebrada, un arroyo o un río.

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- sifones invertidos.- Los sifones invertidos son conductos cerrados que trabajan a presión y
se emplean para conectar dos conductos o depósitos de agua pasando por un punto más
bajo entre ellos. Se usan en el cruce de un canal con una depresión topográfica como río o
quebrada, un camino, otro canal, un dren u otro tipo de obstáculo que convenga sortear
pasando por debajo.

- Caídas y rápidas.- Las rápidas y caídas son estructuras que se usan para unir dos tramos de
canal situados a diferente nivel.
Las rápidas se utilizan para absorber pendientes sucesivas en el canal cuando la inclinación
del terreno sea mayor que la de la rasante del mismo. Al final de esta se coloca una caída y
un tanque amortiguador.

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Las caídas son estructuras verticales utilizadas para unir pequeños desniveles. Estas no
deben estar muy cerca unas de otras, en general, la distancia mínima entre caídas será de
60 m.

• Obras de distribución, medición y regulación:

- Repartidores.- Los repartidores tienen la función de distribuir un flujo de entrada hacia uno
o varios canales de derivación. Los repartidores se instalan en los puntos de bifurcación
entre canales, desde donde se distribuye el agua hacia los distintos sectores del sistema.
Puede dividirse el caudal entrante en varios flujos salientes o dirigirse el caudal entero
hacia solo uno de los canales de derivación.

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- Aforadores.- Los medidores de caudal o aforadores son estructuras que permiten medir o
aforar el flujo de agua en un conducto. Existe una variedad de medidores, tanto para
conductos abiertos, como para cerrados.

- Estanques.- Los estanques son estructuras de almacenamiento de agua destinadas a la


acumulación temporal de un cierto volumen de agua, para usarse en un momento distinto
al momento de su entrega dentro del esquema de distribución del sistema.

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• Obras de protección:

- Desarenadores.- Los desarenadores son estructuras hidráulicas que sirven para decantar el
material sólido no deseable que lleva el agua de un canal

- Vertederos de excedencia.- Un vertedero lateral consiste en una escotadura hecha sobre la


pared de un canal para evacuar el exceso de agua mediante un flujo transversal hacia una
estructura de drenaje. Ese exceso de agua puede tener su origen en crecidas imprevistas de
la fuente, captación de agua adicional captada desde las laderas, obstrucciones en el canal
y problemas en la operación de compuertas.

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- Pasos de quebrada.- Estructuras de drenaje transversal, que conduzcan aguas excedentes
por debajo o por encima del canal, con el fin de evitarle daños al sistema.

- Muros de contención.- Los muros de contención son elementos constructivos para


contener un terreno natural o un relleno artificial.

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3 .-Características de la zona montañosa boliviana
Para lograr que las obras de riego funcionen de forma sostenible y autogestionada, es necesario
que se las diseñe y construya en concordancia con las condiciones de su entorno. En la zona
montañosa de Bolivia las principales condiciones por tomarse en cuenta son, por una parte, las
particularidades del entorno natural (fisiografía, topografía, geología, e hidrología), y por otra, las
peculiaridades del entorno sociocultural y de producción agrícola.
 Fisiografía
Fisiográficamente, Bolivia se divide en dos unidades mayores: el bloque andino y las planicies
bajas. Estas dos unidades se subdividen en siete provincias fisiográficas (Montes de Oca, 1997):
A-1 Cordillera Occidental o volcánica
A-2 Cordillera Central - Oriental
B Altiplano
C Subandino
D Llanuras
E Escudo brasileño
F Serranías chiquitanas

Dentro del bloque andino, la Cordillera Occidental se desarrolla a lo largo de la frontera occidental
del país y está formada principalmente por volcanes cuyas cumbres, en algunos sectores,
sobrepasan los 6.000 m de altura con nieves eternas. Este complejo es uno de los reguladores
climáticos más importantes de país, al impedir el paso de los vientos del océano Pacífico hacia el
Altiplano. Por sus condiciones climáticas es una zona inepta para la producción agrícola.
El Altiplano es una meseta endorreica, ubicada entre la Cordillera Occidental y la Cordillera Central
- Oriental. Tiene una altura promedio de 3.700 msnm y una temperatura media anual de 10ºC.
Cuenta con extensas planicies y pocas montañas de altura mediana. Sus principales fuentes de
agua son vertientes y pequeños riachuelos.
La Cordillera Central - Oriental es una cadena montañosa que también controla el clima general
de la zona al impedir el paso del aire húmedo desde los llanos hacia el oeste, generando de esta
manera, climas secos y áridos. Los ríos pertenecientes a las cuencas del Amazonas y del Plata
al norte y al sur, respectivamente, forman una red de drenaje compleja. La región, en general,
tiene una morfología escarpada y en ella se encuentran los valles andinos donde la temperatura

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media anual es de 18ºC. La geomorfología de la zona es inestable y susceptible a una rápida
degradación al ser removida la vegetación. La mayoría de los sistemas de riego de Bolivia, se
encuentran en la cordillera Central - Oriental y por ello esa zona constituye el entorno principal en
el que se ambienta esta Guía.

 Topografía
La constante fisiográfica en el bloque andino es su topografía accidentada, que dificulta y encarece
todo tipo de actividad de producción agrícola y desarrollo rural. Construir un sistema de riego
significa dificultosas excavaciones contra taludes, a veces inestables y otras veces rocosos, grandes
longitudes de canales bordeando laderas, obras de conducción adicionales para cruzar quebradas
y/o salvar depresiones topográficas, obras de protección contra los torrentes montañosos y contra
la gran cantidad de material sólido que arrastran las fuentes de agua. Además, a consecuencia
de la topografía, las zonas de riego suelen estar dispersas, ubicadas en empinadas laderas y
pequeños valles donde cultivar la tierra muchas veces exige trabajos previos de terracería.
La topografía montañosa determina el tamaño del sistema de riego en general y de sus
componentes estructurales en particular. Los sistemas en zonas montañosas son pequeños con
relación a los de zona plana, lo que también provoca restricciones en su viabilidad económica.

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 Geología
El terreno sobre el cual se apoyan las estructuras en un sistema de montaña, puede ser suelo
volcánico, roca sedimentaria, suelo glaciar o terreno aluvial, cada uno con sus propias condiciones
de capacidad portante y estabilidad. En el bloque andino, adicionalmente, son comunes las zonas
de geología en formación, con morfología inestable en el tiempo debido a la gran erodabilidad de
los suelos.
Las condiciones geológicas influyen en la selección del emplazamiento y el tipo de obra por
construirse. Así, la selección entre un acueducto o sifón invertido para cruzar una depresión puede
depender de condiciones de fundación suficientes para soportar las pilas. En otros casos, las
condiciones geológicas determinan el tipo de soporte que se precisa construir para garantizar la
durabilidad de la obra.
 Precipitación e hidrología
En las zonas montañosas existe una amplia variedad de microclimas, porque las montañas
obstruyen o permiten el paso de aire húmedo hacia las cuencas. En el caso de los Andes, ese
aire húmedo trata de llegar ascendiendo desde el océano Pacífico o desde la llanura amazónica
y es notable la diferencia de niveles de precipitación que puede presentarse entre dos cuencas
vecinas.
En Bolivia, las precipitaciones en la zona montañosa se concentran en un período corto, desde
diciembre a marzo, con lluvias de duración corta pero intensidad alta. De 60 a 80 % de las
precipitaciones ocurren durante estos 4 meses. El régimen de lluvias del verano obedece al
descenso de la zona de convergencia intertropical, mientras que el período seco invernal (entre
mayo y agosto) depende de la dislocación de la zona de convergencia intertropical hacia el norte
que ocasiona un movimiento de aire seco y estable. Dos épocas de transición separan estos dos
períodos, uno en abril y otro de septiembre a octubre.
Uno de los problemas con los que tropieza el proyectista al encarar el diseño de un sistema
de riego en zona montañosa es la falta de información hidrológica histórica. La existencia de
microclimas en estas zonas conspira contra la interpolación o la extrapolación de datos conocidos
en otras regiones. La experiencia juega aquí un papel importante, porque permite asumir datos
sobre la base de conocimiento de situaciones en sitios similares. Los habitantes son además una
fuente valiosa de datos hidrológicos. Ante la incertidumbre planteada, es recomendable encarar
el diseño con un grado de seguridad dando particular importancia a las estructuras vitales para la
continuidad del funcionamiento del sistema. Hay que aceptar que tal perspectiva puede llevar a un
cierto sobredimensionamiento de algunas obras, pero es mejor que lamentar destrozos a causa 11
de una menor precaución.
 Ingeniería de riesgo en zonas montañosas
Para tomar decisiones sobre las obras de riego en zonas que presentan condiciones naturales
adversas e inestables, se recomienda aplicar las ideas básicas de la ingeniería de riesgo. El riesgo
en esta rama se describe como la probabilidad de ocurrencia de un fenómeno que provocaría
un cierto grado de daño. En cuanto a los proyectos de riego, las mismas obras pueden provocar
riesgos a su entorno (por ejemplo a causa de rebalses de agua o por construcción en taludes
inestables) y a la vez son sujetas a los riesgos existentes en su entorno (como deslizamientos,
socavación o la fuerza destructiva de avenidas).
Al considerar los riesgos inherentes a la construcción o el uso de las obras y los riesgos que éstas
sufren de su entorno, la ingeniería de riesgo en zonas montañosas obliga a pensar más allá de las
meras obras necesarias para la conducción y distribución del agua. Debe incluirse el análisis de
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los riesgos de eventuales efectos negativos a causa de las estructuras construidas y la proyección
de obras de protección necesarias para que sean duraderas. Estas facetas adicionales influyen en
el análisis económico de la rentabilidad de los proyectos.

estabilidad de talud rebalses en canales

Para tomar decisiones sobre la solidez física y sostenibilidad socioeconómica de un proyecto en


una zona montañosa debe hacerse, entonces, un análisis completo de las posibles consecuencias
negativas y las medidas complementarias, tomando en cuenta las siguientes consideraciones:
1) El potencial de deslizamientos de talud inducidos por las obras de riego.
2) El potencial de pérdidas de inversión debidas a los deslizamientos inducidos por las
obras de riego.
3) El potencial de pérdidas de inversión debidas a deslizamientos naturales y erosión.
4) El costo por hectárea sin deslizamientos ni control de erosión.
5) El costo por hectárea con deslizamientos y control de erosión, incluyendo actividades de
manejo de la cuenca en las áreas de influencia de las obras.
6) La relación entre los beneficios del riego y los beneficios del uso alternativo de la tierra.
 Producción agrícola y objetivos de riego
En la zona montañosa, tres factores naturales tienen influencia decisiva en la producción agrícola:
la altura, la temperatura y la disponibilidad de agua. A grandes rasgos, la altura define el posible
tipo de cultivos, mientras que la temperatura y la disponibilidad de agua determinan el periodo
de crecimiento. En general, todas las regiones de los Andes bolivianos cuentan con un periodo
lluvioso, que se aprovecha para la siembra grande o de año. Cultivar en los demás periodos del
año depende de la disponibilidad de agua de riego. En las zonas de altura, aún con riego, los
períodos de siembra inician recién después de la época de heladas y granizadas, por lo que la
gestión agrícola suele empezar recién en agosto. En las zonas de menor altura, las restricciones
climáticas son menores.
Según la disponibilidad de agua en la fuente, el periodo del año y la demanda de agua de
loscultivos, los agricultores persiguen distintos objetivos con el riego. Estos objetivos influyen en
las características de las obras de riego. En la Tabla 1.1 se dan algunos ejemplos de esta
interrelación
(Gerbrandy y Hoogendam, 1998).

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Es común que en un sistema de riego, a lo largo del año, se combinen dos o más objetivos de
riego, por lo que también deben combinarse las características de su infraestructura. Lo último no
siempre es fácil de realizar. Sin embargo, no puede cometerse el error de excluir en el diseño uno
de los tipos de riego, porque obliga a que los usuarios introduzcan adecuaciones posteriores que
a menudo significan la rotura de las obras recién construidas.

4 Gestión de riego
La gestión de riego es el término general para el conjunto de actividades colectivas que son
necesarias para que funcione el sistema de riego y mantenga su funcionamiento en el tiempo.

- Derecho de agua
Los derechos de agua, que establecen:
1.- Quiénes cuentan con el derecho de uso del agua y uso de la infraestructura hidráulica.
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2.- Cuáles son las condiciones y criterios para obtener estos derechos.
3.- Cómo y cuándo cada uno de los usuarios está permitido de usar el agua y la
infraestructura.
4- Cuáles son las obligaciones que deben cumplirse para mantener su derecho.
5.- En qué medida participa cada usuario en la toma de decisiones colectivas sobre la
gestión de su sistema.
La definición de estos aspectos es esencial para que cada quién tenga claridad en cuanto a
lo que recibirá y a lo que a cambio debe contribuir, y es una condición básica para una
acción colectiva exitosa. El contenido específico de estos derechos varía entre los
diferentes sistemas de riego, dependiendo de las circunstancias particulares de cada zona
(condiciones físicas, agroecológicas, socioculturales).
Los derechos de agua también determinan ‘las líneas gruesas’ del diseño de la
infraestructura. Principalmente determinan las zonas por regarse y así la ubicación de los
canales principales y secundarios. Indirectamente también influyen en las dimensiones de
los canales y otras obras de riego (cuánta agua debe pasar a cada sector), aunque estas
dependen también de las modalidades de distribución de agua.

- Modalidades de distribución
Es la forma concreta del reparto del agua hacia cada uno de los regantes. A grandes rasgos,
se conocen tres modalidades principales:
1.- El riego libre: sin reglas definidas
2.-El reparto continúo: en el cual cada usuario o sector recibe una porción del caudal
durante todo el tiempo de riego
3.-El reparto por turnos: en el cual cada usuario o sector recibe su agua de forma
discontinua, en turnos.
La modalidad de distribución depende en principio de la relativa disponibilidad de agua
para los usuarios; a mayor escasez, existe mayor necesidad de aplicar reglas fijas para el
reparto. Después influyen factores como tipo de cultivo, facilidad de su aplicación,
necesidad de control, tiempo por invertirse y otros.
La selección de una modalidad de distribución tiene consecuencias importantes para el
diseño de la infraestructura, principalmente en cuanto a la dimensión de sus canales y la
selección del tipo de repartidores.
- Mantenimiento
Se refiere a las actividades físicas de manutención de la calidad y funcionalidad de las
obras, lo que abarca la limpieza, la pintura, el engrasado y la reparación o reposición de
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partes gastadas. Por otro lado, el mantenimiento es una actividad social en la que los
usuarios confirman, reproducen y/o modifican los derechos de agua entre ellos y así su
respectivo acceso al agua.
En el diseño y la construcción de las obras de riego, hay que lograr que las exigencias en
cuanto al mantenimiento de las obras estén al alcance de los usuarios.

- Organización de los usuarios


La organización de riego es la que se encarga de todas las actividades relacionadas con el
funcionamiento del sistema: establece los derechos de agua, define las modalidades de su
distribución, decide sobre las fechas y turnos de entrega, define los aportes de los usuarios,
estipula las fechas de faenas de limpieza, nombra a representantes en los cargos de la
organización, etc.
Es común que los cargos en la organización de riego sean cumplidos por voluntarios,
quienes por elección o por turno asumen las tareas de manejo del sistema. Pocas
organizaciones de riego contratan personal para efectuar una parte de sus actividades.

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5 Proceso de diseño y construcción
El diseño de un sistema de riego consiste en el desarrollo de las obras hidráulicas de forma
simultánea con la definición de los derechos de agua, las modalidades de distribución de agua y el
fortalecimiento de la organización de los usuarios. Además, implica verificar de manera continua si
los usuarios son capaces de manejar, operar y mantener las obras propuestas.

5.1. Diseño conceptual

Describe las principales características del sistema y su funcionamiento. El punto de partida para el
diseño conceptual es la información sobre la fuente de agua, los beneficiarios del sistema, las
parcelas por regarse, los usos que se le quiere dar al agua en la producción agrícola y las
características generales del terreno.

Sobre la base de estos datos, el diseñador y los usuarios desarrollan primeras ideas sobre los
derechos de agua de cada uno de los usuarios, las unidades por regarse, los periodos de riego y las
modalidades y caudales de distribución del agua. En los sistemas existentes, muchos de estos
elementos ya están definidos. Se sabe por ejemplo quiénes son los usuarios, dónde están sus
áreas de riego y cómo distribuyen su agua. Además, También se conocen los problemas en el
funcionamiento del sistema. En tales casos, el diseñador encargado del mejoramiento recoge
estos elementos y discute con ellos cuáles requieren ajustes y qué ajustes son adecuados. En los
sistemas nuevos, el diseño conceptual inicia de cero y requiere mayor atención en definir sus
aspectos elementales.

En un croquis, se dibujan los sectores por regarse, se definen los canales principales y secundarios
y se plantean los principales puntos de reparto. También se inventarían los drenes naturales y su
ubicación en relación con los sectores de riego y los canales. En el mismo croquis, se anotan los
caudales previstos para las distintas etapas del ario, así configurándose el primer esquema
hidráulico del sistema. Al definir los tramos tentativos de los canales, los diseñadores determinan
si se necesitan obras especiales a causa de las características del terreno (acueductos, sifones,
pasos quebrada, alcantarillas) y buscan posibilidades para reducir la complejidad de los trazos y
reducir los gastos.

Los primeros croquis de los canales y el inventario de las obras de arte, suelen dar suficiente
información para juzgar si el diseño conceptual inicial es factible o requiere ajustes (cambio de
límites de sectores regables, de modalidad de distribución, de dimensiones u otros). En caso
necesario, se revisan los supuestos y se modifica el diseño preliminar de las obras. Es buena
práctica que los diseñadores presenten distintas alternativas de las obras y su emplazamiento para
ser discutidas con los usuarios. En coordinación con ellos, se definen los criterios para la elección
de la alternativa más adecuada

5.2. Diseño final

Una vez definido el diseño conceptual del sistema y de las obras, se procede al diseño detallado de
todas las obras de riego. Para ello, se plantean las obras preliminares en campo y se verifica las
posibilidades de su construcción. En sitio, se investiga cómo pueden conseguirse los tramos de
menor complejidad, con el menor número de obstáculos y que requieren el menor número de
obras de arte. Después de ubicar las obras principales se procede a definir los detalles de su diseño

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incluyendo sus cálculos hidráulicos. Recién en esta etapa se eligen las obras de conducción
específicas, como acueductos o sifones invertidos y caídos y/o rápidas. A la vez, se inventarían
eventuales riesgos en la conducción del agua o en el cruce de quebradas y se diseñan las obras de
protección (desarenadores, vertederos de excedencias, muros de contención y pasos de
quebrada) y las necesidades de poder aforar los caudales en puntos determinados.

5.3. Características del proceso de diseño

A causa de la variedad de temas por definirse en el diseño y en vista de que las decisiones sobre
cada elemento tienen consecuencias para los demás, el proceso de diseño debe ser:

 Un proceso colectivo de concertación. En el proceso de diseño participan distintos actores


con distinto rol y responsabilidad en su desarrollo. De una parte, participan profesionales
técnicos, que tienen la responsabilidad de producir un diseño que se adecua a los deseos y
capacidades de los regantes y que se enmarca en las condiciones naturales existentes en la
zona. De otra, participan los regantes quienes dan información sobre sus prácticas y
capacidades de gestión y evalúan las propuestas de los profesionales técnicos. Organizar
una efectiva coordinación entre estas partes, exige de ambas insistencia, paciencia y
grandes esfuerzos de entendimiento mutuo.
 Un proceso iterativo. Después de tomar decisiones preliminares sobre un componente, se
estudian sus consecuencias para los demás componentes, incluyendo los que ya fueron
definidos, hasta generar compatibilidad entre todos. Se distingue claramente de un
proceso lineal en que no se reabren fases ya concluidas.
 Un proceso que va de ‘líneas gruesas’ hacia mayor detalle. En las distintas fases del
proceso iterativo las decisiones se vuelven cada vez más concretas y de mayor detalle.
Después de un diseño conceptual de todo el sistema, se pasa a las fases del diseño
detallado de la gestión y el diseño hidráulico y constructivo de las obras.

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5.4. Construcción de obras

Es normal que en el proceso de construcción se adecuen detalles del diseño de las obras. Si el
proceso de diseño fue bien llevado y sus resultados concertados entre proyectistas y usuarios, las
adecuaciones solo conciernen cambios de detalle, como ajustes de pendiente de una rápida o
cambio de posición de una compuerta. Si el diseño no fuera concertado, las adecuaciones en el
momento de la construcción suelen ser mayores por ser el momento en el que los beneficiarios
ven cómo y dónde se van a construir las obras. Hay proyectos donde se tuvo que cambiar hasta los
emplazamientos de los canales y las demás obras, porque no se concertó el derecho de paso. Por
razones de eficiencia de trabajo y rentabilidad económica, tales cambios hay que evitar a todo
costo.

Es mejor invertir más tiempo y dinero en la concertación de un diseño, que volver a repetir todo
en el momento de la construcción. En la construcción de los proyectos de riego participan los
beneficiarios y empresas constructoras.

En la división de trabajo debe mantenerse cierta independencia entre las actividades de ambos,
para evitar que el retraso de uno afecte en el cumplimiento del otro. Es sabido que en todos los
proyectos, tanto las empresas constructoras como los beneficiarios demoran en el cumplimiento
de sus tareas. La suma de sus demoras genera el retraso excesivo, tan usual en la fase de
construcción.

Para que resulten obras de buena calidad, es imprescindible que la construcción de las obras
cuente con especificaciones detalladas y vaya acompañada de una supervisión continua y
minuciosa por parte de ingenieros responsables y experimentados. Está comprobado que la
mayoría de los defectos en las obras son consecuencia de una deficiente construcción y no tanto
de malos diseños. Es bueno involucrar a los futuros usuarios en el control de calidad de sus obras
para asegurar sus Obras de Riego para Zonas Montañosas

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6 CRITERIOS GENERALES DE DISEÑO Y CONSTRUCCIÓN.
Para que un sistema de riego sea operativo sus obras hidráulicas deben ser funcionales, de
buena calidad y compatibles con el entorno natural, productivo y social, tal como está descrito
en los capítulos anteriores. La revisión de experiencias de obras exitosas y defectuosas pone en
evidencia que existe una serie de criterios que debe necesariamente cumplirse para garantizar la
conveniencia, operatividad y solidez de las obras.
Los criterios para el diseño y la construcción de las obras de riego se dividen en dos categorías:
6.1. Criterios generales de diseño y construcción, que prescriben las características
generales de todas las obras para que estas sean funcionales dentro de los sistemas de
riego de montaña. Estos criterios generales se describen en este capítulo.
6.2. Criterios específicos para cada obra, que son las aplicaciones de los criterios generales
para cada obra determinada. Los criterios específicos se describen en los demás capítulos
de este libro.
 Criterios generales de diseño y construcción
El diseño y la construcción de las obras de riego en los sistemas autogestionados en zonas
montañosas deben basarse en los siguientes criterios generales:
• Sostenibilidad y durabilidad.
• Funcionalidad y flexibilidad.
• Manejabilidad y transparencia.
• Mantenibilidad.
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• Seguridad.
• Eficiencia de costos.
 Sostenibilidad y durabilidad
La sostenibilidad se define como la capacidad de los usuarios de asegurar que la infraestructura
siga cumpliendo sus funciones en el tiempo. La sostenibilidad tiene una relación estrecha con la
durabilidad de las obras, pero no es exactamente lo mismo. La durabilidad acentúa la permanencia
de la obra en el tiempo. En la mayoría de los casos, ésta es una de las condiciones para la
sostenibilidad, porque al contar con obras duraderas, se evita la necesidad de reponerlas. En
general, entonces, debe aspirarse a la durabilidad de las obras, lo que significa que deben ser
resistentes y sufrir en lo mínimo de erosión o desgaste. Además, su diseño debe basarse en la
presunción que inevitablemente sufrirán algún grado de abuso de parte de los usuarios (quienes
normalmente no son cuidadosos, ni puntuales en actividades de mantenimiento o reposición).
Se sabe que justamente en las zonas montañosas es difícil garantizar que todas las obras perduren
por un periodo largo, a causa de la inestabilidad del entorno donde se las construye. Hay que
tomar en cuenta que en condiciones de inestabilidad del terreno, a veces deben buscarse obras
que en vez de ser duraderas, sean fáciles de reponer y cuyo reemplazo esté dentro de las
capacidades técnicas y económicas de los usuarios. Así, el sistema será sostenible, aunque no
todas las obras sean duraderas.

En la búsqueda de diseños para la sostenibilidad, deben aplicarse los instrumentos de análisis de la


ingeniería de riesgo para minimizar los riesgos que corren las obras y los riesgos que éstas causan.
La aplicación de la ingeniería de riesgos tiene como objetivos: i) determinar el emplazamiento
óptimo de canales y otras obras, basado en un análisis de riesgo y posibles pérdidas, mitigar
las posibles inestabilidades y riesgos generados por la construcción de las obras y ii) diseñar
sistemas de riego que causen una mínima degradación ambiental. La aplicación de los análisis de
riesgo puede resultar en proponer medidas de protección de las obras de riego, que encarecen el
proyecto, pero aumentan su sostenibilidad.
 Funcionalidad y flexibilidad
La funcionalidad se define corno la capacidad de las obras de conducir el agua en la forma deseada
y de regular esas obras de forma tal que implementen las reglas de distribución acordadas. Para
que las obras sean funcionales deben contar con un diseño y dimensiones para conducir los
caudales extremos (mucha y poca agua) y permitir su efectiva distribución hacia los sectores del
área de influencia.
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Aparte de su funcionalidad auténtica, debe considerarse los otros usos que se dan a las obras
construidas. Las paredes de los canales se emplean como sendas, los desarenadores y estanques
como piscinas, los colchones de disipación se vuelven lavanderías y los acueductos también sirven
como puentes peatonales. El diseñador debe diseñar sus obras de forma tal que por una parte
estos ‘usos inapropiados’ no afecten su funcionalidad original, ni pongan en riesgo su durabilidad,
y por otra, no se comprometa la seguridad de las personas y los animales.
La flexibilidad en el diseño se refiere a la capacidad de asimilar cambios en las condiciones y
reglas de uso de la infraestructura. Las obras deben diseñarse de forma tal que permitan una
cierta flexibilidad en su operación bajo cambiantes circunstancias de disponibilidad de agua
(época de mayor y menor disponibilidad de agua) y variaciones en las modalidades de distribución,
cédulas de cultivos y sus requerimientos de agua. Para el diseño deben estimarse las cambiantes
circunstancias que puedan darse en el desarrollo futuro del sistema (por ejemplo la extensión del
área de riego, la incorporación de otros cultivos, la redistribución de derechos de agua).
 Manejabilidad y transparencia
La manejabilidad se refiere a la capacidad de los usuarios de operar las obras de forma que éstas
cumplan su función. La transparencia añade a este criterio la posibilidad que todos los usuarios
puedan controlar el cumplimiento del manejo acordado. Una mayor transparencia en las obras
permite a todos revisar la correcta aplicación de las reglas de distribución y evita fricciones o
conflictos sobre el reparto del agua.

El criterio de manejabilidad se aplica principalmente a las obras de distribución de agua. El criterio


de transparencia es también importante en las obras de captación y conducción. Para asegurar
la manejabilidad y la transparencia de las obras, éstas deben ser sencillas, fáciles de entender
e inequívocas en la apreciación de su funcionamiento. Por lo demás, la manejabilidad gana
importancia solo en las pocas obras que requieren un manejo específico, como por ejemplo las
cámaras de purga de un sifón invertido.
 Mantenibilidad
La mantenibilidad se define como la capacidad de los usuarios de conservar las obras en un
estado adecuado para el cumplimiento de su función y asegurar su durabilidad. Los trabajos de
mantenimiento comprenden la limpieza y el mantenimiento rutinario, el mantenimiento
preventivo y el mantenimiento correctivo o de emergencia.

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La mantenibilidad de la obra no es solo una característica intrínseca de la obra, sino depende
también de la capacidad de los usuarios para movilizar los recursos necesarios para las
tareas requeridas: mano de obra, materiales locales, dinero para materiales o servicios ajenos
y conocimiento y habilidades necesarios para efectuar las reparaciones. Al diseñar las obras,
proyectista y regantes deben analizar sus futuros requerimientos de mantenimiento y averiguar si
los regantes son capaces de movilizar los recursos suficientes para mantener las obras.
Por otra parte, en el diseño debe asegurarse que todas las obras que requieren limpieza y
mantenimiento sean accesibles y cuenten con el espacio suficiente como para efectuar las
operaciones requeridas. Asimismo, debe pensarse en el espacio necesario para depositar los
materiales de la limpieza, sin que estas vuelvan a obstruir las obras.
 Seguridad
Para generar un sistema seguro, exento de todo peligro o riesgo, el proyectista debe diseñar las
obras de forma tal que se asegure el buen funcionamiento del sistema, y en caso de fallo de una
obra o persona no se produzcan accidentes. La seguridad toma especial relevancia en el contexto
montañoso en vista de la inestabilidad de los terrenos y los altos riesgos de erosión en las laderas
empinadas a causa de rebalses de agua.
Las medidas de seguridad en el diseño cubren una gama amplia: entre ellas, ubicar obras de
control del flujo, reforzar las estructuras, construir obras de protección (por ejemplo muros de
contención), entubar canales en zonas inestables y ejecutar medidas de protección para evitar
accidentes personales (por ejemplo escaleras en los estanques). Para evitar problemas de
rebalses, es necesario contemplar en el diseño ‘rutas seguras de desagüe’ que garanticen que no
ocurran daños aun cuando se opere el sistema de forma inadecuada.
 Eficiencia de costos
De entrada, se acepta que las obras de riego en la zona andina son caras y requieren altas
inversiones por hectárea a causa del difícil acceso, los altos costos de transporte de materiales y
gente, las condiciones climáticas que impiden avances continuos y la inestabilidad de los sitios de
construcción. A estas se añade la necesidad de construir obras firmes, duraderas y seguras.
Sin embargo, en el diseño deben manejarse parámetros de costos que eviten la construcción de
obras excesivamente caras. En Bolivia, para tal efecto se definieron montos máximos de inversión
pública por hectárea y por familia. Dentro del margen de los montos máximos, el proyectista debe
elaborar diseños alternativos que cumplan con los criterios localmente priorizados. La
conveniencia de las alternativas se analiza tratando de conseguir la mayor evasión de riesgos que
amenazan la sostenibilidad de las obras y la agricultura regada, y de conseguir también la mayor
eficiencia de costos, entendida como la generación de un mayor volumen de agua nueva o
ahorrada con un monto de inversión determinado.

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En el análisis de los costos de los proyectos se diferencian i) los costos iniciales de inversión, ii) los
costos de mantenimiento y iii) los costos de rehabilitación o reposición. En vista que la inversión
inicial suele contar con una subvención de parte del estado o agencias de cooperación, son los
dos últimos costos los que deben interesar más al proyectista a la hora de buscar un diseño
económicamente eficiente.
 Implicancias de los criterios generales para las obras de riego
El proyectista debe procurar que su diseño se ajuste en lo posible a todos los criterios
mencionados.
Aquí se presenta el problema que el conjunto de criterios puede resultar en conclusiones
contradictorias, sobre todo con relación al costo: lo que es más durable y más flexible suele
tener un precio más alto. En caso de introducirse modificaciones para reducir los costos, hay que
analizar en qué grado éstas comprometen el cumplimiento de los demás criterios. Como resultado
final debe contarse con un diseño que cumpla de forma satisfactoria con cada uno de ellos.
Obviando las especificidades locales y de manera ilustrativa, a continuación se presenta una lista
de las implicancias generales de la aplicación de los criterios definidos para el diseño hidráulico, el
diseño constructivo y el proceso de construcción.

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ÍNDICE
1.- Introducción………………………………….2
2.-Tipos de obras…………………………………3-9
3.- Zonas montañosas…………………………….10-14
4.- Gestión de riego………………………………14-16
5.- Procesos de diseño y construcción……………17-20
6.- Criterios generales de diseño y construcción….20-27

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